II PARTE CAPÍTULO XIV - Mary Baker Eddy Science Institute

Transcripción

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INSTITUTO DE CIENCIA MARY BAKER EDDY
Presenta:
(Traducción Libre)
SEPTIEMBRE 2014
Queridos amigos:
En esta maravillosa lección tenemos la oportunidad de darnos cuenta de la gran
diferencia en nuestras vidas, entre poner nuestra atención en Dios, y/o ponerla en lo opuesto, la
mente carnal con todo cuanto implica.
Por ello no hay demasiado que comentar; tan solo analizarla para que quede clara en
nuestras conciencias, de manera que podamos decidirnos a vivir en virtud y perfección, o como
dice en la Biblia: “A caminar en amistad con Dios”.
II PARTE
LOS PATRIARCAS POST-DILUVIANOS
CAPÍTULO XIV
EL NUEVO MENSAJERO DEL PACTO
Pero el conocimiento de Dios no fue silenciado ni
oscurecido para siempre. Dios levantó a Su propio representante.
En palabras que desafían la imaginación y delinean una
imagen que cautiva, el historiador hebreo, Josefo, describe
esta representación dinámica de Dios, cuyo sentido de
virtud y bondad resultaba tan ‘poderoso’, que revolucionó
el pensamiento mortal, re.generó la conciencia humana, e
inauguró una nueva era alrededor del mundo –una era de
discernimiento científico que finalmente elevó los
pensamientos de la humanidad por sobre la influencia
degradante del ocultismo, hacia la cima de la observación
espiritual. Josefo escribe:
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EL SEÑORÍO DEL NUEVO PACTO O ALIANZA
MARY RIMES HUTSON - 26A. PARTE
www.mbeinstitute.org/espanol
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En la décima generación –después del diluvio– hubo entre los
caldeos, un hombre grande y justo, y experto en las ciencias
celestes. Era una persona de gran sagacidad, tanto para entender
todas las cosas como para persuadir a sus oyentes –sin errar en sus
opiniones– por lo que comenzó a adquirir nociones de mayor
virtud que otros; y decidió ‘cambiar’ la opinión que todos los
hombres tenían en ese entonces, relacionada con Dios –siendo el
‘primero’ en divulgar la ‘idea’ de que había tan solo un Dios –el
Creador del universo (Josefo, Libro I, Cap. VII).
Este hombre fue Abraham, el hijo de Taré.
El nombre
‘Abraham’ significa: ‘padre exaltado, elevado’. Él ejemplificó la
naturaleza de la paternidad de Dios. Este hombre grande pero
humilde, fue conocido como: “el amigo de Dios” (Jas. 2:23). Y
Dios hablaba con él, tal como un hombre habla con un amigo. Al igual
que Noé, Abraham ‘aprendió a conocer a Dios’, y a ‘comulgar con el
Todopoderoso’. Su nombre se volvió sinónimo de fe –porque
él fue fiel a Dios en todo cuanto dijo e hizo.
Este extraordinario hombre vivió en la ciudad más
asombrosa de los tiempos antiguos –en Ur de los caldeos.
Las excavaciones recientes en Ur, han revelado que se
trataba de una ciudad muy adelantada en cuanto a las
artes y las ciencias. Se han desenterrado construcciones
que contienen tesoros con material escrito, el cual
evidencia la noción del conocimiento de matemáticas y
astronomía que este pueblo poseía. La arquitectura de sus
ciudades está mucho más avanzada que cualquier otra que
haya sido excavada hasta ahora. El Dr. Woolley escribe:
En los tiempos de Abraham, los hombres vivían en casas
construidas con paredes de ladrillo cocido abajo y ladrillos de
adobe arriba, cubiertos con cal blanca para ocultar el material; de
dos pisos de altura; y contaban con cerca de trece o catorce
habitaciones distribuidas alrededor de un patio central empedrado
que proporcionaba luz y aire a la casa … Tenemos que
reconsiderar nuestras ideas acerca de el Patriarca hebreo
[Abraham], cuando descubrimos que sus primeros años fueron
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vividos en tan sofisticado entorno –él era ciudadano de una gran
ciudad, y heredó las tradiciones de una antigua civilización
organizada. Las mismas casas evidencian comodidad e incluso
lujo… Una o dos pilas de tablas, dan testimonio de los intereses
intelectuales de aquella gente. Encontramos copias de los himnos
que se utilizaban en los servicios en los templos, y junto con ellos,
tablas matemáticas que van desde las simples sumas hasta
fórmulas para obtener raíces cuadradas y cúbicas; así como otros
textos en los cuales los escribas habían copiado las inscripciones
de antiguos templos existentes en la ciudad, recopilando de esta
manera, una ‘historia abreviada’ de los templos principales …
Todo apunta hacia un enfoque muy práctico y curiosamente
moderno, y de nuevo vimos qué distinto resultaba de lo que
pudimos haber pensado que fueron los antecedentes del pueblo
hebreo (Dr. C. Leonard Woolley, Ur de los Caldeos, pág. 164-172).
