El Agua se Vende Bien
Transcripción
El Agua se Vende Bien
El Agua se Vende Bien El agua se está transformando rápidamente en una valiosa materia prima de exportación, como consecuencia de los ambiciosos proyectos para irrigar las planicies desérticas que rodean el Mediterráneo con agua proveniente de regiones lluviosas de montaña. Debido a la escasez mundial de agua potable, un 40% de la población mundial está sufriendo las consecuencias de una abastecimiento inadecuado. Las regiones áridas del Oriente Medio y del norte de África, donde habitan hasta trescientos millones de personas -alrededor del 5% de la población mundial- sólo cuentan con un 1 % de los recursos acuíferos anuales renovables, y la escasez es cada vez más severa. La provisión actual de agua per cápita en el área es de 1.200 metros cúbicos por año, pero según el Banco Mundial caerá a 600 metros cúbicos per cápita para el 2025. Tampoco Europa está libre de los efectos de una escasez creciente. En torno al Mediterráneo, donde el clima se está volviendo más seco y cálido, la tierra cultivable, desde Grecia hasta Portugal, se torna más árida. El crecimiento de la población y el incremento del turismo también se están tragando las reservas de agua. Estas situaciones han llevado a que se considere seriamente la importación de agua por parte de los países que más la necesitan. Sin embargo, la comercialización de agua entre países enfrenta obstáculos económicos y políticos. La fijación de una estructura de precios, por ejemplo, no es un tema menor. En Turquía, el tema de la venta de agua a Israel resurgió a fines del año pasado, cuando el ministro israelí de finanzas inició negociaciones formales para importar entre 15 y 25 millones de metros cúbicos anuales de agua desde Turquía, durante cinco a diez años. Israel considera estas importaciones de agua, como una alternativa rápida a su proyecto de construir una planta de desalinización para tratar hasta 15 millones de metros cúbicos de agua por año. Turquía piensa embarcar el agua en buques petroleros reconvertidos, desde la reserva de Manavgat hasta el puerto israelí de Ashkilon. Luego sería transportada por una tubería de 12 kilómetros hasta Zohar, en el sur de Israel. Los funcionarios esperan que pronto se pueda acordar un precio, para que las ventas puedan empezar rápidamente. Pero ponerle precio al agua es el gran problema. Las empresas que realizaría el transporte cotizaron el servicio en 50 centavos de dólar el metro cúbico. Se afirma que el precio del agua se ubicaría en un rango de entre 10 y 20 centavos el metro cúbico. Israel utilizaría el costo de la desalinización como base para calcular el precio que está dispuesto a pagar por las importaciones. Por otro lado, en el Mediterráneo occidental avanzan las negociaciones entre funcionarios franceses y españoles para desarrollar una infraestructura exportadora de agua. Mediante la importación de agua que fluye por el Ródano, en el sur de Francia, el gobierno español busca enfrentar la escasez de agua en Barcelona, que se agravará notoriamente en el futuro, según los expertos. El proyecto entre ambos países utilizará un canal existente cerca de Montpellier, al cual se le agregaría un acueducto de 300 kilómetros que llevaría el agua a un centro de tratamiento en Barcelona, con capacidad para proveer agua a 4,5 millones de personas. El costo de la infraestructura será de unos 795 millones de dólares, y tal vez la inversión sea pública y privada. En Europa se discuten además otros proyectos de importación. Italia piensa construir un sistema de tuberías bajo el mar Adriático, que le permitiría hacer llegar a la región del sur de la península el agua importada desde Albania. En Mallorca se considera la construcción de conductos submarinos que le permitirían contar en verano con agua transportada de España continental, sin recurrir a buques cisterna. Austria, con su gran disponibilidad de recursos hídricos (más 6000 lagos y una población pequeña de 8,2 millones de habitantes, que consumen menos del 3% de los mil millones de metros cúbicos de agua que genera anualmente) declaró que puede abastecer a los 370 millones de habitantes de la Unión Europea con agua de pozo o superficie. El gobierno austriaco considera la venta internacional como económicamente atractiva, ya que lo ayudaría a reducir su déficit fiscal a cero en 2002. Para ello se está trabajando en un proyecto piloto para establecer plantas de almacenamiento en los Alpes y también se evalúa la posibilidad de construir una cañería de distribución de agua en el interior de un antiguo oleoducto.