Causa de Canonización del Beato Eufrasio del Niño Jesús mártir

Causa de Canonización del Beato Eufrasio del Niño Jesús mártir

Número
51
Boletín Informativo
Septiembre-octubre
Burgos
2009
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SUENA A CARACOLA…
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Tiene un año recién
cumplido. Su nombre suena a
caracola y sabe y huele a mar…
Es Marina. Ante la fotografía de
esta “criatura” quiero hacerme
una pregunta insustancial y
extemporánea.
Si
han
transcurrido diez años desde que
iniciamos este compromiso de
dar a conocer la figura del P.
Eufrasio para que pudiese “ser
querido” y sólo dos desde que el
Señor nos concediese el regalo de
su beatificación, para tener ante
los ojos una referencia de vida creyente ¿habrán de pasar otros ocho o diez años
hasta la canonización? Para entonces Marina ya tendrá once años, si contamos desde
hoy y… ¿el milagro estará rondando las congregaciones de médicos, teólogos y
cardenales? Y antes, ¿por qué no? Nada es imposible para Dios.
Hace unos cuantos domingos, el Evangelio nos agasajaba con un delicioso
pasaje: Jesús abrazando a un niño. Y lo puso en el centro y lo convirtió en el meollo de
las miradas de los atónitos discípulos. ¿Cómo es posible semejante consideración y
crédito para con un crío…? Se preguntaban algunos. En aquella cultura el niño era
menos que un cero a la izquierda. Pero nosotros desde este cerro ‘boletinero’, siempre
que se nos ofrece ocasión, nos rendimos ante la infancia, precisamente ahora que la
“vida” se vende en almoneda. Esta niña muy querida y deseada es como un altar de
amor. ¡Va por los niños que no serán nacidos…! ¡Va por los niños amados de sus
padres…!
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Causa de Canonización
del Beato Eufrasio del Niño Jesús
mártir carmelita
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ROMA: «LECHNER vs BARREDO»
Apuntes para una biografía anunciada.
La ocasión la pintan calva, según el dicho popular. Expliquemos. Los romanos
adoraban a una diosa llamada Ocasión, a la que representaban como una mujer
bellísima puesta de puntillas sobre una rueda y con alas en los pies o en la espalda, para
indicar que las cosas buenas pasan rápidamente. Ocasión llevaba la parte delantera de la
cabeza cubierta por una hermosa cabellera, pero estaba totalmente calva por detrás.
Eufrasio no emplea ese dicho popular ni nuestra ulterior aclaración en su carta
(14/sep./1926) al P. Marcelo para indicarle que aprovechó la
oportunidad que le brindaron de visitar la Ciudad eterna de
cabo a rabo. Simplemente dirá que «para una ocasión que se
ofrecía no era de desperdiciar». Y a fe mía que supo sacarle
jugo: monumentos civiles, culturales, Vaticano y visita al
santo Padre, Pio XI, como despedida.
Sin embargo otro cuidado le había “traído” a aquella
ciudad, acompañado por arriba con el P. Marcos (30 años) y
por debajo el P. Florentino (un pipiolo –dicho con todo el
respeto para quien fuera Vicario provincial en Burgos- de 25
años. Decidieron que Eufrasio cargado de una libertad de
espíritu bien probada tendría que habérselas con…, nada más
y nada menos que el Prepósito General. ¿Sería una especie de
pugilato entre un veterano y un novato: Lechner vs Barredo?
El primero, Lechner, apellido de todo un General de la Orden
descalza, fr. Guillermo de san Alberto, relativamente joven,
46 años le contemplan, nacido en Ronciglione (Viterbo) el 8 de agosto de 1878 y
Barredo, el hijo del guardia civil con sólo 29, y cuatro años de misa. Por lo que
barrunto, hicieron tablas o combate inicialmente nulo. Luego, a un año visto, se cumplió
lo expresado en la referida carta: «No se desanimen … ya llegará nuestro triunfo».
Voy y quiero imaginarme aquel encuentro histórico.
Alguien llama a la puerta del Superior mayor de la Orden que no es otro sino el
representante del trío venido de la España; ¿con timidez o arrojo? ¡Quién sabe! Sí con
claridad de ideas. Desde dentro una voz “ronciglionense” –no sé por qué supongo un
timbre de voz ronca y grave en el General- responde a los nudillos de la mano:
-¡Deo gratias!... ¡Avanti…
Y arrancando un ligero chirrido a la mal engrasada puerta del viejo inmueble de
Corso d’Italia, hizo su aparición Eufrasio con el consabido:
-¡Laudetur Jesus Christus! (¡Alabado
sea Jesucristo!). Según mandaban los cánones
santos de la época, de inmediato e hincado de
rodillas, tomó con las dos manos, no con una,
el escapulario y lo besó religiosamente.