Pero para Abraham, el vivir en la ciudad ‘material’ más
grande del mundo, no era suficiente. La belleza física de
Ur, el alto nivel de educación, la cultura y la obvia riqueza,
no ocultaban, de este pensador científico, lo burdo del
materialismo y la idolatría que predominaban dentro de la
ciudad.
De acuerdo con Josefo, Abraham fue un astrónomo –un
científico.
Y al igual que cualquier buen científico,
‘aprendió’ a desacreditar el testimonio poco fiable de los
sentidos materiales.
Justo en medio del paganismo, la
idolatría, la carnalidad, la nigromancia, la brujería, la
sensualidad y otros medios de la mente carnal, Abraham
proclamaba audazmente que su Dios era Señor del
universo entero –proclamación que indignaba a la gente de
su ciudad.
Abraham fue implacable al denunciar la adoración al dios de
la luna –Sin.
En su celo por detener la creciente ola de
ocultismo e idolatría –las obras de la mente carnal que son enemistad
contra Dios– tomó acciones drásticas para ‘destruir’ los libros
de esa época de idolatría en su tierra natal –Caldea. En El
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Libro Judío del Jubileo, se declara que el hermano de
Abraham –Harán– murió inadvertidamente cuando intentó
salvar algunas de las imágenes de los dioses, cuando
Abraham incendió la casa donde se guardaban (Véase
Dummelow, pág. 191).
Bajo el influyente movimiento de Abraham, Taré abandonó
Caldea, llevando consigo a Abraham y a su esposa Sarah,
así como al hijo de Harán –Lot– a quien Abraham había
adoptado. Siguiendo la antigua ruta de las caravanas de la
Gran Creciente Fértil, se establecieron por un tiempo en
Mesopotamia (la Siria actual) –una región entre los ríos
Tigris y Éufrates, que había sido habitada por Eber, el nieto
de Sem. Aquí, el estilo de vida de Abraham dio un cambio
radical. Él, quien había sido un ‘ciudadano’ de una ciudad
sofisticada, se convirtió en pastor. Y durante los años que
moró en Mesopotamia, acumuló grandes manadas de ganado vacuno,
ovejas, camellos y otros similares. Se convirtió en un hombre rico, y
disfrutó de lujos para su familia, y su séquito de sirvientes y pastores.
Desconocemos cuántos años permaneció en esta tierra;
pero sí sabemos que estaba siendo preparado para la obra
que Dios había designado para él –la de ser un gran pastor para la
humanidad.
Cuando su estancia en Mesopotamia hubo cumplido con el
propósito divino, Dios ordenó a Abraham moverse. Y este
fiel amigo de Dios, “salió sin saber hacia dónde iba” (Heb. 11:8). El
relato dice:
[Abraham] buscó una ciudad que tuviera cimientos –cuyo
arquitecto y constructor fuera Dios –Heb. 11:10.
Así comenzó el viaje –una aventura divina– en la cual
Abraham aprendió que: en tanto él caminara con Dios –
siempre consciente de la presencia de Dios; siempre
obediente a la Palabra de Dios; y siempre consciente de las
necesidades de su pueblo– él estaría enlazado a Dios y a
todo cuanto era bueno.
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¡Una nueva era había comenzado!
Las generaciones de
Sem contaban con un nuevo líder –un pensador científico;
un hombre de mentalidad espiritualizada que se rehusó a
ser como las multitudes materialistas e idólatras.
Este
gran hombre noble fue un individuo, un individuo robusto
que se atrevió a ser: semejante a Dios en medio del burdo
materialismo.
Su viaje continuó siendo una aventura
divina en la cual él se ganó esta honorable distinción: Fue
amado por Dios y por el hombre.
Dondequiera que iba, su
nobleza era reconocida –y llegó a ser conocido como un
príncipe poderoso entre los hombres.
Bien pudiera surgir la pregunta: ¿Qué tiene todo esto que
ver con nosotros?
– Debiéramos comenzar a
preguntarnos: ¿Me parezco a Abraham o a su hermano
Harán?
¿Me estoy esforzando para ser semejante a Dios, o
anhelo ser como ‘un’ dios?
