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3 | |Nov
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Jul || 08
Los datacenter en el nuevo modelo de gestión TI
Jorge Montoto*
Analista asociado
ENTER-IE
E
l datacenter, entendido como la concentración de recursos que proporcionan el acceso a los servicios
TIC, es el más claro paradigma de gestión que debe conciliar la excelencia en la prestación de servicios
TIC, en términos de calidad y coste, con la responsabilidad en la eficiencia de los recursos que suponen un
impacto medioambiental.
Esta Nota Enter expone las características del datacenter eficiente, es decir, aquél que adecúa la eficacia
operacional, la inversión de activos y la optimización de los recursos energéticos.
Racionalizando la gestión TI
‘Reconocer la ‘comoditización’ de los servicios TI es el primer paso para aplicar a su
gestión un modelo de explotación industrial’
En las conversaciones con directores de TI parece que cada vez se habla menos de proyectos de despliegue de nuevas tecnologías, aplicaciones o servicios y más de acciones concretas que permitan recortar costes, principalmente costes de explotación.
Y es que la principal preocupación que se pone sobre la mesa es la necesidad de conciliar
una demanda creciente para los servicios TI con unos presupuestos que no crecen al mismo
ritmo, o que en muchos casos se mantienen fijos o incluso se ven mermados.
Las iniciativas más maduras para lograr esta conciliación se basan en reconocer la ‘comoditización’ de los servicios TI y, en consecuencia, aplicar a su gestión un modelo de explotación
industrial, aborreciendo el modelo artesanal que aún perdura en muchas organizaciones o en
algunas áreas aún ‘no saneadas’.
A este respecto, y según los datos presentados en el informe eEspaña 20091 sobre el desarrollo de la sociedad de la información, elaborado por la Fundación Orange, el mercado TIC
ha mantenido, a nivel mundial, un ritmo constante de crecimiento en el período 2004-2008,
a un ratio de entre un 5% y un 6% anual en volumen de negocio. Y, si bien la crisis económica ha afectado a este sector desde el segundo semestre de 2008, lo ha hecho en menor
medida que en otros sectores. Ciertas barreras de entrada se ven eliminadas gracias a, por
1
http://www.fundacionorange.es/areas/25_publicaciones/e2009.pdf
* Jorge Montoto es Director de Explotación de Tissat, S.A.
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Los datacenter en el nuevo modelo de gestión TI
ejemplo, la rebaja en el coste de ancho de
banda, al desarrollo del modelo SaaS, o a
la integración de las TIC en la electrónica de
consumo. En España, aspectos regulatorios
como la inminente entrada en vigor de la ley
11/20072 de acceso electrónico de los ciudadanos a los servicios públicos, suponen
también un catalizador de esta evolución. Se
está en un sector en creciente ‘comoditización’.
Al entrar en detalles sobre cómo realizar la
transición hacia ese modelo de ‘madurez industrial’ es cuando a los responsables de TI
empiezan a surgirles las dudas: por dónde
empezar, cuál será el coste del cambio, cuál
es el horizonte y los objetivos a satisfacer;
todas preguntas que intentan cuantificar y
convertir en tangible un esfuerzo difícilmente interpretable si no es mediante un análisis
de ROI.
En este escenario, existe un factor común
para todos los directores de TI que han conseguido la racionalización del modelo, que
se podría resumir en el hecho de haber fundamentado el proyecto de mejora en las siguientes tres premisas:
1. Diagnosticar adecuadamente la situación inicial:
• Identificar el coste de los procesos y
activos TI que son clave para el negocio o actividad de la organización.
• Identificar los riesgos, entendidos
como las posibles indisponibilidades
de dichos procesos / activos, y cuantificar el impacto que pueden tener en
caso de que ocurran.
2. Cuantificar el objetivo de mejora:
• Por un lado, identificar qué ahorros
–medidos en términos porcentuales–
se desearían obtener en la ejecución
de esos procesos / explotación de
esos activos.
2
http://www.boe.es/boe/dias/2007/06/23/pdfs/A27150-27166.pdf
2
• Por otro lado, identificar qué volumen
de demanda adicional se espera sobre
los mismos.
