Sinopsis `A la medianoche` por Elixabete Garmendia

Transcripción

Sinopsis `A la medianoche` por Elixabete Garmendia
septiembre 24, 2015
Elixabete Garmendia Lasa
A LA MEDIANOCHE 'Momentos con Javier Arzuaga'
En La Cabaña, en aquella época, éramos tres los protagonistas: el fusilado, el que
mataba y yo –payaso de Dios, que trataba de ofrecer lo que no tenía.
La Cabaña era el Fuerte de La Habana; época: los primeros cinco meses de 1959, es
decir, los primeros pasos de la revolución cubana; los fusilados: los militares y policías
del régimen de Batista; los que disparaban: los luchadores que habían bajado de Sierra
Maestra; el payaso de Dios, que trataba de transmitir su fe ya desgastada: Javier
Arzuaga (Oñati, 1929), fraile franciscano.
Por allí se movían personajes bien conocidos como el Che Guevara, que era entonces
comandante de La Cabaña.
Después de haber guardado para si durante más de cuarenta años las vivencias que le
turbaban su interior, de pronto, Arzuaga las volcó al papel; de ahí deriva su libro, 'A la
medianoche' y este documental que nos presenta Angel Katarain.
Arzuaga acompañó a cincuenta y cinco personas en los días, horas y minutos
anteriores a su muerte, y también en el momento del fusilamiento. Se negó a confesar
a los condenados –no le interesaba saber la verdad de cada cual–; su papel consistía
en transmitir valor para ese último e inevitable viaje.
En la colección de historias está la del comandante que, para la ceremonia del
fusilamiento, pidió a su esposa que le trajera los zapatos aún no estrenados. O la de
Ariel Lima, acusado de traición: había colaborado, a los dieciséis años, con los
revolucionarios; a los diecinueve, fue machacado por los policías de Batista; el Che, sin
reparo, lo mandó al paredón. En una ocasión, el mismo Arzuaga tuvo que sujetar y
dirigir la mano del capitán del pelotón que no atinaba en el tiro. En otra, el no creyente
a punto de ser muerto pidió al franciscano que le prestara su fe para el trance.
'A la medianoche', por encima de todo, es un testimonio de primera mano para un
episodio oscuro de la historia. En cualquier caso, el vasco no se ciñe al caso cubano; su
obra va más allá. Basándose en los fusilamientos de La Cabaña, universaliza la
cuestión de la pena de muerte; no desde la doctrina, sino desde el dolor y la
compasión que jamás se le borrarán.

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