Heidy Marroquín Análisis narratológico “La compuerta número doce
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Heidy Marroquín Análisis narratológico “La compuerta número doce
Heidy Marroquín Análisis narratológico “La compuerta número doce” de Baldomero Lillo Un texto quiere que alguien lo ayude a funcionar. Umberto Eco Gérard Genette* en su aportación a los análisis narratológicos introdujo una de las más simples, pero significativas definiciones sobre relato: Definiremos sin dificultad el relato como la presentación de un acontecimiento o de una serie de acontecimientos, reales o ficticios, por medio del leguaje, y más particularmente del lenguaje escrito (p. 195). Definición que hace reconocer al relato como objeto a examinar según los sucesos con sus complicaciones. Del lenguaje se desliga una serie de categorías que son útiles para entender el panorama general de La compuerta número doce de Baldomero Lillo. Relato de acontecimientos – Diégesis Para Genette la diégesis es el punto de partida para el análisis narratológico de un relato. La diégesis hace referencia a todo lo que es parte de la historia que se cuenta, al mundo que propone la ficción. En la compuerta número doce, el mundo en el que se encuentra el protagonista Pablo y su padre es un agujero con una negra abertura, observada desde que penetraron en una jaula que los llevaría hasta el fondo de una mina, Pablo con atención observaba las tristes paredes del pozo, mientras descienden sin prisa, ni más ruido que el del agua que cae del techo de hierro, las luces débiles de las lámparas y la oscuridad, padre e hijo llegan al lugar y caminan de la mano internándose en un túnel. * Gérard Genette (1930) crítico francés de literatura y poética, uno de los fundadores de la narratolog Recorrieron una gruta en la roca, el techo agrietado, color de hollín, del cual colgaba un candil lo cual le daba un aspecto de cripta, en el fondo encontraron a un hombre pequeño, haciendo anotaciones en un registro. Era el capataz de la mina, quien contrata al niño para que realice el oficio de abrir la compuerta número doce por la cual cruzan caballos arrastrando un pesado tren cargado de mineral, Juan, es el encargado de mostrarle su lugar de trabajo a Pablo, mientras van camino ven un bulto pequeño, mudo e inmóvil, es un niño de diez años quien era antes el encargado de esa compuerta, después de caminar algún tiempo por un estrecho corredor, llegando a una alta galería en donde por fin estaba la compuerta número doce Pablo se muestra sorprendido ante el repentino alto, Juan y su padre le muestran el trabajo, comprobando su fuerza para el trabajo. El espacio en que se dan las acciones transmite la angustia y el arduo trabajo de los obreros y de los pequeñuelos quienes en determinado tiempo debían proseguir con el trabajo en el hondo pozo. Pablo al querer marcharse de la mina, es atado por su padre en una roca, haciéndole imposible partir de la mina, sus gritos penetrantes no fueron suficientes para que su padre le llevara con él, el trabajo llamaba, y aunque Pablo gritara: ¡madre! ¡Madre! Su padre ya estaba lejos. En La compuerta número 12 se distingue una simple narración pues el autor habla él directamente. Secuencias narrativas y descripción En el análisis narratológico marcado por Genette se enfoca la dicotomía entre narración y descripción, la narración se basa en las acciones, en la secuencia de los acontecimientos que no siempre estarán marcados de forma lineal, y la descripción que es útil para esclarecer el modo de representación literaria del ambiente, los objetos y los personajes, en La compuerta número doce, se pueden distinguir las siguientes secuencias narrativas: Descripción: espacio El espacio en que se realizan las acciones de La compuerta número doce se describe de la siguiente manera tomando en cuenta la estructura narrativa: El piso que huía debajo de sus pies (de Pablo y su padre) producía una extraña sensación de angustia, las paredes del pozo eran lóbregas, el descenso era silencioso, las luces de las lámparas parecían prontas a extinguirse, negras sombras en lo alto de las rocas, había un túnel negro, la techumbre estaba cruzada por gruesos maderos, la paredes laterales permanecían invisibles en la oscuridad profunda que llenaba la vasta y lóbrega excavación, el techo agrietado, de color de hollín, las galerías eran humildes, había barras de acero sujetadas por gruesos clavos, lóbrega madriguera húmeda y estrecha, las tinieblas eran tan espesas que las rojizas luces de las lámparas, sujetas a las viseras de las gorras de cuero, apenas dejaban entrever la hoja de tablas que giraba sujeta a un marco de madera incrustado en una roca, (La compuerta número doce). Personajes: descripción y funciones Personajes Pablo Descripción Niño de ocho años, de rostro moreno, ojos brillantes muy abiertos, de cuerpo débil y delgados miembros, Padre Voz opaca y temblorosa, barretero, barba sumida en el pecho. Padre de seis hijos. Capataz Hombre pequeño, ya entrado en años, con un traje negro que hacía resaltar la palidez de su rostro surcado por profundas arrugas, ojos penetrantes y voz ruda. Joven guía Juan Función Ser sucesor del padre en la mina para mantener al hogar Ser sucesor del niño de diez años Abrir la compuerta número 12 Trabaja como barretero en la mina Lleva a Pablo a la mina para que conozca su trabajo Dirige la mina Da empleo a Pablo Acompaña a Pablo y a Niño de diez años José Obreros Caballo Pequeño, acurrucado en un hueco de la muralla, con los codos en las rodillas y el pálido rostro entre las manos enflaquecidas, mudo e inmóvil, ojos abiertos, sin expresión, fijos obstinadamente hacia arriba. Carretillero Trabajaban durante catorce horas, cada mañana tiritaban sus carnes. Oscuro, sudoroso y jadeante. su padre a La compuerta número doce Encargado del manejo de La compuerta número doce. Hijo de José