Recursos basados en la fotosíntesis

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Recursos basados en la fotosíntesis
Recursos basados en la fotosíntesis
Introducción
Este trabajo pretende estimar la apropiación humana de los recursos basados en la
fotosíntesis para valorar hasta que punto sería “sostenible” o viable en el tiempo la
apropiación de estos recursos renovables. Adoptamos la noción fuerte de
sostenibilidad de los sistemas, entendiéndola como “la posibilidad que tienen de
abastecerse de recursos y deshacerse de residuos, así como de su capacidad para
controlar pérdidas de calidad (tanto interna como <<ambiental>>) que afectan a su
funcionamiento”. (Naredo, J.M., 1999)
También valoraremos la desigualdades entre los países ricos y pobres en la apropiación y
utilización de estos recursos, exponemos el flujo mundial de biomasa a través del comercio
internacional y hacemos un pequeño ejercicio de cómo podría corregirse las balanzas
comerciales de estos productos si se valoraran en términos energéticos en lugar de en
términos económicos.
Los recursos basados en la fotosíntesis, sus límites
2.1 Producción primaria
La vida en la tierra está basada en la capacidad de los organismos fotosintetizadores de
aprovechar las radiaciones luminosas del Sol para asimilar carbono atmosférico y convertirlo en
biomasa a la vez que producen oxigeno. Esta biomasa es metabolizada o degradada por estos
organismos o por otros que dependen de ellos para llevar a cabo sus procesos de síntesis,
liberando de nuevo el carbono. La vida en la tierra es por tanto una superposición de dos ciclos,
un ciclo de la materia, cerrado y un ciclo de la energía, abierto, que impulsa al primero.
Esta capacidad de los organismos fotosintetizadores de asimilar el carbono en forma de biomasa,
aprovechando la energía del Sol, se conoce como producción primaria. Los productores primarios
necesitan una parte de la energía que asimilan para asegurar su propia supervivencia, poniendo
el resto, conocido como producción primaria neta (PPN), a disposición de los siguientes niveles
tróficos. Los organismos cuyos procesos de síntesis no dependen directamente de la energía
solar, sino de otros organismos, se conocen como productores secundarios.
Los productores primarios, entre los que se encuentran las plantas, el fitoplancton y organismos
unicelulares fotosintetizadores, sustentan al resto de seres vivos, produciendo el oxígeno
necesario para su respiración y constituyendo la fuente de alimentos del planeta.
Sin embargo, los organismos fotosintetizadores solamente aprovechan una milésima parte de la
energía luminosa que llega al planeta. Por tanto, la producción primaria no está limitada por la
energía a disposición de los seres vivos, sino por la capacidad de éstos de captar esta energía.
Esto depende de las características de cada especie, de los elementos químicos presentes en el
medio (concentración y disponibilidad de elementos y de su vehículo, el agua) y de la
temperatura del medio en el que se encuentran.
La producción primaria, por ser el sustento de la biosfera, puede servir de nivel de referencia para
valorar el uso que el ser humano está haciendo de la biomasa, un recurso en principio renovable
1
del planeta. Además, al consistir en la conversión de energía luminosa (solar) en energía química
(biomasa), podemos estimar la producción primaria y el uso humano de la biomasa en términos
energéticos (1 gramo de carbono asimilado supone una energía de 12 kcal). (Margaleff, 1986)
Diversos autores han calculado la producción primaria del planeta extrapolando la productividad
estimada para distintos ecosistemas. Margaleff (1986) calculaba la PPN del planeta en unos
145.000 millones de toneladas anuales de materia seca. Sin embargo, revisiones y cálculos
basados en trabajos posteriores a los recopilados por este autor (ver tabla 1), elevan la
producción primaria en el planeta a 232.500 millones de toneladas anuales (Vitousek, 1986;
Pauly & Christensen, 1995).
En la actualidad estas cifras también se cuestionan y algunos estudios consideran que la
producción primaria acuática es algo más elevada, ya que hasta el momento no se había tenido
en cuenta la actividad fotosintética de organismos de tamaño inferior a una micra, a los que se
puede atribuir en ecosistemas tropicales del Océano Pacífico entre el 25 y el 90% de la biomasa y
la fijación del 20 al 80% del carbono. (Li et al, 1983)
En este trabajo vamos a considerar como nivel de referencia la producción de biomasa reflejada
en la tabla 1, por constituir las estimaciones más recientes, siendo conscientes que serán
revisadas en los próximos años.
Cuadro 1. Producción Primaria Neta (PPN) y productividad media
de distintas zonas del planeta
ZONAS
Superficie
(x106Km2)
Producción Primaria Neta
Productividad
(109 toneladas)
media
Materia
Peso Fresco*2 g M.S. /m2 día
Seca*1
48,7
80,8
4,3
52,1
130,25
3,85
Bosques
Praderas, pastos y
matorrales.
Desiertos
31
37
30
3,1
7,75
0,28
Artico, zonas
alpinas
Tierras cultivadas
Areas humanas
Chaparrales,
marismas,
turberas y
ciénagas.
Subtotal terrestre
25
2,1
5,25
0.23
16
2
6
15
0,4
10,7
37,5
1
26,75
2,56
0,54
4,8
147
2
132,1
1,27
289,3
12,7
2,46
1,74
361
363
510
99,56
100,84
232,94
995,6
1008,4
1297,7
0,75
0,75
1,24
Lagos y ríos
Océanos
Subtotal acuático
Total planetario
Fuentes: para ecosistemas terrestres Vitousek, 1986; para ecosistemas acuáticos Pauly & Christensen,
1995.
•
*1. 1g materia seca (M.S.) = 0,4g de carbono.
•
*2. Peso Fresco (P.F.): se ha considerado una humedad media del 90% para la biomasa
procedente de los ecosistemas acuáticos, del 40% para la forestal y del 60% para el resto
terrestre.
2
Ecosistemas más y menos productivos
LOS ECOSISTEMAS TERRESTRES más productivos son los chaparrales, las turberas, las ciénagas y los
bosques, con una productividad media a escala planetaria superior a los 4 gramos de materia
seca por metro cuadrado y día. Las praderas y pastos son los siguientes ecosistemas más
productivos, seguidos por las tierras cultivadas. El cuadro 2 presenta la gran variación existente
en la PPN de distintos cultivos, que puede llegar a los 8,6 gr. MS/m2 día en el caso del maíz, caña
de azúcar o remolacha, que constituyen los cultivos más productivos que se conocen.
Cuando se degrada un ecosistema primitivo, el que lo sustituye suele tener una productividad
inferior. Así, en una serie de vegetación, el bosque representa la mayor productividad, que va
disminuyendo según se degrada en matorrales, zonas de pastos o de cultivo y por último en
zonas desérticas.
Cuadro 2. Producción Primaria Neta de algunos cultivos
gr.C/m2 año
Prados sin abonar
259 –500
Prados abonados
536 –861
Cereales excepto maíz
551 –876
Zanahoria, patata
606 –847
Maíz, caña de azucar,
remolacha
1412-1825
Chopos, pinos
547 -876
Fuente: Margaleff, 1986.
ECOSISTEMAS ACUÁTICOS. La elevada producción primaria de los océanos reflejada en el cuadro 1,
se debe a su enorme superficie ya que su productividad media (0,75 g MS m2/día) es muy
inferior a la terrestre (2,46 g MS m2/día)).
Sin embargo, existen ecosistemas acuáticos mucho más productivos que muchos ecosistemas
terrestres. Este es el caso de los arrecifes o los afloramientos, que tal como refleja el cuadro 3,
tienen una productividad de 890 y 973 g C m2 y año, comparable a la de los cultivos más
productivos.
