Queridos compañeros: Dicen los entendidos que la verdadera
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Queridos compañeros: Dicen los entendidos que la verdadera
Queridos compañeros: Dicen los entendidos que la verdadera personalidad de cada uno se demuestra en las situaciones extremas, en los momentos de dificultad que la vida nos pone por delante. Pero hay personas que, como siempre sucede, son la excepción que confirma la regla. Hay personas que hacen de su vida un constante y permanente ejercicio de superación, porque entienden cada día, cada hora, cada minuto, como una oportunidad irrepetible y preciosa para trasladar a los demás su inagotable fuerza interior. Son los auténticos Maestros (con mayúsculas) de la Educación (también con mayúsculas). Son esas personas que dejan una huella imborrable en cuantos alumnos pasan por sus manos. Da igual si su asignatura es filosofía o matemáticas, lengua o ciencias naturales. Porque lo que importa no es la materia, es la lección de Vida que transmiten cada minuto de cada hora de cada uno de los días que pasan en sus aulas. Todos deberíamos tener la oportunidad de disfrutar de al menos una de estas maravillosas Personas durante la etapa de nuestra formación y hay que reconocer que el Colegio Maravillas ha puesto a nuestro alcance a muchas de ellas a lo largo de toda su historia. Cada uno de nosotros conserva en su memoria el recuerdo de profesores de los que aprendió los auténticos valores de la persona. Uno de ellos está hoy con nosotros, y aunque yo no he tenido la suerte de disfrutarle como alumno, he podido conocer de su valía y capacidad a través del relato apasionado de las convivencias previas a la confirmación que mi hijo mayor tuvo la oportunidad de vivir con D. Jesús González Matauco. D. Jesús fue, y es, una de las personas que gozan de un reconocimiento generalizado entre todos los que le rodean, porque su coherencia, honestidad y rectitud son inquebrantables. Porque su vida es un ejemplo de dedicación a los demás y porque la fortaleza en los momentos difíciles le convierte en un ejemplo para todos. Pocos han interiorizado y transmitido como él el espíritu de San Juan Bautista de la Salle. Gracias, Jesús, por habernos ayudado en la educación de nuestros hijos y por el ejemplo vivo que supones para todos los que han tenido la oportunidad de compartir contigo momentos y experiencias vitales. Si los que apenas hemos tenido la oportunidad de "pasarte rozando" nos hemos dado cuenta de tu personalidad excepcional, puedo imaginar perfectamente los sentimientos que despertarás en quienes te han conocido de cerca.