Innecesarias
las
presentaciones
protocolarias en aquel momento: nombre,
procedencia etc., pues a su llegada a Roma y
huéspedes como eran del General habían sido
presentados por el P. Federico, sombra de los
visitantes durante nueve días, o incluso por el
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P. Anselmo, fraile polaco, rector recién nombrado del naciente colegio internacional
para estudiantes carmelitas de todo el mundo, que sería valedor suyo.
-¿Qué tal por estas tierras del Dante?, querido padre.
-Muy bien y entretenido. Muerto estoy por cuanto he rondado esta incomparable
ciudad de Emperadores y mártires.
-Pues me complace que su experiencia le haya sido tan grata. Pero, sin duda, su
presencia aquí en estos momentos tiene otro propósito, ¿no? ¿Estoy en lo cierto?
-Mire, padre nuestro, -prorrumpió Eufrasio- quizá sea muy atrevido por mi parte,
decirle lo que creo un deber confesarle además de robarle su precioso tiempo, y acaso
no merezca ni siquiera su atención. Pero en nombre de los tres, padre Marcos, padre
Florentino y en el mío propio, que hemos llegado hasta esta enorme ciudad de los Papas
para ir a cumplir el destino que V. R. nos ha asignado, desearía nos escuchase, siquiera
unos minutos, sobre un “asunto” que allá en nuestra provincia de san Joaquín de
Navarra nos tiene… ¿atribulados?... No sé si es la palabra acertada. Quisiera exponerle
“de la mejor manera que sepa” lo que en nuestra provincia de Navarra “nos hace pensar
y sufrir”.
Antes que nada he de manifestarle que mi estado de salud no es nada boyante. Y
he oído hablar de hielos y temperaturas gélidas por aquellas latitudes del este europeo,
que puede que la dañen aún más.
-Tranquilícese, padre, y vaya sereno a… ¿dónde le destiné…?
Parece que el General andaba un tanto desmemoriado. ¿Por qué ese despiste?
¿Intencionado?
-A Cracovia, padre nuestro, a Cracovia, -respondió el hijo de guardia civil.
-Pues no se desasosiegue, que ya hablaré con el Provincial de allá para que lo
advierta en la comunidad y además «en último término, si no le va bien, los decretos no
son irrevocables.»
De hecho, como se verá en otro lugar, el P. Eufrasio pasó una temporadita en el
‘infierno’. Infierno era una mesa separada del resto de la comunidad donde se podía
comer la carne que la Regla prohibía como menú cotidiano y en mesa común.
El introito o la obertura ya estaba interpretada en tono menor, y como dicen, roto
el hielo. No conocemos la impresión recíproca que se causaron ambos interlocutores. Sí
sabemos que andando el tiempo el P. Guillermo pasó visita canónica a aquel territorio
del este europeo y obsequió al P. Eufrasio con un ejemplar de las nuevas
Constituciones, dedicatoria incluida.
Sin embargo, después de aquel, digamos, rodeo inexplicable en el modo de ser
de Eufrasio, abordó de frente la ‘división’ y le indicó una serie de puntos clave.
-Mire, P. Nuestro, «los castellano sufrimos mucho; más que todo por vernos en
camino de desaparecer».
-¿Cómo es eso, padre? “Non capisco niente.”
¿Hasta qué punto estaba ‘desinformado’ intencionadamente por alguna mano
negra el P. General o se hacía el ajeno respecto aquel ‘chaparrón’ que le caía encima?
-Pues es muy fácil de explicar. En los colegios (Larrea, Villafranca…) hay muy
pocos teresianos (así se llamaban a los seminaristas carmelitas); y los que hay están
desesperanzados. Además con los cambios que ha habido (nuevos superiores mayores,
vascos en su mayoría) «no nos atrevemos a mandar ningún niño al colegio
preparatorio».
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-Tengo noticias ciertas de que la cosa no es para tanto; ¿no serán ustedes, los
castellanos, los que complican las cosas? –se despachó
Guillermo.
