mediática

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La alfabetización mediática:implicaciones educativas y sociales.
Esta comunicación pretende abrir algunas vías de reflexión. Aunque el título de la
comunicación es el de alfabetización mediática, prefiero hablar de alfabetización
digital. Lo mediático obedece a un ente edificado a partir de unos planteamientos
que vienen dados por el poder o por cúpulas de poder. Parece haber consenso en
cuanto a que el control de los Mass Media favorece al poder; si pasamos revista a
las guerras, a las conflagraciones que azotan nuestro mundo, una de las cosas más
urgentes del poder es tener el control de los medios, es el modo de tener el control
de ciudadanos y ciudadanas.
Nuestra reflexión se puede construir sobre el trípode:
a) La cultura universal
b) Funciones de la tecnología en la educación
c) La brecha, no la brecha digital, las múltiples brechas de que está atacado
nuestro mundo.
La cultura universal, no sólo entendida como valores artísticos, históricos,
idiosincrásicos, sino como la nueva concepción emergente en el planeta: la
globalización, la mundialización. Por una parte igualitaria en cuanto a la
oportunidad de acceso a la información y a la creación y generación del
conocimiento,
por
otra,
terriblemente
inhumana,
sesgada,
atentando
permanentemente a los derechos humanos.
Una parte de la humanidad “disfruta” de una cultura de pantalla y en camino de
alfabetizarse, ya no sólo es suficiente con saber leer, también es necesario
entender el lenguaje audiovisual y habilitarse en el manejo electrónico de los
instrumentos de que disponemos para acceder a la información y/o generarla. Otra
parte, se muere de hambre, ya no de brecha digital, ya es la brecha de la
desesperación, de la enfermedad, del maltrato en todos los órdenes de la vida, de
un atentado directo a la dignidad humana que recae en la infancia, sobre aquellos
que no pueden defenderse.
La cultura mediática, los Mass Media, perseguidos por las cúpulas del poder están
manipulados, en función de los intereses que el poder en ese momento necesite
satisfacer, podrá jugar con nosotros, nos transmitirá mensajes para que riamos,
lloremos, nos atemoricemos, con tal de conseguir en nosotros una respuesta y un
trabajo que les beneficie. “juegan y manipulan nuestras emociones”.
Ante esta desesperante quimera, qué responsabilidad tenemos los que estamos en
la educación? Muchas!. La primera es la de crear una conciencia crítica que nos
permita diferenciar el mensaje mediático, cambiar el mensaje, apostar por
alternativas distintas, apostar por una comunicación sostenible que nos permita
acercarnos a la verdad.
Denunciar todo acto de violencia verbal o no verbal. En realidad los educadores
podemos generar actitudes, pero no hablemos de solidaridades “de mentirijillas”,
hablemos de la solidaridad en su faceta cruda, real, no de solidaridades que
pretenden reproducir esquemas de vida tradicionales como el de la familia feliz,
cuántas familias monoparentales hay en Europa, cuántos anuncios hay que no son
fieles a esa realidad?
Cuando veamos los videos que hemos preparado veremos cómo en según qué
momento histórico estos vídeos reproducían valores que estaban al servicio de un
modelo político de una época y de una zona geográfica determinada. La tecnología
más antigua, pero los contenidos podrían ser los mismos con una tecnología más
moderna. Reflexionemos en torno a la persistencia diacrónica de los contenidos,
pese a la evolución tecnológica.
Los contenidos ya no sólo se albergan en las palabras, los contenidos
superan la palabra, están en la imagen, en los planos, en lo ángulos, están
en los sonidos, ni tan sólo en los sonidos de las palabras. Tenemos la
obligación de alfabetizarnos en lo audiovisual, sólo así seremos capaces de
generar elementos críticos, de despertar conciencias. La conciliación entre
tecnología como recurso educativo y el propio contenido de lo que
pretendemos educar es nuestra piedra angular. Cualquier elemento
audiovisual puede ser un mensaje a favor de unos intereses o una
denuncia.
