Palabras de instalación en el Seminario Nacional

Transcripción

Palabras de instalación en el Seminario Nacional
Palabras de instalación en el Seminario Internacional
Masificar El acceso a los servicios financieros: estrategias
comerciales y tecnológicas
Cartagena de Indias 6 y 7 de septiembre de 2007
Maria Mercedes Cuéllar
Presidente Asobancaria
Me complace darles la bienvenida a este importante foro sobre cómo
masificar el acceso a los servicios financieros. Sin duda, este es un
tema que ocupa un lugar destacado en la agenda de desarrollo y en
las posibilidades de crecimiento de la industria bancaria en las
economías de la región.
En las reuniones permanentes de trabajo con el programa de La
Banca de las Oportunidades del Gobierno Nacional, coincidimos hace
unos meses en la importancia de realizar un seminario para conocer
en
mayor
detalle
tanto
las
nuevas
tecnologías
que
están
revolucionando la prestación de servicios financieros, como las
estrategias comerciales que han venido implementando entidades
financieras alrededor del mundo para facilitar el proceso de
bancarización. Ese esfuerzo conjunto permitió diseñar una agenda
temática, la cual recibió rápidamente el apoyo de destacadas
entidades
internacionales
como
el
Banco
Interamericano
de
Desarrollo, la Corporación Andina de Fomento, Felaban y la Agencia
de Cooperación del gobierno de los Estados Unidos. Quisiera
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agradecer a todos ellos la colaboración que nos brindaron para la
organización de este evento.
Doy también un saludo especial a los asistentes internacionales que
han venido desde Bolivia, Argentina, Venezuela, Brasil, México,
Honduras, Estados Unidos y Panamá. Su presencia en este recinto es
una clara muestra de la importancia que tiene el reto de la
bancarización en la agenda de sus países.
En Asobancaria estamos convencidos de que el acceso de la
población a los servicios bancarios es una herramienta poderosa para
disminuir los niveles de pobreza e impulsar el desarrollo de los países.
Creemos que un sistema financiero sólido e incluyente, es la base
para una economía dinámica.
El sector financiero colombiano ha venido impulsado decididamente la
bancarización. Su compromiso se refleja principalmente en el diseño
de productos especializados ajustados a las necesidades de la
población de menores ingresos, así como en la suscripción de
acuerdos de colocación de crédito con el gobierno nacional. Las
importantes inversiones en tecnología y recursos humanos que ha
venido adelantando el sector, están encaminadas a modernizar la
infraestructura bancaria y proveer canales de distribución que
garanticen un mayor acceso.
Estos esfuerzos se han complementado muy bien con la política
pública. La estrategia de bancarización en Colombia registró el año
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pasado un hito fundamental con el lanzamiento del programa
gubernamental de La Banca de las Oportunidades. Sin duda alguna
este fue un cambio trascendental, ya que por primera vez existe en el
país una política integral que busca promover un entorno normativo e
institucional a favor de la inclusión financiera.
Este importante cambio en la política pública se debe, sin ninguna
duda, al liderazgo que ha ejercido el Presidente Alvaro Uribe. Su
presencia mañana en este foro es una muestra fehaciente de su
interés y compromiso con la ampliación del acceso a los servicios
financieros para millones de colombianos.
Aunque esta es una política pensada para el mediano y largo plazos,
ya está empezando a rendir sus frutos. Entre julio de 2006 y marzo de
2007, se han vinculado al crédito bancario más de 548 mil
colombianos, y cerca de un millón ochocientos mil personas han
accedido a cuentas de ahorro en ese mismo lapso. Además se han
creado 3.548 corresponsales no bancarios aumentando la presencia
en 32 municipios en donde no existía una sucursal bancaria, y a través
de La Banca de las Oportunidades se está evaluando un esquema de
incentivos para promover la ampliación de la oferta de atención y un
novedoso programa de educación financiera con cobertura nacional.
También en otros países de la región se han venido implementado
diversas estrategias con el propósito de promover el acceso de la
población de bajos ingresos a los servicios financieros. Pese a los
buenos resultados que se perciben en materia crediticia, todavía existe
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un vasto camino por recorrer para consolidar una oferta bancaria
integral disponible para la gran mayoría de la población.
