Revista completa - Revista Digital de Investigación Lasaliana

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Revista completa - Revista Digital de Investigación Lasaliana
Revista Digital de Investigación Lasaliana
Revue Numérique de Recherche Lasallienne
Digital Journal of Lasallian Research
Accesso gratuito
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Istituto dei Fratelli delle Scuole Cristiane
Servizio di Ricerca e Risorse Lasalliane
Casa Generalizia
Via Aurelia, 476 - 00165 Roma
Italia
Sito web: www.lasalle.org
e-mail: [email protected]
Supporto tecnico:
Universidad La Salle Bajío, México
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Rivista intestata a:
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DIALNET
NÚMERO 1, Noviembre 2010
UN ITINERARIO ASOCIATIVO:
DIVERSAS MIRADAS, UNA IDENTIDAD COMÚN
La Revista Digital de Investigación Lasaliana inicia, con este número, su itinerario de reflexión y diálogo, asumiendo el reto
de colaborar en la construcción de un pensamiento lasaliano propio, académicamente sustentado y, por ende, abierto a la
discusión.
El primer artículo, 50 años, y más, de Estudios Lasalianos: crónica y perspectivas, del Hno. Alain Houry del Distrito
de Francia, propone un recorrido histórico que recoge criterios, cuestionamientos y tendencias que consideramos
indispensables para entender nuestro hoy y aquí en la Investigación Lasaliana. Con este artículo, la Revista inicia una
aventura intelectual; como tal, no está exenta de riesgos.
El segundo artículo, Asociación: preguntas fundamentales, del Hno. Edgard Hengemüle del Distrito de Porto Alegre
(Brasil), llama la atención a elementos esenciales de la asociación lasaliana, como una invitación a debatir, frente a la
riqueza de la reflexión producida en esta última década en el Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. El tercer
artículo, Apostillas teológicas sobre el voto de asociación para el servicio educativo de los pobres, del Hno.
Santiago Rodríguez del Distrito de Argentina-Paraguay, enriquece esta discusión, pero desde un planteamiento teológico,
trabajado desde la perspectiva crítica.
El cuarto artículo, Punto de vista de la asociación lasaliana de África del Oeste, del Hno. Marc Somé del Distrito de
África del Oeste (Burkina Faso), plantea una lectura propia de la asociación lasaliana desde el contexto africano. Su aporte
ayuda a tomar conciencia de un Instituto diverso, que se expresa culturalmente desde otras claves de lectura. Este aporte
puede confrontarse con el quinto artículo, del Hno. Diego Muñoz del Distrito de México Norte, Cómo los Lasalianos
comprenden la asociación desde su experiencia personal, que reporta un estudio de testimonios de Hermanos y
Laicos Lasalianos de la Región Latinoamericana Lasallista, trabajados a partir del análisis proposicional.
Queremos invitarles a participar en el Foro de nuestra Revista, porque consideramos que el conocimiento científico
realmente cumple su función cuando una comunidad se asocia para reflexionar y transformar su realidad.
Les convidamos a participar en el próximo Número de nuestra Revista. Proponemos como tema para el debate: Familia
Lasaliana y asociación para el servicio educativo de los pobres. Gracias por su apoyo y colaboración.
El Editor
50 años, y más, de los estudios Lasalianos: Crónica y perspectivas.
Hermano Alain Houry, Director de los Estudios Lasalianos desde 1993 a 2004.
pp. 2-25
Asociación: preguntas fundamentales.
Hno. Edgard Hengemüle fsc. Departamento de Investigación Lasaliana, Roma.
pp. 26-33
Apostillas teológicas sobre el voto de asociación para el servicio educativo de los pobres.
Aportes para pasar del recuerdo subversivo al concepto crítico.
H. Santiago Rodríguez Mancini, fsc. Distrito Argentina-Paraguay.
pp. 34-45
Punto de vista sobre la asociación Lasaliana en África del Oeste.
Marc SOME, fsc. Distrito de África del Oeste, Burkina Faso.
pp. 46-50
Cómo los lasalianos comprenden la asociación desde su experiencia personal.
Estudio de testimonios de hermanos y laicos de la RELAL.
Hno. Diego A. Muñoz León fsc. Servicio de Investigación y Recursos Lasalianos, Roma.
pp. 51-64
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2 50 AÑOS, Y MÁS, DE LOS ESTUDIOS LASALIANOS:
CRÓNICA Y PERSPECTIVAS
Hermano Alain Houry, Director de los Estudios Lasalianos desde 1993 a 2004 1
RESUMEN
Hacer una presentación de cincuenta años de Estudios Lasalianos implica acercarse al itinerario de un Instituto que, desde hace ocho décadas, participando en la
dinámica cultural y eclesial del siglo XX, se dio a la tarea de plantearse preguntas
fundamentales sobre sus orígenes para comprender mejor su presente y, así, prepararse mejor para mirar al futuro. El Hno. Alain Houry, de los Archivos de Francia, ofrece una descripción rica en nombres, fuentes y datos bibliográficos que
consideramos indispensable como referencia para aproximarnos la complejidad de
la investigación lasaliana de hoy y del futuro.
Palabras-clave: La Salle - Estudios Lasalianos - orígenes - investigación.
1. Antes de los "Cahiers lasalliens"
1.1 Los Estudios Lasalianos se crearon en la Casa Generalicia de Roma como consecuencia de la nota del Hermano Maurice-Auguste HERMANS (CL 5, 433-438) al Capítulo General de 1956: desde 1959, se ofrece al Instituto en cada uno de los Cahiers lasalliens (CL)
un plan coordinado de investigaciones sobre el 1er siglo lasaliano (1651-1751). Lo que puede
parecer un punto de partida es, en realidad, el resultado de ensayos aún dispersos cuya huella
encontramos en los años que precedieron o siguieron a la Segunda Guerra Mundial. La Rivista lasalliana, fundada en 1934 en Turín por el Hermano Goffredo, Luigi SAVORÉ, nos ofrece
dos instrumentos preciosos para jalonar esa historia: 75 años de investigación lasaliana (2008,
n° 4), y su Bibliographia internationalis Lasalliana 1703-2000 (2001, n° 1-2): haremos referencia a esta última publicación con el número atribuido a los libros que la misma señala.
1.2 Citemos aquí algunas obras que no han envejecido demasiado porque su enfoque de
las fuentes responde a ciertos criterios de objetividad y de precisión histórica que nos parecen
indispensables hoy. Comencemos por los trabajos de tipo histórico.
- Ciertamente, el gigantesco trabajo de Georges RIGAULT (497, 509, 522, 529, 558, 578,
587, 650 y 681) no corresponde perfectamente a nuestra concepción actual de una obra
histórica; su Histoire générale de l’Institut des Frères des Écoles chrétiennes, publicada
1
Estas líneas quisieran ser un compartir de mi experiencia y mis expectativas como consecuencia de una pro‐
longada relación con los estudios lasalianos. No señalo aquí los artículos demasiado breves o, a pesar de su calidad, los libros sencillamente dedicados a la Historia del Instituto en un país (Incluido el muy completo Sem‐
braron con amor, del Hermano español Saturnino GALLEGO 939 y la obra del canadiense Nive VOISINE sobre los Hermanos en el Canadá 1238, 1400). Y ruego al lector que me disculpe por no poder citar cada vez el título completo de las obras que mencione; del autor, indico su nacionalidad cuando no es francés. Cada uno podrá ver que la Bibliographia internationalis Lasaliana es una herramienta indispensable para hablar de estos 50 años (y más). Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:2-25
por Plon de 1937 a 1953, introduce, no obstante una presentación en perspectiva de la evolución de la obra "lasaliana" (que en él significa "la que fue iniciada por el Sr. de La Salle y
los primeros Hermanos"), con la de las sociedades en las que la misma se desarrolló, lo
cual no hacía, por ejemplo, el Précis d’Histoire de l’Institut (471), aparecido en 1935.
- También en 1937, L’œuvre d’un siècle (496), obra colectiva publicada en Montreal para
el Centenario de los Hermanos en Canadá, debe mucho al Hermano Canadiense MarieVictorin, Conrad KIROUAC, por la calidad de su relectura histórica y de su composición.
- Publicados entre 1954 et 1976, los sólidos trabajos sobre la historia del Instituto (685,
754, 842 y 916) del inglés William BATTERSBY – Brother Clair Stanislas – no se inscriben
en la perspectiva original de los “Estudios Lasalianos”; en cambio sus estudios de 19491950 sobre la obra pedagógica de Juan Bautista de La Salle (580) 2 y sobre los escritos espirituales (590) muestran un esfuerzo serio por renovar el enfoque sobre el Fundador de los
Hermanos.
1.3 Con su publicación en 1951 del manuscrito de la Conduite des Écoles, el Hermano
belga Anselme (Anselmus-Jozef) de HAESE (617 = 638) es el primero en emprender una edición crítica de un escrito del Fundador; el texto de las Cartas, realizado por el Hermano FélixPaul VANDAMME, aparecido como Circular en 1952 (662), es completado en 1954 por la edición crítica (691) puesta a punto por Georges Rigault tras la muerte prematura del autor; seguirá en 1956, para las Règles de la Bienséance et de la Civilité chrétienne (711), una edición
demasiado precoz, puesto que el Hermano Albert-Valentin LETER la hizo antes de que se
descubriese un ejemplar de la edición príncipe. Después de haber dado un estudio más bien
enredoso, Les premiers biographes de Jean-Baptiste de La Salle (719), el Hermano Émile
LETT publica en 1957 la Explication de la Méthode d’Oraison (728), edición con notas más
que verdaderamente críticas –en 1962 se podrán encontrar preciosas indicaciones sobre la
Explication en el Hermano italiano Emilano (776).
1.4 Dos publicaciones de 1954-1955 muestran los beneficios del recurso a las fuentes del
Fundador para profundizar en el pensamiento original: Pour une meilleure lecture des Règles
communes (692) –fruto de las conferencias del Hermano Maurice-Auguste HERMANS en el
Segundo Noviciado de Roma y publicado primeramente como artículos entre 1952 y 1954 en
la revista Entre nous – y L’Oraison d’après S. J.-B. de La Salle (704), retomada, por el Hermano Frédien-Charles VERMEULEN, de sus conferencias a los Hermanos, que subrayan sobre
todo la influencia teresiana sobre el Sr. de La Salle, apoyándose sobre la primera edición entonces conocida de la Explicación del Método de oración mental.
1.5 Esta proliferación de estudios, celebrada por el Capítulo General de 1956 (ver más
adelante, 2.2), corresponde a varias evoluciones del Instituto. En primer lugar, en Francia,
entre 1937 y 1938, el Secretario General junto con el historiador del Instituto Georges Rigault,
organizaron sesiones de estudios lasalianos, para Hermanos. Luego, la voluntad del Capítulo
de 1946 – y sobre todo del Hermano Superior Athanase-Émile – de poner fin al paréntesis que
según ellos representaba la “secularización” de los Hermanos franceses después de 1904, había provocado entre numerosos Hermanos el rechazo de una lectura, que hoy llamaríamos
“fundamentalista”, de nuestros orígenes y de la historia de nuestro Instituto. Finalmente, el
creciente acceso de los Hermanos a los estudios universitarios les llevaba a plantearse, con
2
A pionner of modern Education, aparecida poco después de la obra del Hermano Mélage, Le créateur de l’école populaire, 1948 (577). 3 Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:2-25
relación a nuestra herencia lasaliana, los mismos interrogantes que encontraban en el estudio
de la evolución de las sociedades.
1.6 Pero falta aún un elemento aglutinador: el Hermano Emiliano SAVINO, en la Rivista
lasalliana que dirige de 1940 a 1962, publica una serie de estudios sobre la Urbanidad (en
1956-1957) y sobre la Explicación del Método de oración mental. (1957-1963) ya citada, pero
el italiano no es accesible más que para el 2 % de los Hermanos del Instituto; la revista francesa Entre nous, iniciada en 1939 y retomada después de la guerra por el Hermano GUILLAUMIN, no ofrece un marco suficientemente firme para intercambiar las investigaciones
llevadas a cabo en francés, a pesar de ser la lengua destinada a seguir siendo por mucho tiempo prioritaria en los estudios lasalianos por ser la lengua del Fundador y lengua oficial del
Instituto durante medio siglo más. En la Revue d’Ascétique et de Mystique, su Director, el P.
André RAYEZ, sj, publica el artículo fundamental, Études lasalliennes (675) – que servirá de
referencia para el trabajo a realizar (ver CL 5, 144) – y un estudio, L’abandon à Dieu dans la
spiritualité de saint Jean-Baptiste de La Salle (709), que la Rivista lasalliana volverá a publicar en 1958.
2. Los Estudios Lasalianos y el Capítulo General de 1956
2.1 Para evitar la supresión de la Rivista lasalliana que había fundado en 1934, el Hermano Goffredo, en 1938, tuvo que decidir no publicar más estudios históricos sobre la Regla,
y prometer no “hacer críticas a los volúmenes de Rigault” (citado en RL 2008, n° 4, 482).
Con el Capítulo General de 1956, las condiciones de la investigación lasaliana van a cambiar
de manera sensible, sobre todo con la organización en Roma de un Servicio que aún sigue
existiendo. Al presentar los trabajos del Capítulo de 1956 (Circular 354, fechada el 16 julio de
1956, p. 52: El culto a nuestro santo Fundador), el Hermano Superior Nicet-Joseph señala,
entre las sugerencias ofrecidas,
“– La prosecución de los trabajos de investigación sobre la vida y los escritos de san J.-B.
de La Salle, mediante escritos críticos cuyo conjunto constituirá los Monumenta lasalliana,
base de partida para una futura biografía crítica y un estudio en profundidad de la espiritualidad del Santo. » La 3ª Comisión expresa el deseo de « que se establezca una comisión
permanente en la Casa Generalicia con el objetivo de promover el culto del santo Fundador, de continuar y coordinar las investigaciones y los trabajos relativos a su historia, a
sus escritos, a su espiritualidad.”
2.2 La 9ª Comisión alaba “el magnífico movimiento de publicaciones sobre nuestro Santo
en diversas lenguas, durante estos últimos años. El Capítulo ha expresado su satisfacción
ante ese hermoso esfuerzo, y desea ver su continuación. Lo que parece ser más importante y
más urgente es la publicación de un estudio de todos los escritos del S. Fundador, continuando lo que ya se ha hecho con la "Guía de las Escuelas", "Las Cartas" y "La Urbanidad Cristiana". Para llegar a ese resultado, se aconseja una "Comisión Lasaliana" permanente, compuesta por un equipo de Hermanos especialistas, con acceso a los Archivos del Instituto” (id.,
p. 96). Y su primer deseo es: “Que se prosiga con los estudios críticos de todos los escritos de
nuestro Santo Fundador y que continúen las publicaciones y los escritos que buscan profundizar y dar a conocer su espiritualidad”. (id., p. 99).
2.3 Señalemos finalmente la decisión siguiente, tomada a propósito de las publicaciones:
“Como aplicación de un artículo de la Regla de Gobierno (XIX, 140) y para que le sirva de
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comentario: 1° Todos los estudios que interesan a todo el Instituto serán sometidos al control
previo del Secretario General” (id., p. 115).
2.4 Menos de un año después, la Circular 357 anuncia la creación del Institutum Jésus
Magister, Instituto Superior de Cultura Religiosa y Apostólica de los Hermanos Docentes.
Entre las recomendaciones que siguen reproducimos íntegramente la larga página (p. 19-20)
titulada:
“3. Estudio de nuestro santo Fundador y de los orígenes del Instituto.
Nos parece urgente invitar al conjunto de nuestros Hermanos a un mejor estudio del santo
Fundador y de los orígenes de nuestro Instituto. Con el fin de facilitar dicho estudio, nos
encargamos de reagrupar, en la Casa Generalicia, las obras que podrían orientar más
útilmente las investigaciones y documentar los trabajos emprendidos en tal sentido. Deberían figurar en esa biblioteca:
1° todas las publicaciones lasalianas: biografías del santo, ediciones de sus obras, estudios dedicados a sus realizaciones y a sus escritos:
2° obras de tipo bibliográfico, lingüístico, histórico o biográfico que puedan suministrar datos relativos al medio humano, a las condiciones de la época, a los problemas pedagógicos y culturales, a las particularidades de la lengua escrita o hablada del siglo en
el que vivió nuestro santo y se organizó su obra (en principio, 1651-1751);
3° las obras de teología, de patrística y de espiritualidad en las cuales el santo quizás- se inspiró; serían pues privilegiadas las ediciones contemporáneas de los años de
formación y de actividad literaria del santo.
Tal es nuestro proyecto; contamos con ustedes para realizarlo. Si pues, en sus casas,
alguna de estas obras estuviese expuesta a permanecer inutilizada, podrían pensar en
hacérnosla llegar. Si por el contrario, tales publicaciones ocupan un lugar importante en
la biblioteca de su comunidad, no dejen de señalarnos su presencia, dicha indicación en sí
misma ya tiene su valor.
Roma, 29 de junio 1957. Hno. NICET-JOSEPH”
2.5 Al final de la Circular 368 (06.01.1961), consagrada a la fidelidad a la vocación religiosa, el Hermano Nicet-Joseph presenta el primer número de los "Cahiers lasalliens". « Acogida muy favorablemente en el exterior, esta publicación ha traspasado el umbral de nuestras
comunidades, por haber solicitado un buen número de nuestros carísimos Hermanos Visitadores que un ejemplar de cada uno de los seis primeros volúmenes sea enviado a las diversas
casas de su obediencia... Todos aquellos que puedan tener conocimiento de tales trabajos se
alegrarán, creemos, del rigor con el que han sido realizados» (p. 55). Así fue como se extendió la falsa idea de que los Cahiers lasalliens eran "enviados de oficio" a las comunidades por
el Centro del Instituto.
3. La acción del Hermano Guillermo Félix, Asistente de España de 1946 a 1966
3.1 Sin vinculación directa con el lanzamiento de los Estudios Lasalianos en Roma van a
aparecer algunos estudios de importancia. Se trata principalmente de la obra de los Hermanos
españoles orientados por el Hermano Asistente Guillermo Félix, según un plan claramente
definido, hacia los estudios superiores en teología, escritura, espiritualidad, pedagogía, etc.
para superar el conflicto que opone el episcopado español a los Hermanos docentes: sin la
formación que corresponde a los sacerdotes, dicen los obispos, los Hermanos no pueden enseñar válidamente el catecismo en sus propias escuelas. De ese esfuerzo entusiasta sin precedentes, surgirá el centro universitario San Pío X en Salamanca, posteriormente en Madrid.
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3.2 En Madrid, Saturnino GALLEGO (Hermano Saturnino Miguel) publica, en 1958, La
teología de la educación en S. Juan Bautista de La Salle, 296 p. (734); Carlos ALCALDE
Gómez (Hermano Esteban Bernardo), en 1961, El Maestro en la pedagogía de San Juan Bautista de La Salle, 548 p. (765); Galindo VIOLA (Hermano Serafín Bertrán), en 1964, Perfección y apostolado en la Espiritualidad lasaliana, 276 p. (818). Agreguemos, en 1966, Biblia y
Espiritualidad, 362 p. (852), el estudio de la Escritura en los escritos de san Juan Bautista de
La Salle, de Luis VARELA (Hermano Agustín Damián), el primero que pudo encontrar, en los
Cahiers lasalliens, la edición anastática del conjunto de dichos escritos.
4. El Hermano Maurice-Auguste, 1er Director de los Estudios Lasalianos, de 1956 a 1987
(ver CL 5, 143-182)
4.1 El artífice del lanzamiento de los Cahiers lasalliens, y de la creación de la biblioteca
lasaliana de la Casa Generalicia, es el Hermano Maurice-Auguste HERMANS (es además director de los Archivos Generales del Instituto y, por algún tiempo, de la comunidad de los estudiantes del Lasallianum). Trabajo a menudo solitario y diálogo exigente con aquellos investigadores que someten a su consideración sus textos: gracias a su preocupación por la exactitud
minuciosa y a su atención para que las conclusiones no superen las premisas sólidamente establecidas, aquello que publica tiene un carácter decisivo en su área de competencia a la vez
que abre, a quien quiere seguirlas, pistas fructíferas.
4.2 El plan de trabajo aparece anunciado en cada Cahier Lasallien: “TEXTOS, ESTUDIOS,
DOCUMENTOS: publicados en colección no periódica; centrados sobre la persona de san Juan
Bautista de La Salle, su obra escrita y los orígenes de la Congregación de los Hermanos de
las Escuelas Cristianas; preparando la publicación de dos obras definitivas: una biografía
crítica y el corpus de sus obras”. Nosotros vamos a seguir ahora el desarrollo de ese plan.
A – TEXTOS. Con la reedición anastática de las obras de Juan Bautista de La Salle, entre
1962 y 1965, el trabajo del Hermano Maurice-Auguste HERMANS es de gran ayuda para abordar dichos escritos. En primer lugar, sitúa con precisión las coordenadas de la edición princeps o, en su ausencia, de la edición más antigua conocida hasta el momento. Las circunstancias de redacción, el género literario y el público al que van dirigidas son evocados en la medida de lo posible, apuntaladas mediante hipótesis bien argumentadas: con su modestia habitual, el Hermano Maurice-Auguste saca conclusiones muy ponderadas, dejando a otros investigadores, si lo desean, el desarrollo de los puntos de vista esbozados. Van seguidas por una
relación completa de las diversas ediciones conocidas hasta el momento, con una breve indicación de las reimpresiones idénticas, de las modificaciones, incluso de las transformaciones
que alteran a veces la fidelidad al texto original. A menudo también, algunos índices que, sin
ser exhaustivos, ofrecen no obstante puntos de referencia muy útiles.
Comparando la composición de CA y de CB, el Hermano Maurice habría podido mostrar
que existen demasiadas diferencias entre las dos ediciones (y la fecha de publicación del
ejemplar más antiguo de CB) como para ser del mismo "autor": el Hermano canadiense
Gilles BEAUDET ha demostrado que se trata de dos ediciones de una larga serie de publicaciones de Cantiques spirituels por el Padre Pellegrin y en consecuencia que CB no
puede ser incluido entre los escritos de Juan Bautista de La Salle.
Sería deseable que el estudio de las fuentes de CA (Juan Bautista de La Salle es aquí
"editor" mucho más que "autor") y los "timbres" (= melodías) de los Cantiques spirituels
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(CA) sean finalmente comunicados al público, aunque ese estudio no haya aún logrado
identificar la totalidad: esperamos que el Hermano Gilles BEAUDET logre concluir satisfactoriamente esa publicación, o permitirla.
Para textos que merecen una edición, en paralelo, de los manuscritos que precedieron el
texto impreso – la Guía (CL 24) o las Reglas Comunes (CL 25) – o para la edición princeps
felizmente encontrada de la Urbanidad (CL 19) cuyos caracteres exigen una trascripción en
nuestros caracteres modernos, el trabajo es muy cuidado, aún cuando queden algunas pequeñas faltas por corregir. Es por esa razón, además, por lo que el Hermano Maurice-Auguste
recurre a la reproducción anastática para los primeros biógrafos Bernard y Blain (CL 4, CL 7
y 8), mientras que ofrece en paralelo los dos textos de Maillefer (CL 6). Las Cartas, tan bien
preparadas por el Hermano Félix-Paul VANDAMME (691), no fueron objeto de una reedición:
prácticamente no habría nada que añadir – fueron traducidas al español (778) por los Hermanos del Instituto San Pío X en 1962, y al inglés (1147) con un comentario del Hermano Augustine Loes, en 1988.
No han sido objeto de un Cahier lasallien especial algunos textos, ya publicados por el Hermano Maurice-Auguste en CL 2 y CL 11, como los votos de 1691 y 1694, o que ha preparado pero aún no han sido publicados, como la Memoria sobre el hábito – el Hermano Michel
Sauvage la editará en 1991 (CL 5 = 1212), en el Cahier lasallien consagrado al Hermano
Maurice-Auguste. Cuando se trate de hacer una edición, electrónica e impresa, de las Œuvres
complètes de Jean-Baptiste de La Salle, lo esencial de la fijación de los textos ya se habrá
realizado.
B – DOCUMENTOS. La investigación de documentos de la época del Fundador encuentra una
nueva dimensión con el notable trabajo de erudición del Hermano español Léon de Marie
AROZ 3, quien acabará firmando como Hermano Louis-Marie AROZ, escribiendo un francés
perfecto. Con la tecnicidad de su trascripción y de sus explicaciones de los documentos de
archivos aún no publicados de forma científica, da a los Cahiers Lasalliens un acceso seguro
a las bibliotecas universitarias pero, "efecto negativo", alejará pronto a los Hermanos de la
lectura de los Cahiers Lasalliens. La sucesión de los documentos sobre el estado civil de la
familia de La Salle (838) es ya un tanto difícil de seguir, pero al ser publicados en 1967 las
más de 1.000 dobles páginas de los 5 volúmenes de las comptes de tutelle (853 y 857), luego
en 1969 Les titres de rente de la succession de Maître Louis de La Salle (867), los Hermanos
se desaniman: en algunas bibliotecas de comunidad se podrán encontrar los Cahiers Lasalliens cuidadosamente conservados en su embalaje original... a veces, ¡hasta sin abrir!