3. Aplicar el sentido común y altas dosis
de realismo al proyecto de mejora:
• El coste de realizar una mejora nunca
debería superar al ahorro obtenido. Lo
más sensato es plantearse resolver las
ineficiencias o mitigar los riesgos identificados empezando por los de primer
orden. Ya habrá tiempo de plantearse la resolución de los de segundo y
tercer orden una vez resueltos los anteriores (entre otras cosas, porque tal
vez hayan desaparecido o hayan sido
sustituidos por otros). Este planteamiento deberá permitir marcar objetivos tangibles a corto plazo y para cuya
consecución el coste de los recursos a
emplear debería ser asumible.
• Conseguir implantar una sana cultura
de autocrítica que permita a la organización cuestionarse recurrentemente el modelo actual y pensar en las
mejoras que deberían plantearse. Es
decir, arrancar el modelo de mejora
continua. No es tan importante si los
pasos de mejora que se dan son cortos, como el efectivamente dar esos
pasos.
Estas premisas permiten a la organización
desarrollar un sentido crítico sobre qué es
lo que necesita mejorar y cuál es el modo
óptimo de conseguir esa mejora, definiendo
una personalidad propia que le posibilita establecer su propia racionalización en el modelo de gestión.
Dentro del conjunto de servicios TI, no existe seguramente un entorno en el cual todo
lo anterior tenga una evidencia tan palpable
de aplicación como el datacenter.
El datacenter es, sin duda, el mejor escenario en el cual hacer tangible de un modo
directo las inversiones orientadas a mejorar
la eficiencia y donde más palpable es el esfuerzo por mantener el orden en el modelo
de explotación.
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3
Los datacenter en el nuevo modelo de gestión TI
Pero ¿se tiene claro lo que es el datacenter?. Las TIC ofrecen sus servicios mediante la agregación ordenada de una serie de
elementos y subsistemas, desde las aplicaciones software hasta las infraestructuras
hardware, pasando por las infraestructuras
de conectividad y los sistemas de gestión,
que requieren de unas condiciones de operación adecuadas para optimizar su armonización, su rendimiento y su período de
vida útil. Dichas condiciones de operación
son las que se consiguen dentro de los datacenters o centros de procesos de datos
(CPD), principal escaparate de lo que se
puede denominar la ‘sala de máquinas’ de
los servicios TIC.
47/2007 (certificación de eficiencia energética de edificios de nueva construcción) y
1890/2008 (eficiencia energética en instalaciones de alumbrado exterior) abren la puerta a campos de aplicación de las TIC tanto
para la identificación de nuevos modelos de
diseño, como para la explotación y control
de los mismos.
Además, y teniendo en cuenta que los datacenters son responsables del 13,6% del
consumo eléctrico de las TIC (porcentaje
que se amplía al 24,5% si no se considera
la electrónica de consumo), según datos de
2005 publicados por el Bio Intelligence Service, cualquier iniciativa de mejora energética en este sector debe pasar inevitablemente por su aplicación en el CPD.
‘El datacenter es el espejo del alma’
Asimismo, se debe realizar de modo obligado una nueva reflexión: en la actualidad
existe información sobre el impacto medioambiental previsto por el crecimiento del
sector TIC, que ha generado una serie de
recomendaciones y directrices que buscan
mejorar la eficiencia energética de las actividades propias del sector, garantizado así
que ese crecimiento sea sostenible3. Así,
según datos publicados por la Comisión
Europea4, los equipos y servicios TIC representan, por sí solos y dentro del marco
de la Unión Europea, el 8 % de la energía
eléctrica consumida y, aproximadamente,
el 2 % de las emisiones de carbono. Las citadas recomendaciones van más allá, identificando al sector TIC como promotor de
la mejora en eficiencia energética en otros
sectores; así, disposiciones regulatorias
en nuestro país como los Reales Decretos
3 http://ec.europa.eu/information_society/activities/sustainable_growth/
docs/com_2008_241_all_lang/com_2008_241_1_es.pdf
4
Datos de Bio Intelligence Service para 2005. Según el informe ftp://
ftp.cordis.europa.eu/pub/fp7/ict/docs/sustainable-growth/ict4ee-final-report_en.pdf, la proyección para 2020 supone que el sector TIC
en el marco de la UE 25 será responsable del 10,5% del consumo
eléctrico y del 4,2% del total de emisiones de CO2.
