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Transcripción

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La purificación en el honrado Alcorán
Introducción
Este texto es un estudio de la purificación, según mis
alcances, ateniéndonos exclusivamente a lo que dice al
respecto el honrado Alcorán. Entiendo que existe una
visión ritualista de la purificación que no es acorde a lo
que dice el honrado Alcorán y que detrae de las ventajas
y facilidades para la sinceridad y la vida espiritual que
ofrece el honrado Alcorán a los creyentes. El ritualizar la
purificación en el derecho canónico ha resultado en lo
que me parecen excesos como el decir que que no es
válido un azalá que no reúna todas las condiciones
fijadas por el derecho canónico (válido para quien o para
qué?) y en cosas tan drásticas y peregrinas como la
prohibición el azalá y el ayuno a las mujeres cuando
tienen la regla.
No me cabe duda de ese resultado no es fruto de
malevolencia por parte de ninguno de los doctores del
fiqh que nos precedieron. Estoy segura de que al, menos
en muy buena parte, estuvieron movidos por limpios
sentimientos de hermandad dados su momento y
circunstancias.
Sin embargo, hoy día y a la luz del honrado Alcorán,
ante algunas elaboraciones del fiqh que han podido ser
de lo más oportuno en su día, tal vez habría que volver
la mirada al honrado Alcorán sin intermediarios y, tal
como nos manda, razonar, reflexionar, pensar y sacar de
él las enseñanzas más puras ya que, como él mismo dice
en las azora 80, aleya 14, y en la 98, aleya 2, se trata de
una escritura que ha sido purificada.
Veamos, pues, qué nos dice el honrado Alcorán.
Una confusión mayor en los significados de la
purificación parece ser el entender ésta como sinónimo
de lavado, ablución o baño, dejando así de lado el
sentido real de la palabra en el árabe del honrado
Alcorán para darle un valor ritualista y un sentido
jurídico fijo que no es parte de la revelación sino algo
elaborado por la práctica del derecho canónico, sentido
que luego se ha aplicado retroactivamente el texto del
honrado Alcorán, subordinando éste a los criterios
humanos elaborados a lo largo del tiempo.
Se reproducen a continuación las aleyas en que, con
verbos o sustantivos, se habla de la purificación.
Hay dos verbos árabes que denotan el purificar o
purificarse, a saber, Tahhara y taTahhara. Ambos son de
la misma raíz T-h-r. El Tahhara, de la forma verbal II, es
transitivo, es algo que se ha hace a otra persona u otra
cosa. El taTahhara tiene el mismo significado pero es
intransitivo, es algo que se hace uno a sí mismo.
A continuación se reproducen en cuadros las aleyas en
que aparecen los verbos mencionados seguidas de su
traducción al castellano. Igualmente otra aleya en la que
aparece la palabra "yunub" que también hace al caso.
Debajo del cuadro se hará el comentario de la aleya o
aleyas.
Aleyas y comentarios
Con el verbo Tahhara:
Comentario:
Vemos que Dios, en esta aleya, purifica a alguien y
se entiende con toda facilidad que esa purificación no
consiste en ningún lavado o ablución y ni siquiera en
ningún gesto físico. Además, a tenor de todo el
contenido del honrado Alcorán y de la historia de
Maryam, se entiende que la purifica sobre todas las
mujeres para una finalidad clara, la de su cometido
espiritual como enviada divina con una misión
específica que entrañaba enorme sacrificio.
Comentario:
1. Como en el caso de Maryam, a quien Dios purifica
con una finalidad, también en esta aleya la purificación
tiene una finalidad: pasar a hacer el azalá.
2. En esta aleya aparecen los dos verbos, Tahhara y
taTahhara. Primero el taTahhara. Se dice a los hombres
que se purifiquen (taTahhara) si están Yunub y al final
explica que Dios quiere purificarnos (Tahhara).
3. Manda en detalle lavarse (aghsilu), con palabras
que cuyo significado habitual es precisamente lavarse,
palabras completamente distintas de Tahhara y
taTahhara y de las de esa raíz.
4. Y, si se está “Yunub” (veremos esta palabra más
adelante), manda purificarse y, en esta ocasión, no dice
que haga falta lavarse en caso de estar “Yunub”
(Aunque sí lo dice en la otra aleya, 4.46, en que aparece
la palabra en el mismo contexto), si bien, como se habla
de hacer el azalá y de todas formas ya hay que lavarse
para ello, cabe entender que “Yunub” es un estado que
exige por sí sólo purificación, distinta de la de lavarse o
además de ella.
5. Se Ha solido traducir un “pero” antes de “si estáis
enfermos” y, si bien es cierto que la conjunción wa (y)
puede tener un uso adversativo, en este caso ¿se deriva
necesariamente del original ese significado adversativo o
está sólo en la idea del traductor? El significado también
queda perfectamente claro si se toma como la conjunción
copulativa “y” habitual y se traduce, sin adversatividad
ninguna, con un simple “y si estáis enfermos…” puesto
que la manera en que discurre la aleya parece indicar
que se hace una relación de tres circunstancias distintas:
a) “cuando os dispongáis a rezar”, sin ninguna
circunstancia modificativa, b) “si estáis “Yunub” y c) “si
estáis enfermos, de viaje o si...”, es decir el caso general y
dos casos particulares.
6. Dios quiere purificarnos.
Vemos que Dios purifica y los hombres se purifican.
Para que Dios purifique, los hombres, a su vez, han de
purificarse. El lavarse sería una de las cosas que se
pueden hacer como parte de la purificación o para
ayudar a ella. En el caso del azalá se advierte que lo que
cuenta no es tanto el hecho de estar perfectamente
limpio desde el punto de vista físico como la intención
de purificarse para el azalá, ya que, si no hay agua con
qué lavarse, vale buscar arena o tierra limpia y
pasársela. Y fijémonos bien en lo que dice a
continuación: “Dios no quiere imponeros la dificultad
(YarH) sino que quiere purificaros y concederos la
medida completa de Sus bendiciones para que esto os
mueva a ser agradecidos”.