No me ha sido posible hacer comprender a mis cohermanos parisienses que había, en
otros Cahiers lasalliens, estudios muy fáciles de leer y enriquecedores, como los artículos del Hermano Yves POUTET reeditado en 1988 (CL 48) y 1999 (CL 43 y 44), o el
magnífico comentario realizado por el Hermano Michel SAUVAGE sobre la carta de los
principales Hermanos al Señor de La Salle el 1º de abril de 1714 (CL 57 sobre Parmenia,
en colaboración con el Hermano americano Leo BURKHARDT). El notable trabajo de divulgación del Hermano canadiense Raymond BRISEBOIS 4 – Invitation-Initiation aux Cahiers lasalliens – a partir de 1990, parece no haber impresionado a mucha gente, pues
3
El Hermano Aroz dio a conocer su extraordinaria capacidad para encontrar y transcribir documentos, durante la preparación de su tesis sobre la expansión misionera del Instituto (706): los dossiers realizados forman un verdadero fondo disponible en los Archivos de la Casa. 4
Hermano Éphrem, profesor de estadística, a quien debemos un estudio histórico y casi prospectivo, L’Institut en 1964, publicado en Roma en abril de 1966. 7 Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:2-25
esos libritos (de 36 a 108 páginas), incluso habiendo sido ofrecidos una vez a 1 € la colección completa, no han encontrado prácticamente interesados.
Otro aspecto, menos visible, de los escritos del Hermano Aroz: al encontrar varias veces a los
mismos protagonistas, según los documentos consultados, es difícil para el lector saber si las
indicaciones dadas sobre tal personaje son completas y dónde hay que ir a buscar eventuales
complementos. Sobre todo, como todo buen investigador, le puede suceder al Hermano Aroz
que descubra algunos elementos que invaliden alguna de sus tomas de posición anteriores o
que demuestren que había confundido dos personajes homónimos. El problema es que Aroz
no lo indica: toca al lector confrontar sus diversas publicaciones y sacar las conclusiones.
Lástima que no haya hecho como Georges RIGAULT: este último, en un volumen de su Histoire générale de l’Institut, indicaba a veces en nota que los documentos que acababa de trabajar
le mostraban que lo que había escrito en un volumen precedente (referencias dadas) no era
perfectamente exacto, y rescribía el párrafo correspondiente. Así, el lector atento no tenía que
tenía que trasladar a la referencia indicada las coordenadas de la versión mejorada. ¡Así es
como se comporta un verdadero historiador preocupado por guiar a su lector!
El investigador que no se haya formado un fichero completo, puede consultar el trabajo
prácticamente exhaustivo por el momento, publicado en 1986 por el Hermano español
Saturnino GALLEGO en la prestigiosa colección española BAC : Vida y pensamiento de
San Juan Bautista de La Salle, Vida (1096). Sus notas permiten localizar todos los documentos publicados sobre el punto en cuestión, trabajo indispensable para discernir la validez de las conclusiones del Hermano Saturnino, que no siempre han de seguirse a ojos
cerrados: en particular en cuanto a la datación de un escrito, pues él prefiere la fecha en la
que la obra brota en la mente de su autor más que aquella en la que el mismo pone su
último toque para precisar su pensamiento (ver por ejemplo, las Méditations pour le
temps de la retraite). Y esa datación es importante, cuando se quiere esbozar la evolución
de un pensamiento, incluso intentar explorar una progresiva liberación de influencias recibidas en la etapa de su formación.
La Cronología lasaliana del Hermano español José María VALLADOLID, publicada en el
n° 31 de Lasalliana (1308-1310) y que retoma todos los trabajos precedentes, es un instrumento muy útil disponible en 3 lenguas: digitalizado para permitir buscar un nombre,
sería una herramienta indispensable.
C – ESTUDIOS. El primer estudio aparecido, y que abre la colección de los Cahiers Lasalliens
en 1959, es el del Hermano Flavien-Marie, Michel SAUVAGE, Les citations néotestamentaires
dans les Méditations pour le Temps de la Retraite (CL 1 = 750) : trabajo minucioso que conserva su valor, aunque le falte la edición de Amelotte 1685 que el Hermano Michel no pudo
encontrar a pesar de sus investigaciones en las bibliotecas especializadas (Casa Generalicia,
Chantilly)… cuando en realidad ¡dormía en los archivos generales del Instituto! Se trata de la
edición impresa en gran cantidad a petición de Luis XIV quien, tras la Revocación del Edicto
de Nantes, la hizo distribuir a los “nuevos católicos”.
Yo retomé el trabajo del Hermano Michel con esa edición. Un pasaje de las MR utiliza
ciertamente la traducción de Amelotte 1685, otro podría provenir de ella, pero la demostración magistral de Michel permanece correcta: es Amelotte 1707 la que es casi constantemente utilizada en las MR, y por lo tanto la redacción definitiva de dichas Meditaciones
no podría ser anterior a esa fecha.
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No todos los trabajos lasalianos del Hermano Maurice-Auguste HERMANS se encuentran en la
colección creada por él. En 1962, edita, bajo el título Petite contribution à l’étude des origines
lasalliennes (781), una selección de artículos muy documentados que había publicado en el
Boletín del Instituto. Su tesis de doctorado en derecho canónico, en cambio, dará lugar a tres
Cahiers lasalliens: en 1960, Los votos de los Hermanos de las Escuelas Cristianas antes de la
Bula de Benedicto XIII (CL 2 y 3 = 760) y, en 1962, El Instituto de los Hermanos… en busca
de su estatuto canónico (CL 11 = 780) .Esas obras son notables por su cantidad documental y
su considerable rigor demostrativo: fueron objeto de una traducción en español terminada en
2009. En 1964, con el Hermano José Arturo, el Hermano Maurice publica también una Contribution à l’étude des sources du Recueil (CL 16 = 814).
En 1988, un trabajo análogo sobre las fuentes de las Méditations pour les Fêtes (CL 47), del
Hermano Jean-Guy RODRIGUE,5 igualmente demostrativo, se ve sin embargo echado a perder
por los errores de impresión del texto del Fundador. Más tarde, el Hermano Jean PUNGIER
sobre la Urbanidad (CL 58-60) en 1996-1999, y en 2010 sobre la 3ª parte de los Devoirs d’un
chrétien DC (CL 65), así como el Hermano Léon LAURAIRE sobre la Conduite des Écoles
(CL 63), continúan la investigación de los textos que el Fundador utilizó o copió - método
comparativo ya utilizado en su tesis por el Hermano Yves POUTET (887) – para apreciar mejor
la originalidad de su pensamiento y de su proceder. Más adelante veremos trabajos análogos
que no han sido publicados en los Cahiers lasalliens: del Hermano español Fernandez MAGAZ
sobre los Devoirs d’un chrétien envers Dieu (863), o del Hermano Jean PUNGIER sobre el catecismo por preguntas y respuestas (DB) de J-B de La Salle (1084).
El trabajo del Hermano Miguel CAMPOS (CL 45 et 46) es único en su género en los Cahiers
lasalliens, al abordar el itinerario evangélico del Fundador de los Hermanos a través de sus
textos “autobiográficos” y su utilización de la Escritura en las Meditaciones para el tiempo de
retiro. Su lectura es a veces ardua porque, buscando una vía entre una teología que podríamos
llamar "eternitaria" y un enfoque demasiado "historicista", el autor se ve obligado a decir por
dos veces lo que rechaza por razones opuestas, antes de avanzar su lectura "de encarnación"
(las expresiones son mías). Es una hermenéutica sólidamente fundada sobre el conocimiento
de los acontecimientos fundadores. Pero no se puede utilizar a los primeros biógrafos sin
haber anteriormente tenido en cuenta las interpretaciones que a veces ellos superponen a las
acciones del Fundador: como los Estudios Lasalianos no han realizado aún ese trabajo crítico,
Miguel Campos no se queda más que con los textos que se pueden considerar como "autobiográficos", para comprender los acontecimientos que aclaran su alcance (y recíprocamente).
A mi parecer, hay ahí un punto crítico para quien quiera dar cuenta de la "espiritualidad lasaliana": no exactamente la espiritualidad sacerdotal que el Fundador ha desarro 5
Hay que señalar aquí un trabajo no publicado, y sin duda no publicable en la forma en que está re‐
dactado, del Hermano Joseph LE BARS sobre la extensión de las Meditaciones y el Nuevo Testamento utilizado: el Hermano RODRIGUE había señalado que las MF presentaban dos períodos distintos en cuanto al Nuevo Testamento francés habitualmente utilizado – septiembre‐enero: Mons 1668 y, en febrero‐agosto: Amelotte 1688 –. El Hermano LE BARS hace la misma observación (encontrando además más Huré que Mons, ambos de tendencia jansenista) a propósito del Nuevo Testamento utili‐
zado, pero también a propósito de la extensión del las MD y MF, cuya extensión media varía del simple al doble según los mismos períodos. Es pues normal considerar que la redacción final de dichas Medi‐
taciones se ha realizado en dos épocas distintas; se puede incluso proponer la hipótesis de que J‐B de La Salle utilizaba habitualmente Amelotte cuando estaba en su casa, y que Huré (o Mons) le sirvió pro‐
bablemente durante su larga permanencia en el Seminario de Saint‐Nicolas du Chardonnet, cuando el Hermano Barthélemy lo envió a París a recoger el testamento de Rogier. 9 Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:2-25
llado por sí mismo durante su formación, sino aquella que él ha elaborado para y con
los primeros Hermanos. Las dos obras “definitivas” que quieren lograr los Cahiers la- 10 salliens – una Vida crítica y el corpus de las obras del Sr. de La Salle – son necesarias
juntas para evitar lecturas unilaterales de su itinerario. Muchos rasgos de su mentalidad lo acercan al “siglo de los santos” (la primera mitad del XVII) sin que pueda ser
considerado como un hombre inclinado hacia el pasado; y su acción educativa con los
jóvenes de las clases populares no autoriza en modo alguno a compararlo a los revolucionarios del final del siglo siguiente.
4.3 Señalemos aquí algunos instrumentos de trabajo para el estudio del vocabulario
lasaliano. Algunos estudiantes del "Jesus Magister" habían realizado, para la revista Lasallianum, la relación detallada del Vocabulaire des Méditations pour le Temps de la Retraite (831).
Con la colaboración de Hermanos del Segundo Noviciado, el Hermano Maurice Auguste, de
manera sistemática, había ido confeccionando el inmenso fichero del Vocabulaire lasallien 6,
compuesto de medias páginas de los Cahiers lasalliens que reproducían las obras del Fundador, y que resultaba imposible editar tal cual; aun conservando tan sólo la parte de la frase en
la que cada palabra es empleada, 6 enormes volúmenes (1148) fueron escritos a máquina y
reproducidos en París mediante fotocopia en 1988. Era la primera vez que un trabajo semejante estaba disponible para el conjunto de los "escritos": la tematización permitía encontrar todas las formas del mismo verbo y distinguir los homónimos - lo cual no ha sido permitido en
la edición electrónica de las Œuvres complètes de las cuales hablaremos más adelante, ofreciendo en cambio todas las palabras, números y referencias bíblicas en la unidad analizada
(una división normalizada del texto, intentando no superar una pantalla de ordenador). El
Hermano Raymond BRISEBOIS completó dicho Vocabulaire lasallien mediante un Étude des
mots du vocabulaire lasallien (1153), señalando el sentido de las palabras y las reglas de
gramática que han variado desde el siglo XVIII. Existe también, para las Méditations pour les
Fêtes des Saints, un glosario y unas reglas sintácticas, al final del CL 47 (1144) del Hermano
Jean-Guy RODRIGUE, al cual ya hemos aludido.
4.4 En la periferia de los Cahiers lasalliens. La tesis de Michel SAUVAGE (Hermano
Flavien Marie) defendida en Lille – La participation des Laïcs au ministère de la Parole ou la
place du Frère-Enseignant dans l’Église – será publicada en 1962 por LIGEL bajo el título
Catéchèse et Laïcat (784). Esa tesis hace época en la teología del laicado y ofrece a los Estudios Lasalianos un sólido enfoque histórico y teológico de la obra (y de las obras) del Fundador, antes de que los Cahiers lasalliens hubiesen podido proporcionar referencias: los intercambios, firmes y corteses entre Michel y Maurice muestran que, aunque dicha tesis se inscribe bien dentro del proyecto de los Cahiers lasalliens, la misma desborda su marco. Sin duda
que LIGEL la editó para ofrecerle una difusión que fuera más allá de los Hermanos.
En 1963, el libro es íntegramente traducido al español (803), pero en 1991 la traducción en inglés (1235) no tomará más que la parte propiamente lasaliana, omitiendo todo el movimiento catequístico italiano y francés en el cual se inscribe la acción del
Fundador, así como los diversos ensayos de nuevas formas de vida consagrada en los
siglos XVI y XVII europeos.
6
Durante el Capítulo General de 1976, un largo debate enfrentaba a quienes ponían en primer lugar la consa‐
gración del Hermano, con aquellos que afirmaban la prioridad de su misión. Aprovechando un día libre, el Hermano Michel Sauvage consultó todas las fichas de las palabras “consagración, consagrado”: el término va siempre seguido de “para”. De ese modo quedaba probado que, para Juan Bautista de La Salle, ni la consagra‐
ción ni la misión tenían la prioridad, sino su integración. Fue gracias al ingrato trabajo del Vocabulaire lasallien que semejante respuesta pudo ser dada, y recibida sin contestación. Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:2-25
Vale la pena señalar otras publicaciones, aunque no figuren en la Bibliographia internationa- 11 lis Lasalliana: el hecho de que sea un trabajo colectivo casi oficial no impide la solidez de los
estudios que las mismas resumen...
- La Circular 371, del 6 de febrero de 1962, pedida por el Hermano Superior Nicet-Joseph
al equipo de la revista Catéchistes, principalmente a su director, el Hermano Vincent AYEL,
sobre Nuestra vocación de catequistas, será citada con elogios por el Hermano español José
María PÉREZ Navarro en La catequesis lasaliana en los últimos 50 años, San Pío X, Madrid,
2003, (p. 174-178). Evocaremos más adelante el interés y los límites de esas lecturas de la
Historia del Instituto a través de una dimensión clave de su práctica educativa y espiritual.
- La Circular 406, del 25 de diciembre de 1977, Nuestra Vida Consagrada, ofrece, en su
capítulo 4, Quelques jalons pour une histoire des vœux dans l’Institut des Frères des Écoles
chrétiennes. En ella se percibe la obra de los Hermanos Michel SAUVAGE y Maurice-Auguste
HERMANS. Su carácter oficial nos permitió poder leer ese estudio en las principales lenguas
del Instituto.
- Comunicación a los Hermanos es un opúsculo, aparecido en septiembre de 1969 y que
fue poco conocido, incluso en Francia. En él, cuatro Hermanos Asistentes francófonos – Michel SAUVAGE, Patrice MAREY, Maurice-Auguste HERMANS y Arthur BONENFANT – defienden al Hermano Superior Charles-Henri BUTTIMER de las críticas que sus conferencias en el
CIL habían recibido por parte de los medios tradicionalistas franceses; el estudio del Trasfondo conciliar y capitular es verdaderamente el desarrollo de una respuesta que el Hermano
Michel Sauvage había comenzado, durante una sesión, a una pregunta de un Hermano: “Se
nos dijo en el noviciado, que había que abandonar el mundo; hoy se nos dice que hay que
comprometerse con el mundo: ¿qué concepción tienen, de ese mundo, la Iglesia y el Instituto,
para pedirnos ahora comprometernos con él?”.
5. El impacto del Hermano Michel Sauvage, Director de los Estudios Lasalianos de 1987
a 1991
5.1 El Consejo Internacional de los Estudios Lasalianos (CIEL). La muerte casi súbita,
el 12 de julio de 1987, del Hermano Maurice-Auguste lleva al Hermano Michel SAUVAGE a
ocupar la dirección de los Estudios Lasalianos: después de una amplia consulta en diversos
sectores del Instituto, en 1988, el Hermano Michel lanza las investigaciones y publicaciones
en nuevas direcciones. Tras asumir sus funciones, el Hermano Michel deseó rodearse de consejeros de diversas Regiones del Instituto: esos Hermanos particularmente competentes se
reunirán en Roma una vez al año. El CIEL estudia la continuidad a dar a la encuesta de 1988:
así se inician trabajos a largo plazo cuyo desenlace supera con creces el tiempo que el Hermano Michel dirige los Estudios Lasalianos. En particular, el CIEL desea unánimemente la informatización de los escritos del Fundador. Para seguir las etapas de ese largo proceso de informatización (ver 5.5), me veré obligado a superar ampliamente los cuatro años durante los
cuales el Hermano Michel Sauvage dirigió los Estudios Lasalianos.
5.2 En 1970, el Hermano Yves POUTET había publicado por cuenta del autor su tesis de
doctorado (887), Le XVIIe siècle et les origines lasalliennes. Recherches sur la genèse de
l’œuvre scolaire et religieuse de J.-B. de La Salle (1651-1719). En 1987, publica en Seuil, en
París, Jean-Baptiste de La Salle, un saint du XVIIe siècle (1117 = 1254), pero, para la mayoría
de los investigadores, un buen número de sus artículos, aparecidos anteriormente en revistas
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especializadas, eran imposibles de encontrar y merecían volver a ser publicados en los Cahiers lasalliens: en 1988, el CL 48 retoma diversos artículos bajo el título Jean-Baptiste de La 12 Salle aux prises avec son temps 7 (1139), entre los cuales figura la magistral demostración que
le permite identificar al autor de la École Paroissiale. Más adelante se volverán a publicar
otros artículos suyos (ver 7.2).
5.3 Les temps de la "Sécularisation" 1904-1914 (EL 1 = 1232). El Hermano Michel
Sauvage descubrió en los Archivos de la Casa Generalicia el manuscrito del volumen no publicado de Georges RIGAULT sobre la Secularización, que llevaba la indicación "No leer sin la
autorización del Hermano Superior": en efecto, el autor se había limitado a ese aspecto – la
"secularización" durante el período 1904-1914 – y emitía juicios sobre lo que los diversos
Superiores habrían debido hacer. Con el distanciamiento del tiempo y el complemento de un
volumen de notas y testimonios (EL 2 = 1233), el Hermano Michel consigue publicar en 1991
una segunda colección, Études lasalliennes, para publicar estudios históricos o temáticos
sobre los períodos que siguieron al siglo de La Salle. A continuación aparecerá el estudio (EL
3 = 1259) del Hermano Raymond Robert TRONCHOT sobre La Liquidación de los bienes de la
Congregación de los Hermanos (1992, 272 p.), que muestran un pillaje desenfrenado de dichos bienes por los liquidadores, el principal de los cuales, Duez, será condenado a trabajos
forzados: preciosas fuentes para conocer lo que sucedió con las casas del Instituto en cada uno
de los departamentos franceses. Esa colección permitirá publicar muchos otros estudios históricos, incluida una colección del Hermano Michel Sauvage: volveremos a hablar de ello más
adelante.
5.3 La publicación de los Thèmes lasalliens. El CIEL da también su aprobación para la
publicación de una nueva colección, destinada a facilitar la introducción al pensamiento de
Juan Bautista de La Salle, teniendo en cuenta la distancia cultural que nos separa de su época.
El objetivo es precisar el sentido de 100 palabras del Fundador: lo que él quería decir en su
tiempo, lo que ello significa en su pensamiento, lo que podría decir hoy. Una veintena de colaboradores voluntarios contribuyeron en cada volumen: los dos primeros (1283 y 1284), aparecidos en 1993 y editados en 3 lenguas, se refieren cada uno a 33 palabras. Se trata pues de
un emprendimiento de divulgación lasaliana de buen nivel, con estudios de primera mano. El
formato europeo A4 se adoptó para permitir la fotocopia con miras a la utilización de esos
pequeños estudios para un trabajo colectivo.
Primitivamente se había considerado el estilo de un diccionario, por lo tanto sin reproducir textos del Fundador, dando únicamente su referencia (lo cual ha sido escrupulosamente respetado por los Hermanos americanos); pero se han presentado también estudios de gran calidad y claramente más amplios, con numerosas citas, lo cual hace
que el conjunto sea poco homogéneo - con la dificultad de que las citas al principio
hacen referencia a los Cahiers lasalliens en sus primeros tomos, luego adoptarán las de
las Œuvres complètes. En 1996 aparecerá un tercer volumen (1341) pero se sigue esperando un 4º volumen, ya que numerosas palabras se fueron añadiendo a las 100 consideradas al principio y se buscan aún colaboradores para elaborar algunos temas. Se
trata pues de un trabajo heterogéneo, y sin embargo muy útil. Se pueden encontrar estudios del mismo tipo, pero únicamente en francés, en la página Web de los Hermanos
del Canadá francófono, a continuación del texto de las Œuvres complètes (que copia el
libro impreso, sin las correcciones ni las anotaciones elaboradas posteriormente).
7
No confundir con el librito, muy pedagógico, escrito por el Hermano Léon LAURAIRE y traducido en 4 lenguas entre 1980 y 1995, Un éducateur et un saint aux prises avec la société de son temps, Jean‐Baptiste de La Salle (1018). Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:2-25
5.4 La informatización de los escritos de Juan Bautista de La Salle. Mediante un con- 13 trato con el servicio Informatique et Bible de la abadía belga de Maredsous (programa MBIBEL, Micro BIBle Études Lasalliennes), el Hermano Michel Sauvage, con el apoyo unánime
del CIEL, lanza la informatización de los escritos del Fundador de los Hermanos, a pesar de la
negativa del Consejo General del Instituto a subvencionar la operación – lo cual lleva a recurrir a los Distritos franceses y francófonos (Canadá, Bélgica Sur y, subrayémoslo, Bélgica
Norte) para financiar (al principio, a fondo perdido) la entrada de datos del conjunto de las
obras del Fundador, luego (reembolsada al 80 % con la venta) la publicación conjunta de la
edición electrónica (en la lengua original, el francés del siglo XVII) e impresa de sus Œuvres
complètes (1334).
El trabajo fue supervisado muy atentamente por su colaborador, el Hermano canadiense Jean-Guy RODRIGUE. Por desgracia, el Hermano Michel debe abandonar pronto
Roma (y los Estudios Lasalianos) por razones de salud. El Hermano Léon LAURAIRE
le sucede. El Hermano Rodrigue se ve también afectado por una enfermedad, que no
se descubrirá hasta más tarde, y la calidad de su trabajo se resiente con ello.
La relectura del trabajo de Maredsous, tras un listado de ordenador, ha dejado un centenar de
faltas importantes que pueden llevar a error (serán corregidas en la edición electrónica y únicamente señaladas en una separata de la edición impresa); existe también un millar de faltas
que el lector puede corregir por sí mismo, sin contar la puntuación que hubiera sido necesario
modernizar. Sobre todo, es un texto de trabajo, escueto, sin introducciones y sin notas. Ahora
bien, las notas eran indispensables, al menos para el texto de la Conduite, que reproducía un
texto manuscrito a menudo erróneo: la edición de los Cahiers lasalliens de la Conduite (CL
24 = 823) presentaba en paralelo el texto de la edición princeps de 1720 que permitía rectificar: el no tomar en cuenta ese texto dejaba frases incomprensibles, “injurias hechas al Sr. de
La Salle” como titulaba el Hermano canadiense Gilles BEAUDET en la publicación periódica
Reflets lasalliens de los Distritos del Canadá francófono.
Por lo cual el Hermano Alain HOURY, al suceder en 1993 al Hermano Léon Lauraire en la
dirección de los Estudios Lasalianos, considera enseguida la preparación de otra edición
electrónica, corregida, anotada, provista con paralelos lasalianos y un complemento de referencias bíblicas; especialmente se elabora una introducción general e introducciones a cada
escrito, ofreciendo igualmente algunos textos no conservados en la edición de las Œuvres
complètes y que pueden servir como documentos complementarios. En 2005, se llegó así a
una presentación que se inspira en la de las biblias católicas, con la diferencia de que, en ninguna introducción, fue posible ofrecer una síntesis teológica del pensamiento del autor.
Esa síntesis teológica será algún día, es de esperar, el fruto de un trabajo paciente, comenzado sobre todo por el Hermano Jean PUNGIER para los « Catéchismes de M. de
La Salle » (1084), en 1985, y su Urbanidad (CL 58-60 = 1338, 1360 y 1395) en 19961999 (ver también el trabajo realizado aún hoy día por el Hermano Léon LAURAIRE
sobre la Guía), que permite poner de relieve el pensamiento propio del Fundador de
los Hermanos apoyándose sobre la manera en que toma prestados una buena parte de
sus escritos a uno y otro de sus predecesores, o en corregir la expresión cuando no sigue completamente su pensamiento.
5.5 La edición de las Œuvres complètes y el tema de las lenguas. Señalemos las etapas
de las publicaciones: la edición simultánea de los disquetes de ordenador y del libro impreso
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de las Œuvres complètes en francés data de 1993; a partir del 2000, será progresivamente imposible utilizar los disquetes en los nuevos ordenadores, ya que el sistema anticopia de Ma- 14 redsous impide su instalación cuando la frecuencia utilizada por el ordenador es más elevada
que la considerada inicialmente. La edición anotada en Word está lista desde 2005, accesible
en el sitio Web francés desde el 2007, pero aún no ha sido posible conseguir un motor de
búsqueda suficientemente capaz.
- La traducción española del Hermano español José María VALLADOLID tuvo en cuenta todas
esas correcciones (así como también del sistema de referencias de la edición francesa de las
Œuvres complètes); los Hermanos colombianos Edwin Arteaga y Bernardo Montes retomaron
esa traducción para adaptarla a los lectores latinoamericanos (las Meditaciones aparecieron en
el 2010).
- La traducción portuguesa que el Hermano brasileño Edgard HENGEMÜLE está terminando
utiliza también la edición anotada.