-Somos hombres –aclaró Eufrasio- y acaso, por eso
mismo y en alguna ocasión, nuestra actitud pudo ser algo
estridente. Pero nos parece como algo sistemático y
sintomático que a los castellanos turmatim se nos mande
fuera de España ¿no cree?
Turmatim quiere decir en tropel
-¿Cómo que “castellanos”? –interrumpió. El diálogo
estaba desarrollándose en latín, en el que los frailes eran
expertos; idioma que era y sigue siendo el lenguaje oficial
de la Iglesia-. Ignoraba que fueran castellanos “et debebam
scire” –y debía saberlo.
¿Se estaba haciendo el sueco o le censuraban las
cartas al General? De sobra que lo sabía. Ezequiel le había
puesto en antecedentes por carta desde Vitoria fechada el 24
de enero de 1926. Escribe textual: «Sunt enim tres ex Castellae regione», -que en roman
paladino significa, “los tres proceden de la región llamada Castilla.” Y pocas líneas
antes ha citado nominalmente a los tres susodichos emigrantes. Repuesto del sobresalto
–pues algo debió significar el hecho de verse pillado al Prepósito en fuera de juego,
aunque el súbdito ignorase el contenido de la carta referida- replicó:
-De creación o división en nueva Provincia o distrito religioso, no hablemos; no
hay nada que hacer. Comprendo su angustiosa situación; pero comprendan que la
Congregación ha dado ya su veredicto y, de momento es inapelable.
Eufrasio cargó entonces por el flanco de los ruegos y apelando a la caridad
cristiana:
-Al menos, padre nuestro, le suplico por caridad: atiéndanos…
-Durante este año es totalmente inviable que pueda ejercer mi autoridad. Acaso
el nuevo provincial pueda resolver y desatar el nudo que se ha apretado. Creo,
sinceramente, que nadie “se atreverá a mantener semejante situación”.
Ante este diálogo que iba lleno de sentido y regresaba vacío, Eufrasio (29 años)
cavilaba en sus adentros: “Todo ha de venir hecho desde allí; no es posible otra
interpretación”. E insistió:
-Perdone mi insistencia, padre nuestro; le ruego, otra vez, que «obrando como
padre, vaya V.R. allá para comprobar el estado de cosas o envíe un visitador que por
nosotros o contra nosotros zanje la cuestión».
Augusto Lechner arqueó las cejas, se mordió los labios, viendo que el joven
fraile asturiano no cejaba en su propósito; quiso dar a entender que la propuesta no le
agradaba en absoluto; por eso de modo un tanto áspero exclamó:
-Ya estuvo por aquellas tierras el P. Bernardino.
-Pero no dejará de observar, replicó Eufrasio, «que aun reconociendo que todos
obrásemos como hombres, nosotros llevamos la peor parte, porque al fin ellos son
superiores y los nuestros no, ni esperanza de que lo sean, puesto que los votos del nuevo
capítulo se nos han ido ya.»
La entrevista iba tocando a su fin, pues no daba para más. Eufrasio sacó la
conclusión y se llevó consigo la convicción de que allí había gato encerrado, es decir,
intereses creados o «poco arranque para poner las cosas en su sitio.» Y tras agradecerle
el tiempo robado al Prepósito General, se despidió como un caballero –¡…religioso
delante! -se fue con la mosca detrás de la oreja, al encuentro de Marcos y Florentino que
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esperaban el resultado de la conferencia “espiritual” habida con el General. La mosca
tenía nombre, Federico, un tanto correveidile, llevando y trayendo chismes «atribuible a
que se prevalía de su oficio para delatarnos continuamente.» Había un comunicante
especial, miembro de la Congregación… Ahí estaba el busilis.
Noticias noticias alegres…
23 DE SEPTIEMBRE.- Es una verdadera “casualidad”. El 23 de
septiembre, desde hace 87 años y por siempre, será el aniversario
de la ordenación como presbítero de nuestro mártir carmelita el
beato Eufrasio. Pues el 23 de septiembre del año en curso se celebró
en Burgos uno de los actos más solemnes previos a la canonización
del Hno. Rafael Arnáiz que tuvo lugar en Roma el 11 de octubre. Si
teníamos pocas razones vinculantes del nuevo santo burgalésasturiano con el mártir de Asturias, por excelencia, sea esta una más.
Entre ambos hubo una hermosa relación como de almas gemelas.
