6.- Material de Adviento Ciclo C

Transcripción

6.- Material de Adviento Ciclo C
INTRODUCCIÓN
Para la vida cristiana existen dos momentos muy importantes en los que gravita todo el
ciclo litúrgico, la fiesta de la Navidad y la Pascua. Para la preparación de dichas fiestas se
establecieron con el correr de los años, períodos de preparación para estos acontecimientos.
Así nacieron la Cuaresma y el Adviento.
Ya para el siglo VI se tienen noticias de una preparación para la celebración de la
Navidad, que estaba caracterizada por algunos días de ayuno y oración intensa. Esta
preparación, durante el Medievo, fue llamada Adviento, ya que esta palabra (del latín
"adventus"), no solo significaba preparación, sino que estaba referida a la serie de preparativos
que se realizaban en una ciudad para recibir a algún alto dignatario de estado. Por ello, el
Adviento cristiano centraba su atención en la preparación de toda la comunidad, para
celebrar la fiesta de la Navidad con un fuerte espíritu de gozo, pero al mismo tiempo
acentuaba la perspectiva de la segunda venida de Cristo, para la cual era necesario estar
preparado, realzándose el aspecto de conversión personal.
El Concilio Vaticano II, ha querido conservar estas dos dimensiones del Adviento, por lo
que la liturgia y la acción pastoral debe centrarse en una preparación espiritual que mueva a la
conversión a la comunidad en la espera gozosa de la segunda venida de Cristo y al mismo
tiempo, la invite a celebrar en la alegría y la paz del Espíritu Santo la memoria del nacimiento de
Nuestro Salvador. El Catecismo de la Iglesia Católica dice: «Al celebrar anualmente la liturgia de
Adviento, la Iglesia actualiza esta espera del Mesías: participando en la larga preparación de la
primera venida del Salvador, los fieles renuevan el ardiente deseo de su segunda Venida» CIC
524.
En esta ocasión la temática del material de Adviento, está tomada de los evangelios
que nos ofrece la liturgia del Ciclo C, y tiene como objetivo que, “los jóvenes preparen la
celebración y vivencia plena del nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, a través de la lectura
orante de la Palabra (Lectio Divina)”.
El contenido está desarrollado en cuatro momentos:
I. Jóvenes centinelas de la esperanza.
II. Jesús, amor que libera.
III. Jóvenes, testigos de la luz.
IV. Un regalo para Jesús.
Facilitamos este material que ha preparado el departamento de Pastoral Juvenil de la
Iglesia de Monterrey, para todos los que atienden y viven en comunidades juveniles cristianas
católicas (grupos parroquiales, coros, movimientos eclesiales, comunidades de fe, colegios,
inclusive casas de formación). Recuerda que es una propuesta que hay que aplicar a la
realidad concreta de quienes participarán en él, enriqueciéndola con tu creatividad.
Encomendamos este trabajo a María, Madre de Jesús y Madre nuestra. Ella como fiel
discípula nos enseñe a ser humildes, y dóciles a la voz de Dios.
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Área Formativa
Equipo Diocesano de Pastoral Juvenil
ALGUNAS PREMISAS PARA EL USO DE ESTE MATERIAL
Les presentamos algunas premisas indispensables para el buen uso y aprovechamiento del
presente material, que como anteriormente señalamos, está basado en la Lectura Orante de la
Palabra.
Lectura Orante o Lectio Divina
La Palabra de Dios presente en la Biblia es un lugar privilegiado para encontrarnos con
Jesucristo. Por eso, es importante promover “la reflexión orante sobre la Sagrada Escritura,
realizada por todos los fieles. Esta lectura de la Biblia, acompañada de la oración, se conoce
en la tradición de la Iglesia con el nombre de Lectio Divina, práctica que se ha de fomentar
entre todos los cristianos” (Iglesia en América, n. 31).
Existen muchos modos de acercarnos a leer la Biblia; uno de ellos es la Lectio Divina. La frase
latina “Lectio Divina” significa “lectura divina” y describe un modo de leer la Sagrada Escritura:
alejarse gradualmente de los propios esquemas y abrirse a lo que Dios nos quiere decir.
Pero no es suficiente con fomentar la Lectio Divina 1 ; es indispensable hacerla de manera
adecuada 2 . Esto exige, más que repetir cosas que otros han dicho sobre la Biblia, realizar
nuestro propio itinerario de encuentro con la Palabra. Se trata, como dicen nuestros Obispos
latinoamericanos que la lectura orante realizada con calidad nos conduzca “al encuentro con
Jesús-Maestro, al conocimiento del misterio de Jesús-Mesías, a la comunión con Jesús-Hijo de
Dios y al testimonio de Jesús-Señor del universo (…)3. Debemos ayudarnos de otras personas y
libros en el momento adecuado, pero nunca caer en la tentación de hablar de la Palabra de
Dios sin habernos encontrado con ella; que no cometamos el error de explicar un texto sin
haberlo profundizado como personas de fe en sentido eclesial4.
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Estas convicciones nos ayudarán a asumir y practicar la metodología que decimos conocer.
Sólo así podremos compartir (socializar), más que nuestra opinión, un itinerario de encuentro
con Jesucristo vivo en su Palabra5. De tal manera que la reacción inmediata de las personas a
las que servimos no sea el reconocimiento de una erudición devastadora que minimiza sino el
convencimiento de que es posible, útil, indispensable y urgente encontrarse con la Palabra
personalmente con sentido eclesial como discípulos de Jesucristo para la misión 6.
Con razón el Documento de Aparecida reconoce que la animación bíblica de la pastoral
“exige, por parte de obispos, presbíteros, diáconos y ministros laicos de la Palabra, un
acercamiento a la Sagrada Escritura que no sea sólo intelectual e instrumental, sino con un
corazón ‘hambriento de oír la Palabra del Señor’”7.
1 Debemos ser conscientes de que, con mucha facilidad en ciertos ambientes eclesiales –pastorales y
académicos- se ha trivializado el método de la Lectio Divina por no asumir con seriedad las exigencias metodológicas
que ésta pide.
2 Aparecida hace una precisión cuando menciona la Lectio Divina. Afirma que “esta lectura orante, bien
practicada, conduce…” (n. 249). Es decir, la Lectio Divina realizada superficialmente puede provocar el efecto
contrario en los interlocutores y conducir a una lectura espiritualista de la Biblia. Asumir la Lectura Orante como método
es mucho más exigente de lo que hemos considerado hasta este momento en algunos ámbitos. El hecho de que sea un
encuentro con la Palabra al alcance de todos no significa, en modo alguno, que se pueda realizar de manera
superficial, haciendo caso omiso de ciertas exigencias o criterios básicos de lectura, interpretación y actualización.
3 Ibid.
4 Se trata de tener comprensión más que erudición, de leer la Biblia más que lo que dicen algunos autores
sobre ella; de interesarnos primero por los textos bíblicos y sólo después por sus comentaristas.
5 En esta perspectiva cada vez es más urgente leer la Biblia no sólo para sino desde. Por ejemplo, a la lectura
de la Biblia que hemos hecho para los jóvenes debemos agregarle la perspectiva desde los jóvenes. En la primera
posibilidad se les toma como destinatarios de nuestras ideas, en la segunda, como sujetos de interpretación.
6 Recordemos que “los riesgos de desviación no pueden constituir una objeción válida contra el cumplimiento
de una tarea necesaria: la de hacer llegar el mensaje de la Biblia a los oídos y al corazón de nuestra generación”; así,
Pontificia Comisión Bíblica, La interpretación de la Biblia en la Iglesia, IV, A. 3.
7 D. A. n. 248.
His tor ia
La Lectura Orante tiene su origen en la adaptación que hicieron algunos padres de la Iglesia de
ciertas técnicas de los maestros judíos (rabinos) y que después fueron practicadas, durante
muchos siglos, en los monasterios.