Así pues, el datacenter es el más claro paradigma del ecosistema que debe conciliar la
excelencia en la prestación de servicios TIC,
en términos de calidad y coste, con la responsabilidad en la eficiencia de los recursos
que suponen un impacto medioambiental.
Se podrían clasificar los datacenters en tres
tipos:
• Caótico: los equipos, canalizaciones, cableados, etc. se desparraman por todas
partes y no es que no exista un criterio
sobre si la energía se consume de un
modo eficiente, sino que ni siquiera se ha
planteado esta cuestión. Se asocian a la
falta de concienciación sobre lo que supone un problema de disponibilidad del
datacenter y a una falta de compromiso
de las TI con el negocio.
• Ordenado pero ineficiente: son aquellos
datacenters en los que, si bien se han
cuidado mucho los procesos de explotación, se ha descuidado el control de su
consumo energético. Se trata de los datacenters ordenados, generalmente sobredimensionados respecto a la demanda actual, pero muy ineficientes por el
alto consumo en climatización innecesaria que asumen. Se asocian a modelos de
gestión obsoletos, madurados en épocas
pasadas donde el coste de adquisición
de los recursos TI superaba con creces al
coste de la explotación de esos recursos,
cosa que ya no ocurre.
• El datacenter del orden eficiente: aquél
que, además de tener perfectamente implantado el modelo de las 5 S’s –garantía
de orden y control de la entropía–, rea-
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4
Los datacenter en el nuevo modelo de gestión TI
liza un consumo energético altamente
eficiente. Su rendimiento se monitoriza
de un modo simple mediante un conjunto mínimo de indicadores básicos y se
analizan continuamente las relaciones
causa-efecto cuando esos indicadores
experimentan alguna variación.
¿Cuánto cuesta una gestión
deficiente?
‘La indisponibilidad durante 120 minutos
de un servicio de comercio electrónico
puede suponer pérdidas de negocio de
unos 100.000€, además de las pérdidas
intangibles’
La ‘comoditización’ de las TIC va acompañada ineludiblemente de una dependencia
creciente del usuario final de las mismas,
sea éste una corporación, una administración pública o un particular. Dicha dependencia obliga a garantizar la calidad de los
servicios ofrecidos, entendida en términos
de continuidad, disponibilidad y capacidad.
Por poner un ejemplo, la indisponibilidad durante 120 minutos de un servicio de comercio electrónico que gestione transacciones
por valor de 1.000.000€ diarios puede suponer pérdidas de negocio de unos 100.000€.
Si sumamos estas pérdidas tangibles a la
dificultad que entraña la fidelización de los
usuarios de servicios online, las pérdidas
pueden crecer exponencialmente por la
pérdida de clientes y el impacto en la credibilidad del proveedor. Si esta indisponibilidad se debe a fallos en los servicios del
datacenter, que pueden estar proporcionados por un tercero, a las penalizaciones por
incumplimiento de los acuerdos de nivel de
servicio reflejados en los contratos de externalización se sumarán los impactos económicos derivados de las demandas por daños y perjuicios.
Otro aspecto importante, dentro de un entorno de libre mercado, es garantizar la excelencia operativa para conseguir así una
eficiencia en costes que permita la diferenciación respecto de la competencia. El continuo escrutinio de los indicadores clave de
rendimiento de los procesos de entrega de
servicios y de soporte de los mismos permitirá identificar cómo rediseñarlos y adaptar
así a un mercado en que la flexibilidad operacional, por la velocidad de los cambios, es
uno de los factores críticos de éxito. En el
datacenter, aspectos como la automatización de las tareas repetitivas o la eficiencia
en el uso de la energía cobran una especial
relevancia al tratarse de un entorno en el que
la repetitividad de tareas manuales o ineficiencias en el los subsistemas no TI (como
alimentación eléctrica o climatización) marcan la frontera de la rentabilidad operativa.