Rafael era amigo y penitente de Eufrasio. Eufrasio estaba muy
interesado por el novicio trapense y Rafael tenía en gran estima a
Eufrasio porque «es muy bueno», dice a su padre el 8 de abril de
1934. Y hay que tener confianza en ambos para que sean
intercesores.
APTO PARA REMISOS Y “REMOLONES”.- «Me emociona pensar lo mucho que lo quieren
en América, el correo electrónico desde Cochabamba es muy lindo. Creo que,
lamentablemente, la fe en América del Sur es más bonita que la nuestra.» Así se
manifiestan nuestros corresponsales de Torrejón de Ardoz. Ya lo manifesté en otros
números de este Boletín y qué bueno que se entreteja una red de orantes para que
nuestro beato se constituya en “intercesor” ante Dios, que es Padre, y nos otorgue la
gracia de un “milagro” sonoro, si es para mayor gloria de la Ssma. Trinidad. Milagros y
gracias “haylas”, pero que no se comunican. Pero llegarán tiempos en que el P. Eufrasio
y su bondad innata porque es trasunto de la divina, se darán a conocer más y mejor. Será
bandera y estigma de creyentes como lo es para los jóvenes de hoy, san (Hno.) Rafael
Arnáiz.
BENEDICTO XVI VISITA AL NIÑO JESÚS DE PRAGA.- Una
devoción de raíces españolas.
El sábado [26 de septiembre de 2009] el Papa se
dirigió a la Iglesia de Santa María de la Victoria, cuyo
cuidado pastoral está a cargo de los padres carmelitas
descalzos.
Este templo, que originalmente fue luterano,
alberga una figura venerada desde siglos: el Milagroso
Niño Jesús de Praga. La historia de esta imagen comienza
en el sur de España. Al parecer proviene de un convento
de Córdoba. […]. Como regalo de bodas la recibió la
princesa Polyssena. Al no tener hijos, regaló la estatua al
prior de los padres carmelitanos descalzos en 1628. Tres
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años más tarde el ejército de Sajonia se apoderó de Praga, saqueando los conventos y las
iglesias. La estatua del Santo Niño sufrió severos daños. Seis años después fue
encontrada entre las ruinas por el padre Cirilo de la Madre de Dios, verdadero
propagador de la devoción. El Niño volvió a ser objeto de culto y se le atribuyeron
varios milagros, entre ellos la salvación de la ciudad con ocasión de un asedio de parte
de los suecos. En 1655 el entonces obispo auxiliar de Praga puso solemnemente sobre
su cabeza una corona de oro que mandó hacer el noble Bernardo Ignacio di Martinic.
Luego la estatua fue puesta en la capilla de la entrada de la Iglesia y más adelante,
debido a la gran afluencia de peregrinos en 1741 fue cambiada al altar lateral del medio.
Ahora el altar realza la espiritualidad del milagroso Niño. En línea horizontal, a la
izquierda está María y a su derecha está San
José. Con ello se quiere indicar que «el Santo
Niño de Praga es comprensible sólo dentro del
misterio y del encuentro con la familia divina y
la familia humana.»
Hoy en día, la fiesta anual del Niño
Jesús de Praga se celebra el primer domingo de
mayo. La imagen mide 47 centímetros. Es
construida en cera y se cree que tiene una
estructura interna de madera. Tiene más de 100
hábitos que han sido elaborados y donados por
altas personalidades del mundo entero. Al ser tan delicada esta imagen sólo algunas
religiosas especializadas y expertas la pueden cambiarle los vestidos. La estatua posee
dos coronas: una original de 1767 y otra hecha entre 1810 y 1820. Y desde el pasado
miércoles tiene nueva corona, regalo de Benedicto XVI.
A venerar esta imagen “corrió” el beato Eufrasio cuando, después de dos años
de estancia en Cracovia, regresaba a la patria España. Hubo de dar un rodeo, “pero
mayor lo hubiera dado, dice él, por postrarme ante tan delicada y tierna imagen del
Niño Jesús, llamado de Praga.” Que el santísimo Niño proteja los pasos de Benedicto
XVI y a España de donde la imagen es originaria.
ORACIÓN DE BENEDICTO XVI ANTE EL NIÑO J. DE PRAGA.«Señor Jesús, te vemos niño y creemos que eres el Hijo de Dios,
hecho hombre por obra del Espíritu Santo en el vientre de la
Virgen María. Como en Belén, también nosotros con María,
José, los Ángeles y los pastores te adoramos y te reconocemos
nuestro único Salvador. Te hiciste pobre para hacernos ricos
con tu pobreza: Concédenos que nunca olvidemos a los pobres
y a todos aquellos que sufren. Protege nuestras familias.
