Mi nombre es Daniel Curcio, soy médico infectólogo de
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Mi nombre es Daniel Curcio, soy médico infectólogo de
Part 4. Overcoming Barriers to Effective Pneumococcal Vaccination Programs for Adults in Latin America - Spanish Mi nombre es Daniel Curcio, soy médico infectólogo de Buenos Aires, Argentina, y fui invitado aquí al “Pneumococcal Disease Conference” que se está llevando a cabo en Bogotá, como panelista para la disertación de cuáles son los aspectos básicos para mejorar la vacunación en personas mayores de 50 años. Y esto viene habida cuenta que la nueva indicación de la vacuna conjugada 13-valente antineumocóccica es para personas adultas mayores de 50 años. En este grupo etario de personas se presentan habitualmente condiciones que tienen que ver con factores de riesgo que de algún modo aumentan la incidencia de enfermedad neumocóccica, como por ejemplo las enfermedades cardiovasculares, los estados de inmunocompromiso, el hecho de ser fumador, el asma. Todas estas son condiciones que hacen que estas personas tengan mayor susceptibilidad a padecer una enfermedad neumocóccica, y por eso es tan importante indicar la vacunación en estos casos. Adicionalmente, la carga de enfermedad neumocóccica en los mayores de 50 años es muy importante, y se asocia con una morbi-mortalidad elevada, lo que establece aun más el racional de por qué debemos vacunar a estas personas. Ahora bien, a pesar de estos datos, que son contundentes a nivel de la literatura mundial, habitualmente las tasas de vacunación son sub-óptimas, son menores que las que nosotros los médicos esperamos para la población mayor de 50 años, y cuando ahondamos un poco en cuáles son las causas de por qué estas personas no se vacunan, bueno ahí aparecen determinados, determinados puntos multifactoriales. Hay factores relacionados con el propio paciente, hay pacientes que por desinformación, porque no entienden exactamente bien cuál es el alcance de la enfermedad que la vacuna previene, por miedo, por efectos adversos, o lo que fuese, no se quieren vacunar. En el otro punto están los médicos, muchas veces los médicos no tienen la información exacta de cuál es la indicación de la vacuna. Y hay una tercera parte que muchas veces tiene que ver con las instituciones, los proveedores digamos de la vacuna, la cobertura de la vacuna para determinados grupos poblacionales. Entonces a esto digamos, desde el punto de vista epidemiológico se le llama “barreras de la vacunación”. Nosotros los médicos somos los principales responsables de romper esas barreras, tratando de incrementar las tasas de vacunación en esta población. Y bueno, algunas de las estrategias tienen que ver justamente con el entrenamiento, con saber exactamente cuál es la prevalencia de la enfermedad neumocóccica en este caso, y cuáles son las características de la vacuna para tratar de prevenir esta enfermedad. Yo creo que a partir de ese entrenamiento del médico, y con la predisposición y el compromiso del médico ante cada encuentro con el paciente en el consultorio, en el hospital, aun en la guardia de emergencia, poder evitar la oportunidad de perder justamente esa “chance” de vacunar al enfermo, creo que vamos a aumentar las tasas de vacunación, obviamente en beneficio de esta población que como ya dijimos está altamente expuesta al riesgo.