Resumen del Libro: Origen, Desarrollo y Naturaleza de los Intereses
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Resumen del Libro: Origen, Desarrollo y Naturaleza de los Intereses
Resumen del libro Origen, Desarrollo y Naturaleza de los Intereses Gabriel Cirino Gerena, abril 2012 Este resumen puede ser reproducido para fines educativos siempre que su distribución sea gratuita. El autor se reserva todos los derechos bajo las leyes internacionales. Editorial Publicaciones Puertorriqueñas Dirección Postal: P. O. Box 195064 San Juan, PR 00919-5064 Teléfono: 787.759.9673 Fax: 787.250.6498 Dirección Física: Calle Mayagüez # 44, Hato Rey, PR Correo Electrónico: [email protected] Origen, Desarrollo y Naturaleza de los Intereses Página 1 CONTENIDO PARTE 1 TRASFONDO HISTÓRICOY MEDICIÓN Capítulo 1 Breve Trasfondo Histórico Página 3 Capítulo 2 Teorías Sobre Intereses Página 25 Capítulo 3 Medición de los Intereses: Desarrollo y Características de los Inventarios Página 57 PARTE 2 ORIGEN, CAMBIO, DESARROLLO Y NATURALEZA DE LOS INTERESES Capítulo 4 Bases Para Una Nueva Teoría Capítulo 5 Sobre el Origen, Desarrollo y Naturaleza de los Intereses Página 95 Página 143 PARTE 3 INVESTIGACIONES REALIZADAS A BASE DE LA TEORÍA Capítulo 6 Investigaciones iniciales: las categorías de intereses Página 203 Primer Estudio: Análisis Factoriales Exploratorios Página 205 Segundo Estudio: Análisis Factoriales Confirmatorios Página 232 Tercer Estudio: Creación de Categorías de Actividades Página 239 Origen, Desarrollo y Naturaleza de los Intereses Página 2 CONTENIDO Capítulo 7 Investigaciones Iniciales Sobre el Desarrollo del Aspecto Afectivo de los Intereses: Agrado, Desagrado e Indiferencia Página 247 Cuarto Estudio: Desarrollo de Instrumentos para Medir las Variables Página 248 Quinto Estudio: Efecto de las Variables de Estudio sobre los Capítulo 8 Intereses de los Participantes en Dos Grupos de Edades Página 251 Consideraciones Finales Página 269 Origen, Desarrollo y Naturaleza de los Intereses Página 3 RESUMEN DE LA TEORÍA Filósofos y psicólogos han especulado sobre la naturaleza de los intereses desde tiempos inmemoriales. Se estima que el estudio científico de los intereses comenzó cerca del 1920 (Fryer, 1931). Luego de casi tres cuartos de siglo de investigación se han logrado avances sustanciales en la medición de los intereses, pero nuestro conocimiento sobre su origen, desarrollo y naturaleza psicológica sigue siendo limitado (Gottfredson, 1996; Krapp, Hidi & Renninger, 1992; Savickas, 1999b; Swanson & Gore, 2000). Entendemos que este rezago se debe mayormente a que las teorías propuestas se basan exclusivamente en la perspectiva de rasgos (Allport, 1937) o en la perspectiva social cognitiva (Bandura, 1985). En nuestra propuesta teórica hemos incluido aspectos de ambas perspectivas para lograr explicaciones viables del origen, desarrollo y naturaleza de los intereses. Al igual que otros teóricos, proponemos que los intereses surgen en la infancia y se desarrollan conjuntamente con otras características humanas. Los intereses tienen tres componentes. El componente cognitivo, el cual se refiere a la naturaleza de las categorías en las que agrupamos las actividades, como son por ejemplo, los intereses artísticos, sociales y manuales. El componente afectivo, que se refiere a los sentimientos de agrado, desagrado e indiferencia hacia dichas categorías. Finalmente, el componente conductual, que se refiere a la propensión y deseo de realizar las actividades que nos gustan, evitar las que nos disgustan y realizar las que nos son indiferentes, solamente cuando existe algún incentivo. Desarrollo del componente cognitivo: categorías de intereses Los seres humanos creamos desde la infancia, categorías a base de un atributo común a objetos, situaciones y roles (Case, 1992). Mandler (2007) considera que el sistema conceptual de los seres humanos se origina de esta forma. La representación cognitiva del atributo común entre objetos, roles y eventos es un concepto clasificatorio (Bidell & Fisher, 1992, Mandler, 2007, Namy, & Gentner, 2002). Por otro lado, estas estructuras