En el siglo XII, un monje cartujo, llamado Guigo, describió las etapas más importantes de la
Lectio Divina. Estos cuatro peldaños son: lectura (lectio), meditación (meditatio), oración
(oratio) y contemplación (contemplatio).
En la actualidad, aunque hay algunas variantes, se está de acuerdo en los cuatro pasos o
peldaños anteriores. Es el esquema fundamental que seguiremos. Orígenes fue el primero en
utilizar la expresión Lectio Divina, afirmando que para leer la Biblia con provecho era necesario
hacerlo con atención y constancia. “¡Cada día, como Rebeca, tenemos que volver, una y otra
vez, a la fuente de la Escritura!”. Y como lo que no se consigue con el propio esfuerzo debemos
pedirlo en la oración, nos dice también Orígenes: “Es absolutamente necesario rezar para poder
entender las cosas divinas. De ese modo -concluye- llegaremos a experimentar aquello que
esperamos y meditamos”.
Pas os d e la L e ct io Di vi na
a) Lectura (Lectio): Conocer, respetar, situar.
Es el punto de partida y debe hacerse con atención y respeto. Consiste en leer y releer el
texto, identificando los personajes, lo que hacen y dicen, los silencios que guardan, etc.
Además, hay que ubicar la cita observando con detenimiento qué hay antes y qué después.
La Lectura se hace con la certeza de que se está escuchando a alguien; leer repetida y
atentamente lejos de llevarnos a la rutina o aburrimiento ayudará a descubrir mensajes siempre
nuevos.
Con todo esto se quiere captar lo que dice el texto y las intenciones de quienes lo
escribieron. Leer y escuchar nos pide un recogimiento que permita captar lo que dice el texto.
La pregunta clave que debemos hacernos en esta primera etapa del itinerario es: ¿Qué
dice el texto?
b) Meditación (Meditatio): Rumiar, dialogar, actualizar.
La Meditación trata de establecer un diálogo entre lo que Dios nos dice en su Palabra y lo
que sucede en nuestra vida. Meditar es reflexionar en los valores permanentes que presenta el
texto bíblico; es buscar el sabor de la Palabra. La Meditación nos ayuda a descubrir el sentido
que el Espíritu quiere comunicar hoy a su Iglesia a través de los diversos pasajes de la Biblia.
Meditar supone un esfuerzo de reflexión que pone en acción nuestra inteligencia.
Si la lectura nos ayudó a saber LO QUE DICE EL TEXTO, la Meditación nos introduce EN SU
SENTIDO PARA NUESTRA VIDA.
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Las preguntas que aquí nos hacemos son: ¿Cuál es el mensaje que este pasaje tiene para
mí, para nosotros? ¿Qué comportamientos y sentimientos me transmite?
c) Oración (Oratio): Suplicar, alabar, recitar.
La Oración, provocada por la Meditación, comienza con una actitud de admiración
silenciosa y de adoración al Señor, “porque nosotros no sabemos rezar como conviene” (Rom
8,6). Orar es, de algún modo, responder a Dios una vez que se le ha escuchado. En la oración
que surge de la escucha de la Palabra le ofrecemos a Dios nuestra respuesta de compromiso.
La pregunta aquí es: ¿Qué me inspira decirle a Dios el pasaje que he meditado?
d) Contemplación (Contemplatio): Ver, saborear, actuar.
Es la culminación del camino. La Contemplación que resulta de la Lectio Divina es la
actitud de quien se sumerge en el interior de los acontecimientos para descubrir y saborear en
ellos la presencia activa y creadora de la Palabra de Dios. Además, intenta comprometerse
con el proceso transformador de la historia que esta Palabra provoca. No supone, en modo
alguno, huir de la realidad, sino conocerla y adentrarnos en ella lo más que podamos para
descubrir los signos que reflejan la presencia de Dios y los que manifiestan su ausencia. De este
modo, la Palabra cae en una realidad concreta y se abre la posibilidad de la transformación,
personal y de nuestro entorno.
La pregunta guía es: ¿Qué debo hacer a partir de este mensaje?
Re c om en da ci on es
Es importante considerar, en primer lugar, que estas etapas de la Lectio Divina no son reglas
fijas que hay que seguir, sino orientaciones sobre cómo desarrollar normalmente esta manera
de acercarnos a la Palabra de Dios. Así que, con mucha seguridad, al irnos ejercitando
podremos ser más creativos. En segundo lugar, es importante que no confundamos los
momentos. Cada paso tiene su finalidad precisa y se complementa con los demás. En tercer
lugar, lo que se ha dicho aquí es sólo una propuesta, con la finalidad de que sirva de punto de
partida. Debe complementarse con lo que cada quien, con su esfuerzo y con el aporte de
otras personas, vaya agregando. Por último, es recomendable que se procuren hacer los
cuatro pasos para que no se convierta el momento de la Lectio en un estudio más de un texto.
La Sagrada Escritura es…
Palabra de Dios escrita
Leer
¿Qué dice el texto
bíblico?
Comprender la Palabra
Para descubrir lo que Dios
nos enseña mediante el
autor inspirado.
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I.
LEEMOS LA PALABRA
DE DIOS
Por inspiración del Espíritu
Confiada a la Iglesia para la
Santo
salvación
Meditar
Contemplar
Contemplar-Actuar
¿Qué nos dice el Señor
por su Palabra?
Actualizar la Palabra
Para interpelar la vida,
conocer su sentido, mejorar
nuestra misión y fortalecer
la esperanza.
II.MEDITAMOS EL
MENSAJE Y LA VIDA
¿Qué le decimos al
Señor motivados por la
Palabra?
Orar la palabra
¿Qué conversión nos
pide la contemplación
del Señor?
Contemplar la Palabra
(JESUS)
Para dialogar con Dios y
celebrar nuestra fe en
familia o comunidad.
Para conducir la vida
(practicar) según los
criterios del Padre
(conversión).
III. OREMOS EL MENSAJE
Y LA VIDA
IV. CONTEMPLEMOS LA
PALABRA
ESQUEMA DEL PROCESO
I. LEEMOS LA PALABRA DE DIOS
a. Compartamos la vida
Dios habla por la vida. Nos fijamos en los aspectos de nuestra vida que nos
ayudan a entender el mensaje de Dios y que, a la vez, necesitan ser iluminados
por la Palabra.
b. Proclamamos la Palabra
Dios como Padre nos habla. Nosotros los jóvenes, acogemos de corazón lo que
nos quiere decir.
c. Escuchamos a Dios
Dios habla en la Sagrada Escritura. Nos fijamos en el mensaje que el texto bíblico
contiene. Este mensaje es Palabra “viva y eficaz más cortante que una espada
de dos filos” que discierne “los pensamientos y las intenciones del corazón
“(Hebreos 4,12).
II. MEDITEMOS EL MENSAJE Y LA VIDA
Dios habla para la vida. Su mensaje nos interpela, porque ilumina nuestra vida y
nos muestra el camino a seguir.
III. OREMOS EL MENSAJE Y LA VIDA
La vida se ofrece a Dios. Desde la vida iluminada por la Palabra, dialogamos con
Dios, y como comunidad juvenil orante, celebramos nuestra fe.
IV. CONTEMPLEMOS LA PALABRA
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La Palabra se contempla para vivirla. La contemplación de la Palabra da sentido
nuevo a la vida, descubriendo los desafíos que nos ayuden a imitar mejor a Jesús.
I DOMINGO DE ADVIENTO
“¡Recibamos con alegría al salvador!”
OBJETIVO
Qué los jóvenes preparen con gozo un espacio de acogida a la llegada del Señor, teniendo en
cuenta la importancia de la proximidad del Reino de Dios, plenificada en Cristo, y de esta
manera se preparen espiritualmente para recibir a Jesús en sus vidas.
