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Indagar las prácticas lectoras para
repensar la lectura
Gabriela Mendes
Instituto de Formación Docente Nº 12 - Neuquén
En este trabajo presento dos escritos de alumnas de 4º año de la carrera de Nivel
Primario del IFD, producidos en el Ateneo de Didáctica de la lengua II.
La propuesta consistió en registrar y analizar prácticas de lectura en contextos no
escolares, como modo de indagar qué hacen las/los lectoras/es cuando leen, para qué
leen, cuándo y cómo lo hacen, y qué eligen leer.
La idea es indagar las prácticas lectoras, ampliar nuestras posibilidades como
formadoras/es de pensar qué sentido tiene leer y recuperar los autores que desde teorías
socioculturales (antropología, sociología, etnografía) nos proponen reflexionar sobre la
idea de que leer y lectura son una unidad que involucra distintas dimensiones: subjetiva,
social, cultural, física, tecnológica, ya que implica un/a lector/a en contexto que se
involucra a partir de sus conocimientos, experiencias, sensaciones, estados de ánimo e
historia, con el texto para producir sentidos.
Este recorrido que propongo en la
1º unidad por diversos contextos de lectura,
no sólo los escolares ya conocidos por la
mayoría (escuelas públicas), sino también
en contextos como la cárcel (experiencia de
teatro en un instituto para menores1; el
relato de Camilo Blajaquis2); en espacios no
convencionales como la lectura propuesta
por un maestro en la zona rural
colombiana3; en colectivos de ciudad
Juárez4; las lecturas de mujeres amas de
casa en el ámbito doméstico; las lecturas de
trabajadores/as en sus ratos de descanso,
entre otras prácticas, fueron objeto de análisis y debate en el espacio del Ateneo.
1
Cepeda Andrés, Desde las sombras. Una experiencia de teatro y literatura en contextos de encierro. Rev. Dig. El
toldo de Astier (2013)
2
Friera Silvina, entrevista a Camilo Blajaquis, en Página/12 (octubre 2010) Arg.
3
video sobre experiencia de Luis Soriano, creador del Biblioburro, Colombia.
4
Lectura y rescate de lugares públicos en ciudad Juárez. Entrevista con Antonio Flores
1
El acto de leer es un acto de rebeldía, que se sitúa en el plano íntimo de la persona,
fuera del alcance de los controles del mismo texto y de la sociedad, aunque no olvidamos
que somos parte de ésta y por ende, somos sujetos “sujetados”. Pero cuando leemos, nos
liberamos, examinamos nuevos modos de entender el mundo, resignificamos nuestras
experiencias de mundo e imaginamos otras nuevas. Preguntarnos qué es leer es complejo
pero es un interrogante que despierta la mirada extrañada por un acto cotidiano, más
usual de lo que pensamos, y afirmamos que la escuela debe recuperarlo para no
“escolarizar” las lecturas, para no despojarlas de sentidos para quienes leen, para
reconocer que el lector produce un acto de libertad al apoderarse de nuevos significados y
cada una/o asumirá esa práctica como privada o social y lo hará en la medida que desee,
pueda, y quiera dialogar con los textos.
Investigar, registrar, analizar la diversidad en las prácticas lectoras nos aporta en
el espacio del Ateneo un modo de proponer prácticas pedagógicas en diversos espacios y
sobre todo, nos posibilita desnaturalizar concepciones de lectura (en la escuela hemos
registrado, por ejemplo, que hay espacios previstos para “leer para lengua o sociales” y por
otro lado, están los “espacios para leer por placer”, y esto conlleva a una organización
semanal en las actividades de lecturas y un modo de leer al proponer estas actividades) y,
también, ideas hegemónicas que afirman que es “Lector/a” aquella persona que lee mucho,
o que lee “bien” , tan presente en las prácticas escolares (por ej. Olimpiadas de lectura).
Citando a Bombini5: “los supuestos de un modo de leer fuertemente
institucionalizado propio de la tradición escolar en tanto escena de lectura de la escuela
moderna (al que en otro lugar hemos llamado “aparato interpretativo escolar”, 2004)
opera como un telón de fondo que es necesario poner en discusión a la hora de
enfrentarnos con situaciones empíricas complejas en situaciones de pobreza y exclusión.
Seguir insistiendo sobre esa escena escolar fundante, tomarla como parámetro de logro
para la tarea pedagógica, defenderla como única posibilidad para lo observable hubiera
sido reproducir la operación violenta en lo simbólico que realiza la escuela
homogenizadora con los sectores excluidos, contribuyendo a la construcción de
experiencias de fracaso escolar y de exclusión de la cultura letrada.”
