Tesis Completa SILVIA MUSRI

Transcripción

Tesis Completa SILVIA MUSRI
ACOSO ESCOLAR Y ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN EN
EDUCACIÓN ESCOLAR BÁSICA Y NIVEL MEDIO
SILVIA MARTHA MUSRI
ORIENTADOR: Msc. PATRICIA R. FIGUEREDO
Tesis presentada a la Facultad de Ciencias Humanas, de la Universidad
Tecnológica Intercontinental, como requisito para la obtención del Título
de Licenciado en Ciencias de la Educación.
San Lorenzo - Paraguay.
Diciembre 2012
DERECHO DE AUTOR
Quien suscribe, Silvia Martha Musri, con documento de identidad Nº
3.777.441, autora del trabajo de investigación titulado “ACOSO ESCOLAR
Y ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN EN EDUCACIÓN ESCOLAR
BÁSICA Y EDUCACIÓN MEDIA” declara que voluntariamente cede a
título gratuito y en forma pura y simple, ilimitada e irrevocablemente a
favor de la Universidad Tecnológica Intercontinental el derecho de autor
de contenido patrimonial que como autor le corresponde sobre el trabajo
de referencia. Conforme a lo anteriormente expresado, esta cesión otorga
a la UTIC la facultad de comunicar la obra, divulgarla, publicarla y
reproducirla en soportes analógicos o digitales en la oportunidad que ella
así lo estime conveniente. La UTIC deberá indicar que la autoría o
creación del trabajo corresponde a mi persona y hará referencia al tutor y
a las personas que hayan colaborado en la realización del presente
trabajo de investigación.
En la ciudad de San Lorenzo, a los 8 días del mes de diciembre de 2012
---------------------------Silvia Musri
CONSTANCIA DE APROBACIÓN DEL TUTOR
Quien suscribe, Patricia Raquel Figueredo de Mitjans, con documento de
identidad Nº 1.090.157, tutora del trabajo de investigación titulado
“ACOSO
ESCOLAR
Y
ESTRATEGIAS
DE
PREVENCIÓN
EN
EDUCACIÓN ESCOLAR BASICA Y EDUCACION MEDIA” elaborado por
la alumna Silvia Martha Musri, para obtener el Título de Licenciado en
Ciencias de la Educación, hace constar que dicho trabajo reúne los
requisitos exigidos por la Facultad de Ciencias Humanas, de la
Universidad Tecnológica Intercontinental y puede ser sometido a
evaluación y presentarse ante los docentes que fueren designados para
integrar la Mesa Examinadora.
En la ciudad de San Lorenzo, a los 8 días del mes de diciembre de 2012
---------------------------Patricia Figueredo
DEDICATORIA
A mi familia, amorosa fortaleza
para culminar una carrera más
en esta tierra paraguaya donde
elegimos vivir.
AGRADECIMIENTO
Al Espíritu Santo,
por los dones
recibidos
A mi madre política, por la dedicada
atención a mis hijos durante los años de
cursado
A mi tutora, por su disposición para
ayudarme a descubrir el camino de la
investigación
ACOSO ESCOLAR Y ESTRATEGIAS DE PREVENCIÓN EN
EDUCACIÓN ESCOLAR BÁSICA Y EDUCACIÓN MEDIA
Autora: Silvia Martha Musri
Orientadora: Msc. Patricia Figueredo
RESUMEN
Este trabajo de investigación tiene por objetivo describir la situación del
acoso escolar y las estrategias de prevención abordadas por la institución
y los profesores del 3º ciclo de la Educación Escolar Básica y la
Educación Media del Colegio Nacional de EMD “Dr. Fernando de la
Mora” de Fernando de la Mora, Paraguay, en el ciclo lectivo 2010.
Las informaciones contenidas fueron obtenidas mediante una amplia
revisión bibliográfica, páginas electrónicas y de los datos adquiridos en el
trabajo de campo. La investigación es del tipo cuantitativa, de nivel
descriptivo y diseño no experimental
Los resultados muestran que en el centro tienen lugar todos los tipos de
acoso, existiendo una relación inversa entre la “gravedad” de la conducta
de acoso y la frecuencia. Las agresiones verbales, exclusión social y la
agresión física indirecta son las formas de acoso más frecuentes, siendo
la clase y el patio los escenarios elegidos para estas conductas agresivas.
Las estrategias preventivas combinan las actuaciones dirigidas a mejorar
las relaciones interpersonales a través del diálogo en todas sus formas (a
solas, en clase, con la familia), del aprendizaje cooperativo, de la atención
a la singularidad del alumno, con otras de control de espacios y horarios
de mayor riesgo.
Se ha llegado a comprobar que la Institución se encuentra en una
transición de procedimientos punitivos o sancionadores a preventivos o
correctivos, tendiente a lograr una convivencia armónica y segura en el
centro.
Palabras clave: Acoso Escolar, Prevención del Acoso Escolar
ÍNDICE
Página
Página de derecho de Autor
Constancia de aprobación de Tutor
Dedicatoria
Agradecimiento
Resumen
Índice
Lista de Tablas, Gráficos y Figuras
INTRODUCCION
CAPÍTULO I – EL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN
1.1 Planteamiento del Problema
1.1.1 Enunciado
1.1.2 Formulación del Problema
1.1.3 Preguntas de Investigación
1.2 Objetivos
1.2.1 Objetivo General
1.2.2 Objetivos Específicos
1.3 Justificación de la Investigación
1.4 Delimitación
1.5 Limitaciones al trabajo
1.6 Estructura del Trabajo
CAPÍTULO II - MARCO TEÓRICO
EL ACOSO ESCOLAR
2.1 Antecedentes de la Investigación
2.2 Marco Conceptual
2.2.1 Violencia
2.2.2 Violencia Escolar
2.2.3 Acoso Escolar
2.2.4 Tipos de acoso escolar
2.2.5 Criterios que distinguen y caracterizan el acoso escolar
2.2.6 Perfiles psicosociales de los sujetos sometidos al acoso Escolar
2.2.6.1 Con respecto a la víctima
2.2.6.2 Con respecto al agresor/a o victimario
2.2.6.3 Con respecto a los espectadores/as
2.2.7 Prevalencia del acoso escolar
2.2.8 Causas del acoso escolar
2.2.9 Consecuencias del acoso escolar para victimas, agresores y
testigos
2.2.10 Indicadores de observación para la identificación de
Víctimas y agresores acoso escolar
ESTRATEGIAS DE PREVENCION DEL ACOSO ESCOLAR
2.3 Marco conceptual
2.4 Importancia de la prevención
2.5 Propuestas de intervención educativa
2.5.1 Prevención Primaria
a. Medidas de Centro
b. Medidas de Aula
2.5.2 Prevención Secundaria
a. Mediación de conflictos
b. Ayuda entre iguales
c. Círculos de calidad
2.5.3 Prevención Terciaria
a. Desarrollo de la asertividad en víctimas
b. Desarrollo de la empatía en agresores/as
c. Métodos Pikas o de reparto de responsabilidades
2.6 Aspectos legales
2.7 Operacionalización de variables
CAPÍTULO III – ASPECTOS METODOLÓGICOS
3.1 Características Metodológicas
3.1.1 Tipo de Investigación
3.1.2 Nivel de conocimiento
3.1.3 Diseño de la Investigación
3.2 Descripción de la Población y Muestra
3.2.1 Universo del discurso
3.2.2 Población
3.2.3 Muestra
3.3 Técnicas e instrumentos de recolección de datos
3.4 Procesamiento de datos
CAPÍTULO IV – ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS
4.1 Encuesta aplicada a los alumnos
4.2 Encuesta aplicada a los profesores
4.3 Entrevista aplicada al orientador
CAPÍTULO V – CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
5.1 Conclusiones
5.2 Recomendaciones
REFERENCIAS BIBLIOGRAFÍCAS
ANEXOS
LISTA DE TABLAS, GRÁFICOS Y FIGURAS
LISTA DE TABLAS
Página
Tabla 1 - Condiciones de riesgo en casos de violencia
Tabla 2 - Condiciones de riesgo en casos de violencia
Tabla 3 - Consecuencias del acoso escolar para las víctimas,
Agresores y los espectadores
Tabla 4 - Indicadores para identificar posibles víctimas
Tabla 5 - Indicadores para identificar posibles agresores
Tabla 6 - Frecuencia de estudiantes por grado o curso
Tabla 7 - Tipos de manifestaciones de acoso escolar