ACTITUDES A DESARROLLAR
 Vigilancia llena de gozo y paz.
 Actitud de esperanza.
 Alegría para recibir a Jesús en el corazón.
ORACIÓN INICIAL
Verbo de Dios Padre, que quisiste hacerte hombre;
me gustaría, Señor, hacer contigo una oración
a través de las cosas de este mundo.
Sé que en ellas te he de encontrar,
porque sí es difícil saber dónde estás,
es imposible saber dónde no estás.
También a nosotros, oh Señor, nos has llamado a la existencia.
Según tu modelo nos has creado y nos has dado parte de tu soberanía.
Tú has puesto en nuestras manos tu mundo, para que nos sirva
y para que completemos en él tu obra.
Pero hemos de estar sometidos, y nuestro dominio se convierte en rebelión y robo
si no nos inclinamos ante Ti, el único que lleva la corona eterna
y eres Señor por derecho propio.
Tú has puesto en mis manos el honor de tu voluntad.
Cada palabra de tu Revelación dice que me respetas y confías en mí,
me das dignidad y responsabilidad.
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Concédeme la capacidad de aceptar la ley que Tú guardas
y de asumir la responsabilidad que Tú me transfieres.
Ten despierto mi corazón para que esté ante Ti en todo momento,
y haz que mi actuar se convierta en ese dominio
y esa obediencia a que Tú me has llamado. Amén.
I. LEEMOS LA PALABRA DE DIOS
a. Compartamos la vida
Motivaciones para vivir el Adviento
Material:
 Cartulinas
 Marcadores, crayolas.
 Biblia
Nota: Considera que el material se repartirá entre la cantidad de equipos
que consideres necesario formar, según el número de participantes.
Instrucciones:
1. Divide a los participantes en equipos y entrega el material correspondiente. El material,
lo dejamos a tu creatividad y de acuerdo a los recursos que puedas utilizar para este
momento. Se puede realizar por computadora, si consideras que la actividad la pueden
realizar por computadora y de forma organizada sin que se pierda el sentido de la
misma. Incluso, podrían subir sus aportaciones a alguna red social.
2. La idea es realizar en la cartulina, una motivación como se muestra en la siguiente
imagen:
Imagen
Título
Cita bíblica
3. Los pasos a seguir son:
a) Realizar la imagen que llevará su motivación.
b) Título que utilizarán.
c) Texto bíblico.
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4. Cuando hayan finalizado, presentarán su diseño a la manera de museo como exposición
de fotografías (en caso de haberlas realizado en cartulina).
b. Proclamamos la Palabra
Evangelio según san Lucas 21, 25-28. 34-36
« Habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas; y en la tierra, la angustia de las
gentes, perplejas por el estruendo del mar y de las olas, muriéndose los hombres de terror y de
ansiedad por las cosas que vendrán sobre el mundo; porque las fuerzas de los cielos serán
sacudidas. Y entonces verán venir al Hijo del hombre en una nube con gran poder y gloria.
Cuando empiecen a suceder estas cosas, cobrad ánimo y levantad la cabeza porque se
acerca vuestra liberación. »
« Guardaos de que no se hagan pesados vuestros corazones por el libertinaje, por la
embriaguez y por las preocupaciones de la vida, y venga aquel Día de improviso sobre
vosotros, como un lazo; porque vendrá sobre todos los que habitan toda la faz de la tierra. Estad
en vela, pues, orando en todo tiempo para que tengáis fuerza y escapéis a todo lo que está
para venir, y podáis estar en pie delante del Hijo del hombre.
Deja un momento de silencio y si es necesario se lee nuevamente el texto.
Se trata, simplemente, de leer, leer y releer el pasaje bíblico hasta familiarizarnos con él.
c. Escuchamos a Dios
Nota: Las preguntas pueden cambiar, depende del encargado de la actividad
A través de la lectura tratamos de responder algunas preguntas:
- ¿Qué es lo que me transmite el evangelio?
- ¿De qué habla?
- ¿Qué dice Jesús al pueblo en aquella situación concreta?
- ¿Me da miedo que Cristo regrese aquí en la tierra?
- ¿Cuál es el mensaje clave del texto?
Breve explicación del texto
Terminamos el año litúrgico con la mirada puesta en la esperanza final; y lo iniciamos con el
Adviento, con la mirada también fija en el fin. A la venida de Jesús en carne (en-carnación)
sucederá, algún día, la venida de Jesús en gloria (parusía). Todas las señales en el mundo y en
el cosmos quieren subrayar esa gloria. No hay que tomarlas al pie de la letra (muchos grupos
religiosos así se las toman, para meternos miedo). Son descripciones que nos ayudan a subrayar
el “gran poder y gloria” de la segunda venida del Señor. Una venida que será un “día de
liberación”.
La preparación al anuncio solemne de la futura venida gloriosa de Jesús, añade Lucas
actitudes concretas para estar preparados: dejar los vicios, las borracheras, las preocupaciones
por la vida. La razón es que ese día llegará de repente y nos tiene que encontrar preparados.
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La vigilancia se une con la oración. Hacer de toda nuestra vida una gran vigilia de oración.
Oración incesante, para pedirle a Dios estar preparados, ya que esa preparación no es fruto de
nuestras fuerzas, sino de la gracia.
Es muy provechoso que comencemos el adviento con este tipo de esperanza. Nos proyecta
hacia un futuro personal y comunitario, incierto en su fecha, pero seguro en su venida.
Comenzamos el adviento no mirando hacia atrás (hacia la espera de la venida histórica de
Jesús), sino hacia el futuro. Se trata de la espera alegre, de recibir al Salvador.
II.
MEDITEMOS EL MENSAJE Y LA VIDA
Este es un momento muy especial, es el tiempo de meditar todo lo que Cristo nos quiere decir
por medio de su Palabra. Todos los bautizados esperamos la llegada del salvador, por eso es
muy importante que cada uno de nosotros veamos la manera de ser anunciadores de la Buena
Nueva.
Todos esperamos el gran regreso del Salvador; pero, como recibirlo en un lugar en donde el
dolor y el pecado ha ganado gran parte del género humano. Es sencillo ver otros sucesos y
juzgarlos como malos o con un tinte de odio, pero alguna vez nos hemos puesto a pensar que
nuestras actitudes a veces pueden llegar a provocar grandes desordenes. Es necesario que nos
revisemos y nos demos cuenta que a veces, nosotros contribuimos a ser causantes de malos
ambientes, que no favorecen en el crecimiento del hermano.
Es necesario estar bien preparados para el “regreso” del Señor. En esta espera, el tiempo de
adviento, nos invita a llevarnos a la celebración de la navidad, que de alguna u otra manera
nos lleva a estar atentos a esa venida gozosa, pues lo importante y fundamental en este tiempo
es que Cristo nazca en nuestro corazón.
Ahora es el momento de reflexionar.
Pregunta para mi meditación personal:
 ¿Qué es lo que estoy haciendo para ser un mensajero de verdad, en este tiempo de
desolación y falta de esperanza?
 Describe 3 actitudes o posturas que creas que estén afectando a la sociedad
actualmente y desarrolla un plan para ver cómo puedes cambiarlas.
III. OREMOS EL MENSAJE Y LA VIDA
La oración surge de modo espontáneo como súplica,
acción de gracias, alabanza, petición de perdón o intercesión.
Dejar un momento de silencio para orar de manera individual y posteriormente hacer la
siguiente oración todos juntos:
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(Oración colecta, I Domingo de Adviento)
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Dios todopoderoso,
aviva en tus fieles al encuentro de Cristo,
acompañados por las buenas obras.
Para que, colocados un día a su derecha,
merezcamos poseer el Reino eterno.
Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
IV. CONTEMPLEMOS LA PALABRA
¿A qué conversión y acciones nuevas nos invita el Señor?
Cristo el día de hoy se nos manifiesta con un mensaje de esperanza, que busca hacer que el
mundo tenga una conciliación con todo su entorno y con sus hermanos; en la conversión de sus
vidas, renovadas en Cristo la única Buena Nueva.
Como podemos recibir a Jesús en nuestro corazón, si cada vez lo llenamos con malas acciones
o con pecados que no permiten que la luz de la vida entre en nuestro ser. Es interesante
contemplar a la luz del Espíritu Santo cada una de nuestras actitudes y reflexionar cómo
podemos este año recibir a Jesús.
En este ambiente de oración e intimidad con Dios, reflexionemos…
 ¿Señor, qué tengo que hacer para complacerte?
 ¿Qué es urgente que haga?
 ¿Espero el día de mi liberación o el día de mi perdición?
a. Compromiso
Sugerencias hacia el compromiso
Material: Copia del documento del siguiente Documento de trabajo No. 1
Instrucciones: El documento se contestará de forma personal. Si se considera prudente, se
puede dar un espacio para compartir las respuestas.
b. Celebración
-
-
Formando un círculo dirigir, de manera espontánea y en voz alta, realizamos una
plegaria partiendo de lo que el Señor nos ha hablado, compartido e invitado en este
encuentro. A cada plegaria, todos responden: Ven, Señor Jesús
Terminar el momento rezando…
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Señor Jesús, que anunciando tu venida en gloria,
abres nuestro corazón a la espera,
y nos pides que vivamos siempre preparados
y vigilantes para tu venida,
restaura en nosotros la esperanza decaída
y concédenos preparar con alegría tu segura venida en gloria. Amén.
II DOMINGO DE ADVIENTO
“Joven, conviértete porque el Señor se acerca”
OBJETIVO
Propiciar en el joven el deseo de tener un cambio de vida, descubriendo en el adviento un
tiempo privilegiado para la conversión, con una actitud nueva de compartir con alegría y gozo
el mensaje de Jesucristo con otros jóvenes.
ACTITUDES A DESARROLLAR
 Apertura y escucha de la Palabra de Dios.
 Cambio de vida.
 Espera en el Señor Jesús.
ORACIÓN INICIAL
Señor, ayúdanos a escuchar tu Palabra.
Muéstranos este mensaje de amor,
que nos quiere acercar más a ti.
Ayúdanos a proclamar tu Palabra,
y a dar testimonio de ti, mi Dios.
Amén.
I. LEEMOS LA PALABRA DE DIOS
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Dinámica: Revisemos nuestra vida
Instrucciones:
1. Para esta actividad, es necesario formar seis equipos. La actividad consistirá en un
carrusel, que estará formado por 4 bases que tendrán que recorrer cada uno de los
equipos.
2. Las bases se recorrerán de acuerdo al número de equipo, por ejemplo, si yo formo
parte del equipo 4, iniciaré mi recorrido en la base 4, posteriormente la base 1 para
continuar en la base 2, hasta que haya recorrido la totalidad de las bases.
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a. Compartamos la vida
3. Es necesario que asignen un tiempo a cada base, para evitar recorrerlas con prisa y
no se logre cumplir con el objetivo.
BASE 1: LA PASTORAL JUVENIL
Material: La cruz de Pastoral Juvenil en cartón.
Revisemos nuestra vida
1. Para ustedes ¿Qué es pastoral juvenil?
2. ¿Qué ha significado pastoral juvenil en sus vidas?
Signo de compromiso.
En esta primera etapa, el animador colocará un cartel, en el cual,
los muchachos escribirán solo un palabra que represente su
compromiso con la P.J.
Símbolo
El animador les entregará a cada uno de los muchachos una cruz impresa de la pastoral juvenil.
La misma podrá ser impresa en cartón y forrada con plástico en tamaño pequeño.
BASE 2: MI VIDA SOCIAL
Material: Velas.
Revisemos nuestra vida.
1. ¿Hemos sido reflejo de santidad en los diversos ámbitos en donde nos desenvolvemos?
2. ¿Soy sincero conmigo mismo en mi forma de actuar?
Signo de compromiso.
Cada uno de los muchachos encenderá una vela, representando la luz de Cristo en medio de
su vida.
Símbolo
El animador les entregará la misma vela que ellos encendieron como símbolo de envío.
BASE 3: MI VIDA EN LA ORACIÓN
Material: Canción “Rezo por ti” Luis Enrique Ascoy.
Revisemos nuestra vida.
¿Para ustedes que significa la oración?
¿Qué papel juega la oración en sus vidas?
Signo de compromiso
Los muchachos se colocarán, y el animador les dirá que rezaran lo unos por los otros, para esto
pondrá la canción “Rezo por ti” de Luís Enrique Ascoy.
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Cuando la canción termine, el animador preguntaré: ¿Qué sintieron al rezar los unos por los
otros? Y reflexionara que la oración con Dios implica la misma acción…rezar con nuestro amigo.
Símbolo
El compromiso será, comprometernos a rezar unos por otros, especialmente por aquellos que
sabemos, que está pasando por alguna situación especial.
BASE 4: EUCARISTÍA
Material: Hojas, plumas o lápices.
Revisemos nuestra vida.
¿Cómo es nuestra relación con Cristo Eucaristía?
¿Qué sentimos al recibir el cuerpo de Cristo?
Signo de compromiso.
En las hojas que cada uno de los muchachos tiene, escribirán una carta motivando a uno de
sus amigos de grupo, describiendo lo que para él significa la eucaristía. Esto con el fin de
conocer las diferentes formas de vivencia que tienen nuestros hermanos de grupo su momento
eucarístico.
Símbolo.
El animador le entregará a cada uno de los muchachos una de las figuras que se encuentran a
continuación, y en el espacio libre ellos mismo escribirán su nombre. Representado la entrega
de Cristo por mí, en la mesa eucarística.
Nota: Los símbolos que se han utilizado en el recorrido, ayudarán a la ambientación de ese día.
Para finalizar la actividad, repasemos…
- Nuestra vida de fe nunca está terminada, siempre podemos y debemos crecer y madurar en
nuestro camino de conversión.
- La conversión implica, que es necesario revisar constantemente nuestra vida con sinceridad
para descubrir las cosas que no andan bien y poder cambiar de camino.
- Para esta revisión necesitamos espacios de silencio en nuestro caminar.
- Jesús nos da ejemplo y es modelo de estas actitudes tan necesarias para la vida.
1.
Proclamamos la Palabra
Pág.
Deja un momento de silencio orante, para que la palabra de Dios
pueda entrar en nosotros e iluminar nuestra vida.
Si se cree oportuno volvemos a releer el texto bíblico.
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Evangelio según san Lucas 3, 1 - 6
En el año quince del imperio de Tiberio César, siendo Poncio Pilato procurador de Judea, y
Herodes tetrarca de Galilea; Filipo, su hermano, tetrarca de Iturea y de Traconítida, y Lisanias
tetrarca de Abilene; en el pontificado de Anás y Caifás, fue dirigida la palabra de Dios a Juan,
hijo de Zacarías, en el desierto. Y se fue por toda la región del Jordán proclamando un bautismo
de conversión para perdón de los pecados, como está escrito en el libro de los oráculos del
profeta Isaías: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus
sendas; todo barranco será rellenado, todo monte y colina será rebajado, lo tortuoso se hará
recto y las asperezas serán caminos llanos. Y todos verán la salvación de Dios.
2.
Escuchamos a Dios
Ahora vamos entre todos a recordar lo que nos dice el texto sagrado
Pueden servirte estas preguntas, ya sea que les pidas participar a todos en grupo,
o se las entregues individualmente para responder por escrito.