Bendice a todos los niños del mundo, haz que reine siempre
entre nosotros el amor que Tú nos has brindado y que hace la
vida más feliz. Dona a todos, oh Jesús, reconocer la verdad de
tu Natividad para que todos sepan que has venido a traer a la
entera familia humana la luz, la alegría y la paz. Tú eres Dios y vives y reinas con Dios
Padre, en la unidad del Espíritu Santo, por todos los siglos de los siglos. Amén.»
(26/09/2009)
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FAVORES, FAVORES RECIBIDOS…
DESDE CANTABRIA.- Le escribo desde Cantabria para comunicarle
un favor que he obtenido del beato P. Eufrasio del Niño Jesús.
El pasado mes de abril, una señora de 80 años (amiga de
unos familiares míos), es ingresada de urgencia debido a una hernia
por lo que tuvo que ser intervenida quirúrgicamente, lo que en
principio carecía de importancia, se complicó debido a que fue contagiada con lo que
denominan “virus del quirófano”.
Después de permanecer más de un mes en el servicio de Cuidados Intensivos del
Hospital y que los médicos comunicasen a la familia que se preparasen para su
desenlace en cualquier momento, recé la oración al P. Eufrasio del Niño Jesús, con el
propósito de que se recuperase; cual fue la sorpresa que a los pocos días me comunican
que la señora se está recuperando favorablemente y que incluso, los facultativos están
sorprendidos de dicha mejoría. Al cabo de unas semanas fue dada de alta.
Después de dos meses y medio de permanecer ingresada en el Hospital, hoy está
en su casa bajo la atención y cuidado de sus hijos y nietos, disfrutando y apreciando los
olores, sabores y paisaje de su tierra en la que ha nacido, vivido y de la que nunca se ha
alejado, hasta que Dios y Santísima Virgen la acojan en sus manos.
Que este testimonio sirva para la canonización del beato P. Eufrasio del Niño
Jesús. C. Gonzalez
OTRO FAVOR RECIBIDO.- Únicamente tenemos el nombre de la beneficiada. Se llama
María Lourdes Fernández García. No nos dice qué clase de enfermedad padecía. Indica
el “inicio de la enfermedad: junio de 2005” y la “fecha final del tratamiento: julio de
2006”. Tampoco sé si este Boletín llegará a manos de Mª Lourdes; si el condicional se
cumpliera, le rogaría fuese un poco más explícita, eso sí, sin vulnerar su privacidad.
GRACIAS,
MUCHAS
OFRENDAS
GRACIAS
POR
VUESTRAS
A todos cuantos impulsáis, primeramente con vuestras oraciones y
también con vuestras ofrendas la Causa de canonización de nuestro
beato y mártir asturiano, el P. Eufrasio del Niño Jesús, no simplemente ¡gracias!, sino
como ‘exigió’ de la buena educación castellana el Siervo de Dios, Juan Pablo II a las
carmelitas descalzas en 1982: ¡¡Muchas, muchas gracias!!
Coruña: Gloria, Ofelia, Serafina, Ana, Fina; Oviedo: Ángela P. Ester B., Leonor R.,
Marina, Margarita H., Elisa M., Salomé, Mucha, Wilma, Sagrario, Ana P., Isabel F., Elo
P., Teresa P.; Teresa Burgos: Mª Antonia, Paula, Alejandra, Elisa, Conchita, una
devota, Ana, Araceli B.; Reinosa: Avelina; Gijón: Manuel; Valladolid: Tertuliano… Y
muchos más anónimos o cuyo nombre no hemos identificado, porque el Banco no
notifica los ingresos directos. De todos modos, el Señor que es “buen pagador” se lo
premie y nos dé ánimo para llevar adelante causa tan noble para las almas y los
cuerpos. El Bto. Eufrasio sea nuestro intercesor para cualquier necesidad. ¡Gracias,
muchas gracias de nuevo! Y comunicadnos las gracias obtenidas.
Ahora mismo en el «Buzón de intenciones» hay unas cuantas graves que cada
día «hacemos leer, mediante ruegos, súplicas y alabanzas –ésta es la más agradable
7
oración a Dios, en sentir del Hno. (san) Rafael Arnáiz, amigo y penitente del P.
Eufrasio.
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