Besos que vienen riendo, luego llorando se van

Tras el incidente, es llevado a su casa donde
pasa sus últimos meses en prisión domiciliaria
sumido en una gran depresión. Ya no pudo
hacer nada este gran intelectual y apenas ese
diciembre de 1936, fallece.
Sus últimos textos los dedicó a hablar sobre
la barbarie y sobre la tragedia de la guerra
en España. Pese a estar preso, al morir,
los falangistas quisieron mostrarlo como
intelectual de su lado, pero el poeta Antonio
Machado desmintió tal dicho, iniciándose a sí
su propia persecución que acabaría cuando el
poeta se exilió en Francia, donde murió poco
tiempo después.
“Besos que vienen
riendo, luego llorando
se van, y en ellos se va
la vida, que nunca más
volverá.”