Según las cifras disponibles del Mix Market, en América Latina existen
alrededor de 3 millones de clientes de microcrédito, frente a 12
millones del sur de Asia. De acuerdo con el Banco Mundial, la
cobertura bancaria en los países latinoamericanos se encuentra muy
por debajo del promedio de las economías industrializadas.
En la
región existen alrededor de 8 oficinas bancarias por cada 100 mil
personas, frente a 32 en los países más desarrollados. En el caso de
los cajeros automáticos, el indicador de penetración en América Latina
es de 13 por cada 100 mil habitantes, mientras que en las economías
industrializadas se ubica en 65.
Es evidente que debemos avanzar en los niveles de presencia física,
pero también debemos trabajar para que el acceso a los servicios
financieros sea más flexible y oportuno. De poco sirve contar con una
red ampliada de canales de atención, si la población no hace uso de
ella. Debemos empezar a ver la bancarización como un tema dinámico
de uso efectivo de los servicios financieros, y no solo como un
concepto de acceso y disponibilidad de dispositivos financieros y
físicos.
La experiencia internacional ha mostrado que para aumentar de
manera sostenible los niveles de bancarización es necesario recurrir a
herramientas tecnológicas para abaratar los procesos de análisis y
verificación de las operaciones financieras y expandir la cobertura. Las
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ventajas que se derivan de su uso se acentúan cuando la actividad
financiera está dirigida a la población de menores recursos. Por lo
general, estas personas son informales, la mayor parte de sus
transacciones se realizan en efectivo y en zonas en donde los costos
de operar mediante sucursales tradicionales son excesivos.
En países como Brasil, Perú, Kenya y Colombia la banca comercial y
las entidades especializadas en microfinanzas han desarrollado
novedosos esquemas de distribución para atender las necesidades
financieras de las familias más pobres. Estas entidades han recurrido
a establecimientos de comercio como loterías, supermercados y
droguerías, y han instalado soluciones tecnológicas como celulares,
cajeros automáticos y dispositivos de POS para ofrecer múltiples
operaciones a sus clientes cerca de sus lugares de trabajo y vivienda.
La penetración de la telefonía celular en el mundo, y especialmente en
los países emergentes, ofrece una gran oportunidad para acelerar el
proceso de bancarización. Un reciente estudio de Vodafone y Nokia,
sobre la transformación potencial de las transacciones móviles, afirma
que estamos ante una nueva fase de desarrollo en la que el sector
financiero y el de las comunicaciones convergen hacia el mismo
objetivo de masificar los servicios financieros.
Se estima que el 59% de los más de 2 mil millones de usuarios de la
telefonía movil viven hoy en economías emergentes, y que la gran
mayoría de ellos no tiene acceso a la banca. En Sudáfrica y Botswana,
por ejemplo, un tercio de las personas que no disponen de una cuenta
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de ahorro tiene acceso a un teléfono celular. En Colombia, más del
70% de la población posee un teléfono celular, pero solo el 34% tiene
al menos un producto financiero.
Uno de los mayores beneficios en el uso de la tecnología móvil para
distribuir servicios financieros radica en los bajos costos operativos. La
evidencia sugiere que las transacciones bancarias que se efectúan por
medio de un teléfono celular pueden llegar a ser hasta seis veces más
baratas que aquellas que se realizan en una oficina tradicional.
Wizzit de Sudáfrica y GLOBE G-Cash de Filipinas, quienes nos
acompañan en el foro como expositores, son dos de los casos más
reconocidos en la implementación del esquema de banca móvil en el
mundo. Los clientes de estas entidades utilizan sus celulares y acuden
a agentes no bancarios para efectuar transacciones bancarias
tradicionales como retiros, depósitos, pagos, envío y recepción de
remesas, entre otros. Su modelo de negocio ha permitido distribuir
servicios financieros a personas sin ninguna experiencia financiera.
Además de estas revolucionarias estrategias de bancarización, en los
últimos años han surgido opciones innovadoras para expandir los
servicios de ahorro, como nos lo comentará en detalle Madeline
Hirschland. Se trata de técnicas milenarias sencillas como las
alcancías, redescubiertas y adaptadas recientemente por los bancos
rurales de Filipinas para incentivar la cultura del ahorro. Algo similar
ocurre en los mercados populares de Ghana, en donde cerca de 4.000
personas conocidos como “Colectores Susu”, usan los dialectos
locales y ofrecen servicios financieros básicos a la población en sus
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sitios de trabajo. A finales de 2006 Barclays forjó una alianza para
distribuir productos financieros por medio de estos colectores, y de
esta manera promover el ahorro diario de los más necesitados.