Tabla 8 - Porcentaje de víctimas, agresores y testigos en los diferentes
tipos de acoso escolar
Tabla 9 - Porcentaje de profesores que señala que se han
producido en su centro diferentes tipos de acoso
LISTA DE GRÁFICOS
Gráfico 1 - Porcentaje de víctimas que declaran haber sufrido diferentes
tipos de acoso escolar
Gráfico 2 - Porcentaje de estudiantes que se reconocen agresores en los
diferentes tipos de acoso escolar
Gráfico 3 - Porcentaje de testigos de los diferentes tipos de acoso escolar
Gráfico 4 - Comparación del porcentaje de víctimas, agresores y testigos
en los diferentes tipos de acoso escolar
Gráfico 5 - Opinión sobre el acoso
Gráfico 6 - Curso de quien maltrata
Gráfico 7 - Quien/quienes maltratan
Gráfico 8 - Unión a grupos para agredir
Gráfico 9 - Lugar de la agresión
Grafico 10 - Con quien habla
Gráfico 11 - Quien interviene
Gráfico 12 - Reacción de víctimas ante la agresión
Gráfico 13 - Reacción ante maltrato entre compañeros
Gráfico 14 - Reacción de los profesores
Gráfico 15 - Causas de que te agredan
Gráfico 16 - Consecuencias de las agresiones
Gráfico 17 - Posibles soluciones
Gráfico 18 - Importancia de los siguientes problemas en el funcionamiento
del centro
Gráfico 19 - Porcentaje de profesores que señala que se han producido
en su centro diferentes tipos de acoso
Gráfico 20 - Porcentaje de participantes que señalan haber
observado/participado en diferentes tipos de acoso
Gráfico 21 - Lugar de la agresión
Gráfico 22 - Medidas más habituales adoptadas por el Profesorado
Gráfico 23 - Conocimiento de conflicto entre alumnos
Gráfico 24 - Evolución de la conflictividad
Gráfico 25 - Causas a las que atribuyen los profesores el hecho de que un
alumno/a se convierta en víctima
Grafico 26 - Causas en conducta del alumno agresor
Gráfico 27 - Estrategias de prevención en centro
Gráfico 28 - Estrategias de prevención en aula
Gráfico 29 - Sugerencias para prevención
LISTA DE FIGURAS
Figura 1 – Niveles de Prevención
INTRODUCCIÓN
En los últimos tiempos se asiste al deterioro progresivo de la convivencia
escolar: el clima en algunos centros educativos se ha degradado y se han
hecho más visibles aspectos como violencia, indisciplina, vandalismo,
malos modales y actos disruptivos. En este clima de falta de respeto a los
derechos
personales,
las
agresiones
entre
estudiantes
se
han
incrementado de forma que han sido objeto de atención en los medios de
comunicación y han provocado preocupación en familias, profesorado y en
la sociedad en general.
“En Paraguay, en octubre de 2007, el Colegio Fernando de la Mora
fue escenario de un hecho de agresión con arma blanca
protagonizada por un alumno de la institución que apuñaló en el
hombro a otro estudiante durante el partido final de un torneo
interno de fútbol de salón. El evento deportivo derivó en una gresca
campal que involucró a decenas de alumnos, entre jugadores y
espectadores, que no pudo ser controlada por padres y profesores
presentes. El agresor, quien acudió intencionalmente al evento
deportivo
con
un
cuchillo
de
caza,
fue
detenido”.
(www.argijokin.blogcindario.com)
“Las alumnas de un Colegio de Itapúa
agredieron a sus
compañeras y grabaron con teléfonos celulares. Las golpizas se
produjeron en el Colegio San Pío X. Los hechos fueron
premeditados, ya que las estudiantes no grabaron sólo el
momento de la agresión. A raíz de esto una adolescente tuvo que
ser atendida en un centro asistencial de la zona y varias alumnas
fueron suspendidas”. (www.ultimahora.com)
“Una alumna del 3º de la Media de un Colegio de Asunción
denuncia ante la policía que fue manoseada en sus partes íntimas
por seis compañeros suyos como parte de un juego llamado el
“corralito. Los acusados fueron suspendidos por la institución”.
(www.ultimahora.com)
“En Argentina, Romina Perrone de 10 años de edad fue acosada
en el Facebook. Padeció lo que podría ser un caso de “ciberbullying”, o acoso escolar por medio de Internet. La chica que creó
el grupo en Facebook sería una compañera de curso. En el título
del grupo podía leerse “3 razones para odiar a Romina Perrone”.
Además, contenía insultos como “estúpida,
malparida…”.
(www.seguridadydefensa.com)
El acoso escolar o “bullying” es un tipo específico de violencia escolar,
referido a un comportamiento repetitivo de hostigamiento e intimidación,
cuyas consecuencias suelen ser el aislamiento y la exclusión de la víctima.
Las recientes investigaciones hechas en Latinoamérica y países europeos
señalan que el acoso escolar es un fenómeno frecuente en el ámbito
escolar.
Cada día, en cualquier centro educativo, hay un número
importante de chicos y chicas que están provocando o viviendo
situaciones serias de intimidación. Es preciso enfatizar que esta relación
de abuso, si se repite y se mantiene en el tiempo, produce, a la larga,
consecuencias
negativas
tanto
académicas
como
psicológicas
e
interpersonales, ya que afecta al desarrollo socioemocional de los/as
implicados/as. Los estudios alertan de las fuertes repercusiones tanto en
las víctimas (baja autoestima, depresión, ansiedad, rechazo de la situación
escolar, suicidio...) como en las y los agresores (que en estudios
longitudinales de seguimiento se muestran con conductas antisociales y/o
delictivas consolidadas).
El problema es que el acoso escolar, por su misma naturaleza, es difícil
de detectar. Los/as implicados/as no lo comunican, las víctimas no piden
ayuda precisamente por el mismo miedo e intimidación de que son objeto,
las familias no llegan a saberlo, las profesoras y profesores pueden no
darse cuenta de lo que ocurre y los compañeros/as que lo conocen no
suelen intervenir ni lo ponen en conocimiento de las personas adultas.
Aunque este problema no es nuevo ya que en todos los tiempos se han
producido tratos abusivos entre iguales en todas las edades, en este
momento hay mayor sensibilización social hacia el respeto de los derechos
de la infancia y adolescencia, pese a que vivimos en un contexto social de
mayor tolerancia y permisividad hacia la violencia, alentado por los medios
de comunicación, que con frecuencia muestran programas en que los
protagonistas pegan, amenazan, insultan, se burlan, etc.
En Paraguay, según datos de la campaña “Aprender sin miedo”,
impulsada por el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), el 38% de los
estudiantes son violentados o agredidos por sus compañeros, de forma
física o verbal.
Además, son pocas las Instituciones que tienen
conocimiento y toman conciencia de su responsabilidad en el tema, y más
escasas aún, las que trabajan de alguna manera para prevenir o disminuir
este tipo de violencia mencionada.
De allí que la presente investigación pretenda describir la situación del
acoso escolar y las estrategias de prevención abordadas por la institución
y los profesores en el
3º ciclo de la Educación Escolar Básica y la
Educación Media del Colegio Nacional EMD “Dr. Fernando de la Mora”,
de Fernando de la Mora en el ciclo lectivo 2010.
CAPÍTULO I – EL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN
1.1
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
1.1.1 ENUNCIADO
Cada vez es mayor la frecuencia con que las instituciones educativas
aparecen en los medios de comunicación por episodios de violencia entre
estudiantes, que alcanzan gran atracción pública y causan alarma social.
