La llave maestra de la profecía todo lo que él pudiera desear: paz
Transcripción
La llave maestra de la profecía todo lo que él pudiera desear: paz
16 La llave maestra de la profecía todo lo que él pudiera desear: paz, vida agradable, felicidad, abundante bienestar. Con el propósito de que estas bendiciones se produjeran y lograran el efecto deseado, Dios había puesto en acción sus leyes espirituales inexorables. Mas Adán escuchó a Satanás y prefirió hacer caso a su propio entendimiento humano. Por consiguiente, desobedeció a Dios, rechazó el camino que habría conducido a los resultados deseados y se lanzó por el sendero humano del egoísmo, la codicia y la vanidad. La humanidad desprecia el camino de Dios La especie humana comenzó a multiplicarse y los hijos de Adán siguieron ese sendero de la naturaleza humana inspirada por Satanás. La Biblia solamente menciona a tres personas anteriores a Abraham que aceptaron el camino de vida de Dios, ¡solamente tres durante más de la tercera parte de la historia de la humanidad! Abel fue llamado justo, Enoc caminó con Dios y Noé fue pregonero de justicia, que es simplemente obediencia al gobierno de Dios (Salmos 119:172). Fuera de estos tres, y posiblemente Sem, no se menciona a ningún otro antes de Abraham que se hubiera entregado al gobierno del Eterno. Ya en tiempos de Abraham los hombres habían perdido todo conocimiento del verdadero Creador y Gobernante, la revelación de su propósito y su camino hacia la paz, la felicidad y la vida eterna. Habían proseguido sus propios caminos e inclinaciones, yendo en sentido contrario a las leyes espirituales de Dios. El pecado y la violencia llenaron el mundo. Dios comienza su nación con un hombre Tal era el mundo de entonces, desorientado y lejos de Dios y del conocimiento de los grandes beneficios que se derivan de someterse a Él y adorarlo. En un mundo así, se hallaba un hombre honesto y recto, sumiso y dócil, fuerte y motivado. Dios le dio un mandamiento para probar su obediencia. A este individuo, Abram, Dios le dijo: "Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. Y haré de ti una nación grande ... " (Génesis 12:1-2). Esta era una orden que encerraba a la vez una condición