Por otra parte, hay que enseñar a buscar información pertinente, científicamente
aceptable y apoyar las iniciativas “sensatas”. También hemos caído en estereotipos
ya gastados de rechazar lo científico, lo tecnológico como elementos
deshumanizadores, cuando bien al contrario, si somos capaces de generar buenas
producciones de lo audiovisual, podremos sembrar humanidad en el planeta. A
través de un video podemos denunciar la pobreza, la miseria, de lo que está
ocurriendo en otra parte de la Tierra; también podremos escuchar personas que
tienen algo que decir a la sociedad. Podemos enseñar a pensar…
La propia lucha feminista también tiene instrumentos a través de la red para poder
romper esquemas que atentan directamente a la dignidad de las mujeres y que
siguen reproduciendo esquemas tradicionales con los que se las ha forzado a
identificarse; se han hecho invisibles las mujeres que han aportado sabiduría y
ciencia a través de los siglos; Internet puede ser una buena herramienta para
resurgir, para que el mundo descubra su otra mitad y se enriquezca en el sentido
de convertirnos en seres completos, mujeres y hombres, con independencia de
nuestras opciones de vida como seres humanos. Y no como reproductores de
maquetas simples con acciones cerebrales monótonas y que nos hagan creer que
eso es el auténtico conocimiento.
El tema está en que estamos ante un fenómeno que podríamos decir tiene una piel
exterior y es lo que llamamos globalización, pero también dispone de un tejido
interno, la globalización está en las entrañas de la red, de forma que no se pueden
diferenciar las “formas” esas “formas” son estructuras de pensamiento, son
opiniones, son investigaciones científicas, son música, son poesía…el hecho de que
esa forma se entremezcle con otras, nos crea el reto a los educadores de cómo
rescatarla de esa selva hostil en donde jamás en la historia de la humanidad se
entremezcló tanto “lo bueno” y “lo malo”, como comentaban nuestros ancestros
recientes; quién será capaz de diferenciar? El estandarte a la libertad tiene un doble
filo, libertad para faltar el respeto a la dignidad de mujeres y niñas, de niños, de
hombres? Libertad para comercializar con nuestros cuerpos? Con nuestras ideas?
Libertad para conculcar nuestros derechos? Se pone en cuestión la propia libertad,
que siempre habíamos definido como el respeto sagrado hacia la libertad del otro,
que desde sectores existencialistas se defendía con un sentido de máxima
responsabilidad y esa responsabilidad nos definía así mismo como seres libres.
Pienso que los pedagogos debemos hacer una sentada y pensar qué valores, qué
andamiajes son los que deben guiar la estructura del pensamiento. El laissez faire
que está generando la selva mediática puede generar consecuencias desastrosas en
el devenir de nuestra civilización. El mundo de las ideas se está dejando obsoleto y
la tecnología sin ideas es un escaparate de cacharros sin ton ni son. Hará falta
expandir nuestra inteligencia para acabar con una manipulación sibilina que ataca a
cada célula y que hasta tal punto nos creemos que aquello que pensamos es de
nuestra cosecha.
La educación cósmica de que hablábamos hace más de 20 años como la que
intervenía a modo de variable interviniente, valga la redundancia, se ha tomado
todo el ancho y es la que se está imponiendo en detrimento de la educación
intencional de que hacíamos gala los educadores más ortodoxos en armonía con las
corrientes pedagógicas de la Escuela Nueva de principios del siglo XX. No es más
moderna una educación llena de teclados, los teclados deben servirnos para que
nuestra inteligencia sea capaz de saber a dónde quiere ir, qué es lo que quiere
conseguir, en definitiva ser capaces de ser libres en el sentido en que Stallman
defiende el programarlo libre. Sin recorrer laberintos de rata de laboratorio
pensando que dominamos un programa o un “conocimiento”, con aquello de
“aceptar” “cancelar” y así sucesivamente “este programa no responde”, etc.
Esclavos de órdenes automáticas que reclaman respuestas automáticas también.
Debemos acabar con los laberintos estructurados por los sistemas de poder
coercitivos y saltar las barreras, las paredes, para adentrarnos en el bosque y
construir nuestra propia cabaña del conocimiento.
Nuestro planeta es un ente dicotómico, pero podemos discernir cuál de esos
elementos que están a nuestro alcance pueden ser educativos, tenemos la
obligación de reflexionar, de buscar y de rescatar la pedagogía de las fauces de un
mundo hostil que está atentando contra los derechos de la infancia, contra nuestros
propios derechos.
Comunicación DIM Margarita Rodríguez Beneroso
Noviembre 2008
http://dewey.uab.es/mrodriguezb/

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