3
Cuadro 3. Productividad de distintos ecosistemas acuáticos
g C/m2año
103
Océano abierto
Afloramientos
973
Plataformas tropicales
310
Plataformas no tropicales
310
Arrecifes y sistemas costeros
890
Ríos y lagos
290
Media
126
Fuente: Pauly & Christensen 1995.
2.2.- PRODUCCION PRIMARIA AGRARIA y FORESTAL.
PRODUCCION PESQUERA
La producción primaria de los cultivos y los bosques sería según la estimación de Vitousek, 1986,
de 37.500 y 80.800 millones de toneladas (P.F.) anuales respectivamente.
Según los datos de productividad media de distintas zonas recogidos en la tabla 1 y los datos de
aprovechamiento de tierras en el planeta (cuadro 4), podemos estimar la evolución de la
producción primaria agraria y forestal entre los años 1972 y 1997 (cuadro 5).
Cuadro 4. EVOLUCIÓN DE LA SUPERFICIE AGROFORESTAL (1972-1999)
(1000 Ha)
Superficie terrestre (*)
Tierras arables y cultivos
permanentes
Praderas y pastos
permanentes
Terrenos forestales y montes
abiertos
Otras tierras (**)
Superficie agrícola
•
•
1972
13.043.249
1982
13.043.057
1992
13.050.526
1999
13.050.516
1.394.148
1.440.117
1.503.838
1.501.452
3.236.226
3.301.229
3.441.360
3.459.836
4.314.335
4.098.540
4.630.375
4.275.882
4.025.829
4.741.366
4.79.364
3.925.964
4.945.198
3.869.455
8.089.228
4.961.289
(*) Superficie total menos la superficie que ocupan las aguas interiores.
(*2) Comprende cualquier superficie no mencionada en los párrafos anteriores, como superficies
edificadas, carreteras, terrenos baldíos, etc. , para los que no se dispone de datos concretos.
Fuente: FAOSTAT,2002.
4
Cuadro 5. EVOLUCIÓN DE LA PRODUCCIÓN PRIMARIA NETA (PPN) 1972- 1999
109 t MS/ha año
1972
1982
1992
1999
Tierras arables y cultivos
permanentes
13
13,4
14
14
Praderas y pastos permanentes
45,4
46,3
48,3
48,6
Terrenos forestales y montes
abiertos
67,7
67,1
65,5
60,7
Total agroforestal
126,1
126,8
127,8
123,3
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de cuadros 1 y 4.
PPN FORESTAL. La evolución de los datos de aprovechamiento de tierras a lo largo de estos 27
años, muestra como principales puntos destacables, la disminución de los terrenos forestales en
un 11% y el aumento de las tierras dedicadas a pastos (+7%) y a terrenos de labranza y cultivos
permanentes (+8%).
Esta perdida de terrenos forestales va acompañada de una disminución de la productividad
global, tal como muestra la tabla 5. La producción de pastos y cultivos no compensa la pérdida de
terrenos forestales, más productivos en términos medios que los anteriores.
Los datos de terrenos forestales y montes abiertos de la FAO a partir de los cuales hemos
elaborado el cuadro 5, incluyen bosques, terrenos reforestados y plantaciones forestales. Sin
embargo, los bosques, al disponer de varios estratos de vegetación, son más productivos que las
plantaciones forestales y los terrenos reforestados. Los datos de la FAO por tanto enmascaran la
pérdida de zonas boscosas que se está produciendo en el planeta por talas abusivas, incendios y
conversión en pastizales. Solo quedan 1350 millones de hectáreas de bosque primario que no
hayan sido alterados por actividades industriales a gran escala. Desde 1950 se han perdido el
20% de los bosques primarios mundiales y cada año se destruyen o degradas 10 millones de
hectáreas, la superficie equivalente a un campo de fútbol cada 2 segundos.(Greenpeace, 2001) al
incluir en el mismo grupo las zonas que se utilizan para cultivos forestales y reforestaciones, que
además de ser menos productivos, implican una pérdida de la biodiversidad natural.
La estimación de la productividad de los terrenos forestales es con toda seguridad muy superior a
la real y, por consiguiente, la pérdida de productividad de los ecosistemas terrestres en el periodo
1972-1999, debe ser mucho más intensa que la reflejada en el cuadro 5.
Las posibilidades de incrementar la productividad de las zonas forestales pasan por la
conservación de las zonas boscosas, esto es, por una gestión más sostenible de los bosques del
planeta, junto a la recuperación de la productividad de las zonas degradas, mediante la
reforestación.
PPN AGRARIA. La producción primaria neta de los sistemas agrarios es en general inferior a la de
los sistemas naturales que desplazan, principalmente por la sustitución de plantas perennes por
cultivos agrarios anuales. El desarrollo de cultivos perennes o mixtos, la conservación de la
fertilidad de la tierra y en particular el riego pueden disminuir esta diferencia en algunas zonas,
5
pero los cultivos agrarios tradicionales casi siempre son menos productivos que los sistemas
naturales (Vitousek, 1986).
La gran variación de la productividad de las distintas especies cultivadas queda reflejada en el
cuadro 2. Así, la PPN de los cereales varía entre 0,69 y 1,07 g MS/m2día y la PPN de cultivos
como maíz, caña de azúcar o remolacha puede superar los 2 g MS/ m2día. Esta variabilidad está
determinada por factores genéticos (especie y variedad), pero también por la temperatura
ambiental, la disponibilidad de elementos químicos y de su medio de transporte, el agua, los
factores que más afectan a la fotosíntesis. Por ello, la PPN agraria depende de los sistemas de
cultivo empleados, que se pueden dividir, a escala planetaria, en tres grandes grupos: sistemas
industrializados, sistemas adoptados durante la Revolución Verde y diversos sistemas marginales
(Pretty 1995).
Se considera sistemas industrializados a los sistemas de cultivo utilizados en los países
desarrollados (OCDE y EE). Se estima que 1.200 millones de personas viven de lo que producen
estos sistemas. Dependen en gran medida de inputs energéticos y materiales externos y de las
tecnologías de producción modernas. Son sistemas muy productivos pero que implican una gran
degradación del medio ambiente.
Los sistemas pertenecientes a la Revolución Verde son los utilizados en los países en vías de
desarrollo. De ellos dependen entre 2.300 y 2.600 millones de personas. Se caracterizan por el
uso de nuevas variedades que proporcionan rendimientos elevados cuando son cultivadas con
fertilizantes y pesticidas modernos, en zonas con suelos de calidad, con acceso a agua e
infraestructuras para abastecerse de los inputs necesarios y comercializar los productos. Para
mantener la productividad de estos sistemas es necesario el paquete de medidas completo. Si
falla uno de los elementos: la distribución de semillas, los fertilizantes llegan tarde, no hay
suficiente agua de riego...etc, los rendimientos bajan a los niveles de las variedades tradicionales.
Los sistemas marginales están localizados en las áreas más pobres de los países en vías de
desarrollo, como zonas húmedas, montañosas o terrenos de secano con pluviometría variable e
incierta. De ellos dependen entre 1.900 y 2.200 millones de personas. En general desconocen las
tecnologías modernas, no disponen de capacidad para adquirir inputs externos y se encuentran
alejados de carreteras y servicios. Incluyen una gran diversidad de sistemas complejos, que
producen entre 1/5 y 1/10 de lo que producen los sistemas de la Revolución Verde.
La utilización de los dos tipos de sistemas industrializados ha supuesto un incremento de un
7% en la producción de alimentos a escala global desde mediados de los años 60, con los
mayores incrementos en Asia, donde han llegado al 40%. Se considera que entre el 70 y el
90% de este incremento en la producción se ha debido a incrementos en los rendimientos en
lugar de a incrementos de las superficies cultivadas.