Sin más, a continuación,
expongo los textos argumentativos de
las alumnas: Inés Roldán , que trabaja
sobre un texto de su compañera Rosa
Tarabay, y Yohana Muñoz Figueroa,
que lo hace a partir de una práctica
que ella observa. Ambos registros son
experiencias de lectura en ámbitos
cotidianos; con los cuales se formulan
preguntas e intentan responderlas con
los
aportes
de
las
teorías
socioculturales.
La producción del texto se realizó con bibliografía aportada por la cátedra y por la
que las alumnas mismas recuperaron de su trayectoria académica en el profesorado, con
el propósito de aportar a la autonomía de un/a docente productor/a de conocimientos.
5
Bombini, Gustavo. artic. La lectura como política educativa. Rev. Iberoamericana de Educación.Nº46,
2008
2
1) Trabajo de Inés Roldán
Escena de Lectura:
¿Cuántas veces miré pero no vi? Cuantas veces escuché pero no entendí?
¿Cuántas veces fui participe de esa situación y no le presté demasiada atención a los detalles?
Pero…que sorprendente que es nuestro cerebro. Hoy cuando me encuentro allí y contemplo el ambiente,
recuerdo cada detalle, el lugar que ocupa cada cosa. Los libros de diferentes temáticas sobre la mesa de
luz donde hay un velador con una luz muy brillante, sus anteojos, algunos remedios, hojas blancas o
borrador porque siempre surge algo para anotar y obviamente una lapicera. Recuerdo que solía
acostarse temprano, porque los años son así…vienen acompañados de sabiduría y a veces con la salud
algo frágil. Luego de cenar se acomodaba para leer. Usaba muchas veces un gorro de lana, por lo
general el bordeaux, para no sentir demasiado frio en su cabeza semi calva. Las noches cerca del mar
son muy frías en invierno, se siente como que te traspasa la ropa. Pareciera como que las sabanas y
frazadas estuvieran mojadas. Los ambientes conservan la humedad de todo el día y quizás la costumbre
de no usar tanta calefacción hacía sentir aun más el frio. Pero así le gustaba. Quizás le traía recuerdos de
sus épocas de juventud en ese campo que tanto añoraba, donde las comodidades escaseaban.
Se tapaba muy bien, solo dejaba ver los brazos que sostenían aquel libro que leyó y re leyó tantas veces.
Aquel que le hablaba de otros mundos, de la posibilidad de vida en otros planetas, de civilizaciones
inteligentes y superiores. Aquel del que muchas veces me habló pero del que no presté demasiada
atención porque mi mente estaba ocupada con otras preocupaciones que consideraba más importantes
que ese bendito libro. ¿Extraterrestres? me decía yo…
Viene a mi memoria la tapa del libro que era negra
con un círculo rojo en el centro, el lomo gastado y
resquebrajado. Hacía muchos años que lo tenía. Las
hojas amarillas estaban algunas marcadas con un
doblez en el extremo superior.
A veces, encendía la radio para escuchar música
bien suave mientras leía. Leía y re leía, escribía,
borraba, volvía a escribir.
Si bien ese era el libro que más he visto que leyera, tenía otros de diversas temáticas, porque la lectura
era algo que lo atrapaba. Podía pasar horas leyendo hasta que decidía conciliar el sueño y recuperar
fuerzas para continuar la jornada al día siguiente.
Hoy, parada frente a la entrada de aquella habitación recuerdo todo, como si lo estuviera viviendo, y
pienso -¿por qué no presté más atención? ¿Por qué no escuche que era eso de los extraterrestres? ¿Por
qué no me detuve a mirar con otros ojos lo que veía?
3
El tiempo pasa…
Los recuerdos quedan por siempre…
Hoy quiero saber qué es eso que tanto le interesaba, que tanto le hacía reflexionar en voz alta. Hoy
tengo entre mis manos ese bendito libro y, él ya no está.
Relato realizado por: Rosa Tarabay
Trabajo de Inés Roldán:
Las preguntas que me realice al terminar de leer el relato fueron:
1. ¿Por qué un lector necesita tomar notas cuando lee?
2. ¿Qué incentiva a una persona a leer un tema tan particular?
3. ¿Por qué su lugar para leer es la habitación y en esa posición?
Es un relato de una situación de lectura, la cual fue difícil de argumentar ya que es
de una persona que recuerda momentos compartidos con un ser querido al que le
apasionaba la lectura. Para realizar el análisis efectúe más de 3 o 4 lecturas del relato.
