El castigo a los judaizantes “(…) se castigaba a todo judaizante, y
Transcripción
El castigo a los judaizantes “(…) se castigaba a todo judaizante, y
El castigo a los judaizantes “(…) se castigaba a todo judaizante, y así se pensaba evitar el contagio de judaísmo o del inmanentismo y ateísmo incluso, o de la indiferencia y frialdad religiosas de los cristianos, de la que se responsabilizaba a esos conversos, y también se unificaba cultural y políticamente una sociedad, mientras las confiscaciones y penas pecuniarias ofrecían, a la vez, razones importantes a esa política. Resulta innegable este aspecto económico, y pronto se reveló que era necesaria todavía una medida más que iba en el mismo sentido: plantear a los judíos públicos o no convertidos el dilema de convertirse o de salir del país. -Y el éxodo fue terrible. —Terrible. Los judíos tuvieron que malvender sus propiedades y aprestarse a partir. Hubo escenas desgarradoras como en Segovia, donde los exiliados fueron a despedirse de sus padres y antepasados al cementerio judío de la ciudad. Y hubo escenas de inmensa crueldad en los momentos mismos del paso hacia el exilio. «Después, confiando en vanas esperanzas de su ceguera, se pusieron en camino —dice el cura de Los Palacios— abandonando su tierra natal, ricos y pobres, viejos y jóvenes, a pie, a caballo, en lomo de mula o en carreta. Muchas desgracias acaecieron durante la marcha; algunos caían extenuados, otros se reincorporaban, algunos morían, otros nacían y otros se enfermaban. No hubo cristiano que no los compadeciese y todos les incitaban a bautizarse, y algunos lo hicieron, pero fueron pocos, ya que los rabinos les alentaban, hacían cantar a niños y niñas, al son de tamboriles y flautas para estimular a la gente, y así salieron de Castilla». (…)” Jiménez Lozano, José. Sobre judíos, moriscos y conversos”. Convivencia y ruptura de las tres castas. Ámbito Ediciones, Valladolid, 2002. Página 90