Estas alianzas estratégicas han sido particularmente relevantes para
el desarrollo del mercado de microcrédito. El Banco ICICI de la India
es un de las entidades con mayor trayectoria en la industria de
microfinanzas. Su experiencia en el desarrollo de estrategias para
aumentar la presencia financiera, en particular mediante alianzas con
entidades sin ánimo de lucro y otras organizaciones, será muy
ilustrativa para aprender novedosas formas de incursionar en nuevos
mercados.
Igual de innovadores resultan los modelos de bancarización y de
financiación de consumo a gran escala que ha venido desarrollando el
BancoEstado en Chile y el Banco Azteca en México. La introducción
de procesos como la apertura de cuentas mediante la huella digital y el
apoyo de una amplia red de oficinas, han servido para acercar la
población a los mercados financieros y mejorar el nivel de
bancarización en estos países.
En el caso de las microfinanzas, la tecnología juega un papel crucial
para abaratar los costos implícitos en la operación y crecer de manera
sostenible. Cada vez son más las entidades microfinancieras que,
como Prodem y de Procredit, ponen en práctica el uso de tarjetas de
pago y cajeros inteligentes para lograr una base de clientes masiva.
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Un factor de éxito presente en todos los esquemas bancarios que he
mencionado, y que veremos en los siguientes dos días, es el
pensamiento estratégico que debe guiar las decisiones para
desarrollar los servicios financieros en la base de la pirámide. La
presentación a cargo del conferencista Michael Chu, de la Universidad
de Harvard nos dará a conocer los aspectos más relevantes en esta
materia.
Por su parte, los países que han logrado expandir la oferta de
productos bancarios de manera ágil, oportuna y rentable, recomiendan
que la implementación de la tecnología en los modelos bancarios esté
acompañada de un marco regulatorio adecuado. Como nos lo
mostrará el Doctor David Porteous esta mañana, sólo un entorno
estable y flexible puede garantizar una verdadera consolidación de la
banca móvil en los mercados emergentes, con independencia del
esquema de prestación de servicios que se escoja.
Para lograr un impacto positivo en la población, la labor de
bancarización debe ser sostenible desde un punto de vista económico.
De ahí la importancia de que los precios de los servicios financieros
estén determinados por la competencia de mercado, con sistemas de
revelación de información como los que hoy existen para las tarifas
bancarias. Optar por la vía regulatoria para fijar las comisiones de los
servicios que presta la banca llevaría al fracaso la estrategia de
masificación que tanto anhelamos.
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La experiencia de países exitosos en esta materia muestra que la libre
formación de precios, acompañada de una estrategia de educación
financiera y de una debida revelación de información, son la mejor
fórmula para facilitar la bancarización y proteger a los usuarios.
Debemos velar porque los clientes conozcan claramente los precios y
la calidad de los servicios que ofrece la banca, lo cual permitirá
generar mayor confianza y competencia.
Precisamente la sesión de regulación de mañana será un espacio para
discutir sobre las reformas normativas necesarias para desarrollar la
industria de las microfinanzas e impulsar la bancarización de la mano
de la tecnología. Sin duda el conocimiento del Dr. Ernesto Aguirre del
Banco Mundial y la experiencia del Banco Central de Filipinas, a cargo
del Dr. Rogelio Encinas, nos aportarán elementos valiosos a esta
discusión.
De esta forma, en este seminario veremos que las oportunidades que
ofrece la tecnología para expandir los servicios financieros a la
mayoría de la población, hay que aprovecharlas desde una
perspectiva estratégica de largo plazo con alta responsabilidad social y
compromiso con el desarrollo. Los desafíos que plantea esta
revolución tecnológica son muchos, pero con un buen diseño de
política pública, unos actores comprometidos desde el sector privado y
altas dosis de creatividad e ingenio, pueden contribuir a cerrar de
manera acelerada la brecha de bancarización de nuestras economías.
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Estoy segura de que este seminario servirá como un escenario para
compartir experiencias y conocimientos, y que ello se reflejará en
mayores oportunidades para que las familias de menores ingresos
accedan a los servicios financieros de una manera sostenible y
productiva para todas las partes.
Muchas Gracias.
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