- Señalemos que el Hermano italiano Serafino BARGAGLIA ha consultado en gran medida los
Estudios Lasalianos, aunque no ha logrado evitar una lengua italiana que magnifica y modifica a veces el sentido de tal o cual expresión; también ha desarrollado las notas según las costumbres universitarias italianas que buscan la primera aparición de un tema en la historia del
pensamiento más que en los textos de la época que pudieron sensibilizar sobre el particular al
Sr. de La Salle.
- Por su parte la traducción inglesa, realizada durante un período bastante largo y por diferentes traductores, ha comenzado a ser revisada por el americano Hermano Paul Grass: siguen
subsistiendo diferencias en cuanto a la elección de los textos, principalmente el de la edición
impresa de 1720 de la Conduite des Écoles chrétiennes en lugar del manuscrito de 1706.
Señalemos que el principio de numeración de las Cartas, diferentes en inglés y en italiano, no es el establecido por el Hermano Jean-Guy RODRIGUE y el CIB de Maredsous para la edición de las Œuvres complètes; además, las traducciones en esas lenguas no han conservado ese sistema de referencia: la traducción de estudios que citan
escritos del Fundador resulta así más difícil, algunos traductores prefieren traducir las
citas sin referirse al texto usado en la otra lengua, y el lector no puede acudir a él sin
ciertas acrobacias.
La cuestión de las traducciones es importante. No es necesario ser perfectamente
francófono para estudiar los textos del Fundador, pero hay que ser capaz de recurrir al
texto original para estar seguro de que se comprenden exactamente los términos que él
emplea: una traducción no es nunca un calco perfecto del original. Esta observación se
dirige también a los francófonos actuales que corren el riesgo de equivocarse sobre
una expresión como « sans doute » que, en nuestros días quiere decir « probablement » pero que significaba en la época del Fundador « sans aucun doute », « certainement ».
5.6 Es conveniente examinar a parte el género literario de los dos ensayos que el Hermano Michel Sauvage y el Hermano cubano-americano Miguel Campos compusieron juntos, y
que han sido traducidos a las principales lenguas del Instituto. No se trata de hacer un comentario autorizado de los escritos del Fundador sino de abrir perspectivas teológicas y espiritua-
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les a partir de su itinerario y de su pensamiento, como hitos con vistas a la síntesis de su espi15 ritualidad.
En 1977, Annoncer l’Évangile aux pauvres – expérience et enseignements spirituels
(933) – está firmado por los Hermanos Michel SAUVAGE y Miguel CAMPOS. El origen de ese
libro es el artículo demasiado largo que el Hermano Michel preparó para el Diccionario de
Espiritualidad. Desarrollado en colaboración con el Hermano Miguel, ese trabajo dio lugar a
un libro editado por Beauchesne. El enfoque trinitario del conjunto da una amplitud insospechada al pensamiento lasaliano: algunos se han preguntado si ese movimiento trinitario proviene del Sr. de La Salle o más bien de la formación tomista del Hermano Michel. Una investigación informática sobre el Corpus lasaliano muestra con toda evidencia que dicho enfoque
trinitario de la Historia de la Salvación es el del Fundador: se han podido anotar más de 100
pasajes trinitarios en sus escritos.
En 1989, el CL 50, comentario de la Explication de la Méthode d’Oraison, firmado por
los Hermanos Miguel CAMPOS y Michel SAUVAGE, no es una edición crítica de ese escrito del
Fundador sino que se presenta modestamente como un instrumento de trabajo (1155). A partir de un desglose minucioso del texto en pequeñas unidades significativas, es un ensayo de
actualización de un texto que, por más inspirador que sea en sus comienzos, no deja de plantear interrogantes sobre la limitación de perspectivas a propósito de la máxima ¿de qué sirve
al hombre ganar el universo si acaba perdiendo su alma? Haciendo aparecer las citas bíblicas
subyacentes al texto en cuestión, los autores lo hacen aceptable. Pero la cuestión sigue en pie:
¿el final de la Explication es de la pluma del Sr. de La Salle o, a partir del plan esbozado, resulta ser la obra de una mano ajena, por ejemplo la del Hermano Irénée?
6. El Hermano Léon Lauraire, Director de los Estudios Lasalianos de 1991 a 1993
Llamado a la dirección de los Estudios lasalianos, el Hermano Léon LAURAIRE continúa los
trabajos iniciados por su predecesor: así es como con un comité de lectura, lleva a término la
publicación en tres lenguas de los dos primeros volúmenes de los Thèmes lasalliens (12821284); entra en contacto con los Hermanos que realizan la Sesión Internacional de Estudios
Lasalianos (SIEL) para encontrar nuevos redactores para el 3er volumen.
Se hace sentir la necesidad de una Historia del Instituto, más abierta a la evolución de las sociedades que el Précis de 1935 (471), y menos desarrollada que la de Rigault. A pesar de su
edad, se pide este trabajo bastante largo al Hermano Henri BÉDEL, él lo acepta en una perspectiva de formación al estudio de los documentos, de ahí el título general que da a los volúmenes que elabora con perseverancia en la colección Études lasalliennes, Iniciación a la
Historia del Instituto. Su trabajo puede clasificarse entre los trabajos de investigación, pues,
enseñando a leer los documentos, lleva al lector a interrogarse sobre las condiciones de su
producción y sobre su validez: ¡aprender a "dudar" metódicamente es un ejercicio saludable!
Además, cada capítulo va seguido de un estudio, realizado de primera mano y apoyándose
sobre trabajos de calidad, muchos de los cuales no habían sido aún objeto de publicación, sobre un punto particular de la historia.
En 1991, el Hermano argentino Bruno ALPAGO es llamado para investigar el servicio que el
Instituto ha aportado a los pobres a lo largo de su historia: después de varios períodos de trabajo intensivo en los Archivos de Roma, tomados sobre sus vacaciones de acuerdo con su
Hermano Visitador, el Hermano Bruno termina en 1998 el texto español de El Instituto al
servicio educativo de los pobres (Études lasalliennes n° 7) cuya edición en 3 lenguas será
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ofrecida a los miembros del 43º Capítulo General (1402) en mayo del 2000. Consecuencia
imprevista: los Hermanos Visitadores, al haber recibido el libro en propia mano, a menudo se 16 olvidaron de solicitarlo para los Hermanos de sus Distritos. ¡Es uno de los libros menos conocidos de esa colección! Consiste esencialmente en un análisis muy exhaustivo de los Archivos
de la Casa Generalicia, cuyos elementos son situados dentro de la evolución de la sociedad,
de la Iglesia y del Instituto; por desgracia al autor le faltó tiempo suficiente para extraer de
todo ello una síntesis, a través de una problemática bien articulada: esperemos que alguien
pueda dedicarse a ese trabajo indispensable para obtener el beneficio esperado.
Por su parte, el Hermano español Pedro María GIL emprende un ensayo sobre la identidad
lasaliana a lo largo de las épocas, a través de un cuadro de lectura histórica que debe mucho a
una lectura de la aparición de la modernidad. Su texto original es publicado en 1994 (Études
lasalliennes n° 4), Tres siglos de identidad lasaliana: La relación misión-espiritualidad a lo
largo de la historia de los Hermanos de las Escuelas Cristianas (1298). Si bien el Hermano
Pedro es un excelente orador, su escritura es difícil y las traducciones delicadas de realizar:
para tratar de desvelar su pensamiento, a veces habrá que contentarse, sobre todo en francés,
con expresiones no siempre acertadas (en inglés, en 1998: 1370; en francés, en 1999: 1388).
7. El Hermano Alain HOURY, Director de los Estudios Lasalianos de 1993 a 2004
7.1 El Hermano Léon LAURAIRE es remplazado antes de haber podido dar la medida de su
capacidad como Director de los Estudios Lasalianos: su regreso a Francia le proporcionará en
cambio mayor tiempo para culminar con éxito el ambicioso proyecto de estudiar a fondo la
Conduite des Écoles chrétiennes, primeramente según un enfoque contextual (CL 61, en
2001), luego según un enfoque pedagógico (CL 62, en 2006) y una aproximación comparativa (CL 63, en prensa), en espera del enfoque diacrónico, el estudio de las ediciones de 1720 a
1903.
Siguiendo la sugerencia del Hermano Léon, el Hermano Alain HOURY obtiene una modificación del Consejo Internacional de los Estudios Lasalianos: el CIEL estará en adelante compuesto sobre todo por miembros de la Casa Generalicia cuyo trabajo está directamente interesado en las producciones de los Estudios Lasalianos. La Comisión de la Formación, el Secretario General y el servicio de publicaciones desean una investigación más aplicada, sin negar
la necesidad de continuar con las investigaciones fundamentales sobre los orígenes de los escritos del Fundador. La Circular 437 da cuenta, el 8 de diciembre de 1993, de la organización
y puesta en marcha después del Capítulo General de 1993: Hacia el Año 2000 explicita así los
objetivos establecidos para la Comisión de los Estudios Lasalianos:
“- poner en marcha y acompañar la investigación fundamental;
- promover herramientas de referencia para la formación lasaliana;
- censar herramientas fiables para la comunicación, incluidas las traducciones y las publicaciones”.
“Medios. Entre los 27 diferentes trabajos en curso, se concede una atención especial a
la culminación, entre Navidad de 1993 y Pascua de 1994, de la puesta en disquetes de
ordenador del conjunto de los escritos de Juan Bautista de La Salle […]. La preparación de una corta historia del Instituto, a petición del Secretariado para la formación,
avanza según lo establecido. […] La comisión observa con satisfacción el aumento de
referencias a los Cahiers lasalliens en los periódicos científicos” (p. 23-24).
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Después del Capítulo del 2000, el Consejo Internacional de los Estudios Lasalianos volverá a tener una composición que refleje la diversidad de las Regiones del Instituto para mejor 17 tener en cuenta sus realizaciones y sus expectativas. El 1º de abril del 2001, la Circular 448,
Hacia el Año 2007, da a la Comisión “Formación”, como 7º objetivo: “Impulsar los estudios
sobre San Juan Bautista de La Salle, la historia del Instituto y las prácticas educativas y espirituales del Instituto hoy”. El objetivo esencial del Consejo Internacional de los Estudios Lasalianos (CIEL) “será: (a) establecer un programa de investigación, (b) proceder a la evaluación de las publicaciones editadas por los Distritos […] con el fin de estudiar si será
oportuno dales una mayor difusión”. “El Secretariado para los Estudios Lasalianos publicará
obras sobre el carisma lasaliano, para uso de la formación inicial y continua de los Hermanos y de los Colaboradores” (p. 20-21).
7.2 La publicación de los trabajos sobre el Fundador y su tiempo. Hemos hablado anteriormente (ver 5.4) de la edición paralela, informática y papel, de las Œuvres complètes (en
1993), del gran interés y de los límites de esa edición que es de un volumen un poco superior
al de una Biblia. El Hermano Alain, en vista de las dificultades encontradas muy pronto con el
programa de Maredsous, emprende la preparación de una nueva edición electrónica, lo cual
supondrá unos diez años.
A falta de las Actas de un Congreso, que se celebró en Parmenia sobre la significación de
esa etapa en la vida y la obra de Juan Bautista de La Salle, sale, en 1994, Parménie: la crise
de Jean-Baptiste de La Salle et de son Institut (1712-1714) (CL 57 = 1293) escrito en francés
por el Hermano americano Leo Charles BURKHARD, con la colaboración del Hermano Michel
SAUVAGE. Las pocas inexactitudes del trabajo del Hermano Leo fueron felizmente corregidas
en la traducción española realizada por el Hermano colombiano Edwin Arteaga; en cuanto al
comentario de la carta del 1º de abril de 1714, realizado por el Hermano Michel, yo lo considero como un modelo en su género, a la vez riguroso en la explicación y profundo en la comprensión del proceso del Fundador8.
En 1994, el CL 56 (1302) publica, del Hermano Yves POUTET, Charles Démia (16371689). Journal de 1685-1689, présenté, transcrit et annoté. 439 p. En 1995, son las ediciones
Don Bosco, en París, quienes inauguran una nueva colección con otro libro del Hermano Poutet (1326), Genèse et caractéristiques de la pédagogie lasallienne (241 p.): la obra será traducida en inglés y publicada por los Hermanos en Manila en 1997 (1358). En 1999 aparecen los
CL 43 et 44, colecciones de artículos del Hermano Poutet sobre Juan Bautista de La Salle y
su época (1394), llegando hasta el siglo XIX e incluso hasta 1966 (les Provinces dans
l’Institut des FEC).
7.3 La evolución de los Estudios Lasalianos y una nueva colección Essais lasalliens.
Los volúmenes del Hermano Henri BÉDEL de Iniciación a la Historia del Instituto (ver 6) no
siguen una numeración continua sino que se inscriben en el orden cronológico de las apariciones en la colección Études lasalliennes. Además de las "relecturas" de la Historia de los
Hermanos, de las que hablaremos más adelante (7.5), aparecen en esa colección algunos artículos del Hermano Michel Sauvage (EL 8 y 10, en 2001 y 2002) que no entran dentro del
8
Un pesar, que no invalida en nada la calidad del trabajo: el Hermano Michel no vio el texto recibido por el Sr. de La Salle que le decía “le suplicamos que vuelva”, sin precisarle que era para “hacerse cargo en seguida del cuidado del gobierno general de nuestra Sociedad” – Confrontar CL 8,118 y CL 8 ab,19 (Abrégé de la Vie du Frère Barthélemy) – Eso explicaría mejor la reacción de los amigos del Fundador en Grenoble y la declaración del mismo al llegar a París: “Aquí me tienen. ¿Qué desean de mí?” (Blain CL 8,120). Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:2-25
marco del “siglo lasaliano”: otros, reagrupados bajo el título Jean-Baptiste de La Salle et la
18 fondation de son Institut dieron lugar al CL 55 (en 2001).
Ciertos estudios no tenían la suficiente amplitud (en su tema como en su desarrollo) para
dar lugar a un número de los Estudios Lasalianos. De acuerdo con el CIEL, el del Hermano
Jean-Louis Schneider permanecerá por mucho tiempo el único número de los Essais lasalliens, Un certain air d’élévation et de grandeur (en 2004).
7.4 En las diversas Regiones se realizan numerosas publicaciones para expresar el Proyecto educativo lasaliano, tal como quiere vivirse en las redes de las obras lasalianas animadas por un número creciente de Laicos junto a un número de Hermanos en rápida regresión.
Ese tipo de investigación aplicada se apoya a la vez sobre un análisis de las situaciones actuales y sobre una relectura del itinerario educativo de los Hermanos con el objetivo de actualizar
la Guía de las Escuelas. Algunos, incluso tuvieron la esperanza de poder un día “rescribir la
Guía para nuestro tiempo”, pero la profunda diversidad de las situaciones hace sin duda ilusoria hoy la producción de un texto válido para el conjunto del Instituto. Ello obliga a la mayor parte de las Regiones a abrir a un público más amplio, los textos-fuente fundamentales de
la pedagogía y de la espiritualidad del educador lasaliano. En los Estados Unidos, los Hermanos publican, con una introducción sustancial, una colección de textos del Fundador en una
prestigiosa colección. En Francia, Éveline Geoffroy realiza un trabajo análogo con el Hermano Jean-Louis Schneider que reconstituye el itinerario humano y espiritual del Fundador: Les
sources de la pédagogie chrétienne : Anthologie de textes de Jean-Baptiste de La Salle, París,
Salvator, 2007, 374 p.
7.5 La relectura de la Historia del Instituto bajo diversos aspectos. Ya es hora de superar el tiempo de los orígenes para ver qué frutos han producido las semillas originales: eso
pone de relieve los dinamismos fundamentales que caracterizan la obra lasaliana.
Ya hemos encontrado relecturas más o menos parciales de la historia del Instituto bajo uno
u otro aspecto. Cito aquí aquellos que tienen una cierta amplitud:
- la enseñanza técnica en los siglos XVII y XVIII. (Prévot 802) y la ortopedagogía elaborada en Saint-Yon (Würth 897, traducido al inglés 1149);
- la relación entre espiritualidad y misión (P. Gil 1298) y el servicio educativo a los pobres
(Alpago 1401);
- el cuerpo en san Juan Bautista de La Salle, que el autor, Pascal FOREST, completa mediante una investigación análoga para el siglo que le siguió; sería interesante prolongar
esa dimensión antropológica con la actitud del Sr. de La Salle con relación a la sexualidad (en Thèmes lasalliens 3, el artículo Castidad, del Hermano Jaume PUJOL).
Probablemente existan tesis que realizan un trabajo semejante y que yo no he leído: seguramente no han superado el sector donde fueron elaboradas. También una tesis poco conocida,
la del Hermano español Abelardo ARRIBAS González, El laico en la obra de S.J.B. de La Salle y la Misión compartida, Roma, 1997, 146 p. (1343). Quizás sea debido al hecho de que no
fue editada en una colección del Instituto, al haber trabajado y publicado en Roma el Hermano Abelardo sin contacto con el servicio de los Estudios Lasalianos.
Este tipo de estudios son de un gran interés ya que permiten situar en la historia el impulso
dado por Juan Bautista de La Salle a un aspecto de vida y del ministerio de los Hermanos. Así
se manifiesta su calidad, no solamente de iniciador sino también de Fundador, dotando a sus
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:2-25
discípulos de una creatividad para prolongar, de modo a menudo imprevista, una intuición del
tiempo de los orígenes. El riesgo está en buscar a cualquier precio continuidades allí donde 19 predominan las rupturas, o bien, tratándose de un campo de actividad, en aislarlo de la unidad
de vida del conjunto de los Hermanos; finalmente, los controles de interpretación, tomados
necesariamente en un contexto intelectual dado, serán un día vueltos a poner en cuestión
cuando se modifiquen las lecturas históricas de una época. No digo que los diversos estudios
de este tipo sean invalidados por ese hecho, pero cabe pensar que algún día deberán ser revisados desde nuevos puntos de vista.
Tomo el ejemplo de una investigación que no ha sido aún objeto de un trabajo de tipo
universitario: la acción de los Hermanos con los jóvenes sordo-mudos. En el Oeste de
Francia, se acudió a los Hermanos de San Gabriel. ¿Qué hacían pues de particular los
Hermanos de las Escuelas Cristianas de Chambéry para que las autoridades los solicitasen en 1844 hacerse cargo de semejante obra? No existían precedentes en el tiempo de los
orígenes. La enseñanza de los rudimentos para esa población doblemente desfavorecida
(pobre y con incapacidad sensorial) requería un internado de larga duración, incluso durante toda la vida, prolongando los años de formación con un aprendizaje profesional y,
seguramente, con el trabajo en el propio lugar, como en un “taller protegido”, se continuaba hasta la vejez. En consecuencia, el contacto con la familia quedaba reducido al
mínimo. Ahora bien, para la pedagogía lasaliana era importante cooperar con la familia
en la educación del joven. Probablemente fue por eso por lo que el Sr. de La Salle comunicó al joven Clément que su proyecto inicial - educar en internado desde los 7 a los 20
años - no entraba en la visión del Instituto (CL 8,73).
Con "el lenguaje de los signos" (heredado del Padre de l’Épée), luego con "el método
oral puro" adoptado progresivamente después del Congreso de Milán (1880), la enseñanza de los jóvenes sordomudos necesita una especialización que reduce notablemente la
movilidad de los Hermanos que se dedican a ella. Para poner al servicio de esos jóvenes
la evolución metodológica, hay que realizar cursos, participar en congresos, a veces en el
extranjero. Finalmente, la ausencia de vacaciones sin sus pensionistas los aísla también
de los Hermanos de su Distrito reunidos para el retiro anual. ¿Cómo, con semejantes limitaciones con respecto a las reglas habituales de su Instituto, los Superiores pudieron gestionar ese sector de actividades? ¿Qué incidencias tuvo todo ello sobre el compromiso de
los Hermanos ante las poblaciones en riesgo de aquella misma época, como los huérfanos,
los presos y en cierto modo, de los jóvenes aprendices? Más tarde, ¿el trabajo de los
Hermanos con los ciegos o mutilados se benefició de esos avances pedagógicos y educativos? Sobre todo, ¿qué incidencias tendrá todo ello sobre la metodología, la acción social y la vida espiritual de los demás Hermanos consagrados a la enseñanza primaria,
técnica, secundaria o universitaria? Ello supone un listado de cuestiones bastante cargado
para una investigación sistémica, la única capaz, a mi parecer, de tomar en cuenta lo que
eso representa para el Instituto.
8. El Hermano Jean-Louis Schneider, Director de los Estudios Lasalianos 2004-2009
Al ser destinado a los Archivos Lasalianos el Hermano Alain Houry, el Hermano Jean-Louis
Schneider se hace cargo de la dirección de los estudios lasalianos. El Hermano Jean-Louis
SCHNEIDER, con una investigación básica y una proliferación de testimonios de Hermanos y
de Laicos, publica en el 2004 El carisma lasaliano (EL 13), que había sido solicitado por la
Circular 448. En 2007, edita uno tras otro: el último trabajo del Hermano Jean PUNGIER Le
Catéchisme des Mystères et des Fêtes (CL 64, en 2007); diversos estudios del Hermano es-
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:2-25
pañol Josean VILLALABEITIA: en la colección Études lasalliennes, n° 14, directamente en
español, Consagración y audacia: La Comisión Internacional de los Votos (1971-1976; y, en 20 la colección Essais lasalliens, n° 2, también en español No hagáis diferencia... Consagración
y tareas apostólicas en los primeros tiempos del Instituto9. En el 2008, aparecen en 3 lenguas
dos libritos del Hermano español Antonio BOTANA que hacen época: Vocabulario Temático
de la Asociación Lasaliana y Fundamentos para un modelo actual de Familia Lasaliana, los
nos 3 y 4 de los Essais lasalliens.
Por su parte, el Hermano Louis-Marie AROZ publicó en francés en Madrid 3 volúmenes sobre
Les De La Salle de Reims, con un subtítulo, Documents probants, que manifiesta su voluntad
de desmarcarse de cualquier afirmación incontrolable.
9. Los Hermanos Mario Presciuttini 2009 y Edgard Hengemüle, Directores del Servicio
de Investigaciones Lasalianas
Como consecuencia de un nuevo plan de los Secretariados y Servicios de la Casa Generalicia,
el Servicio de los Estudios Lasalianos queda integrado en un Secretariado más amplio, Investigación y Recursos Lasalianos, que comprende también los Archivos, la Biblioteca Central y
el Museo Lasaliano, bajo la dirección del Hermano venezolano Diego Muñoz. La puesta en
funcionamiento en el 2009 se realiza con dificultades; el Hermano Jean-Louis Schneider es
remplazado por el Hermano italiano Mario Presciuttini que, apenas instalado, debe soportar
una operación en el cerebro: a pesar de su valor por proseguir su servicio, debe renunciar
pronto y muere algunos meses después. El Hermano brasileño Edgard Hengemüle acude para
asegurar la continuidad (hemos visto que traduce al portugués los escritos de Juan Bautista de
La Salle). Es muy temprano para saber si el lanzamiento de una Revista digital por parte del
Hermano Diego Muñoz iniciará un diálogo duradero entre universitarios y si algunos de ellos
se comprometerán en la investigación en los años futuros.
10. Logros y nuevos campos por abrir.
10.1 Soy muy consciente de que mi presentación de estos 50 años (y más) de investigación lasaliana está marcada por el hecho de que yo soy francés y que no puedo leer, fuera de
esa lengua, más que las obras escritas en inglés, italiano y español. Como francés, soy sobre
todo sensible a la precisión de los estudios fundamentales realizados sobre el Fundador, a los
campos en los que se movió y a la atención para presentar su lenguaje10 sin ambigüedad. Toda
investigación aplicada, para ser válida, a mi parecer, debe poder apoyarse sobre un conocimiento sólido de los orígenes del Instituto e inscribirse en una problemática capaz de comprender el cambio cultural entre el tiempo del Fundador y el nuestro. Los artículos del Hermano Antonio BOTANA en los Thèmes lasalliens 3 son para mí la ilustración de ese proceso
hermenéutico (principalmente Imitación de Cristo).
Con los límites que acabamos de señalar, es sin embargo posible esbozar un balance esquemático de las adquisiciones y de las carencias de estos años de investigaciones lasalianas.
9
La tesis del Hermano VILLALABEITIA será finalmente publicada en 2 tomos, los nos 22 y 23 de los Cuadernos Lasalianos, por las Ediciones San Pío X, Madrid, 2008: estudio del Capítulo General de 1966‐1967 en la perspec‐
tiva que anuncia el título, Una consagración apostólica, una vida integrada. 10
Para el lenguaje de Juan Bautista de La Salle, el diccionario más útil para los francófonos es el de Trévoux de 1746, aparecido, pues, muchos años después de su muerte. Ello se debe al tiempo que se necesitaba para hacer pasar a los libros impresos el lenguaje que se practicaba al principio del siglo, y al plazo de realización de un diccionario sin los medios de que disponemos hoy. Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:2-25
Comencemos por algunos detalles significativos, destinados a aquellos que no han seguido
21 detalladamente las aportaciones de unos y otros.
