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ORACIÓN FINAL
♫
Visita nuestra casa. Te hemos hecho un hueco, te estamos esperando, porque te necesitamos para:
poner sosiego en nuestros ritmos,
llenar de ternura nuestros hogares,
embargar con tu paz nuestras luchas,
ilusionar con novedad nuestras rutinas,
dinamizar nuestros cansancios,
acurrucar nuestras tristezas,
fortalecer nuestros miedos,
abrirnos a caminos nuevos,
aprender a querernos mejor,
sugerirnos la creación de tu Reino,
entusiasmarnos con revitalizar la Iglesia,
inventar la comunicación en la familia,
re-enamorar a las parejas aburridas,
hacer niños a los resabiados y eruditos,
hacernos servidores unos de otros,
convertirnos en una sorpresa,
ser luz y sal alrededor,
convertirnos en ti, donde estemos.
No nos dejes de tu mano, Señor,
que contigo, todo el posible.
Enciende una luz y déjala brillar,
La luz de Jesús, que brille en todo lugar
No la puedes esconder,
No te puedes callar,
Ante tal necesidad
Enciende una luz en la oscuridad.
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CANTO 5
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♫
♫
1. ABRE TU TIENDA AL SEÑOR [A.3]
Abre tu tienda al Señor,
Recíbele dentro,
Escucha su voz.
Abre tu tienda al Señor,
prepara tu fuego,
que llega el amor.
El adviento es esperan-
za,
la esperanza salvación;
ya se acerca el Señor.
Preparemos los caminos,
los caminos del amor,
escuchemos su voz.
ORACIÓN DE LOS MIÉRCOLES, 3 DIC. 2014
3. MARANATHA [A. 59]
MARAN-ATHA, MARAN-ATHA,
MARAN-ATHA, SEÑOR JESÚS.
MARAN-ATHA, MARAN-ATHA,
MARAN-ATHA, VEN SALVADOR.
4. HAZME VER CON CLARIDAD
[D. 96]
Hazme ver con claridad
que el mundo necesita de mí.
Más de lo que estoy dispuesto a dar.
Más de lo que quiero entrar yo en ti.
Y tú me dices ¡Ven a mí!
Y yo en verdad no quiero ir.
♫
CANCIONERO
2. ENCIENDE UNA LUZ [D.79]
5. TODO LO PUEDO EN TI [D.192]
Todo lo puedo en Ti,
todo lo puedo en Ti.
Nada soy, nada soy,
pero todo lo puedo en Ti.
MISIONEROS REDENTORISTAS
PARROQUIA SANTA TERESA (SALAMANCA)
“Oración de los Miércoles, 20:30 horas”
www.laparroquia.org/oracion.html
En la vida, el hombre está
constantemente a la espera: cuando es niño
quiere crecer; cuando es
adulto busca la realización y el éxito; cuando es
de edad avanzada aspira
al merecido descanso.
Pero llega el momento en
que descubre que ha esperado demasiado poco
si, fuera de la profesión o
de la posición social, no le
queda nada más que esperar.
La esperanza marca el camino de la humanidad,
pero para los cristianos está animada por una certeza: el Señor está presente a lo largo de nuestra
vida, nos acompaña y un día enjugará también
nuestras lágrimas. Un día, no lejano, todo encontrará su cumplimiento en el Reino de Dios, Reino de
justicia y de paz.
(Celebración de las primeras vísperas de Adviento,
Homilía de Benedicto XVI, 28-11-09)
♫
CANTO 1
Isaías, el profeta del Adviento, nos hace reflexionar
con una sentida oración, dirigida a Dios en nombre
del pueblo. Reconoce las faltas de su gente, y en un
cierto momento dice:
“Nadie invocaba tu nombre, nadie salía del letargo
para adherirse a ti; porque tú nos escondías tu rostro y nos entregabas a nuestras maldades.” (Is 64,
6)
¿Cómo no quedar impresionados por esta descripción? Parece reflejar ciertos panoramas del mundo
postmoderno: las ciudades donde la vida se hace
anónima y horizontal, donde Dios parece ausente y
el hombre el único amo, como si fuera él el artífice
y el director de todo: construcciones, trabajo, economía, transportes, ciencias, técnica, todo parece
depender sólo del hombre.