Si esta última frase de la aleya 5.6 se colocase frente a
frente con la presunta prohibición (nada menos que
prohibición) de hacer el azalá mientras se tiene la regla
se podría pensar que Dios es incoherente, astaghfirullah, porque para media humanidad no es que no facilite
o que imponga dificultad, es que sencillamente hace del
todo imposible conceder "la medida completa de Sus
bendiciones para que esto os mueva a ser agradecidos"
durante mucho días al año, durante muchos años. ¿Negó
Dios a Maryam la medida completa de sus bendiciones?
Naturalmente, como no es Dios quien prohíbe rezar a
las menstruantes sino que se trata de una suposición de
algunos, guiados tal vez por otras tradiciones o usos
culturales y no por la guía divina del honrado Alcorán,
lo que hace esa última frase de la aleya es dejar patente,
si ya no lo estuviera, que Dios no impide a nadie
alcanzar “la medida completa de sus bendiciones” (que
traduce Asad) y de lo dicho se entiende que si el azalá
no es la medida completa de las bendiciones divinas, por
lo menos sí forma parte de esa medida completa que
Dios quiere que alcancemos todos varias veces al día
cuando hacemos el azalá.
A menos, claro, que se entienda que Dios está
constreñido por las ideas de pureza ritual elaboradas
por los hombres y es impotente (astaghfirul-lah) para
decretar por Sí mismo lo que quiere que sea puro y lo
que quiere que no lo sea y que por tanto no tiene
autoridad para librar a las mujeres de la suposición de
impureza ritual que los hombres (varones o mujeres), no
Dios, han adjudicado a la regla.
Comentario:
Una vez más el Tahhara no entraña ritual ni lavado. Y
la finalidad de la purificación en este caso hubiera sido
librar a los interesados de la hipocresía, de su afición a
negar la verdad, etc. Y no se los purifica porque se
entiende que ellos, con su actitud, ya están diciendo que
no quieren purificarse para ver la verdad y vivir con ella
y sin hacer trampas, que sería en este caso la finalidad de
la hipotética purificación.
Comentario:
Tampoco en este caso puede decirse, aunque haya
agua de lluvia, que se trata de un lavado en sentido
literal y con esa purificación del agua de lluvia parece
que los hace despertar, refrescarse y librarse así de los
susurros malsanos que socavan desde dentro de uno
mismo.
Comentarios:
A la 9.103: En este caso es el Profeta el que mediante la
aceptación de los bienes de quienes los dan por amor a
Dios purifica a los dadores. Semejante a lo que ocurre
con el azaque, que purifica los bienes bien adquiridos.
A la 33.33.33: Igual que en casos anteriores, Dios quiere
purificar. Aun siendo la familia del Profeta, D..b.s., de
elevada condición moral y espiritual, sólo Dios es
absolutamente puro y todos, pues, estamos necesitados
de contiua purificación en nuestro camino de vuelta a Él.
Comentarios:
A la 22.26: Cabe decir lo mismo que con respecto a la
2.125.
A la 74.4: Entiéndase que no dice que lave su ropa,
aunque seguramente la indicación comprende la
pulcritud de la vestimenta. En el conjunto de la azora,
cabe entenderlo como que no envuelva con sus ropas
ningún acto que no sea de pureza extrema, que su
mensaje no se vea contaminado por ropas mal obtenidas
por ejemplo o regalo indebido o que todo en él ha de
estar por encima de cualquier mácula, para que el vaso
por el que llega el honradísimo Alcorán sea
incontaminado por ninguna flojedad terrena y la
limpieza material sería una parte de la pureza general de
la persona.
Comentarios:
A la 3.55: Dios purifica el nombre de 3isa de forma que
no lo manche la maldad de los negadores.
A la 2.25: Nuevamente, no es que nadie haya lavado a
nadie sino que Dios ha purificado a esos seres para
llegar a ese estado de dicha ultra terrena.
Comentario:
A la 4.47 y 3.15: Como en la 3.25, no es que nadie haya
lavado a nadie sino que Dios ha purificado a esos seres
para llegar a ese estado de dicha ultra terrena.
A la 56.79: Hay quienes lo interpretan en un sentido
ritual de que para tocar, es decir, como se toca con las
manos, un libro que contenga el honrado Alcorán es
preciso lavarse antes., lo que llama hacer la ablución. Sin
embargo, teniendo en cuenta el contexto y que el
honrado Alcorán sigue siendo el honrado Alcorán
aunque no se tenga a mano ningún libro material que lo
contenga y que se puede saber todo el libro entero y no
tener necesidad de tocar ningún libro físicamente y que
en tiempos en los que los libros no estaban al alcance era
en la memoria o escuchándolos como la gente disponia
de ellos, es indudable que la aleya ha de interprestarse
en el sentido de la pureza de voluntad e intenciones.
Naturalmente eso no quita para que se trate con el
debido respeto el libro impreso que contenga el honrado
Alcorán.
Comentario:
A la 80.14 y 98.2: Ambas hablan de las escrituras. ¿Se
puede purificar una escritura? Sin duda las escrituras
reveladas son de por sí, por su origen divino, tan puras
como pueda ser una escritura.Se entiende que Dios las
despoja de todo lo que pudiera ser falaz, inútil,
dudoso... Falta sin duda que quien las recibe se
purifique asimismo para que esas escrituras purificadas
ingresen en su mente y corazón. Es decir los libros son
honrados y purificados a la medida de la mente que los
contempla.
(Continúa)
Verbo taTahhara
Lo encontramos en las siguientes aleyas:
Comentario:
Dice primero yathurna. Se trata de la tercera
persona del plural femenino del verbo Tahara, forma I,
es decir, de la misma raíz que los dos verbos
mencionados como (Tahhara y taTahhara), que significa
estar limpio de algo. Luego dice “y se hayan purificado”.
Aquí son ellas las que se purifican a sí mismas. Ya
hemos visto que purificar no entraña lavarse, aunque
dependiendo de lo que se trate puede incluirlo. En este
caso, el lavarse sería una cuestión de higiene y limpieza
personal y no de purificación de la índole que se suele
entender, y mucho menos ritual, que sólo es requerida
para el azalá. Como es patente, en este caso no se habla
para nada del azalá ya que de lo que se ha tratado es de
que los maridos, ellos, no las requieran cuando se
sienten molestas. Una vez que ha pasado la molestia y
que ellas se sientan libres, purificadas, de ella, ellos ya
pueden volver a solicitar a las mujeres.