Donde llegue a tomar notas de partes que me llamaban la atención como por ejemplo
“…libros de diferentes temáticas… ” Esto lo relacione a lo que dice Roland Barthes1
“…la lectura no es deductiva sino asociativa…” ya que se relaciona con otras imágenes,
ideas y textos que se entrecruzan con el tema principal. En este caso el tema es “los
extraterrestres”, es algo que me llamo poderosamente la atención, ya que es un tema
muy peculiar, porque la edad avanzada de ese hombre. Asimismo lo asocie con Freire 3
cuando dice que “…la naturaleza siempre inacabada del ser humano y, por lo tanto, su
permanente búsqueda de ser más…”. Esto me lleva a otro autor como lo es Noé Jitrik2
argumenta que la lectura es la que produce conocimiento. La curiosidad y el deseo de
saber más de esto que tanto lo apasionaba lo atrapa cada vez más.
Asimismo me lleva a otra frase que me sedujo, “…Se tapaba muy bien, solo dejaba
ver los brazos que sostenían aquel libro que leyó y re leyó tantas veces…” En relación
con el texto del autor Michel De Certeu4, que argumenta que “…la lectura es más una
operación del ojo y cada vez menos del cuerpo…” en esta parte se puede ver como el
lector tiene su lugar intimo y privado donde podía ejercer la lectura. En donde muchas
veces la ambientaba a su gusto esto de escuchar música bien suave para realizar su
ritual por llamarlo como algo muy intimo. Esta parte me siento identificada “…A veces,
encendía la radio para escuchar música bien suave mientras leía. Leía y re leía,
escribía, borraba, volvía a escribir.” Como dice Robert Escarpit5 “…La lectura, que
implica un trabajo de creación de significados que reconstruye la memoria del lector,
quien procesa mucha información. Los caminos que abre la lectura en la mente son
múltiples y puede decirse, así, que se trata
de un proceso activo y crítico capaz de
producir conocimiento.” Donde el lector de
mi relato escribía y volvía a leer y releer el
mismo texto. Como tratando de lograr crear
en un papel aquellas ideas que rondaban en
su cabeza.
En este relato también se puede ver lo
que Barthes señala de que existen tres tipos
de placer por la lectura, el primero el placer
4
de la palabras, segundo la sensación experimentada por el lector y por último es la que
más se refleja en la situación presentada es “…la lectura es buena conductora del
deseo de escribir…”, ya que este lector se nota que le gustaba escribir ya que tenía un
anotador o hojas blancas. Además me lleva a relacionarlo con De Certeu que dice “…La
escritura multiplica su producción por el expansionismo de la reproducción. La lectura
no se garantiza contra el desgaste del tiempo (se olvida y se la olvida), no conserva la
experiencia lograda (o lo hace mal), y cada uno de los lugares por donde pasa es una
repetición del paraíso perdido.”
En conclusión, la lectura es una acción que genera múltiples variaciones en quien
la ejerce ya que leer tiene mucha relación con la escritura y la comunicación. La lectura
ayuda a ejercitar el cerebro para futuros más cercanos. Esta ultima oración se
relaciona mucho con lo experimentado en el relato con como el deseo de saber,
genera tantas pasiones tanto por el conocimiento como con la escritura. Como dicen
los autores “…la lectura del mundo la lectura del texto y la reescritura de ambos en el
lector, cuya estructura es una cadena o ciclo se inicia en un ámbito fuera del texto,
fuera de un mundo de signos que intervienen en el texto y continúan su operación en él
y fuera de él, es decir el contexto o mundo del lector…”.
En mi caso personal la lectura está comenzando a seducirme desde el año pasado, ya
que no soy una lectora activa, pero ese amor o deseo como los mencionan los autores
debe comenzar por esa necesidad de querer saber más. Cada vez que veo un libro me
genera curiosidad pero al estar en este último año puedo decir que estoy leyendo para
tener las herramientas necesarias para afrontar lo que me espera en los años futuros.
Además como dice el autor Nietzche6 “…la lectura es considerada la vía regia al acceso
a la información y con ello al progreso.” Estoy en esa etapa de adquirir información
para formarme como docente. Para finalizar lo primero que hice cuando termine de
leer el relato pregunte qué libro es “Desde el cosmo nos vigilan” de Pedro Romaniuk.
En si puedo decir que “…Leer es transformar lo que se lee, lo cual deviene, de este
modo, un objeto refractado, interpretado, modificado.” Noé Jitrik.
2) Trabajo de Yohana Muñoz Figueroa
Escena de lectura
Se abre la puerta, toda la luz de la habitación parece dirigirse
al mismo punto. En medio de destellos blancos, una mujer se asoma.