-En la profecía ¿quién envía al mensajero y este a quién le prepara el camino?
-¿Qué dice el texto sobre la misión de Juan el Bautista?
-¿Para qué y porque acudía la gente con Juan?
-¿Qué dice el texto sobre la persona de Jesús y sobre su misión?
-¿Cuál es la diferencia de los bautismos de Juan y de Jesús?
-¿Cuáles son las características que dan inicio a la Buena Noticia
(Evangelio) de Jesús?
Breve explicación del texto
Del futuro retornamos al pasado; de la preparación de la venida gloriosa de Jesús nos
trasladamos a la preparación de su venida “en carne”. En esa preparación hay un personaje
(“más que profeta”, dirá Jesús de él) de extraordinaria importancia: Juan, el Bautista.
Su presentación es parecida a la que la Biblia hace de los profetas: su tiempo, las circunstancias
de su profecía, y lo que es más principal: “vino la Palabra de Dios sobre Juan”. La Palabra de
Dios toma a Juan y le hace ser como “su boca”. A través de él, Dios habla, llegando a toda la
región del Jordán.
Él se siente enviado a preparar el camino a Jesús. Y para esa preparación pide la conversión y
ofrece el perdón de los pecados. Todo en la vida tiene que parecerse a un inmenso camino
allanado, “para que veamos la salvación de Dios”. El allanamiento de todo lo escabroso de la
tierra está apuntando a allanar el corazón.
La misión de Juan es muy específica y clara: ser el precursor inmediato del Señor, enviado para
prepararle el camino. Es el último de los profetas, es el Profeta del Altísimo, es quien inaugura el
Evangelio. Da testimonio de Él mediante su predicación, su bautismo de conversión y finalmente
con su martirio.
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A través de la lectura tratamos de responder algunas preguntas.
 ¿Cuál es el mensaje clave del texto?
 ¿Qué acciones, nos señala Juan Bautista, hemos de realizar para recibir al Señor que se
acerca?
 ¿Qué me llamó más la atención y por qué?
II. MEDITEMOS EL MENSAJE Y LA VIDA
Se trata de actualizar el mensaje y entrar en dialogo con el Dios que nos habla, en el aquí y el
ahora. Jesús es la buena noticia que viene a dar respuestas a los anhelos profundos de las
personas, anhelos de amor, verdad, justicia, paz y libertad.
Preguntas para nuestra meditación personal:
 ¿Le he dado a Jesús oportunidad de ser buena noticia para mí?
 ¿En qué me gustaría que Dios fuera buena noticia para mí?
 ¿Qué pensamientos y sentimientos deja en mí, saber que Dios, desde siempre, quiere
venir a mí?
 ¿Qué pensamientos y sentimientos deja en mí, saber que Dios siempre cumple su
Palabra?
 ¿Cuáles senderos habría que enderezar en mi vida, para que me lleven a Dios?
 ¿Cuáles senderos habría que enderezar en mi vida, para que Dios venga a mí?
 Hasta el día de hoy ¿de qué debo arrepentirme?
 ¿Cuáles senderos habría que enderezar como Iglesia, como sociedad, como grupo
juvenil para que Dios venga?
III. OREMOS EL MENSAJE Y LA VIDA
La oración surge de modo espontáneo como súplica,
acción de gracias, alabanza, petición de perdón o intercesión.
Puedes motivar a los jóvenes a reflexionar con las siguientes preguntas: ¿Qué inquietudes te
gustaría compartir en diálogo con Dios? ¿Qué quieres pedirle? ¿Qué quieres agradecerle? ¿De
qué le quieres pedir perdón?
Dejar un momento de silencio para orar de manera individual y posteriormente hacer la
siguiente oración todos juntos.
Señor todopoderoso, rico en misericordia,
cuando salimos animosos al encuentro de tu Hijo,
no permitas que lo impidan los afanes de este mundo.
Guíanos hasta Él con sabiduría divina
para que podamos participar plenamente
del esplendor de su gloria.
Por Jesucristo nuestro señor. Amén.
Pág.
15
(Oración colecta, II domingo de Adviento)
IV. CONTEMPLEMOS LA PALABRA
¿A qué conversión y acciones nuevas nos invita el Señor?
Imagina que estás en el desierto, a ejemplo de Juan Bautista, y que Dios te está hablando.
Muchas cosas te agobian, pero lo más importante en este momento es escuchar a Dios que
está frente a ti y quiere decir algo.
El cambio de vida que Dios nos pide, a través de las palabras de Juan el Bautista es, sin duda,
la conversión: Dejar de… para comenzar a…
Después de hacer la oración a cada participante se le pedirá que nos describa lo que sintió al
estar reflexionando sobre el evangelio del segundo domingo de adviento, cómo nuestro
sendero se tiene que enderezar y nuestras actitudes purificases o cambiar.
Sugerencias hacia el compromiso
a. Compromiso
Material: Copia del documento del siguiente Documento de trabajo No. 2
Instrucciones: El documento se contestará de forma personal. Si se considera prudente, se
puede dar un espacio para compartir las respuestas.
b. Celebración
Pág.
16
Señor Jesús, tu precursor, Juan Bautista,
preparó el camino de tu llegada,
predicando la conversión para el perdón de los pecados.
Prepara nuestros corazones, para que allanemos con sinceridad,
nuestros caminos. Que dejemos nuestros vicios y extravíos,
haciendo para ti un camino hermoso
en nuestro corazón convertido. Amén
III DOMINGO DE ADVIENTO
“Y los Jóvenes, ¿qué debemos hacer?”
OBJETIVO
Que el joven meditando la Palabra de Dios descubra lo que debe hacer para recibir al Señor
Jesús en esta Navidad y sea, así, testigo y promotor de justicia y solidaridad en sus ambientes.
ACTITUDES A DESARROLLAR
 Generosidad con el que no tiene.
 La honestidad y la justicia.
 Volver al Padre.
ORACIÓN INICIAL
Te adoramos Espíritu divino, que habitas en nosotros
y nos regalas tus siete dones
a fin de que podamos vivir.
Gracias por ser Dios en nosotros.
Eres el aire que respiramos, la luz amable que ilumina nuestras vidas.
Enciende en nosotros una gran bondad por todo lo que tiene vida,
por la alegría de vivir y de promover una amistad firme,
con los pobres de esta tierra.
Pág.
17
Espíritu Santo, tu eres el alma de nuestras súplicas,
danos sabiduría para que nos entendamos bien,
y disposición para ayudarnos en la necesidad.
Me abro a tu acción en mí.
Sé el don de Dios presente en mi vida
y en medio de quienes me rodean.
Amén.
I. LEEMOS LA PALABRA DE DIOS
a.
Compartamos la vida
¿Cuál es el mejor regalo de Navidad que puedo dar?
Objetivo: Profundizar en la vivencia personal de la Navidad, y entender que Jesús es el mejor
regalo que podemos dar y recibir.
Material:
 Una caja pequeña.
 Envoltura o bolsa de regalo.
 Tijeras
 Hojas para máquina de colores
 Pegamento
 Marcadores.
Instrucciones:
1. Iniciamos este momento con un monólogo. Es necesario que lo preparen con
anterioridad.
Monólogo: ¿A qué huele la Navidad?
La Navidad pasada una amiga escribía en su estado del Facebook: ¡Ya huele a Navidad! Y yo
le preguntaba en broma: ¿y a qué huele exactamente? Durante un par de días el tema dio de
sí para diversos comentarios de otros de sus contactos, y ahí quedó la cosa.
Ciertamente la Navidad huele a muchas cosas, pero muchos aromas nos han embriagado de
tal manera que a menudo nuestra pituitaria no es capaz de percibir sus olores auténticos.
