docBoletin nº 49
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docBoletin nº 49
Número 49 Marzo-Abril 2009 Dintel BOLETIN INFORMATIVO BURGOS ¿María, la madre del jardinero? «María de Magdala estaba frente al sepulcro, afuera, llorando. Así, llorosa se inclinó hacia el sepulcro y ve dos ángeles vestidos de blanco, sentados … Le dicen: -Mujer, ¿por qué lloras? -Porque se han llevado a mi señor y no sé dónde lo han puesto… Al decir esto, se da media vuelta y ve a Jesús de pie; pero no lo reconoció. Jesús le dice: -Mujer, ¿por qué lloras? ¿a quién buscas? María de Magdala, tomándolo por el jardinero, le dice: -Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo iré a buscarlo. Jesús le dice: -¡María! (Jn 20,1116)» Juan, el discípulo a quien Jesús quería, nos ha narrado entre preguntas de este y de aquel lado, la aparición de Jesús a María, una de las mujeres que habían estado al pie de la cruz. También había otra mujer, llamada con sencillez con el nombre de ‘madre’. De la Magdalena se dice que estaba en las ‘afueras’ del sepulcro, intentando inhalar su perfume… La ‘madre’, en cambio, estaba ‘adentro’ y no precisamente en las cavernas del sepulcro, sino otra vez más ‘guardando y contemplando’ la Resurrección que el Padre había obrado en el Hijo obediente hasta la muerte … y la gloria. ¡María! La madre del Hijo Resucitado, no simplemente vuelto a la vida, sino para darnos vida. María, es la madre del “jardinero”. Ojalá también nosotros lo encontremos. CAUSA DE CANONIZACIÓN DEL BEATO EUFRASIO DEL NIÑO JESÚS, MÁRTIR Destino “El desierto”. El peregrino eslavo [Apuntes para una biografía anunciada] Alrededor de cinco meses moró el P. Eufrasio en el desierto de Hoz de Anero. Desde el 1 de febrero hasta pasadas las fiestas de Pascua, sobre poco más o menos, si tomamos como referencia los resúmenes de las colaciones que se interrumpen con la partida del ‘peregrino eslavo’. Es seguro que a la altura del 22 de mayo del año 26 ya no está allí. Es visible el enojo y la desazón del P. Cornelio, prior del desierto, que se transparenta en carta el P. Provincial, Ezequiel, al manifestarle que «el P. Eufrasio al marcharse dejó por ahí a medio hacer los rótulos con las sentencias etc. y que mandaría de Begoña, pero es el caso, que ni manda, ni dice nada; también aquel, se le ha debido renovar la calentura sentimental de la expatriación, pues aun aquí los últimos días ya estaba el hombre bastante excitado.» El trago era amargo, duro, alejarse de los ‘suyos’ a un país hacia el cual se va uno lejos y se viene también de lejos, como dirá Karol Wojtila, en el momento de ser elegido papa. Salir al oriente de Europa, en vías de reconstrucción tras la primera guerra mundial, por unas decisiones arbitrarias o al menos no demasiado transparentes era “una crucifixión”, como referirá Florentino en una carta dirigida a destinatario ignoto. ¿Sería al P. Marcelo, futuro provincial? En este fragmento, Florentino, hermano del ‘superviviente’ de la tragedia asturiana del 34, Pedro Fernández, nos aclara algunos extremos acerca del destino a Hoz de Anero. La cosa viene un tanto de lejos. Ezequiel había establecido una normativa lingüística para regular el uso del castellano y el vascuence durante el tiempo de recreación. ¿Mediodía castellano, noches vascuence? ¿Sábados uno, festivo otro? No conocemos la reglamentación en sus exactos términos. Pero sí sabemos que Eufrasio, aunque fuese el más joven de los religiosos, «tocado» siempre por la verdad en sus entrañas, no se empachaba con las palabras que en conciencia tuviera que pronunciar. Y allí sus 29 años frente a sesenta y muchos, trajinándose la justicia. Las «bases» [cta 6, vol. IV, p.130] le parecían injustas. Se fue a la celda del provincial, por derecho y con razones bien ponderadas «por las que aquellas medidas no le parecían bien». Ezequiel reaccionó, ¡vaya si reaccionó! Se salió de sus casillas, «fuera de sí», escribe Florentino y aún añade el estrambote o coletilla de despedida «que no se podía con vosotros, que éramos esto, que éramos lo otro». Por eso, la actitud de Ezequiel respecto de Eufrasio cuando lo destina al desierto de