ejercicio de exploración etnográfica - Instituto Multidisciplinario de
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EJERCICIO DE EXPLORACIÓN ETNOGRÁFICA FLORES QUE VAN A TODOS LADOS Los mandiles de la vestimenta tradicional de la mujer del Valle de Tlacolula, Oax., y pueblos aledaños. Mtra. Idolina Gallardo Martínez ELECCIÓN DE UN CONTEXTO DESCRIPCIÓN DEL CONTEXTO Encontrar el lugar en el cual haría mi ensayo etnográfico quizá fue lo más difícil, el mercado es un lugar que me agrada demasiado, así que la idea de hacer el trabajo aquí me entusiasmó; primero pensé en la iglesia pero creí que sería algo previsible, luego en los puestos de las flores, pero no me sentí a gusto, ya que no se encontraban congregados en un solo lugar, sino esparcidos en diferentes partes, luego pensé haber encontrado mi lugar en el área de los huaraches, pero el olor a cuero no me gusta, así que terminé descartándolo. Existen cinco puestos de ventas de mandiles, los cuales son de gran tamaño, con una variedad impresionante de modelos, destacan los colores intensos de las flores bordadas en las telas cuadriculadas, las mujeres se acercan a preguntar sobre modelos específicos, algunas hablando en español otras en zapoteco, las personas que atienden los puestos hablan también la lengua zapoteca, como no entiendo lo que hablan, veo los gestos y ´me doy cuenta que se refieren a la forma en que quieren el mandil y el tipo de bordado. Desde pequeña he visitado el mercado de Tlacolula, y siempre me había sentido atraída por la vestimenta que usan las mujeres de los Valles Centrales, sobre todo la variedad de mandiles que portan, así que decidí seleccionar como contexto: los puestos de mandiles. Alrededor hay mujeres vendiendo flores y algunas legumbres, en el puesto de enfrente, venden pantalones de mezclilla, playeras y camisas para hombres. En el puesto de los mandiles, también venden refajos, blusas bordadas y camisolas de encaje que utilizan las mujeres de algunas comunidades. ESTABLECIENDO CONTACTO Llegan al puesto que estoy observando algunas amistades de la dueña, a juzgar por la familiaridad con la que las atiende, acercándoles una silla, se ponen a platicar en lo que otro joven responde a las dudas de una mujer que pregunta el precio de los mandiles. Foto: 1 Puestos de mandiles, mercado de Tlacolula de Matamoros, Oax. Instituto Multidisciplinario de Especialización Entonces me acerco a preguntar, sobre la diversidad que observo, preguntando cuál es la diferencia entre un mandil y otro, tanto en Mtra. Idolina Gallardo Martínez Doctorado- Grupo 8 precio como en la forma del bordado; ante tanta interrupción del joven que no sabe responder mis preguntas y después de dar por terminada su plática con sus visitas, la dueña se acerca para darme la información; en ese momento me presento como doctorante del IME, y a ella le da gusto saber que soy maestra ya que ella resulta ser maestra jubilada de secundarias técnicas, me pide que le diga Maestra Elsa, ella es originaria de Mitla. DIMENSIÓN SEMÁNTICA La venta de mandiles es una tradición familiar, dos de los cinco puestos son de hermanas, mismos que ya tienen más de 75 años vendiendo en el mismo lugar. Los dueños de los cinco puestos son originarios de Mitla, caracterizados por la tradición que tienen en la elaboración y venta de ropa regional. Respecto a los bordados de los mandiles, éstos han sido elaborados a máquina; tienen mandiles para cada una de las siguientes comunidades del Valle: Santa Ana del Valle, Teotitlán del Valle, Tlacolula de Matamoros, San Sebastián Abasolo, San Sebastian Teitipac, San Juan Guelavia, San Marcos Tlapazola, San Bartolome Quialana, Magdalena Teitipac, San Miguel del Valle, San Lucas Quiavianí, San Dionisio Ocotepec, San Baltazar Guelavila y la Villa de Mitla. no resalte demasiado, sólo San Marcos Tlapazola, Magdalena Teitipac y San Bartolome Quialana, utilizan bordados más coloridos. El mandil ha sufrido transformaciones con el paso del tiempo, en un principio el corte era circular tal como todavía lo conserva la comunidad de San Marco Tlapazola, la tela era de popelina lisa, con el paso del tiempo y los nuevos diseños en las telas se empezaron a elaborar en mascotín, y posteriormente en tela escoces. Ante la modernidad, se podría pensar que el uso de esta prenda pudiera haber disminuido sin embargo no es así, al contrario, sigue gozando de gran popularidad entre las mujeres del Valle, aunque en la actualidad, las nuevas generaciones prefieren el mandil tipo escapulario dado que se amolda mejor a la vestimenta que usan ahora las jóvenes (pantalón) y no los quieren tan amplios como el de las mujeres mayores quienes utilizan vestidos, enredos y faldas. También la variedad se manifiesta en la hechura, desde el corte circular, el