Ella, totalmente asilada del mundo, habita todos los mundos posibles.
El clima en ese lugar era muy cálido, pero muy frio por la
noche. Ella, cegada por esas páginas, recorre un camino sin destino: se
demuestra ansiosa ante cada palabra o frase… parece completar el
vacío de su alma. Se deja caer, una luz azul la recibe. Su cara siempre
cubierta por el mismo objeto: su puerta, sus respuestas, su calma.
Mientras sus ojos toman otro color y sus manos le sirven de
guía; deposita sus dedos sobre el papel. Parece asilada, pero habita un
mundo que aún sigue siendo un sueño. Un sueño creado por otro, en
otro tiempo y lugar, pero ahora compartido. Incluso después de que ha
pasado un montón, ella permanece en la misma postura: todo el peso
de su cuerpo descansa en el libro entrelazado en sus manos. Una
pequeña excusa, que le permite dejar de ser y solo sentir, sea cual sea el destino.
5
En aquella habitación, cada vez más oscura, solo se distinguen ellos: una cubierta marrón, un
rostro, unos ojos que se mueven sin ritmo, pero con sentido. El sentido que ella le da a las palabras. En la
íntima oscuridad no hay una sola imagen, solo puntos y más puntos. Puede ser una historia diferente,
pero ellos están juntos.
A medida que sus manos descubren el secreto de aquellas palabras, ella siente, imagina,
conoce… este dónde este el mundo. No hay tristeza. La luz se esconde detrás de la luna, en esta larga
historia.
Preguntas sobre el relato:

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¿Qué representa en el relato la “luz” y la “oscuridad”?
¿Cómo se siente la lectora? ¿Qué lee?
¿Qué función cumplen las manos en la escena de lectura?
¿Cómo explicaría que, según el texto, “(…) Ella aislada totalmente del
mundo, habita todos los mundos posibles”?
Según esta frase: “(…) Parece asilada, pero habita un mundo que aún
sigue siendo un sueño. Un sueño creado por otro, en otro tiempo y lugar,
pero ahora compartido.”¿Por qué ese mundo “aún sigue siendo un
sueño”? ¿Qué sueño sería? ¿De quién podría ser ese sueño y por qué la
lectora lo siente “ahora compartido”?
El relato plantea: “(…) puede ser
una historia diferente, pero
ellos están juntos”. ¿Quiénes
están juntos? ¿Por qué “puede
ser una historia diferente”?
¿Cómo podrías explicas la frase:
“(…) Una pequeña excusa, que
le permite dejar de ser y solo
sentir, sea cual sea su destino”?
¿Qué sería la “pequeña
escusa”? ¿Qué “dejaría de ser”?
¿Qué siente al “dejar de serlo”?
En la siguiente expresión: “(…) se demuestra ansiosa ante cada palabra
o frase… parece completar el vacío de su alma.” ¿Cuál será el “vacío de
su alma”? y ¿Por qué las palabras parecen completar ese vacío?
Ayudándonos a pensar con teoría algunas preguntas…
Pensar, imaginarse, recuperar una escena de lectura, para tratar de leer no solo
palabras sino cuerpos, sensaciones y sentimientos… no es una tarea para nada sencilla.
Adentrarse en un camino conocido y desconocido a la vez, revela en nuestra
conciencia imágenes de lectores y lectoras en tiempos y contextos los más diversos
posibles. La historia nos demuestra una constante lucha de esos cuerpos por
aventurarse sobre esos objetos culturales que despiertan, en ellos y en ellas, el más
íntimo deseo de liberación.
6
El propósito de este texto es incitar a mirar con otros lentes, esto qué llamamos
LEER y LECTURA. Para comenzar te invitamos a imaginar a una lectora, en un espacio
privado e íntimo, que ante los ojos de un observador: “(…) Parece asilada, pero habita
un mundo que aún sigue siendo un sueño. Un sueño creado por otro, en otro tiempo y
lugar, pero ahora compartido.” Una escena de lectura que nos lleva a interrogarnos
sobre: ¿Por qué ese mundo “aún sigue siendo un sueño”? ¿Qué sueño sería? ¿De
quién podría ser ese sueño y por qué la lectora lo siente “ahora compartido”?
Considerar estas preguntas, más allá de la formulación de una respuesta acabada, es
nuestro gran desafío.