El acoso escolar puede producirse mediante conductas diferentes. A
pesar de compartir los rasgos comunes de desequilibrio de poder,
intencionalidad y reiteración, muestran también una especificidad que
debe ser tenida en cuenta a la hora de interpretar sus consecuencias y
deducir la mejor manera de intervenir.
Se distinguen conductas de
exclusión social (ignorar y no dejar participar); agresión verbal (insultar,
poner apodos o “marcantes” ofensivos, hablar mal del otro); agresión
física directa (pegar); agresión física indirecta (robar, romper, esconder);
amenazas; acoso sexual (verbal o físico). A estas manifestaciones se ha
unido últimamente el denominado “ciber-bullying”, conductas en las que
cualquiera de los otros tipos de agresiones se realiza grabando la
agresión y difundiéndola mediante el celular o internet, o se utilizan estos
medios para acosar a la víctima fuera del recinto escolar.
Hay una gran diversidad de aspectos que deben ser considerados para
analizar el acoso escolar, como las posibles variaciones según el género y
el curso, así como tener en cuenta dónde sucede, quién lo lleva a cabo,
no sólo en cuanto al género de los agresores, sino también al número y
configuración del grupo, y también a quién se lo cuentan las víctimas, si
piden ayuda o no y a quién lo hacen y cómo se comportan los testigos
que asisten a estos conflictos.
Asimismo, el acoso escolar se aborda en el marco de la educación para la
convivencia, del desarrollo de la competencia personal y social
y del
clima de relaciones interpersonales, dado que el maltrato entre pares se
entiende como un problema de convivencia, una forma de malas
relaciones entre iguales y, un fracaso en el aprendizaje de la competencia
social. Los aspectos sobre los que se explora son la valoración de
problemas en el funcionamiento del centro y evolución de la conflictividad
en el mismo.
Sobre esta problemática del acoso escolar, no se cuenta aún con
suficientes datos a nivel nacional sobre la incidencia del “bullying” tanto en
instituciones públicas como privadas, que se constituyan en un punto de
partida para explorar los métodos más eficaces para intervenir en este
problema y prevenirlo.
1.1.2 FORMULACIÓN DEL PROBLEMA
A partir de estos datos surge el siguiente planteamiento:
¿Cuál es la situación del acoso escolar y las estrategias de prevención
abordadas por la institución y los profesores en el
3º ciclo de la
Educación Escolar Básica y la Educación Media del Colegio Nacional
EMD “Dr. Fernando de la Mora”, de Fernando de la Mora?
1.1.3 PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN
Además se plantean las siguientes interrogantes:
¿Cuáles son las diferentes modalidades de acoso escolar (físico,
verbal, social) desde los distintos roles de víctima, agresor y testigo?
¿Quiénes son los protagonistas del acoso?
¿En qué escenarios se producen situaciones de acoso en el contexto
del centro educativo?
¿Cómo reaccionan los implicados en situaciones de violencia entre
compañeros?
¿Cuáles son las causas del maltrato entre compañeros?
¿Qué consecuencias experimentan los agredidos?
¿Cuál es la visión del profesorado sobre los problemas en el
funcionamiento del centro?
¿Cuáles son las estrategias de prevención primaria, secundaria y
terciaria implementadas en el aula y en el centro?
¿Cuáles son las sugerencias propuestas por el profesorado y los
alumnos para solucionar los problemas de acoso escolar?
1.2 OBJETIVOS
1.2.1 OBJETIVO GENERAL
Determinar
la situación del acoso escolar y las estrategias de
prevención abordadas por la institución y los profesores en el 3º ciclo
de la Educación Escolar Básica y la Educación Media del Colegio
Nacional EMD “Dr. Fernando de la Mora”, de Fernando de la Mora.
1.2.2 OBJETIVOS ESPECÍFICOS
Describir las diferentes modalidades de acoso escolar (físico, verbal,
social) desde los distintos roles de víctima, agresor o testigo.
Caracterizar a los protagonistas del maltrato.
Conocer los escenarios donde se producen situaciones de acoso en
el contexto del centro educativo.
Determinar las reacciones de los implicados en situaciones de
violencia entre compañeros
Reconocer las causas del maltrato entre compañeros.
Identificar las consecuencias que experimentan los agredidos.
Conocer la visión del profesorado sobre los problemas en el
funcionamiento del centro educativo
Discriminar las estrategias de prevención primaria, secundaria y
terciaria implementadas en el centro y en el aula.
Reconocer las medidas sugeridas por el profesorado y los alumnos
para solucionar los problemas de acoso escolar
1.3
JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN
Ante los episodios de violencia escolar, algunos graves, de los que se han
hecho eco los medios de comunicación y que han propiciado un clima de
temor y preocupación sobre lo que está ocurriendo entre los estudiantes,
resulta de especial interés conocer cuáles son los tipos de conductas
violentas más habituales en los centros educativos, y a partir de ahí,
adoptar las medidas que permitan prevenir el acoso, amparar a sus
víctimas y frustrar el inicio y la consolidación de las conductas violentas en
el aula.
La presente investigación surge viendo la necesidad de estudiar el acoso
escolar en 3º ciclo de la Educación Escolar Básica y la Educación Media,
con el propósito de conocer la cantidad de casos ocurridos en las distintas
modalidades de maltrato entre pares, tal como lo informan los propios
estudiantes desde su triple perspectiva de testigos, víctimas o agresores,
así como las estrategias de prevención adoptadas por la Institución y los
profesores ante este tipo de conductas antisociales.
Debido a que no se cuenta con suficientes estudios de alcance nacional
sobre el fenómeno “bullying”, el presente trabajo es conveniente para
afianzar un mayor conocimiento sobre la ocurrencia de cada tipo de
acoso, sus características principales y las necesidades de intervención
más prioritarias.
Por otra parte, la investigación contribuiría a ampliar los datos sobre el
acoso escolar, para contrastarlos con otros estudios similares, y analizar
las posibles variantes según el género, el grado o curso, el nivel
socioeconómico, la gestión del centro (pública o privada) y la localidad o
departamento de pertenencia.
Proporcionará información que será útil a toda la comunidad educativa
para mejorar el conocimiento sobre el alcance del problema en la
institución y las formas de prevenirlo. Por un lado las familias, que deben
implicarse en la educación de sus hijos, contribuyendo activamente a su
desarrollo social y moral, participando y colaborando junto a los centros
educativos. Por otra parte, la escuela, como institución socializadora y
formativa, debe ser un contexto de convivencia pacífica y democrática,
generando un clima escolar de cooperación, confianza, respeto, equidad
y de consistencia de las normas de convivencia, haciendo conscientes a
alumnos y profesores de la importancia y los efectos negativos del acoso
escolar, facilitando que los conflictos se resuelvan de forma dialogada.
El trabajo tiene una utilidad metodológica, ya que podrían realizarse
futuras investigaciones que utilizaran metodologías compatibles, de
manera que se posibilitaran análisis conjuntos, comparaciones entre
periodos temporales concretos y evaluaciones de las intervenciones que
se estuvieran llevando a cabo para la prevención y erradicación del acoso
escolar.
La investigación es viable, pues se dispone de los recursos necesarios
para llevarla a cabo.
1.4 DELIMITACIÓN
El estudio de campo se llevó a cabo en el Colegio Nacional de E.M.D. “Dr.
Fernando de la Mora”, de Fernando de la Mora, Paraguay, con
alumnos/as y profesores del 3º ciclo de la Educación Escolar Básica y
Educación Media.
El período de estudio se efectuó en el mes de
noviembre del ciclo lectivo 2010.
1.5 LIMITACIONES AL TRABAJO
Los datos fueron recogidos los días 1 y 2 de noviembre de 2010, la
semana previa a los exámenes de la última etapa y presentación de
proyectos, en que los docentes llevan a cabo las actividades de
retroalimentación y de cierre de procesos.
Además, debido a un reciente episodio de pelea entre estudiantes a la
salida del Colegio que tomara estado público en el mes octubre de 2010,
se evidenció una cierta reticencia, reserva o desconfianza por parte de los
miembros
del
Departamento
de
Orientación
para
responder
al
cuestionario, argumentando que “estaban demasiado ocupados ahora”
para contestar.