Las posibilidades de aumentar la productividad de cada uno de estos sistemas es muy diferente.
Así, según Pretty (1995), existen pocas posibilidades de incrementar la productividad de los dos
primeros sistemas. Existe una evidencia creciente de que los elevados rendimientos de cereales
de estos sistemas no pueden mantenerse a sus niveles actuales, y de hecho es posible que
comiencen a disminuir. Las razones no se han clarificado, aunque la progresiva incidencia de
plagas, enfermedades, toxicidad química, la pérdida de los ratios carbono/nitrógeno de los suelos
y deficiencias químicas son posibles explicaciones.
Los sistemas marginales, sin embargo, tienen un potencial de doblar e incluso triplicar su
productividad, según este autor, con la utilización de prácticas de cultivo orgánicos. La aplicación
de estas prácticas en los cultivos industrializados implicaría una pequeña reducción de la
producción de los sistemas altamente industrializados, pero sin embargo, mantendría la
producción de los sistemas de la Revolución Verde.(Pret, 1995; Greenpeace, 2001)
6
Otros factores que afectan a la producción primaria tanto agraria como forestal son las
inclemencias del tiempo (heladas, sequías, inundaciones...etc), la pérdida o empobrecimiento de
los suelos, la contaminación atmosférica (lluvias ácidas), incendios forestales...etc, que conllevan
pérdidas de cosechas y destrucción o empobrecimiento de las masas boscosas. La tendencia es
que estos problemas se van a incrementar, según advierten los expertos en cambio climático,
debido al sobrecalentamiento de la atmósfera ocasionado por los gases invernadero emitidos
durante la utilización de combustibles fósiles principalmente.
Por todo ello, es de esperar que la disminución de la PPN de los ecosistemas terrestres observada
en el periodo 1972-1999 continúe en el futuro.
Capacidad de producción pesquera
La estimación de la producción primaria de los océanos según Pauly & Christensen (1995),
recogida en el cuadro 1, es de unas 900 mil millones de toneladas anuales (peso fresco) de
fitoplancton y de plantas marinas.
La producción pesquera que esta producción primaria puede mantener se ha estimado de dos
formas. Weber (1995) calcula que la biomasa disminuye aproximadamente en un factor de diez
de un estrato de la cadena alimentaria al siguiente. El siguiente nivel en la cadena alimentaria
estaría compuesto por zooplancton, bacterias y virus. Después le siguen los peces pequeños, los
peces grandes y así sucesivamente. Como la mayoría de las especies marinas que se capturan
para consumo humano se encuentran en el tercer o cuarto nivel de la cadena alimentaria, el
volumen de producción pesquera será de una milésima a una diezmilésima de la producción
primaria. Esto es, la producción pesquera de los océanos sería de 90 a 900 millones de toneladas
anuales. Esta producción la comparten las personas con los predadores marinos, desde cetáceos
a aves.
Diversas estimaciones consideran como dato orientativo, del potencial de pesca de las especies
marinas comercialmente viables 100 millones de toneladas anuales. (Weber, 1995; Pauly &
Christensen, 1995). La producción primaria necesaria para mantener esta capacidad pesquera
representa un 8% de la PPN oceánica. Aunque esta cifra pueda parecer moderada, pero las
posibilidades de incrementar la capacidad pesquera son escasas.
Así, según Pauly & Christensen (1995) el 75% de la PPN de los océanos se encuentra en alta mar.
De ella, entre un 20 y un 25% se encuentra a disposición de los niveles tróficos superiores,
dominados por predadores como el atún, que deben vagar por océanos desiertos en busca de
manchas dispersas de comida. El 8% de la PPN oceánica se encuentra en los bancos costeros,
sometidos ya a una sobreexplotación. En las plataformas oceánicas, una mayor explotación
pesquera supondría hambrunas para los predadores de la cima de la cadena alimentaria, como
los mamíferos y aves marinas.
Pescar especies que se encuentren a un nivel más bajo en la cadena alimentaria tampoco es una
alternativa posible. En alta mar esto no es económicamente viable y en los bancos costeros ya se
hace, aunque podría mejorarse su gestión. La pesca de arrastre está causando la destrucción de
los fondos marinos costeros y con ello, cambios masivos en la estructura de las comunidades,
entre los que se encuentra la sustitución de peces grandes por organismos de corta vida
(pequeños peces pelágicos, cefalópodos, medusas...etc). Esto se ve agravado por el hecho de
que la inmensa mayoría de las plataformas han sido afectadas por las prácticas pesqueras de
arrastre, quedando muy pocos "santuarios" de elevada biomasa y biodiversidad.
Otro factor que afecta a la productividad de los ecosistemas marinos es la contaminación.
7
El elevado aporte al mar de materia orgánica y sustancias químicas, provenientes de aguas
residuales de distinto origen (urbano, industrial, agrícola), ha venido acompañada del aumento de
la turbidez del agua, causada por la eutrofización. Este factor reduce la profundidad a la cual las
comunidades fóticas pueden realizar la fotosíntesis, causando la regresión del límite más profundo
de las praderas de fanerógamas marinas, como las de Posidonia oceanica en el Mar Mediterráneo.
El aumento de la tasa de sedimentación del fondo marino, superior en ocasiones al del
crecimiento de estas plantas, ocasiona lesiones e incluso enterramiento de estas plantas. La
producción de pigmentos fotosintéticos en Posidonia también disminuye en aguas contaminadas y
se han investigado los efectos tóxicos que algunos compuestos químicos, como detergentes o
metales pesados tienen sobre las plantas de Posidonia. (Greenpeace,1992)
Las infraestructuras costeras, como puertos deportivos, paseos marítimos o la regeneración de
playas, contribuyen también a la destrucción de fondos, ya sea directamente por la obra en sí, o
indirectamente por la sedimentación que ocasionan.
La construcción de embalses también disminuye la productividad del mar al reducir los aportes de
nutrientes.
Las posibilidades de incrementar la productividad de los océanos pasan por detener la destrucción
de las zonas productivas. Intervenir directamente para aumentar la productividad de una zona,
como ya han sugerido algunas compañías químicas, vertiendo elementos químicos al mar como
nutrientes, originaría un grave desequilibrio en los ecosistema y no aumentaría la producción de
las especies utilizadas por el ser humano. (New Scientist, 1996)
La acuicultura intensiva no es una solución para incrementar la productividad de los océanos ya
que además de detraer recursos pesqueros (10 millones de toneladas de harinas de pescado se
destinaron a acuicultura en 1997) y agrarios, disminuye la productividad de los ecosistemas
donde se establecen, debido a la sustracción de huevos y crías, la destrucción del hábitat y la
generación de residuos. Un ejemplo paradigmático es la conversión de 65.000 Ha. de manglares
de Thailandia en lagunas para cría de langostinos que ha supuesto una pérdida de capturas
pesqueras en la zona superior a la producción total de langostinos y pescado en las lagunas.
(Kautsky, 2001)
3. APROPIACIÓN HUMANA DE LOS RECURSOS BASADOS EN
LA FOTOSÍNTESIS
Algunos autores que hemos mencionado anteriormente, como Vitousek o Pauly & Christensen
han estimado la utilización que los seres humanos hacemos de la biomasa, ya sea directamente,
mediante el consumo de productos agrarios, ganaderos, forestales, caza o pesca, o
indirectamente, por los efectos que las actividades humanas ocasionan sobre la producción de
biomasa.