10.2 Hemos aprendido a conocer mejor los orígenes del Instituto y especialmente la
familia de Juan Bautista de La Salle, gracias a los trabajos de los Hermanos Yves Poutet y
Louis-Marie Aroz:
- su cuñado Jean Maillefer, que se casó en 1679 con su Hermana Marie, en enero de 1681
solicita retirarse de la sucesión conjunta de Louis de La Salle, lo cual lleva consigo la puesta en venta del Palacete de la calle Santa Margarita y la decisión del Fundador de ir a vivir
con los maestros en una casa pobre (Aroz, CL 52,58 Les années de prétoire);
- la elección de la fecha del 24 de junio para dicho cambio de residencia no es en primer
lugar devoción a su santo patrono (como lo afirma Blain) sino que va ligada a la costumbre
del Vermandois que fija en esa fecha los arrendamientos (alquiler de la casa), como lo ha
mostrado Maurice-Auguste en el Bulletin de l’Institut (781) ;
- su Hermano Jean-Louis y varios de sus sobrinos (Jean-François y François-Hélye Maillefer, hijos de su hermana Marie; Jean-Baptiste-Louis de La Salle, hijo de su Hermano Pierre)
se opusieron a la Bula Unigenitus (apelantes): lo cual nos interroga sobre la actitud de numerosos amigos del Fundador que se volvieron jansenistas - un verdadero fondo sobre el
agustinismo y el jansenismo de los siglos XVII y XVIII ha sido recolectado por el Hermano Clément-Marcel MARTINAIS y sigue esperando investigadores que lo exploten;
Disponemos de informaciones seguras sobre los años de formación en el Seminario de
San Sulpicio, los estudios que cursó, los condiscípulos del joven canónigo de Reims y las
relaciones que conservó con algunos de ellos (Poutet 887). Rigault nos presentó a Grandet el
cual, al esbozar la vida de los sacerdotes eminentes salidos del Seminario, subraya el celo del
Padre de la Chétardie hacia las escuelas de la parroquia e ignora olímpicamente al Señor de
La Salle y sus Hermanos. Siguen subsistiendo aún dudas sobre el que Blain llama “el enemigo
del Sr. de La Salle”: ¿De la Chétardie11 o Brenier, condiscípulos de Juan Bautista en San Sulpicio? Los Hermanos, cuyas "memorias" sirvieron de documentos para la Vida del Fundador,
no tenían más que una visión parcial de la situación y no permiten identificar a dicho “enemigo”.
Conocemos mejor la vida y la acción de la Señora Maillefer y de Adrien Nyel.
Fue el hijo de la Señora Maillefer quien accedió a la nobleza: ella no pertenecía a la nobleza,
su marido tampoco; además, los cotejos que podemos realizar con el texto de Blain (CL
7,147-160) muestran con evidencia que el biógrafo es más de fiar cuando cita las “memorias”
de los Hermanos que cuando se fía de los dichos de una mujer anciana ¡de casi 90 años!
Adrien Nyel, por su parte, no es aquel "giróvago" del que se ha hablado a veces: tiene por
misión crear en Reims escuelas para niños – y, siguiendo las recomendaciones del canónigo
11
Una antigua copia de la carta del cura de Villiers‐le‐Bel al deán Pierre Guyard de Laon nombra expresamente al “Padre de San Sulpicio” como quien obtuvo del Cardenal de Noailles que el Señor de La Salle ya no fuese el “Superior de los Hermanos”: pero ¿quién realizó esa copia? Hay una ligera diferencia con el texto que cita Blain... Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:2-25
de La Salle, lo realiza en el marco parroquial, cuando en Ruán lo había hecho dentro del Hospital General -. Después de los ensayos de Rethel y de Guise, volvió al Hospital General de 22 Ruán al cual había hecho entrega de su persona (Poutet y Vermeulen 783);
Podemos apreciar mejor la repugnancia del Señor de La Salle a compartir la vida de los
maestros reclutados por Nyel: el pequeño jardín, del que habla Blain (CL 7,182), alquilado
para su descanso según las cláusulas del alquiler, es también el testigo de sus mortificaciones
para que sus resistencias personales no sirvan de obstáculo a la voluntad de Dios que se manifiesta.
Comprendemos mejor las diversas tentativas para crear un Seminario de maestros rurales,
maestros que no están destinados a mantener vínculos con el Instituto de los Hermanos: ensayos fallidos en Rethel con el duque de Mazarino, causas del cierre del de Reims, razones de la
suspensión del de la parroquia Saint-Marcel, integrada en París con posterioridad a la apertura
de ese Seminario; y podremos pronto situar el destino del de Saint-Denis en el marco del pleito Clément (ver 7.3).
Ciertamente que no conocemos el contenido de la biblioteca que el Sr. de La Salle legó al
Hermano Barthélemy antes de morir (CL 26,306). Pero conocemos los libros que el joven
canónigo de La Salle compró en el momento de la liquidación de la sucesión de su padre (CL
51) y de la de Nicolas Roland (CL 53). Mantenía correspondencia con Charles Démia, quien
le envió su Trésor clérical (Poutet CL 56). Cuando Juan Bautista de La Salle distribuyó su
fortuna a los pobres conservó, siguiendo el consejo de su director espiritual, una renta de 200
libras, que dedicó a completar su biblioteca personal y a suministrar los ornamentos del altar a
la capilla de su residencia. El estudio de las fuentes de varios de sus escritos permite conocer
las obras que utilizó ampliamente y que probablemente compró con esa finalidad (ver las introducciones en la edición electrónica anotada francesa).
El conocimiento de las leyes y reglamentos concernientes a la creación de nuevas Comunidades, Institutos u otras agrupaciones reconocidas (edicto de diciembre de 1666) explica sin
duda que, para dar una estructura interna sólida al grupo de los Hermanos, el Señor de La Salle no recurrió a los votos de religión sino a los votos privados de asociación y de unión (y no
a un acta notarial como había hecho el Padre Olier para crear el Seminario de San Sulpicio).
¿Qué habría hecho el Fundador si hubiese podido disponer de una mayor libertad de movimientos? Como no nos lo ha dicho, nos vemos limitados a conjeturas: la Circular 406 (p.64)
estima que formas canónicas posteriores, como Congregaciones de votos simples o Sociedades de vida común sin votos públicos, habrían podido corresponder a las orientaciones que él
tomó. De todos modos, la Bula de aprobación, reconocimiento pontificio concedido a través
del organismo romano encargado de la aplicación del Concilio de Trento, no introdujo a los
Hermanos entre las Órdenes Religiosas, contrariamente a lo que escribe Blain (CL 8,191).
Será mucho más tarde cuando se pida a la Congregación de los Religiosos la interpretación de
la Bula.
Sabemos mejor en qué modo Juan Bautista de La Salle es el Fundador de los Hermanos.
No es él quien decide, según un plan preestablecido, abrir escuelas: él da respuesta a peticiones de eclesiásticos o de notables de una ciudad o una región, y obtiene un contrato regularmente firmado - Roma es ciertamente una excepción, Darnétal y Ruán, quizás otra. No es él
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:2-25
quien “funda” financieramente12 (colocando una suma cuyas ganancias asegurarían el funcionamiento de una obra) las escuelas ni la Comunidad de los Hermanos (que “actualmente no 23 está fundada más que sobre la Providencia” MH 0,0,2). Sino que es desde dentro, viviendo
40 años con los Hermanos, como los forma en el espíritu de su estado: de ese modo puede
escribir con ellos sus Reglas, y no como lo hizo Blain, en su despacho de canónigo, para las
Hermanas de Ruán de las que era responsable.
10.3 ¿En qué situación nos encontramos pues en la preparación de una Vida Crítica de
Juan Bautista de La Salle?
Varios estudios fundamentados nos han presentado el itinerario personal del Sr. de La
Salle, la cronología de su actuación, las instituciones y los hechos sobresalientes de su
tiempo (Gallego 1096 y, fuera del círculo lasaliano, señalemos LACHIVER, Les années de
misère. La famine au temps du Grand Roi). La mayoría de los puntos importantes parecen
aclarados actualmente, pero faltan aún algunas zonas de sombra que podemos esperar puedan
ser aclaradas en los próximos años:
- Deberíamos poder conocer mejor pronto las querellas del Señor de La Salle con los
maestros de París, (maestros de las escuelas menores bajo la autoridad del Gran Chantre,
maestros calígrafos reunidos en una poderosa "comunidad") y el pleito Clément – los
dossiers sobre cada uno de estos dos temas, reunidos por el Hermano Louis-Marie Aroz y
felizmente conservados por el Hermano José María Valladolid, serán objeto de un estudio
en profundidad, bajo la dirección del Hermano Jean-Louis Schneider. Entonces se podrán
comprender mejor las dificultades encontradas por las Escuelas Cristianas13 en un mundo
cuyas reglas penosamente negociadas perturban; así como también, el ensañamiento de los
jueces contra la persona del Fundador de los Hermanos.
- La cuestión de los amigos jansenistas del Señor de La Salle ha recibido ya aclaraciones sobre la personalidad del conde de Charmel y del cardenal de Noailles, principalmente;
gracias a las investigaciones del Hermano Martinais, sabemos también que el Hermano
Bernard Dauge, el primer biógrafo del Sr. de La Salle, tuvo simpatías jansenistas (ver EL
6,25). La cuestión difícilmente será tratada más a fondo, pues no se ha logrado aún encontrar un buen conocedor de ese movimiento espiritual (en Francia, en ese momento está
dando un giro hacia lo político) que acepte abandonar su trabajo habitual para dedicarse a
esa investigación: el fondo Martinais, del que acabamos de hablar, está en Roma y, en 20
años, nadie se ha presentado a estudiarlo. ¿Sería preferible trasladarlo a Francia?
- Un trabajo previo está en proceso: la preparación de una edición electrónica anotada de
Blain, el biógrafo prolijo que un autor calificó antaño de insoportable y de indispensable,
hasta tal punto compiló - a menudo torpemente - documentos ("memorias") que es posible
12
Es sin duda el título de Fundador, el que figura en la Supplique lo que llevó a engaño a los servicios romanos encargados de elaborar la Bula de aprobación: ¡hay que volver a leer el inicio de la Bula! Blain, por su parte, llama con toda razón al Señor de La Salle “el Institutor de los Hermanos”, lo cual permitió a Fernand LAUDET titular su libro L’Instituteur des Instituteurs. 13
La insistencia de Blain es curiosa: habla de las "Escuelas cristianas y gratuitas", no solamente en su ensayo histórico sobre su fundación (lo cual es lógico), sino frecuentemente para las escuelas que los Hermanos toma‐
ron a su cargo, siendo así que el Fundador nunca añade el adjetivo gratuitas, por más que practiquen una gra‐
tuidad escrupulosa con todos. Hay que recordar que en 1720, Hélyot publicaba en París el 8º y último tomo de su presentación de las Órdenes Militares, Hospitalarias... en el cual aparecen los Hermanos de las Escuelas cristianas y gratuitas: ¡su Fundador es el Padre Nicolas Barré! (p.235). Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:2-25
descubrir y, quizás, deducir interpretaciones discutibles de las que sobreabunda esta bio24 grafía hagiográfica.
- Falta aún por conocer mejor a los principales Hermanos cuya acción es inseparable de
la del Fundador: ahora conocemos un poco el medio del que provenían los "principales
Hermanos" (Loes 1392), especialmente aquellos que habían estudiado latín, y las etapas de
su vida en el Instituto (Félix-Paul, Lettres 691), incluso aquellos no figuran en el catálogo
de los Hermanos (CL 3) como el Hermano Albert: “los primeros seis meses, hará maravillas” (Carta 19,20 al Hermano Gabriel Drolin, del 4 de septiembre de 1705). No se han
explotado aún suficientemente las fichas realizadas en los Archivos de Roma sobre los
Hermanos anteriores a la Revolución: en ellas se debería encontrar algo que caracterice
mejor a los Hermanos que conoció Juan Bautista de La Salle.
- Es conveniente revisar la iconografía tradicional, ir más lejos que el Hermano Émile
ROUSSET y su colección de láminas (958), para sacar a la luz nuevos documentos, menos
hagiográficos y que correspondan mejor a las exigencias de una gran biografía. O al menos,
saber presentar los documentos indicando las circunstancias y los objetivos de su producción.
- Necesitamos también – y es la clave del dispositivo ideado por el Distrito de Francia - lograr la aceptación de un historiador de renombre para escribir la Vida crítica y darle
la difusión que merece, primeramente entre los conocedores pero también entre el público
ilustrado, principalmente aquellos que trabajan en las escuelas lasalianas y que no se echarían para atrás ante una biografía de calidad: semejante firma debería permitir publicar dicha Vida en una gran colección.
Si estas consideraciones previas se realizan con tiempo, cabe esperar, para el tricentenario
de la muerte del Fundador, en 2019, una de las obras "definitivas" – ¡si jamás es humanamente posible! – previstas en el plan inicial de los Cahiers lasalliens. ¿Qué sucederá también
con la presentación rigurosa de los escritos de Juan Bautista de La Salle?
- Con la puesta a punto (que parece inminente) de un buen instrumento de investigación
para la segunda edición electrónica – anotada – de las obras del Fundador (ver 5.4), una
buena base de trabajo estará disponible para el establecimiento del texto, la comprensión
de los términos, los paralelismos lasalianos y las introducciones.
- En lo que se refiere a la manera en que cada uno de esos escritos se sitúa con relación
a las corrientes y circunstancias de su época, disponemos ya de sólidos estudios publicados sobre las Cartas (Félix-Paul 621 y 691), las Fórmulas de los votos (MauriceAuguste CL 2), la Memoria sobre la enseñanza en francés (Schneider, Thèmes lasalliens
3), las Meditaciones (MR y MF), los Catecismos (Magaz 863, Pungier 1084 y CL 64), la
Urbanidad (Pungier CL 58-60), la Guía (Lauraire CL 61-63), la Colección (MauriceAuguste y José Arturo 814) y, especialmente, las Reglas (sobre todo Maurice-Auguste, CL
5).
- Cabe esperar que los demás textos sean objeto de estudios o encuentren quizás, en las tesis no aún examinadas, aclaraciones complementarias14.
14
Por ejemplo Instructions et Prières pour la sainte Messe utiliza un texto de Saint‐Cyran, el introductor en Francia del jansenismo, como lo ha mostrado el Hermano Jean Pungier. Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:2-25
- La edición ganará en difusión si se realiza en formato electrónico pero, si la intuición del 25 Hermano Michel Sauvage es buena, una edición conjunta sobre papel será necesaria para
un estudio en profundidad de los textos: la Biblia electrónica es muy útil para la investigación de un pasaje y las citas, pero su meditación aún exige el impreso. Y el objetivo de la
edición de los escritos de Juan Bautista de La Salle no es únicamente proporcionar un instrumento eficaz a los eruditos: se dirige también, y prioritariamente, a aquellos que quieren
inspirarse en ellos para su ministerio.
Es muy temprano para seleccionar las herramientas indispensables de trabajo. Termino este
artículo excesivamente largo señalando un gigantesco trabajo de inventario, emprendido el
Hermano canadiense Paul Aubin: él censa de manera científica los manuales escolares, o más
exactamente los libros publicados por los Hermanos para sus alumnos en diversos países.
El trabajo está lejos de verse finalizado, ya que "solamente" ha explorado los archivos de los
Hermanos del Canadá francófono, en Bélgica, de Francia y de la Casa Generalicia de Roma,
lo que le ha permitido en el 2009 exponer en http://www.bibl.ulaval.ca/ress/manscol/ una
colección ¡de 11. 319 títulos! Ya se perfilan algunas tendencias. Primero por países: France (5.
003 títulos), Canadá (2. 235), Bélgica (1. 864), Italia (903). Luego por lenguas: Francés (7.
993), Español (1. 337), Italiano (891), Flamenco (576).
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:26-33
26 ASOCIACIÓN: PREGUNTAS FUNDAMENTALES
Hno. Edgard Hengemüle fsc
Departamento de Investigación Lasaliana, Roma
RESUMEN
La asociación lasaliana plantea una serie de interrogantes fundamentales para los
Hermanos y Lasalianos del siglo XXI. Qué es, para qué, por qué y cómo,
constituyen los ejes centrales de una reflexión que se propone con la finalidad de
alimentar el debate.
Palabras-clave: asociación, misión, Hermanos, Seglares.
¿QUÉ?
1. Los diccionarios del tiempo de La Salle definen la asociación como un contrato social por el
cual dos o más personas se unen por un interés común, con vistas a un fin idéntico: la ayuda
recíproca, la acción en común, la vida más cómoda (Trévoux).
2. En el lenguaje lasaliano, la expresión adoptada desde los inicios y repetida hasta hoy es: juntos
y por asociación para …
En ella, se encuentran – y hasta de forma algo pleonástica – los elementos de esa definición que
los diccionarios de la época dan de la asociación. Presenta la idea de personas:
2.1. unidas unas con otras, con sentido de cuerpo, poniendo en común los dones naturales
y los conocimientos y habilidades adquiridos;
2.2. que hacen un contrato, se vinculan libremente y asumen un compromiso recíproco,
con vistas a un interés, un fin común, un proyecto colectivo;
2.3. y que no actúan de forma aislada y por iniciativa personal, sino que realizan su
proyecto solidaria y subsidiariamente.
3. Concretamente, en los inicios del Instituto (1691), tres personas – La Salle, y dos Hermanos,
unánimes y consensualmente, se comprometieron a hacer lo que creían, sea para el bien de la
Sociedad, es decir, para su definitiva consolidación.
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:26-33
Después (1694), fueron trece – La Salle y doce Hermanos – que, citando el nombre de cada uno
de los que con ellos hacían los votos, también se comprometieron a mantener, juntos y por 27 asociación, las escuelas gratuitas.
Después (1726), siempre juntos y por asociación, vinieron los que hacían voto de enseñar
gratuitamente.
Y, finalmente, otros volvieron a hacer voto de asociación para el servicio de los pobres, como
cuarto voto (1987) y, luego, como primer voto (2007).
Y lo que asumieron hacer, siempre, lo intentaron realizar en comunidad de discernimiento y de
acción local, distrital, regional y global, a través de diálogos y planeación de las comunidades
religiosas y educativas, de los consejos y capítulos distritales, de las asambleas regionales y de
los capítulos generales.
4. En esta secuencia histórica, un momento particularmente significativo fue el de la emisión de
los primeros votos perpetuos, en 1694. Momento particularmente significativo, entre otras
razones, por la fórmula utilizada. De acuerdo a esa fórmula, las dos realidades – la asociación y
el servicio educativo a los pobres – no son realidades paralelas: a rigor, ellas constituyen un solo
voto: asociación para asegurar las escuelas gratuitas, gratuitas para permitir el acceso a ellas de
parte de los pobres.
5. Un dato importante a considerar, en tres apartados:
5.1. El compromiso asociativo lasaliano es ciertamente un acto humano. Cuando La Salle, en
1691, escoge a Vuyart y a Drolin como compañeros para el voto que llamamos “heroico”, él se
fijó en las personas que, por sus cualidades – celo, coraje, constancia y apego a la vocación
(Blain I, p. 312-312) – le parecían las “más aptas para sostener la Comunidad naciente”.
Pero, tal compromiso, hecho por personas humanas concretas, no es de naturaleza puramente
humana, como un acto legal civil cualquiera. Luego de haber sido un acto vital, se ha convertido
en un acto votal, hecho a Dios, un acto de religión. La asociación se transformó en una
consagración religiosa. En el acta firmada el 07 de junio de 1694, los doce Hermanos que
hicieron los primeros votos perpetuos hablan de la asociación que hemos contraído por los votos
de ayer. Y más, todavía: estos votos “han transformado la asociación primitiva de los años 16791683 en una Comunidad religiosa, si bien que mal definida en relación a la legislación canónica
en vigor” (Poutet II, p. 376. Cf. Cahier Lasallien 11).
5.2. También la raíz, el origen de la asociación lasaliana, es transcendente. Ella proviene de la
percepción del designio divino de garantizar la salvación de los niños alejados de la salvación
(MR 193). Es respuesta al llamado de Dios para cooperar en la realización de este designio,
respuesta de entrega, de consagración a Dios, consagración concretada y autenticada por el
servicio educativo a los hijos de Dios más necesitados.
Y, en esta perspectiva, como dice la Circular 408 (p. 60), el cuerpo del Instituto – que realiza
este servicio en nivel global, regional, distrital y local – no es, en primer lugar, una organización
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para la acción. “Es, ante todo, un misterio de comunión que Dios convoca y envía”. Así como el
Instituto, en la visión del Fundador (MR 194,1,2), es una institución que Dios, en su bondad, ha 28 suscitado para poner remedio al mal tan grande del abandono de los niños a su propia suerte.
5.3. De la misma forma, la finalidad de esta asociación también no es tan sólo material, terrena:
el acceso de los pobres a la cultura y su promoción económica y social. Ella tiene en vista la
realización de un proyecto evangélico pleno, que incluye la formación en la dimensión espiritual,
con la instrucción, el aprendizaje de la vida moral y la práctica cultual cristiana.
Y la finalidad última de este proyecto es la gloria de Dios por la salvación integral de sus
creaturas.
6. Finalidad y centralidad:
En otras palabras, la asociación se inserta en una cadena, en una jerarquía de propósitos, de
finalidades.
Se puede decir – repitiendo – que hay dos finalidades que están más allá de la asociación: el
proyecto educativo y la gloria de Dios.
La asociación tiene por finalidad la realización del proyecto de la manutención de las escuelas
gratuitas para la promoción de los pobres; es la forma más segura y eficiente para realizarla.
Y la manutención y el funcionamiento de las escuelas gratuitas para la promoción de los pobres
tiene por finalidad la gloria de Dios; en concreto, es la forma de promoverla.
La asociación, por consiguiente, no está en la cima de la jerarquía. No es factor último. Y, mucho
menos, absoluto.
Pro, hay otro enfoque posible: Todos los demás votos pronunciados por los Hermanos, en la
descripción del Fundador (CT 2) y de la actual Regla (25-42b), incluyen la perspectiva de la
misión:
-
La castidad libera a los Hermanos para servir a las personas y para dedicarse al Reino
de Dios (R 27).
-
Por la pobreza, los Hermanos se hacen pobres para servir mejor a los hermanos, sobre
todo a los más desheredados (R 32. Cf. MF 86,3,2).
-
La obediencia lleva los Hermanos a vivir en clima de disponibilidad, dentro de una
comunidad comprometida en el cumplimiento de la misión del Instituto (R 36. CT 2,4).
-
Por la estabilidad, los Hermanos se obligan a permanecer en el Instituto para realizar su
misión específica, fieles a aquellos a quienes sirven en su ministerio (R 42. CT 2,3).
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Pero, del voto de asociación, se puede decir que tiene en vista directamente el fin del Instituto,
que es la misión: dar educación cristiana, por la manutención de las escuelas gratuitas (RC 1,3 y 29 1,1): Por el voto de asociación para el servicio educativo a los pobres, los Hermanos se
comprometen a animar comunitariamente escuelas y centros de educación cristiana al alcance
de los pobres y a actualizar los métodos educativos, orientándolos sobre todo a la promoción de
los ambientes populares (R 39. Cf. CT 2,1).
Creo que es en relación a la misión que se puede, sobre todo, hablar de la centralidad del voto de
asociación, y justificar su anteposición a los demás votos en la fórmula con la que ellos son
emitidos.
7. Estilo de vida
En el caso lasaliano, la asociación no es tan sólo unión de personas para realizar con eficacia la
misión comunitaria; compromiso recíproco entre los que se vinculan entre sí; compromiso con
Dios a través del voto. Ella es “una dinámica de relación, una forma de ser, un estilo de vida”
(Andaur, p. 72) característica y permanente en La Salle y sus discípulos:
7.1. La Salle “no deseaba introducir nada por autoridad” (Maillefer, p. 60). “Llevaba al tribunal
de los Hermanos, y sujetaba a su juicio las propias ideas, opiniones y opciones…Es lo que
siempre había hecho” (Blain I, p. 340). “El continuo esfuerzo para discernir la voluntad de Dios
y del bien que hacer, a través de las aportaciones de la comunidad, en la oración, el diálogo, la
evaluación comunitaria, la discusión…, era el método habitual del proceder del Fundador para
realizar las más comprometidas alternativas” (Presciuttini, p. 63).
7.2. “Los Hermanos habían asimilado muy bien lo que significaba, en teoría y en la práctica,
juntos y por asociación”. Lo revelaron cuando:
-
en 1702, no aceptaron la imposición de un superior externo, no asociado con ellos (Blain
I, p. 409-413);
-
en 1714, escribieron al Fundador la carta que es el “momento culminante durante el cual
este estilo de vida tuvo su expresión más plena y más explícita, tanto de parte del
Fundador, como de los Hermanos” (Presciuttini, p. 63).
8. Hoy, entre los Hermanos, la asociación sigue fundamental, incluso identificadora. Los
Hermanos ejercen su misión como miembros de una comunidad por la cual se sienten
reconocidos, sostenidos y enviados (R 16).
Pero, nuestra asociación se amplía (R 146). Ella se realiza entre nosotros y con seglares, quienes,
con nosotros, asumen, de manera corresponsable y solidaria, el ministerio de la educación
cristiana confiada al Instituto por Dios a través de la Iglesia (R 3).
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:26-33
¿PARA QUÉ?
30 1. La asociación de los comienzos, así como la de hoy, no es un fin en sí misma. Es más un
medio. O, si se quiere, está más en la línea de un modo de actuar, de un método, un proceso,
incluso, una estrategia.
2. Es perfectamente sabido que, en los inicios lasalianos, nació en función de un proyecto
definido y ampliamente necesario (R 1,4): establecer, es decir, hacer estable, consolidar la
existencia del Instituto lasaliano (1691), mantener, corporativamente, escuelas accesibles a los
pobres (1694). Y también mantener estable el estilo comunitario de la institución en
estructuración.