Siendo el verbo reflexivo y habiéndose ya dicho que
han dejado de sangrar (yaThurna), cabe entender que
una cosa para ellas es que ya no sangren y otra es que
ellas ya se sientan en condiciones para la cuestión de que
se trata que son las relaciones carnales, que era por lo
que se le preguntó al Profeta. Es decir, hay dos finales,
uno el objetivo, ya no pierden sangre, y el otro lo que
ellas experimentan como verse libres de molestia.
Cuando al final de la aleya dice “Ciertamente, Allah ama a los que se arrepienten y ama a los que
se purifican(mutaTahhirin), este “mutaTahhirin” (los
que se purifican) está en plural masculino o genérico, en
lo que es seguro que no está es en plural femenino. Lo
que nos viene a indicar que de lo que se ha hablado no
es de ninguna impureza ritual de la regla. Cuando en el
honrado Alcorán se dice que Dios ama a quienes hacen
esto o aquello, siempre lo que se hace es algo voluntario,
algo en lo que los creyentes se esfuercen para ser
mejores. La regla no es algo que dependa de la voluntad
de nadie, ni el comenzarla ni el terminarla, por eso estos
mutaTahhirin de que se habla difícilmente pueden ser
ellas.
Los que se han purificado absteniéndose de
importunarlas son ellos, que han purificado sus
relaciones conyugales mostrando consideración y
deferencia a sus mujeres en esos días. Esa es la
purificación de sus actos conyugales, lo mismo que el
azaque (la donación o caridad) es la purificación de la
posesión de los bienes que se tengan. Si las necesitadas
de purificación mediante lavado -y el lavado sí es
voluntario- en todo este asunto hubieran sido ellas por
que la regla en sí fuese impura, entonces el honrado
Alcorán no hablaría de “los que se purifican” sino de
“las que se purifican”. En realidad, y según la aleya 5.6,
todo el mundo debe lavarse para hacer el azalá y
específicamente se dice que hay que purificarse de esa
manera o con arena si se ha tenido relación carnal. Sería
el sumun del absurdo que se exigiera a nadie hacer ese
lavado ritual para acto seguido cometer actos que
después hacen necesario purificarse lavándose antes del
azalá. Para el acto carnal no es exigible ningún lavado
ritual que purifique. Está claro, pues, que la impureza en
forma de molestia de ellas no es para el azalá, sino para
las relaciones carnales. Y la impureza de ellos sería
importunarlas a ellas. El buen uso de algo es la
purificación de ese uso. Una relación carnal en la que
hay abuso, evidentemente no es pura ni purificada.
Si la regla hubiera sido un impedimento apara el
azalá, esa misma aleya 5.6 hubiera podido contener ese
impedimento. Pero ni lo contiene esa aleya ni ninguna
otra. Si hay alguien, pues, que piensa que la mujer no
debe hacer el azalá ni el ramadán cuando tiene la regla,
ese alguien no es Dios y ni las mujeres ni los varones
necesitan ningún intermediario para adorarlo a Él ni
para plegarse a lo que Él disponga.
Comentario:
Reléase lo dicho a propósito de esta aleya al tratar
del verbo Tahhara en la primera parte del estudio.
Comentarios:
A la aleya 9.108: Si los hombres aman purificarse, y
seguro que no consiste sólo en lavarse y que el lavarse
sería lo de menos, entonces Dios los ama a ellos.
Hermoso paralelismo.
A las aleyas 7.82 y 27.56: Esas palabras las dice la gente
o gentuza de Lut hablando de los seguidores de éste.
Una vez más, podemos suponer que esa gente hacia
lavados rituales o no suponerlo, en cambio lo que no
podemos dejar de entender es que se purificaban
obrando con pureza y evitando los vicios. Es decir, se
trata de pureza moral y de rectitud, no de lavarse x
veces al día. Nada nos dice por otra parte que los
enemigos de Lut no se lavasen. De hecho se sabe de
gente muy viciosa y de costumbres muy licenciosas y,
sin embargo, muy civilizados y aficionadísimos a
pasarse la vida en el baño.
La palabra "yunub"
Una última consideración en este tema, al menos de
momento, es el significado de Yunub. Se ha traducido
muchas veces como estado de impureza ritual. En vista
de todo lo que precede cuesta creer ahora que el
honrado Alcorán establezca categorías de pureza ritual.
En cualquier caso, en ninguna parte del honrado
Alcorán se da una definición de Yunub. Eso me hace
pensar que el honrado Alcorán no le da ninguna
significación especial fuera de lo que fuese su sentido
corriente. El significado de Yunub es "forastero", alguien
que no es de la misma tribu, también, en plural, “lados”
“costados”.
No se aprecia que aquí se clasifiquen las
“impurezas” como rituales o no rituales sino que se citan
cosas que hay que hacer o no hacer para el azalá. El
Yunub, atendiendo a su significado, tal como aparece,
me recuerda un poco la expresión francesa “a coté” en el
sentido de “sin estar en lo que se está” “fuera de caja” y,
en vista del significado de la palabra en sí, del contexto y
de que cuando hablamos de rezar o meditar la
concentración es primordial, tal vez por Yunub pudiera
entenderse “distraído”, “con la mente dispersa", "sin
concentración". Su mención inmediatamente después del
estado de enajenación alcohólica hace pensar que bien
puediera ser precisamente eso, un estado mental que, a
nuestro pesar, nos impidiría sacar provecho de la
oración. Para lograr esto último, se nos invita a
purificarnos, se menciona el lavado, pero es evidente
que no se desprende de nada que se trate de una
impureza corporal, sino de una impureza a efectos del
azalá en sí, que es algo que trasciende lo corporal y que
consistiría en llevar la atención a aquello a lo que nos
vamos a dedicar quitándonos la atención de otras cosas.
