Atracción por el Miedo - the little HR Giger Page

Transcripción

Atracción por el Miedo - the little HR Giger Page
EL PAIS
SÁBADO 27 DE AGOSTO DE 2005
NÚMERO 718
http://babelia.elpais.es
Babelia
EL LIBRO DE LA SEMANA
Natasha es el libro de relatos
con el que David Bezmozgis ha
logrado llamar la atención de la
crítica norteamericana.
5
ENTREVISTA
Fred Vargas, una de las autoras
francesas del género policiaco
más populares, reflexiona sobre
el gusto por estas novelas.
6
ENSAYO
La Europa Central de entre los
siglos XIX y XX, a través de los
recuerdos del escritor judío
Soma Morgenstern.
9
ARTE
La sala Rekalde de Bilbao se
plantea nuevos retos. Chus
Martínez, su directora de
programación, los expone.
11
Prototipo del Alien que Giger creó a mediados de los setenta y cuyo resultado final se pudo ver en la película ‘Alien, el octavo pasajero’ (1979).
POESÍA Poesía esencial, de
René Char, es el reencuentro
con uno de los grandes poetas
franceses del siglo XX.
8
TEATRO Nilo Cruz prepara en
Madrid el montaje de la comedia
Ana en el trópico.
14
MÚSICA Entrevista con el guineano Mory Kanté, cuyo disco Sabou es sólo acústico y con instrumentos africanos.
15
RODRIGO CARRIZO
ATRACCIÓN POR EL MIEDO
Los humanos imaginamos criaturas e historias espeluznantes con un extraño placer. H. R. Giger, el
creador del monstruo de Alien y artista de culto, habla sobre su inquietante mundo y su estética. Son
éstas unas páginas que muestran que el terror artístico está más cercano al universo psicológico que a
la realidad y un repaso a las mejores novedades literarias del género. Páginas 2 a 4
EL PAÍS, SÁBADO 27 DE AGOSTO DE 2005
BABELIA 3
LA ESTÉTICA DEL MIEDO
Es el creador de la criatura de Alien, el filme de Ridley Scott con el que obtuvo un oscar. Un monstruo que marca un antes y un después en la estética fantástica del siglo XX. Artista de culto entre sectores aficionados a la belleza del terror, ha creado un mundo inquietante, entre futurista y perverso.
H. R. Giger
“Mis pesadillas y obsesiones me llevaron a
crear un mundo que no encontraba allá fuera”
RODRIGO CARRIZO COUTO
H
ans Rudi Giger (Chur, Suiza, 1940) recibe a Babelia
en su casa de Oerlikon, en
los suburbios elegantes
de Zúrich. Un espacio mágico formado por tres chalets unidos por
sus respectivos jardines en los que el
visitante descubre obras como la inmensa Fuente del Zodiaco o esculturas tiradas, sin más, entre el césped
que crece casi salvaje y sin control.
Un entorno caótico y fascinante que
poco o nada tiene que ver con la
“perfección suiza” que domina en la
capital mundial de las finanzas.
“Giger nunca recibe a nadie antes de las cuatro de la tarde”, según
afirma su compañera desde hace
nueve años, la mitad española mitad suiza Carmen María Scheifele.
Cuando finalmente aparece, la presencia física de Giger impone, pero,
afortunadamente, es un hombre
amable. A pesar de que no le agradan mucho las entrevistas, “es mucho más agradable de tratar que sus
monstruos”, según uno de sus colaboradores.
PREGUNTA. Vamos a intentar ir a los orígenes del “fenómeno Giger”. ¿Cómo comienza su
trabajo?
RESPUESTA. Comencé realizando óleos, acrílicos y cuadros pintados en cartón que, lamentablemente, se han perdido. En esa época yo
estaba en la escuela de arte, en los
cursos preparatorios para arquitectura y diseño. Comencé haciendo
una serie de dibujos para una reunión de psiquiatras. Un portafolio
de ficciones, en el que el material de
mis sueños comienza a crecer y
agrandarse. Es gracias a esto que
uno de mis profesores comienza a
prestar atención a mi trabajo y me
enseña la obra de Piranesi, aunque
mi héroe era ya Dalí.
P. ¿Dalí sería entonces una de
sus influencias tempranas?
