Un tren turístico para el pirineo

Transcripción

Un tren turístico para el pirineo
R FERROCARRIL
INICIATIVA PARA CONVERTIR UN VIEJO RECORRIDO
FERROVIARIO EN UNA NUEVA OFERTA TURÍSTICA
UN TREN TURÍSTICO
PARA EL PIRINEO
LUIS GUIJARRO / FOTOS: CENTRO
DE ESTUDIOS HISTÓRICOS DEL
FERROCARRIL ESPAÑOL
Una nueva iniciativa ferroviaria,
el Tren Turístico del Pirineo, está
a punto de arrancar aprovechando la vieja conexión transpirenaica de la Cerdanya (Girona). Se
trata de un proyecto para crear
una nueva oferta turística basada
en el atractivo de los viejos ferrocarriles transpirenaicos, en las
obras de fábrica y construcciones
ferroviarias de época y en la
indudable belleza de los paisajes
del recorrido.
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Viajeros embarcando en un tren en los andenes de la antigua estación del Transpirenaico en Ripoll, en los años 20 del siglo pasado
E
l Tren Turístico del Pirineo es una
iniciativa pionera en España que
tiene sus orígenes en una histórica conexión ferroviaria transpirenaica, la de Puigcerdá (Girona) con la Tour de Carol (Francia), de la
que el año pasado se cumplió el 75 aniversario de su establecimiento. Coincidiendo con estas celebraciones resurgió
un proyecto que las administraciones locales de la zona barajaban desde años
atrás: el establecimiento de un ferrocarril
turístico de carácter histórico que cir-
cule por esa vieja conexión, con un itinerario que, partiendo de la collada de Toses, llega hasta Puigcerdá y se adentra en
Francia, conectando con el Tren Groc que
recorre la Cerdanya gala. Es una iniciativa
que puede contribuir al desarrollo socioeconómico de las zonas que atraviesa
y que, de concretarse, puede completar
una interesante ruta que está llamada a
ser un gran reclamo para el turismo.
El Ayuntamiento de Ripoll presentó el
proyecto el 28 de octubre de 2004 y el
8 de noviembre se constituyó la comisión
Tipo de coche, de 1910, que se empleará en las composiciones turísticas del Tren Verde.
gestora encargada de ponerlo en marcha.
El “Tren Turístic del Pirineu” pretende convertirse en un elemento estratégico de
primer orden para la articulación de la
oferta turística pirenaica y para la vertebración de las comarcas atravesadas y de
los territorios adyacentes. Siguiendo los
principios del ecoturismo, se quiere ofrecer la gran potencialidad de la zona a los
habitantes de los principales centros de
población situados al norte y sur de los
Pirineos. Se intenta, también, llamar la atención sobre las posibilidades del transporte por ferrocarril, así como introducir un
elemento de desarrollo de la línea férrea
Barcelona-Puigcerdà-Toulouse.
En muchos aspectos, el proyecto español se mira en el espejo del Tren Groc galo, del que incluso ha tomado el sobrenombre de Tren Verde. Este tren turístico
goza de una gran aceptación en Francia
–como lo demuestra el hecho de que conseguir una plaza en determinadas épocas
del año implica una espera de dos a tres
meses– y basa su atractivo en la belleza
de los paisajes que recorre, en el interés
histórico-cultural de las zonas atravesadas, en la monumentalidad de las obras de
fábrica que jalonan el trazado y en las edificaciones ferroviarias que constituyen por
sí solas todo un conjunto de la arqueología industrial en materia ferroviaria.
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Todos estos atractivos también están
presentes en el proyecto español, como
señalan desde el Centro de Estudios Históricos del Ferrocarril Español, uno de los
promotores de la iniciativa:“Extrapolando el análisis al lado español de la frontera, se comprueba que las citadas peculiaridades se reproducen, como mínimo, en
un plano de igualdad. Realizar el recorrido a través de la collada de Toses presenta
también incomparables paisajes, entornos
de remotos orígenes históricos que cuentan con un patrimonio artístico-monumental incomparable fruto de un espectacular alarde de ingeniería”.