En los años 80 Vitousek calculó mediante un método indirecto la "apropiación de los seres
humanos de los productos de la fotosíntesis". Realizó varias estimaciones, en función de los
distintos usos humanos de la biomasa. En la estimación más baja, asumía que una población
humana de 5000 millones de personas, con unas necesidades energéticas medias de 2.500
kcal/persona día, consumiría 910 millones de toneladas de materia seca. Como un 17% de las
calorías que consumimos los seres humanos proceden de productos animales, calculaba que los
humanos consumimos directamente 760 millones toneladas de materia seca vegetal. Estimó
también que un 34% de las cosechas se pierden ya sea por plagas y enfermedades o por
constituir residuos de las cosechas. De forma similar, calculó la PPN consumida por los animales
domésticos y el consumo de productos forestales y pesqueros, llegando a la conclusión que los
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seres humanos, en la estimación más baja, consumían 7.200 millones de toneladas anuales de
materia seca. Esto representaba según sus cálculos un 3,2 % de la Producción Primaria Neta
global. Sin embargo, al incluir los usos humanos indirectos de la biomasa, como pérdidas de las
cosechas, pérdidas causadas durante la explotación forestal, desertificación, contaminación,
conversión de sistemas naturales en áreas de uso humano...etc, estimó que el ser humano podría
estar utilizando un 40% de la PPN global.
Pauly & Christensen utilizaron un método más directo para calcular el uso humano de la
Producción Primaria Neta de los océanos. Utilizando las estadísticas de capturas pesqueras,
calcularon la PPN necesaria para sostener las capturas de cada especie, llegando a la conclusión
que un 8% de la PPN de los océanos es capturada por las pesquerías. Esta cifra pueda parecer
moderada en contraste con los sistemas terrestres, pero según estos autores representa el límite
de PP disponible.
En este trabajo hemos actualizado los datos de apropiación humana de la biomasa siguiendo un
método similar. A partir de las estadísticas de producción agraria, forestal y ganadera y
De capturas pesqueras de la FAO hemos calculado la cantidad mínima de biomasa que utilizamos
directamente. A estas cantidades se hemos sumado las pérdidas directas e indirectas generadas
para la obtención de estos productos, para obtener una estimación moderada de la apropiación
humana de los recursos de la fotosíntesis.
Cuadro 6. Estimación moderada de la utilización humana de la biomasa (1997)
(109 toneladas)
Producción
Prod.+ pérdidas
directas
Prod. + perdidas
directas +pérdidas
indirectas (*)
PF
MS
PF
MS
PF
MS
Agraria
8,86
3,54
11,51
4,6
20
8
Forestal
6,15
3,69
12,3
7,38
16
9,6
Ganadera
(pastos)
4,4
1,76
4,8
1,92
5,52
2,2
Pesquera
0,12
0,012
0,12
0,012
0,15
0,015
Total
19,53
9,02
28,73
13,91
41,67
19,81
•
(*) Se estiman unas pérdidas indirectas por muerte de animales marinos que no llegan a subir a
bordo de un 25%.
Fuente: Elaboración propia a partir de datos de FAOSTAT 2002.
PRODUCTOS AGRARIOS. En primer lugar habría que señalar que las estadísticas de producción y
comercio agrario de la FAO recogen solo los principales cultivos, dejando sin incluir muchos
cultivos dedicados a consumo humano, cultivos ornamentales y otros. Estas estadísticas están
elaboradas a partir de los datos suministrados por cada país, que no incluyen en muchos casos
los productos alimentarios para autoconsumo o los producidos en zonas marginales de los países
en vías de desarrollo, que como comentamos en el capítulo anterior, proporcionan alimento a
2.000 millones de personas.
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Por otra parte, hay que tener en cuenta que como media, una tercera parte de la biomasa total
de los cultivos lo constituyen los residuos agrarios y las pérdidas de producción por plagas y
enfermedades. Siguiendo con una estimación muy conservadora, sumando estas pérdidas a los
8.862 millones de toneladas registradas por la FAO, supondría un uso humano de 11.510 millones
de toneladas anuales.
Durante el aclareo o el cultivo de tierras agrícolas, también se destruye una cantidad muy
importante de materia orgánica, que sumada a las pérdidas comentadas anteriormente y a los
datos no incluidos en las estadísticas, pueden resultar fácilmente en los 20.000 millones de
toneladas anuales de biomasa que recogíamos como potencial de producción primaria global de
las tierras de cultivo.
En cualquier caso, las tierras destinadas a cultivos son utilizadas por el ser humano, ya sea
directamente mediante las cosechas o indirectamente al sustituir los ecosistemas naturales por
ecosistemas agrarios, en general menos productivos.
PRODUCTOS GANADEROS. Según las estadísticas de la FAO, la producción primaria ganadera en el
mundo en 1997, fue de 834 millones de toneladas. Al igual que los datos de producción agraria,
seguramente estos datos son inferiores a la realidad al no contar con la producción de los
pequeños granjeros.
Haciendo una estimación muy moderada de las partes no aprovechables de los animales en un
10%, el peso total de animales para producir los productos ganaderos anteriores sería 917,4
millones de toneladas.
La producción ganadera se obtiene a partir de productos agrarios que ya hemos incluido en el
apartado anterior y a partir del consumo de pastos por parte de los animales. En los años 70, se
estimaba que el 75% de la materia orgánica (peso seco) consumida por el ganado provenía de los
pastos y el 25% restante de los productos agrícolas derivados hacia la alimentación animal.
Desde entonces, además de aumentar la producción ganadera a nivel global, se ha incrementado
la cantidad de productos agrarios derivados a alimentación animal. La producción ganadera
basada en pastos sería de 688 millones de toneladas. Utilizando un índice de conversión
moderado de 7 toneladas de cereales necesarios para producir 1 toneladas de carne, son
necesarios 4816 millones de toneladas de pastos.
Además debemos incluir en nuestra estimación, la biomasa destruida durante la creación de
pastos a partir de terrenos forestales, fuegos en sabanas o en pastizales. Sumando una
estimación moderada de un 15% de pérdidas indirectas resulta una apropiación de 5538,4
millones de toneladas.
PRODUCTOS FORESTALES. La producción forestal mundial registrada por la FAO en 1997 fue de
6.152 millones de toneladas, lo que representa aproximadamente un 8% de la producción
primaria neta forestal del planeta, estimada en unas 80.000 millones de toneladas (peso fresco)
anuales.
De nuevo estos datos recogidos por la FAO pueden considerarse un mínimo a partir del cual
podemos estimar el uso real de la biomasa forestal.
Así, tenemos que tener en cuenta la explotación forestal no registrada por las estadísticas, que
tampoco recogen las especies forestales destruidas, biomasa de los árboles no aprovechada y
terrenos aclarados durante la extracción de la madera de los bosques.
10
La fracción comercial aprovechable de un árbol puede suponer, según la especie, únicamente
entre un 30 y un 50% de la biomasa total del árbol (Margaleff,1986). Esto implicaría que los
6.152 millones de toneladas de productos forestales inventariados por la FAO en 1997, suponen
en realidad un uso humano del doble de la biomasa, 12.304 millones de toneladas.
Pero a esta cifra habría que añadir la biomasa de los bosques y plantaciones forestales que se
destruye durante la extracción, ya sea por el arrastre de otros árboles y matorrales al caer los
troncos cortados, o por las talas a matarrasa con maquinaria pesada practicadas en muchos
países, como Canadá, EE.UU., Chile y Amazonía. Según el tipo de bosque o plantación, los
árboles pueden representar entre el 30 y el 90 % de la biomasa total. Considerando que como
media representasen el 70%, y basando nuestras estimaciones en los datos FAO, la biomasa
utilizada sería de 16.000 millones de toneladas anuales, que representarían un 20% de la PPN
forestal global.
