El lenguaje al alcance del alumno

Transcripción

El lenguaje al alcance del alumno
El lenguaje al alcance del alumno
El lenguaje del maestro de escuela sabática
debe estar al alcance del alumno. Los pastos
frescos y las aguas de reposo deben estar al
alcance del rebaño porque el colaborador del
Maestro es un pastor de ovejas, no un
alimentador de jirafas.
Concepto de lenguaje
Perspectiva bíblica. El lenguaje es un don de
Dios concedido al hombre desde su misma
creación. El hombre original, en el amanecer
de la historia, fue dotado por Dios con la
capacidad de pensar, amar, decidir y hablar.
Adán fue constituido por Dios como
colaborador suyo en la creación al darle la
facultad de nominar a los animales. El
propósito de Dios al otorgar al hombre el don
de la palabra fue que éste pudiera reflejar
plenamente la imagen de Dios. El Creador es
un ser que se comunica por medio del
lenguaje. El hombre tiene la misma facultad
(Gén. 2: 19).
Resulta incompatible con la revelación bíblica
la hipótesis acerca del hombre primitivo sin
lenguaje articulado, o con uno puramente
interjectivo. En el esquema evolucionista, el
lenguaje articulado aparece como culminación
de un lentísimo proceso lingüístico que abarca
un período de muchos miles de años.
El hombre sin lenguaje articulado está en la
imposibilidad de crear y transmitir cultura. Es
impensable, por imposible, una cultura sin
palabras.
La palabra y el lenguaje son fenómenos
humanos. Ningún antropólogo ha descubierto
hasta ahora la existencia de algún pueblo
considerado primitivo y salvaje que no tenga
lenguaje articulado. El hombre habla por ser
hombre.
Perspectiva lingüística. El lenguaje es la
capacidad propia de la especie humana para
comunicarse por medio de palabras. La
palabra es una entidad lingüística que puede
estudiarse fonética, semántica o gramatical
mente.
La fonética nos permite considerar la palabra
como un fenómeno sonoro, su articulación y
pronunciación. Los maestros y discípulos
deben procurar pronunciar las palabras
-cuando hablan o cuando leen- en forma clara
y distinta. Una pronunciación defectuosa
puede hacer perder la fuerza del mensaje.
Jesús---abriendo su boca les enseñaba", dice
Mateo 5:2 al referirse al Sermón del Monte.
La voz del Maestro era bien modulada, bien
pronunciada, clara, persuasiva.
La semántica nos ayuda a precisar el
significado de las palabras. Cuando la
acepción de las palabras, dentro de su
contexto, está clara y precisa, se desarrollará
la lección adecuadamente. Para estudiar con
propiedad el tema de la clase, el maestro
necesita el uso imprescindible de algunos
diccionarios: un buen diccionario de la lengua
española que puede ser el de la Real
Academia Española o el VOX de Samuel Gili
Gaya; un diccionario de sinónimos como el
Diccionario de sinónimos de Antonio Zamora,
o el Diccionario etimológico de sinónimos
castellanos adaptado a la predicación y
literatura evangélica de Samuel Vila. Para una
precisión léxica en el contexto bíblico se
requiere el uso de un diccionario bíblico. El
Diccionario ilustrado de la Biblia de la Editorial
Caribe, editado por Wilton M. Nelson, y el
Diccionario bíblico adventista, recientemente
publicado por ACES, serán un recurso
valiosísimo en el desarrollo del maestro.
La gramática nos auxilia en el estudio de la
forma (morfología) y función (sintaxis) de las
palabras.
Función del lenguaje
El maestro de la clase bíblica no debe caer en
la tentación de utilizar un lenguaje difícil.
Sumisión es la de facilitar al máximo la
comprensión del tema. El riesgo contrario es
que el lenguaje del maestro descienda tanto
de nivel que el alumno no se sienta
estimulado a aprender nuevas palabras o a
investigar más profundamente. La función del
maestro y del lenguaje que usa es divulgar el
conocimiento de las fuentes del estudio al
alma sedienta de las gentes. Tal fue el
ejemplo del Maestro. LAP.

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