No obstante, los profesores de los cursos estudiados
demostraron muy buena predisposición para completar el instrumento, así
como un real interés por conocer los resultados de la presente
investigación.
Debido a la escasez de estudios empíricos previos publicados sobre el
tema de acoso escolar en Paraguay,
se debió recurrir para consulta
bibliográfica a estudios epidemiológicos extranjeros sobre maltrato entre
iguales o acoso escolar.
1.6 ESTRUCTURA DEL TRABAJO
El trabajo presenta tres partes bien diferenciadas: una parte preliminar, el
cuerpo del trabajo y una parte complementaria, siguiendo el esquema
adoptado por la Universidad Tecnológica Intercontinental (UTIC) para los
trabajos de investigación para la conclusión de Carrera, del Prof. Dr.
Domingo Borja Ortiz, extractado del libro Metodología de la Investigación
de Roberto Hernández Sampieri y otros. A su vez, el cuerpo del trabajo,
se divide en cinco capítulos: el primero de ellos consiste en el Marco
Introductorio; el segundo corresponde al Marco Teórico, en dos
apartados: Acoso Escolar y Estrategias de Prevención del Acoso Escolar;
el tercero concierne al Marco Metodológico; el cuarto y quinto capítulos
conforman el Marco Analítico.
CAPÍTULO II – MARCO TEÓRICO
EL ACOSO ESCOLAR
2.1 ANTECEDENTES DE LA INVESTIGACIÓN
En el 2010, las investigadoras de la Universidad Católica de la ciudad de
Asunción, Soledad Montaner y Nataly Álvarez realizaron un estudio de
tipo descriptivo comparativo sobre el “Nivel de Acoso Escolar en una
Institución Pública y una Privada de Asunción”. Los participantes fueron
374 alumnos/as de educación básica y media, de entre 13 y 18 años a los
cuales se les aplicó la Escala Cisneros de Acoso Escolar. Los resultados
mostraron que la presencia del acoso escolar en las dos instituciones es
baja y no existen diferentes entre los grupos. En promedio, la mayoría de
las conductas son de hostigamiento verbal y en menor frecuencia la
agresión física y manipulación social. En cuanto a género y edad de los
participantes, se pudo observar que no se presentan diferencias
significativas en la práctica de conductas de acoso escolar.
En el 2007, Alejandro Brown Mateo y Adriana Gómez, también de la
Universidad Católica de Asunción, realizaron como tesis de grado para la
licenciatura, un estudio sobre la percepción de acoso y violencia
interrelacional en un colegio privado de Asunción. Se aplicó el test Acoso
y Violencia Escolar (AVE) de Piñuel y Oñate (2006) a escolares de 9 a 12
años. Los resultados mostraron que el 46,92% no presentó acoso, el
21,54% presenta acoso constatado, el 23,46% acoso bien constatado y el
8,08% acoso escolar muy bien constatado.
En España, el estudio del Defensor del Pueblo con la colaboración del
Comité Español de UNICEF, realizado en los años 1999 al 2006, ha sido
un antecedente importante para esta investigación. En el citado estudio,
que constituyó un estudio epidemiológico a escala nacional sobre la
incidencia del maltrato entre iguales en los centros españoles de
educación secundaria obligatoria, participaron 3000 estudiantes y 300
profesores/as y jefes/as de estudio de 300 colegios públicos, privados y
concertados. En términos generales, los resultados obtenidos permiten
afirmar que el panorama del maltrato entre iguales por abuso de poder ha
mejorado. Debe destacarse que el número de agresores es mayor que el
de víctimas. La mayor incidencia se da en el primer ciclo de Educación
Secundaria Obligatoria (12 a 14 años), y desciende paulatinamente hasta
el cuarto curso (16 años). Con respecto al género, los varones cometen
más agresiones de tipo físico y verbal, mientras que la exclusión y la
intimidación psicológica son más características de las mujeres.
Con respecto a la Prevención del Acoso Escolar, la presente investigación
toma en cuenta los conceptos del programa SAVE diseñado por Ortega,
R. (1997; en Ortega y cols, 1998) y aplicado en algunos centros de
Educación Secundaria de Sevilla (España), inspirado en el modelo de
Olweus y en el modelo de Shieffeld. Se trata de un modelo de carácter
fundamentalmente
preventivo
aunque
incluye
un
programa
de
intervención correctivo dirigido a alumnos que ya presentan problemas de
violencia, ya sea como agresores o como víctimas. Se asienta en un
modelo ecológico y sistémico, según el cual la violencia escolar es un
reflejo de aquella que se produce en contextos más amplios: familia,
medios de comunicación, amigos, es decir, en la sociedad en general. Su
objetivo es mejorar las relaciones interpersonales, a través del trabajo en
grupo cooperativo, la educación en valores, actitudes y sentimientos y la
gestión democrática de la convivencia.
2.2
MARCO CONCEPTUAL
2.2.1 Violencia
En 1996 la Asamblea número 49 de la Organización Mundial de la Salud
(OMS) declaró la violencia como un problema importante de Salud Pública
en constante aumento en todo el mundo. Esto, para llamar la atención
acerca de las serias consecuencias a corto y largo plazo de la violencia,
tanto para individuos como para las familias, comunidades y países, y de
los efectos que tienen las manifestaciones para los servicios de salud.
El fenómeno de la violencia no es simple ni tampoco se manifiesta de una
sola forma o modo. Aparece en distintos niveles y magnitudes, con
distintas características según tiempo y lugar, y también con distintos
actores. Es por ello difícil de definir.
La OMS propone la siguiente definición de violencia:
“El uso deliberado de la fuerza física o el poder, ya sea en grado de
amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o
comunidad, que cause o tenga muchas probabilidades de causar
lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos del desarrollo o
privaciones.” (OMS, 2002; citado por Monclús, 2005).
La violencia puede categorizarse según distintas variables, producto de
las múltiples formas y manifestaciones que presenta: a) según las
víctimas de la violencia: quién es aquel que se ve perjudicado por quien
ejecuta un acto violento; b) según los agentes violentos: quiénes son
aquellos que realizan un acto violento, los entes que violentan a otro; c)
según la naturaleza del acto violento: de qué tipo es la agresión o el daño
que se recibe (físico, psicológico, sexual, etc.); d) según la intención del
agresor: por qué se actuó violentamente, por un fin específico e
instrumental o si fue algo emocional; e) si es que fue con intención
instrumental, cuál fue el motivo (económico, político, social, étnico,
familiar, racial, etc.); f) según el lugar: principalmente si la violencia es
urbana o rural, pero también dentro de que contexto o espacio físicoinstitucional; g) Según la relación entre la víctima y el agresor (si quien
agrede es un conocido, desconocido, pariente).
La violencia produce gran daño y tiene muchos costos para distintos
sectores, lamentablemente, de manera desigual. Afecta más a quienes
viven en las periferias de las grandes ciudades, más excluidos y con
menor escolaridad. Además, otros grupos que se ven más afectados por
este problema, y que pueden ser identificados de manera particular son:
las mujeres, las cuales se ven más afectadas por la violencia doméstica;
los niños, para quienes el hogar y la escuela son ambientes en donde
perciben violencia y corren el riesgo de aprenderla; los adolescentes,
quienes son víctimas y perpetradores frecuentes de violencia; entre otros.
2.2.2 Violencia escolar
La dificultad de definir violencia escolar se encuentra en parte en lo
diverso y heterogéneo que puede ser el fenómeno.
“La violencia escolar es todo acto por el cual un individuo o grupo utiliza
la fuerza física, armas o la coacción psíquica o moral en contra de sí
mismo, de objetos o de otra persona o grupo provocando como resultado
la destrucción o daño del objeto y la limitación o la negación de
cualquiera de los derechos establecidos de la persona o grupo dentro de
la comunidad escolar” (Abraham y Grandinetti 1997; citado por
Lavena, 2002).