En casa, la Navidad huele a tamales y suculentas comidas, a encuentros con aquellos que
están lejos, a niños escribiendo cartas para pedir juguetes, a familias que dejan a un lado sus
rencillas por un tiempo y comparten la mesa, a recuerdos de la infancia, y calor de hogar.
En la tele, la Navidad huele a sensuales perfumes, a juguetes y ofertas de temporada. Son la
expresión de nuestros deseos de diversión, de atracción, de fiesta, de riqueza, de superar la crisis
(o de olvidarla por un momento), de distraernos, etc. Y en ocasiones también huele a galas
solidarias llenas de buenos sentimientos que se evaporan tan rápido como las burbujas.
Pág.
18
En la calle, la Navidad huele a consumo, a regalos, a compras, a señores gordos vestidos de
rojo. Huele a luces de colores, a adornos navideños, a excesivos gastos en medio de una severa
crisis económica. Y precisamente por eso, también huele a transeúntes sin techo, pasando frío
noche tras noche, a pobres mendigando una limosna, a inmigrantes que acuden al comedor
de Cáritas, a ancianos que sienten más que nunca su soledad.
Hace más de dos mil años la Navidad no olía muy bien que digamos. En un pesebre, fuera de la
ciudad, entre animales y pastores no podía oler “a rosas” precisamente… Allí olía a exclusión, a
pobreza, a humildad, a ocultamiento, a pequeñez. Lo único que podía disimular un poco el tufo
eran el incienso y la mirra que le trajeron los magos de Oriente.
Pues allí, entre olores de ovejas, bueyes y mulas, nació el hijo de Dios, vino a este mundo la
mejor de las esencias, en el pequeño frasco de un bebé. Como solemos decir, allí olía a
humanidad, pero en el fondo es justamente eso: olía a verdadera humanidad. Porque Dios
quiso acercarse tanto a los seres humanos, que se hizo uno de nosotros. Y su perfume se fue
derramando para sanar a muchos, se vació por completo dando su vida por todos y nos hizo
respirar un aire nuevo, diferente, mucho mejor: la VIDA con mayúsculas.
Por este Niño nacido entre malos olores, nuestra Navidad también huele a muchas personas
que no descansan en estas fiestas para atender a los necesitados en hospitales, asilos,
comedores. Por eso huele a familias que se unen y celebran sencilla y fraternalmente la
Nochebuena, que gozan con la compañía y el cariño de los seres queridos. Por eso huele a
gentes de aquí y de allá que en Navidad y siempre, entregan su vida y su tiempo en los
pesebres de la exclusión, la droga, la prostitución, el fracaso escolar, la soledad, la enfermedad.
Huele a muchos hombres y mujeres, creyentes o no, que han comprendido dónde está esa
esencia, y se han dedicado a extender su perfume para hacer que muchos otros respiren
esperanza. En palabras de san Pablo, ellos son «el buen olor de Cristo, olor de vida que vivifica»
(2 Cor 2, 15-16).
“Hay muchas navidades, pero no todas están aquí”. Cierto: no todas caben en ese pesebre,
para nada… ¿Cuál celebras tú? ¿A qué huele tu Navidad?
2. Al terminare le monólogo, pide a los participantes que recorten las hojas de máquina en
forma de corazón.
3. Después pide a cada uno de los miembros del grupo que escriban en los recortes en
forma de corazón, ¿que pueden regalar ellos a los demás de sí mismos? (por ejemplo: su
tiempo, su sonrisa, su compañía, su amistad, sus consejos, su vivencia de Jesús, etc.)
4. Habiendo terminado la redacción, pide a los miembros del grupo que peguen los
recortes dentro de la caja con lo que ya escribieron.
5. Por ultimo pide que envuelvan la caja.
6. Terminado todo este proceso cada miembro del grupo va expresando por qué
regalarían lo que escribieron de sí mismos en los recortes.
Proclamación del Evangelio según San Luan 3,10-18.
En aquel tiempo, la gente le preguntaba a Juan el Bautista: “¿Qué debemos hacer?” Él
contestó: “Quien tenga dos túnicas, que de una al que no tiene ninguna, y quien tenga
comida, que haga lo mismo”.
También acudían a él los publicanos para que los bautizara, y le preguntaban: “¿Maestro, que
tenemos que hacer nosotros?” Él les decía: “No cobren más de lo establecido”. Unos soldados
le preguntaron: “¿Y nosotros, que tenemos que hacer?” Él les dijo: “No extorsionen a nadie ni
denuncien a nadie falsamente, sino conténtense con su salario”. Como el pueblo estaba en
expectación y todos pensaban que quizá Juan era el Mesías, Juan los sacó de dudas,
diciéndoles: “Es cierto que yo bautizo con agua, pero ya viene otro más poderoso que yo, a
quien no merezco desatarles las correas de sus sandalias. El los bautizará con el Espíritu Santo y
con fuego. Él tiene el bieldo en la mano para separar el trigo de la paja; guardará el trigo en su
granero y quemará la paja en un fuego que no se extingue”. Con estas y otras muchas
exhortaciones anunciaba al pueblo la Buena Nueva.
19
Proclamamos la Palabra
Pág.
b.
Deja un momento de silencio y si es necesario se lee nuevamente.
c.
Escuchamos a Dios
Ahora vamos entre todos a recontar lo que nos dice el texto sagrado.
Te pueden servir las siguientes preguntas
¿De qué nos habla el texto?
¿Quién o quiénes son los personajes de esta lectura?
¿Cuál o cuáles son las ideas principales?
¿Qué acciones, nos señala Juan Bautista, hemos de realizar para recibir
al Señor que se acerca?
- ¿Qué nos llamó más la atención y por qué?
-
Breve explicación del texto
En primer lugar, Juan el Bautista invitaba a la gente a un cambio de vida (3,10-14). El
evangelista Lucas desarrolla más que cualquier otro evangelista las exigencias concretas de
esta llamada del Bautista, que comporta una nueva relación con Dios y que insiste en primer
lugar, en el interés por los demás, compartiendo con el necesitado, siendo honesto en los
negocios y justo en la aplicación de la ley.
Tres grupos de personas preguntan sucesivamente a Juan que han de hacer:
- El primero queda designado de forma genérica “la gente”, y Juan le contesta que hay
que compartir los bienes con los necesitados.
- El segundo grupo es más concreto: publicanos o cobradores de impuestos. Eran los
encargados de recaudar los impuestos para Roma y a causa de su oficio eran considerados
pecadores y semejantes a los paganos. Juan no les exige un cambio de profesión, sino sólo
ejercerla con honestidad, sin aprovecharse de la gente.
- Al tercer grupo, formado por soldados, Juan los exhorta a no actuar con violencia y a
no querer ganar más de lo que les corresponde. No extorsionar a nadie, ni ser corruptos. En
definitiva, se trata de actitudes que intentan fomentar la justicia y la solidaridad a favor de los
demás, en especial de los más necesitados.
En segundo lugar (3,15-18), Juan define su papel ante aquel que ha de venir: “otro más
poderoso que yo”. El profeta niega ser el Mesías. Lucas insiste en dejar bien clara la superioridad
de Jesús sobre Juan, en estos detalles: Jesús viene después de Juan en sentido cronológico y no
como un discípulo que sigue a su maestro. Juan no es digno de hacer el menor favor a Jesús.
Las mismas palabras del Bautista invitan a todos a vivir la espera del que es más poderoso que él
y que ya está a punto de llegar como juez definitivo. El bautismo de Juan es de agua, en
cambio el de Jesús es de fuego y del Espíritu Santo. El bautismo de Juan expresa el
arrepentimiento del bautizado y su compromiso de emprender una vida nueva.
Pág.