Si añadimos la pérdida de productividad global que supone la permanente conversión de bosques
en pastizales y que la FAO sobreestima la extensión de terrenos forestales al incluir plantaciones
y terrenos de monte degradados, el porcentaje de PPN forestal utilizado por los seres humanos es
alarmante.
PRODUCTOS PESQUEROS. En 1997 se capturaron 122,14 millones de toneladas de productos
pesqueros. La FAO, estableció en 1995 que la producción pesquera máxima no debía superar los
83 millones de toneladas. En caso de ponerse en marcha medidas de gestión para el 60% de las
reservas, consideraba que podrían extraerse 10 millones de toneladas más. Considerando esta
cantidad el límite máximo que garantizaría la sostenibilidad del recurso, desde principios de los 90
la apropiación que hacemos la supera en gran medida, con el agravante que las capturas
máximas recomendadas por la FAO son consideras excesivas por algunos científicos. La FAO
asegura que el 75% de los stocks pesqueros mundiales de los cuales se conocen datos, están
totalmente explotados, sobreexplotados o devastados.(Greenpeace, 2001)
Las capturas pesqueras para exportación las realizan grandes flotas industriales, quienes
además de sobreexplotar los recursos de los países más pobres, causan un grave deterioro de
los ecosistemas en los que faenan, por agotar las especies objetivo de su faena y por el gran
volumen de capturas accidentales y descartes realizados por estos pesqueros. Se estima que
27 millones de toneladas de animales muertos o dañados por los aparejos de pesca son
arrojados nuevamente al mar por los buques pesqueros, por tratarse de animales protegidos,
especies sin valor o con bajo valor comercial, o por no tener el tamaño mínimo permitido por
la legislación. (FAO, 1995)
La misma FAO, basándose en datos de 1989, indica que sería precisa la eliminación del 23%
del tonelaje de registro bruto (TRB) total de las flotas mundiales para restablecer los niveles de
abundancia de los stocks y las capturas existentes en 1970. Este organismo ha cuantificado las
pérdidas anuales del sector pesquero a nivel mundial en más de 54.000 millones de dólares.
Estas flotas industriales copan los caladeros, desplazando las flotas artesanales de los países
más pobres y dando lugar a graves conflictos pesqueros. Muestra de esta situación fue la
manifestación de más de 7,5 millones de pescadores hindúes en su país, en 1995, para pedir
la limitación de buques extranjeros en las aguas tradicionalmente explotadas por los
pescadores artesanales, la "guerra del bonito" en las costas cantábricas o los conflictos que
enfrentan actualmente a pescadores artesanales chilenos con las industriales de capital
español y japonés en aguas chilenas.
Las flotas artesanales, además de capturar para autoconsumo y para suplir mercados locales,
son mucho más respetuosas son los ecosistemas marinos, por capturar volúmenes menores y
por utilizar artes de pesca más selectivas.
11
OTROS USOS HUMANOS DE LA BIOMASA TERRESTRE. Por último, debemos incluir entre los usos
humanos de la biomasa las pérdidas ocasionadas como consecuencia de las actividades humanas:
•
•
•
Pérdida de masas forestales por lluvia ácida, erosión del suelo, reducción de la
productividad pesquera por contaminación marina y destrucción de fondos, etc.
Desertificación
Conversión de sistemas naturales en áreas de uso humano, como áreas urbanas,
carreteras, embalses, canalización de ríos, construcción de puerto, etc. Es de destacar la
destrucción de los ecosistemas de los litorales por las modificaciones de cuencas
hidrológicas, modificación del litoral por construcción de puertos, playas, paseos
marítimos y otras infraestructuras, que raramente tienen en consideración los efectos
sobre la productividad marina.
TOTAL. Vitousek, incluyendo en sus cálculos parte de los usos indirectos que hemos mencionado,
estimaba que el ser humano se apropiaba del 40% de la biomasa terrestre producida anualmente
en el planeta
Según nuestras estimaciones, el uso humano mínimo de biomasa, considerando únicamente usos
agrarios, forestales y ganaderos directos e indirectos, supondría 41.850 millones de toneladas de
biomasa (peso fresco), que representan el 14 % de la PPN global terrestre (289.300 millones de
toneladas). A esta cifra habría que añadirle los otros usos que se han comentado, por lo que la
cifra presentada por Vitousek (40%) podría quedarse corta y una sola especie animal del planeta,
el ser humano, estaría apropiándose de los recursos globales, por encima de niveles sostenibles,
y forzando además al resto de las especies a vivir de los restos que ésta deja.
RECAPITULACION
El cuadro 6 sintetiza, para 1997, nuestras estimaciones de la utilización anual que la especie
humana hace de la biomasa terrestre. Aunque estas estimaciones están sesgadas a la baja,
superan a las que hasta ahora se venían manejando.
La biomasa constituye la principal fuente de recursos renovables del planeta y el sustento de
millones de especies de seres vivos, incluido el ser humano. Como recurso renovable cabría
pensar que ofrece al ser humano una capacidad de aprovechamiento casi infinito, sin embargo en
los apartados anteriores hemos visto que esta afirmación queda muy lejos de la realidad.
En primer lugar, hemos destacado como la capacidad de producción de biomasa (la
productividad) en el planeta disminuye cada año como consecuencia del deterioro de los distintos
ecosistemas ocasionados por las actividades humanas. En los ecosistemas terrestres, tiene
especial relevancia la destrucción de las áreas más productivas, los bosques, ya sea para explotar
directamente sus recursos o para convertirlos en pastos y tierras agrícolas con menor
productividad. En los ecosistemas marinos, la pesca de arrastre está destruyendo los fondos
marinos costeros y con ello, los principales "santuarios" marinos de elevada biomasa y
biodiversidad.
La contaminación, la erosión, el cambio climático, la desertificación, las infraestructuras terrestres
y marinas...etc, al destruir o deteriorar los distintos ecosistemas, conllevan la disminución de la
productividad global.
12
Las actividades humanas, en definitiva, están ocasionando un serio deterioro de los distintos
ecosistemas a escala global y con ello de su productividad, en gran medida de forma irreversible
y a un ritmo cada vez mayor. Esto es, estamos afectando gravemente, si no destruyendo, la
capacidad de renovación de la biomasa y con ello su carácter de recurso renovable.
Debemos recordar que la disminución de la productividad en términos de biomasa, lleva consigo
una disminución en la producción de oxígeno y cambios en los ciclos del agua, del nitrógeno, del
carbono, entre otros. Esto es, cambios que pueden estar afectando la estabilidad de la biosfera.
Algunos autores, como Giampietro & Pimentel(1990)han valorado que el consumo humano de la
biomasa se encuentra por encima de la capacidad productiva del planeta y señalan la dificultad de
estimar los límites de degradación de los ecosistemas que pueden afectar irremediablemente la
estabilidad de la biosfera. Odum ha valorado que un 33% de los ecosistemas terrestres deberían
preservarse para asegurar esta estabilidad.
El uso la biomasa por parte de los seres humanos, ya sea directa o indirectamente, aumenta
vertiginosamente cada año, al igual que la población mundial, tal como muestran las tablas de
producción forestal, agraria, ganadera y pesquera que presentamos en los apéndices.
Las estimaciones que hemos realizado indican que estamos utilizando más de un 14% de la
producción de biomasa terrestre, y más de un 8% de la biomasa marina, obligando al resto de
especias animales a vivir de los restos que dejamos y en ocasiones condenándolas a hambrunas,
como es el caso de algunas especies marinas.