Por otra parte en esta aleya, como en la 5.6, se ve
que el lavado no se indica sólo para el caso de haber
hecho uno sus necesidades o de haber mantenido
relaciones sexuales sino que se dice que siempre, para
hacer el azalá, es preciso lavarse, es decir, la purificación
no es por este u otro motivo uno se haya impurificado
sino que de lo que se trata es de ponernos en un estado
de purificación previa al azalá, o sea de ponernos en las
mejores condiciones para concentrarnos en el azalá y
vivirlo con el mayor provecho. Yunub, en realidad,
parece el estado menos propicio para el azalá y el
lavarse y el concentrarse en la preparación debería ser
un instrumento para recogerse de la dispersión. Creo
que es al Yunub a lo que se responde con la
“formulación de la intención” antes del azalá, como se
nos enseña cuando aprendemos a hacerlo. O sea, con ese
lavado, con esa formulación de la intención se trata de
encauzar el ánimo y el pensamiento a la consciencia del
amor divino alejándolo de lo mundano. Y es aquí una de
las veces en que siento que la sunna no se basa en los
hadices, o no principalmente, sino en la tradición de
padres a hijos, de boca a boca, como el honrado Alcorán.
Comentario final
La purificación no es algo puramente religioso. Es
un concepto general y existe en todos los dominios de la
vida humana. Cuando se trabaja en la química se
purifican las sustancias y se purifican hasta el grado
necesario para la tarea propuesta; cuando planea hacer
hacer cualquier cosa se aclaran las ideas, se las despoja
de lo superfluo, se purifican en suma. Un escrito se
repasa y se repasa hasta dejar en él sólo lo que debe estar
en él y hace al caso de lo que se trate, es decir, se purifica
el escrito. La purificación es, pues, un fenómeno y
actividad universal en todos los órdenes.
De todas las aleyas citadas en este estudio se
desprende sin dificultad que la purificación no es un
rito, sino un proceso real y efectivo por el que lo que sea
que se persiga se procura aquel estado de purificación
que permita hacerlo depuradamente, sin confusión y con
integridad. Si se reza, se reza y no se piensa en el
presupuesto del próximo mes o en si nos faltan 102
euros para llegar a él. Si se lava uno porque está sucio,
uno mira bien de que se le quite toda la mugre o los
pintarrajos de bolígrafo o todo lo que detraiga de esa
limpieza. Si se lava para rezar, mira bien de despojarse
de todos los pensamientos y estados de ánimos que lo
desvíen de ese propósito y, para ello, el poner la
atención en el lavado ayuda a salir de otras ocupaciones
mentales. La finalidad no es estar limpio sino estar en el
rezo, hacer los gestos que nos ayuden a concentrarnos en
la entrega a la presencia divina. Cuando en la aleya 2.222
se habla de purificarse de la menstruación para
mantener relaciones sexuales, es precisamente de eso de
lo que se trata, de poder concentrarse en esas relaciones
sin la rémora de las molestias y el malestar. Es decir, la
purificación es para algo en concreto y, en el plano
espiritual, para la finalidad general de acercarnos más a
la conciencia de la relación con nuestro Creador.
Otra cosa que cabe señalar es que cuando en el
honrado Alcorán se habla de purificar no
necesariamente se parte de que se haya hecho algo
impuro o de que se este particularmente impuro puesto
que Dios purifica también a los profetas y a las personas
puras, las purifica más. Es decir, algo puede ser puro y
sin embargo purificarse más o purificarse para alguna
finalidad específica como, en el caso de Maryam, para
ilustrar algo que Dios nos ha querido enseñar y que
parece que no queremos aprender. Pero ése sería ya otro
capítulo que, Dios mediante, también trataremos en esta
página de Honrado Alcorán.
Los errores míos, los aciertos divinos.
La purificación en la vida espiritual es un tema de
por sí importante y, en la vertiente religiosa, hay que
tener en cuenta que un exceso en los aspectos materiales
puede mover más a un ritualismo vacío de contenido
que a la práctica sincera, dando el primer lugar a las
muestras externas y suscitando condiciones de
inequidad que no sólo no son conformes al honrado
Alcorán sino que lo contradicen, como sucede cuando se
prohíbe a las mujeres ayunar o hacer el azalá durante la
regla a cuenta de una idea de la pureza y la purificación
que no se sustenta en el honrado Alcorán sino en
prejuicios y tradiciones ajenas a él. Trataremos, pues, de
ver en que nos dice el honrado Alcorán en esta materia.
Una confusión mayor en los significados de la
purificación consiste en entender ésta como sinónimo de
lavado, ablución o baño, dejando así de lado el sentido
real de la palabra en el árabe del honrado Alcorán para
darle un valor ritualista y un sentido jurídico fijo que no
es parte de la revelación sino algo elaborado por la
práctica del derecho canónico, sentido que luego se ha
aplicado retroactivamente el texto del honrado Alcorán,
subordinando éste a los criterios humanos elaborados a
lo largo del tiempo.
Se reproducen a continuación las aleyas en que, con
verbos o sustantivos, se habla de la purificación.
Hay dos verbos árabes que denotan el purificar o
purificarse, a saber, Tahhara y taTahhara. Ambos son de
la misma raíz T-h-r. El Tahhara, de la forma verbal II, es
transitivo, es algo que se ha hace a otra persona u otra
cosa. El taTahhara tiene el mismo significado pero es
intransitivo, es algo que se hace uno a sí mismo.
Aleyas (original y traducción)
Verbo Tahhara
Aparece en las siguientes aleyas :
3.42 “Y, he ahí, que los ángeles dijeron: "¡Oh
Maryam! Ciertamente, Dios te ha escogido y te ha
purificado (Tahhara) y te ha exaltado sobre todas las
mujeres de la creación.”
Comentario:
Vemos que Dios, en esta aleya, purifica a alguien y
se entiende con toda facilidad que esa purificación no
consiste en ningún lavado o ablución y ni siquiera en
ningún gesto físico. Además, a tenor de todo el
contenido del honrado Alcorán y de la historia de
Maryam, se entiende que la purifica sobre todas las
mujeres con una finalidad, la de su cometido espiritual
como enviada divina con una misión específica.
5.6 “¡OH VOSOTROS que habéis llegado a creer!