En tal sentido, reconocemos importante las palabras de Michel de Certeau 6, al
definir que:“(…) El texto es mutable al ser habitado por alguien que no es su dueño: el
lector viene a ser el inquilino que introduce ahí sus acciones y recuerdos.” He aquí algo
significativo: la lectura es un gran escenario donde es preciso descubrir quiénes son los
actores. Por un lado, tenemos a un autor o una autora, o varios autores, que aun
construyendo el objeto lo más acabo y completo posible, sabe que seguirá siendo
incompleto hasta que encuentre a un “otro”, “otra”, “otros”, “otras”… los lectores y las
lectoras. Tal como dice Emilia Ferreiro7, “(…) El libro se completa cuando se encuentra
un lector intérprete (y se convierte en patrimonio cultural cuando encuentra una
comunidad de lectores interpretes). “
Retomando la última parte
de la cita de Certeau: “(…) el lector
viene a ser el inquilino que
introduce ahí sus acciones y
recuerdos.” Es decir, el rol que
ocupa este actor en el gran
escenario no es para nada pasivo,
un mero decodificador, sino
sumamente activo ya que incorpora
a ese texto acciones y recuerdos.
Según Frank Smith (1990)8, para leer
son necesarios dos tipos de
información: una visual y otra no visual. La información visual es aportada por el texto
y la no visual, por el lector, quien al leer pone en juego sus competencia lingüística, sus
conocimientos previos acerca del mundo en general y del tema tratado en particular,
su interés o compromiso emocional por el mismo, su propósito de lectura.
Podemos seguir pensando esto a partir de lo que plantea Elsa M. Ramírez
Leyva, en “¿Qué es leer? ¿Qué es la lectura?”. La autora sostiene que el acto de leer se
transforma en lectura al pasar a la dimensión imaginaria, intima, pues entonces queda
fuera de los controles del texto y de la sociedad. Es decir, el lector o la lectora
imaginan algo del mundo creado por el autor. Una vez concretado la unión de estos
6
En “¿Qué es leer? ¿Qué es la lectura?”, de Elsa M. Ramírez Leyva.
En “Pasado y presente de los verbos leer y escribir”, de Emilia Ferreiro.
8
En Leer y escribir con sentido. Una experiencia constructivista, Cap. 1 “El objeto de
conocimiento”, de Carlino P. y Santana D. (comps.)
7
7
objetos de deseo, cada lector y lectora ingresa a un mundo desconocido, pero a la vez
atrapante; se deja llevar por la curiosidad, y en ese vínculo ambos cobran sentido.
Leer es construir sentido. La lectura, al ser una actividad social, histórica y
cultural, se encuentra inmersa en reglas y entre fuerzas opuestas que propician
tensión entre libertades y transgresiones. ¿Qué lugar ocupa la lectura en la escuela
actual? ¿Qué entendemos por leer? ¿Por qué los libros hoy parecen más un artículo de
mercado que un objeto cultural? Emilia Ferreiro nos respondería: “Faltan lectores
intérpretes”. Pero… ¿Qué es ser “lector intérprete”? ¿Qué lugar juega la imaginación
en la lectura?
Ahora trataremos de retomar la cita de la
escena de lectura, en la cual construimos la
imagen de una lectora que: “(…) Parece asilada,
pero habita un mundo que aún sigue siendo un
sueño. Un sueño creado por otro, en otro tiempo
y lugar, pero ahora compartido.”¿Por qué al
pensar un lector o lectora lo/a representamos
aislado/a? Mi madre diría: “¡No lo molestemos,
que está en otro mundo!”. ¿Qué mundo será
aquel dónde habitan los lectores y las lectoras?
¿Será el mismo siempre? Anteriormente
señalamos que ese mundo es, en primera parte,
construido por los autores del texto. Autores que crean, a partir de la ficción, un
mundo con el lenguaje. La literatura es ficción, y los lectores y las lectoras para
sumergirnos en ese mundo, creamos un pacto ficcional: por un momento dejamos de
ser, para seguir siendo en otro tiempo y otro lugar. Entonces, ¿Podríamos decir con
palabras qué es leer y qué es la lectura? Mi respuesta, sería si. Pero seguramente las
palabras que yo utilizaría no serán siempre las mismas, porque los sujetos no somos
los mismos al adentrar a mundos posibles.
Bibliografía utilizada:
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Carlino P. y Santana D. (comps.), Leer y escribir con sentido. Una experiencia constructivista,
Cap. 1 “El objeto de conocimiento”, Madrid, Visor, 1996.
Ferreiro, Emilia, Leer y escribir en un mundo cambiante, “Pasado y presente de los verbos leer
y escribir”, Bs. As., FDE., 2000.
Ramírez Leyva, Elsa M., “¿Qué es leer? ¿Qué es la lectura?”.
Neuquén, agosto de 2014
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