Hoz, sacándole del colegio de Begoña es clara. El fundamento de este destino lo forjó en la fragua de «las repetidas instancias que le había hecho» al Provincial. Y claro, ¡accedía a tan religiosa petición! Fue un golpe en toda regla y golpe al hígado como para dejar k.o. al más pintado. ¿Por qué Eufrasio había solicitado con tanto empeño ir al desierto? Amalio, el confidente entrañable [cta. 30, vol. IV, p. 182] abrirá el hontanar de sus conocimientos y lo desvelará. No será Polonia lo que conmocionará al obediente Eufrasio, -sumiso a ciegas, no-, sino su destino por tiempo indefinido a Hoz de Anero. Su intención era transparente: «pasar allí, al menos, el tiempo hasta que se resolviese el asunto de la división». Pero esta aspiración lógica y necesaria se aparcó sine die, una vez leído el decreto de la Congregación con fecha 11 de enero de 1926. Entonces, a punto de culminar la cuesta de enero, le hacen memoria a Eufrasio de lo bien que estaría en el Desierto, ¡lo había pedido con insistencia! Recordemos cartas del verano anterior… Y ahora le indican la conveniencia de apuntalar la observancia eremítica, pues el personal escaseaba. Echando un vistazo al catálogo vigente por entonces, caemos en la cuenta de que al menos eran ocho. Y el velo que oculta lo desconocido, se descorrió como por ensalmo. Dice Amalio: «A la primera palabra, parece que lo vio todo. [este subrayado es del P. Amalio].» Impresionado, fuertemente sacudido interiormente. No podríamos afirmar que su ademán externo dejara de transparentar lo que subía y bajaba del corazón a la mente. No se desfogó en palabras, asevera Amalio, pero «se le notaba una gran impresión. Sin duda pensaba que se le alejaba como un elemento peligroso para la paz, lo cual le había de causar una gran impresión, teniendo en cuenta la delicadeza con que siempre había procedido en la cuestión de la división y su fina sensibilidad» Este era el estado de la cuestión aclarada en el carteo de los dos religiosos que más estimaron al P. Eufrasio. Se trata de Amalio y Eleuterio, carmelitas ambos. Este le había preguntado después de la fecha martirial, con el fin de escribir su biografía, si aquel tenía noticia de la verdadera razón del destino de Eufrasio y Marcos a Polonia y Florentino a Milán, las manos ocultas que intervinieron y otras circunstancias. Y aunque Amalio estaba en ayunas, había serias conjeturas que se desvelan en una carta del P. Ezequiel al General. Había que alejar de las ‘malas influencias’ a los religiosos castellanos ansiosos de una provincia propia. Los influjos perniciosos, proclives a la separación eran unos cuantos frailes descalzos, tres, cuatro o pocos más, -explicaba Ezequiel- entre los que se contaba sin duda Eufrasio, aunque no lo menciona. Y Ezequiel está convencido que si se remueven o amordazan en la lejanía de una nación extraña los cabecillas (duces) o promotores de la división, el negocio quedaría cerrado. Pero no eran tan pocos, sino la mayoría, incluso algún descalzo navarro quienes propugnaban y apoyaban la misma. En Roma se enterarán Florentino, Marcos y Eufrasio de las fábulas que corrían por los pasillos y despachos del General, Guillermo de san Alberto referidas a los castellanos. Estos no tenían «otro título o calificativo … que el de rebeldes, desobedientes, revolucionarios», escribe Florentino, y esos piropos en documentos oficiales que enviaban de acá, España, a Roma. La «división de los ánimos, -como escribirá Florentino- tenía unas divisorias tan profundas que será imposible salvarlas». Y perdóneme el lector por exponer las cosas que sucedieron de modo directo y llano. La Iglesia de Cristo lleva más de dos mil años en manos de hombres frágiles y débiles y sigue en pie. Lo que demuestra que es obra de Dios; las de los hombres se desvanecen. Hay momentos en que uno piensa que el pozo fresco de la noticia se seca; ya no hay nada que contar o comunicar a los devotos del beato Eufrasio. Pero no; no es cierto. Para probarlo ahí va la entrega BURGOS.