Y es, para eso, que la asociación prosigue hoy en día: para garantizar, comunitariamente, la
manutención de centros de educación accesibles a los pobres y desarrollar métodos educativos
con vistas a su promoción (R 2.16.20.24.39-41.47).
3. Entre los lasallistas, hay unanimidad, en la afirmación e, incluso en la constatación de que la
asociación también con los seglares es un medio para la continuidad de la misión del Instituto
lasallista, cuando el número de Hermanos sigue disminuyendo y el de las obras aumentando. Y,
en esa constatación, no nos encontramos solos. Vita Consecrata (n. 55) está en la misma
perspectiva, al afirmar que el compartir del carisma con los seglares “podrá asegurar para la
Iglesia la continuidad de los servicios típicos de los varios Institutos religiosos”.
Lo que se afirma es la continuidad de la misión, de “los servicios típicos de los varios Institutos
religiosos”. No de los mismos Institutos religiosos. Al menos en la modalidad existente
actualmente, con miembros procurando vivir un amor universal por el celibato, un amor
absolutamente disponible por la obediencia y un amor gratuito por la pobreza.
En el caso lasallista, como en otros, repitiendo, el futuro de la misión se supone garantizado con
seglares asociados. Pero el futuro del Instituto lasallista se garantiza con religiosos lasallistas.
Y la misma misión lasallista, con su motivación original continuada, con sus características
identificadoras y con el espíritu que la anima, ¿hasta cuándo proseguirá, en la alternativa de la
ausencia de Hermanos Lasallistas? ¿No sucederá lo mismo que, por lo menos, entre nosotros, ya
pasó con casi todas las asociaciones de antiguos alumnos? Mientras contaban con la presencia de
un Hermano animador, ellas vivieron. Al desaparecer este Hermano, prácticamente todas se
debilitaron y murieron.
¿POR QUÉ?
La asociación siempre existió en razón de un interés común.
En el caso de los lasallistas, hay interés en vivir asociadamente la pedagogía y la espiritualidad,
por lo que se espera que esta vivencia produzca, o por aquello que, por la experiencia ya hecha,
se sabe que ella produce.
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:26-33
1. Hay una razón profundamente evangélica para la existencia de la asociación. En un tiempo de
egoísmo y de competencia contumaz y hasta desleal, realizar la misión de la educación humana y 31 cristiana de forma concertante, en la búsqueda conjunta, en el diálogo, en la ayuda recíproca, en
el perdón…, es dar testimonio de la posibilidad de vivir lo que es el corazón del mensaje de
Jesús, que es la fraternidad (R 9.23).
Deseando ver la asociación no sólo como método, sino también como contenido, aquí es donde
tal visión tendría cabida: la asociación considerada como “simbolizando y significando una de
las características del Reino de Dios, o sea, la dimensión colectiva, comunitaria” (Dullius, p. 1).
2. En la asociación, hay también un fuerte interés educativo y apostólico. La historia comprueba
que, en el Instituto lasallista, la asociación, el trabajo educativo, no de iniciativas independientes
y paralelas, sino de personas actuando solidariamente en comunidad, ha sido y es una de las
fuerzas que garantizó y que sigue garantizando la eficacia en la realización del proyecto
educativo que fue de La Salle y que hoy es nuestro, fue y sigue siendo fuente de respuestas
siempre nuevas a las siempre nuevas realidades que desafían nuestra misión.
Y, en este trabajo, nuestra Regla (39a) señala una fecunda reciprocidad: si, de un lado, el trabajo
comunitario asegura mejor la labor educativa con los pobres y el desarrollo de métodos para su
promoción, del otro, este doble trabajo genera cohesión comunitaria que sostiene la acción
apostólica ejecutada.
3. El hecho de los seglares trabajen con Hermanos, comprometidos con ellos en el mismo
proyecto pone, al servicio de éste, no sólo la visión y la experiencia de educadores religiosos,
sino también la visión y la experiencia de estudiosos y profesionales de otra opción de vida,
además de la sensibilidad, no sólo masculina, sino también la rica sensibilidad de las mujeres.
4. Asimismo, el trabajo de los Hermanos, codo a codo con hombres y mujeres de estado de vida
distinto del suyo, puede llevarlos a intentar ver con más claridad su propia identidad, y puede ser
un aliciente para que profundicen y vivan más consciente y comprometidamente su misión
específica de ser, en el ambiente educativo, ejemplos de opción por el absoluto de Dios;
sacramentos de la universalidad y de la gratuidad del amor divino; testimonios del ideal cristiano
de la fraternidad vivida por personas de los más distintos orígenes geográficos y étnicos, y de los
más diferentes genios y raíces culturales.
5. Ya se ha hecho proverbial decir que, en la misión vivida de forma asociada, a los Hermanos
les cabe de modo particular ser la memoria, el corazón y el garantía del carisma lasaliano. En
otros términos, ellos están de manera especial encargados de mantener vivos los principios, las
características y las prácticas de la pedagogía y de la espiritualidad lasalianas, de ser agentes
animadores de la vivencia de esos principios, características y prácticas; y de garantizar la
autenticidad de su actualización en el mundo de hoy.
Se espera que, aceptando tales responsabilidades, los Hermanos se sientan estimulados – para no
decir empujados – a un mayor estudio, a una mejor comprensión y a una vivencia más perfecta
de estos principios, características y prácticas.
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:26-33
6. El documento Vita Consecrata (n. 55) constata que la participación de los seglares en las obras
y en la vida espiritual de los religiosos “aporta, no pocas veces, la profundización de aspectos del 32 carisma en los Institutos de vida consagrada”.
Y eso es válido, incluso, con relación al trabajo asociado con personas de otras culturas y con
sinceros practicantes de otras creencias religiosas. En nuestro caso, la presencia de estas personas
en nuestras obras educativas puede favorecer el incremento especial de una u otra dimensión de
la pedagogía o de la espiritualidad lasalianas, tales como la atención a la educación como
derecho y necesidad de todos, el cultivo de la dimensión de la interioridad de la persona, el celo
por la causa que abrazamos…
(De paso: El hecho de que, en la asociación, aceptemos personas de otras culturas y creencias
religiosas, hace que sea más adecuado utilizar la expresión familia lasaliana que familia
evangélica, empleada por otros grupos).
7. Pero, no es sólo el Instituto que se enriquece con la contribución de los seglares que vienen a
compartir el trabajo de los Hermanos. Los seglares, particularmente los cristianos que desean
hacer del magisterio (o del apoyo a él) la forma de vivir su compromiso como bautizados,
pueden encontrar una alternativa para realizar su deseo, asumiendo nuestro estilo pedagógico y
nuestra práctica espiritual, estilo y práctica que se revelaron eficaces a lo largo de tres siglos.
¿CÓMO?
Algunos aspectos y pistas prácticos:
1. En los inicios lasalianos, había los Hermanos de los “servicios generales”, que se encargaban
de la infraestructura material de la comunidad (compras, cocina…). También ellos hacían voto
de unirse y permanecer en sociedad con los Hermanos que se asociaron…
En su fórmula de consagración no aparecía el compromiso de mantener las escuelas.
Implícitamente, ellos se ponían al servicio de los Hermanos que las mantenían.
Eso nos hace pensar en el hecho de que, hoy en día, cuando se habla de los seglares asociados
con los Hermanos para la tarea de la educación humana y cristiana, en general se piensa en los
maestros y en los cuadros directivos. Pero, en las obras educativas, actúan también todos los que
hacen el servicio de apoyo y de infraestructura para que los Hermanos y los maestros y directivos
puedan realizar tranquila y eficientemente su labor.
También todos ellos merecen que se les ayude a tomar conciencia de su papel educativo (Todos
los que trabajan en una casa de educación son educadores). Y todos ellos merecen que se les
proponga el mundo lasaliano: su historia, su proyecto, las características de su educación y los
rasgos de su espiritualidad, y que se les invite a vivirlos desde su condición. Muchas personas
estarán interesadas y lo harán muy bien.
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:26-33
2. En los grupos humanos, son importantes los momentos celebrativos. En este sentido, ¿no sería
significativo realizar una ceremonia de entrada de los seglares a la asociación con los Hermanos, 33 ceremonia en la que queden claros la naturaleza y sentido, los fines de la asociación y sus
implicaciones…?
3. Algo semejante vale para los Hermanos. La Regla (n. 16) dice que cada miembro de la
comunidad se siente reconocido, enviado y sostenido por ella.
Sería bueno que eso fuera explícitamente formulado. Para eso, al inicio del año, cada comunidad
podría realizar una ceremonia de envío, como sigue: en ambiente de escucha de la Palabra de
Dios y de oración:
-
cada Hermano dialogue con la comunidad sobre las actividades que le cabe realizar
durante el año;
la comunidad, por una fórmula, reconoce estas actividades, envía el Hermano a
realizarlas y le promete apoyarlo en su realización.
4. Si los seglares aceptan, con los Hermanos, que la vida religiosa es un don precioso para la
Iglesia, que el Instituto Lasallista sigue siendo de grandísima necesidad (RC 1,4) y que su futuro
se hará con Hermanos, no será demasiado intentar ayudarles a que sean, con nosotros,
promotores de la vocación de Hermano.
BIBLIOGRAFIA
ANDAUR, Rodolfo. La asociación en los orígenes. En: HERMANOS DE LAS ESCUELAS
CRISTIANAS. Temas lasalianos. Roma: Casa San Juan Bautista de La Salle, 1993.
BLAIN, Jean-Baptiste. La vie de Monsieur Jean-Baptiste de La Salle, instituteur des Frères des
Écoles Chrétiennes. 2 vol. Rouen : Jean-Baptiste Machuel, 1733.
DULLIUS, Paulo Lari. Voto de associação : centralidade ou especificidade. RELAL. Site.
Hermano José Pablo Basterrechea y Consejo General. Circular 408: Misión Del Hermano hoy. Roma.
Consejo General, 1978.
IRMAOS DAS ESCOLAS CRISTAS. Regra dos Irmãos das Escolas Cristãs. Roma: Casa São Joao
Batista de La Salle, 2002.
JUAN PABLO II. Exhortación apostólica Vita consecrata. 1966.
MAILLEFER, F. E. La vie de Monsieur Jean-Baptiste de La Salle. Roma : Maison Sait Jean-Baptiste
de La Salle, 1966.
POUTET, Yves. Le XVIIème siècle et les origines lasaliennes. 2 vol. Rennes : Imprimieres Reunies,
1970.
PRESCIUTTINI, MARIO. La asociación como estilo de vida y de acción. In: HERMANOS DE LAS
ESCUELAS CRISTIANAS. Temas Lasalianos. Roma: Casa San Juan Bautista de La Salle, 1993.
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:34-45 34 APOSTILLAS1 TEOLÓGICAS SOBRE EL VOTO DE ASOCIACIÓN
PARA EL SERVICIO EDUCATIVO DE LOS POBRES.
APORTES PARA PASAR
DEL RECUERDO SUBVERSIVO AL CONCEPTO CRÍTICO.
H. Santiago Rodríguez Mancini, fsc
Distrito Argentina-Paraguay
RESUMEN
El presente trabajo indaga sobre las dimensiones teológicas de nuestro voto de asociación para el
servicio educativo de los pobres desde la Teología de la Trinidad, incluyendo una reflexión
eclesiológica y mariológica. El mismo parte de un trabajo anterior ya publicado electrónicamente
en el sitio de RELAL. La intención de perfilar la “asociación” como un concepto crítico se
inscribe en el proceso de refundación del Instituto y de la reescritura de la Regla como momento
clave. En este sentido, la idea de la asociación para el servicio educativo de los pobres, si bien
queda referida primeramente al voto que hacemos los Hermanos, quiere quedar abierta para un
diálogo con los seglares.
Palabras clave
Asociación para el servicio educativo de los pobres – Consagración – Trinidad – Voto –
Refundación – María – Iglesia – Comunidad
El recuerdo subversivo puede hacerse concepto crítico
La expresión de Johannes-Baptist Metz es ya clásica en teología. El recuerdo, la memoria, como
concepto religioso profundamente bíblico, tiene siempre, en cuanto memoria de vencidos, un
poder desestabilizador para el orden vigente. Evocar el voto de asociación para el servicio
educativo de los pobres de La Salle y los primeros Hermanos tiene siempre ese efecto
cuestionador2, sobre todo considerando que vivimos en una sociedad hiperindividualista, como lo
1
El título quiere señalar el carácter fragmentario del trabajo. Se echará de menos aquí un apartado necesariamente
fenomenológico que tampoco puede ser suplido por el anteriormente publicado. Si, como decimos, la cuestión de
fondo tiene que ver con la experiencia de una relación, es necesario analizar cómo atraviesa nuestros cuerpos
asociados, nuestras personas e instituciones, esa relación. Y eso no ha sido realizado. Damos por supuesto la
experiencia incorporada de la asociación vivida y practicada en el Distrito de Argentina - Paraguay.
2
Esto me parece suficientemente establecido desde hace años. Un texto señero es el del H. Mike McGuinniss, “Is
Lasallian Association a Dangerous Memory?” (En A sense of the Future. Notes to Ourselves in the Making. A
Seminar on Lasallian Spirituality sponsored by the Regional Conference of the Christian Brothers. 1990. Winona.
pp. 151-176). Sobre el devenir histórico del voto de asociación para el servicio educativo y de su significado como
voto central en la identidad de los Hermanos ya he reflexionado en mi “La Asociación para el servicio educativo de
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:34‐45 describen muy bien sociólogos como Zygmundt Bauman o Gilles Lipovetsky. Según ellos
diagnostican, el presente no es sino una última etapa del desarrollo de la personalización que 35 constituyó la modernidad. Y, en este momento, los llamados “triunfadores” sociales tienden a
desafiliarse de la sociedad, buscando lazos cada vez más tenues e indoloros, o a través de
procesos de secesión, segregación y segmentación. Ante este movimiento, nuestra búsqueda de
un testimonio de trascendencia, nuestra creación de un estilo culturalmente contrahegemónico,
nos lleva a acentuar nuestro sentido comunitario bajo la figura de la asociación. Pero también nos
lleva a acentuar la opción por los pobres que hoy se multiplican por todas partes. Y la vinculación
del “para” que marca el sentido de la asociación.
Por otra parte, hace más de cincuenta años hemos comenzado a descubrir en el movimiento laical
y, particularmente en el ejercicio de la misión compartida, una bendición, un don de Dios para la
Iglesia. A eso vinimos a llamarlo, junto con muchas otras congregaciones, “asociación”. Puede
ser que esta realidad nos haya hecho más sensibles a que “la primera asociación” es con nuestros
Hermanos del Instituto. De hecho, algunos Hermanos juzgan que el recuerdo de esa primera
asociación sirve de coartada para una vivencia más audaz de la asociación para la misión entre
Hermanos y Seglares.
De ahí, pienso, la necesidad de establecer la “asociación para el servicio educativo de los pobres”
como un concepto crítico para la reflexión del Instituto: para que no sea un cambio de
vocabulario o una moda léxica, sino que nos ayude a ver qué es lo que debe cambiar en nuestra
forma de vivir, de organizarnos, de llevar adelante nuestra identidad y misión.
El recuerdo subversivo de la asociación para el servicio educativo de los pobres vivido por el Sr.
De La Salle y sus primeros compañeros puede convertirse en un concepto crítico cuando esa
narración permite abrir un espacio de distancia, transformándose en una instancia reguladora y
utópica a la vez, cuando el recuerdo se hace horizonte. En ese espacio que admitimos para la
distancia de discernimiento el recuerdo debe conceptualizarse; la narración, transformarse en
teoría. La fuerza salvadora viene de la memoria, de la narración y del símbolo, categorías
religiosas por excelencia como lo recuerda también J.-B. Metz. Pero la eficacia posible se dará en
la conceptualización y la teoría.
Cuando digo concepto crítico, entiendo una conceptualización que toma en cuenta los discursos y
las prácticas sociales (eclesiales y congregacionales en este caso) en tanto prácticas de
subjetivación y no de sujetación. Un concepto crítico debiera actuar en tres niveles:
•
•
•
Cognitivo, cuestionando y dando espacio a una conversión intelectual que indaga las
relaciones necesariamente dialécticas entre fe e ideología.
Ético-político, cuestionando y abriendo espacio para una conversión moral que recrea las
instituciones y sus dispositivos en el juego dialéctico de lo instituido y lo instituyente, lo
mismo que las actitudes personales y sus motivaciones y su propia dialéctica.
Utópico-espiritual, cuestionando y abriendo espacio para una conversión religiosa de las
personas, las comunidades y las instituciones que busca una vida más fiel al Evangelio de
los pobres, ¿Cuarto Voto, Primer voto, Voto Central, Único Voto, o algo más?” publicado digitalmente en RELAL
(2008).
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:34‐45 Jesucristo en la dinámica de la provisoriedad y la esperanza, con una radicalidad
36 creciente, siempre abierta a la reforma, siempre necesitada de reforma.
Un concepto crítico pone las bases para un diálogo. Lo hace creando un campo entre
subjetividades. Al abrir ese campo, una serie de capitales (económicos, sociales, simbólicos)
quedan en disputa y las subjetividades se ponen en una dinámica de juego por las posibilidades
que esos capitales permiten. Es el juego del poder.
Pienso que hay en el fondo de nuestro voto una fuerza empoderadora muy grande, capaz de
suscitar mucho diálogo y protagonismo de los que nos asociamos, constituyéndonos en sujetos de
la misión recibida, en constructores de la comunión a la que somos invitados y para la que fuimos
gratuitamente capacitados. Pero, al mismo tiempo, creo que los procesos históricos de la
asociación están siempre a merced del riesgo propio de todo proceso de creación de bienes
simbólicos y que debe cuestionarse el modo en que el poder es ejercido en ellos. La característica
horizontal propia de la asociación está siempre amenazada por una serie de dispositivos
autoritarios, clericalistas, patriarcalistas, adultocéntricos. Y también el concepto y los procesos de
conceptualización están amenazados por el conjunto de dispositivos de esta clase y sus
resistencias.
Al perfilar críticamente este concepto deberemos pensar teológicamente. Pero al hacerlo, hemos
de recordar siempre que su funcionalidad es de orden histórico y que, por lo tanto, tiene, entre
otras, implicancias económicas, políticas, comunicacionales.
Una mirada a la Santísima Trinidad para ver mejor lo nuestro
La teología de la Trinidad puede proveernos de elementos para delinear mejor este concepto.
Es algo evidente, tal vez.
Y el H. Alvaro Rodríguez, Superior General, nos ha insistido en ello en las últimas cartas
anuales. Si queremos entendernos, hemos de mirar a la “Sociedad de los Divinos Tres”, como lo
decía Jean Jacques Olier, maestro espiritual de La Salle sobre cuya experiencia, como lo ha
recordado muchas veces el H. Gerard Rummery, se pudo haber inspirado La Salle a la hora de su
voto de asociación.
Mirando a la Trinidad económica3
Si la Santísima Trinidad es el modelo, la fuente, el lugar y el destino de nuestra asociación
Lasallana, tenemos que comenzar mirando a Jesús, que es su revelador, la palabra explicita de su
autorrevelación.
3
Todo esto podría tejerse con citas de las MTR. Excedería el espacio de este artículo.
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:34‐45 Con la mirada en Jesús, el Cristo, iniciador y posibilitador de una asociación para la misión
Al mirar a Jesús, nos ponemos en el lugar que La Salle señala para nuestra oración tanto en la
EMO como en las MTR: aprender de él, estudiarlo, comprender sus intenciones, comulgar con
sus sentimientos, aprender sus estrategias.
Jesús es el creador de un movimiento que entiende como semilla, símbolo e instrumento del
Reino, un nuevo Pueblo de Dios. Pero la capacidad instrumental de este nuevo Pueblo no será
plena sino hasta la resurrección de Jesús. En los evangelios encontramos este testimonio de fe.
Lo que une a las personas a este movimiento no es una idea o un programa de trabajo. Es la
seducción de la persona de Jesús lo que arrebata sus vidas. Y esto porque, en la fe, cada uno
puede descubrir en Jesús la figura de su Padre (Cf. Jn 1,35-51; Jn 14,8-9). Para nosotros, que no
hemos visto a Jesús, ese poder seductor está en el Evangelio leído y vivido en la comunidad
eclesial (Mc 8,35; Jn 20,19-31) y en los rostros de los varones y mujeres contemporáneos que
sufren (Mt 25, 34-36).
En este movimiento que muestran los evangelios podemos encontrar tres categorías de
adherentes.
Unos permanecían en sus casas. Son ejemplos de esto Lázaro, María y Marta, que recibían a
Jesús en su casa de Betania; Nicodemo, que se acercó en la noche a conversar con el maestro;
José de Arimatea, también discípulo secreto; la samaritana, el geraseno o la siriofenicia, todos
evangelizadores de sus propias tierras.
Otros, seguían a Jesús como itinerantes. En este seguimiento, adherían con distinta intensidad al
estilo de vida que adoptó para sí mismo: la itinerancia; la desafiliación social tanto en lo
económico, desclasándose y transformándose de artesano a alguien mantenido por la solidaridad,
como en lo familiar, rompiendo todo lazo, no solo sexual, sino incluso afectivo con el propio
círculo familiar. Un ejemplo de este seguimiento, destacado entre la multitud, es el del grupo de
mujeres (Lc 8,1-3).
Para todos sus seguidores, Jesús propone un tipo claro de vida: una comunidad fraterna donde se
instaura la ley del servicio; un grupo igualitario donde nadie tiene posición paternal ni de jefatura
y donde sólo los pequeños son privilegiados (Mt 23,8-104).
Un tercer grupo tiene un carácter simbólico especial: los Doce. A ellos eligió porque quiso. Y los
destinó a dos cosas: a una comunidad de vida intensa con él y a la misión (Mc 3,13-19). Esta
consiste fundamentalmente en predicar la cercanía del Reino y desdemonizar. Y desdemonizar,
para el Nuevo Testamento, no es sólo el acto de exorcizar sino, sobre todo, la liberación de todos
4
Considerar trinitariamente la asociación para el servicio educativo de los pobres pone en cuestión muchos modos de
ejercer la autoridad que no resultan evangélicos. Nadie puede ocupar el lugar del Padre, pero muchas veces, prácticas
autoritarias teñidas de un cierto monarquismo, han dado por resultado formas casi monárquicas de conducción. El
único lugar de la autoridad es, según el evangelio, el del Servidor. Un servidor que no es de ninguna manera el
Mesías. Es, más bien, un guía en la búsqueda y la realización de la voluntad del Padre, en medio de una comunidad
de búsqueda y pregunta.
37 Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:34‐45 aquellos que por temor a la muerte en todas sus formas viven esclavizados por el demonio (Cf.
38 Heb 2,14-15).
La misión tiene sus reglas: la gratuidad del servicio, la pobreza del misionero, la dependencia
ante la comunidad que recibe la misión, la persecución y la confianza en la Providencia (Lc 9; Mt
10).
La convivencia comunitaria es la verdadera experiencia configuradora del discípulo (Jn 13,13-15;
Hch 1,21-22): seguirlo hasta la cruz. Y configurarse con Jesús es configurarse con el Padre (Jn
5,19-21) como artesanos, trabajadores, constructores de vida. Porque el sufrimiento pascual de
Jesús se basa en el sufrimiento del Padre que entrega a su Hijo y en el sufrimiento del Espíritu
que gime con toda la humanidad. La experiencia de la convivencia es la formación del discípulo.
Se trata de configurarse con el destino del Hijo, visibilidad del Padre y Ungido del Espíritu (Jn
11,16; Jn 15,20), apropiarse de su vida (Flp 3,7-14; Col 2,20-3,5).
Y esto se da en la misión. Si consideramos qué puede significar acompañar a Jesús en un día de
trabajo como el que describe Mc 1, 16-45, nos damos cuenta qué puede significar esta
configuración. Pero sobre todo se da en la comunión con la experiencia del Dios Abbá y sus
criterios que están en el fondo de la misión (Mt 11,25-30).
Para nosotros, Jesús es el rostro de Dios que podemos ver en los evangelios. Con Él tenemos una
relación por su Espíritu. En Él, por la fe, Jesús nos conoce y lo conocemos a Él (Jn 20, 29-30), en
las mediaciones que el Espíritu tiene para nosotros: la Palabra viva en el mundo que podemos
comprender porque leemos la Escritura; nuestra conciencia en la que nos habla por nuestro
propio sentir; la comunidad donde el discernimiento conjunto nos permite comprender la Palabra;
la Regla a la que el Instituto ha llegado en su discernimiento; y nuestra propia conciencia y
consentir en la fe. Es la experiencia del amor comunitario el que nos permite hoy vivir la
experiencia pascual (Flp 1, 9-11; 1Jn 3,14). Allí hacemos la experiencia del poder de la
resurrección en la misión, la fecundidad de la asociación para el discernimiento de la misión.
Podemos entender entonces que la asociación es una gracia que hemos recibido de Cristo y por
Cristo. Esta gracia consiste en nuestra capacidad para responder a la seducción de su Evangelio
que es estupor por la dignidad del hombre (RH 10). Somos ramas en la Vid. Somos miembros de
su Cuerpo.
Contemplamos juntos al Espíritu Santo, persona-asociación
Todos hemos hecho alguna vez, en la comunidad o el Distrito, la experiencia que describe San
Pablo en 1Cor 12, 1-13. Podemos entender que esta es la experiencia de fe que está en el fondo
de la asociación. Descubrimos en nuestra riqueza comunitaria al Espíritu Santo, una persona que
actúa, energiza, trabaja en muchas personas. Sumergidos en el Espíritu por el Bautismo, repletos
del Espíritu por la Eucaristía, somos incorporados a la Cabeza, que es Cristo, como miembros de
su Cuerpo.