cognitivas son el resultado de los esfuerzos del organismo para organizar la experiencia de forma que tenga sentido. La creación de conceptos clasificatorios es un mecanismo poderoso para manejar el medio ambiente por varias razones. Primeramente lo simplifica, porque en vez de atender a cientos de estímulos individualmente, la persona puede atender a un número reducido de grupos de estímulos. En segundo lugar, permite reaccionar adecuadamente a un nuevo objeto. Por ejemplo, si un niño o niña se encuentra con un animal no visto antes, y lo pueden clasificar como un perro, ya conocen bastante sobre el nuevo animal. Origen, Desarrollo y Naturaleza de los Intereses Página 4 Proponemos que lo mismo ocurre con las actividades que realizamos u observamos. Para manejar la gran cantidad de actividades percibidas es necesario que éstas se agrupen en categorías a base de su naturaleza. Así surgen los conceptos clasificatorios de las actividades, como son las artísticas, manuales, sociales y otras. Algunos de estos son conceptos amplios que comprenden conceptos más específicos. Por ejemplo, el concepto de actividades artísticas incluye conceptos como teatro, pintura, escultura y otros. En otras palabras, el origen y desarrollo del aspecto cognitivo de los intereses es parte del origen y desarrollo de los conceptos y de la estructura conceptual . Presumimos que los factores de intereses que se identifican mediante los análisis factoriales y de conjuntos, corresponden de alguna manera, a los conceptos que tienen las personas. Simultáneamente con la creación de dichas categorías, desarrollamos desde la infancia sentimientos de agrado, desagrado e indiferencia hacia las mismas. Desarrollo del componente afectivo: los sentimientos de agrado, desagrado e indiferencia hacia las categorías Uno de los supuestos importantes de la teoría es que tenemos varias necesidades psicológicas que debemos satisfacer, particularmente las de competencia, autonomía y afiliación o pertenencia. La necesidad de competencia se refiere a la propensión que tenemos de explorar y conocer nuestro ambiente físico y social, y de modificarlo a nuestra conveniencia. La necesidad de autonomía se refiere a la propensión a ser únicos y diferentes de los demás, de afirmar nuestra personalidad e individualidad y tener ideas y tomar decisiones que pudieran ser diferentes de las ideas y decisiones de otros miembros del grupo al que se pertenece. La necesidad de afiliación o pertenencia se refiere a nuestra propensión de vivir en grupos, de sentirnos aceptados, de validar con otros la información que obtenemos, de recibir y expresar afecto y de contribuir al bienestar de los demás. Otro supuesto importante es que las necesidades psicológicas se satisfacen al realizar actividades apropiadas a cada necesidad. Por ejemplo, la necesidad de competencia se satisface al realizar actividades que permiten que la persona explore, conozca y aprenda sobre su ambiente físico y social. También actividades que permiten modificar o de alguna manera dominar dichos ambientes. El realizar estas actividades resulta en que la persona se siente competente. El sentirse competente es un estado anímico agradable, de satisfacción y gozo. De igual manera, la satisfacción de las otras necesidades lleva a la persona a sentirse autónoma y a sentirse aceptada en un grupo. Origen, Desarrollo y Naturaleza de los Intereses Página 5 Como nacemos con varias necesidades psicológicas, el ser humano presta atención constante a su medio ambiente en búsqueda de maneras de satisfacer dichas necesidades. Las necesidades están en estado latente hasta que la persona percibe una actividad que las pudiera satisfacer, La expectativa de que si realiza la actividad, se sentirá satisfecha, conlleva el que la actividad le resulta agradable. Si por el contrario la expectativa es que si realiza la actividad se sentirá frustrada, porque en vez de satisfacción sentirá vergüenza o humillación, dicha expectativa conlleva el que la actividad le resulte desagradable. Por otro lado, si la expectativa es de satisfacción de unas necesidades y la frustración