MARAM MASRI Maram al-Masri, nació en Latakia (Siria), y se
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MARAM MASRI Maram al-Masri, nació en Latakia (Siria), y se
MARAM MASRI Maram al-Masri, nació en Latakia (Siria), y se trasladó a París en 1982 después de estudiar literatura inglesa en Damasco. Hoy considerada como una de las voces femeninas más conocidas y más cautivantes de su generación, se dedica exclusivamente a la literatura y a la traducción. Participa asiduamente en numerosos festivales internacionales de poesía tanto en Francia, donde reside, como en países tan distintos como Argentina, Reino Unido, Irlanda, Bélgica, Holanda, Luxemburgo, Italia, Suecia, Túnez, Marruecos, Siria, Kuwait, Egipto, y, por supuesto España, sobre todo, en Murcia y Granada. Además de algunos cuentos y numerosos poemas aparecidos en revistas y en varias antologías, ha publicado: - Te amenazo con una paloma blanca, Damasco, 1984. - Cereza roja sobre losas blancas, Árabe: Túnez 1997. Premio Adonis del Foro Cultural Libanés a la mejor creación árabe en 1998. Bilingüe Español-Árabe: Colección Lancelot , Granada, 2002 y Murcia, 2004. Francés: Luxemburgo y Québec, 2003. Inglés: Newcastle, 2004. Italiano: Génova, 2005. Corso: Ajaccio, 2003. - Te miro, -Árabe: Beirut, 2000. -Bilingüe Español-Árabe: Colección Lancelot , Murcia, 2005 La poesía de Maram al-Masri es engañosamente sencilla... Puede parecer de fácil acceso a cualquier tipo de lector, pero muy pocos lectores son capaces de penetrar en el tejido sutilísimo de la tradición que subyace a cada verso de Maram, donde confluyen la tradición poética de la poesía árabe de raíces preislámicas, tan ligada al eterno tema del amor, con sus inevitables derivaciones a la sensualidad y al erotismo, y la tradición lírica de la modernidad europea, que busca en la irracionalidad y en el sueño la razón de ser de lo humano. Maram escribe en una época en la que lo fragmentario ha terminado por llevarse el gato de la expresión artística al agua, donde chapotea a su anchas en el océano de la relatividad. Y Maram no podía sustraerse a esa corriente universal. Pero hay en ella tal voluntad integradora que los cien fragmentos de Te miro pierden su condición original y sueldan sus palabras para formar un único ser lírico, una triste y hermosa historia de éxtasis amorosos y desoladas lejanías. Una historia de amor en la que dos pronombres, tú y yo, yo y tú, se eluden y se persiguen, se matan de deseo y se fulminan de desamor a lo largo de todo el libro. Sin un respiro, sin dar tregua a las emociones que surgen de muy dentro del alma, ni a los deseos que brotan de muy dentro del cuerpo, los pronombres en los que se desdobla Maram integran en la ola de su ciclón sentimental a los objetos que los rodean (cómoda, silla, cama, lavadora), haciéndolos partícipes de sus temblores. Hay versos memorables en ese recorrido hacia el gozo supremo o el desastre: “... Y él me reveló / su desnudez, / el hambre de su cuerpo / y el hambre de su alma, / y las llagas... / que el tiempo le dejó. // Lo cubrí / con el manto del deseo.” Versos en los que llueve el sudor de la amada para hidratar la piel doliente del amado, y versos como balas de fracaso que acribillan el corazón. Versos en los que Maram se lanza sobre él con el cuchillo profundo del sueño para evitar que él, a su vez, la arroje al suelo, la devore y acabe lentamente con ella. Versos que apuntan, con la precisión con que un arquero apunta al blanco, a la orgullosa confesión final: “Cada vez que un hombre / me abandona / me vuelvo más hermosa. // Más hermosa...”. LUIS ALBERTO DE CUENCA
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Nació en 1962 Latakia (Siria), en una familia de artistas. Estudió literatura inglesa en la Universidad de Damasco. Se trasladó a París en 1982. Es autora de cuentos y de varios poemarios, entre lo...
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