20
El fuego en la Escritura, indica frecuentemente la presencia del Dios salvador. El bieldo, la
imagen de aventar la paja es frecuente en la Biblia aludiendo a la separación (purificación) y al
juicio severo. El grano más pesado, cae más rápidamente al suelo, mientras que la paja es
arrastrada por el viento donde es luego recogida y quemada.
Al que viene no merece Juan ni atenderle las correas de sus sandalias. En Nazaret, mientras
tanto, un carpintero desconocido se ata las sandalias con sus manos para ir al desierto donde
una voz en el desierto ha afirmado categóricamente que es el Mesías esperado.
Es importante tomar en cuenta lo visto en el tema anterior para complementar.
II. MEDITEMOS EL MENSAJE Y LA VIDA
Tras responder a las preguntas de ¿Qué dice el texto?, ahora abordaremos otra cuestión:
¿Qué me dice el texto a mí? Se trata de actualizar el mensaje
y entrar en diálogo con el Dios que nos habla, en el aquí y el ahora.
La predicación del Bautista es fundamentalmente una invitación a la serenidad y a la alegría. Él
dice, efectivamente, que la salvación no está lejos de cada uno de nosotros; está en las cosas
que hacemos cada día y en la capacidad de compartir con los demás lo poco o mucho que
tenemos. Ninguna profesión excluye de la salvación, ni la del soldado; aunque lleve la espada,
ni la del cobrador de impuestos, ni la del estudiante profesionista o el joven trabajador… Lo que
cuenta es actuar con justicia y, sobre todo, con caridad “El que tenga dos túnicas, que
comparta con el que no tiene”. Imaginemos que Juan el Bautista está en medio de nosotros, y
al igual que los hombres de su tiempo nos hemos acercado a él, y le hemos preguntado:
“Y nosotros los jóvenes, ¿Qué hemos de hacer?”
III. OREMOS EL MENSAJE Y LA VIDA
Este momento es dedicado especialmente a la oración, el creyente responde a Dios
movido por el Espíritu. “El Espíritu viene en ayuda de nuestra debilidad, pues nosotros no
sabemos pedir como conviene” (Rom 8,26).




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¿Qué le decimos al Señor motivado por su Palabra?
¿Qué inquietudes te gustaría compartir en diálogo con Dios?
¿Qué quieres pedirle?
¿Qué quieres agradecerle?
¿De qué le quieres pedir perdón?
Oremos, para que en nuestro diario vivir recordemos lo que somos, valoremos los dones que
tenemos, y no nos olvidemos de aquellos que carecen hasta de lo más indispensable.
Deja unos momentos de silencio para orar de manera individual
y posteriormente hacer la siguiente oración todos juntos:
Pág.
(Oración colecta, III domingo de Adviento)
21
Mira Señor a tu pueblo,
que espera con fe la fiesta del nacimiento de tu Hijo,
y concédele celebrar el gran misterio de nuestra salvación
con un corazón nuevo y una inmensa alegría,
Por nuestro Señor Jesucristo. Amen
IV. CONTEMPLEMOS LA PALABRA
¿A qué conversión y acciones nuevas nos invita el Señor?
Este momento es propio para entrar en mi intimidad, tratar de descubrir lo que quiso transmitir el
Evangelista San Lucas.
Nos puede ayudar el repasar mentalmente todo el pasaje del Evangelio. Contemplar con la
imaginación, con el corazón y sin prisas, todo lo acontecido aquel día en el Río Jordán: ¿Yo,
que tengo que hacer, pues el Señor ya viene?
Se trata en lo posible de abandonarse en Dios a través de la frase, oración, sentimiento que
resultó de la Oratio, abandono que nos lleve a pertenecer a Dios.
Sugerencias hacia el compromiso
a. Compromiso
Material: Copia del documento del siguiente Documento de trabajo No. 3
Instrucciones: El documento se contestará de forma personal. Si se considera prudente, se
puede dar un espacio para compartir las respuestas.
b. Celebración
Reunidos en círculo, hacemos la siguiente oración.
Señor nuestro, anúncianos el Evangelio como una Buena Nueva
que cada año y cada mañana, resuene más fuerte que el destino y el ocaso,
más clara que la incertidumbre y la ambigüedad,
más justa que los ídolos, las ideologías y las cosas,
más verdadera que las tragedias y las fantasías.
Dios nuestro, que el Evangelio transforme nuestro corazón,
para poder anunciarlo a los demás,
por medio de nuestras vidas renovadas.
Pág.
22
Que tu presencia que viene y se manifiesta, que cura y salva,
habite en el corazón de todo hombre.
Te agradecemos que visites, renueves y fortifiques
nuestras vidas jóvenes, hoy y siempre. Amén.
Entonar el canto: “Con nosotros estás”
Terminar el encuentro con un abrazo fraterno como signo de fraternidad y solidaridad
IV DOMINGO DE ADVIENTO
“Dichosos los jóvenes, qué han creído”
OBJETIVO
Que los jóvenes contemplen el gran regalo que nos ha hecho nuestro Padre Dios al darnos a su
propio Hijo Jesucristo, a ejemplo de María modelo de creyente, de servicio y amor para con
todos.
ACTITUDES A DESARROLLAR
 Servicio y generosidad.
 Humildad y alegría.
 Disponibilidad y escucha.
ORACIÓN INICIAL
Hacer un acto de fe en la presencia de Dios
en medio de nosotros. Con las siguientes palabras…
Madre María,
Porque eres espejo de la esperanza, en mi oración te invoco…
Enséñame la virtud de saber esperar, en la oscuridad de mi fe,
como tú lo hiciste, en el eterno adviento de los siglos.
Tú, Madre, que sabes de esperanzas cumplidas,
de esperanzas no frustradas, enséñame a esperar…
- como la madre espera del hijo las noticias que no llegan;
- como la joven esposa el primer fruto del matrimonio;
- como el pobre espera el reparto equitativo;
- como el estudiante terminar satisfactoriamente sus estudios;
- como el viajero llegar a casa;
- como se espera la paz, la justicia, la libertad, el amor entre los pueblos.
Señora de la esperanza, Virgen inmaculada,
enséñanos a esperar, a esperar siempre. Amén.
(Martín Irure)
Pág.
23
Terminar con el canto “Ven Señor no tardes”.
I. LEEMOS LA PALABRA DE DIOS
a.
Compartamos la vida
Dinámica: “Carrera de ciegos”
Material:
 Paliacates o telas para vendar los ojos.
 Algunos objetos que puedan servir de obstáculos.
Instrucciones:
1. Formar equipos de 2 personas.
2. Un miembro del cada equipo se vendará los ojos, tratando de llegar a la meta, salvando
los obstáculos que anteriormente se habrán colocado.
3. Para poder llegar a
la meta, cada equipo deberá de crear un código de
comunicación que servirá para guiar al vendado. Por ejemplo: 1 a la derecha, 2 a la
izquierda. Gana quien llegue antes.
4. Se puede aumentar la complejidad teniendo que recorrer varios puntos antes de llegar
a la meta.
5. Motivación para finalizar la dinámica: “Seremos hombres auténticos sólo en la medida
en que sepamos servir y ser útiles al prójimo. En la medida en que saquemos el egoísmo y
dejemos sitio en el corazón para todo el que necesita de nosotros. Esta es la conversión
que nos pide Cristo. Él nos quiere libres para servir. Para ello hay que cambiar nuestro
modo egoísta de pensar y actuar”
b.
Proclamamos la Palabra
Proclamación del Evangelio según San Lucas 1, 39-45.
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea y,
entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto oyó el saludo de María, la criatura
saltó en su seno.
Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo, y levantando la voz, exclamó: “¡Bendita tu entre
las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga
a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que
has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”.
Deja un momento de silencio y si es necesario se lee nuevamente.
Pág.
24
c.
