09 Domingo I de Adviento 29-11-2015
Transcripción
09 Domingo I de Adviento 29-11-2015
DOMINGO I DE ADVIENTO La Iglesia abre el año litúrgico con el Adviento. Adviento son las cuatro semanas que preceden a la Navidad, nos preparan para celebrar el nacimiento de Jesús, y recordar la primera venida de Dios hecho hombre, al mundo. El Adviento es tiempo de preparación y esperanza; es tiempo privilegiado para hacer un alto en el camino y mirar en lo hondo de nuestra vida cuáles son las cosas, las situaciones, dificultades que nos separan de Dios. Preparo mi cuerpo para hacer una respiración profunda, sosegada. Tomo conciencia de este momento y me dispongo en silencio a dejarme confrontar por la Palabra. Lucas 21, 25-28. 34-36 Dijo Jesús a sus discípulos: —Habrá signos en el sol y la luna y las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, enloquecidas por el estruendo del mar y el oleaje. Los hombres quedarán sin aliento por el miedo y la ansiedad ante lo que se le viene encima al mundo, pues los astros se tambalearán. Entonces verán al Hijo del hombre venir en una nube, con gran poder y majestad. Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación. Tened cuidado: no se os embote la mente con el vicio, la bebida y los agobios de la vida, y se os eche encima de repente aquel día; porque caerá como un lazo sobre todos los habitantes de la tierra. Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para escapar de todo lo que está por venir y manteneos en pie ante el Hijo del hombre. Al comenzar el evangelio, Jesús dijo a sus discípulos: “Habrá signos en el sol, la luna y las estrellas y en la tierra angustia de las gentes…” Emplea un lenguaje simbólico, apocalíptico que de alguna forma expresa una situación de inseguridad, incertidumbre, miedo, fragilidad que vivían en ese momento las comunidades cristianas. A pesar del lenguaje aparentemente extraño, el mensaje que nos transmite es claro: tener total confianza en Dios pase lo que pase, porque Dios siempre nos salva. Más adelante el texto dice: “Cuando empiece a suceder esto, levantaos, alzad la cabeza: se acerca vuestra liberación”. Hago silencio y dejo que la Palabra de Dios resuene en mí. Jesús, se dirige hoy a nosotros y nos llama también a vivir alerta, a poner en juego la esperanza, la confianza, la paz; nos llama a mantener la ilusión y el ánimo, aquí y ahora, a pesar de las circunstancias adversas. Siento que es un mensaje directo a todos los cristianos en estos momentos de incertidumbre, miedo, desasosiego, diría yo, bastante generalizado. Dios se hace presente siempre, aun en los acontecimientos que no nos son favorables. Es una máxima de Jesús que se repite constantemente en el evangelio. Dios está ahí y nos ha salvado en medio del conflicto. A veces siento que no experimento la salvación que Dios me da, no sé reconocerlo. ¿Por qué? El evangelio nos dice: “Tened cuidado no se os embote la mente”. Me pregunto si me pasa algo de esto y por tanto no sé reconocerlo porque estoy dormida, paralizada, curvada sobre mí; mi interés está en otra parte. ¿O si lo que espero es una salvación a mi medida? ¿Qué me pasa? Comenzaba diciendo: El Adviento es tiempo de preparación, oportunidad para mirar profundamente nuestra vida y para enfrentarme a la mía propia. Necesito espacios de silencio, sosiego, oración; leer una y otra vez la Palabra y escuchar ¿Qué me dice Dios a mí?. Creo que esta es la invitación final de la lectura: “Estad siempre despiertos, pidiendo fuerza para permanecer”. ORACIÓN FINAL A ti, Señor, levanto mi alma. Señor, enséñame tus caminos, Instrúyeme en tus sendas: Haz que camine con lealtad; enséñame porque tú eres mi Dios y mi Salvador Las sendas del Señor son misericordia y lealtad Para los que guardan su alianza y sus mandatos.
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