La organización Plan, en su Campaña “Aprender sin miedo”, señala que
la violencia en las escuelas es un verdadero problema global. Este tipo de
violencia puede expresarse a través del castigo corporal; abuso sexual;
negligencia; abuso verbal y emocional; hostigamiento escolar (bullying en
inglés), pandillas juveniles; uso de armas; o acoso durante el trayecto
hacia y desde la escuela. Plan detectó que los principales problemas de
violencia escolar que afecta a los niños, niñas y sus comunidades son el
castigo corporal, la violencia sexual y el hostigamiento escolar y prioriza
su accionar en estos temas en los 66 países en los que trabaja, inclusive
Paraguay.
Juan Manuel Moreno Olmedilla (1998) identifica distintos niveles o
categorías, no de violencia escolar, sino de comportamiento o conducta
antisocial. Establece seis categorías:
Disrupción en las aulas: un alumno o grupo de alumnos impiden
el desarrollo normal de la clase con sus comportamientos, lo que
obliga al profesor a emplear parte del tiempo, a controlar el orden.
Probablemente sea el fenómeno que más preocupa actualmente
al profesorado y que interfiere con el aprendizaje de la gran
mayoría de los alumnos.
Problemas de disciplina: se presentan como conflictos de
relación entre profesores y alumnos. Son conductas que implican
una mayor o menor dosis de violencia desde la resistencia o
“boicot” pasivo hasta el desafío y el insulto activo al profesorado
que pueden llegar a desestabilizar la vida cotidiana del aula.
Acoso
escolar
(“Bullying”):
procesos
de
intimación
y
victimización entre iguales, esto es, entre alumnos compañeros de
aula o de centro escolar que acosan o intimidan a otro a través de
insultos, rumores, vejaciones, etc. Es un fenómeno preocupante,
que puede tener lugar a lo largo de meses e incluso años, siendo
sus consecuencias muy graves
Vandalismo y agresión física: se consideran ya como fenómenos
puros de violencia. El primero contra las cosas; el segundo contra
las personas.
Acoso sexual: Es una manifestación oculta del comportamiento
antisocial.
Absentismo: el abandono de las responsabilidades académicas,
tanto de manera activa como pasiva se introduce en este
agrupamiento por su relación con los problemas de convivencia
tanto en el centro como fuera de éste.
El autor sugiere dos grandes modalidades de comportamiento antisocial
en los centros escolares, a saber, el invisible y el visible. Así, por un lado,
la mayor parte de los fenómenos que tienen lugar entre alumnos, como el
bullying, el acoso sexual o cierto tipo de agresiones y extorsiones,
resultan invisibles para padres y profesores; por otro lado, la disrupción,
las faltas de disciplina y la mayor parte de las agresiones o el vandalismo,
son ciertamente bien visibles, lo que puede llevar a suponer que éstas
ultimas son las manifestaciones más importantes y urgentes que hay que
abordar, olvidando aquellos fenómenos caracterizados por su invisibilidad.
“Estaríamos localizándonos en la punta del iceberg, olvidando aquello que
lo sostiene y esta por debajo de las aguas”. (Moreno Olmedilla, 1998)
2.2.3 Acoso escolar
El acoso escolar (también conocido como hostigamiento escolar,
matonaje escolar, maltrato entre iguales por abuso de poder, o, incluso,
por su término inglés bullying) es una forma extrema y característica de
violencia escolar.
Resulta complejo definir el fenómeno bullying y más aún traducir
literalmente este vocablo inglés al español. Dicho término surge de la
palabra en inglés “bull” que significa literalmente, toro; de ahí se deriva
“bully” que significa matón, agresor, una criatura fuerte y que atropella a
otros más débiles y pequeños (bullier). Representa a un toro envistiendo
a alguien, ejerciendo su poder de matón sobre los demás (Lera y García
Mora, 2000; citado por Ramos, 2008).
El psicólogo Dan Olweus (1998; citado por Olweus, 2007),
de la
Universidad de Bergen, pionero en estudios sobre violencia escolar en los
países nórdicos, desarrolló los primeros criterios para detectar el
problema de forma específica, permitiendo diferenciarlo de otras posibles
interpretaciones como: juego turbulento, acto disruptivo, incidente puntual
o bromas y relaciones de jugueteo entre iguales propias del proceso de
maduración del individuo:
“Un alumno es agredido o se convierte en víctima cuando está expuesto,
de forma repetida y durante un tiempo, a acciones negativas que lleva a
cabo otro alumno o varios de ellos”, y para aclarar el significado de
acciones negativas dice: “Se produce una acción negativa cuando
alguien, de forma intencionada, causa daño, hiere o incomoda a otra
persona. Se pueden cometer acciones negativas de palabra, por ejemplo
con amenazas y burlas, tomar el pelo o poner motes. Comete una acción
negativa quien golpea, empuja, da una patada, pellizca o impide el paso
a otro mediante el contacto físico. También es posible llevar a cabo
acciones negativas sin el uso de la palabra y sin el contacto físico, sino,
por ejemplo, mediante muecas, gestos obscenos, excluyendo de un
grupo a alguien adrede, o negándose a cumplir los deseos de otra
persona”,
y enfatiza que estas acciones deben ocurrir repetidamente por un período
de tiempo, y pueden ser ocasionadas por un solo estudiante o una sola
estudiante, o un grupo de estudiantes, dirigidas a un solo estudiante, o
una sola estudiante, o a un grupo de estudiantes.
Es claro que Olweus determina en gran medida la ocurrencia del
fenómeno por la repetición constante de las acciones hostiles, no por una
sola acción aislada, así sea grave; de hecho, explicita en su concepto
ciertas acciones que no causan daño físico evidente, como por ejemplo
decir apodos o hacer muecas a las víctimas.
También resalta que debe existir una relación de poder asimétrica en la
que el alumno o alumna víctima no se defiende. Estas acciones pueden
ser directas, con acciones negativas evidentes, o pueden ser indirectas,
tomando la forma de exclusión o aislamiento deliberado, considerando
esta forma como menos evidente. Estas acciones negativas, intimidatorias
y de acoso entre jóvenes de edad y fuerza similar y repetidas en el
tiempo, constituyen lo que denominó bullying, excluyendo las acciones
negativas ocasionales que en un momento se dirigen a un estudiante y en
otra ocasión a otro u otra estudiante, aunque puedan ser graves.
Según Olweus la definición de bullying o de hostigamiento entre pares
que formuló inicialmente no se ha cambiado; más bien se ha ampliado
(Olweus 2001; citado por Paredes, 2008):
“Decimos que un estudiante está siendo hostigado por pares o es
víctima cuando otro estudiante o varios de ellos:
Le dicen cosas con significados hirientes, o hacen burla de él/ella o lo/a
llaman con nombres que tienen significados hirientes.
Lo/a ignoran o excluyen completamente del grupo de amigos o lo dejan
fuera de cosas a propósito.
Lo/a golpean, patean, empujan, tumban, o lo/a encierran en un cuarto.
Dicen mentiras o difunden falsos rumores sobre el/ella, o envían notas y
tratan de hacer que otros estudiantes sean antipáticos con el/ella.
Les hacen otras cosas hirientes.
Cuando hablamos de bullying, esas acciones suceden repetidamente y
es difícil para el/la estudiante agredido/a, defenderse por sí mismo.
También llamamos bullying cuando se burlan repetidamente de manera
hiriente de el/ella.
No llamamos bullying cuando la burla es hecha de una forma amigable y
juguetona. Tampoco es bullying cuando dos estudiantes de mas o menos
la misma fuerza, discuten o pelean”.
Esta ampliación mantiene el carácter central de las acciones agresivas
repetidas durante un tiempo para determinar si es un problema de
hostigamiento entre pares o bullying y tiende
a ampliar los
comportamientos del maltrato; por ejemplo, aislar intencionalmente o
esparcir falsos y negativos rumores no es explícito en la primera
definición, pero se conservan los tres elementos iniciales: es un
comportamiento agresivo que puede tomar diversas formas, este
comportamiento se repite en el tiempo, y la víctima no logra defenderse,
lo que establece un desequilibrio de poder entre los dos.