R. Sin duda. Mi primera fuente
de inspiración fue Dalí. Yo he tenido la suerte de nacer en una época
sin televisión, lo cual fue muy positivo. Eso me hizo ser curioso y comenzar a investigar sobre artistas y
pinturas que me interesaban en bibliotecas y museos. Puede decirse
que mis influencias pasan, primero,
por Dalí y, luego, por El Bosco, aunque más tarde me interesé por los
surrealistas en general y, en particular, por René Magritte.
P. ¿Y tras Dalí, El Bosco, Magritte y Piranesi?
R. Me ha marcado enormemente Ernst Fuchs, de Viena, quien en
mi opinión es uno de los más grandes artistas vivos. También cabe
mencionar a Friedrich Schröder
Sonnenstern y Alfred Kubin. Otro
de los artistas que me han inspirado
y que sigue vivo es Dado [Miodrag
Djuric], uno de los más grandes
creadores de la antigua Yugoslavia.
Pero entre las influencias no puedo
dejar de mencionar el arte egipcio,
que es una referencia inmensa y fundamental. Puede decirse que es mi
arte favorito, aunque en realidad mi
H. R. Giger, en su casa de Zúrich.
obra surge de la necesidad de ver
plasmadas cosas que tenía en la cabeza. Quería crear un mundo que
no podía encontrar ahí fuera.
P. ¿Y la literatura? ¿Qué papel ocupa la literatura fantástica
y de horror en su trabajo? En particular, la obra de H. P. Lovecraft, que está en el origen, supongo, de su Necronomicón.
R. Mis primeras lecturas juveniles son sobre el Oeste americano…
¡aunque siempre me gustaba estar
al lado de los indios! Mi encuentro
con Lovecraft es posterior, cuando
Serguéi Golovine [escritor e investigador de leyendas suizas] me lo hace leer tras ver mi trabajo. Ese hombre es clave en mi obra. Me inició en
temas fantásticos y de magia. De hecho, la idea del Necronomicón surge
de mi necesidad de darle forma al
inexistente libro del “árabe loco Abdul Alhazred”. ¡Así al menos los fanáticos tendrían un libro para bus-
RODRIGO CARRIZO COUSO
car! También habría que mencionar a Gustav Meyrinck, para mí un
autor fundamental, más allá de El
Golem. Además, me apasionan series televisivas como Expediente X.
P. Sigamos con el proceso…
R. Tras la escuela trabajé como
diseñador industrial y construyendo edificios, aunque sólo duré un
año dado que aquello no era para
mí. Poco después comencé mi carrera independiente al vender una
escultura en 1964 por 800 francos
suizos de la época, una pequeña
fortuna. Pero es en 1967 cuando realizo mi Birth Machine —una máquina que “dispara” bebés, a medio
camino entre niños monstruosos y
seres cibernéticos, preludio de su
biomecánica—, que podría considerarse un hito que inicia seriamente
mi carrera.
P. Hablemos de Alien.
R. Hay que empezar haciendo
un poco de historia. La criatura de
“Mis influencias pasan, primero, por Dalí
y, luego,
por El Bosco, por los
surrealistas
en general
y, en particular, por
Magritte”
Un ‘monstruo’ para el arte
HANS RUDI Giger nunca se ha alejado demasiado de la ciudad en la que en los años
sesenta se formó como diseñador industrial y arquitecto de interiores. Fue en Zúrich donde, en 1962, realizó “la primera
obra que puede llamarse arte”: sus Atomic
Children. Su primera exposición individual
fue en 1966. Sus series de pósters en 1969,
así como las portadas de discos para Emerson, Lake & Palmer, Dead Kennedys o Debbie Harry iban a abrirle las puertas del exigente y complejo mercado anglosajón.
Ganador de un oscar en 1980 por la creación de la criatura de la película Alien, de
Ridley Scott, un filme antológico que marcaría un antes y un después en la historia
del cine fantástico, la estatuilla representó
para él la puerta a la gloria y, a la vez, un
regalo envenenado.
