DO 4º TO/B `12 - Parroquia San Miguel de Pamplona

Transcripción

DO 4º TO/B `12 - Parroquia San Miguel de Pamplona
DO 4º TO/B ‘12
Jesús ha elegido a sus discípulos y expone su mensaje. En su
actividad se encuentra con un poseído por un espíritu inmundo.
Jesús se nos muestra hoy como un Maestro incomparable, con
poder divino para librar a endemoniados, e investido de una
autoridad fascinante. Es el Hijo de Dios, a quien el Padre le ha
entregado todas las cosas. Por eso perdona los pecados que sólo
Dios puede perdonar, cura enfermos y resucita a los muertos y
somete a los espíritus inmundos. Fue a la sinagoga y en sábado a
enseñar y a curar. Los Evangelistas resaltan el dominio de Jesús
sobre el mal, sobre el pecado y sobre la muerte. Hasta el punto de
que su fama se extendió enseguida por todas partes, alcanzando la
comarca entera de Galilea.
“Quedaban asombrados”: San Marcos subraya el asombro y
la admiración de los oyentes de Jesús ante:
- la doctrina que predicaba,
- su poder contra el demonio y
- la inefable autoridad de su manera de actuar.
Esto explica también expresiones como ésta: ¿Quién es Éste
que hasta los espíritus lo obedecen?; ¡Nunca habló nadie como Él!;
¡Te seguiré a donde quiera que vayas!; ¿A dónde vamos a ir, sólo Tú
tienes palabras de vida eterna?
Algo parecido debieron experimentar intelectuales como
Nicodemo, militares como el Centurión, hombres de negocios como
Zaqueo, mujeres de vida borrascosa como la Samaritana y la
Magdalena, delincuentes convictos como el buen ladrón.
La antorcha pasó, siglo tras siglo, por miles de mártires,
vírgenes y confesores, todos ellos seducidos por Cristo.
Hablando de Jesús dice Romano Guardini: «Si alguien nos
preguntara: ¿Qué es seguro? ¿Tan seguro que podamos entregarnos
a ello a ciegas? ¿Tan seguro que podamos enraizar en ello todas las
cosas? Nuestra respuesta es: El amor de Jesucristo...». «Sólo por
Cristo sabemos a ciencia cierta que Dios nos ama y nos
perdona».
Jesús presenta en Cafarnaún la expulsión de demonios como un
signo de la era mesiánica, ante la oscura presencia del mal y del
Maligno en el corazón del hombre y en el seno de la sociedad. Con la
“autoridad” que le da la fuerza del Espíritu y el amor a la gente.
Jesús nos quiere a sus discípulos sanadores, curadores.
«Proclamad que el reino de Dios está cerca: curad enfermos,
resucitad muertos, limpiad leprosos, expulsad demonios».
El mundo necesita testigos. El testigo hace atractivo el mensaje
de Jesús. ¡Cómo brilla la fuerza del testimonio de los misioneros y de
todas las personas que hacen el bien y se preocupan de los demás
entre nosotros!.
Tarea de los discípulos de Cristo es curar, curar heridas, aliviar
el sufrimiento, sacar del abatimiento, liberar del mal y del miedo,
sanar la vida, infundiendo confianza en Dios y animando a las
personas.”Yo he venido para que tengan vida y vida en abundancia”
(Jn10,10) La fe hace bien.
La Palabra de Dios es como un espejo. Mirándome en ella
descubro: “Yo soy ese poseso a quien Jesús quiere liberar”. El
poder de Cristo quiere liberarnos a los que, como el poseso del
Evangelio, nos sentimos a gusto y satisfechos como estamos...
cuando El espera de nosotros que nos convirtamos a una vida
mejor: de malos a buenos, de buenos a mejores, de mejores a
santos.
Leamos y escuchemos el Evangelio, para advertir su riqueza
humana y sobrenatural; para que nos entusiasme más la figura y
el mensaje de Jesús.
Cristo quiere contar con nosotros, para vencer el mal a base
de bien.

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