Los viaductos, puentes, desmontes y túneles forman parte del singular trazado
que da acceso a la Cerdanya. Sin duda, la
desbordante capacidad humana para salvar los obstáculos naturales se muestra al
viajero a través de obras de fábrica como
el túnel de Toses (en cuyo interior se alcanza la mayor cota de la red ferroviaria
peninsular, con 1.494 metros), el de Cargol (de forma helicoidal, describe un giro
subterráneo de 360º para ganar altura) y
otras singulares construcciones de este
accidentado tramo. La visión de incomparables parajes y de profundos valles hacen del trayecto un espectáculo.
A tan singulares características se añade el material ferroviario histórico, como
locomotoras eléctricas y de vapor de finales del siglo XIX o principios del XX
Arriba, inicio oficial de la rehabilitación de las antiguas instalaciones ferroviarias, a finales de
2004. Debajo, representantes de las instituciones implicadas en la presentación del proyecto.
Los otros trenes históricos
Los trenes históricos destinados a recorrer una determinada zona son habituales en Europa. En algunos países su
número supera el centenar. En el caso
español, el turismo de estos ferrocarriles, aunque escaso, tiene una excelente
aceptación porque el tren, a diferencia
del automóvil, permite al viajero ver
lugares sin prisas y sin cansancio.
Una mirada al mapa ferroviario español
nos lleva hasta Sóller (Mallorca), desde
donde parte uno de los trenes turísticos
más peculiares de España, como lo prueba el hecho de pertenecer a la única
empresa privada de ferrocarril de viajeros del país. Son 28 kilómetros de trazado, inaugurados en 1912, que sirvieron
para comunicar esta localidad del oeste
de la isla con la capital y que ahora son
explotados para el turismo.
“Ven a hacer historia con los trenes que
hacen historia” es el lema de los trenes
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históricos catalanes. En esta autonomía,
además de los funiculares de Montserrat
y el tren cremallera de Nuria, hay una
importante oferta histórica de los
Ferrocarriles de la Generalitat de
Cataluña, dividida en dos clases de composiciones: eléctricos y a vapor. Los trenes eléctricos Bril 18 y Brill 301 son dos
automotores de principios de siglo que
circulan todos los domingos por
Barcelona. Por otro lado, entre
Martorell-Enllac y Monistrol de
Monserrat circulan las locomotoras de
vapor Berga 31 y Olot 22, arrastrando
tres coches de madera de época. Entre
estas dos estaciones circula un tren de
vapor especial para las escuelas.
En Levante destaca el Limón Express,
explotado por los Ferrocarriles de la
Generalitat Valenciana. Es el primer tren
turístico español, ya que inició su andadura en 1975 uniendo Benidorm y Gata.
La estación de Ripoll (años 1920)
acogerá el centro de interpretación
y el archivo histórico.
que arrastrarán coches de madera de época, lo que permitirá recrear los antiguos
viajes en tren por las comarcas pirenaicas.
Las locomotoras utilizadas en la primera
fase pertenecen a la célebre serie 1.000,
primera serie de locomotoras eléctricas
construidas por la industria española, concretamente por CAF. En una segunda fase se introducirá la tracción a vapor pa-
Locomotora fabricada en
1927 para la línea RipollPuigcerdá. Años 1960.
EL TREN VERDE ASPIRA
A SER UN ELEMENTO CLAVE
PARA ARTICULAR
LA OFERTA TURÍSTICA
PIRENAICA
También en esta región se encuentra el
Trensnochador, un servicio de transporte nocturno que cubre en verano el trayecto Alicante-Altea, enlazando zonas de
ocio y discotecas de la Costa Blanca.
El más exquisito de los trenes turísticos
españoles es el al-Andalus Expreso, uno
de los más lujosos del mundo, nacido en
1985 como escaparate para mostrar las
excelencias culturales de esa autonomía.
Compuesto por 14 coches cuidadosamente restaurados, en su interior se dan
cita atenciones, decoración original y
gastronomía que transportan al viajero
por el túnel del tiempo hasta el glamour
de la Belle Epoque, aunque con el confort de los trenes actuales.