El que fuera en los años sesenta y setenta
el niño mimado de una cierta élite centroeuropea pasó a convertirse en “un tipo dedicado al entretenimiento”, comenta hoy Giger, no sin cierto resentimiento. Tiene un
museo dedicado permanentemente a su
obra en el castillo Saint Germain, en la ciudad suiza de Gruyères, y este verano se le
ha dedicado una gran exposición en la Galería Nacional Técnica de Praga (hasta el 31
de agosto), e inaugura el 8 de septiembre
otra muestra en la galería ART @ LARGE
de Nueva York, pero Giger sigue esperando
un mayor reconocimiento del mundo del
arte contemporáneo.
Con todo puede decirse, sin temor al
error, que ha sido unos de los artistas que
más han influido en la iconografía contemporánea y que, sin él, nuestra idea de los seres de otras galaxias y demás demonios del
subconsciente sería muy distinta. R. C. C.
Alien fue, en realidad, concebida en
los años setenta para una película
suiza de nulo presupuesto llamada
Mad in Switzerland [juego de palabras entre “hecho en Suiza” y “loco
en Suiza”]. Mi editor de la época me
dijo que mis libros debían tener un
gran formato para que fueran siempre visibles en cualquier librería.
Necronomicón se imprimió en A3 y
fue fácilmente descubierto por Dan
O’Bannon, quien se interesó en mi
trabajo y comenzó a coger ideas para lo que luego sería Alien. Ridley
Scott me adelantó 1.000 dólares
por el trabajo para que comenzara
los bocetos y lo cierto es que todos
en los estudios quedaron fascinados. Al principio, Alien fue una
película de “bajo presupuesto” que
comenzó con cinco millones de dólares, pero, tras ver los primeros metrajes, la compañía dobló el dinero.
P. ¿Cómo fue su relación con
Ridley Scott?
R. Puedo decir que el trabajo fue
fácil con Ridley Scott. En honor de
la verdad, sólo me llevé bien con él,
dado que la producción en sí fue
muy dura, hasta el extremo que quise dar mi sueldo íntegro para mejorar ciertas escenas y ciertos decorados. En particular, la escena de la
nave en la que descubren al Alien.
P. Su obra tiene fundamentos
en la biología o la anatomía. ¿Hace usted estudios específicos antes de acometer su trabajo?
R. No tengo ninguna formación
específica. Me fascinan la biología y
la anatomía, pero no les dedico ningún tiempo en particular.
P. ¿Las drogas cumplen alguna función en su universo creativo? ¿Cuál es su relación con la psicología?
R. No. Las drogas nunca han sido parte integrante, ni motor de mi
trabajo. Los pocos intentos en ese
sentido que he hecho en época temprana han dado resultados negativos. En cuanto a la psicología, mi conocimiento es totalmente intuitivo.
Supongo que trabajo sobre mis propias obsesiones y pesadillas.
P. El erotismo cumple un importante papel en su obra, al
igual que la música.
R. Mi obra es profundamente
erótica, sin llegar a la pornografía.
Incluso Alien está lleno de símbolos
eróticos. En cuanto a la música, es
verdad que tengo numerosos seguidores entre los amantes del heavy
metal y los góticos. De hecho, conozco bien y disfruto de esa música, pero mis verdaderas preferencias son
Miles Davis o John Coltrane. Ahora, ¿por qué los góticos y los metálicos me toman como una propiedad
particular? Buena pregunta. Yo
creo que se debe a que esa gente se
suele tatuar, y numerosos profesionales del tatuaje eligen mis diseños
como motivos.
P. Estoy fascinado por sus Niños atómicos, sus bebés mutantes. ¿Podría hablarnos de ellos?
R. Pues es uno de mis trabajos
peor comprendidos. Mi obra tiene
mucho humor, pero parece que yo
soy el único que sabe verlo. ¡Esos niños son autorretratos!
P. ¿En qué trabaja hoy día?
¿Cuáles son sus proyectos?
R. Entre los proyectos, está una
película basada en el relato de Lovecraft, En las montañas de la locura,
pero aún es pronto para hablar del
tema. Por lo demás, tengo tantas
exposiciones casi simultáneas que
trabajo en mi taller relativamente
poco.
P. ¿Cuál es su relación con las
nuevas tecnologías?
R. Trabajo poco con las nuevas
tecnologías, el 3-D y los ordenadores. En general, mis experiencias
con los new media han resultado
frustrantes, aunque sigo en la búsqueda de proyectos y colaboradores.

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