- En el Informe del Superior provincial del trienio anterior (2005-2008) se leen unas palabras estimuladoras, que me impongo la obligación de dar a conocer a todos: «…El beato Eufrasio, mártir de Cristo y primicia preciosa de la santidad en la Provincia. Bajo el signo de esta gracia debemos colocar el trienio entero y nuestro futuro inmediato» (P. Gabriel Castro). ALCABÓN (Toledo).- A bote pronto, los que no pasamos de la Corte, cuando viajamos, nos será completamente desconocido la localidad de Alcabón, de origen árabe como no puede ser de otro modo, si el topónimo empieza por ‘al’. Desde ahora mismo, ya sabemos que pertenece a Toledo, a la comarca de Torrijos, no distante más de 36 kilómetros de la capital y que tiene 728 habitantes después del censo de 2006. Y me dirán ustedes ¿a qué viene este discurso? La cosa en sí es muy simple. El día 10 del pasado mes de marzo recibo una carta de atildada caligrafía mayúscula con el siguiente texto: «Rezando en una capilla del Santísimo Cristo de los Doctrinos, debajo de un banco había un Boletín muy deteriorado del beato Eufrasio del Niño Jesús.» Mi pregunta es muy elemental. ¿Dónde está esa capilla del Cristo de los Doctrinos? ¿Acaso en Alcalá de Henares? ¡Cómo es posible! El beato Eufrasio ya hizo su camino pictórico y viajó a Sevilla, ahora se escurre bajo un banco de una ermita del Crucificado y en un estado deplorable. La persona en cuestión, “para rezar dignamente al beato” suplica que le enviemos una estampa. Y esa ‘llaneza’ le “haría muchísima ilusión”. Y a nosotros también. Este Boletín que se hace eco de tu petición ha de llegar a tus manos. Gracias por abrir tus puertas al beato carmelita asturiano; que sea el comienzo de una campaña. 11 DE OCTUBRE - ROMA.- El beato Rafael Arnáiz será canonizado.- Burgalés de nacimiento -9 de abril de 1911, era quinto con mi padre-, asturiano por adopción, acaso no reconocido como tal, será canonizado por S. S. Benedicto XVI el próximo mes de octubre; en concreto el día 11. Cada vez que sale a la luz pública el nombre del Hº Rafael y resuena cerca de mis oídos, salto de júbilo y no puedo menos de recordar que el joven Rafael, prometedor arquitecto, que cambió el canteo por la cogulla, fue penitente y amigo del beato Eufrasio, nuestro mártir. No estará mal que lo recordemos una vez más. Por aquello de que el Dr. Arnáiz era ingeniero de montes, hubo de trasladarse durante la adolescencia de Rafal a la capital del Principado. Llegó años después el P. Eufrasio con su bagaje cultural de una lengua eslava –el polaco- y una fama ya bastante acreditada de ‘buen hombre’, cuando menos. Y los caminos de Rafael se cruzaron con los de Eufrasio. Aventuro que entre ambos se estableció una corriente de ‘simpatía’ honda por humana y espiritual. ¿Cuánto duró aquel recíproco acompañamiento? Doña Mercedes Barón de Arnáiz deja constancia de que su hijo Rafael, ya aspirante trapense, tenía por amigo y confesor al prior de los carmelitas de Oviedo. Y ahora, cuando se va acercando la fecha de su glorificación me digo, no se le ocurrirá al oblato trapense, remedando sus letras de ayer, escribir al Padre de las luces: «El P. Eufrasio, el superior de los padres carmelitas me dijo que iría alguna vez por casa, ¿ha ido? Tened confianza con él, pues es muy bueno» Lo que es ir, ya lo creo que fue y llegó, no sólo alguna vez, sino de modo definitivo con las vestiduras blancas teñidas en la sangre del cordero a la verdadera casa paterna el 12 de octubre de 1934; a tu búsqueda, hermano Rafael, salió P. Eufrasio el día en que llegaste a la misma casa aquel diáfano día 26 de abril de 1938. «Es muy bueno, es muy bueno, repetiste a la vista del Padre nuestro.» Confiamos que esa recomendación tuya, hermano Rafael, surta efecto y el beato Eufrasio alcance ese escalón para que su santidad, como la tuya sea reconocida en la Iglesia entera. ¡También las “amistades en el cielo” han de servir de algo! BOLETÍN DEL BEATO EUFRASIO EN PÁGINA WEB: www.ocdburgos.org.