¿Cómo conseguir mejoras
reales?
‘Un modelo de gestión como ISO 20.000
permite conciliar calidad de servicio con
volumen de demanda’
Conseguir la excelencia operativa que permita eliminar ineficiencias y simultáneamente garantizar la sincronización de las
operaciones pasa por la implantación de
conjuntos de buenas prácticas adaptados al
sector TIC. Es por ello por lo que modelos de
gestión como la reciente norma ISO 20.0005
son –una vez implantados– los que permiten conciliar dichas demandas y asegurar
el aporte de valor en el proceso de entrega de servicios TIC. En el caso concreto de
esta norma, que persigue el cambio cultural
hacia un marco global de mejora continua,
las ventajas son claras ya que –sin entrar en
complejidades que pudieran surgir derivadas del cómo se realizan los procesos– sí
permite centrarse en la visión global del qué
es lo que la organización debe realizar para
arrancar ese ciclo iterativo de mejora continua según el Modelo de Deming.
La experiencia práctica de implantación del
modelo ISO 20.000 dentro de una organiza5
http://www.aenor.es/desarrollo/inicio/home/home.asp
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5
Los datacenter en el nuevo modelo de gestión TI
ción que proporciona servicios de datacenter
permite concluir que la identificación del objetivo de mejora pasa por realizar un ‘análisis
de madurez’ de los procesos actuales mediante el mapeo de los procesos en uso respecto del conjunto de procesos ISO 20.000.
La determinación de los factores críticos de
éxito en la organización permitirá priorizar las
acciones a acometer, disponiendo así de la
visión fit/gap que marque la pauta en el proyecto de mejora en el modelo de gestión.
‘El proyecto de optimización de los recursos del datacenter debe primar la
disponibilidad del servicio y la explotación eficiente’
De cara a que el ejercicio de racionalización global sea coherente, el proyecto
de mejora del modelo de gestión debe ir
acompañado de un proyecto de optimización de los recursos que sustentan la prestación de los servicios.
Dentro del datacenter, la visión tradicional de
la calidad de los servicios, según normas en
cierto modo obsoletas pero aún valoradas,
como la elaborada por la Telecommunications Industry Association estadounidense
TIA-9426, o como la elaborada por la International Computer Room Experts Association,
ICREA7, viene marcada por unas pautas que
buscan establecer un baremo en función del
nivel de disponibilidad que los activos instalados permiten garantizar. Así, para cada uno
de los subsistemas en los que –tomando la
norma TIA-942– se agrupan tradicionalmente los activos del datacenter (arquitectónico,
eléctrico, mecánico y de comunicaciones),
las redundancias –por un lado– y el cumplimiento de requisitos en las instalaciones
–por otro– permiten clasificar al datacenter
dentro de uno de los cuatro niveles TIER en
función de su capacidad de sobreponerse a
fallos en los activos de cada subsistema o incluso de no sufrir pérdidas ni degradaciones
en los servicios ante dichos fallos. Entre el nivel más bajo de disponibilidad (TIER I, para el
cual incluso una parada programada supone
pérdida de servicio) y el más alto (TIER IV,
para el cual se garantiza la continuidad de los
servicios incluso ante paradas no programadas –fallos– en recursos de varios subsistemas), el nivel de inversión en recursos cubre
un abanico muy amplio. La experiencia práctica en la explotación de un datacenter de
TIER III permite concluir que el aspecto principal radica en identificar los servicios críticos para cada uno de los mercados/clientes
objetivo y los subsistemas de los que dichos
servicios dependen, de modo que las inversiones disponibles se realicen de un modo
óptimo. Así pues, si la demanda de servicios
exige disponer de n recursos para satisfacerla, el nivel de inversión será muy diferente si
se realiza un acopio de capacidad de (n+1)
recursos, lo cual proporcionará un nivel de
redundancia básico, de si realizamos un acopio de capacidad de 2(n+1) recursos, lo cual
nos proporcionará un nivel de redundancia
máximo pero también exigirá un alto nivel de
inversión. La decisión sobre en qué punto de
dicho abanico posicionarse vendrá marcada
por la disponibilidad del mercado objetivo a
primar la calidad o el coste. La identificación
del objetivo de mejora pasa por priorizar las
inversiones en nuevos activos o servicios o
bien por adaptar los ya existentes, una vez
realizado dicho análisis.
