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Plan de acción sobre la biomasa: ¿una perspectiva interesante para la futura generación de empresarios rurales? Actualmente, una de las claves del éxito de la gestión empresarial rural la conforma la diversificación de las actividades y la apertura de miras hacia las nuevas perspectivas del mercado. La Comisión Europea acaba de lanzar un Plan de Acción sobre la Biomasa, que parece bastante prometedor, ya que conjuga las técnicas de gestión tradicionales, de sobra ya conocidas, con las nuevas tecnologías aplicadas al mundo rural resultantes de la Investigación y Desarrollo. Este Plan abre las puertas a nuevas perspectivas ligadas al empleo de la biomasa procedente de cultivos agrícolas y de explotaciones forestales como fuente de energía renovable. La biomasa representa una oportunidad de mercado a medio y largo plazo para los propietarios, en un contexto futuro caracterizado por el incremento del coste de los recursos naturales fósiles y su estabilización a un precio elevado. Por esta razón, Young Friends of the Countryside, quien ya ha formulado otras reflexiones relacionadas con la producción, la biodiversidad y las nuevas tecnologías, acoge de buen grado esta iniciativa de la Comisión y seguirá con gran interés la evolución de la misma. La biomasa producida por la agricultura no se destina únicamente a la industria agroalimentaria. Puede dirigirse asimismo, en parte, hacia el sector energético, destinándose principalmente por el momento para la producción de biocarburantes como el biodiesel (a base de colza, por ejemplo) y el etanol (a base de remolacha, maíz o patata). Puede utilizarse igualmente en los sistemas de producción de calor y de electricidad (biometanización y cogeneración). La biomasa forestal puede igualmente ser valorizada gracias a la progresiva emergencia de las redes locales. A partir de las explotaciones forestales tradicionales, los residuos obtenidos de las labores de aclareo, los restos de poda, ramas y troncos, pueden adquirir fácilmente un valor añadido mediante su transformación en virutas y bolitas (o gránulos). Análogamente, se pueden aprovechar los residuos de madera que resultan de muchos procesos industriales. La transformación y reducción permite aumentar la calidad del producto así como su rendimiento calorífico. La valorización de estos residuos puede aportar beneficios significativos, o al menos, minimizar los costes de los trabajos forestales. Por otro lado, según esta lógica, la madera de construcción podría igualmente ser igualmente valorizada si el mercado le ofreciera la posibilidad. Existen también otros sistemas forestales diseñados específicamente para la producción de madera energética en función de las especies empleadas. El más frecuente en Europa es el formado por árboles de crecimiento rápido (cosecha en, aproximadamente, 10 años) o de muy rápido crecimiento (cosecha de 3 a 4 años). Las especies forestales que se suelen emplear son aquellas cuya tasa de crecimiento es mayor en los primeros años de su desarrollo, como por ejemplo, el sauce, el chopo, la encina, el fresno, el arce y el aliso. Pensad en ello!!!!! Robin du PARC LOCMARIA