Cuando os dispongáis a hacer el azalá, lavaos (aghsilu)
la cara, las manos y los brazos hasta los codos, y pasaos
las manos ligeramente por la cabeza y los pies hasta los
tobillos. Y si estáis Yunub, purificaos (taTahhara). Y si
estáis enfermos o de viaje, o acabáis de hacer vuestras
necesidades, o habéis cohabitado con una mujer y no
encontráis agua, recurrid a tierra limpia y pasáosla
ligeramente por el rostro y las manos. Dios no quiere
imponeros la dificultad sino que quiere purificaros
(Tahhara) y concederos la medida completa de Sus
bendiciones, para que esto os mueva a ser agradecidos.”
Comentario:
1. Como en el caso de Maryam, a quien Dios la
purifica con una finalidad, también en esta aleya la
purificación tiene una finalidad: pasar a hacer el azalá
2. En esta aleya aparecen los dos verbos, Tahhara y
taTahhara. Primero el taTahhara. Se dice a los hombres
que se purifiquen (taTahhara) si están Yunub y al final
explica que Dios quiere purificarnos (Tahhara).
3. Manda en detalle lavarse (aghsilu), con palabras
que cuyo significado habitual es precisamente lavarse,
palabras completamente distintas de Tahhara y
taTahhara y de las de esa raíz.
4. Y, si se está “Yunub” (veremos esta palabra más
adelante), manda purificarse, y en esta ocasión no dice
que haga falta lavarse en caso de estar “Yunub”
(Aunque sí lo dice en la otra aleya, 4.46 en que aparece la
palabra en el mismo contexto), si bien, como se habla de
hacer el azalá y de todas formas ya hay que lavarse para
ello, cabe entender que “Yunub” es un estado que exige
por sí sólo purificación, distinta de la de lavarse of
además de ella.
5. Se Ha solido traducir un “pero” antes de “si estáis
enfermos” y, si bien es cierto que la conjunción wa (y)
puede tener un uso adversativo, en este caso, ¿se deriva
necesariamente del original ese significado adversativo o
está sólo en la idea del traductor? El significado también
queda perfectamente claro si se toma como la conjunción
copulativa “y” habitual y se traduce, sin adversatividad
ninguna, con un simple “y si estáis enfermos…”, puesto
que la manera en que discurre la aleya parece indicar
que se hace una relación de tres circunstancias distintas:
a) “cuando os dispongáis a rezar”, sin ninguna
circunstancia modificativa, b) “si estáis “Yunub” y c) “si
estáis enfermos, de viaje o si...”, es decir el caso genera y
dos casos particulares.
6. Dios quiere purificarnos.
Vemos que Dios purifica y los hombres se purifican.
Para que Dios purifique, los hombres, a su vez, han de
purificarse. El lavarse sería una de las cosas que se
pueden hacer como parte de la purificación o para
ayudar a ella. En el caso del azalá, se advierte que lo que
cuenta no es tanto el hecho de estar perfectamente
limpio desde el punto de vista físico como la intención
de purificarse para el azalá, ya que, si no hay agua con
qué lavarse, vale buscar arena o tierra limpia y
pasársela. Y fijémonos bien en lo que dice a
continuación: “Dios no quiere imponeros la dificultad
(YarH), sino que quiere purificaros y concederos la
medida completa de Sus bendiciones, para que esto os
mueva a ser agradecidos”.
Si esta última frase de la aleya 5.6 se colocase frente
a frente con la presunta prohibición (nada menos que
prohibición) de hacer el azalá mientras se tiene la regla
se podría pensar que Dios es incoherente, astaghfirullah, porque para media humanidad no es que no facilite
o que imponga dificultad, es que sencillamente lo hace
del todo imposible durante mucho días al año, durante
muchos años.
Naturalmente, como no es Dios quien prohíbe rezar
a las menstruantes sino que se trata de una suposición
de algunos, lo que hace esa última frase de la aleya es
dejar patente, si ya no lo estuviera, que Dios no impide a
nadie alcanzar “la medida completa de sus bendiciones”
(que traduce Asad) y de lo dicho se entiende que si el
azalá no es la medida completa de las bendiciones
divinas, por lo menos sí forma parte de esa medida
completa que Dios quiere que alcancemos todos varias
veces al día cuando hacemos el azalá.
A menos, claro, que se entienda que Dios está
constreñido por las ideas de pureza ritual elaboradas
por los hombres y es impotente (astaghfirul-lah) para
decretar por Sí mismo lo que quiere que sea puro y lo
que quiere que no lo sea y que por tanto no tiene
autoridad para librar a las mujeres de la suposición de
impureza ritual que los hombres (varones o mujeres)
han adjudicado a la regla.
5.41 ¡OH ENVIADO! No te aflijas por aquellos que
compiten entre sí en negar la verdad: como aquellos que
dicen con sus bocas, “Creemos”, pero sus corazones no
creen; y como aquellos seguidores del judaísmo que
escuchan ávidamente cualquier falsedad, escuchan
ávidamente a otra gente sin venir a ti. Tergiversan el
sentido de las palabras, sacándolas de su contexto y
diciendo: “¡Si tal o cual os es dado a vosotros, aceptadlo;
pero si no os es dado a vosotros, poneos en guardia!”
[No te aflijas por ellos --] pues, si Dios dispone que
alguien sea tentado al mal, no podrás tú obtener de Dios
nada en su favor. Esos son aquellos a quienes cuyos
corazones Dios no quiere purificar. Sufrirán ignominia
en esta vida y un terrible castigo en la Otra Vida;
Una vez más el Tahhara no entraña ritual ni lavado.
Y la finalidad de la purificación en este caso hubiera sido
librar a los interesados de la hipocresía, de su afición a
negar la verdad, etc. Y no se los purifica porque se
entiende que ellos, con su actitud, ya están diciendo que
no quieren purificarse para ver la verdad y vivir con ella
y sin hacer trampas, que sería en este caso la finalidad de
la hipotética purificación.
8.11 [Recuerda] cuando Él hizo que se adueñara de
vosotros una calma interior, como una garantía Suya, e
hizo descender sobre vosotros agua del cielo para
purificaros (yuTahhira) con ella y liberaros de los
susurros de Satán, fortalecer vuestros corazones y
afirmar así vuestros pasos.
Tampoco en este caso puede decirse, aunque haya
agua de lluvia, que se trata de un lavado en sentido
literal y con esa purificación del agua de lluvia parece
que los hace despertar, refrescarse y librarse así de los
susurros malsanos que socavan desde dentro de uno
mismo.