En cuanto a la optimización del consumo
energético, la reciente aparición del ‘Código
de conducta para la eficiencia energética en
el datacenter’8, promovida por la Unión Europea, permite identificar las mejores prácticas
a implantar en este ámbito. Adicionalmente,
se identifica la medida del PUE9 (Power Usage Effectiveness) como el estándar de facto
para la identificación del nivel de eficiencia
del datacenter, al ser un ratio que mide el
consumo total en las instalaciones respecto
del consumo únicamente en equipamiento
TI. Así, frente a un valor del PUE de 1, es
decir, una eficiencia máxima, valores del
PUE superiores a 2 indican que el nivel de
ineficiencia es muy alto y que hay un amplio
margen de mejora. El gráfico muestra, para
diferentes escenarios de densidad de con8
http://re.jrc.ec.europa.eu/energyefficiency/html/standby_initiative_dc_
participants.htm
6
http://www.tiaonline.org/
7
http://www.icrea-international.org/
9
http://www.thegreengrid.org/en/Global/Content/white-papers/TheGreen-Grid-Data-Center-Power-Efficiency-Metrics-PUE-and-DCiE
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Los datacenter en el nuevo modelo de gestión TI
Coste mensual no-TI. Data Center 250 m2. Miles de euros
1,0kw/m2
Miles de euros
1,3kw/m2
1,8kw/m2
20
15
10
5
0
2,5
2,4
2,3
2,2
2,1
2,0
1,9
1,8
1,7
1,6
1,5
1,4
1,3
1,2
PUE (Power Usage Effectiveness)
sumo, el ahorro de costes en energía que
podemos obtener mediante la mejora del
PUE en un datacenter de 250m2.
En la optimización de la eficiencia energética, la identificación del objetivo de mejora
pasa por monitorizar el consumo en cada
uno de los subsistemas y a continuación
realizar un análisis realista de los subsistemas sobre/infra-dimensionados respecto de nuestra capacidad presupuestada.
El citado ‘Código de conducta’ marca la
pauta para realizar dicho análisis bajo los
criterios de monitorización y acciones de
optimización de la eficiencia energética en
las instalaciones.
Conclusiones
El datacenter, entendido como la concentración de recursos que proporcionan
el acceso a los servicios TIC, supone el
paradigma de gestión que aglutina todas
las demandas anteriormente indicadas en
cuanto a eficiencia operacional, adecuada
inversión en activos y optimización en el
consumo energético.
La mejora en la adecuación de dichos recursos requiere un análisis previo que permita identificar, para el mercado objetivo,
la situación actual y el posicionamiento de-
seado respecto de la evolución del mercado
en los siguientes ámbitos:
• Eficiencia operacional: tomando como
referencia la norma ISO 20.000, se debe
realizar un análisis de madurez de procesos, buscando la excelencia operativa
mediante la implantación del modelo de
mejora continua que incluya indicadores
clave de rendimiento por procesos y cuadros de mando de seguimiento.
• Calidad de servicio: respecto de referenciales específicos para las infraestructuras de datacenters como TIA-942, se
debe identificar el objetivo de mejora para
garantizar la disponibilidad de los servicios TIC, priorizado las inversiones a acometer en cada uno de los subsistemas en
los que se descompone el servicio.
• Eficiencia energética: siguiendo el ‘Código de conducta’ de la Unión Europea
para eficiencia energética en datacenters,
deberá controlarse el consumo e identificar las actuaciones que permitan optimizarlo de un modo responsable desde
un punto de vista medioambiental, incluyendo aquellas inversiones que permitan,
tanto a corto, como a medio plazo, beneficiarse de las diferentes disposiciones
regulatorias mediante la generación y el
consumo de energías limpias.

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