2.2.4 Tipos de acoso escolar
El acoso escolar puede producirse mediante conductas diferentes que
merecen ser estudiadas de manera específica porque, a pesar de
compartir los rasgos comunes de desequilibrio de poder, intencionalidad y
reiteración, muestran también una especificidad que debe ser tenida en
cuanta a la hora de interpretar sus consecuencias y deducir la mejor
manera de intervenir.
Entre las conductas
que los acosadores dirigen a la víctima pueden
distinguirse los siguientes tipos:
Exclusión y marginación social: ignorar sistemáticamente a la
víctima y no dejarla participar, aislándola intencionadamente de
las interacciones del grupo
Agresión verbal: con insultos, a través de burlas, apodos
ofensivos, hablando mal de otro, sembrando rumores y mentiras,
o ridiculizándola. Cuando la víctima pertenece a un colectivo que
es objeto de discriminación en el conjunto de la sociedad (por
pertenecer a una minoría étnica), esas
agresiones verbales
suelen aludir a dicha característica, dando origen a acoso racista,
xenófobo, homófobo o sexista. En ocasiones, estas agresiones
verbales giran en torno a dificultades de la víctima (como tener
una menor agilidad o alguna necesidad especial). En otros casos,
por el contrario, son precisamente cualidades de la víctima
valoradas por la sociedad (como el rendimiento, llevarse bien con
las figuras de autoridad o tener una apariencia que suscita
envidia) las que son ridiculizadas en los sobrenombres o apodos.
Agresión física indirecta: robando, rompiendo o escondiéndole
cosas.
Agresión física directa: a través de golpes, patadas, palizas,
empujones…
Intimidación/amenaza/chantaje:
para
provocar
miedo,
obligándole a hacer algo que no quiere (como traer objetos o
dinero, hacer trabajos), u obligar a la víctima a hacer cosas que
no quiere
Acoso sexual: supone un atentado dirigido a la dignidad y
libertad sexual de las personas. De tipo verbal (con frases o
insultos obscenos) u obligando a participar de situaciones de
carácter sexual con coacciones.
Ciberacoso (cyberbullying): conductas en las que cualquiera de
los otros tipos de agresiones se realiza grabando la agresión y
difundiéndola mediante el teléfono celular o internet, o se utilizan
estos medios para acosar a la victima fuera del recinto escolar.
Según Willard (2004; citado por Del Río, 2010), el cyberbulllying
puede ser definido, en pocas palabras, como “el envío y acción
de colgar –‘sending’ y ‘posting’– de textos o imágenes dañinas o
crueles en internet u otros medios digitales de comunicación”.
Manson (2008; citado por Del Río, 2010) añade que el acoso lo
puede realizar un individuo o un grupo de modo deliberado y
repetitivo:
“El cyberbullying se define como el uso de la información y
comunicación a través de la tecnología que un individuo o un grupo
utiliza deliberadamente y de manera repetida para el acoso o amenaza
hacia otro individuo o grupo mediante el envío o publicación de texto
cruel y/o gráficas a través de los medios tecnológicos”.
Según Manson (2008; citado por Del Río, 2010), existen otros
rasgos que diferencian el acoso tradicional del digital, como la
amplitud de la potencial audiencia; la invisibilidad o anonimato; es
imperecedero; se pueden realizar en cualquier lugar y en
cualquier momento con rapidez y comodidad (por la movilidad y
la conectividad de las nuevas tecnologías que traspasa los límites
temporales y físicos que marcaban el acoso en la escuela).
2.2.5 Criterios que distinguen y caracterizan el acoso escolar
El acoso escolar es un tipo específico de violencia escolar, que se
caracteriza por:
a) La existencia de una o más conductas de hostigamiento
para
causar un daño intencionado. El agresor/a actúa con deseo e
intención de dominar y de ejercer poder sobre otro/a.
b) Las acciones de maltrato tienen que producirse de forma repetida
en el tiempo, durante un período prolongado y de forma recurrente.
La expectativa de repetición de los actos intimidatorios tiene
consecuencias nefastas para la víctima.
c) Las acciones deben darse en situaciones de desigualdad de poder,
en las que existe un desequilibrio de fuerzas físicas, sociales y
psicológicas. Supone un abuso de poder, en una situación desigual
y de indefensión por parte de la víctima.
d) Comprende diversos tipos de conducta violenta. Se inicia
generalmente con actos aislados como agresiones de tipo social y
verbal y, progresivamente, se produce una escalada en el grado y
diversidad de conductas hasta llegar a formas complejas y dañinas,
como coacciones y agresiones físicas.
e) Las acciones suelen estar provocadas por un escolar apoyado
generalmente en un grupo.
f) Las
acciones
de
intimidación,
por
su
propia
naturaleza,
permanecen secretas, escondidas y ocultas fundamentalmente
para los adultos y pueden pasar desapercibidas y no ser conocidas
por el profesorado ni por la familia. Los profesores no se dan
cuenta, tienden a subestimar la frecuencia del acoso en su aula o
centro y, en determinados casos “hacen relativamente poco para
detener la intimidación” (Olweus, 1998)
g) Las acciones se vertebran en torno a un triángulo formado por
agresor/a,
víctima
y
espectador/a,
con
distinto
grado
de
responsabilidad. Hay un silencio que el agresor exige o que la
víctima se impone por diversos motivos (vergüenza, temor, etc.).
Los espectadores también callan y no comunican los hechos
debido al temor a represalias, cobardía, no ser soplón. En torno al
“bullying” hay una marcada “Ley del silencio”.
h) Las acciones de intimidación ocurren en cualquier lugar del centro
escolar, aunque son menos frecuentes en aquellos momentos y
lugares en los que hay adultos presentes. También pueden
producirse fuera del centro educativo.
i) Estas acciones tienen consecuencias negativas para todos los
implicados. Las víctimas sufren ansiedad y angustia, así como un
deterioro de su autoestima y el autoconcepto; los agresores/as
aprenden a establecer vínculos de dominio y sumisión que afectan
a su desarrollo socio-personal y moral y, los observadores/as,
desarrollan sentimientos de culpabilidad o desensibilización ante el
sufrimiento ajeno.
j) Por lo general, el acoso parece ocurrir sin provocación aparente
por parte de la persona que lo sufre.
Esta definición deja claro que el “bullying” puede ser considerado como
una forma de abuso entre iguales; lo que lo distingue de otras formas de
abuso como el maltrato infantil o hacia la mujer es el contexto en el que se
desarrolla y las características de la relación existente entre quienes
participan en él.
La presente investigación tiene en cuenta los enunciados de Olweus para
esclarecer la presencia de acoso escolar en la institución objeto de
estudio.
2.2.6 Perfiles psicosociales de los sujetos sometidos al acoso
escolar
Cada una de las partes implicadas en una conducta agresiva, tanto el
agresor como la víctima, parecen reunir un perfil o una serie de
características personales que están asociadas con el mantenimiento de
esas conductas. Muchas investigaciones se han centrado en identificar y
analizar los perfiles y características que muestran las víctimas y los
agresores con el objetivo de poder intervenir preventivamente con los
alumnos y alumnas que presenten ciertos perfiles de riesgo, antes de que
se impliquen en un problema de bullying.
2.2.6.1 Con respecto a la víctima
En cuanto a la personalidad, las víctimas suelen ser débiles, inseguras,
ansiosas, sensibles, tranquilas y tímidas con bajos niveles de autoestima.
La opinión que llegan a tener de sí mismas y de su situación suele ser
negativa. Pasan más tiempo en casa, no desean salir ni divertirse.
Muestran una excesiva protección paterna. Generalmente, tienen un
contacto más estrecho y positivo con las madres. Esta protección en
exceso puede ser tanto causa como efecto del acoso.
