04 agosto: Eggum-Bodó - AC-Mur

Transcripción

04 agosto: Eggum-Bodó - AC-Mur
4 de Agosto -lunes- .......................Bodó
18º día
Amanece un día espléndido.
Mientras recogemos, los niños aprovechan para jugar en la playa y guardan de recuerdo,
un poco de arena de este lejano y maravilloso lugar.
Continuamos con el recorrido por las Lofoten, y en el camino vemos un mercadillo vikingo.
Paramos a visitarlo. En la plaza del pueblo, se expone la vida y costumbres de sus
antepasados.
Hombres, mujeres y niños ataviados con el traje de vikingo, luchando y cocinando para
delicia de los visitantes.
Aprovechamos para degustar una especie de torta de harina con mermelada de
frambuesa. Un poco ácida para nuestro gusto.
Parecido al potaje de legumbres con verduras.
También pudimos ser testigos de una competición entre dos vikingos, de “tiro con lanza a
la bala de heno”; por cierto, no tenían muy buena puntería......ja, ja, ja.
Antes de irnos de la comuna de Vestvagoy, compramos pan en el supermercado y nos
hacemos la foto con el vikingo más malo del pueblo.
De camino a Bodó, nos encontramos con la población de Nusfjord, uno de los pueblos de
pescadores más antigüos y mejor conservados de Noruega.
Prácticamente, todo el pueblo es un museo.
Decidimos visitarlo y cogemos folletos informativos sobre él.
En ellos leemos que:
–
Sus edificios y entornos históricos conservan su carácter original.
–
Cuatro de las "rorbu" (cabañas de pescadores) de Nusfjor, van a ser declaradas
edificios protegidos.
–
Los hallazgos arqueológicos han confirmado la existencia de "rorbus" que se remontan
hasta el año 400, con lo que la pesca comercial ha existido en las Islas Lofoten y
Nusfjord desde la época de los vikingos.
Esta población tiene su propio puerto pesquero y lo más llamativo es que las casas están
situadas dentro del agua, sobre pilares de madera.
Algunas de estas casas-museo, conservan todos los aparejos de pesca.
Otras son las naves dónde se hacían los barcos, dónde se hacían las redes, la herrería, el
bar....
También se conserva la pequeña casita de madera (tamaño sauna) dónde se ahumaba el
famoso salmón noruego, toda tiznada de negro y con olor a humo.
El puerto.
Actualmente el pueblo sigue realizando actividades pesqueras pero con un nivel muy
inferior a lo que antiguamente fué.
El bacalao es el producto estrella, el cual destripan y dejan secar.
Tuvimos oportunidad de ver una de las naves donde los almacenan.
Y los trofeos. Cabezas de bacalao que, una vez secas, dan un aspecto monstruoso.
Y seguimos sobre el agua.
Estas casetas, que utilizaban los pescadores para sus quehaceres, ahora son
habitaciones de alquiler.
Nave de despiece y manipulación del pescado.
Vista del puerto desde el mirador, situado en una de las montañas que lo rodean.
Desde aquí se puede observar el enclave del pueblo. Las montañas forman una especie
de “U”, en cuyo interior se encuentran las casas.
Salida al mar.
El mirador.
Decimos adiós a Nusfjord.
Salimos maravillados del lugar, y en el trayecto nos encontramos con ¡playas de arena
blanca!. Hasta ahora no habíamos visto ninguna así por estas zonas. Todas eran rocosas
y/o con acantilados.
Bajamos a pisarlas y a dejar constancia de nuestro paso por ellas.
Estamos encantados con lo que estamos descubriendo: los paisajes, los pueblos, las
gentes, sus costumbres, las tradiciones...............todo es un gran libro viviente.
Y los niños también disfrutan y aprenden.
Sus preguntas más inquietantes: ¿por qué no se hace de noche? ¿por qué no nos entienden? ¿somos
nosotros los extranjeros? ¿por qué hace tanto frío si estamos en verano? (Referente a los glaciales):
¿por qué hay nieve en las montañas y no se derrite nunca? ¿estará ahora de día o de noche en casa?
¡renos! ¡alces! ¡castores!........................¡papá, mamá......miiiiiiira!
Playas de arena blanca. Limpias y cristalinas. Pero....¡qué desperdicio!....¡nadie se baña!
¡A ver quién es el valiente!
Dirección Mosquenes, las vistas de los fiordos siguen siendo preciosas.
Todas estas fotografías de paisajes, están hechas en marcha, sin parar la AC.
El encuentro con los puentes es constante.
Vistas sobre el puente.
Dejamos atrás el fiordo y salimos a mar abierto.
A pocos metros localizamos un área para carga/descarga de AC, junto a la carretera.
De nuevo, otra población rodea una entrada de mar.
Una vez llenos los depósitos, continuamos con el viaje.
Al igual que en otras comunas, es costumbre, dejar secar el bacalao al aire libre
colocándolo en una especie de tendederos, cubiertos por redes, para evitar el asalto de
las aves. Una vez recogido, se lleva al almacén.
Pequeña tienda-bar-freiduría.
Vista posterior de la tienda, con un salón espectacular.
En el interior de la tienda-freiduría, encontramos bacalao, salmón noruego, quesos,
cítricos........y una bonita decoración.
Incluso desde fuera, se puede elegir el pescado que uno quiera degustar, a través de un
pequeño expositor que da a la calle.
Y tras un breve paseo, decimos adios a Sakrisoy.
Enseguida llegamos a Reine, otro pueblo pesquero que merece la pena visitar.
Está situado a los pies de un circo de paredes montañosas ,que rodean la laguna que
forma la entrada de mar.
El enclave del pueblo es espectacular.
Durante todo este recorrido de Eggum a Mosquenes, el paisaje es increíble; parece que
han hecho la isla a caso hecho para visitarla. Todo está en su sitio, ¡impecable!.
Los colores aquí, resaltan más de lo habitual. Los pueblos son para quedarse a vivir.
¡Volveremos!
Una vez llegados a Mosquenes, cogemos el ferry hasta Bodó.
La cola es tremenda. Nada que ver con los ferrys anteriores. Se nota que este destino es
más importante.
En cuestión de media hora, llega el ferry al embarcadero.
Una vez preparada la rampa, primero salen los que vienen de Bodó.
Subimos a las 9:30 de la noche. Tenemos tres horas y media de recorrido por delante.
Se nota que ya nos estamos alejando bastante del norte, porque los días empiezan a
acortarse.
Nos subimos al comedor y salones del barco con una mochila llena de colores, libretas y
juegos para los peques, con la intención de hacerles más ameno el viaje.
Paseando por el salón, nos acercamos a la zona de la cafetería y optamos por probar una
tarta de chocolate que “se salía de la vitrina”.........¡hum!.......entre los cuatro le hacemos
un buen asalto.
Una vez sentados, Arturo se dedica a buscar rampas para tirar sus coches, Claudia a
escribir su relato del viaje, ayudada por papá, y entre unas cosas y otras,se pasan las
horas.
Son las 12:15 de la noche y ya empieza a aparecer el cansancio. Todavía quedan 45
minutos para llegar a Bodó.
En uno de los monitores, podemos seguir la ruta del ferry.
Desembarcamos bien tarde. Vemos un poco la capital y optamos por ir a dormir a las
afueras, en un pueblecito junto a una iglesia.
Atrás quedaron las Lofoten. Maravilla de la naturaleza.
Ya estamos en la península de Dinamarca (al oeste) y esto significa que emprendemos el
regreso a casa.

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