Inauguración estatua de Confucio

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Inauguración estatua de Confucio
Inauguración estatua de Confucio
Hace 5 años se reanudaron las relaciones diplomáticas entre Costa Rica y la
República Popular de China. En ese periodo, muchas iniciativas se han sumado
para fortalecer los lazos continuos de amistad entre ambas naciones.
Afortunadamente, con el restablecimiento del vínculo oficial, se multiplicaron las
posibilidades para el intercambio y cooperación en los ámbitos económico,
educativo, científico, tecnológico y cultural.
Ejemplo de ello es que hoy la Universidad de Costa Rica cuenta con el primer
Instituto Confucio de la región, fruto del convenio ‒firmado en Beijing en octubre
del 2008‒ entre la Universidad de Costa Rica y la academia china
(específicamente con Hanban y la Universidad de Renmin), con lo cual se han
abierto nuevas oportunidades para estrechar la relación cultural y académica entre
ambos países.
Esta mañana nos reunimos para inaugurar oficialmente la estatua de bronce
donada a nuestra institución por la Asociación Mundial de Confucio. Este acto
tiene un simbolismo especial, no solo en relación con el convenio firmado y con la
creación del Instituto Confucio, sino también en razón de las conexiones presentes
entre los principios propuestos, hace 25 siglos, por el ilustre filósofo chino K'ungfu-tzu, y aquellos que la Universidad de Costa Rica ha estipulado en su Estatuto
Orgánico.
La sabiduría milenaria originada en el pensamiento de Confucio identifica en la
educación una inversión social fundamental, a través de la cual las personas se
ennoblecen cuando, orientadas por la responsabilidad solidaria, se esfuerzan por
mejorar con el propósito de apoyar a su comunidad. Desde esta comprensión, la
educación resulta un puente de encuentro, una especie de lenguaje común que, al
superponerse a otras diferencias, elimina barreras y acerca a personas de
diferentes estratos sociales. Esta visión educativa entrelaza fuertemente la vida
privada con la pública, asignando a cada quien obligaciones para con los demás.
En la Universidad de Costa Rica nos identificamos con esta visión, porque
creemos que el futuro ‒individual, institucional, nacional y regional‒ siempre
establece relaciones de interdependencia con los futuros ajenos. A lo largo de 72
años, la Universidad se ha esforzado por formar profesionales dispuestos a ejercer
una ciudadanía participativa, analítica y crítica, capaces de aplicar sus
conocimientos en función de metas sociales solidarias. Nuestros propósitos
institucionales se orientan hacia la defensa del derecho a la educación; a la
igualdad de oportunidades sin discriminación; a la libre expresión de ideas y
creencias, que garanticen el diálogo; al respeto de las diferencias culturales y la
coexistencia de distintas visiones del mundo y modos de vida.
Trabajamos para estimular una academia que piense y actúe como comunidad, y
que, a la vez, reconozca la amplitud y diversidad de las producciones hechas por
el pensamiento humano. Por ello, nos esforzamos continuamente para habilitar
nuevas vías de comunicación e intercambio, a través de las cuales aprender de
los otros.
Innegablemente, el pensamiento de Confucio ha dejado su impronta en el
desarrollo cultural mundial y hoy nos sigue invitando a reflexionar sobre los
dilemas éticos de la sociedad y a emprender esfuerzos para crear paz, armonía y
justicia.
El arte es una forma excepcional de la comunicación social. Más aún cuando se
encuentra en un espacio público, donde se potencian sus características
didácticas y provocadoras, gracias al diálogo continuo con las y los transeúntes.
La Universidad de Costa Rica ha intentado hacer de su campus un oasis en el
cual las actividades recreativas y educativas entren en complicidad con los
espacios verdes y el arte.
Colocada a un costado del que fuera la primer sede de las autoridades
universitarias (hoy las instalaciones del Instituto Confucio), esta hermosa estatua
es un nuevo elemento en este diálogo cultural, junto a los edificios, árboles y
murales. Esperamos que su presencia sugiera, a quienes transitan por el campus
Rodrigo Facio, la importancia de dedicar tiempo a la introspección, al estudio y a
una conducta social solidaria. Para la Universidad, la estatua es una marca
tangible en el cuerpo institucional, que recuerda la importancia de lograr un
adecuado balance entre la continuidad de la tradición y el cambio para la
renovación; a la vez, es un signo de la otredad que acogemos como propia, dentro
de la diversidad que caracteriza a la comunidad universitaria.
Por último, quiero aprovechar la actividad de hoy para reafirmar la disposición de
la Universidad de Costa Rica a tender puentes hacia Asia, una decisión que
responde al interés institucional por enriquecer las perspectivas académicas,
diversificar los diálogos y ampliar las oportunidades de acción colaborativa.
Muchas gracias.

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