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:34‐45 En ese Cuerpo vivimos la experiencia maravillosa de ser complemento de Dios: ¡Él nos completa
y nosotros lo completamos! (Cf. Col 1, 15-20; 2,9; Ef 1,22ss; 3,19; 4,13; Jn 1,16). Y esto se da 39 por el amor, las articulaciones y ligamentos poderosos de este Cuerpo (Ef 4,1-16; Col 2,9).
El Espíritu Santo, lo confesamos en nuestro Credo, se constituye como persona por una relación
con la persona del Padre y del Hijo, una única relación con dos personas. El es esa misma
relación. En su persona es la relación del Padre y del Hijo.
Su ser persona es asociación de personas. La Historia de la Salvación, la vida de la Iglesia y
nuestra propia asociación manifiesta este ser personal y su modo de ser persona: ser uno en
muchos, activar uno el trabajo de muchos.
Es claro, entonces, que ni Jesús, ni la Iglesia, ni la Eucaristía, ni nuestra Asociación, pueden ser
comprendidos sin fe. Son realidades “dobles”: inmanentes y trascendentes a la vez. Son
realidades espirituales, sacramentales.
Si miramos al Jesús de los evangelios, descubrimos que es el Espíritu quien lo ungió para la
misión (Hch 10,38). Pero también descubrimos que es la unción de la resurrección la que lo
constituye como Hijo de Dios con poder (Rom 1,3-4). Jesús ha sido empoderado por el Espíritu
por su resurrección para transformarse en Espíritu trabajador de la vida, artesano de la vida (1Cor
15,45), creador de libertad (2Cor 3,17).
Podemos decir que el mismo Jesús (y sus discípulos misioneros y desdemonizadores) han vivido
esta tensión de un poder que actúa históricamente pero que estallará plenamente activo,
universalmente eficaz, en la irrupción del Reino que comienza en la resurrección.
Como señala el Concilio Vaticano II en Sacrosanctum Concilium 5 (Cf LG 1; 48; 59), la misma
carnalidad de Jesús, unida a la persona del Verbo, fue instrumento para nuestra salvación. Esa
carnalidad es el límite del Hijo-Verbo Todopoderoso. Pero es también su posibilidad histórica. Y
esa carne estalla por la resurrección como efusión del Espíritu (1Cor 15,42-29).
Análogamente, la carnalidad de la Iglesia, su historicidad, su institucionalidad, es instrumento
ofrecido a la energía del Espíritu Santo para ser instrumento salvador, que estallará en el Reino de
Dios como plenitud, unidad del género humano, reconciliación cósmica, paz, justicia, verdad,
vida.
Del mismo modo, podemos considerar nuestra propia Asociación para el servicio educativo de
los pobres, siguiendo algunos hilos que la Regla actual nos ofrece:
9 La carnalidad de nuestros proyectos educativos escolares o no escolares, de nuestros
proyectos sociales (R 3, 7, 11, 15), son instrumentos dispuestos a la acción vivificadora
del Espíritu para la salvación de los pobres y la promoción de la justicia y la paz, que
estallarán universalmente eficaces en la irrupción del Reino.
9 La carnalidad de nuestra oración personal y comunitaria (R 69) es un instrumento a
disposición de los gemidos del Espíritu a fin de alcanzar la libertad de corazón y el
discernimiento, que estallará como sabiduría y libertad totales en el Reino.
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:34‐45 40 9 La carnalidad de nuestra castidad consagrada y nuestro celibato (R 27) es instrumento
ofrecido al Espíritu que nos libera y que estallará plenamente en el Reino, cuando todos
seamos ángeles de Dios.
9 La carnalidad de nuestra pobreza, por la que creamos comunión5 (R 32) es instrumento
ofrecido al Espíritu para que nos modele el corazón de pobre, abierto a Dios para ser sus
testigos entre los pobres.
9 La carnalidad de nuestras relaciones comunitarias (R 23) es un instrumento ofrecido al
Espíritu para que nos constituya como signo de la Alianza y de la posibilidad
transformadora del mundo que tiene el Evangelio, que estallará como significado pleno en
el mundo nuevo que inaugura el Reino.
De modo que en la Asociación hay una gracia disponible que debemos acoger y realizar: la
creación de un nosotros sacramental6. No es un nosotros que sea creado por nuestra voluntad.
Nuestra libertad recibe una gracia, un nosotros espiritual que nos precede y al que somos
invitados. Nuestra fidelidad ofrece la carne para esa gracia creada por Espíritu.
¿Podemos pensar que esa acción del Espíritu se haga perceptible para nosotros y para los pobres
a quienes estamos enviados en el signo de la asociación para el servicio educativo?
Los Hechos de los Apóstoles hablan de una perceptibilidad espectacular de la llegada del Espíritu
Santo en Pentecostés. San Pablo habla de una espectacularidad de los dones espirituales en la
comunidad de Corinto. No parece que este tipo de percepción sea lo habitual entre nosotros.
Pero podemos encontrar otras formas de percepción mucho más cercanas a nuestro modo de
vivir. Son las del amor comunitario y las del estilo de vida propio de quienes se unen por los
lazos espirituales (Gál 5, 22-23; 1Jn 4,11-14), y los de la misión profética (2Pe 1,21; Mt 10,20).
La comunidad de los que se aman y se abren en misión es la visibilidad del Espíritu.
Claro que para esta percepción necesitamos el espíritu de fe, que es nuestro modo de participar
del don del Espíritu (Col 1,9; 3,16; L 5). Es que somos conscientes de que en nuestra asociación
hay un secreto, algo escondido, un misterio (1Cor 2,13-16). Es el Espíritu creador del nosotros.
El Espíritu es la comunión y la mediación que comunica la comunión que se comunica. Cristo es
el mediador y el Espíritu Santo es la mediación que se comunica a sí misma. El Espíritu es el
principio más íntimo que crea la subjetividad de la Iglesia y del Instituto y de la Comunidad. El
Espíritu es el principio de ese “nosotros” típica, pero no exclusivamente, litúrgico. En el Espíritu,
por Cristo, tenemos acceso al Padre (Ef 2,18). El Espíritu es, en tanto creador de este nosotros, el
lugar del acceso al Padre y el instrumento de ese acceso. Es la inmediatez de la presencia del
Espíritu que es vínculo de mediación.
5
6
Dos palabras sorprendentemente ausentes en la Circular 460.
Que en última instancia, tiene su condición de posibilidad en una nostridad más elemental y también gratuita, que
es la fraternidad universal.
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:34‐45 Mirando a la Trinidad inmanente
Ahora estamos en condiciones de penetrar en la comunión de los Divinos Tres, siguiendo la ruta
que su autorrevelación nos ha mostrado. Y podemos hacerlo mirando siempre también la
dimensión política de estos modos de hablar de Dios.
Nosotros confesamos un solo Dios, esto es, un solo sujeto, un solo centro de actividad en Dios. Y
confesamos Tres Personas Divinas, inseparables por lo que son y por lo que hacen, al mismo
tiempo que inconfundibles (DS 528).
Esto significa que la unidad, mejor, la comunión, en Dios, precede a la distinción de las personas
y es su fundamento. Sólo la relación distingue las personas. El nosotros precede al yo.
Por tanto, podemos admitir que “persona” es una afirmación de identidad en tanto abierta a un tú
y comprometida en un nosotros. Persona no es el individuo, es la relación, la referencia a otro
(ST 1, q. 34, a.1). Persona es lo que pasa entre dos en un nosotros, como diría Buber, y no un
asunto de la autoafirmación de un yo aislado.
Confesamos también a este Dios como creador, como abierto, desde siempre, a crear una
comunión mayor. En este compromiso de comunión, Dios se ha abierto en dos misiones: la del
Hijo y la del Espíritu. Desde esas misiones, comprendemos mejor qué significa la persona.
Persona es una posesión en el despojo.
Nos hacemos personas, a imitación de Dios, cuando nos entregamos poseyéndonos,
poseyéndonos tras la entrega. Nos hacemos personas en un éxodo asociativo7.
En Dios, confesamos tres personas. Confesamos tres modos de ser suyo, de poseerse, de
pertenecerse. De modo que “persona” es algo que se dice análogamente, no de modo unívoco.
En Dios, este poseerse de cada persona es un pertenecerse en una reciprocidad constitutiva que
hace la unidad de Dios, su vida, su actividad que es un permanente dar de sí. Cada persona es un
dar de sí que circula por la otra persona para darse la unidad del nosotros que los precede. Una
donación que implica una contrapartida de acogida. Unas personas constituyen a las otras en la
relación. Una circulación de vida en la que cada una vive por las otras y para las otras.
En este misterio de donación para la vida, el Padre se vacía totalmente en su Hijo, entregándose
completamente a él para constituirlo como su igual. Y el beso de esta entrega es el Espíritu,
persona-vínculo asociativo. La comunión, la asociación, que se establece en la Trinidad es
siempre kenótica, exodal. Así, el Padre se hace arquetipo de esa entrega virginal y pobre que
caracterizará la existencia histórica de Jesús y de la acción del Espíritu en la Iglesia. Y es la
obediencia del Hijo y del Espíritu las que hacen la historia del éxodo kenótica del Dios
Comunión Trinitaria.
7
Esta expresión es muy justa para referirnos a la experiencia Lasallana. La lectura de su testamento nos ofrece esa
frase maravillosa: “los Hermanos con quienes Dios ha querido unirme”. Ese es el nosotros percibido por el Fundador
y al que ha debido encaminarse por una fuerte conversión.
41 Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:34‐45 Y de esa circulación de vida recibe el mundo su vida y santidad. El mundo es complemento del 42 mismo Dios en Cristo, Dios hecho mundo. Hay en el mundo, por la fuerza de la Pascua que
estalló en el Señorío de Cristo como Espíritu, una energía recapituladora eficaz que va haciendo
la unidad del Cuerpo del Cristo Total. Más aún, del “Cuerpo de los Tres”, como se atreve a decir
Tertuliano (PL 1.1206).
Aquí está el fundamento, la condición de posibilidad y la eficacia del poder de nuestra
asociación: en la Asociación de las Tres Personas Divinas y su apertura misionera. Asociación es
un nombre de Dios.
Pero lo que en Dios es unidad de naturaleza, en nosotros es unidad creada, fruto de la respuesta a
la gracia ofrecida y disponible, con los límites y ambigüedades propias de lo humano e histórico.
Comprometernos en asociación para el servicio educativo de los pobres por voto es:
9 Abrirnos a la interpelación del rostro del Hermano en la escucha de quien se expone y
reclama nuestra respuesta en la creación del nosotros como respuesta a la gracia.
Descubrir en el Hermano al Dios que nos reclama la comunión y la misión. Instaurar así
el diálogo como horizonte de posibilidad de toda realización asociada.
9 Hacernos Hermanos unos a otros, recreando una comunión que nos precede. Como las
Divinas Personas, no podemos ser sin los otros. Todo lo nuestro vive de nuestra relación.
Esto supone desarrollar entre nosotros el hábito de dejarnos impresionar juntos por las
necesidades de los pobres, dejarnos afectar juntos por las otras personas, entregarnos
personalmente juntos a lo que hacemos. Y esto para crear un signo de la presencia
salvadora de la Trinidad en nuestras casas y nuestras obras: donde podamos ver una
comunidad de Hermanos profundamente entregados al servicio educativo de los pobres,
vemos a la Trinidad (Cf. San Agustín, PL 42.958).
9 Asumir que la Trinidad es el programa de la Asociación. Esto significa estar presente y
ser con, en, para y por los otros Hermanos, para estar presentes y ser juntos en el servicio
educativo de los pobres. Significa participar juntos en la diferencia para la comunión,
participar en la igualdad de la diferencia para la comunión. Y significa también, asumir el
camino que Dios ha elegido, el camino del hombre, para todos nuestros caminos.
Caminos que se dirigen a la creación de una humanidad solidaria (Cf. RH; DinM; DetV;
SRS).
9 Recordar y asumir que la vida de la Trinidad y su apertura misioneras, desatadas por el
mismo misterio de amor, que siempre es pasión, se despliegan en compromiso por la
triple libertad: la libertad de toda necesidad alienante, que llamamos liberación; la libertad
de toda relación opresora, que llamamos comunión; la libertad dirigida hacia un futuro
absoluto, históricamente mediado por la fantasía política, que llamamos proyecto. La vida
de la Trinidad es el Reino.
9 Recordar y asumir religiosamente que la asociación no nace desde abajo, del compromiso
voluntario individual o colectivo por el voto y su fuerza jurídica. La asociación viene de
la Trinidad. Viene del Padre, por el Hijo, en el Espíritu, por causa del Reino, para la
Gloria de Dios, que es la vida del hombre, sobre todo del pobre.
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:34‐45 43 9 Recordar y asumir en la fe que la Asociación es siempre un misterio que nos sobrepasa.
Nace y vive del amor derramado en nuestros corazones por el Espíritu que nos ha sido
dado.
9 Recordar que la eucaristía es el sacramento de la asociación. Ella es memorial de la
Pascua, representación e instrumento de la unidad para la misión. Y comulgar con Cristo
en la eucaristía es hacernos contemporáneos con Él, vivir de la “unión” con sus
sentimientos, sus intenciones, sus proyectos, como La Salle nos enseña.
9 Recordar que la Trinidad es la fuente, la forma, la patria y el lugar de la Asociación, es
decir, que primero es lo común y luego las diferencias entre nosotros. De modo que
nuestra respuesta debe ser un empeño de fidelidad para hacernos expertos en
discernimiento, en acción unánime, en intimidad de diálogo, en resolución de conflictos
de un modo que nos autotrascienda, en construcción de criterios comunes, en obediencia
cordial a lo discernido, en estabilidad en la unión. Así nos lo enseña la experiencia
Lasallana de 1691/1694.
María, arquetipo de la asociación para el servicio educativo de los pobres
Si contemplamos el icono de la Anunciación, podemos ver a María en un profundo acto de fe, en
una receptividad activa que responde por el Espíritu a la Voluntad del Padre para ofrecerse como
instrumento de la encarnación de la energía del Hijo-Verbo. Habitualmente, tiene entre sus manos
una madeja roja, el hilo de la historia que devana entre sus manos, en el silencio de su oración.
Un rayo viene de lo alto y penetra en su vientre o en su corazón. Otras veces el evangelio del
ángel es como una onda que la penetra y fecunda. Su actitud, muchas veces, destaca la
receptividad con una leve curvatura.
En este misterio, María, se constituye en la figura arquetípica de todos aquellos a quienes la
mediación del Espíritu Santo nos une a Cristo. Ella llega a ser, en este misterio, subjetividad
normativa para todos los creyentes en nuestra relación con la Trinidad. Su acto de fe es el
fundamento subjetivo perfecto de cada uno de los actos de fe personales que tienen lugar en la
comunión de los santos.
María en su misterio de esposa virginal expresa de modo mayor la subjetividad de la Iglesia, el
centro espiritual consciente de una decisión libre y razonable: la aceptación de la maternidad
divina. El aspecto virginal de esta concepción subraya la gratuidad de la misma. Y en esto hay un
paralelo con el acto eterno del Padre que engendra al Verbo. Y este es, también, un matiz que se
expresa en nuestro modo8 consagrado de vivir la asociación para el servicio educativo de los
pobres.
8
No sólo por el voto de castidad. También por el de pobreza pero, sobre todo, por el estilo de vida consagrada que
mira y realiza la existencia desde el espíritu de las bienaventuranzas.
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:34‐45 En su subjetividad, María fue avanzando como peregrina de la fe9 (Cf. LG 58; RMa). Así se
constituye, como un nuevo Abraham (Cf. Rm 4,17-21), en madre de los creyentes. Su misterio 44 esponsal se abre a la maternidad que es su misma consagración: una permanente disposición para
el Espíritu Santo en vistas al crecimiento del Cuerpo de Cristo. De este modo, la esposa del
Espíritu Santo es su cooperadora en engendrar un Cuerpo para la Cabeza, que es su Hijo. Y esta
consagración es vivida en asociación estable con José en un primer momento, y con los
discípulos y discípulas luego, en el seguimiento de Jesús.
Y al pie de la cruz, María, que recibe el Espíritu nuevamente, esta vez en compañía de otros dos
creyentes, se hace socia de Jesucristo en la redención. Este es su ministerio laical, colaborar en el
nacimiento del primer nosotros eclesial, la primera asociación pascual.
Cantar con ella el Magníficat nos invita a celebrar nuestra asociación para el servicio educativo
de los pobres. Con ella reconocemos nuestra pobreza y nuestra disponibilidad para la acción
salvadora de Dios. Con ella nos ofrecemos virginalmente a la acción del Espíritu. Con ella
reconocemos el plan de predilección de Dios sobre los pobres y con ella nos ofrecemos para los
caminos del Reino.
Siendo tipológicas las verdades sobre la Santísima Virgen, contemplar su misión en la Historia de
la Salvación es contemplar la nuestra. Nos cabe a nosotros, como Asociación, hacer nacer el
Cuerpo de Cristo que es la Iglesia de los pobres. Nos cabe a nosotros, como Asociación,
sostenernos al pie de la Cruz acompañando el dolor del Pueblo de Dios Crucificado. Pero, sobre
todo, nos cabe, como Asociación al servicio educativo de los pobres, bajar de la cruz a los
crucificados de hoy y esperar la resurrección del Pueblo de Dios.
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no dejó cerrado”. En Hermanos de las Escuelas Cristianas. El Hermano de las Escuelas
Cristianas en el mundo actual 30 años después. CVS. Madrid.
9
La bellísima meditación lasallana sobre la Natividad de Nuestra Señora contrae esta peregrinación a la misma
concepción de María en el vientre de Ana (MF 163). Más allá del teologúmeno que sirve de sustrato, las
consideraciones sobre la consagración que hace el Fundador siguen siendo pertinentes.
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010:34‐45 Lipovetsky, Gilles (1990) La era del vacío. Ensayos sobre el individualismo contemporáneo.
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Siglas
DetV Carta encíclica de Juan Pablo II, Dominum et Vivificantem, sobre el Espíritu Santo en la
vida de la Iglesia y del mundo, 1986.
DinM Carta encíclica de Juan Pablo II, Dives in Misericordia, sobre la misericordia divina, 1980
LG Constitución Dogmática del Concilio Vaticano II, Lumen Gentium, sobre la Iglesia. 1964.
RH Carta encíclica de Juan Pablo II, Redemptor Hominis, al comienzo de su ministerio
pontifical, 1979.
RMa Carta encíclica de Juan Pablo II, Redemptoris Mater, sobre el papel de la Virgen María en
la vida de la Iglesia, 1987.
SRS Carta encíclica de Juan Pablo II, Sollicitudo Rei Socialis, al cumplirse el 20° aniversario de
la Populorum Progressio, 1987.
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010 :46-50 46 PUNTO DE VISTA SOBRE LA ASOCIACIÓN LASALIANA
EN ÁFRICA DEL OESTE
Marc SOME, fsc
Distrito de África del Oeste, Burkina Faso
RESUMEN
La asociación, en el conjunto de la reflexión de Hermanos y Laicos de la Región
Africana Lasaliana, es un tema que tiene cada vez más importancia. En este artículo
se propone una lectura personal de un itinerario visto desde la experiencia del
Distrito de África del Oeste. Como tal, abre la posibilidad de iniciar un debate de
ideas para confrontar puntos de vista y para abrir el diálogo, más allá de las diversas
visiones locales de la Región.
Palabras-clave: Asociación lasaliana - Hermanos - Laicos - comunión - formación
- proyecto de vida cristiana.
Si existe un tema que suscite la atención de diversos Hermanos en África, desde hace unos diez
años, ése es ciertamente el de la Asociación. No existe una única comprensión ni una única
experiencia de la asociación lasaliana. Cada uno tiene su propia comprensión de la asociación. Cada
distrito tiene su comprensión y su experiencia de la asociación. ¿Cómo formular una palabra oficial
y pertinente que tenga en cuenta las diferentes experiencias en el continente?
Me gustaría compartir aquí una lectura personal de la asociación lasaliana en contexto burkinabé.
Esa lectura parcial y partidaria no compromete más que a su autor aunque se inspira en una rica
experiencia de contacto con los Hermanos pertenecientes a otros distritos.
Nos situamos en un contexto cristiano donde el compartir la fe cristiana en las escuelas católicas no
encuentra obstáculos. Hacemos una distinción entre el voto de asociación de los Hermanos y el
vínculo asociativo entre Hermanos y laicos. Cuando hablamos de asociación se trata de ese vínculo
de pertenencia o sentimiento de pertenencia a una historia, a una tradición educativa de Hermano y
de laicos comprometidos que juntos llevan adelante un proyecto para la misión de hoy.
Según la Congregación para la Educación católica, el educador cristiano es un “maestro de fe” y un
“maestro de humanidad”1. A través del servicio de la educación cristiana, el educador quiere guiar
al joven hacia su plena realización en la humanidad plenamente revelada de Jesucristo. La Salle en
el siglo XVII propuso semejante ideal de educador que tiene en cuenta la educación humana y la
educación cristiana.
1
CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA, La dimension religieuse de l’éducation dans l’école
catholique, Paris, Téquin, 1985, p.49, n°96.
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010 :46-50 Pienso que cada vez somos menos fieles a la intuición de san Juan Bautista de La Salle que se
dedicó prioritariamente a la formación espiritual y moral de los maestros antes de crear escuelas2. 47 Se dice que la escuela lasaliana estaba concebida y animada como un conjunto unificado e
integrado a todos los niveles. El principal mérito de san Juan Bautista de La Salle, reconocido por la
Iglesia y por los historiadores3, se sitúa en la atención especial que aportó a la preparación de los
maestros: una formación religiosa y moral, intelectual y profesional. ¿Cuál es la inspiración, el
fundamento del perfil de un educador cristiano hoy?
La “perdurabilidad” del mensaje de san Juan Bautista de La Salle depende de su actualización
permanente y progresiva. Sigue siendo posible acudir a la fuente de san Juan Bautista de La Salle
para proponer una “asociación lasaliana” en África del Oeste.
No obstante, en contexto burkinabé, el tema de la asociación lasaliana está poco explorado. Hace
seis años que el Hermano Paulin DEGBE (FSC) presentaba una memoria de licenciatura canónica
en Teología pastoral sobre la asociación lasaliana4. Toma como punto de partida la experiencia de la
Iglesia-familia de Dios para repensar la colaboración entre los FSC y los laicos comprometidos en
la educación en África del Oeste. Recurre a la imagen de la Iglesia-familia de Dios para mejor
comprender los retos de la asociación lasaliana.
El interés de esa memoria, para este artículo, se sitúa a dos niveles: por una parte, la investigación
del Hermano Paulin abarca diversos países de África del Oeste, entre ellos Burkina Faso. Por otra
parte la asociación lasaliana releída a la luz de la Iglesia-familia de Dios permite promover el
laicado a través de los centros educativos lasalianos.
Los Hermanos como religiosos llamados a ser “expertos en comunión”5 deberían, según el
Hermano Paulin DEGBE, compartir su experiencia con los educadores laicos. Ese intercambio
reforzaría la comunión en Iglesia-familia y permitiría constituir comunidades de fe en los centros
educativos.
No obstante, esa comunión se hace difícil a causa de ciertas dificultades que señala el Hermano
Paulin DEGBE: los salarios bajos, la ausencia de seguridad social, la falta de apertura y de
confianza por parte de los Hermanos con respecto a los laicos6. El obstáculo más importante es que
la carrera docente no está concebida por los laicos como una vocación. La asociación lasaliana será
efectiva, una suerte para la Iglesia-familia de Dios, si el proceso de la asociación aúna las
aspiraciones profundas promovidas por la fraternidad.7
Los valores fundamentales de la Iglesia-familia citados por el Hermano Paulin DEGBE son: la
unidad en torno al jefe, el espíritu de familia, la función y el lugar de cada miembro en la familia, la
solidaridad-intercambio, etc. Esos valores permitirían a los laicos comprometerse en la pastoral
2
Cf. F. ANSELME (FEC), Conduite des écoles chrétiennes par Saint Jean Baptiste De La Salle, édition du manuscrit
français 11.759 de la bibliothèque nationale de Paris, Procure générale, 1951, p.12-13.
3
Paul CHRISTOPHE, l’Eglise dans l’histoire des hommes, du quinzième siècle à nos jours, Paris, Droguet-Ardert,
1985, p.171.
4
Paulin DEGBE, En marche vers l’association lasallienne : perspectives pastorales pour la sous- région Ouestafricain, mémoire de Licence canonique, UCAO, Abidjan, 2004.
5
CONGREGACIÓN PARA LA EDUCACIÓN CATÓLICA, Las personas consagradas y su misión en la escuela,
reflexiones y orientaciones, Editiones Paulinas n°17.
6
Paulin DEGBE, op. Cit., p. 91-94.
7
Ibid., p.130.
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010 :46-50 escolar y la pastoral de las vocaciones. Para conseguirlo, el Hermano Paulin DEBBE propone unas
48 estrategias que van desde la “formación puntual” hasta “la formación permanente”8.
Desafortunadamente, el Hermano Paulin DEGBE, al iniciar una inculturación de la asociación en
contexto de Iglesia-familia de Dios, no se ha distanciado de la concepción de los otros distritos
(Europa, América Latina) sobre la asociación lasaliana. La noción de asociación lasaliana debería
ser repensada en contexto africano teniendo en cuenta las realidades y las mentalidades de los
diferentes colaboradores en los centros educativos lasalianos, puesto que los FSC no son los únicos
en acoger asociados en su congregación...
