Untitled

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CON MI ÚLTIMO ALIENTO
POR: Manuel Aguado
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Safe Creative
ISBN: 1402090104122
Todos los derechos quedan reservados al autor.
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Gracias a mis tres princesas…
Jose, Sheyla y Selena
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<<¡Corre! ¡Corre! ¡Corre!>>
Es en lo único que mi mente puede pensar. Llevo tanto tiempo
corriendo, que ya ni me acuerdo del por qué lo hago.
¡Siento su respiración tan cerca!
¿Por qué a mí?
Los ojos me arden del sudor que se desliza por mi frente, las piernas
me queman, casi no puedo respirar. Me siento vacío, exhausto,
agotado... pero algo en mi interior me dice:
¡No pares!
¡Sigue a delante!
¡Si paras ya sabes lo que te va a pasar!
¿Te vas a rendir ahora?
Corro con todas mis fuerzas, me concentro en no tropezarme, ¿si lo
hiciera…?
¡No quiero pensar en lo que me pasaría!
Todo está muy oscuro. Al fondo veo una luz.
¿Será mi salvación? ¿Encontraré auxilio?
Si consigo llegar, seguro que estaré a salvo.
Todo mi ser se concentra en la luz, en llegar antes de que me pille,
antes de que me consuma como un cigarro olvidado, en un cenicero
lleno de colillas, colillas y más colillas.
<<Corre, corre, corre>>
Oigo sus pasos, ¡cada vez está más cerca!
Siento que me toca la espalda con la punta de sus dedos. Su aliento
me golpea con un olor a muerte que me aterroriza e inunda todo mi
cuerpo.
¡No consigo separarme de él!
Me estoy quedando sin fuerzas, las piernas no me responden, cada
vez voy más lento y más lento…
Tal vez deba rendirme. Pero, ¡la luz sigue allí!
¡Un último esfuerzo!
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<<¡Corre! ¡Corre! ¡Corre!>>
¿Dónde están mis amigos? ¿Mi familia?¿La policía? ¿No hay nadie
que me ayude?
Me encuentro tan solo...
¿Cómo he llegado hasta aquí?
¿Será este el purgatorio?
Mi única esperanza es llegar hasta la luz. Ya estoy muy cerca. Puedo
sentir su calor en mi rostro, impregnándome de esperanza, paz,
¡Vida!
¡Dios mío! ¡Me caigo!
¿Con qué he tropezado?
¿Me ha tirado él?
Doy vueltas por el suelo de adoquines, como si me hubieran tirado de
un tren en marcha.
Me detengo boca abajo, ¡estoy aterrorizado!
Quiero darme la vuelta pero mi cuerpo está tan agotado que no me
responde, sólo me quedan fuerzas para seguir respirando unos
instantes más.
¿Será este mi fin? ¿A llegado mi hora?
-¡No! No voy a morir como un cobarde, voy a mirarlo a la cara y
decirle...decirle...
Me doy la vuelta, cierro los ojos y grito con toda mi alma:
-¡Aquí me tienes miserable!
-¡No te tengo miedo!
En un arrebato desesperado, con mi último aliento, me levanto, abro
los ojos y doy un grito tan terrorífico que se me saltan las lágrimas,
clamando a los cuatros vientos...
-¡NO QUIERO MORIR! ¡NO VOY A MORIR!
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