Con referencia al aspecto físico, las víctimas suelen ser menos fuertes y
no son agresivos ni violentos. Muestran un alto nivel de ansiedad e
inseguridad. A veces rasgos como ser gordos, bajitos, usar anteojos, el
color de la piel, tener orejas “pantalla” o dificultades del habla
(tartamudez), constituyen signos visibles que el agresor/a elegiría para
atacar a las víctimas. Son sujetos rechazados con dificultades para
establecer una relación de amistad. Son los menos populares.
Se aceptan dos prototipos:
La víctima activa o provocativa que presenta los rasgos anteriores
pero combinados con un modelo de ansiedad y reacción agresiva,
desafiante, lo que es utilizado por el agresor/a para excusar su
propia conducta.
La víctima pasiva es la más común. Son sujetos inseguros que
sufren en silencio el ataque del agresor/a.
Con frecuencia las víctimas de burlas, marginación social y bromas
pesadas son escolares integrados en el sistema educativo (Ortega y
Córdoba, 2006), especialmente en las relaciones con los adultos.
Atienden al profesor/a, son muy sensibles y provocan envidia y celos de
los otros. Pero nunca es un factor desencadenante ni el responsable ya
que hay buenos alumnos/as que son muy hábiles socialmente, aprenden
a ocultar sus intereses académicos y a seguir la corriente al grupo de
alumnos/as agresores. Por lo tanto, conseguir evitar ser objeto de maltrato
es una habilidad social que no necesariamente acompaña a los que
tienen buenas habilidades cognitivas.
Otras veces, la víctima es un alumno/a que carece de experiencias
previas de confrontación agresiva. Suelen ser sujetos sobreprotegidos,
educados en un ambiente familiar tolerante y responsable y que
presentan graves dificultades ante los retos de prepotencia y abuso. Se
refugian en un grupo muy reducido de amigos.
Otras víctimas son estudiantes simplemente diferentes por tener una
deficiencia física o psíquica, con dificultades de desarrollo, trastornos de
aprendizaje, etc., o simplemente, por tener una característica especial
como usar anteojos, tener una nariz grande, ser obeso o demasiado
delgado. Esto corrobora una vez más que el problema de la violencia es
siempre un problema de crueldad y no sólo de conflicto.
Otro grupo de víctimas lo conforman aquellas que pertenecen a minorías
étnicas, raciales y culturales, que pueden ser fácilmente acosadas,
apareciendo conductas de racismo y xenofobia.
Es importante, señalar que aquellos estudiantes que han padecido una
experiencia larga como víctimas pueden convertirse a su vez en
agresores, generando una espiral de violencia que incide negativamente
en el clima interactivo del centro.
2.2.6.2 Con respecto al agresor/a o victimario
Esta figura se asocia fundamentalmente al varón (Olweus, 1998). No
obstante, son cada vez más los casos en los que se ven involucradas las
chicas como autoras de situaciones de acoso psicológico bajo
intimidaciones sutiles y poco evidentes.
El agresor/a manifiesta un temperamento agresivo e impulsivo, deficiente
en sus habilidades para comunicar y negociar sus deseos. Escasa
empatía, poca capacidad para ponerse en el lugar del otro, escaso control
de la ira, impulsivos, autosuficientes y con altos niveles de autoestima.
Conforma una personalidad problemática propiciada por un conjunto de
experiencias previas de abandono e inestabilidad emocional.
En su aspecto físico, tienen mayor fortaleza física con respecto a sus
compañeros/as en general y las víctimas, en particular. Muestran una
carga excesivamente agresiva en sus interacciones sociales. Suelen estar
en grupos en los que son los mayores por haber repetido curso siendo su
integración escolar menor (Cerezo, 1997). Son menos populares aunque
están menos adaptados que las víctimas. Su relación paterna es
deficiente, y ésta manifiesta un interés pésimo por el funcionamiento del
centro y el quehacer de sus hijos/as en el mismo. Suelen ser producto del
abandono, la crueldad y el abuso familiar. Esto les convierte en verdugos
y víctimas a la vez. Les resulta difícil entender los sentimientos del otro ya
que viven la experiencia cotidiana de que sus propios sentimientos son
ignorados y agredidos (Ortega y Córdoba, 2006). Para los chicos que
practican el bullying, la violencia es solo un instrumento de intimidación.
Para él su actuación es correcta y por lo tanto, no se autocondena, lo que
no quiere decir que no sufra por eso.
Se reconocen tres perfiles en el agresor (Olweus, 1998):
Activo y directo, que agrede personalmente, estableciendo relaciones
directas con la víctima.
Social-indirecto, no tiene contacto directo con la víctima, siendo sus
seguidores los que perpetran las acciones de violencia y persecución.
Pasivos, que participan en la planificación de la agresión aunque no
actúan en la misma
Los agresores/as rara vez son alumnos/as académicamente brillantes
aunque esto constituye un hecho que no parece importar demasiado al
grupo de iguales (Ortega, 1998). Por eso, suele encontrarse que
estudiantes con bajos resultados académicos gozan de un buen prestigio
social entre sus compañeros/as.
Estos sujetos suelen ser enormemente hábiles en sus conductas sociales.
Parecen haber aprendido las claves para hacer daño y evitar el castigo e
incluso ser descubiertos. Suelen tener una explicación más o menos
acertada para justificar su maltrato hacia el otro. Llevan la situación de
forma virtuosa, es decir, “nunca ha sido él”, “siempre es capaz de
demostrar que otro empezó primero y que él no tuvo más remedio que
intervenir” (Ortega y Córdoba, 2006). A veces, el argumento que se
explicita es “él se lo ha buscado”. Con frecuencia, añade esta autora,
suelen ser alumnos/as populares y muy simpáticos con los profesores/as
a los que han aprendido a adular.
2.2.6.3 Con respecto a los espectadores/as
Generalmente, el alumnado conoce la existencia de problemas de malos
tratos entre compañeros/as. Conocen quiénes son los intimidadores y
quiénes las víctimas, dónde tienen lugar y hasta dónde pueden llegar.
Estos actos a veces son conocidos por un número importante de
observadores, si bien es verdad que hay un grupo de estudiantes que
desconoce estos hechos.
Es un grupo bastante heterogéneo dentro del que se pueden considerar
tres formas de implicación:
Antisociales: no actúan directamente, pero refuerzan de alguna
manera la conducta del acosador, por ejemplo, sonriendo o con gestos
cómplices. Parece que ante estos episodios, se produce un contagio
social del agresor que inhibe las conductas de ayuda y llega a fomentar
la participación de los observadores.
A veces el abuso se hace en
pandilla o grupo; son varios los que molestan y es difícil salirse de este
grupo.
Espectadores propiamente dichos: observan y no hacen nada;
permanecen “neutrales” y pueden sentirse indiferentes con la situación,
no dándole importancia en absoluto, con lo que toleran y se
acostumbran a estas injustas situaciones. A veces se muestran
nerviosos e incómodos pero no hacen nada.; el peligro es que a la larga
pueden convertirse en cómplices. Hay distintas razones por las que no
actúan, siendo las principales: no quieren meterse en problemas, no se
atreven a afrontar al acosador, impotencia frente a la situación, miedo
a ser intimidados, cobardía, concepto de lealtad y fidelidad mal
entendido, ideas erróneas respecto a ser soplones y romper el código
de los amigos. “No es mi problema, que lo resuelvan entre ellos”.
Prosociales: ayudan a la víctima y hasta pueden llegar a recriminar al
agresor, verbal o gestualmente. Se sienten afectados y a veces
asustados y suelen pedir ayuda y/o comunicárselo a los adultos.
Los espectadores, especialmente los prosociales y los propiamente
dichos son elementos muy importantes porque son a ellos a los primeros
que el chico victima les contará su problema y les pederá ayuda.
Según el Informe del Defensor del Pueblo (2000), los estudiantes se
comportan de forma agresiva después de observar un acto de agresión.
Es decir, se produce un contagio social que inhibe la ayuda e incluso
fomenta la participación intimidatoria en el desarrollo del maltrato entre
iguales. Esta falta de apoyo del alumnado hacia las víctimas se ha
interpretado por Olweus (1998) como el resultado de la influencia que los
agresores/as ejercen sobre los demás. Es el miedo a ser incluido en el
grupo de la víctima y a convertirse en otro sujeto más de agresiones lo
que impide ayudar y hacer algo más. Además, si la víctima acumula
insultos y ataques continuados se termina percibiendo a ésta como una
persona que se merece lo que le ocurre y con poco valor, disminuyendo el
sentimiento de culpabilidad de los observadores.