Y a veces, en este mundo que parece casi perfecto,
suceden cosas chocantes, o en la naturaleza, o en la
sociedad, por las que pensamos que Dios pareciera
haberse retirado, que nos hubiera, por así decir,
abandonado a nosotros mismos.
En realidad, el verdadero “dueño” del mundo no es
el hombre, sino Dios. […]
El Tiempo de Adviento viene cada año a recordarnos ésto para que nuestra vida reencuentre su justa
orientación hacia el rostro de Dios. El rostro no de
un “amo”, sino de un Padre y de un Amigo.
(Mensaje del Papa Benedicto XVI al iniciar el Adviento 2011)
Ha venido, viene y vendrá
Cristo ya ha venido. Y lo creemos presente –
¡resucitado!– en medio de la vida, en el mundo. Tan
presente que se identifica con los más pobres:
"En verdad os digo que cuanto hicisteis a unos de
estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo
hicisteis." (Mt 25, 40)
El Señor, que ha venido, viene y vendrá. Y precisamente esa venida en el presente, que llegará a su
plenitud en el futuro, necesita consciencia y lucidez,
arrojo y preparación.
Luz en medio de la noche
¡Ven, Señor Jesús!
Y, creer esto, es vivir esperando. Porque el Reino de
Dios se va haciendo. Y Aquel quien lo hace, no lo
hace sin nosotros, que vivimos en la limitación y en
medio de contradicciones. La cuestión, básicamente, es que lo hace desde los pobres, desde los
“impotentes”... es su opción. Por lo tanto, toca esperar.
“Estad alerta; velad, porque ignoráis el momento.” (Mc 13, 33)
Pero con una vigilancia responsable. Ni miedo, pero
tampoco holgazanería; ni huida utópica de la realidad, pero tampoco inmovilismo cómodo. Más bien
esfuerzo, trabajo, compromiso por hacer presente o
apresurar el Reino de Dios. El Señor, cuando venga,
quiere encontrar su casa llena de luz – vida, justicia,
paz, acción–, aunque sea en
medio de la noche.
“El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor
Jesús.” (Ap 22,20)
En la espera activa tiene un papel importante la plegaria. Es la expresión del deseo del Amor pleno para
todo el mundo. Con la plegaria expresamos, también, que en la acción contamos con Dios. Sin Él no
podemos nada.
Por esto la invocación «¡Ven, Señor Jesús!» es característica de este tiempo de espera. Es la oración propia del Adviento.
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Oración de intercesión
CANTO 2
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CANTO 3
(R: Te lo pedimos Señor)
Espera vigilante y activa
“Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia
hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía. Tened también vosotros paciencia, y afirmad vuestros
corazones; porque la venida del Señor se acerca.” (Santiago 5, 7-8)
La espera es vigilante y activa.
Vigilante, por descubrir en las personas, en el mundo, en la vida, la presencia del Resucitado, quien ya
ha venido.
Activa, porque, el Reino, que empezó a hacerse presente con la primera Navidad, continúa creciente en
las “navidades” de cada acción, de cada acto de
amor, de solidaridad, de ternura, de vida nueva, que
se dan en cada uno de los hijos e hijas de Dios.
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Quienes seguimos a Jesús, estamos llamados a
hacer de este mundo un lugar donde se pueda
vivir a plena luz del día. Señor, ayúdanos a no
adormecernos en las noches del mundo, en las
oscuridades que muchos sufren. Te lo pedimos
Señor.
Señor, ayúdanos a velar, actuar y rogar en la
esperanza de que el Señor vendrá. Te lo pedimos Señor.
Señor, guíanos para trabajar con fe, esperanza y
amor no sólo por nuestros propios logros, sino
que, ayudados por el Espíritu, no olvidemos
nuestras responsabilidades ante los demás. Te
lo pedimos Señor.
CANTO 4
PADRENUESTRO

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