Por los caminos del cacao de los pueblos indígenas

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Por los caminos del cacao de los pueblos indígenas
 Por los caminos del cacao de los pueblos indígenas con gusto como parte de la Asociación de Turismo, Desarrollo y Agricultura Orgánica
Yorkín, que ha diversificado su oferta con la inclusión del turismo rural. Costa Rica, febrero 2010.‐ El camino era de un verde frondoso, adentrándonos cada vez más a la tupida vegetación de aquellos parajes escondidos entre la selva caribeña. Llegamos a Bambú, perteneciente a la Reserva Indígena de Bribí, en la sierra de Talamanca, Costa Rica. Estas tierras abarcan selva tropical y selva alta pre‐
montaña y la región tiene uno de los más altos niveles de biodiversidad en el mundo. Un aguacero celestial nos convenció de las botas de hule y capas de plásticos. Desde allí, don Guillermo nos esperaba para llevarnos en su embarcación por el río Yorkín entre la selva, camino a Corrientegrande, en Yorkín, el lugar donde FAO llegó por octubre del 2009 con su propuesta de fondos TeleFood, que financia micro‐
proyectos locales y que don Guillermo y el grupo acogió Esta comunidad se dedica al cultivo del cacao, en sistemas agroforestales mixtos, en asocio con otros cultivos tradicionales como tubérculos, bananos y frutales. El cultivo del cacao orgánico para la comunidad bribri, no sólo representa una fuente de ingresos sino también forma parte de su cultura ancestral. Nuestro viaje en canoa duró poco más de hora y media. No hay otros caminos ni vías de acceso que no sea el río. Las canoas tienen motor, pero la cantidades que sirven al gasolina representa un costo importante para ellos; y el río tiene tramos que obliga a sortear algunas dificultades a remo, pies y manos. Otras canoas con pobladores locales nos cruzaban durante el viaje, saludándonos amablemente, y siempre con una sonrisa. Al llegar a Corrientegrande, el territorio que ocupa esta pequeña comunidad de Yorkín donde viven 250 personas distribuidas en 35 casas o familias indígenas de la etnia bribri, originarios de estas tierras, los pobladores nos recibieron en una posada indígena rodeada de hermosos jardines, árboles frutales y plantas medicinales. Mientras nos disponíamos a conversar alrededor de la mesa, el olor a comida casera nos llegaba desde la cocina a leña y gas, donde prepararan los plátanos, los frijoles, el café, y el chocolate artesanal. Rápidamente, porque el tiempo es escaso, y no conviene remontar el río de noche, el grupo que vino a la reunión nos explicó el proceso de elaboración del cacao. Nos contaron que ellos lo venden en pequeñas cantidades en condiciones comerciales desfavorables, logrando precios por debajo de lo que el mercado nacional estipula. Un proyecto que permitiera a los productores procesar el cacao en forma de masa de chocolate, aumentaría significativamente el precio de venta en más de cuatro veces de lo que reciben actualmente por el cacao en su condición de grano húmedo o su equivalente a grano seco. En la comunidad de Yorkín, este proceso se realiza de forma manual y de manera muy artesanal, lo cual es físicamente muy exigente, consume mucho tiempo y se produce en pequeñas consumo local y a la venta de turistas ocasionales. Por eso TeleFood, viene a significar un valioso aporte para mejorar las necesidades básicas de materiales y herramientas útiles para mejorar la calidad del producto, su inocuidad y el proceso de producción. El producto a obtener, reuniría las condiciones necesarias exigidas por las pequeñas y medianas industrias chocolateras existentes en el país, permitiéndoles así facilitar el acceso a dichos mercados. Esta comunidad además cuenta con una escuela con 60 estudiantes y una telesecundaria con 40 jóvenes que también se verían beneficiados, ya que al aumentar el ingreso de la comunidad, se podría acceder a la compra de materiales e insumos escolares. funcionarios, se ha logrado una propuesta de infraestructuras que han ingresado a revisión por el Comité de Crédito de la Zona Alta. Pero lo más importante, logró que la comunidad se motivara, se reuniera, y a partir de reconocer sus propias necesidades, plantearon un proyecto que ahora FAO está gestionando para apoyarlos a través de TeleFood. Emprendimos la vuelta río abajo, con la rapidez que nos exige la caída de la tarde. La admiración nos invade, no sólo por tanta belleza, sino por la capacidad de estas personas de intentar las mejores cosas a partir de tanta sencillez, de su condición de pobreza y recursos limitados. Sus historias de vida vienen en nuestra canoa para seguir trabajando como siempre lo hace FAO, por el logro de aquello que nos encomendaron, y lograr para esta pequeña comunidad el empuje necesario a su proyecto de cacao. Esta gira organizada por FAO, implicó que funcionarios del gobierno nos acompañaran, para de ese modo lograr los compromisos necesarios para la gestión del desarrollo de la región. A partir de esta visita, y gracias a los compromisos logrados por parte de los 

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