Si la asociación lasaliana es un hecho para el Instituto en general, queda aún por realizar en el
África Subsahariana. Eso es tanto más cierto porque, como el mismo Hermano Paulin DEGBE
afirma, “las decisiones provenientes del Centro del Instituto no suscitan en modo alguno el
entusiasmo de los laicos”9. Los docentes en varios informes en los Capítulos de Distrito han
señalado que no están listos para la asociación tal como viene presentada por los escritos de algunos
Hermanos. ¿Cuáles son pues las cuestiones previas para una verdadera asociación? ¿Quién solicita
la asociación?
La señora COULIBALY Martine, docente en el Colegio De La Salle (Ouagadougou) portavoz de
los docentes laicos en el XIº capítulo de distrito decía lo siguiente:
«[ …] Pero hay que reconocer que el trabajo no siempre es fácil para nosotros
los laicos. Nos encontramos en un grupo donde ni nuestra identidad ni nuestra función
no están bien definidas. Existe la tendencia a confundir Hermanos y Laicos.
Los Hermanos están totalmente comprometidos en esta obra misionera. Es su
razón de ser. Lo cual no es lo mismo para los Laicos. Nosotros nos movemos en un
mundo en constante mutación. Los contextos socioeconómicos han evolucionado al
igual que nuestras necesidades. Nos vemos confrontados con ciertas realidades que
frenan un poco nuestro impulso de compromiso estable y radical. Sea cual sea el deseo
y el sentido de responsabilidad, a menudo es difícil superar los intereses particulares
inmediatos. Lo cual a veces crea incomprensiones, insatisfacciones, incluso
frustraciones que conducen a menudo al abandono”.
Los valores fundamentales de la Iglesia-familia que pueden aportar un plus a la asociación lasaliana
permanecen inexplorados en la reflexión del Hermano Paulin DEGBE. Ha omitido mostrar cómo
esos valores podían ayudar a los Hermanos a colaborar con los laicos como en una comunidad de
fe, una familia. Piensa que los laicos se comprometerían más fácilmente en la asociación si las
cuestiones salariales, de responsabilidad, de seguridad social quedasen resueltas. En efecto, cae en
una trampa que él mismo ha creado al confundir la asociación como comunión de personas y un
trabajo de equipo a realizar.
La asociación como comunión de personas va más allá del intercambio de responsabilidades, de
los temas salariales y se sitúa en primer lugar al nivel de la dimensión de vocación y la dimensión
comunitaria de la identidad del educador. Si la fe está presente en el educador laico, el proceso de
comunión le conducirá a vivir la educación como lugar de encuentro con Dios, como ministerio que
necesita un compromiso estable y total.
8
9
Ibid., p. 142-143.
Ibid., p.10.
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010 :46-50 El Hermano Paulin DEGBE no ha captado que predica en el desierto: mientras el laico no tenga un
proyecto de vida cristiano, será un abuso el pedirle o imponerle una situación que exige una 49 identidad cristiana determinada y una cierta formación. Se trata de integrarse en una historia para
que La Salle se convierta en el símbolo que reúne a laicos y Hermanos. Eso no es más que una
invitación dirigida a todos.
El enfoque antropológico del que habla el Hermano Paulin DEGBE no ha sido suficientemente
expresado, presentado como para que se identifique claramente lo que dicen los laicos y lo que
piensan los Hermanos.
De los puntos que acabamos de señalar, podemos deducir que en el plano pastoral, campo en el cual
se sitúa el trabajo del Hermano Paulin DEGBE, los educadores laicos tienen como misión guiar a
sus alumnos en su crecimiento humano y cristiano. Es necesario sacar el debate de las cuestiones de
la asociación lasaliana para pensar la identidad y el papel del educador laico como testigo de Jesús
en la escuela. Es aún más necesario despertar en los laicos la importancia de un proyecto de vida
cristiana. Sin ese proyecto de vida cristiana, acompañado de un proceso de formación, sería
precipitado hacer propuestas de compromiso a los laicos. Hay que situar la asociación dentro de un
proceso de formación y de transformación de la persona que se convierte en un testigo consecuente,
un maestro de fe y de humanidad. Sobre esa base es sobre la que hay que emprender la reflexión.
En caso contrario, hay que limitarse a la simple colaboración.
La vocación del laico católico en la escuela se sitúa de modo general en la Iglesia, pueblo de Dios.
El cristiano laico está invitado a vivir y a expresar su fe en medio de sus preocupaciones cotidianas.
Su identidad y su papel en la escuela derivan de su fe y del dominio de todo aquello que es
plenamente humano para guiar a los jóvenes hacia el verdadero maestro Jesucristo. ¡Ahí es donde se
sitúa el verdadero debate!
La vida cristiana del laico debe reflejarse en sus trabajos para transformar la sociedad. Su fe
cristiana le impide separar la unión con Cristo y su vida cotidiana. Dicho de otro modo, los asuntos
de este mundo no deben ser ajenos a su vida espiritual (Col 3, 17). La fecundidad del apostolado del
laico exige una vida espiritual, un “suplemento de alma” para dar testimonio de Jesucristo. En
contexto burkinabé, los laicos deben formarse para prepararse a semejante vida.
Según el Decreto conciliar sobre el Apostolado de los laicos, quienes, de entre ellos10 que se han
asociado a Institutos o Congregaciones, deben esforzarse por vivir la espiritualidad propia en
relación con la espiritualidad de dichos Instituto o Congregaciones.
Los laicos están llamados a contribuir mediante su iniciativa, su creatividad y su trabajo
competente, responsable y entusiasta, en todas las actividades y todas las profesiones del mundo de
modo “que todo el pueblo de Dios pueda distinguir con mayor precisión los valores evangélicos y
los contravalores11. Ésta es la vocación del laico en la Iglesia que ilumina y funda la presencia de
los laicos en una actividad temporal como la educación por medio de la escuela.
Finalmente, la misión de la escuela lasaliana es una misión evangelizadora que supone que aquél
que quiere hacer obra de evangelización debe haber encontrado, experimentado a Cristo a través del
Evangelio. Nuestro objetivo es iniciar a los docentes laicos a ver en Jesucristo el sentido último y la
10
11
El apostolado de los laicos, n°4.
Ibid., n° 10.
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010 :46-50 perfección de su vida de educador. Se les ofrece la posibilidad de optar por Jesucristo, el Educador
50 por excelencia, y dejarse ellos mismos educar por su espíritu.
Antes y después de su contratación, el docente será introducido paso a paso en un proceso de
formación con el fin de que pueda dar a su vida personal una orientación cristiana. Este proyecto de
vida es necesario porque los centros educativos lasalianos son campos de evangelización que
esperan adultos que puedan proporcionar puntos de referencia iluminados por la fe cristiana12.
Deben realizarse plenamente como hombres y como cristianos con el fin de ayudar a los alumnos a
realizarse a su vez. En contexto de educación, es la vida de fe del educador lo que importa sobre
todo y lo que da fundamento a su actuación. En el vocabulario lasaliano es cuestión de “espíritu de
fe”. El otro elemento en contexto de educación ligado a la fe, es el ejemplo de vida, la vida moral,
tal como la presentaba el Papa Juan Pablo II: “Mediante la vida moral, la fe se convierte en
“confesión”, no solamente ante Dios, sino también ante los hombres: se convierte en testimonio”13.
La vida moral permitirá al educador ser verdaderamente un guía, una referencia, un testigo de
Jesucristo ante los jóvenes. Así es como el educador laico vivirá su tarea educativa como “un medio
fundamental de santificación personal y de apostolado”14.
Hemos mostrado que el educador laico que quiere compartir el carisma lasaliano debe
comprometerse resueltamente en un proyecto de vida cristiano que supone en primer lugar la
conversión y la fe. No queremos una asociación lasaliana en la que Dios sea excluido, porque lo
exige la secularización de la sociedad, o bien, porque queremos establecer un diálogo con otras
confesiones y religiones. Las cuestiones del pluralismo religioso, de la interculturalidad son
aspectos a tener en cuanta para responder a las necesidades de apertura, de la universalidad de la
Iglesia.
12
Gravissimum Educationis Momentum, N°8.
JUAN PABLO II, La splendeur de la vérité, n° 89.
14
El laico católico, testigo de la fe en la escuela, n° 61.
13
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010 :51-64
51
CÓMO LOS LASALIANOS COMPRENDEN LA ASOCIACIÓN
DESDE SU EXPERIENCIA PERSONAL
ESTUDIO DE TESTIMONIOS DE HERMANOS Y LAICOS DE LA RELAL
Hno. Diego A. Muñoz León fsc
Servicio de Investigación y Recursos Lasalianos, Roma
RESUMEN
Este reporte presenta un estudio de testimonios personales de Hermanos y Laicos
Lasalianos de la Región Latinoamericana Lasallista (RELAL), quienes respondieron a
preguntas relacionadas con su experiencia de asociación. Se basa en el análisis de
contenido de cincuenta y cuatro testimonios, desde un enfoque cualitativo y con base
en el análisis proposicional. Los Hermanos de cada grupo generacional han expresado
inquietudes y cuestionamientos diversos frente a su futuro. Los Laicos lasalianos, por
su parte, han manifestado sus preocupaciones ante una dinámica que afecta, sin duda,
sus vidas. El estudio abre la puerta al diálogo e invita a los participantes a convertirse
en coautores de un segundo informe.
Palabras clave: asociación lasaliana – identidad lasaliana – vocación – proyecto de
vida
Introducción
El reporte que se presenta a continuación recoge el estudio de los testimonios personales de
Hermanos y Laicos Lasalianos de la Región Latinoamericana Lasallista (RELAL), quienes fueron
invitados a dar su visión personal sobre su experiencia de asociación dentro del Instituto de los
Hermanos de las Escuelas Cristianas.
Para realizar este estudio, se pidió a cada Distrito invitar a cinco Hermanos y a cinco Laicos a
responder un cuestionario con tres preguntas, relativas a su comprensión personal de la asociación,
las convicciones que sostienen su experiencia lasaliana y la relación entre asociación y su proyecto
personal de vida. Se sugirió que los Hermanos y Laicos convocados representaran la variedad de
servicios y edades de los Distritos.
El cuestionario fue enviado a los Hermanos Visitadores en febrero 2010 y entregado personalmente
a los Responsables MEL de los Distritos de la RELAL en marzo 2010; la fecha máxima de
recepción de testimonios quedó fijada para el 31 de mayo, aunque se siguieron recibiendo hasta el
10 de junio 2010.
El reporte se sustenta en el análisis de contenido de 54 testimonios recibidos de la RELAL: 26
Hermanos [11 jóvenes, 12 edad media y 3 tercera edad] y 28 Laicos [15 mujeres y 13 hombres]. De
los 13 Distritos que conforman la Región, se recibieron respuestas de 8: Chile (10 testimonios),
Medellín (10), Antillas-México Sur (7), Centroamérica-Panamá (7), Porto Alegre (7), São Paulo
(7), Ecuador (5) y Bogotá (1).
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010 :51-64
Siendo una investigación cualitativa, fundamentada en un paradigma hermenéutico-simbólico, se
trabajó en profundizar sobre el contenido de los testimonios recibidos. Para ello, se utilizó el 52
análisis proposicional del discurso, identificando los referentes-núcleo, a manera de polos de
atracción semántica -que estructuran el contenido, actuando con fuerte valor referencial- y las
proposiciones, que expresan el sentido de los referentes-núcleo (cf. Bardin, 2009:234)1. El análisis
fue realizado con ayuda de mapas conceptuales para cada tipo de respuesta. Con estos elementos, ya
categorizados, se procedió a hacer una síntesis que integrara las voces de los participantes para cada
una de las preguntas solicitadas.
El reporte tiene dos apartados, además de la Introducción:
ƒ
ƒ
Una presentación de la síntesis de los testimonios de Hermanos y Laicos, ya categorizados
con base en los referentes-núcleo y las proposiciones.
Una identificación de inferencias a partir de los datos interpretados.
El resultado de la interpretación que se ofrece tiene un valor referencial y quiere ser una invitación
para que los sujetos de la investigación compartan sus puntos de vista en un tema que exige diálogo
fraterno, amplitud de miras y construcción de proyectos comunes. En vista de ello, una segunda
parte de esta investigación consistirá en pedirles, a quienes enviaron sus testimonios, su feed-back
sobre la interpretación de los resultados, a fin de construir un relato donde los participantes validen
o confronten la interpretación propuesta y pasen a ser co-autores del estudio.
Testimonios de los Hermanos
a. ¿Cómo entienden la asociación?
Hermanos jóvenes (hasta los 35 años)
Entienden la asociación desde dos referentes-núcleo, contrapuestos entre sí:
ƒ
el primero, desde la centralidad de los Hermanos
La asociación es una experiencia fundamental, integradora de la persona del Hermano. Al ser un
núcleo estructurante de su vocación, da sentido a su consagración; sin ella, no es posible
comprender la figura y el papel de los Hermanos. La asociación impulsa una dinámica que integra
la labor pedagógica, los compromisos comunitarios y la experiencia fraterna. En consecuencia, da
sentido a sus opciones, ayudándole a entender la responsabilidad de su ministerio en la Iglesia.
Los Hermanos son los primeros asociados; para algunos, son los únicos y, desde ellos, se
incluyen a los demás. En este punto, los Hermanos jóvenes plantean sus dudas; sobre todo, hay un
lenguaje que confunde, ya que no permite distinguir, en la realidad, la experiencia del Hermano
religioso, por una parte, y la del Laico por otra; si bien, este último se compromete con el carisma
lasaliano, no deja de ser una persona con compromisos laborales específicos.
ƒ
el segundo, desde el binomio Hermanos-Laicos
La asociación es una fuerza dinámica que produce como fruto la comunión existente entre
Hermanos y Laicos. Ambos tienen posibilidades idénticas para aportar en el ministerio; se
1
Bardin, Laurence (2009). Análise de conteúdo. São Paulo: Ediçoes 70.
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010 :51-64
entregan plenamente a la misión. Un Colaborador es un compañero de camino en la salvación de los
53
demás. No obstante, los Hermanos siguen siendo dueños de las obras y, por lo tanto, jefes.
La asociación es una respuesta a las diferentes expresiones del carisma. No es un fin en sí misma,
sino que hace posible la respuesta a las necesidades educativas de los niños y jóvenes alejados de la
salvación, desarrollando la fidelidad y la creatividad de Hermanos y Laicos a favor de los pobres,
cada uno desde su identidad, sin confusiones.
La asociación crea nuevas estructuras en el Instituto. Desafía a Hermanos y Laicos a cambiar su
discurso, generar nuevos lenguajes, transformar sus prácticas, replantear sus modos de vida y
repensar la misión a la que están llamados. Esto es lo que mantiene la vitalidad del Instituto: la
capacidad de mirarnos a nosotros mismos y de evaluar constantemente la calidad de la misión,
desde el criterio de la realidad y del servicio a los pobres.
Hermanos edad media (entre 35 y 65 años)
Resaltan dos referentes-núcleo, más bien complementarios, que dan fuerza a la asociación, más una
serie de dificultades sentidas desde la realidad:
ƒ
el primero, la centralidad del Hermano como religioso y sujeto de la primera asociación
Para los Hermanos, el “juntos y por asociación para tener escuelas al servicio de los pobres” tiene
una dimensión afectiva y relacional importante, que implica una comunidad que acompaña y apoya
en la vida cotidiana, sobre todo en las crisis. La comunidad es el espacio vital donde se
comparten las convicciones y las preocupaciones de la misión. Sin ella, es imposible caminar en
la misma dirección.
La asociación se conecta con la consagración, ya que hace posible la profecía del Reino de Dios
presente en la comunidad de maestros para la realización de una misión específica. Es una
expresión de la pobreza, porque no hace a los Hermanos dueños de lo que pertenece al Espíritu; es
una condición de la castidad, porque presenta un nuevo rostro de quien se entrega como bautizado
al servicio de los demás; actualiza el Voto heroico, porque impulsa a los Hermanos a cambiar los
viejos paradigmas para trabajar con los Laicos en las obras educativas.
La asociación ayuda a revalorizar la consagración en relación con el hecho fundacional: en
obediencia a los orígenes, el Hermano se inserta en la obra de Dios, como piedra angular, entregado
al servicio de la niñez y de la juventud desamparada, en las buenas y en las malas, en cualquier
circunstancia, lugar y condición; sin esperar nada a cambio, confiado en la presencia de Dios que lo
desafía permanentemente.
ƒ
el segundo, la centralidad de una comunidad comprometida con los pobres
La asociación se entiende desde una comunidad de Hermanos y Laicos que se compromete en el
servicio educativo de los pobres. Siendo de vocaciones distintas, ambos enriquecen el carisma;
todos son importantes en la evangelización y la educación. De hecho, sin los Laicos, sería imposible
para el Instituto abarcar tantos lugares y destinatarios. La asociación asegura y fortalece la misión.
ƒ
Dificultades sentidas
Estas ideas no ocultan algunas dificultades sobre la comprensión de la asociación. Los
contratiempos vividos en las obras han restado impulso carismático a la asociación; la falta de
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010 :51-64
clarificación del andamiaje distrital de la asociación ha creado confusión entre los Hermanos, y esta
confusión ha sido percibida por los Laicos; incluso, manifiestan que hay Hermanos que no desean 54
expresar ninguna opinión sobre la asociación y rechazan el tema.
Quizás, quedan en evidencia dos posiciones ante la asociación: una, reactiva, que la ve como una
respuesta evidente ante la disminución del número de Hermanos, como una estrategia para
asegurar la presencia del carisma sin Hermanos; otra, más bien proactiva, que tiende a ver a la
asociación como una clave para comprender el devenir histórico del carisma lasaliano,
asumiendo los restos que plantea la realidad actual del mundo y de la Iglesia.
Hermanos tercera edad (mayores de 65 años)
Insisten en dos referentes-núcleo fundamentales de la experiencia del Instituto:
ƒ
la mirada a los orígenes
Hoy, hablar de “juntos y por asociación”, se comprende desde tres perspectivas: la consagración a
Dios, el ministerio educativo y la experiencia de una comunidad que discierne. Son tres
dimensiones que, desde los comienzos del Instituto, han asegurado la animación de obras
educativas competentes y piadosas, donde se desarrollan métodos pedagógicos eficientes y eficaces
para que “la escuela vayan bien”. La experiencia escolar requiere de la participación de todos los
Hermanos; para realizar la obra de Dios, es indispensable que todos participen en las decisiones, tal
como fue en los orígenes.
ƒ
la lectura desde la espiritualidad lasallista
La asociación hunde sus raíces en la espiritualidad lasaliana. Exige una mirada atenta al espíritu de
fe y celo, que se expresa en el deseo de salvación por la educación cristiana. En el compartir de
Hermanos y Laicos, sobre todo cuando trabajan en ambientes populares, se comprende la dinámica
del “juntos y por asociación”. Este espíritu va acompañado del espíritu de comunidad, que invita a
vivir una fuerte experiencia de Dios en actitud de éxodo, esto es, a salir de uno mismo para caminar
con otros en solidaridad. Ésta es la mejor expresión del carisma evangélico-eclesial que inspira y
anima a los educadores asociados.
Existe una relación profunda entre la espiritualidad y la pedagogía lasalianas; es un asunto que
aparece claramente expresado en la obra “Anunciar el Evangelio a los pobres”. La asociación se
experimenta a partir de la cooperación para llevar adelante un proyecto educativo evangelizador;
pero, más aún, se vive al interior de la comunidad lasaliana, fraterna y orante, comprometida en la
educación cristiana.
b. ¿Cuáles son las convicciones que sostienen tu vida FSC?
Hermanos jóvenes (hasta los 35 años)
Los testimonios están centrados en dos referentes-núcleo esenciales: la comunidad y la
consagración.
El Instituto es una gran familia con quien el Hermano comparte su historia personal. La comunidad
es, sin duda, una dimensión fundamental de su vida; en ella, siente la presencia de un Dios que lo
llama a asociarse a otros; desde ella, participa en proyectos y puede soñar junto a otros.
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010 :51-64
La comunidad no es para sí misma, sino para la misión. Juntos, Hermanos y Laicos, se entregan en
gratuidad a la educación cristiana, en respuesta al llamado de Dios. La educación implica un 55
proceso de liberación que exige una preparación personal en la línea de la formación en el ser; es
preciso que el Hermano no se llene ni de cosas ni de actividades para ser un testigo creíble del amor
de Dios, que llama y envía.
La consagración, por otra parte, es una respuesta al llamado personal de Dios, en Jesucristo, a
quien el Hermano descubre de compromiso en compromiso. Sin tener méritos propios, Dios cuenta
con él y lo desafía con multitud de responsabilidades como religioso educador. El Hermano,
confiado en su presencia, intenta ser memoria, corazón y garantía del carisma lasaliano,
acompañando al Laico, que vive su experiencia particular, y atento a las invitaciones de una
realidad que no deja de exigir mayor creatividad e innovación.
Hermanos edad media (entre 35 y 65 años)
Se identifican cuatro referentes-núcleo: el llamado de Dios, la identidad como Hermano de las
Escuelas Cristianas, la comunidad y el ser instrumento de Dios.
Una primera convicción surge de su ser como consagrado, respondiendo al llamado de Dios. Él lo
ha invitado a vivir un camino lleno de sorpresas. Más allá de sus propias fuerzas, ha vivido un
itinerario novedoso que lo ha hecho encontrar su felicidad y realización personal, aun cuando otros
compañeros suyos de camino hayan desertado. Es una llamada a vivir la centralidad en Jesucristo,
quien lo guía y lo lleva a buscar la voluntad de Dios, entendida como la construcción de un mundo
más fraterno. El llamado de Dios se expresa en una misión específica que necesita de una
comunidad dispuesta a transformar la realidad; dicha comunidad, conformada por Hermanos y
Laicos, hace del aula de clases un lugar teológico donde el carisma se renueva permanentemente, y
hace posible la vivencia de un proyecto de escuela donde se experimenta la creatividad del Espíritu.
Como religioso, el Hermano de las Escuelas Cristianas se inserta en la obra de Dios,
entregándose plenamente, desde su originalidad, a la educación humana y cristiana de la niñez y de
la juventud, asociándose con los Laicos que han descubierto el carisma lasaliano.
Esta experiencia de consagración-misión se vive en una comunidad, en donde el Hermano se
entrega sin esperar nada a cambio. A pesar de sus falencias, la comunidad es signo de fraternidad.
Se sostiene gracias al ejemplo y vitalidad de los Hermanos mayores, pero exige de los demás
Hermanos un esfuerzo permanente por ser fieles en un contexto adverso.
Siendo instrumento de Dios, el Hermano se convierte en corazón y memoria del Instituto,
trabajando por la dignificación de la persona. Esta responsabilidad conlleva la vivencia de una serie
de actitudes que el Hermano debe aprender a vivir: la entrega total en los momentos de felicidad, en
las crisis y las dolencias; la confianza absoluta en Dios, asumida desde la tranquilidad de saberse
embajador de Cristo; la oración encarnada como comunicación vital con Dios Padre. En este
camino, cuenta con eficientes mediadores: la Santísima Virgen María, el Santo Hermano Miguel y
San Juan Bautista de La Salle; este último sigue siendo su ejemplo indiscutible de coherencia de
vida.
Hermanos tercera edad (mayores de 65 años)
Las convicciones que manifiestan los Hermanos de tercera edad giran en torno a tres referentesnúcleo: la actualización de los orígenes del Instituto, las consecuencias del llamado de Dios en la
vida de los Hermanos y la atención a las nuevas pobrezas.
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010 :51-64
La primacía del voto de asociación, fundamentada en la historia de los orígenes del Instituto, 56
invita a los Hermanos, como primeros asociados, a abrirse existencialmente a otros desde la
vivencia del carisma. Es una experiencia que hace posible que acontezca el Reino de Dios, a través
de una misión educativa, sobre todo cuando presta una atención particular a los desfavorecidos de la
sociedad.
El llamado de Dios, para el Hermano, le exige, en consecuencia, estar atento a los signos de los
tiempos; partiendo de la vigencia histórica y dinamizadora del Santo Fundador, el Hermano se
enfrenta hoy a los desafíos de la globalización. Trata de comprender los cambios radicales que están
impactando la cultura y están resignificando el mundo de los valores, la familia y la escuela.
Confiado en Dios, vive con autenticidad su ministerio educativo, feliz de ser educador y amando a
sus alumnos para que crezcan como cristianos y profesionales coherentes con el Evangelio.
Atendiendo a las invitaciones de los dos últimos Capítulos Generales, los Hermanos están llamados
a atender las nuevas pobrezas, que se expresan en múltiples formas de deshumanización:
injusticia, inequidad, intolerancia, exclusión e irrespeto por la vida. Estas realidades desafían a la
misión educativa, especialmente al perfil de los nuevos maestros. Se necesitan educadores con un
mayor sentido de entrega, generosidad y compromiso.
c. ¿Qué relación existe entre la asociación lasaliana y el proyecto personal de vida del
Hermano?
Hermanos jóvenes (hasta los 35 años)
Dos referentes-núcleo aparecen en las respuestas de los Hermanos:
El primero, la asociación lasaliana es necesaria para que el Hermano consolide su proyecto
personal de vida. Es garantía para asegurar la continuidad del Instituto frente a la disminución del
número de Hermanos; requiere que cada uno reactualice el Voto heroico en su experiencia
personal, especialmente cuando se enfrenta a la falta de testimonio o a la salida de los Hermanos del
Instituto.
