Lanzando piedras al estanque

Transcripción

Lanzando piedras al estanque
Lanzando
piedras
al
estanque
El
vinculo
en
medicina
Tradicional
China
A
través
de
los
años,
los
profesionales
que
trabajamos
en
el
área
de
la
salud,
hemos
escuchado
comentar
las
dificultades
de
comunicación
y
entendimiento
que
dicen
haber
vivido
los
pacientes
en
contextos
terapéuticos
de
distinta
índole.
La
escucha
limitada,
del
profesional
hacia
el
paciente,
suele
ser
un
impedimento
a
la
hora
de
profundizar
el
vínculo
y
el
enfoque
de
un
tratamiento.
¿En
qué
consiste
la
escucha
en
un
rol
profesional
cuando
ese
caleidoscopio
maravilloso
llamado
ser
humano
es
el
principal
foco
de
atención?
A
través
de
los
siglos
tanto
en
oriente
como
en
occidente
las
maneras
de
observación
clínica
se
han
diferenciado.
En
occidente,
el
abordaje
tiende
a
contemplar
el
síntoma
como
foco
principal
y
en
oriente,
la
primera
instancia
de
atención
se
centra
en
el
diagnostico
que
permite
una
mirada
sobre
el
origen
energético
del
cuadro
clínico.
(1)
En
el
Lejano
oriente,
un
medico
era
además
de
su
profesión,
filosofo,
astrónomo,
farmacéutico
y
sabio
entre
otras
aptitudes.
Para
llegar
a
comprender
un
diagnostico,
los
médicos
chinos
en
la
antigüedad,
no
solo
tenían
la
formación
médica
clásica
teórico­práctica
de
la
época
y
un
ejercicio
de
la
observación
clínica
exhaustivo
(1),
ejercitaban
el
aquietamiento
burbujeante
de
emociones
y
pensamientos.
Así,
dominaban
el
silencio
interior.
Así
comenzaban
la
observación
diagnostica.
Existían
movimientos
como
las
de
escuelas
taoístas
del
Siglo
X
al
Siglo
XVII,
donde
el
Silencio,
la
Sonrisa
Interior,
el
ejercicio
del
vacío
y
la
calma,
permitían
un
estado
de
receptividad,
disposición
y
apertura,
facultando
a
los
practicantes
y
profesionales
a
alinearse
con
el
Cielo,
con
la
Tierra
y
con
el
universo
en
sí
mismo.
Un
verdadero
trabajo
de
conocimiento
propio
y
de
la
naturaleza
de
todas
las
cosas.
Ejercitaban
durante
décadas,
no
solo
en
aptitud
para
la
formación
médica
clásica
oriental,
sino
también
en
el
desarrollo
de
entrenamientos
interiores,
que
durante
siglos
establecieron
un
verdadero
trabajo
de
la
alquimia
interior.
De
esta
manera
la
escucha
del
otro
se
manifestaba
sin
distorsiones
y
el
paciente
era
contemplado
como
una
totalidad
y
no
solo
por
su
motivo
de
consulta:
el
síntoma.
En
la
actualidad,
se
sigue
realizando
la
misma
práctica
clínica
que
antaño.
Pero
el
siglo
XXI
nos
trae
una
cultura
y
aceleración
diferentes.
Un
manejo
del
tiempo
y
el
espacio
distinto.
Hoy
vivimos
a
gran
velocidad;
miramos
sin
ver,
oímos
sin
escuchar,
tocamos
sin
percibir…
y
con
nuestra
“copa
de
la
vida”
llena
de
estímulos
y
ruidos
nos
aturdimos
sin
dejar
espacio
vacío.
Nos
hemos
distanciado
del
silencio
interior.
Dentro
de
un
rol
terapéutico
esta
deficiencia
se
manifiesta
claramente.
La
posibilidad
de
volver
a
las
fuentes
y
retomar
ciertos
conceptos
y
prácticas
antiguas,
nos
afinaría
al
diapasón
de
los
ciclos
naturales.
Alimentando
la
forma
y
el
contenido,
lo
exterior
y
lo
interior
en
mutua
comunión.
Recuerdo
haber
leído
hace
muchos
años,
mientras
era
estudiante
de
Medicina
Tradicional
China
a
un
autor
italiano
llamado
Gianni
Rodari.
Él
era
escritor,
maestro
y
pedagogo
italiano
(1929­1980)
escribió
su
principal
obra
teórica
titulada
“Gramática
de
la
fantasía”.
Me
llamó
la
atención
la
descripción
que
hace
de
una
piedra
arrojada
a
un
estanque…por
cierto,
una
imagen
muy
oriental.
Una
parte
del
texto
dice:
“La
piedra
arrojada
a
un
estanque
provoca
ondas
concéntricas
que
se
expanden
sobre
una
superficie,
afectando
su
movimiento
a
distancias
variadas,
con
diversos
efectos;
a
la
ninfa
y
a
la
caña,
al
barquito
de
papel
y
a
la
canoa
del
pescador
(…)
Igualmente
una
palabra,
lanzada
al
azar
a
la
mente,
produce
ondas
superficiales
y
profundas,
provoca
una
serie
infinitas
de
reacciones
en
cadena,
implicando
en
su
caída
sonidos
e
imágenes,
analogías
y
recuerdos,
significados
y
sueños,
en
un
movimiento
que
afecta
a
la
experiencia
y
a
la
memoria,
a
la
fantasía
y
al
inconsciente,
complicándolo
el
hecho
de
que
la
misma
mente
no
asiste
pasiva
a
la
representación
sino
que
interviene
continuamente
(…)”
Así
como
la
imagen
del
estanque
que
cuenta
Rodari,
el
profesional
de
la
salud
tira
“la
piedra”
que
es
él
mismo,
expande
y
profundiza
una
acción
definida
en
el
otro…
y
el
agua
del
estanque
ya
no
es
la
misma.
Así,
el
acto
terapéutico.
En
tiempo
presente
y
en
vacío
pleno
la
dirección
del
campo
de
fuerza
del
pensamiento
y
la
escucha
profesional
es
una
acción
transformadora.
De
la
misma
manera
si
los
pensamientos
y
emociones
del
profesional
están
inquietos,
no
permitirán
escuchar
al
otro
en
su
dimensión.
Con
cualidades
de
aquietamiento,
empatía
y
sincronización,
la
percepción
y
la
claridad
permiten
ver
el
reflejo
en
el
lecho
del
estanque.
(1)
¿En
qué
consistía
la
práctica
clínica
de
un
medico
en
Medicina
Tradicional
China?
(1)
¿En
qué
consistía
la
práctica
clínica
de
un
medico
en
Medicina
Tradicional
China?
Una
vez
realizada
la
Historia
clínica,
se
procedía
a
la
Palpación
de
los
pulsos
chinos
(200
lecturas
del
pulso
radial
bilateral),
la
Inspección
ocular
y
Glosodiagnosis
(Diagnostico
a
través
de
la
lengua),
La
Auscultación
y
olfacción,
la
Palpación
abdominal,
el
Análisis
del
síndrome
y
por
último
la
acción
práctica
del
Tratamiento
elegido
(Acupuntura,
Moxibustión,
ventosas,
Tui
Na,
entre
otros).
Dra.
Cecilia
Y.
Cáceres
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