Perversión, sexualidad, narcisismo

Transcripción

Perversión, sexualidad, narcisismo
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Perversión, sexualidad, narcisismo
•• Janine Chasseguet-Smirgel
A fin de evitar ambigüedades, quisiera decir que mantengo el término
"perversión" sin buscarle un sustituto con connotaciones menos peyorativas. En su libro Perversion: The Erotic Form oi Hatred [La perversión:
forma erótica del odio}, Stoller (1975, pág. ix) comienza la introducción
con la siguiente afirmación: ''¿Porqué motivo elegirla uno en esta época
iluminada como titulo de un libro la palabra 'perversión; término que
va cayendo en desuso?". Agrega: "Sin embargo sostengo
! que la perversión existe". Ya se conocen los puntos esenciales de su tesis: la perversión latente es una fantasía de venganza que se disimula en las acciones que constituyen la perversión y que pretenden transformar el
trauma infantil en un triunfo adulto.
Estoy de acuerdo con Stoller: existe la perversión, y sus intenciones
maliciosas y hostiles. En última instancia, apenas importa saber si el
objeto consiente o no -aunque en última instancia la intención hostil
sea evidente-o Pero ese aspecto tiene más interés para el legislador que
para el psicoanalista. El primero, en realidad, es responsable de defender la libertad, la autonomía, la integridad y la dignidad de las
personas. El analista, en cambio, debe, sobre todas las cosas, procurar
comprender el funcionamiento psíquico de las personas que practican
las perversiones.
En el congreso de Jerusalén, en 1977, al final de una comunicación
sobre "Las conexiones entre perversión y sadismo", señalé: ((Elneurótico (suele) amedrentarse ante el perverso. Más que atribuir el miedo a
las consideraciones
sociales, ¿no podriamos pensar que percibe
intuitivamente las conexiones que tiene la perversión con el sadismo?"
(Chasseguet-Smirgel, 1978). (En ese momento yo no había leído aún el
libro de Stoller, que se tradujo al francés al año siguiente.)
La concepciónde Stoller establece que existe una íntima relación entre
la hostilidad y el odio, por un lado, y la sexualidad y la perversión, por
r..
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Trabajo presentado en el panel "Perversiones". Título original: "Perversion, Sexuality,
Narcissism",
Dirección: 82, rue de l'Université, 75007 París, Francia.
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el otro, ya que considera que el trauma infantil sobre el cual triunfa el
sujeto en el acto perverso es un ataque contra el núcleo diesu identidad
sexual.
Al asociar la hostilidad y la sexualidad en la perversión, Stoller introduce más o menos implícitamente la dimensión del narcisismo. En
efecto, el que habla de triunfo habla de júbilo del yo. El que habla de
venganza habla de recuperación narcisista: la herida narcisista queda
anulada con la venganza. Yel orgasmo perverso, según Stoller, no sólo
sería una descarga de tensión, sino una "explosión gozosa y megalomaníaca, que se traduce en liberarse de la ansiedad".
Joyce McDougall (1972) considera que cada trama perversa representa una escena primaria recreada, de la cual se excluye el problema
doloroso de la diferencia sexual -prueba de la complementariedad genital de los padres- y dentro de la cual la castración, más que amenaza, se transforma en la condición misma para la experiencia de placer.
Enfatiza el odio que siente el perverso por la madre, qui.en lo ha traicionado inevitablemente, por ejemplo, dando a luz un hermano menor.
(Sin embargo, el sujeto perverso procura en última instancia proteger
sus objetos.) La concepción de McDougall abarca asimismo la consideración del narcisismo: la escena primaria implica una frustración
pulsional (así como una excitación desmedida), una pérdida de objetos
y también una profunda herida narcisista a causa de la exclusión, no
sólo de la actividad sexual de la pareja, sino también de Lasmentes de
los padres.
Está claro que para Stoller y para McDougall, la perversión no es sólo
una expresión de una defensa, sino que posee un etiología que es en gran
parte sexual: Stoller la relaciona con el miedo a la pérdida de identidad
sexual, y McDougall, con los efectos graves de la sexualidad parental.
Con respecto a la sexualización, tomada por la psicología del yo como
un mecanismo esencial de la perversión, me parece insuficiente presentar una perversión organizada (aunque a veces pueda crear "flashes"
de conducta o representación perversa ocasional durante las separaciones de objetos significativos, en especial, del analista en Latransferencia). Me parece que necesariamente la herida narcisista debería tener
alguna relación con la sexualidad como para engendrar una perversión
estable. Un sujeto se vuelve perverso no sólo porque hay una transferencia de lo narcisista en lo sexual, sino también porque la sexualidad
perversa le permite experimentar intenso placer y triunfar precisamente allí donde había sido herido (en su orgullo sexual).
Por mi parte he propuesto, en forma similar a McDougall, una concepción de la perversión que incluye una desmentida de la actividad genital de los padres y su respectiva capacidad para ser fecundos. Subrayé, sin embargo, que la perversión constituye una tentación universal
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de la mente, la de hacer que las fronteras de lo posible retrocedan y de
subvertir la realidad.
La perversión se relaciona con la megalomanía del narcisismo, la