- Desde el pasado número de este Boletín que hizo el 48, se puede ver el texto y fotografía del mismo para cuantos quieran acercarse a él por este medio moderno de los cibernautas. Es con objeto de que en América puedan leerlo, atenderlo y apreciarlo; de lo contrario sería demasiado costoso el envío por correo ordinario. Y ya que la técnica nos proporciona semejante posibilidad… “HUELLAS DEL CRUCIFICADO”.Sabíamos de su existencia, pero nunca nos habíamos propuesto darlo a la luz; mejor dicho, en el año 1935 el P. Eleuterio Ovejero hizo una edición manual del fascículo. Se trata de un texto que lleva por título “Huellas del Crucificado” y que publicó la revista “Ecos del Carmelo y Praga” en el año 1933. El autor, nuestro beato carmelita. Tiene perfume de asturianía en su sintaxis; por lo demás ni siquiera adolece de estilo decimonónico. Lo hemos colgado en la red para disfrute espiritual de quienes quieran acompañar el viacrucis con las consideraciones propuestas por el P. Eufrasio. En dos de nuestras casas, Burgos y León, tenemos noticia de que recorrerán las estaciones del viacrucis de la trama de esas reflexiones. En nuestra parroquia de san Lorenzo apoyarán el texto, introduciendo el documental “La sangre sobre la piedra”, que versa sobre nuestro beato. ¿Hay algo más positivo que aunar el ejemplo de un cristiano mártir al drama del Calvario? MIERES Y OVIEDO.- FALLECE MARÍA DE LOS ÁNGELES ÁLVAREZ BARREDO. El pasado 27 del mes de marzo, fallecía en Avilés, la sobrina pequeña del P. Eufrasio, nuestro mártir. Era hija de Hermina y Faustino, aquella hermana mayor de Eufrasio. Probablemente Eufrasio, ya destinado en Oviedo, pudo recoger los primeros balbuceos de su sobrina. No nos consta que compusiera unos versos a ella dedicados, como hizo cuando nació Celina. Por entonces Eufrasio era simplemente Eufrasio, estudiante de humanidades en Villafranca de Navarra. Mari Fe, que este era su nombre de batalla, encerró su vida entre dos fechas muy teresianas (28 de noviembre, y su ciclo terreno hubiera tenido que cerrarse el 28 de marzo). Por qué decimos teresianas. El 28 de noviembre siempre será el aniversario del nacimiento de los frailes descalzos, creados por Teresa de Jesús, y el 28 de marzo, aniversario natalicia de la Santa. No obstante, en aras de la verdad, su sepelio hubo de celebrarse el domingo 29 en el panteón que la familia tiene en Mieres, y el funeral el lunes en la parroquia de Nª Sª del Carmen de Oviedo a la que pertenecía. Caía agua a manta el día del entierro. Tuvo lugar en la más estrecha intimidad, como le gustaban las cosas al tío Eufrasio, que se fue al paraíso envuelto en la sangre derramada por Cristo. Mari Fe, sobre su féretro, vistió durante unos metros la capa blanca que el tío fraile –de quien apenas tenía recuerdos vivos- lleva en las celebraciones litúrgicas. Le sirvió de dosel para entrar en la gloria donde la esperaba Dios Padre, quien permitiría al siervo entregado hasta la muerte unas palabras de bienvenida y hasta una cariñosa reprimenda: “¡Mari Fe, no seas incrédula y no quieras ir contracorriente de tu nombre! Las cosas iban bien por allá abajo, en lo tocante a los que dimos la vida por le fe en Jesús. Ya ves, ahora, cualquier cristiano puede poner sus pies sobre las ‘Huellas que el Crucificado’ ha ido depositando en la senda del vivir: a quienes Él nos hizo sus testigos. Entra, Mari Fe en el gozo de tu Señor, junto a todos los que quisiste en la tierra. Dios Padre te depara eso júbilo.” Mari Fe aparece junto con sus hermanas, el día en que se abrió el proceso en la Curia diocesana de Oviedo. Sus nombres de izquierda a derecha: Conchita, Celina y Mari Fe. OVIEDO.- Finalmente ésta será la imagen que tallada en los talleres AZNAREZ de Madrid, podrá ser venerada en la capilla que los padres carmelitas (Parroquia de Nª Sª del Carmen) de Oviedo tiene dedicada al Milagroso Niño Jesús de Praga, devoción preferida e inculcada entre los niños de la catequesis por el mártir asturiano, y a la Santina de Covadonga, a quien el P. Eufrasio dedicó una de las más ricas poesías cuya letra fue armonizada por el músico asturiano, Baldomero Fernández. ¡Ruega por nosotros, P. Eufrasio, y todas las familias! Favores y Gracias DESDE OVIEDO.- L.G.N.M.