Escuchamos a Dios
Ahora recontamos lo que nos dice el texto sagrado. Vamos llenando el siguiente recuadro.
Puede ser presentado en una hoja a cada quien, o en una cartulina completarlo entre todos.
¿De qué nos habla el texto?
¿Quién o quiénes son los personajes de esta lectura?
¿Cuál o cuáles son las ideas principales?
¿Qué nos llamó más la atención y por qué?
Buscar y anotar a los personajes que aparecen en la narración y lo que hacen, dicen y les
sucede:
PERSONAJE:
HACE:
DICE:
LE SUCEDE:
María
Zacarías
Isabel
Criatura en el seno de Isabel
(Juan)
Espíritu Santo
Fruto del vientre de María
(Jesús)
El Señor
Breve explicación del texto
María con prisa se dirige a las montañas de Judea, a visitar a su pariente Isabel para
asistirla. Sabía que su presencia podría serle útil a la anciana Isabel.
¿Viaja sola, María? Lo más probable es que no viajara sola, sino que lo hiciera con una
caravana. El viaje era largo, peligroso y difícil –más de 150 kilómetros— hasta el poblado de Ain
Karim. El viaje duraba de 4 a 5 días de camino. Aunque ella no lo sabía, aquel viaje fue sin duda
la primera procesión del Corpus. María, el primer Sagrario, portaba oculto y verdadero al
Salvador del mundo, como en las especies eucarísticas.
Pág.
En Lc 1, 39-45 el encuentro de las dos madres es en realidad el encuentro de los dos hijos
(Jesús y Juan). El salto del niño, esta acción del hijo aún no nacido de Isabel, no sólo nos
recuerda a la danza del Rey David ante el arca (2 Sam 6,16); sino también, los saltos mesiánicos
de alegría entre los pobres (Is 35,6). “Levantando la voz” es otra expresión alusiva a la plenitud
mesiánica (Is 40,9). Este encuentro entre las dos mujeres muestra todo lo que conlleva la llegada
de Dios a aquellos que lo esperan. Es el Espíritu el que hace descubrir la presencia del Señor a
través de las sencillas realidades humanas que, por ellas mismas, no muestran nada de especial.
Pero, cuando se llega a descubrir su presencia, se produce esa explosión de alegría. Juan
Bautista en el vientre de Isabel, representa aquí, a todo el pueblo que esperaba la llegada del
Mesías.
25
El elemento más llamativo de este pasaje evangélico es el paralelismo que se establece
sistemáticamente entre Jesús y Juan Bautista: el anuncio (Lc 3,1- 4,13). El evangelista quiere
mostrar la superioridad de Jesús sobre Juan, o lo que es lo mismo, el paso del Antiguo al Nuevo
Testamento, del tiempo de las personas al tiempo del cumplimiento.
II. MEDITEMOS EL MENSAJE Y LA VIDA
Tras responder a la pregunta ¿Qué dice el texto?,
ahora abordemos otra cuestión: ¿Qué me dice el texto a mí, a nosotros?
Se trata de actualizar el mensaje y entrar en diálogo con el Dios que nos habla, en el aquí y ahora.
Ahora, trataremos de interiorizar el mensaje y entrar en diálogo con el Dios que nos
habla, en el aquí y ahora. Para ello –sin distraernos ni perder el clima de oración en que nos
encontramos, nos valemos de algunas preguntas a las que respondemos primero de manera
personal y a continuación de manera grupal:



-
María, después de haber asumido el plan que Dios tenía sobre ella, se puso en camino
para ponerse al servicio de quien la necesitaba, su prima Isabel. Ayudando a su
pariente, se preparó la Madre de Dios a la celebración de la primera Navidad.
¿Qué significa para mí/nosotros el servir?
¿A cuántas personas en el día de hoy prestamos un servicio?
¿A cuántas personas en este día pudiendo servir no lo hicimos?
¿Qué me/nos impide estar siempre solícitos a quiénes necesitan algo?
El encuentro de estas dos santas mujeres, es un encuentro marcando por el gozo, la
alegría, el júbilo y la fe:
¿Qué me/nos causa alegría y qué tristeza en esta Navidad?
La alegría y el gozo del encuentro con Jesús, que tuvo Juan el Bautista, junto con su
madre Isabel es algo que las personas que nos rodean esperan de nosotros.
¿De qué manera o maneras podemos vivir a Jesús en mí/nosotros?
¿De qué manera o maneras podemos llevar a Jesús a los demás?
¿Cuáles son las esperanzas de nuestra familia, amigos y amigas, conocidos, etc.?
¿Cómo podemos llevar alegría y esperanza, en el Señor, a los que nos rodean?
III. OREMOS EL MENSAJE Y LA VIDA
¿Qué le decimos al Señor motivados por su Palabra?
Pág.
26
Oración es el impulso ferviente del corazón que se dirige a Dios. La pregunta de este
tercer escalón es: ¿Qué me/nos hace decirle a Dios después de escucharlo en su Palabra?
En este momento especialmente dedicado a la oración, el creyente responde a Dios,
movido por el Espíritu.
Dejaremos un espacio de silencio para la oración personal, después del cual
elaboraremos, personalmente y en silencio, una bienaventuranza de la juventud en
Navidad. Entrega a cada joven papel y pluma para que puedan escribir su oración.
La oración se haría de la siguiente manera:
“Bienaventurados los jóvenes que…..
Porque ellos….
Cuando hayan rezado sus bienaventuranzas, rezan todos juntos la oración:
Derrama, Señor, tu gracia sobre nosotros,
que hemos conocido por el anuncio del ángel la Encarnación de tu Hijo,
para que lleguemos, por su pasión y su cruz, a la gloria de la resurrección.
Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
(Oración colecta del IV domingo de Adviento)
IV. CONTEMPLEMOS LA PALABRA
¿A qué conversión y acciones nuevas nos invita el Señor?
Contemplación es una elevación de la mente sobre sí misma que pendiente de Dios
saborea las alegrías de la dulzura eterna. Podríamos entender la contemplación como un
“retorno al paraíso perdido”, como un gusto y dulzura inefables, experimentados en el corazón
de quien hace la Palabra de Dios el único punto de referencia de su vida.
Se trata en lo posible de abandonarse en Dios a través de la frase, oración, sentimiento,
que nos lleve a pertenecer a Dios. Nos puede ayudar el repasar mentalmente todo el pasaje
del Evangelio. Contemplar con la imaginación del corazón –sin prisas, ni preguntas— todo lo
acontecido aquellos días en las montañas de Judea.
Sugerencias hacia el compromiso
a. Compromiso
Pág.
Es el tiempo de llevar lo hasta ahora realizado a la vida cotidiana, lo que hemos reflexionado y
contemplado; de manera personal reflexionar cómo vivir la alegría y el servicio de manera
concreta. Isabel le dice a María: “Dichosa tú, que has creído”. La alegría de María radica en la
fe puesta en Dios, fuente de todo gozo. También en María hemos contemplado cómo la
esperanza en Dios no se convierte en un inútil pasatiempo. Ella nos enseña que no espera bien a
Dios quien no se pone al servicio de los demás. Que mejor actitud para recibir a Jesús que viene
en esta Navidad que compartiendo la alegría de nuestra fe y el servicio a los hermanos.
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Material: Copia del documento del siguiente Documento de trabajo No. 4
b. Celebración
Con el nacimiento de Jesús, las promesas han sido cumplidas. Él es aquel a quien la humanidad
ha esperado por generaciones, Él es nuestro gozo y alegría, junto con María recitemos o
cantemos a una voz el Magníficat.
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava,
Desde ahora me felicitaran todas las generaciones,
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es Santo
y su misericordia llega a todos sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo:
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de su misericordia
–como lo había prometido a nuestros padres—
Pág.
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Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
Pág.
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