voluntad de poder, la hybris de los griegos. Lo que está en juego en
el acto perverso es la destrucción no sólo de la diferencia entre los sexos
y las generaciones sino, en última instancia, todas las diferencias. Éstas
constituyen la propia materia prima de la realidad. El espacio se define
sobre la base de la situación de los puntos distintos; el tiempo, tomando
en cuenta la consideración de los distintos instantes. La perversión
tiende, por el contrario, a volver a un estado de indiferenciación y
confusión. Este estado es propio de la fase anal de la sexualidad donde
los objetos, las zonas erógenas, los valores, etcétera, son sometidos, por
así decir, al mismo tratamiento que las partículas alimenticias en el tubo
digestivo, hasta su homogeneización final, momento en que una parte
de ellas se transforma en excremento. Este retorno al universo anal
(véase Freud, 1917, "Sobre las trasposiciones de la pulsión, en particular del erotismo anal") permite al sujeto remontar la experiencia afectiva
de impotencia, pequeñez e ineficacia infantil con respecto a la sexualidad parental así como el miedo a la castración y a la muerte (las heces
pueden, en efecto, renovarse indefinidamente). El acto perverso es
equivalente al procedimiento mágico que hace que un nuevo universo
emerja de las profundidades del caos.
Al realizar la comparación del mito bíblico en el que Dios crea al mundo
-basado en la separación, la diferenciación y la designación, tal como
se describe en el Génesis- con el proceso perverso, como puede deducirse de las obras del Marqués de Sade, establecí que la perversión constituye la reescritura de la Biblia, aunque en orden inverso. El sujeto
perverso procura destronar a Dios Padre y apropiarse de su poder
creador para retornar al caos, a la confusión que Dios diferenció en el
acto de crear el mundo tal como es hoy.
"Somos dioses", exclama el personaje de Sade. y el carácter omnipotente y de semidiós que tiene la perversión se evidencia en el apellido
de Sade, otorgado por sus admiradoras: "El divino Marqués". El narcisismo, sacudido fuertemente hasta la ruptura por la existencia de la
sexualidad genital de los padres, es el vencedor (por un momento fugaz) de esta destrucción de la realidad en la que los cuerpos han sido
deshumanizados y reducidos a una sustancia infinitamente maleable.
Si elegí evocar aquí el aspecto más especulativo de mi concepción de
la perversión fue con el propósito de rendir un homenaje final a la sexualidad. Green, en su comunicación preliminar, nos recuerda que el impulso Sexu'al humano, a diferencia del de los animales, no se limita a
períodos de celo y, refiriéndose a Winnicott, hace de esta fuerza pulsional
más constante "un poderoso factor para la elaboración imaginativa". ¿Es
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posible concebir, en efecto, una actividad de la fantasía, una actividad
simbólica, que no tenga raíces en la pulsión sexual, sus fuentes y sus
objetos? La actividad intelectual está marcada por su origen sexual y
nuestro vocabulario lleva el sello de ese origen.
"Concebimos" por medio de la mente que crea "concepciones", utiliza
"conceptos", y está "impregnada" de ideas extrañas. La palabra en inglés para "entender" [understand] (pararse debajo de), bien podría tener origen, como dice Robert Fliess (1956, citado por L. Shengold [1991],
en Father, Don 't you See I'm Burning), en la curiosidad sexual infantil
que obliga al niño a mirar debajo de la pollera de su madre.
La curiosidad sexual infantil, el deseo de perforar el misterio de la
procreación, el de la intimidad de los padres y sus cuerpos, impulsará
al niño a crear teorías sexuales "llenas de ingenio" (Freud, 1908), el
prototipo de pensamiento especulativo. La actividad simbólica tiene su
punto de origen en la proyección de las partes del cuerpo, las propias
o las del objeto, especialmente las de la madre, sobre el ambiente natural o artificial.
Todo acto creativo probablemente tenga como modelo el acto sexual
genital de fecundación o, por el contrario, un acto sexual perverso que
se propone crear una nueva realidad. En las sociedades tradicionales,
se practicaban rituales mágicos que implicaran actos de fecundación
sexual, que se realizaban en el campo a fin de invitar a la naturaleza
a imitarlos, y así producir ricas cosechas. A fin de obtener un injerto,
es decir, una operación que no tiene su correlato en la naturaleza, ciertos
pueblos, según Mircea Eliade (1956-1977, Blacksmiths and Alchemists)
[Herreros y alquimistas;' ritualmente realizaban actos sexuales que iban
"en contra de la naturaleza" (es decir, perversos).
Dichos actos mágicos de imitación sólo pueden concebirse gracias a la
existencia de una relación establecida por la actividad simbólica entre
el cuerpo y la sexualidad humanos, por un lado, y el medio ambiente,
por el otro. Son estos datos los que me han llevado a creer que la frecuencia de las perversiones en los momentos a los que preceden grandes convulsiones históricas nacen de un deseo inconsciente de producir
el advenimiento de nuevas formas políticas y sociales de organización.
Por lo tanto, la perversión bien podría ser algo más que una desviación
sexual pintoresca. Esto se debe a que la sexualidad misma, por sus
meapdros y flujos, adquiere un significado que va mucho más allá del
intefeambio sexual en sí.
(Traducción de Cynthia Mansfield)
DB8CRIPl'ORK8:
PERVERSIÓN
I NARCISISMO
/ SEXUALIDAD

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