¿Soy lo suficientemente
‘valiente’ para ser de mentalidad espiritualizada en medio
de amigos y vecinos de mentalidad materialista; o deseo
hacerme popular con y semejante a, la gente de
mentalidad materialista con quien estoy relacionado?
¿Estoy dispuesto a permanecer fiel y sin temor ante aquello
que es divinamente recto, o encuentro más sencillo y
agradable ir con la corriente del pensamiento común de los
demás?
Pudiéramos tener muchas batallas con ‘nosotros mismos’,
antes de que el anhelo de ser como ‘dioses’, ceda al deseo
de ser semejantes a Dios; antes de que la atracción por el brillo
del materialismo ceda al amor por la espiritualidad. Pero
esta batalla tiene que ser ganada –porque estamos
comprometidos en un conflicto para ganar las mentes de los
hombres.
Incluso las mayores victorias militares no
significarán nada, a menos que ganemos la guerra contra la
mente carnal –la cual fue, es y será siendo enemistad en contra
de Dios.
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Hoy en día hay diversas formas de ocultismo – brujería,
trasmisión del pensamiento, telepatía, magia blanca y
negra, manipulación mental, hechicería, nigromancia, etc. –
que están ‘ganando aceptación’ como parte del “proceso
educativo actual”. – Estas son, prácticas peligrosas.
Invaden los ‘derechos individuales’ de los hombres, y les
‘roban’ su pensamiento puro.
Es tiempo de levantarse de la apatía contra esta fuerza
carnal maligna que intenta tragarse ‘el conocimiento de
Dios’ en el mundo actual y de menospreciar el poder de la
Mente divina en el hombre.
El Apóstol Pablo tuvo una
comprensión clara del funcionamiento secreto de la
engañosa, devastadora, mesmérica y ocultista mente
carnal. Conocía su ‘poder aparente’ para insensibilizar los
sentidos – cambiando la base del pensamiento y de la
razón.
Conocía que su pretensión produce: confusión,
impide el buen juicio, y priva a la humanidad de su
‘capacidad’ para discernir entre lo justo y lo injusto –entre
el bien y el mal. Pero también conocía que esta ‘influencia’
insidiosa y agresiva carecía de poder para sostenerse frente
al poder omnipotente de Dios y de su Verbo [Palabra] todopoderoso, el
cual nos otorga el señorío sobre las sugestiones e influencias
de la mente carnal en todas sus formas. Escuchemos su
advertencia a las gentes de aquél entonces, y a toda la
humanidad actual:
Eviten el parloteo vacío y mundano – aquéllos que consienten con
él, se apartarán más y más, con rumbo a los caminos impíos, y la
contaminación de sus enseñanzas se extenderá como una gangrena
(Tim. 2:17, NEB).
Pero persiste tú en las cosas que has aprendido, y de las que te has
persuadido – sabiendo de Quién las has aprendido;
…Las Escrituras Sagradas son capaces de hacerte sabio [son
capaces de abrir tu mente] para la salvación…
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Toda Escritura es dada por inspiración de Dios, y es útil para
enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia;
Para que el hombre de Dios sea perfecto – revestido
completamente para toda obra buena [eficiente y capacitado para
las buenas obras de toda clase] (2 Tim. 3: 14,17).
Las palabras del Apóstol suenan como advertencia para
todos aquéllos que serán: libres para ‘pensar con claridad’,
y que serán eficientes en buenas obras.
Al seguir los pasos de Abraham en su aventura divina,
podemos aprender con él, cuán vitalmente importante
resulta escuchar la voz de Dios en lugar de la voz seductora de
la serpiente, y seguir las indicaciones divinas implícitas. Al
hacerlo así, no seremos vencidos por la serpiente en su
implacable lucha contra los justos y contra su
determinación de morder el calcañar [talón] de la mujer – para
atacar nuestro talón de Aquiles o punto débil – y para así
cautivar y capturar nuestras mentes, haciéndonos con ello
sus siervos, y guiándonos por caminos impíos.
Cuando
caminemos con Dios, caminaremos en la senda de la santidad, en
dimensiones espirituales que no pueden ser invadidas por
ningún poder ni presencia, desemejantes a Dios –el Bien.
Y nuestra senda de vida será una aventura divinal.
Citas de la Lección proporcionadas por el Instituto de Ciencia Mary Baker Eddy.
Visite nuestro sitio web: http://www.mbeinstitute.org/espanol
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3821 Hidden Acres Circle N
33903 North Fort Myers, FL., USA
Para mayor información llame al (239) 656-1951 (USA)
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