Combinar un incremento del uso de la biomasa, con una disminución de su capacidad de
producción y renovación, nos llevan a una situación insostenible.
El hecho de que en las sociedades industrializadas, la biomasa terrestre utilizada directamente
por el ser humano, no se reintroduce en el suelo, cerrando el ciclo de materiales, sino que acaba
en su amplia mayoría, depositada en vertederos, contaminando ríos y mares o quemada en
incineradoras de residuos, agudiza esta situación.
Todo ello nos debería hacer reflexionar sobre la necesidad de tomar medidas serias y urgentes
para frenar esta degradación y utilizar de forma más sostenible los recursos que sustentan la vida
de este planeta.
4. COMERCIO MUNDIAL DE BIOMASA
El cuadro 7 resume los datos de producción y comercio mundial de biomasa procedente de la
producción agraria, ganadera, forestal y pesquera. Estos datos los hemos elaborado a partir de
estadísticas de la FAO. Hemos considerado países ricos a los pertenecientes a la OCDE
(Alemania, Australia, Austria, Bélgica, Luxemburgo, Canadá, República Checa, España, Estados
Unidos de América, Francia, Grecia, Hungría, Italia, Japón, México, Nueva Zelanda, Portugal,
Reino Unido, Suiza y Turquía) y pobres al resto, mientras que los países pobres exportan hacia
los países desarrollados recursos forestales.
13
Cuadro 7. Producción, comercio y disponibilidad de recursos agrarios, ganaderos,
forestales y pesqueros
Año
Países
Producción
6
10 t
Exportación
6
10 t
Consumo
6
10 t
Población
Disponibilidad
millones
kg/hab.
5338,52
1042,07
4296,46
5821,13
1102,28
4718,85
1059,01
2002,53
829,00
1522,51
3075,10
1158,34
5338,52
1042,07
4296,46
5821,13
1102,28
4718,85
144,56
355,62
93,48
143,25
350,84
94,40
5338,52
1042,07
4296,46
5821,13
1102,28
4718,85
1160,01
2121,21
923,92
1056,89
2212,85
789,89
5338,52
1042,07
4296,46
5821,13
1102,28
4718,85
18,38
30,92
15,27
20,98
29,36
18,91
R/P
AGRARIO
1991
1997
Mundo
Ricos
Pobres
Mundo
Ricos
Pobres
5653,57
2169,56
3484,01
8862,74
3449,64
5413,10
82,79
-77,75
2086,77
3561,76
60,01
-52,95
3389,63
5466,05
2,4
2,7
GANADERO
1991
1997
Mundo
Ricos
Pobres
Mundo
Ricos
Pobres
771,75
371,96
399,79
833,90
391,33
442,57
1,38
-1,85
370,58
401,64
4,61
-2,91
386,72
445,48
3,8
3,7
FORESTAL
1991
1997
Mundo
Ricos
Pobres
Mundo
Ricos
Pobres
6192,73
2162,42
4030,31
6152,29
2353,71
3798,58
-48,03
60,74
2210,45
3969,57
-85,47
71,22
2439,18
3727,36
2,3
2,8
PESQUERO
1991
1997
Mundo
Ricos
Pobres
Mundo
Ricos
Pobres
98,13
32,19
65,93
122,14
32,41
89,73
-0,03
0,32
32,22
65,62
0,05
0,47
32,36
89,26
2,0
1,6
14
Recursos agrarios y ganaderos
En tonelaje, los países ricos arrojan una exportación neta positiva de productos agrarios y
ganaderos hacia el resto de los países del mundo.
Si nos detenemos en los tipos de productos agrarios que exportan los países más ricos del
planeta (ver apéndice 1), nos encontramos que se trata de productos básicos, principalmente
cereales, que con 85.260.703 toneladas supusieron, en 1997, de hecho el grueso de las
exportaciones netas hacia los países pobres y el causante del gran desequilibrio comercial de
productos agrarios vegetales entre los dos mundos.
Los países más pobres no sólo exportan productos que no se pueden cultivar en las latitudes y
climas templados de la mayoría de los países ricos, como caucho, té, café, tabaco o bananas
entre otros, sino también legumbres, frutas o verduras que también pueden cultivarse en
países ricos y materias básicas para alimentación animal, como plantas forrajeras y tortas y
harinas oleaginosas.
En cuanto a los productos ganaderos, también son deficitarios los países más pobres, quienes
a pesar de ser grandes exportadores de ganado vacuno, importan leche y productos lácteos,
junto a carne fresca y ganado ovino y caprino (ver detalle en anexo 2).
Es remarcable que estos países estén exportando productos para alimentación de ganado a los
países ricos, para luego importar productos ganaderos. Destaca también el hecho de que
tengan que importar alimentos básicos, mientras dedican sus tierras a cultivar productos
destinados a la exportación.
El cuadro 7 nos muestra también la disponibilidad de recursos agrarios y ganaderos por
habitante. Se observa que la disponibilidad total de productos agrarios ha aumentado desde
1991 pasando de 1060 a 1522 kg., además ha aumentado la diferencia de disponibilidad entre
los habitantes de los países ricos y los de los pobres, pasando de 2,4 a 2,7.
La disponibilidad de productos ganaderos se ha mantenido estable en estos años, siendo 3,7
veces superior en los países ricos.
Recursos pesqueros
En cuanto a productos pesqueros, se observa una reducción de las importaciones de los países
ricos, que en 1997 tienen una balanza comercial de este recurso positivo. Esto puede deberse
a que la captura pesquera se asigna al país que abandera el barco que realiza la captura o
descarga (si no la realiza directamente), no al origen del pescado. Así, las capturas de la flota
pesquera española faenando en agus de Chile o Mauritania, se consideran producción pesquera
de España y no de estos países.
Las flotas industriales, responsables de la mayor parte de las capturas, pertenecen a los países
ricos, y además, la mayor parte del comercio internacional de pescado se de entre ellos países.
15
Recursos forestales
Los recursos forestales de los países en vías de desarrollo también son exportados en gran
medida hacia los países más ricos, a pesar de la gran producción forestal de éstos (EE.UU.,
Canadá, Suecia, Finlandia, Noruega...etc).
La disponibilidad de recursos forestales de los países desarrollados (2213 kg/habitante) triplica
la de los países en vías de desarrollo (790 Kg/habitante). La diferencia de disponibilidad
también ha aumentado desde 1991. Los países más pobres consumen una gran cantidad de
leña y carbón vegetal propio (más de 1000 millones de toneladas) , ya que es la principal, y
para la mayor parte de la población única, fuente energética. Los países ricos sin embargo
utilizan los recursos forestales principalmente para fabricar papel y como material de
construcción.
Comercio mundial de biomasa en términos energéticos.
Midiendo el comercio mundial agrario en términos energéticos, las desigualdades entre los
países desarrollados y los países en vías de desarrollo se compensarían en parte, ya que según
vimos en el capítulo sobre producción primaria agraria, el consumo energético varía mucho en
función del sistema de producción que se utilice.
Los sistemas altamente industrializados, utilizados en los países desarrollados, requieren una
gran cantidad de inputs energéticos externos. Los sistemas de cultivo de los países en vías de
desarrollo son de dos tipos, por una parte, las tierras más ricas han adoptado sistemas
introducidos durante la "Revolución verde", dependientes también en gran medida de inputs
externos y por otra, en las tierras marginales, se utilizan sistemas de producción agrarios con
muy bajos o nulos inputs externos. Por último, existen sistemas de producción agrarios
orgánicos, que dependen básicamente de inputs locales, cuyo balance energético input/output
es muy positivo.