de otras, la expectativa conlleva un sentimiento de indiferencia hacia dicha actividad. En otras palabras, esta expectativa de satisfacción o frustración, resulta en el origen de un interés inicial o emergente en dicha actividad. Sin embargo, el tipo de actividad que satisface las necesidades de una persona no es necesariamente el mismo que satisface las necesidades de otra. Esto se debe a que: 1) cada persona tiene un perfil particular de necesidades, y 2) cada cual posee características personales (psicológicas, físicas y sociales) distintas. Una persona puede tener una necesidad de competencia muy fuerte, necesidad de autonomía moderada y necesidad de afiliación baja, mientras que en otra persona la intensidad de las tres necesidades pudieran ser moderadas. Por otro lado, cuando una persona considera un tipo de actividad, evalúa las características personales que son necesarias para realizarla exitosamente. También se evalúa a sí misma para ver si las posee. En la medida que cree poseer estas características, surge un sentido de adecuación, esto es, el tipo de actividad se adecua a su persona. Además, la persona se identifica con dichas actividades (las actividades son como ella, comparten las mismas características). Este conjunto de creencias (sentido de adecuación e identificación con un tipo de actividades), unido a las expectativas (de satisfacer sus necesidades), resulta en una disposición para realizarlas. Suponemos que los intereses surgen en la infancia y se desarrollan junto a otras características psicológicas hasta la adultez. Sin embargo, los niños y las niñas no pueden o no se les permite realizar la mayoría de las actividades que perciben. Para realizarlas, recurren a la fantasía, los juegos y el aprendizaje a través de la observación de modelos que seleccionan para observar. Como casi todo lo que se aprende puede aprenderse en forma vicaria mediante la observación de otras personas (Bandura, 1978, 1995), el aprendizaje de los intereses es mayormente de manera vicaria. Por lo tanto, a falta de experiencias reales, el aprendizaje mediante fantasías y observación llevan a confirmar las creencias y las expectativas durante muchos años. Una consecuencia de esto es que a los niños y las niñas pequeños les gustan casi todas las actividades. A medida que crecen, y aumenta el número de actividades que realizan físicamente, comprueban que no tienen todas las características personales que creían tener. Esto resulta en sentimientos de desagrado hacia actividades que antes les agradaban. Origen, Desarrollo y Naturaleza de los Intereses Página 6 Cómo los intereses se convierten en disposiciones estables Según Vroom (1964), las expectativas son probabilidades subjetivas de que algo ocurra. Éstas aumentan o disminuyen dependiendo de los resultados que se obtengan al realizar la actividad. Cada vez que el niño o la niña seleccionan libremente una actividad para realizarla (por ejemplo, dibujar un paisaje) y la realizan bien y reciben la aprobación de sus padres, confirman su sentido de adeucación y sus expectativas. Toda vez que las actividades se realizan para llenar las necesidades psicológicas, cuando se confirman las expectativas derivadas de dichas necesidades, la persona se siente satisfecha. Cuando las expectativas y el sentido de adecuación se confirman consistentemente durante años la probabilidad subjetiva de que se confirme en una próxima ocasión es cerca de un cien por ciento. Esto es, las expectativas se convierten en casi certezas. Esto ocurre probablemente durante la adolescencia o adultez temprana. La confirmación de las expectativas y el sentido de adecuación, dependen del criterio de otras personas, o sea, de refuerzos externos (Deci, 1992, 2000). Los padres determinan si permiten que el niño o niña realice una actividad particular, si aprueban la actividad y evalúan si el niño o niña realizaron bien la actividad. En la adolescencia, cuando las expectativas y la creencia del sentido de adecuación son casi certezas, se debilita sustancialmente la dependencia en la opinión de los demás. También, con el tiempo se adoptan