Los retos de la “Nueva Turquía”

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Los retos de la “Nueva Turquía”
Los retos de la “Nueva Turquía”
Por Xavier Daniel Palacios
A menos de una semana para que Turquía conozca la composición de su nuevo
parlamento, y de saber si Erdogan puede llevar a cabo su reforma constitucional para
establecer un sistema presidencialista, los líderes políticos que se presentan a estas
elecciones legislativas batallan para maximizar sus ganancias electorales. Después de
más de una década en el poder, el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), afronta
los comicios más competitivos desde su llegada al poder en 2001. Desde esta fecha, el
contexto en el que se mueve Turquía ha sufrido un vuelco, tanto en el plano nacional
como en el regional.
El AKP supo aprovechar la grave crisis económica en que se encontraba Turquía
a inicios de los 2000s para presentar su partido como una garantía de cambio y de
progreso. Esta renovación política se cobijó bajo el paraguas democrático de la Unión
Europea, quien proporcionaba unas garantías de adhesión a la comunidad europea, que
no parecían lejanas pero que tampoco eran cercanas. Esta euforia pro-europea y prodemocrática llevó al AKP y a su líder, Recep Tayyip Erdogan, a rodearse de una aurea
de padre democratizador. Mientras que los partidos políticos más clásicos de Turquía, el
Partido Republicano (CHP) y el Partido de Acción Nacionalista (MHP), eran incapaces
de renovar su discurso o sus líderes, el AKP reinaba sin una oposición real.
El empuje y la continuidad del AKP (fuerza más votada en todas las elecciones
celebradas en Turquía desde 2001) han llevado a reforzar el poder y la legitimidad del
AKP en el gobierno, así como a crear el concepto de la “Yeni Turkiye” (Nueva
Turquía). Este concepto es el resultado de todos estos años de gobierno conservador y
simboliza perfectamente los valores que quiere proyectar el AKP sobre la actual
sociedad y sobre las futuras generaciones. Esta “Nueva Turquía” se apoya en varios
pilares básicos para su funcionamiento.
El primero de estos pilares, el cual representa el núcleo del discurso político del
AKP, ha sido la inversión y desarrollo en grandes infraestructuras públicas. El
desarrollo de estas infraestructuras se ha basado en la ampliación y mejora de la red de
autopistas, con el objetivo de consolidar una red de carreteras a la altura de los países
desarrollados y así optimizar el comercio terrestre.
Mezquita de la Universidad de Marmara, Altunizade, Istanbul - Yakoob Ahmed
El otro punto clave ha sido la inversión en la red ferroviaria. El tren de alta
velocidad ha sido una bandera mostrada por el AKP desde el primer momento, ya que se
trata de uno de los elementos más visibles de este progreso tecnológico. Las inversiones
en grandes proyectos de infraestructuras públicas han seguido una lógica política,
conectando las grandes ciudades de la periferia turca más subdesarrollada e
históricamente ignoradas por la elite kemalista y que constituyen el electorado del
AKP1.
1 Fuente: http://www.bbc.com/news/world-europe-32886810
Una de estas ciudades que se han visto beneficiadas por este desarrollo ha sido la
capital del Sufismo, Konya. Este bastión del AKP encarna el etos de esta “Nueva
Turquía”. El tren de alta velocidad y otros modernizados medios de transporte han ido
siempre acompañados de una retórica política vinculada a la religión. El Islam ha sido el
pegamento social que ha aglutinado a todos los seguidores del AKP. Como todos sus
predecesores políticos, Erdogan ha basado su poder en la mayoría social conservadora
de Turquía, usando un discurso nacionalista pero a la vez piadoso, y también de carácter
modernizador. Este gobierno ha dado más espacio público a los turcos más
conservadores, permitiendo a las mujeres con velo trabajar para las instituciones
gubernamentales o estudiar en las universidades, ha aumentado el número de escuelas
públicas religiosas para formar nuevos imanes (Imam Hatip) así como el rediseño de los
libros escolares, ahora con una presencia más visible de elementos religiosos.
A través de las escuelas también se ha tratado de introducir otro de los pilares
ideológicos más característicos de este gobierno. Este mismo año escolar en algunas
escuelas se han iniciado cursos en la enseñanza del otomano. Este cambio curricular
sigue una estela política marcada por el gobierno. El ensalzamiento del pasado glorioso
otomano une un discurso político victorioso y religioso, que ha roto con el
aislacionismo kemalista y que ha tratado de abrir Turquía a su región y al mundo. Este
discurso político ha servido tanto para consumo nacional como para la política exterior,
aunque donde realmente ha cuajado el ideario otomano ha sido a nivel nacional y en el
electorado más conservador2.