9.103 [Así pues, Oh Profeta,] acepta esa [porción] de
sus bienes ofrecida por amor a Dios, para que puedas así
limpiarlos (tuTahhiruhum) y hacer que crezcan en
pureza (tuzakkihum), y reza por ellos: ciertamente, tu
oración será [una fuente de] sosiego para ellos --pues
Dios todo lo oye, es omnisciente.
En este caso es el Profeta el que mediante la
aceptación de los bienes de quienes los dan por amor a
Dios purifica a los dadores.
33.33 Y permaneced discretamente en vuestras
casas y no os acicaléis como solían hacer en tiempos de
la ignorancia; y sed constantes en la oración, pagad el
azaque y obedeced a Dios y a Su Enviado: pues Dios
sólo quiere apartar de todos vosotros, Oh gente de la
casa, cualquier inmundicia, y purificaros (yuTahhira)
hasta una pureza perfecta (taThiran).
Igual que en casos anteriores, Dios quiere purificar.
Aun siendo la familia del Profeta, D..b.s., de elevada
condición moral y espiritual, sólo Dios es absolutamente
puro y todos, pues, estamos necesitados de contiua
purificación en nuestro camino de vuelta a Él.
2.125 Y, HE AHÍ, que hicimos del Templo un centro
al que la gente pudiera acudir una y otra vez y un lugar
de refugio: tomad, pues, como lugar de oración el lugar
en el que Abraham se situaba. Y encomendamos esto a
Abraham e Ismail “que purificaran (Tahhira) Mi Templo
para los que han de dar vueltas en torno a él, los que
permanecerán en retiro junto a él y los que se inclinarán
y se postrarán.”
Indudablemente, se entiende que se cuidaría la
limpieza del templo pero seguramente no es sólo de la
limpieza material del templo de lo que se habla cuando
habla de purificar sino de purgarlo de todo lo que
distraiga de la consciencia divina, sean mercaderes,
ídolos; sean olores, o ruidos; sean malos pensamientos o
malas palabras o, como se dice en otra aleya hablando
de acudir al azalá, la inconsciencia del alcohol o de otras
drogas, etc.
22.26 Pues, cuando señalamos a Ibrahim el
emplazamiento de este Templo, [le dijimos:] "¡No
atribuyas divinidad a nada junto a Mí!" --y: "¡Purifica
(Tahhir) Mi Templo para los que han de dar vueltas en
torno a él, los que permanecerán en retiro junto a él y los
que se inclinarán y se postrarán.
Cabe decir lo mismo que en el caso anterior.
74.4 ¡Y tus ropas purifica (Tahhir)!
Entiéndase que no dice que lave su ropa, aunque
seguramente la indicación comprende la pulcritud de la
vestimenta. En el conjunto de la azora, cabe entenderlo
como que no envuelva con sus ropas ningún acto que no
sea de pureza extrema, que su mensaje no se vea
contaminado por ropas mal obtenidas por ejemplo o
regalo indebido o que todo en él ha de estar por encima
de cualquier mácula, para que el vaso por el que llega el
honradísimo Alcorán sea incontaminado por ninguna
flojedad terrena y la limpieza material sería una parte de
la pureza general de la persona.
3.55 He ahí, que Dios dijo: "¡Oh Jesús! Ciertamente,
te haré fallecer y te exaltaré hacia Mí y seré tu
purificador (muTahhiru) de los que se empeñan en
negar la verdad; y situaré a los que te siguen por encima
de los que se empeñan en negar la verdad, hasta el Día
de la Resurrección. Entonces, volveréis todos a Mí y Yo
juzgaré entre vosotros sobre aquello en lo que
discrepabais.
Dios purifica el nombre de 3isa de forma que la
maldad de los negadores no lo manche.
En las aleyas:
2.25 Pero a aquellos que han llegado a creer y hacen
buenas obras dales buenas nuevas de que tendrán
jardines por los que corren arroyos. Siempre que se les
den, como sustento, frutos de ellos, dirán: “¡Esto es lo
que antes recibíamos como sustento!” --porque se les
dará algo que les evocara aquel [pasado]. Tendrán
parejas que han sido purificadas (muTahhara) y allí
permanecerán.
3.15 Di: "¿Queréis que os diga algo que es mejor que
esos [disfrutes terrenales]? Para quienes son conscientes
de Dios hay, junto a su Sustentador, jardines por los que
corren arroyos, en los que residirán; parejas que han
sido purificadas (muTahhara), y la complacencia de
Dios. Y Dios ve lo que hay en Sus siervos.
4.57 Pero a quienes alcanzan la fe y hacen el bien, les
haremos entrar en jardines por los que corren arroyos,
en donde permanecerán más allá del cómputo del
tiempo; tendrán allí parejas que han sido purificadas
(muTahhara) y les haremos [así] partícipes de una
felicidad pletórica.
56.79 que nadie sino los que han sido purificados
(muTahharun) puede tocar.
En esta aleya y en las que se pondrán a continuación se
ve la misma expresión, que se explica por sí sola y, al
parecer, con idéntico sentido. Nuevamente, no es que
nadie haya lavado a nadie sino que Dios ha purificado a
esos seres para llegar a ese estado de dicha ultra terrena.
En cuanto a las dos siguientes,
80.14 Sublimes y purificadas (muTahhara),
98.2
un enviado de Dios, que [les] transmita
revelaciones purificadas (muTahhara),
Ambas hablan de las escrituras. ¿Se puede purificar
una escritura? Sin duda las escrituras reveladas son de
por sí, por su origen divino, tan puras como pueda ser
una escritura.Se entiende que Dios las despoja de todo lo
que pudiera ser falaz, inútil, dudoso... Falta sin duda
que quien las recibe se purifique asimismo para que esas
escrituras purificadas ingresen en su mente y corazón.
Es decir los libros son honrados y purificados a la
medida de la mente que los contempla.
Verbo taTahhara
La encontramos en:
2.222 Y TE preguntan acerca de la menstruación. Di: "Es
una molestia. Así pues, apartaos de las mujeres en la
menstruación y no os acerquéis a ellas hasta que termine
(yathurna) y, cuando se hayan purificado (taTahharna)
de ella, id a ellas como Al-lah os ha ordenado”.