e internalizan los estándares utilizados por las demás personas para juzgar el desempeño de una actividad. Esto resulta en que el individuo sabe cuando el desempeño es adecuado, por lo que ya no depende de otras personas para saberlo. Por lo tanto, sigue realizando la actividad en la cual las expectativas y creencias se confirman siempre, por lo que la posibilidad de cambio en los intereses es nula. En ese momento el interés en ese tipo de actividad se convierte en una disposición estable. Por otro lado, se continúa realizando una actividad que no depende del criterio de las demás personas para evaluarla , y la que resulta invariablemente en satisfacción. Esto cambia la naturaleza de la actividad, de una que se realiza para comprobar expectativas a través de otros, a una que se realiza para obtener satisfacción. Por lo tanto, las personas realizan actividades que le interesan porque invariablemente les produce satisfacción, y no porque respondan a refuerzos externos. (Deci, 1992, VandenBos, 2007). Esto es, la actividad se convierte en autotélica (Csikszentmihalyi, 1975). Origen, Desarrollo y Naturaleza de los Intereses Página 7 Una vez se desarrolla el interés por un tipo de actividad, realizar dicha actividad se convierte en una necesidad. En otras palabras, los intereses son necesidades aprendidas, necesidades autónomas (Allport, 1937) que deben ser satisfechas al igual que las necesidades de donde surgieron (competencia, autonomía y pertenencia). Para ilustrar lo anterior podemos hacer una analogía con las necesidades físicas. Por ejemplo, el hambre es una necesidad que se satisface consumiendo alimento. Cuando sentimos hambre buscamos indicadores en el medio ambiente de dónde y cómo la podemos satisfacer. En situaciones normales no comemos cualquier comida, sino que consumimos los alimentos que hemos aprendido a preferir. Si nos ofrecen alimentos que nos resultan extraños, por ejemplo, carne de culebra u ojos de buey, ¡preferimos pasar hambre! De igual manera, los intereses son los tipos de actividades que preferimos realizar para satisfacer nuestras necesidades psicológicas básicas. O sea, los intereses son los apetitos psicológicos con los cuales satisfacemos nuestras necesidades. Debemos satisfacer estos apetitos psicológicos, conjuntamente con las demás necesidades psicológicas, para mantener nuestra salud física y mental. Componente conductual: necesidad de actuar Como los intereses son formas particulares de satisfacer nuestras necesidades psicológicas, existe la urgencia o inclinación de realizar las actividades que sean apropiadas a cada necesidad psicológica. Esto es, realizar las actividades que nos agradan, evitar las que nos desagradan y realizar las que nos son indiferentes solamente cuando hay algún incentivo. Las implicaciones de los intereses para entender la conducta en la escuela y el trabajo son evidentes. Estudios realizados para probar la teoría En la teoría se hacen explícitos los supuestos y se presentan hipótesis específicas. Realizamos cinco investigaciones para obtener evidencia que confirmen o no las hipótesis. Los resultados de dichas investigaciones, resumidas adelante, tienden a apoyar los postulados de la teoría. 1). Análisis factoriales exploratorios Propusimos que los intereses surgen en la niñez, por lo que se debe esperar que se puedan identificar factores de intereses y que el número de éstos aumente con la edad. Para evaluar esta hipótesis redactamos una versión experimental del Inventario Cirino de Intereses (ICI) con preguntas apropiadas para niños y niñas. Lo administramos a muestras de alrededor de 800 estudiantes en cada uno de los grados 3 al 9. Para controlar por edad, los análisis se hicieron con estudiantes cuyas edades son típicas del grado (por ejemplo, 9 años en grado 3). Se utilizó el método de componentes principales y se rotaron 13 factores con la solución Varimax. Origen, Desarrollo y Naturaleza de los Intereses Página 8 Encontramos que surgieron factores claramente de intereses en todos los grados, que el número de factores aumentó con la edad y que los factores que surgieron en un