Carretillero, padre del niño de diez años, aplastado por la corrida. Laboran en la mina Arrastra un pesado tren cargado de mineral Discurso transpuesto y restituido El discurso del relato es transpuesto porque hay un estilo libre en que el narrador le brinda la palabra a los personajes, sin anunciar la acción de los mismos, sin embargo se encuentra también un estilo marcado pues el narrador utiliza oraciones como: Y volviéndose bruscamente hacia el viejo, que empezaba a murmurar una frase de agradecimiento, díjole con tono duro y severo: - He visto que la última semana no has alcanzado a los cinco cajones que es el mínimum diario que se exige a cada barretero. Orden narrativo El tiempo en el desarrollo argumental de La compuerta número doce, en su orden temporal, es fragmentado, se encuentra anacronía que es una discordancia en el orden de la narración, en este caso se identifica: Analepsis interna: el punto de partida del recuerdo es posterior al punto de partida del relato primero. El recuerdo de su vida, de esos cuarenta años de trabajos y sufrimientos, se presentó de repente a su imaginación (…) Duración narrativa Es difícil calcular el tiempo que duran los sucesos en una narración, se puede identificar una duración de acuerdo a los diferentes lectores, en el relato que se propone, la duración narrativa va de acuerdo a los acontecimientos, la lectura es fluida, no existen pausas marcadas en los diálogos. La frecuencia En un relato es posible encontrarse con la repetición de sucesos, que son relevantes y que por eso pueden ser enunciados más de una vez, en el caso de La compuerta número doce, llama la atención, la necesidad de contar el deceso del niño que abría la compuerta. Por lo cual se considera relato repetitivo nR/1H: contar n veces lo que ha pasado una vez (Relato/Historia) 1. Lleva este chico a la compuerta número doce, reemplazará al hijo de José, el carretillero, aplastado ayer por la corrida. 2. En el suelo arrimado a la pared había un bulto pequeño (…) encargado del manejo de esa puerta. El modo narrativo Es el que aporta las variaciones en los grados narrativos, la visión que obtiene el lector del narrador. Genette propone tres modalidades para analizar el modo narrativo: I. Relato no focalizado II. Relato de focalización interna III. Relato de focalización externa En La compuerta número doce, el modo narrativo está intervenido por una focalización interna, puesto que el narrador no abandona nunca el punto de vista seleccionado y se conocen los sentimientos de los personajes, cuando el narrador les da vida no a través de su narración sino a través de los diálogos. Pablo se aferro instintivamente a las piernas de su padre. Zumbábanle los oídos y el piso que huía debajo de sus pies le producían una extraña sensación de angustia. Su voz opaca y temblorosa se extinguió repentinamente en un acceso de tos, pero sus ojos húmedos imploraban con tal insistencia. (El niño de diez años) encargado del manejo de esa puerta, pasaba las horas interminables de su encierro sumergido en un ensimismamiento doloroso, abrumado por aquella lápida enorme que abogó para siempre en él la inquieta grácil movilidad de la infancia, cuyos sufrimientos dejan en el alma que los comprende una amargura infinita y un sentimiento de execración acero por el egoísmo y la cobardía humanos. Ni promesas ni amenazas lo convencían, y el “¡vamos padre!” brotaba de sus labios cada vez más dolorido y apremiante. (El padre) pero aquel sentimiento de rebelión que empezaba a germinar en él se extinguió repentinamente ante el recuerdo de su pobre hogar y de los seres hambrientos y desnudos de los que era el único sostén. Sus voces llamando al viejo que se alejaba tenían acento tan desgarrador, tan hondo y vibrante, que el infeliz padre sintió de nuevo flaquear su resolución. Hilos de sangre mezclábanse al copioso sudor que inundaba su cuerpo, que penetraba como una cuña en la brecha abierta, ensanchándose con el afán del presidiario que horada el muro que lo oprime; pero sin la esperanza que alienta y fortalece al prisionero: hallar al fin de la jornada una vida nueva, llena de sol, de aire y de libertad. Se observa que el narrador experimentando cada personaje, sabe exactamente lo que está y por los gestos, las miradas, o exclamaciones como: ¡madre! ¡Madre! Se conocen los sentimientos de los actantes. Programa narrativo El narrador no pierde de vista su objetivo, enmarcar la miseria en la que se desenvuelven los personajes, el arduo trabajo en la mina, la explotación infantil y la continuidad laboral a partir del trabajo de los niños en ese lugar oscuro y triste. La voz narrativa Marcando el aspecto de la acción verbal, las relaciones que tiene el narrador con el sujeto, se observan tres posibilidades dentro de la narración: relato heterodiegético (el narrador está ausente de la historia), homodiegético (el narrador es personaje) o autodiegetico (el narrador es el héroe de su relato), En el caso de La compuerta número doce, el narrador cuenta la historia, él está ausente de la misma, por lo cual es un relato heterodiegetico. El relato mereció un análisis narratológico para comprender la concreción lingüística que puede estar clara en el texto para algunos lectores, mientras para otros podría estar oculta, todos los estímulos para entender del relato, están precisamente en narración, sin embargo, el análisis literario propuesto por Gérard Genette es valioso porque el método abarca sistemáticamente la estructura y el problema narrativo, permitiendo la comprensión y el acercamiento más profundo al texto. Referencias - Alatorre, A., (1993). Ensayos sobre la crítica literaria. México: El colegio de México. - Gómez Redondo, F., (1996). La crítica literaria del siglo XX. Madrid: Editorial EDAF, S. A. - Lillo, B., (Sin fecha). La compuerta número 12. Consultado el 5 de agosto de 2015. Recuperado de http://www.ciudadseva.com/