Ciertamente, Al-lah ama a los que se arrepienten y ama
a los que se purifican (mutaTahhirin).
Dice primero yathurna. Se trata de la tercera
persona del plural femenino del verbo Tahara, forma I,
es decir, de la misma raíz que los dos verbos
mencionados como (Tahhara y taTahhara), que significa
estar limpio de algo. Luego dice “y se hayan purificado”.
Aquí son ellas las que se purifican a sí mismas. Ya
hemos visto que purificar no entraña lavarse, aunque
dependiendo de lo que se trate puede incluirlo. En este
caso, el lavarse sería una cuestión de higiene y limpieza
personal y no de purificación de la índole que se suele
entender, y mucho menos ritual, que sólo es requerida
para el azalá. Como es patente, en este caso no se habla
para nada del azalá ya que de lo que se ha tratado es de
que los maridos, ellos, no las requieran cuando se
sienten molestas. Una vez que ha pasado la molestia y
que ellas se sientan libres, purificadas, de ella, ellos ya
pueden volver a solicitar a las mujeres.
Siendo el verbo reflexivo y habiéndose ya dicho que
han dejado de sangrar (yaThurna), cabe entender que
una cosa para ellas es que ya no sangren y otra es que
ellas ya se sientan en condiciones para la cuestión de que
se trata que son las relaciones carnales, que era por lo
que se le preguntó al Profeta. Es decir, hay dos finales,
uno el objetivo, ya no pierden sangre, y el otro lo que
ellas experimentan como verse libres de molestia.
Cuando al final de la aleya dice “Ciertamente, Allah ama a los que se arrepienten y ama a los que se
purifican (mutaTahhirin), este “mutaTahhirin” (los que
se purifican) está en plural masculino o genérico, en lo
que es seguro que no está es en plural femenino. Lo que
nos viene a indicar que de lo que se ha hablado no es de
ninguna impureza ritual de la regla. Cuando en el
honrado Alcorán se dice que Dios ama a quienes hacen
esto o aquello, siempre lo que se hace es algo voluntario,
algo en lo que los creyentes se esfuercen para ser
mejores. La regla no es algo que dependa de la voluntad
de nadie, ni el comenzarla ni el terminarla, por eso estos
mutaTahhirin de que se habla difícilmente pueden ser
ellas.
Los que se han purificado absteniéndose de
importunarlas son ellos, que han purificado sus
relaciones conyugales mostrando consideración y
deferencia a sus mujeres en esos días. Esa es la
purificación de sus actos conyugales, lo mismo que el
azaque (la donación o caridad) es la purificación de la
posesión de los bienes que se tengan. Si las necesitadas
de purificación mediante lavado -y el lavado sí es
voluntario- en todo este asunto hubieran sido ellas por
que la regla en sí fuese impura, entonces el honrado
Alcorán no hablaría de “los que se purifican” sino de
“las que se purifican”. En realidad, y según la aleya 5.6,
todo el mundo debe lavarse para hacer el azalá y
específicamente se dice que hay que purificarse de esa
manera o con arena si se ha tenido relación carnal. Sería
el sumun del absurdo que se exigiera a nadie hacer ese
lavado ritual para acto seguido cometer actos que
después hacen necesario purificarse lavándose antes del
azalá. Para el acto carnal no es exigible ningún lavado
ritual que purifique. Está claro, pues, que la impureza en
forma de molestia de ellas no es para el azalá, sino para
las relaciones carnales. Y la impureza de ellos sería
importunarlas a ellas. El buen uso de algo es la
purificación de ese uso. Una relación carnal en la que
hay abuso, evidentemente no es pura ni purificada.
Si la regla hubiera sido un impedimento apara el
azalá, esa misma aleya 5.6 hubiera podido contener ese
impedimento. Pero ni lo contiene esa aleya ni ninguna
otra. Si hay alguien, pues, que piensa que la mujer no
debe hacer el azalá ni el ramadán cuando tiene la regla,
ese alguien no es Dios y ni las mujeres ni los varones
necesitan ningún intermediario para adorarlo a Él ni
para plegarse a lo que Él disponga.
Reléase lo dicho a propósito de esta aleya al tratar
del verbo Tahhara en la primera parte de este estudio.
7.82 Pero la única respuesta de su gente fue decir:
“¡Expulsadlos de vuestra tierra! ¡Son, en verdad, una
gente que se purifica”
Esas palabras las dice la gente o gentuza de Lut
hablando de los seguidores de éste. Una vez más,
podemos suponer que esa gente hacia lavados rituales o
no suponerlo, en cambio lo que no podemos dejar de
entender es que se purificaban obrando con pureza y
evitando los vicios. Es decir, se trata de pureza moral y
de rectitud, no de lavarse x veces al día. Nada nos dice
por otra parte que los enemigos de Lut no se lavasen. De
hecho se sabe de gente muy viciosa y de costumbres
muy licenciosas y, sin embargo, muy civilizados y
aficionadísimos a pasarse la vida en el baño.
9.108 ¡No entres jamás en ese lugar! Sólo una casa de
adoración fundada desde el primer día sobre la
consciencia de Dios merece que entres en ella--en la que
hay hombres que aman purificarse; y Dios ama a
quienes se purifican.
Si los hombres aman purificarse, y seguro que no
consiste sólo en lavarse y que el lavarse sería lo de
menos, entonces Dios los ama a ellos. Hermoso
paralelismo. Alhamdulil-lah.
27.56 Pero la única respuesta de su pueblo fue esta:
"¡Expulsad a Lut y a su gente de vuestra ciudad! ¡Son, en
verdad, una gente que se purifica!"
Véase el comentario a la aleya 7. 82.
La palabra “Yunub”
Una última consideración en este tema, al menos de
momento, es el significado de Yunub. Se ha traducido
muchas veces como estado de impureza ritual. En vista
de todo lo que precede cuesta creer ahora que el
honrado Alcorán establezca categorías de pureza ritual.