La asociación se entiende como invitación a refundar al Instituto en vistas a construir un futuro
posible. Impulsa a los Hermanos a volver a las fuentes mismas de la experiencia fundacional para
renovar el compromiso de ser garantía, corazón y memoria del carisma lasaliano.
Frente a una realidad que exige nuevas respuestas, no todos los Hermanos se sienten conformes con
la dinámica de la asociación, entendiendo con ello la incorporación de los Laicos en el Instituto.
Otros, no ven con claridad que sea el camino posible para el Instituto del mañana. Además, algunos
manifiestan que es imposible ser Hermano sin atender a las invitaciones de la realidad, que exige
respuestas efectivas.
El segundo referente-núcleo plantea que la asociación lasaliana es una experiencia que
complementa y enriquece la vida del Hermano y del Laico. Exige a los Hermanos la consolidación
de su vida comunitaria, un mayor testimonio de su vida consagrada y una misión realizada en
interdependencia con los Laicos. A los Laicos, la asociación les abre la posibilidad de aportar
nuevas perspectivas en la misión. Juntos, Hermanos y Laicos, participan en un itinerario evangélico
y pedagógico, de acompañamiento fraterno, que asegura el crecimiento de ambos.
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010 :51-64
57
Hermanos edad media (entre 35 y 65 años)
En los relatos de los Hermanos de edad media surgen cuatro referentes-núcleo y una discusión
sobre las dificultades sentidas para comprender la asociación como dinámica dentro de su proyecto
de vida:
En primer lugar, la asociación está presente como eje transversal de la identidad del Hermano. Es
lógico que forme parte del proyecto personal. Siendo así, está en la raíz de su vocación. Desde la
convicción de ser llamado por Dios, el Hermano construye y alimenta la asociación en referencia a
la Palabra de Dios. El Evangelio es la primera y principal Regla. El voto de asociación expresa la
consagración de los Hermanos; la fidelidad a cualquier precio, los convierte en testigos (raíz y
camino) para los Laicos, con quienes comparten la misión.
La vivencia de la asociación en el proyecto personal tiene una dimensión comunitaria. Implica una
serie de desafíos para el Hermano: el abandonar el modelo de Iglesia jerarquía-poder para optar por
el de igualdad-justicia; abandonar el proyecto personal para asumir el proyecto de la comunidad y
en compañía de otros con quien soñar; construir el Reino como mediador y discípulo de Jesucristo
y, finalmente, hacer suyo el itinerario distrital.
Los Hermanos de edad media han vivido, en su propia experiencia, el proceso de aceptación de los
Laicos por parte del Instituto. En un primer momento, comprendieron la asociación como una
solución para llenar las vacantes del trabajo escolar; exigidos por las circunstancias, se vieron a sí
mismos como delegados de una comunidad heredera de una misión. En un segundo momento, a
partir de la invitación del 43° Capítulo General, tomaron conciencia frente al carisma y
comprendieron la dinámica de la asociación como una invitación a caminar junto a los Laicos en el
servicio de los pobres, asumiendo su condición como religiosos laicales, felices y comprometidos
en la educación, desafiados por una realidad que exige esfuerzo permanente y convencimiento
personal.
La asociación no deja de ser un tema confuso. Algunos Hermanos se preguntan si la asociación
supone por sí misma que no debe haber diferencias con los Laicos, al punto de considerarlos a ellos
-y ya no a los Hermanos- como garantía, corazón y memoria del carisma lasaliano.
Hermanos tercera edad (mayores de 65 años)
Los Hermanos de la tercera edad manifiestan que su proyecto de vida fue fundado desde el deseo de
trabajar juntos y por asociación en el servicio de la educación. Es una experiencia que vivieron
directamente con los Hermanos fundadores de los Distritos. Es una convicción que ha crecido en
ellos en la medida en que han sido fieles a la misión que Dios les ha confiado.
Sin embargo, plantean algunas dificultades reales: no se sienten capaces de comprender procesos
asociativos manejados desde el centro de los Distritos, desde dinámicas verticales de animación
frente a las cuales, como Hermanos, no tienen espacio para aportar.
Revista Digital de Investigación Lasaliana (1) 2010 :51-64
Testimonios de los Laicos
a. ¿Cómo entienden la asociación?
Maestras Lasalianas
En los testimonios de las Maestras Lasalianas surgen cuatro referentes-núcleo:
En primer lugar, entienden la asociación como una llamada de Dios a vivir a plenitud su bautismo,
hecho que les ha llevado a descubrir una misión y a asumirla desde una espiritualidad. Al abrazar el
carisma lasallista, han redimensionado su quehacer personal y profesional en la línea del servicio
educativo a los más necesitados, teniendo como horizonte la construcción del Reino y la salvación
de sus alumnos.
En segundo lugar, la asociación requiere que cada quien madure en un camino de respeto a su
propia identidad. No es necesario un estatus de asociación para seguir haciendo las cosas
ordinarias de la vida cotidiana, comprometerse con los más necesitados, asumir un estilo propio de
oración, seguir el ejemplo de La Salle o querer a los Hermanos como hermanos. No se trata de
diluirse como persona, sino en ser quien se es a cada momento.
En tercer lugar, la comunidad aparece referenciada como un espacio esencial para vivir la
asociación. El compromiso por la educación cristiana ha nacido desde la experiencia de la
comunión entre Hermanos y Laicos. Allí es donde han comprendido el significado del “juntos y por
asociación”, del servicio a los pobres y de las múltiples expresiones del carisma. Han sentido el
apoyo y la apertura de los Distritos hacia la formación de comunidades lasalianas, llamadas a
inspirar, animar y redireccionar los proyectos educativos, como respuesta a la voluntad de Dios.
Esta experiencia se ha enriquecido a partir de un mayor conocimiento de La Salle, de momentos de
oración, retiros espirituales y un formación religiosa continua.
Finalmente, la asociación les ha llevado a un mayor compromiso personal desde la óptica
lasaliana. Ha sido un largo camino de integración de su experiencia familiar con su trabajo docente,
producto de un verdadero enamoramiento con La Salle; se sienten identificadas con la vida y los
escritos del Santo Fundador. Desde esa experiencia vital, han hecho un camino para asumir los
valores lasalianos en el compromiso educativo cotidiano, en su reflexión pedagógica, en su
espiritualidad propia, en su relación con los alumnos y la lucha por un mundo más fraterno. Asumen
la responsabilidad de continuar la misión del Instituto, aceptando el desafío de la misión cristiana
desde la realidad de la crisis vocacional que viven los Hermanos.
Maestros Lasalianos
Los Maestros identifican tres referentes-núcleo en su comprensión de la asociación:
En primer lugar, entienden la asociación desde la experiencia de la llamada de Dios en sus vidas.
Invitados como bautizados a dar respuestas a los desafíos del mundo actual, ven a la asociación
como una forma de materialización del Evangelio. Esta experiencia les ha dado un sentido a su vida
como maestros, a sus opciones personales, incluso a su vivencia familiar. Tienen la certeza de
contar con una vocación propia como ministros y embajadores de Jesucristo en la escuela.
La asociación se traduce en una práctica evangelizadora y educativa eficiente, comprometida con el
desarrollo humano y la vivencia de los valores; implica el conocimiento y acompañamiento a los
58
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alumnos, el encuentro cercano y verdadero con Jesús y una mayor exigencia en el servicio
59
educativo de los pobres desde la educación.
En segundo lugar, la asociación implica la comunión. Se refuerza diariamente en el trabajo
mancomunado de Hermanos y Laicos en la escuela, sobre todo cuando la obra está presente en
medio de poblaciones pobres. Esta comunión es producto de un proceso histórico personal y
comunitario, impulsado por la presencia de los Hermanos, quienes han sido portadores del carisma
lasaliano y han servido de ejemplo e inspiración a los Maestros.
La asociación ha sido un regalo del Espíritu para los Maestros. Ha desarrollado en ellos una nueva
realidad personal, producto de un camino compartido, donde La Salle se ha hecho parte de su
historia profesional y familiar. Gracias a las experiencias vividas, han tenido oportunidad para
aprender, desaprender y aportar. Este compromiso no ha surgido en ellos a partir de una decisión
administrativa, sino de un compromiso vital con una comunidad, desde la cual se han sentido
llamados y convocados a la misión desde un carisma. Su trabajo va en la línea de la transformación
social.
La asociación los lleva a buscar una mayor coherencia en sus vidas. Al desarrollar una mayor
claridad en su identidad personal, los Maestros viven una unidad profunda que les permite
experimentar la autenticidad y la libertad, la fraternidad y la entrega en la misión. Su trabajo tiene
sentido, tanto para ellos como para sus destinatarios; sus puntos de referencia son los principios
educativos lasallistas y el proyecto del Instituto.
b. ¿Cuáles son las convicciones que sostienen tu experiencia lasaliana hoy?
Maestras Lasalianas
Son tres los referentes-núcleo que se identifican en los testimonios de las Maestras Lasalianas:
La primera convicción tiene que ver con la identidad de la Maestra lasaliana. Antes que nada, es
mujer, madre y profesional que reconoce y respeta sus límites y, desde ahí, busca una claridad en su
horizonte de vida, gracias a la interiorización de los valores lasalianos. Se siente comprometida a
asumir, comunitariamente con los Hermanos y demás Laicos, la misión del Instituto en clave de
misión compartida. Ha sido un proceso de acercamiento progresivo a La Salle, de formación
permanente junto a los Hermanos, que ha producido un mayor sentido de pertenencia a la
institución. Tocaron la puerta de La Salle buscando un empleo; hoy sienten que Dios les llama a su
obra.
La segunda convicción tiene que ver con la necesidad del cambio. La asociación implica un
esfuerzo permanente por trabajar a favor de un mundo posible, desde la comunión. Esto implica: no
escatimar esfuerzos para servir a los otros, el desarrollo de los propios talentos, una formación
personal continua y la práctica del ejemplo, que incentiva la corresponsabilidad en las tareas diarias.
Estas actitudes son viables si las personas son receptivas al cambio y se comprometen en vivir el
proyecto lasallista de la escuela.
Por eso, la tercera convicción presenta a la escuela como medio de salvación. Ante la crisis de
valores y el resquebrajamiento familiar, se necesita una educación de calidad, cuyo proyecto se
construya a la luz del Evangelio, con atención preferente a los pobres y a las nuevas pobrezas.
Respondiendo a la llamada de Dios, Juan Bautista de La Salle fue un hombre visionario en su
época. Humanizó la escuela, promoviendo una nueva relación maestro-alumno a través de normas
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claras y un espíritu de prevención ante el conflicto. La invitación de La Salle a que el maestro sea,
60
con sus alumnos, firme como un padre y tierno como una madre sigue siendo actual.
La propuesta educativa de La Salle va en la línea de la formación integral, que tiene como objetivo
el acompañamiento a un alumno líder y protagonista de su propio desarrollo, autónomo y con
capacidad para seguir creciendo; en una escuela crítica ante la sociedad, capaz de transformar el
corazón y la mente de sus alumnos a través de una propuesta de educación en valores; una
comunidad escolar participativa, solidaria y fraterna que no descuida ninguna de las dimensiones de
la persona humana (técnica, espiritual y sociopolítica). En fin, una escuela encaminada a la
salvación, que considera a los pobres como sus destinatarios predilectos.
Maestros Lasalianos
Cuatro referentes-núcleo pueden identificarse a partir de los testimonios de los Maestros lasalianos:
El primero, en torno al carisma lasaliano. Reconocen, de manera especial, el papel de los
Hermanos que han querido compartir y vivenciar el carisma lasaliano en la escuela, desde su
presencia cotidiana, acompañando al Maestro en su formación permanente. Y desde el carisma, el
llamado recibido por parte de Dios a comprometerse en un camino de transformación social. El
Maestro es responsable de una nueva visión ética de la vida que le exige una actualización continua.
De ahí surge la segunda convicción, referida a la presencia de una comunidad. El Maestro vive su
experiencia desde una comunidad de fe, donde experimenta la presencia de Dios y su convicción
profunda de ser hijo y enviado. Con ella, se pone en disposición para buscar la voluntad de Dios,
manifestando su disponibilidad a través del desarrollo de sus dones y talentos personales. También,
desde ella se encuentra con Cristo para responder a la misión. En la comunidad de Hermanos y
Maestros aprende a acompañar a los niños y jóvenes en su desarrollo personal, tratando de ser
coherente con el proyecto educativo lasaliano. Este esfuerzo le exige trabajar por crear un clima de
relaciones marcado por el afecto, la cercanía y la familiaridad, en un tipo de relaciones contrarias al
afán de dominio y autoritarismo, en clave evangélica.
El proceso de educación que surge de esta dinámica tiene un carácter novedoso; responde a las
exigencias por poner en práctica una pedagogía lasaliana atenta a los signos de los tiempos, que no
cesa de predicar el Evangelio en la escuela. Impulsa un proyecto educativo donde el Maestro crece
vocacionalmente y se pone en camino dentro de un proceso formativo que lo libera y lo hace
protagonista de una educación emancipadora, disponible para el servicio.
Todos los elementos anteriores confluyen en la vivencia de la espiritualidad lasaliana. Esta
convicción se enraíza en la persona de La Salle, considerado un hombre atento a las necesidades y
realidades concretas de su tiempo, que les invita a una profunda fe en la Providencia. Vivir la
dinámica de la fe implica una maduración lenta y progresiva de un proyecto que pone a la persona
en el centro de su preocupación y que considera a la escuela como la obra de Dios, donde los
pobres son los primeros. La exigencia de trabajar a favor de los desfavorecidos desarrolla en los
Maestros la capacidad de innovar, sobre todo, al sentir las urgencias que provienen de las nuevas
pobrezas y de la realidad de las familias a quienes se atienden.
El compromiso por construir la asociación va dejando en el Maestro una impronta personal en todo
su trabajo, en sus relaciones y en su vida personal y familiar. Todo es reflejo de su opción
fundamental que da un horizonte significativo a su existencia, a partir de la vivencia de los valores
de la fe, la fraternidad y el servicio.
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c. ¿Qué relación existe entre la propuesta lasaliana de Asociación y tu proyecto de vida
61
personal?
Maestras Lasalianas
Las Maestras Lasalianas plantean algunas dificultades que nacen de las indefiniciones que han
percibido en contacto con los Hermanos. Sienten que la asociación es discutida como proyecto, pero
pocas veces se hace efectiva en la práctica. Quizás hay factores externos que afectan su vivencia,
sea por falta de tiempo de los Maestros y Hermanos, sea por la pasividad y resistencia de otros.
No obstante, perciben que en sus proyectos de vida han ido integrando y haciendo suyo el
proceso de asociación. Esto lo ven con claridad en su ideario personal como Maestras; en su
realización personal, familiar-matrimonial y profesional, identifican a La Salle como una referencia
importante y clarificadora. Tienen una fuerte identidad católica, fundada en la certeza de su
vocación cristiana, la vivencia de los valores a favor de la persona humana y su respuesta al llamado
de Dios a la educación, amando lo que hacen y sin claudicar ante las dificultades.
En su itinerario personal han asumido como propia la misión del Instituto. Trabajan juntos y por
asociación para atender a los pobres; luchan por generar pertenencia en sus escuelas; mantienen y
alimentan el esfuerzo por crecer en perseverancia y, más de una Maestra, ha manifestado su
experiencia de haber hecho alguna vez su propio Voto heroico.
Esta experiencia es un caminar contra corriente. No es fácil defender los ideales del Evangelio,
alimentar los sueños y esperanzas de sí mismas y de los demás, encontrar a cada paso el sentido
humano de la existencia y estar en actitud de servir y no de ser servidos.
Maestros Lasalianos
Ante el reto de integrar el proyecto personal de vida y la propuesta lasaliana de asociación, los
Maestros se preguntan sobre cómo conciliar las dificultades que surgen a partir de las exigencias de
una experiencia como la asociación que les compromete por completo. Desde la realidad, viven las
limitaciones propias de quienes deben atender a su familia y su propia formación personal.
El carisma lasaliano les ayuda a caminar en una mayor integración de vida. Asumiendo su
vocación cristiana, desde el bautismo, entienden que la salvación es una experiencia comunitaria
que les impulsa a vivir una misión evangelizadora desde la escuela.
Esta vivencia desarrolla en ellos una serie de convicciones que alimentan su proyecto personal y les
ayudan a alcanzar una mayor realización personal y profesional. Tales convicciones son: una
identidad y un sentido de pertenencia que redundan en un compromiso efectivo a favor de una
educación que deja huella en el alumno; una propuesta asociativa que afecta positivamente su papel
como esposo y padre de familia; la invitación a la ternura educativa, que no está peleada con el
rigor científico necesario en el trabajo del aula, y una propuesta lasaliana que invita al anuncio
explícito del Evangelio en el servicio educativo de las nuevas generaciones.
Inferencias generales
a. En cuanto a la concepción de la asociación
a.1 ¿Cuáles son los elementos comunes en la reflexión ofrecida por Hermanos y Laicos
Lasalianos?
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ƒ
La asociación se refiere explícitamente a la vivencia de una experiencia vocacional. Dios 62
llama y la persona responde. Esta experiencia, profundamente humana, es fuente de
identidad y aporta direccionalidad a la vida.
ƒ
La dinámica que impulsa la asociación lleva a la persona vocacionada al encuentro de una
comunidad comprometida en una misión educativa, generalmente al servicio de los
pobres y a la atención de las nuevas pobrezas.
ƒ
Es interesante que Hermanos y Laicos insistan, de manera especial, en identificar a los
pobres como los destinatarios preferenciales de su misión educativa lasaliana, como
consecuencia de haber vivido un proceso progresivo de asociación lasaliana.
ƒ
La experiencia de la comunidad es indispensable para vivir la dinámica de la asociación,
fortalecer la identidad y llevar adelante un proyecto educativo coherente con los principios
lasalianos. La comunidad implica comunión de intereses, sin perder de vista la diversidad de
opciones y las dificultades propias de la vida. Incluso, la experiencia del Voto heroico
aparece como referente de fidelidad en medio de las paradojas de la existencia.
ƒ
Cuando Hermanos y Laicos se expresan sobre la misión educativa, utilizan un lenguaje
común que denota la comunión de intereses. Se sienten comprometidos en un servicio
educativo cuya primera referencia es el Evangelio; “juntos y por asociación” trabajan para
“que la escuela vaya bien”; se sienten comprometidos en un servicio que tiene como centro
a la persona humana y trabajan en función de responder a los signos de los tiempos.
a.2 ¿Cuáles son los elementos novedosos que aparecen en la concepción de la asociación?
ƒ
Los Hermanos jóvenes, al reflexionar sobre la asociación, manifiestan abiertamente la
necesidad de reafirmar su vocación y de diferenciarse vocacionalmente frente a Laicos.
Los Hermanos de edad media, en contraposición, comparten una actitud más de
integración y apertura hacia ellos, asumiendo las limitaciones propias de la convivencia
diaria y la falta de claridad institucional frente al proceso de asociación. Los Hermanos de la
tercera edad, por su parte, prefieren asumir la asociación desde las claves de una
espiritualidad que da sentido e integra desde el Evangelio.
ƒ
Los Laicos reconocen que la asociación lasaliana les ha brindado razones para comprender e
integrar su vocación cristiana como bautizados, madres y padres de familia,
comprometidos en la educación. Viven la riqueza de una espiritualidad con identidad y
sentido. Las dificultades que experimentan frente a la asociación nacen de la necesidad de
conciliar las exigencias de su vida personal-familiar con su profesión de educadores. En este
aspecto, se diferencian de los Hermanos, en respeto a su propia condición de vida.
ƒ
Quizás el planteamiento de la identidad se manifiesta de dos ópticas diferentes: mientras los
Hermanos plantean la pregunta ¿quiénes somos?, los Laicos se interrogan desde el ¿quién
soy? Prevalece, en los Hermanos la dimensión comunitaria, desde donde miran su vida y
su futuro, en tanto que los Laicos evidencian la necesidad de respetar su espacio personal
de decisión que afecta el futuro propio y el de su familia.
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b. En cuanto a las convicciones que sustentan su experiencia de asociación
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b.1 ¿Cuáles son los elementos comunes en la reflexión ofrecida por Hermanos y Laicos
Lasalianos?
ƒ
La asociación hunde sus raíces en la experiencia de Dios. Todos los participantes se sienten
llamados, convocados, cada uno desde su realidad personal específica. Pero es un Dios que
han encontrado en contacto con una comunidad; se ha manifestado en la persona de los
Hermanos, de los Maestros comprometidos y desde la realidad de pobreza que han visto a su
alrededor.
ƒ
El llamado es para una misión educativa. Todos se sienten instrumentos de Dios para
trabajar por la salvación de los niños y jóvenes desde un proyecto exigente, que implica el
acompañamiento de una comunidad, una formación permanente y un compromiso personal
vocacional que impacta la vida personal.
ƒ
La realidad exige una respuesta educativa actualizada, sobre todo frente a la pobreza y a
las nuevas pobrezas. Nace de la mirada de fe y en atención a los signos de los tiempos.
b.2 ¿Cuáles son los elementos novedosos que aparecen en las convicciones sobre
asociación?
la
ƒ
Los Laicos manifiestan la necesidad de clarificar el horizonte de sentido de sus opciones
educativas. ¿Hacia dónde les conduce un compromiso que cada vez se acrecienta y que
afecta su vida personal y profesional? ¿Dónde están los límites y hasta dónde están
conscientes de respetar su identidad propia? ¿Cómo asumir la necesidad del cambio en su
vida?
ƒ
Los Hermanos, por su parte, frente a las limitaciones de la realidad, entienden que sus
convicciones deben crecer en la línea de una mayor fidelidad a los orígenes y una mayor
apertura a la gratuidad de Dios en sus vidas. Es notorio el deseo de reafirmación de los
Hermanos jóvenes, la aceptación de la realidad de los Hermanos de edad media y el
ejercicio de integración de los Hermanos de la tercera edad. Son, en verdad, tres
sensibilidades divergentes frente al mismo tema, que quizás no han tenido la oportunidad de
confrontarse todavía.
c. En cuanto a la integración entre la asociación y el proyecto de vida
c.1 ¿Cuáles son los elementos comunes en la reflexión ofrecida por Hermanos y Laicos
Lasalianos?
ƒ La Salle, su vida y obra, es un referente explícito para Hermanos y Laicos cuando se
expresan sobre su compromiso en la educación cristiana de niños y jóvenes. En los
testimonios aparecen referentes que dan cuenta de un lenguaje común asumido por los
Distritos al hablar de lo lasaliano.
ƒ Hermanos y Laicos expresan dificultades para comprender y más aún, para integrar la
asociación en el proyecto de vida personal. Los cuestionamientos son variados, pero en su
raíz dan cuenta de un proceso no comprendido del todo, que impacta a la persona en sus
convicciones fundamentales –entendiendo que la dimensión de fe es fundamental para los
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participantes del estudio- y que, de alguna manera, afecta al futuro del Instituto y de los
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Lasalianos en general.
C.2 ¿Cuáles son los elementos novedosos que aparecen en las opiniones sobre la integración de
la asociación en los proyectos de vida de Hermanos y Laicos?
ƒ
Los Hermanos jóvenes manifiestan sus dudas ante la asociación como proceso que dé
coherencia y refuerce su identidad. Los Hermanos de edad media se sienten, más bien,
confundidos por un proceso que no terminan de comprender, aun cuando participen de la
formación de los Laicos y trabajen codo a codo con ellos. Sorprendentemente, los Hermanos
de la tercera edad que han participado en el estudio se sienten segregados y piensan que no
tienen nada que decir ante los procesos que ven implementar en sus distritos y que no
entienden.
ƒ
Los Laicos, por su parte, cuestionan las exigencias que plantea la asociación a su vida
personal y familiar. Conscientes también de las dificultades que los Distritos y los
Hermanos han sentido frente la asociación, se interrogan sobre las implicaciones que pueda
tener en su experiencia futura.
Conclusión
Intentar recoger e interpretar los testimonios de otras personas no es una tarea aséptica, libre de
subjetivismos. La redacción y las inferencias que se han ofrecido quieren responder, no obstante, al
deseo de comprender un proceso humano que hunde sus raíces en una experiencia espiritual
compartida en torno a la espiritualidad lasaliana para sondear sus consecuencias en las vidas de
Hermanos y Maestros de una realidad específica.
Este texto no puede leerse sino como una propuesta abierta al diálogo. ¿Cuáles son las convicciones
que se repiten y cuáles son los desafíos que surgen? Los Hermanos de cada grupo generacional han
expresado inquietudes y cuestionamientos frente a su futuro. Los Laicos, por su parte, han
expresado sus temores ante una dinámica que afecta su vida.
En el contexto de América Latina, la comprensión de la asociación lasaliana pasa por el tamiz de la
pobreza estructural, las dificultades profesionales y laborales de los Maestros, los proyectos
políticos nacionales, la violencia social, el modelo clerical de Iglesia, la presencia de una masa de
cristianos acríticos y con poca o nula formación teológica y pastoral, en Distritos de Hermanos
fuertemente exigidos por una realidad educativa que los desborda en exceso.
Quizás, el aporte primero de este estudio preliminar pueda ser la necesidad de hacer aterrizar el
tema de la asociación en la realidad que viven los Hermanos y los Laicos en una región como
América Latina. En diálogo con sus contextos específicos, se podrían identificar nuevas categorías
para alimentar la convicción general compartida por los participantes en este estudio: Hermanos y
Laicos han sido llamados por Dios para educar cristianamente a la niñez y la juventud.

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