131229 La familia... unida - Diócesis de Barbastro

Transcripción

131229 La familia... unida - Diócesis de Barbastro
LA FAMILIA QUE REZA UNIDA PERMANECE UNIDA
Os recuerdo una frase que hace unos años se repetía con frecuencia: La familia
que reza unida permanece unida. A lo largo de mi vida he comprobado que es verdad y
que tal vez sea porque se reza menos en la familia, es por lo que hay tantas familias
rotas, con ese cortejo de dolorosas consecuencias para los esposos y los hijos,
principalmente.
Hoy, en la fiesta de la Sagrada Familia, celebramos nuestra Jornada Diocesana
de la Familia. Familias de muchas parroquias de la Diócesis nos vamos a reunir en la
Catedral de Barbastro para celebrar la Eucaristía, fiesta de la familia eclesial. Las demás
lo haréis en vuestra respectiva parroquia.
Este encuentro produce gozo, porque manifiesta visiblemente la familia de los
hijos de Dios, que es la Iglesia que peregrina en los pueblos y ciudades de la diócesis de
Barbastro-Monzón. Queremos dar gracias a Dios por nuestra propia familia y pedirle
por todas las familias, especialmente por las que viven momentos de dificultad.
Todos tenemos una experiencia muy positiva de lo que supone para nosotros la
familia. En ella hemos nacido a la vida, hemos sido acogidos y amados con el amor más
grande, el cariño y la ternura de los padres, abuelos y hermanos. ¿Qué sería hoy de
muchas personas que sufren el paro, el desamor y la soledad, si no tuvieran el apoyo
que reciben en su familia?
Una de las experiencias más bonitas y por la que estoy más agradecido a mis
padres es porque me enseñaron a rezar. Pude comprobar cómo Dios era lo más
importante para ellos. Y así nos lo hacían ver a los hijos. Y cómo sufrían cuando mi
hermano buscaba excusas para no ir a Misa. Después, siendo mayor, he comprendido
que mi familia era la “Iglesia doméstica”. ¡Cómo me gusta saber que mis padres eran
como el sacerdote que transmite y celebra la fe con sus hijos! Algo maravilloso.
En mi familia experimenté el lema de nuestra Jornada: «Amarás al Señor tu
Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Estas palabras se
las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas estando en casa». Mis padres lo hicieron.
Estoy seguro de que muchos padres que hoy leeréis esta carta y que participaréis en la
Eucaristía, también lo hacéis. Deseo que todos los padres cristianos recuperen esta
costumbre y vuelvan a hacerlo.
Un niño de nuestras parroquias, cuyos padres no rezaban ni iban a Misa, les
pidió que rezasen con él el Padrenuestro en las comidas. ¡Con qué alegría me lo contaba
en la catequesis!: “Mis padres han rezado conmigo el Padrenuestro antes de comer; he
cumplido lo que prometí en la reunión de la semana pasada”.
Me da mucha pena comprobar que algunos niños que acuden a las catequesis de
la Primera Comunión nunca han rezado acompañados por sus padres y sólo lo han
hecho con sus abuelas, que han cumplido con esta importante misión. ¡Gracias, abuelas!
Pido a la santa Familia de Nazaret que infunda en nuestra sociedad la conciencia
del carácter sagrado e inviolable de la familia, bien inestimable e insustituible. Y que
nos devuelva el gusto de rezar en familia.
Con mi afecto y bendición.
+ Alfonso Milián Sorribas
Obispo de Barbastro-Monzón

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