- Guardamos discreción, por ahora, y respetamos el anonimato; no por ello la gracia es menos elocuente. El segundo hijo del matrimonio hacía nueve años que esperaba alegrar su hogar de padres y también cómo no la casa de los abuelos. ¡Ya se sabe, hoy los niños bien ‘nacidos’ tienen dos casas –se parecen algún tanto a los frailes que tienen donde cobijarse donde vayan- la de los padres y las de los abuelos! Parece que las leyes de la naturaleza se resistían; pero los abuelos tenían un intercesor y buen valedor en el cielo. El mártir asturiano por ‘eminencia’, el P. Eufrasio había de echar una mano a estos padres ‘tan deseosos’ de transmitir vida y amor a una nueva creatura. ¡Y ya está bautizado! No le pusieron el nombre de Eufrasio en agradecimiento como le sucedió a nuestro beato cuyo padre muy caballeroso y como obsequio de los humildes con quien le acercó desde Palafrugell a la patria querida asturiana, sirviendo igualmente al Rey; eso cumplía don José Barredo. ¡¡¡Pero la gratitud es la misma y entera!!! DESDE OVIEDO TAMBIÉN.- La noticia escueta es esta: “Soy una fiel devota del P. Eufrasio. En varias ocasiones le he pedido ayuda y nunca me ha abandonado.” Y desciende a dos detalles, uno casi escalofriante. “Quizá pueda sonarle la noticia referida a Jesús Neira, el profesor agredido por defender a una mujer. En cuanto oí la noticia pensé en Eufrasio –así, familiar y cercana- y le mandé una estampa, recé por él con la seguridad que me escucharía y saldría adelante. Como así ha sido.” Querida Elo, siga difundiendo la intercesión del beato Eufrasio, con esa fe y ese ardor. En el fondo y en la forma eso es comunicar la ¡buena noticia! de la salud a los hombres. En otro orden de cosas manifiesta: «También en una época mala de mi vida me encomendé al beato Eufrasio, y él me dio la fuerza y el valor suficiente para seguir adelante, volviendo a tener fuerza y ganas de vivir. Tengo mucha fe en él y sé que me escucha y no me abandona.» Y después de decirnos que envía para la Causa un donativo, sólo pide que se le envíe alguna estampa. ¿Para qué? Para difundir y propagar –ojalá que con la celeridad de la pólvora- la devoción al beato Eufrasio. Repartirá entre la gente que lo necesita, para que sienta la intercesión del mártir. Concluye su carta –una joya para acicate de los más remisos en comunicar la acción divina por medio de los santos-: «Esta semana he rezado por un niño de seis años, al beato Eufrasio para que su operación de corazón saliera con éxito. En esta semana recibirá el alta.» Gracias Elo, y que muchos sigan tu ejemplo. Nos unimos a todas tus intenciones. DESDE BURGOS.- Hemos tenido noticias del caso, por terceras personas. Se trata de un señor que permaneció cuarenta y cinco (45) días en la unidad de cuidados a causa de una serie de infartos intestinales. El desahucio era inevitable. Sin embargo, un familiar del enfermo oró y difundió la estampa del beato Eufrasio, pidiendo su curación. Y hoy, gracias a Dios, el entonces enfermo, goza hoy de salud. Tendremos que confirmar algunos pormenores. Agradecemos a quienes nos comuniquen las gracias que han pedido al Señor por intercesión del beato Eufrasio. «¡¡No son suficientes las buenas amistades que el P. Eufrasio tiene en la gloria con otros santos!! Para culminar la glorificación de tan buen siervo la Iglesia necesita la confirmación de un milagro, obtenido por intercesión –en nuestro caso- UNICAMENTE del P. Eufrasio. *** Aún quedan unidades DVD, «La sangre sobre la piedra”, película documental sobre la vida del P. Eufrasio Barredo del Niño Jesús. • El guión literario a cargo del P. Eduardo Gil de Muro • Pedidos: P. Antonio Mingo, redactor del Boletín y animador de la Causa o PP. Carmelitas Descalzos, Apdo. de Correos 19 -09080 BURGOS o Precio unidad: 10 euros más gastos de envío. *** Quienes deseen contribuir a la difusión de la Causa para obtener con la gracia y la voluntad de Dios la Canonización del P. Eufrasio, pueden entregar sus ofrendas en Banco Santander Central Hispano Titular: Carmelitas Descalzos. Provincia san Juan de la Cruz CAUSA P. EUFRASIO CCC – 0049-6738-52-2495031223 Y, por favor, al ingresar sus ofrendas no dejen de indicar quién hace la ofrenda, para que podamos tenerlos en cuenta, por más que no pueda dar respuesta agradecida a cada persona. ¡Dios es el mejor retribuidor!