En cualquier caso, en ninguna parte formula una
definición de Yunub. Eso me hace pensar que el honrado
Alcorán no le da ninguna significación especial fuera de
lo que fuese su sentido corriente. El significado de
Yunub es forastero, alguien que no es de la misma tribu,
también, en plural, “lados” “costados”.
4.43 ¡OH VOSOTROS que habéis llegado a creer! No os
acerquéis a la oración en estado de embriaguez hasta
que sepáis lo que decís; ni tampoco Yunub, salvo que
estéis de camino, hasta haberos lavado (taghsilu). Y si
estáis enfermos o de viaje, o acabáis de hacer vuestras
necesidades, o habéis cohabitado con una mujer y no
encontráis agua, recurrid a tierra limpia y pasáosla
ligeramente por el rostro y las manos. Ciertamente, Dios
es en verdad perdonador, indulgente.
No se aprecia que aquí se clasifican las “impurezas”
sino que se citan casos en que hay que purificarse, con
lavado o sin él, para el azalá. El Yunub, que no se define
más allá en el honrado Alcorán, que yo sepa ahora
mismo, atendiendo a su significado, tal como aparece,
me recuerda un poco la expresión francesa “a coté” en el
sentido de “sin estar en lo que se está” “fuera de caja” y,
en vista del significado de la palabra en sí y del contexto
y de que cuando hablamos de rezar o meditar, la
concentración es primordial, opino que por Yunub muy
bien pudiera entenderse “distraído”, “con la mente
dispersa e incapaz de centrarse en lo que se hace”. Su
mención inmediatamente después del estado de
enajenación alcohólica hace pensar que bien puede ser
eso precisamente, un estado que nos impide sacar
provecho de la oración a nuestro pesar. Para lograrlo se
nos invita a purificarnos, se menciona el lavado, pero es
evidente que no se desprende de nada que se trate de
una impureza corporal, sino de una impureza a efectos
del azalá en sí, que es algo que trasciende lo corporal.
Por otra parte en esta aleya, como en la 5.6 se ve que
el lavado no se restringe al hecho de haber hecho sus
necesidades o de haber mantenido relaciones sexuales,
sino que se dice que siempre, para hacer el azalá, es
preciso lavarse, es decir la purificación no es por este u
otro motivo que nos haya hecho impuros, sino que de lo
que se trata es de ponernos en un estado de purificación
previa al azalá, o sea de ponernos en las mejores
condiciones para concentrarnos en el azalá y vivirlo con
el mayor provecho. Yunub, en realidad, parece el estado
menos propicio para el azalá y el lavarse y el
concentrarse en la preparación debería ser un
instrumento para recogerse de la dispersión. Creo que es
al Yunub a lo que se responde con la “formulación de la
intención” antes del azalá, como se nos enseña cuando
aprendemos a hacerlo. O sea, con ese lavado, con esa
formulación de la intención se trata de encauzar el
ánimo y el pensamiento a la consciencia del amor
divino. Y es aquí una de las veces en que siento que la
sunna no se basa en los hadices, o no principalmente,
sino en la tradición de padres a hijos, de boca a boca,
como el honrado Alcorán.
Comentario final:
y en la como rohibir a la mujer La purificación es un
tema de por sí importante y, en la vertiente religiosa,
hay que tener en cuenta que un exceso en los aspectos
materiales puede mover más a un ritualismo vacío de
contenido que a la práctica sincera, dando el primer
lugar a las muestras externas y suscitando condiciones
de inequidad que no sólo no son conformes al honrado
Alcorán sino que lo contradicen, como sucede cuando se
prohíbe a las mujeres ayunar o hacer el azalá durante la
regla a cuenta de una idea de la pureza y la purificación
que no se sustenta en el honrado Alcorán sino en
prejuicios y tradiciones ajenas a él.
La purificación no es algo puramente religioso. Es
un concepto general y existe en todos los dominios de la
vida humana. Cuando se trabaja en la química se
purifican las sustancias y se purifican hasta el grado
necesario para la tarea propuesta; cuando planea hacer
hacer cualquier cosa se aclaran las ideas, se las despoja
de lo superfluo, se purifican en suma. Un escrito se
repasa y se repasa hasta dejar en él sólo lo que debe estar
en él y hace al caso de lo que se trate, es decir, se purifica
el escrito. La purificación es, pues, un fenómeno y
actividad universal en todos los órdenes.
De todas las aleyas citadas en este estudio se
desprende sin dificultad que la purificación no es un
rito, sino un proceso real y efectivo por el que lo que sea
que se persiga se procura aquel estado de purificación
que permita hacerlo depuradamente, sin confusión y con
integridad. Si se reza, se reza y no se piensa en el
presupuesto del próximo mes o en si nos faltan 102
euros para llegar a él. Si se lava uno porque está sucio,
uno mira bien de que se le quite toda la mugre o los
pintarrajos de bolígrafo o todo lo que detraiga de esa
limpieza. Si se lava para rezar, mira bien de despojarse
de todos los pensamientos y estados de ánimos que lo
desvíen de ese propósito y, para ello, el poner la
atención en el lavado ayuda a salir de otras ocupaciones
mentales. La finalidad no es estar limpio sino estar en el
rezo, hacer los gestos que nos ayuden a concentrarnos en
la entrega a la presencia divina. Cuando en la aleya 2.222
se habla de purificarse de la menstruación para
mantener relaciones sexuales, es precisamente de eso de
lo que se trata, de poder concentrarse en esas relaciones
sin la rémora de las molestias y el malestar. Es decir, la
purificación es para algo en concreto y, en el plano
espiritual, para la finalidad general de acercarnos más a
la conciencia de la relación con nuestro Creador.
Otra cosa que cabe señalar es que cuando en el
honrado Alcorán se habla de purificar no
necesariamente se parte de que se haya hecho algo
impuro o de que se este particularmente impuro puesto
que Dios purifica también a los profetas y a las personas
puras, las purifica más. Es decir, algo puede ser puro y
sin embargo purificarse más o purificarse para alguna
finalidad específica como, en el caso de Maryam, para
ilustrar algo que Dios nos ha querido enseñar y que
parece que no queremos aprender. Pero ése sería ya otro
capítulo que, Dios mediante, también trataremos en esta
página de Honrado Alcorán.
Los errores míos, los aciertos divinos.

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