El norte de España tiene una buena
representación de trenes turísticos. El
Transcantábrico, que circula por vía
estrecha, es probablemente el más
conocido. Este elegante tren, inaugurado
en 1983, recorre la cornisa cantábrica,
entre Bilbao y Santiago de Compostela,
ra el arrastre de los trenes, que será compartida con la tracción efectuada por las
locomotoras eléctricas.
Los coches de viajeros serán de diversos tipos: de departamentos independientes, con acceso directo desde el
exterior por puertas individuales; de plataformas abiertas, con los típicos balconcillos en los extremos; y coches-saaunque desde hace poco parte de la ciudad de León.Y en el País Vasco existe,
desde 1991, un tren cultural con dos itinerarios que busca difundir los hechos
históricos y los aspectos autóctonos de
la cultura vasca. Se compone de una
locomotora eléctrica BBC, construida
en 1928, y dos coches de madera del
Antiguo Ferrocarril del Urola.
Con un sugerente nombre, el Tren de la
Fresa cubre el recorrido entre Madrid y
Aranjuez, la que en 1851 fue la segunda
línea ferroviaria de la Península. Sus
coches de madera –hasta cuatro coches
Costas de la antigua compañía MZA,
además de dos vagones de mercancías–
son remolcados por la histórica locomotora Mikado 141F. Esta unidad proporciona a lo largo de 47 kilómetros de
recorrido la posibilidad de recrear los
fines de semana aquel ferrocarril que,
según la leyenda, llegaba hasta la misma
puerta de la residencia real, cuyos últimos metros eran de plata.
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Factoría de CAF en Beasain, donde se construyeron las locomotoras del Transpirenaico. (1910).
Conjunto de arqueología industrial en torno a la antigua cochera de locomotoras.
lón, con departamentos dotados de mesas y butacas en los que pueden viajar
grupos familiares.Todos ellos evocan épocas pasadas del primer tercio del siglo
XX que llevarán al pasajero en un viaje
por el tiempo.
Museo y archivo en Ripoll
Para gestionar las diferentes iniciativas
del proyecto se ha elegido la neorrománica estación del ferrocarril transpirenaico de Ripoll, de donde partía la línea que,
atravesando los Pirineos por Puigcerdá,
enlazaba ya en Francia con Ax-les-Thermes. Esta antigua estación dispone junto
a su cara sur de una explanada en la que
está previsto ubicar la playa de vías donde se efectuarán las maniobras de forma60
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ción de los convoyes y los cobertizos para custodia del material de explotación.
La estación tiene una superficie de 750
m2 distribuidos en cuatro plantas. La planta baja albergará el Centro de Interpretación, que mostrará al visitante la evolución del Pirineo oriental con la llegada
del ferrocarril y el impacto que éste supuso para las comarcas atravesadas y limítrofes. En la primera planta se instalará
el archivo histórico, que se formará a partir del fondo documental procedente del
Centro de Estudios Históricos del Ferrocarril Español, considerado, tras el de la
Fundación de los Ferrocarriles Españoles,
como el segundo archivo específicamente ferroviario de España. El traslado de
esos fondos es una apuesta por la consolidación de la iniciativa, y convertirá a Ri-
poll en una referencia esencial para la investigación histórico-ferroviaria. En las
plantas segunda y tercera se instalarán varias plazas hoteleras, ya que muchos de
los visitantes que acudan atraídos por la
nueva oferta turística y cultural deberán
hacer noche en Ripoll.
De momento, el Ministerio de Fomento ha destinado 500.000 euros a la rehabilitación de esta antigua y evocadora estación, cuyas obras comenzarán de inmediato. En la iniciativa también participa la
Fundación de los Ferrocarriles Españoles.
Cooperación interregional
El proyecto del tren turístico del Pirineo se inscribe dentro de los planteamientos de la Euroregión impulsada por
la Generalitat catalana y en el marco de
las líneas de cooperación transfronteriza
auspiciadas desde la Unión Europea. No
hay que olvidar que el 4 de noviembre de
1983, por impulso del Consejo de Europa, se creó la Comunidad de Trabajo de
los Pirineos (CTP), organismo de cooperación transfronteriza al servicio del proceso de integración europea.
Según la memoria del proyecto del tren
turístico,“durante todos estos años la ac-
Una barrera
infranqueable
Tren detenido en la estación pirenaica de Puigcerdá. Años 20.