Así, tal como aparece en la tabla 7, la producción de 1 kg de arroz, con un contenido
energético de 3,4 kcal/kg (14 MJ/kg) puede requerir 0,65 MJ si se cultiva en China mediante
un sistema orgánico o 11,11 MJ si se cultiva en EE.UU. mediante un sistema altamente
industrializado. En este último caso, la energía contenida en el producto (14 MJ/k) apenas
recupera la energía invertida en su proceso de producción (11,11 MJ/k).
16
Cuadro 8 : Cantidad de cereal producido (kg) por megajulio (Mj) de input energético
invertido en diferentes sistemas agrarios.
kg /MJ
MJ/Kg
Lugar
Sistema de producción
Japón
Arroz irrigado, elevados inputs
0,30
3,33
China
Arroz orgánico
1,53
0,65
Filipinas
Latinoamérica
Bangladesh
EE.UU
R.U.
Arroz irrigado, elevados inputs.
0,22-0,36
Arroz irrigado, con Azolla e
0,79
inputs bajos
Arroz cultivado con agua de lluvia en
0,72-0,88
terrazas de montaña
Arroz cultivado en terrazas de montaña
1,94
con bajos inputs
Arroz bajos inputs
Arroz irrigado, inputs elevados
Maíz inputs elevados
Maíz bajos inputs rotación de
cultivos
Trigo inputs muy elevados
Trigo bajos inputs
2,64
4,54-2,77
1,26
1,38-1,13
0,5
0,37
0,09
0,25
0,67
11,11
4
1,49
0,45
1,09
2,22
0,91
Fuente: Pretty,1995 .
Con los datos de consumo energético necesario para producir cereales y arroz según los
diferentes sistemas de producción que se empleen, podemos hacer un ejercicio para mostrar
cómo se compensa la balanza comercial entre los países ricos y el resto, si se introduce un
factor de corrección energético.
Así, suponiendo que los países ricos utilizan sistemas altamente industrializados y que el resto
de los países utilizan sistemas de producción con menores requerimientos energéticos, hemos
calculado el factor de corrección que habría que aplicar a las exportaciones de cada grupo de
países para que reflejaran la producción neta en términos energéticos. El detalle de este
cálculo aparece recogido en los cuadros del apéndice 2.
En el caso de los cereales, hemos supuesto que los países ricos utilizan los sistemas altamente
industrializados de los EE.UU., y el factor de corrección a emplear sería 0,6. Considerando que
el resto de los países utilizaran sistemas de cultivo tipo "Revolución Verde" que requieren
menores consumos energéticos, como los empleados en Méjico, Filipinas o Guatemala, hemos
calculado un factor de corrección de 0,8.
En el caso del arroz, corregimos las exportaciones netas de los países ricos con un factor de
0,21, al suponer que utilizan los sistemas altamente industrializados empleados en EE.UU. y
las exportaciones de los países más pobres las corregimos con un factor de 0,81, al suponer
que utilizan sistemas similares a los Filipinos, parcialmente industrializados.
17
El cuadro 9 muestra cómo se reduciría el saldo exportador neto de los países ricos. En el
comercio de cereales se observa una compensación de la negativa balanza comercial, aún más
destacable en el caso del arroz, donde los países más pobres compensarían en un 80% su
balanza comercial de este producto agrario.
Este ejercicio, solo pretende mostrar el distinto significado físico que subyace a las
producciones agrarias de los países del "Norte" y del "Sur". Así los excedentes agrarios de los
países ricos se consiguen gracias a un uso intensivo de energía, que apenas recuperan la
energía que invierten en el proceso de producción y que además, procede en muchos casos de
países que luego importarán esos cultivos para alimentar a su población.
Cuadro 9. Exportaciones netas de distintos cultivos corregidas en función de su
consumo energético (106 toneladas)
Cultivos
Cereales
(*)
Arroz
(**)
Países
Ricos
Ricos
Exportaciones sin corregir
1993
Exportaciones corregidas
1991
1992
1991
1992
+124
+123,5
+114,5
+74,4
+74,1
+134
+181
+174
+29,5
+39,8
1993
+68,7
+38,3
Fuente: Elaboración propia (ver apéndice 3).
•
•
(*) Se considera que en los países ricos los cereales se cultivan con sistemas altamente
industrializados, como los utilizados en EE.UU. Se corrigen las cantidades exportadas
multiplicándolas por 0,6. Se considera que el resto utiliza sistemas de cultivo que requieren
menores aportes energéticos, como Méjico, Filipinas o Guatemala. Se corrigen las cantidades
exportadas con un factor 0,8.
(**) Se ha corregido suponiendo que los países ricos utilizan sistemas de cultivo de arroz
altamente industrializados similares a los de USA y que el resto de los países utilizan sistemas de
cultivo de arroz con bajos aportes energéticos, similares a los de Filipinas.
18
ANEXO 1. Exportaciones netas de cultivos de países ricos en
1997(t)
Bananos
Patatas
Café Verde
Productos Forrajeros nep
Naranjas
Manzanas
Semillas de Girasol
Cacao en Grano
Pimientos Frescos
Melocotones y Nectarinas
Tabaco en Bruto
Cantalupos&otros Melones
Té
Semilla de Sésamo
Uvas
Toronjas y Pomelos
Caucho Natural
Mijo
Mangos
Platanos
Semilla de Algodón
Frijoles Secos
Remolacha Azucarera
Jengibre
Alforfón
Pimienta Negra y Blanca
Ajos
Frutas Frescas nep
Aguacates
Taro (Colocasia)
Fibra y Estopa de Lino
Cítricos nep
Setas y Hongos
Dátiles
Tubérculos+Raíces nep
Frijoles Verdes
Sisal
Raíces de Achicoria
Otras Legumbres Aliaceas
Semillas Oleaginosas nep
Cocos
Canela
Espárragos
Maíz Verde
Guisantes Verdes
Abaca
Ciruelas
Semillas Anís,Bad,Hinojo
Zanahorias
Batatas (Camotes)
Arándanos
-8.334.638
-5.194.089
-3.781.061
-3.010.594
-2.909.946
-2.888.063
-2.190.864
-1.490.857
-978.456
-768.172
-543.884
-460.795
-412.762
-347.964
-275.084
-271.879
-234.557
-226.516
-199.850
-178.731
-177.303
-167.853
-163.090
-128.881
-107.677
-105.508
-84.507
-84.224
-81.358
-78.770
-66.933
-61.917
-59.840
-59.003
-57.605
-55.808
-55.644
-55.000
-53.782
-51.294
-47.538
-37.015
-36.475
-33.977
-32.589
-32.294
-29.911
-28.404
-27.820
-23.840
-21.368
Ocro
Especias nep
Ricino
Nuez Moscada
Espinacas
Nueces del Brasil
Habas Secas
Cañamón
Castañas
Habas Verdes
Higos
Algarrobas
Arádano Azul
Frambuesas
Acajú
Clavo de Olor
Nueces de Karité
Cerezas
Vainilla
Gomas Naturales
Otras Fibras Veget nep