grado también surgieron en los demás grados. Esto se tomó como evidencia de que los intereses surgen en la niñez y se desarrollan con la edad. 2). Análisis factoriales confirmatorios Algunos investigadores sugieren que los resultados obtenidos mediante el método de análisis factorial exploratorio sean verificados con el método de análisis factorial confirmatorio. Obtuvimos nuevas muestras de alrededor de 200 estudiantes de grados 3 al 9. Creamos modelos a base del número de factores encontrados previamente en cada grado. Utilizamos el programa M Plus para evaluar cada modelo con ecuaciones estructurales. Los índices de ajuste obtenidos llevan a concluir que el modelo de factores de cada grado se ajusta a los datos. Los resultados se tomaron como una confirmación de los factores encontrados mediante el análisis exploratorio. 3). Estudio experimental de creación de conceptos Propusimos que desde la infancia, se crean conceptos clasificatorios de actividades percibidas. Se acostumbra a estudiar el desarrollo de conceptos en los niños y niñas presentándoles tarjetas, al azar, que contienen dibujos o láminas de objetos. Las instrucciones guían a los participantes a agrupar aquellos objetos que tienen algo similar entre sí. Utilizamos ese método para estudiar la creación de conceptos clasificatorios de actividades. Tomamos una muestra por conveniencia de cinco niños y cinco niñas de tercer grado. Presentamos un grupo de 30 tarjetas (presentamos cinco actividades de cada uno de los seis factores surgidos en grado 3) y le pedimos a cada participante que agrupara las actividades a base de lo que tienen en común. En la mayoría de los casos los participantes agruparon las actividades de forma similar a su agrupación mediante el análisis factorial. Cuando se le preguntó qué tienen en común las actividades, expresaron conceptos similares a los nombres de los factores. Esto se tomó como evidencia de que los conceptos clasificatorios de actividades que desarrollan los niños y las niñas corresponden aproximadamente, a los factores de intereses obtenidos mediante análisis factorial. Origen, Desarrollo y Naturaleza de los Intereses Página 9 4). Desarrollo de instrumentos para medir las variables. Teníamos dudas si era posible desarrollar instrumentos para medir variables psicológicas en niños y niñas pequeños (8 a10 años). En particular, porque se necesitaron escalas para medir necesidades psicológicas de las cuales la mayoría de la gente no está consciente. Preparamos un cuestionario para medir las tres necesidades, intereses, expectativas y el sentido de adecuación. Realizamos un estudio piloto antes de administrar el cuestionario a una muestra de 102 estudiantes de tercer grado de ambos géneros. Luego de los análisis estadísticos correspondientes, se logró un instrumento cuyas escalas tienen suficiente confiabilidad y son relativamente independientes una de otras. 5). Análisis de Rutas para comprobar el modelo. Construimos un Modelo General de Desarrollo de Intereses que describe las relaciones entre las variables de estudio según las hipótesis planteadas. Propusimos que el mismo modelo describe cómo se desarrollan los intereses en cada edad, aunque se espera que la relación entre las variables cambie. Por ejemplo, se propuso que la expectativa de aceptación tiene una mayor influencia sobre los intereses en niños y niñas pequeños que en los mayores. Administramos el instrumento a dos muestras de estudiantes: 75 estudiantes de tercer grado y 91 de noveno grado. Utilizamos el programa M Plus para realizar un análisis de rutas y evaluar el ajuste del modelo a los datos en ambos grados. Encontramos que la mayoría de las hipótesis se comprobaron. Contrario a lo esperado, la influencia de las necesidades psicológicas sobre los intereses fue indirecta, a través de las expectativas de desempeño y aprobación y del sentido de adecuación. Como predijimos, las variables relacionadas a la necesidad de aprobación estuvieron más relacionadas con los intereses en la muestra de tercer grado, y el sentido de adecuación tuvo mayor relación con los intereses en noveno grado.