LA GAVIOTA – ANTÓN CHÉJOV CUARTO ACTO NINA

Transcripción

LA GAVIOTA – ANTÓN CHÉJOV CUARTO ACTO NINA
LA GAVIOTA – ANTÓN CHÉJOV
CUARTO ACTO
NINA: “¿Por qué dice usted que besaba la tierra que yo pisé? ¡A mí, habría que matarme. (Se
apoya en la mesa.) Estoy extenuada. Si pudiera descansar… (Levanta la cabeza.) Soy una
gaviota… No, no. Soy una actriz. ¡Pues, claro que sí! (Al escuchar la risa de ARKÁDINA y
TRIGORIN presta oído, luego corre hacia la puerta de la izquierda y mira por el ojo de la
cerradura.) Él también está aquí… Sí… El no creía en el teatro, se burlaba de mis sueños y, poco
a poco, también yo perdí la fe y los ánimos… Y, luego, los azares del amor, los celos, el temor
constante por el pequeño. Me volví quisquillosa, insignificante, actuaba sin compenetrarme
con el papel…No sabía qué hacer con la manos ni cómo moverme en el escenario, estaba
envarada, no dominaba mi voz. Usted no puede comprender lo que experimenta una actriz al
darse cuenta de que su actuación es horrible. Soy una gaviota. No, no es eso… ¿Se acuerda de
la gaviota que mató usted? Llegó un hombre fortuitamente, la vio y, a falta de otro quehacer,
le quitó la vida. Pero, no es eso… (Se frota la frente.) ¿De qué estaba hablando? Estaba
hablando de teatro. Ahora, desde que me encuentro aquí, no hago más que caminar. Camino
pensando, absorta, y noto que mi fuerza interior crece de día a día… Ahora sé, ahora
comprendo, Kostia, que en este quehacer nuestro---- tanto si actuamos en escena como si
escribimos---- lo esencial no es la gloria, no es la notoriedad, no es lo que constituía mis
sueños, sino que es el aguante. Debemos llevar nuestra cruz y confiar. Yo tengo fe y por eso
no sufro tanto, por eso no le temo a la vida, pienso en mi vocación.

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