corte de cuchilla, el de escapulario hasta el plisado. La venta de mandiles se realiza orientada a dos tipos de clientes, la gente local de las comunidades mencionadas anteriormente y el turismo extranjero y local, a diferencia de lo que se cree los colores más intensos no son usados por las mujeres de las comunidades sino que son buscados por los turistas, las mujeres de las comunidades buscan colores más sobrios o que Instituto Multidisciplinario de Especialización Foto: 2 Mandiles en diversos modelos. DIMENSIÓN PRAGMÁTICA Las mujeres mayores al llegar a comprar un mandil buscan específicamente un modelo y color, traen su muestra, si no llegaran a tener el modelo lo encargan tal y como lo quieren, también es una costumbre para ellas usar un Mtra. Idolina Gallardo Martínez Doctorado- Grupo 8 modelo con el que se ven identificadas, es algo propio de su identidad. En el caso de las más jóvenes buscan uno de gala las que han venido a comprar pertenecen a San Lucas Quiavianí, buscan mandiles en telas de tonos cafés, negros y violetas, no les interesa llevar otro color diferente, y el bordado debe ser abundante y llamativo porque será para una ocasión especial. No encuentran los que buscan y los encargan. Foto: 4 Mujeres de San Bartolome Quialana, Oax. DIMENSIÓN SINTÁCTICA En diferentes espacios es posible observar a mujeres portando sus mandiles, para algunas es una prenda de lujo, utilizada para eventos especiales, por lo tanto estos necesitan ser elaborados con mucho mayor detalle, a parte acuden a comprar los mandiles de diario que si bien son hermosos no son tan finos en el bordado. Foto: 3 Mujeres de San Lucas Quiavianí comprando mandiles. Después de un tiempo es posible reconocer a las mujeres por su vestimenta, las que usan las mascadas de colores en la cabeza, camisolas y delantales son de San Bartolomé Quialana, las que visten los mandiles circulares y bordados no tan abundantes son de San Marcos Tlapazola, aquellas con mandiles circulares, peto más estilizado y flores abundantes son de San Miguel del Valle, las de Tlacolula utilizan bordados muy sobrios al igual que las de Mitla. Las de corte de cuchilla, plisados y bordado vistoso de Magdalena Teitipac. Instituto Multidisciplinario de Especialización Desde la elaboración de los mandiles existe toda una actividad económica que funciona a manera de maquila, aunque es difícil encontrar dos mandiles iguales, los encargados de venderlos les pagan a un grupo de mujeres que se encarga de hacer los bordados y otro que los arma. Dudo que por mucho tiempo se de este proceso de generación de empleos porque ya hay empresas especializadas en bordado que empiezan a realizar este tipo de prendas en serie. En estos puestos sólo existe ropa tradicional para la mujer debido a que como en muchas otras culturas, es ella la que caracteriza las costumbres de su pueblo, sin embargo me llama la atención el hecho de que cercano a estos puestos existan otros de ropa para hombres de vestimenta “moderna”, por lo que parece no ser Mtra. Idolina Gallardo Martínez Doctorado- Grupo 8 una casualidad ya que aquellas mujeres que acuden a comprar sus prendas con sus maridos, posiblemente adquieran al mismo tiempo una de estas prendas. En algunas comunidades el mandil se usa desde la infancia, principalmente en San Lucas Quiaviani y Magdalena Teitipac, con lo que queda definido el rol que desempeñarán estas mujeres a lo largo de su vida. DE REMEMBRANZAS Y APRENDIZAJES ADQUIRIDOS. Estar aquí me hizo recordar que desde pequeña esta ha sido la ruta de viaje a mi comunidad en la sierra mixe. Cuando mis papás nos traían de paseo, siempre veía a las mujeres utilizar estos vestuarios tan hermosos que llamaban mi atención, ya que en mi región no hacen uso de tanto color. Creo que por la misma razón mi mamá siempre quiso tener un mandil de estos, al estar aquí no pude desaprovechar la ocasión de comprarle uno. Ya tenía un año que no venía a Tlacolula, tenía intenciones de construir aquí en unos terrenos que compré, cuando mi pareja vivía veníamos a limpiar el terreno y después era costumbre pasar a desayunar al mercado, sin duda también recordé estos episodios, regresar por un trabajo del doctorado es gratificante para mí aunque no deja de provocarme melancolía. Aprendí con este ejercicio lo importante que es poder realizar estos procesos de observación en el plano educativo, y mejorar los procesos de investigación etnográfica, rompiendo los miedos y aprendiendo a ver más allá de lo evidente. Poder plantear diferentes preguntas y platicar con la gente también me enseña a ser más segura y mejorar mis formas de entablar relaciones con los otros y reconocerme en ellos. Instituto Multidisciplinario de Especialización Mtra. Idolina Gallardo Martínez Doctorado- Grupo 8