LA ESTACIÓN DE RIPOLL
SE CONVERTIRÁ
EN EL ELEMENTO CENTRAL
DEL PROYECTO DEL TREN
TURÍSTICO DEL PIRINEO
tuación de la CTP ha consistido en fomentar y articular el debate en una permanente búsqueda de soluciones en común a problemas compartidos. Mediante sus ejes fundamentales de actuación,
como son las infraestructuras y comunicaciones; la formación y desarrollo tecnológico; la cultura, las áreas de juventud
y deportes y el desarrollo sostenible, se
ha trabajado para convertir los Pirineos
en un escenario donde pueda materializarse el interés de unos pueblos hermanos por conocerse mejor y trabajar conjuntamente. Trabajo cuya meta ha sido
siempre la reducción de los desequilibrios
existentes”.
En la mencionada memoria se explica
que “ha venido ganando terreno el con-
cepto de Euroregión. Inicialmente constituida en base a la Comunidad Autónoma
de Cataluña y las regiones de Midi-Pyrénées y Languedoc-Rousillon, se trabaja actualmente en formalizar un ámbito de actuación mucho más amplio, con inclusión
de la Comunidad Autónoma de Aragón y
la de las Islas Baleares, lo que daría lugar a
la Euroregión Mediterránea. Iniciativas que
no caminan solas ya que son auspiciadas
tanto desde el Consejo de Europa como
desde el Parlamento Europeo y el Comité de las Regiones como un instrumento
decisivo para la construcción europea”.
La Euroregión tiene unos objetivos de
mayor alcance que la CTP, ya que pretende convertirse en un instrumento capaz de actuar sobre la totalidad de los
respectivos territorios que la integren, y
no, como aquélla, sobre una zona específica de los mismos. En este caso, el Pirineo. Como se cita en la memoria del
proyecto,“ambas realidades responden
a unos mismos criterios: la voluntad de
participar en la construcción europea a
través de la cooperación interregional en
el marco de unos ámbitos naturales definidos por una serie de características y
anhelos comunes”. ■
El 21 de julio de 2004 se cumplieron 75
años de la inauguración del enlace
ferroviario internacional entre
Puigcerdà y La Tour de Carol. Con esta
conexión, derivada del tratado francoespañol de 1904, la línea se convertía
en un eje transpirenaico fundamental
que, complementario del ya existente
por Portbou y Cerbère, acortaba la
distancia entre Barcelona y París en
más de 100 kilómetros.
En 1904, efectivamente, se firmó el
acuerdo que debía regular cuanto
tenía que ver con las líneas ferroviarias
transpirenaicas.Allí se establecía la
construcción de tres ejes transfronterizos: Zuera-Canfranc-Oloron, LleidaSort-Saint Girons y Ripoll-PuigcerdàAx les Thermes. El tratado culminaba
los sueños de la comarca de la
Cerdanya por disponer de una conexión a través de los Pirineos, aunque
todavía debió esperar varios años para
verlos materializados.Y es que la
subasta de las concesiones para construir la línea quedó desierta en dos
ocasiones, lo que obligó al Estado a
construir la línea por administración a
partir de 1910.
El trazado de la línea se subdividió en
12 tramos. Los trabajos de construcción, dirigidos por Josep Maria Fuster,
entrañaron una complejidad extraordinaria dada la difícil orografía del terreno, que obligó a construir más de 40
túneles. Una vez superados los problemas orográficos y, sobre todo, administrativos, el 22 de octubre de 1922 –18
años después de la firma del tratado
de París– el primer tren hacía su
entrada triunfal en la estación de
Puigcerdá, capital de la Cerdanya. Pero
hubo que esperar otros siete años
más, hasta 1929, para que el enlace
internacional entrara en servicio.
Tras el obligado aislamiento de siglos,
impuesto por una severa orografía, el
esfuerzo humano había logrado establecer un eficaz cauce de comunicación. Un cauce llamado a estrechar los
lazos de colaboración entre dos pueblos hermanos, cuyos miembros,
mediante la unión de sus fuerzas,
lograron superar el obstáculo representado por la implacable barrera pirenaica.
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