Siendo el otomanismo un pilar esencial de la “Nueva Turquía”, las
representaciones públicas de este nuevo folklore son muy numerosas, desde series de
televisión a la nueva guardia presidencial de Erdogan 3 , el ideario otomano cada vez es
más presente entre los turcos. El factor más destacable de estas nuevas representaciones
2 Fuente: http://www.hurriyetdailynews.com/ottoman-inspired-candidates-fail-in-pre-electionrace.aspx?pageID=238&nID=80750&NewsCatID=338
3 Fuente: http://www.hurriyetdailynews.com/surrounded-by-ottoman-soldiers-erdogan-toughensrhetoric-against-new-york-times.aspx?pageID=238&nID=83215&NewsCatID=338
es la pérdida de protagonismo en la historia del fundador de la República de Turquía. En
las recientes conmemoraciones de la gran victoria otomana en Galípoli, Atatürk apenas
estuvo presente en dichas conmemoraciones y se destacaron los elementos religiosos así
como los elementos más nacionalistas turcos de la guerra. La contradicción de este
discurso yace en que por un lado se ensalza este pasado glorioso y se liga a un presente
nacional, dos conceptos que muy poco tienen que ver. Los imanes, mezquitas y políticos
del AKP han ensalzado la victoria militar de Galípoli, la bandera turca y el rol del Islam
dentro del ejército otomano, obviando el carácter multiétnico y multi-religioso de ese
ejército e imperio4.
Otro de los pilares políticos del AKP, y basado en esta construcción neootomana, ha sido su política exterior. El último periodo del AKP se ha caracterizado por
su retirada regional, debido a la falta de capacidad de Turquía para romper el estatus quo
de poderes en la región. A pesar de su pujanza económica y política, Turquía no ha sido
capaz de cerrar sus “aventuras” otomanas en la región. Egipto, Libia y Siria han
expuesto la falta de liderazgo turco del mundo suní, y es ahora con el Yemen, donde
Turquía se ha visto relegada a seguir las directrices saudís. Esta política de acercamiento
a su vecindario a revuelto los problemas clásicos del Medio Oriente, dónde los grupos
étnicos dispersos pueden servir para asegurar o no las fronteras5.
Ha sido el caso kurdo el que ha puesto de manifiesto algunas incoherencias de la
política turca, y que ha resultado en un efecto boomerang para el gobierno turco. La
lucha contra el Estado Islámico por parte de las milicias kurdas del YPG y el PKK puso
al gobierno de Ahmet Davutoglu, el candidato del AKP para estas elecciones, entre la
espada y la pared. La falta de claridad del gobierno turco para acusar al Estado Islámico
de grupo terrorista, y la facilidad de Erdogan de acusar al PKK de terrorismo, ha
4 Fuente:
http://www.amazon.com/Year-Locust-Soldiers-Erasure-Palestines/dp/0520259556.
En
Galípoli fueron célebres los batallones compuestos de kurdos, armenios y árabes cristiano . Para más
información existe esta obra que es el diario de un soldado palestino que luchó bajó el imperio.
Otomano, y también en Galípoli.
5 Fuente: http://baabalshams.com/?p=4241
provocado que parte de antiguos votantes kurdos del AKP hayan optado por abandonar
sus filas6
6 Fuente: http://www.al-monitor.com/pulse/originals/2015/05/turkey-pious-kurds-abandon-akp-in-droveshdp.html.
Después del rezo, Kadiköy, Istanbul - Y. Ahmed
Es el refundado partido kurdo, el Halklarin Demokratik Partisi – Partido
Democrático del Pueblo (HDP), el que protagoniza el nuevo cambio político en
Turquía7. Este partido, arropado por los sectores más críticos a Erdogan, significa una
de las últimas esperanzas para parar el sueño presidencialista de Erdogan.
Este es el último paso para la institucionalización de la “Nueva Turquía”. La
reforma constitucional ha pasado a ser el núcleo de la campaña y de la discusión
política, en la cual Erdogan como presidente no podría participar activamente en
campaña, pero que de facto sí se ha proclamado a favor de las candidaturas del AKP,
como también ha participado en mítines políticos del AKP. Con una oposición agotada,
el HDP se erige como el único partido capaz de alterar el status quo parlamentario, y por
ende arrebatar la mayoría parlamentaria del AKP, necesaria para la reforma
constitucional.
No siendo Erdogan ningún candidato elegible para esta carrera electoral, ya que
es el presidente, él sigue siendo la figura central y más influyente de la política turca. Su
paternalismo político ha hecho de él la única figura capaz de dirigir el giro político
iniciado en 2001. Siendo el paternalismo un factor clave tanto en la sociedad turca como
en la política, los referentes políticos siempre han sobrepasado su rol de político para
actuar como modelos nacionales. Erdogan quiere cerrar una etapa en la historia política
turca, y a través de la “Nueva Turquía” refundar un país con un nuevo líder, lejos de los
sueños reformistas de la Unión Europea. Atatürk seguirá siendo el fundador de la
República de Turquía, pero Erdogan no quiere ser menos.
7 Fuente: http://baabalshams.com/?p=4817

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