Higos Secos
Caña de Azúcar
Grosellas
Flores Secas de Pelitre
Alcachofas
Fruta Fres Con Hueso nep
Guandúes
Otras Fibras Agaves
Semilla de Kapok con Cás
Semilla de Melón
Yautia Malanga
Nueces de Kola
Semilla de Cártamo
Frijol Verde sin Desgran
Rutabagas Forrajeros
Menta
Fibras Semejantes a Yute
Frutos Secos, nep
Aceitunas
Frutas Secas
Caupíes Secos
Kakis
Triticale
Lúpulo
Fruta Tropic Fresca nep
Avellanas
Ramio
Albaricoques
Cereales Mezclados
Hortalizas Frescas nep
-21.119
-19.982
-16.095
-15.732
-15.377
-13.619
-12.548
-12.387
-10.725
-10.624
-8.183
-7.391
-6.381
-5.866
-5.642
-5.137
-4.947
-3.490
-3.280
-1.845
-1.459
-1.445
-652
-553
-461
-268
0
0
0
0
0
0
5
72
96
351
920
922
1.153
2.136
2.212
3.093
3.138
3.333
3.798
4.125
5.233
5.514
5.819
6.284
6.798
Berenjenas
Hortal+Tubérc Forraj nep
Cerezas Agrias
Semilla de Adormidera
Calabazas,todas clases
Alfalfa
Fresas
Cereales nep
Bayas nep
Cebollas Secas
Legumbres Secas nep
Almendras
Alpiste
Coles
Semilla de Mostaza
Kiwi
Sandías
Tang.Mand.Clement.Satsma
Nueces de Areca (Betel)
Papayas
Sorgo
Lechugas
Avena
Fibra y Estopa de Cáñamo
Centeno
Linaza
Tomates
Pistachos
Maní con Cáscara
Limones y Limas
Arroz en Cáscara
Peras
Remolacha Forrajera
Lentejas
Coliflores
Piñas
Cebollas+Chalotes Fresc
Altramuces
Semilla de Colza
Garbanzos
Membrillos
Guisantes Secos
Pimentón,Pimienta Gorda
Soja
Quinoa
Nueces
Mate
Pepinos y Pepinillos
Cebada
Maíz
Trigo
6.880
8.386
8.455
8.743
9.062
9.728
12.263
13.286
14.194
16.735
17.693
21.343
31.253
32.241
36.850
37.367
41.207
42.558
52.607
57.572
61.032
72.730
74.716
74.909
77.505
84.557
89.490
94.779
109.387
118.706
118.732
122.290
129.970
200.365
242.321
272.479
355.879
377.720
572.416
616.816
762.387
790.635
829.490
1.305.243
2.028.827
2.772.656
3.640.919
4.883.177
9.961.037
11.930.227
53.718.947
19
ANEXO 2. Exportaciones netas productos ganaderos
primarios países ricos 1997 (t)
Carne de Búfalo
Pelos de Cabra Finos
Grasas de Ovinos
Miel
Aceite y Grasas Animales
Grasas de Vacunos
Carne de Conejo
Huevos,excluidos Gallina
Salvajina
Grasa de Aves
Cera de Abejas
Pelos Ordinarios
Pieles de Oveja con Lana
Pelos Finos de Animales
Carne nep
Despojos de Caballo
Pieles Finas,Peletería
Carne de Ganso
Carne de Aves Exc Pollo
Carne de Pavos
Pichones y Otras Aves
Despojos Hígado de Pollo
Huevos de Gallina
Carne de Caballo
Pieles de Karakul
-3.778.520
-1.686.083
-469.075
-283.678
-173.009
-45.791
-44.735
-42.537
-37.937
-11.369
-9.427
-9.267
-7.387
-5.958
-3.687
-2.728
-1.021
-961
-708
-462
-290
90
1.089
1.866
2.615
Carne de Cabra
Animales Vivos nep
Capullos devanables
Carne de Pato
Despojos e Hígado Patos
Despojos Comestib Ovinos
Crines
Grasa Cerdo Carnicería
Pieles de Conejo
Caracoles, exc Marinos
Carne de Pollo
Lana Grasienta
Despojos Comestibles nep
Carne de Carnero&Cordero
Despojos Comest Vacunos
Carne de Vaca y Ternera
Despojos Comestibl Cerdo
Despojos/Hígado de Ganso
Leche de Oveja
Carne de Cerdo
Pelos de Cabra Bastos
Grasas de Cerdo
Leche Vaca,Entera,Fresca
3.757
4.638
5.384
5.433
7.539
28.463
30.708
42.625
48.820
88.290
109.933
185.246
206.928
252.696
255.370
257.005
279.094
379.786
389.731
519.135
1.989.993
2.263.998
3.865.033
Anexo 3.- BALANCES ENERGETICOS DE DISTINTOS
SISTEMAS DE PRODUCCION
CEREALES
(103 kcal/ha/año)
LUGAR
Cosecha
(1)
Inputs
(2)
Producción
(3)=(1)-(2)
Factor de
corrección
(3)/ (1)
Eficiencia
(1)/(2)
18.381
7.134
11.247
0,61
2,58
7.705
3.812
3.893
0,5
2,02
3.465
669
2.796
0,8
5,07
3.836
960
2.876
0,74
3,95
USA 1970
USA 1945
Filipinas
Guatemala
Fuente: G.Leach, 1981.
20
ARROZ
(103 kcal/ha/año)
LUGAR
Cosecha
Inputs
(1)
Filipinas
Surinam
USA
Factor de
corrección
(3)/(1)
Eficiencia
(2)
Producción
neta
(3)=(1)-(2)
5.469
992
4.477
0,81
5,51
12.297
9.825
2.477
0,2
1,25
20.090
15.641
4.449
0,22
1,29
(1)/(2)
Fuente: G.Leach, 1981.
MAIZ
(103 kcal/ha/año).
LUGAR -AÑO
EE.UU. 17001
EE.UU. 19101
EE.UU. 19501
EE.UU. 19641
EE.UU. 19701
EE.UU. 19801
EE.UU. 19831
R.U.
(1973-1974)2
Africa
(subsistencia)2
Cosecha
(1)
Inputs
(2)
7.250
7.250
9.532
17.060
20.320
26.000
26.000
716
1.301
3.107
5.596
7.544
10.384
10.537
Producción
neta
(3)= (1)-(2)
6.534
5.949
6.425
11.464
12.776
15.616
15.463
14.746
6.302
8.444
2,34
3.209
86
3.123
37,7
Eficiencia
(1)/(2)
10,5
5,8
3,1
3,0
2,7
2,5
2,5
Fuentes:1 (D.Pimentel and W.Dazhong, 1990),2( G. Leach, 1981).
Dolores Romano
Presidenta de Greenpeace
21
REFERENCIAS
•
•
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•
•
•
•
FAOSTAT, 2002. www.fao.org/ag
Gianpietro, M. and Pimentel, D. (1990) Energy analysis models to study
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8-12 November 1990, Sienna, Italy.
Greenpeace (1992) Posidonia oceanica: El bosque sumergido. Madrid:
Greenpeace.
Greenpeace (2001) Pesca pirata: el saqueo de África occidental:
Greenpeace.
Greenpeace (2001) ¿Salvar o eliminar? Una oportunidad para salvar los
Bosques Primarios del mundo: Greenpeace.
Greenpeace (2001) Recetas contra el hambre. Historias con éxito para el
futuro de la agricultura: Greenpeace.
Kautsky, N. Et al (2001) Aquaculture. In Encyclopaedia of Biodiversity,
volume 1.
Leach, G. (1981) Energía y producción de alimentos. Madrid:Ministerio de
Agricultura y Pesca.
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Li, W.K.W. et al (1983) Science 219, 292-295.
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Mitchell, T. (1996) The Ecologist 26,1, 19-26.
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Naredo, J.M. (1999)Sobre la “sostenibilidad de los sistemas”.En
Desarrollo económico y deterioro ecológico.J.M. Naredo y A. Valero (dirs),
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Pauly,D. & Christensen,V. (1995) Nature 374, 255-257.
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Sustainability and Self Reliance. Washington: Joseph Henry Press)
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Weber, P (1995) Pérdidas netas. Pesca, empleo y medio ambiente
marino. Bilbao: Bakeaz.ç
23

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