EL “ABUELO”

Transcripción

EL “ABUELO”
manos, las doy a la publicidad, sencilla
y familiarmente.
Sean un tributo agradecido al Señor,
Pastor incomparable y único de mi vida
espiritual y a quienes, en el Espíritu, me
han honrado con los nombres de Padre
y de Amigo.”
Quito. 25 de febrero de 1984
2
. De mi fe puede depender un día tu
fe. Tienes derecho a decirme que
no crees, si constatas que sólo se
ha ido llenando mi vida con rostros que
no evoquen el rostro de Dios. Tú creerás
si ves que la plenitud de mi alegría
acompaña mi deseo de encontrarme con
Él. Éste será el deseo que te convenza.
Entonces tal vez dirás: "LO HA VISTO"
- 1h55 am. del15 de febrero de 1978. En el aeropuerto de Barajas, Madrid-
EL “ABUELO”
NOS AYUDA A TRANSITAR EL AÑO
DE LA ESPIRITUALIDAD
En este tercer año de preparación para el
bicentenario de Don Bosco estamos llamados por el Rector Mayor a profundizar la
espiritualidad de don Bosco. El “Abuelo”,
P. Fernando Peraza Leal, ha sido un verdadero cultor de esta espiritualidad. Por
ello publicamos la siguiente selección de
textos inéditos suyos. Son breves oraciones y
pensamientos espirituales, fechados en distintos momentos y en diversas geografías,
que nos ayudan a profundizar las opciones
de la espiritualidad salesiana.
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C S R F P
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S A L E S I A N I D A D
1
. “Aquí está la experiencia de fe de un
hombre común y corriente que no
pretende dar lecciones ni tampoco
relatar vanamente aquellos aspectos más
profundos de su vida que solo Dios
conoce y que él vive en una continua
y no fácil trayectoria de búsqueda y de
entrega al Señor y a su prójimo.
Porque me parece hallar en estas notas
y reflexiones de vida algo que pueda ser
compartido con provecho por mis her-
3
. Cristo, lengua del Padre. Y Cristo
es la "lengua del Padre". La que
Él habla. La que aprendemos
para saber interpretarlo cuando se nos
comunica y para comunicarnos, así
mismo, con Él.
En Cristo somos nombrados con nuestro propio nombre de familia universal
y convocados, como hijos, al calor de
Su Casa.
En la verdad...
Hay que desear poderle decir a Dios lo
que Él quiere que le digamos. Esto rompería nuestras defensas y nuestras ocultaciones y acabaría con la manipulación
egoísta y soberbia de la Palabra de Dios
que decimos a los demás.
Sería el camino para la sinceridad y la
desnudez del espíritu, ya conocidas por
Dios, pero no siempre confesadas en su
crudeza y lealtad por nosotros a Él.
En el Salterio el hombre vierte ante la
cara de Dios su realidad, como es ella:
se muestra frágil y humilde, reconociendo su condición pecadora; se abre, a su
vez a la confianza; oye antes a Dios, para
hablar la Palabra que Él le diga, a sus
hermanos sin falsearla. La oración es la
raíz de su verdad y de su fortaleza.
Cuenca, Ecuador, 10-12 de febrero- 1979
4
. Pensar en Dios, amándolo. La
oración no es oración si, en el
fondo, no es un pensar en Dios,
amándolo: si no es amarlo y dejarnos
amar por El, y percibir esta relación
y vivirla. Podría, de Io contrario, ser
un estudio o un tratado sobre El, o
sobre la oración misma; pero no una
conversación personal y consciente
con el Señor.
Podría quedar en la superficie de los
conceptos y de las convicciones; en el
plano de una meditación intelectual y
no llegar a la abertura del corazón, a la
entrega total del ser y de la vida, a la
confianza filial, a la intuición gozosa del
Misterio, a la celebración de la fiesta de
la "amistad" y del amor.
¡Y una oración que no llega a esa experiencia es estéril y engañosa!
Cuando Dios deja de ser un espectador
mío y le permito ser el Protagonista de
mi vida, conmigo, mi oración me pone
en sus manos y entonces también algo
o todo puede empezar a cambiar en mí.
S A L E S I A N I D A D
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C S R F P
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