Ante las actuaciones exitosas del agresor, los espectadores pueden
entender “que todo vale”, incluso actuando de forma agresiva. Es decir, al
observar que desde el modelo agresivo se logran los objetivos mediante
la fuerza y la intimidación, éstos imitan dichos comportamientos para
obtener determinadas recompensas. En el caso del acoso escolar, la
recompensa está en el sentimiento de poder y superioridad hacia la
víctima.
El alumno/a que es obligado a callar e ignorar la violencia de un tercero
sobre otro está instado a asumir un cierto grado de culpabilidad que tiene
consecuencias para todos. Para el agresor, porque recibe una especie de
consentimiento que se interpreta como aprobación; para la víctima porque
puede sentir no sólo la crueldad del agresor/a sino también la de sus
compañeros/as que optan por la vía del silencio y la del espectador/a,
porque se siente un cómplice que dificulta la intervención del profesorado
y la familia (Ortega y Córdoba, 2006). Por tanto, si los adultos que están
alrededor no actúan de forma categórica contra el agresor/a quedan
aumentadas las probabilidades de aprender que la vida social funciona
con la ley del más fuerte.
2.2.7 Prevalencia del acoso escolar
Según Garaigordobil y Oñederra (2010), el acoso escolar es un fenómeno
general que se produce en todos los países en que se ha estudiado. Sin
embargo,
los
datos
de
prevalencia
no
son
homogéneos.
Independientemente de que exista mayor o menor presencia del problema
del acoso y de sus diferentes formas en los distintos países, los datos no
son fácilmente comparables, teniendo en cuenta la diversidad de
instrumentos y métodos utilizados en las investigaciones.
Sin embargo, sí aparecen una serie de tendencias generales referidas a
variables, tales como el género, el curso escolar o la edad, los tipos de
abusos más frecuentes y el lugar en que se producen, que merecen ser
mencionadas y se presentan a continuación:
Por lo que respecta al género, los chicos siempre tienen mayor
participación en los incidentes de maltrato tanto en el papel de
agresores como en el de víctimas. Las formas más usuales de abuso
que llevan a cabo los chicos son la agresión verbal y la agresión física
directa. Las chicas, por el contrario, realizan y son víctimas de más
agresiones indirectas, sean de carácter verbal o social como por
ejemplo: hablar mal de otro o excluirle.
Por lo que se refiere al curso escolar, los problemas de violencia
disminuyen progresivamente a medida que avanzan los cursos y por
tanto aumenta la edad. El momento de mayor prevalencia del
problema se sitúa entre los 11 y los 14 años de edad, disminuyendo a
partir de aquí.
Las formas más comunes de acoso son, en primer lugar, el de tipo
verbal (insultos, motes), seguido por el abuso físico (peleas, golpes…)
y el maltrato por aislamiento social (ignorar, rechazar, no dejar
participar), aunque esta modalidad de maltrato no siempre ha sido
indagada en los estudios revisados, ya que el estudio pionero de
Olweus, modelo de la mayoría de estudios posteriores, no la incluía.
Los casos de amenazas con armas y acoso sexual son muy raros en
todos los estudios.
Con referencia a los lugares donde tienen lugar los episodios de
abuso, éstos varían dependiendo del curso en que se encuentren los
estudiantes. Mientras que, en general, en los niveles de Educación
Escolar Básica el espacio de mayor riesgo es el recreo, en el Nivel
Medio se diversifican los lugares de riesgo, incrementándose los
índices de abusos en las aulas y en los pasillos, en cambios de clase y
aquellos momentos en lo que no hay una presencia directa de las
personas adultas y el camino de ida y vuelta a casa.
La violencia entre iguales en la escuela se produce en todo el mundo y
en todas las clases sociales. El origen socioeconómico apenas tiene
incidencia causal. Si puede haber diferencias en los tipos de maltrato
siendo las clases bajas y los niveles marginales más propensos a la
utilización de maltrato físico. El porcentaje promedio aproximado de
victimización grave oscila entre el 3% y el 10%, y el porcentaje de
estudiantes que sufren conductas violentas oscilan entre un 20% y un
30%.
Gestión del centro escolar: se produce en centros tanto públicos,
subvencionados
como
privados,
no
existiendo
diferencias
de
incidencia según la gestión.
Comunicación de los hechos: en Educación Escolar Básica se
comunica entre el 30 y 40% de los casos descendiendo en Educación
Media al 5%. Se comunica en primer lugar a los iguales, después a la
familia o teléfono de ayuda (cuando existe) y en último lugar, al
profesorado. Generalmente se cuenta más a los iguales ya que, en la
edad adolescente, se tiene más confianza con ellos. No se cuenta a
las personas adultas ya que tiene pocas expectativas de que les
puedan ayudar en estos problemas, piensan incluso que las cosas van
a empeorar y se complicarán con la intervención de los adultos.
Los problemas de acoso escolar se dan con más frecuencia de lo que
parece y están aflorando y haciéndose cada vez más presentes.
Socialmente se aprecia mayor tolerancia y permisividad de conductas
violentas (por ejemplo agresiones verbales). La violencia indirecta y no
explícita forma parte del ambiente y llega a ser aceptada como normal,
cotidiana, permitida y no prohibida ni penalizada. Los adolescentes se
acostumbran a vivir en un clima de relación interpersonal de dominiosumisión.
2.2.8 Causas del acoso escolar
No hay una sola causa del acoso escolar, sino un conjunto de factores de
riesgo que predisponen hacia el acoso en ausencia de condiciones
protectoras suficientes como para contrarrestar las anteriores, por lo que
podría hablarse de cierta vulnerabilidad hacia la intimidación o la
victimización.
El acoso escolar es un fenómeno multideterminado, es el resultado de la
compleja interacción entre distintos factores.
Variables personales e historia
personal
Temperamento: inhibición contra
desinhibición conductual
Aprendizaje de conductas violentas o
sumisas durante la infancia
Aprendizaje observacional de
conductas de violencia en los medios
de comunicación y en la sociedad
Experiencias previas de haber sido
maltratado por adultos, victimizado,
abandonado, agredido físicamente.
Algunos chicos/as han sufrido el
castigo, la humillación o el desprecio
que trasladan a las relaciones con sus
iguales.
Algunos chicos/as, a lo largo de su
proceso de socialización, no han
aprendido a afrontar la prepotencia, las
bromas, las presiones, las burlas… y
se sienten inseguros y con falta de
confianza en estas situaciones
Falta de autocontrol personal
Inhabilidad social
Variables familiares
Estilo de educación familiar
autoritario y uso de disciplina
autoritaria y métodos coactivos,
punitivos y violentos en la
educación infantil
Permisividad hacia la conducta
agresiva del niño
Reforzamiento, apoyo y aprobación
de conductas de intimidación
Ausencia de un padre o figura
paterna (modelo masculino) positiva
Actitud emocional básica de la
madre de carácter negativo
Algún modelo familiar de víctima
Maltrato familiar (físico o psíquico):
“Un niño mal tratado aprende a
maltratar”.
Escaso tiempo compartido en
familia
Escasos canales de comunicación
Tabla 1: Condiciones de riego en casos de violencia
Variables escolares
Variables ambientales, sociales
y culturales
Falta de autocontrol personal
Inhabilidad social
Metodología competitiva
Disciplina autoritaria y medidas
punitivas y sancionadoras
Reglamento o normas de convivencia
no contextualizados
Carencia o inadecuación de normas y
de pautas disciplinarias positivas
Clima enrarecido en el aula o en el
centro: La falta de respeto,
humillaciones, amenazas o
exclusiones del personal docente hacia
los alumnos llevan a un clima de
violencia y situaciones de agresión
Organización con tiempos muertos
entre clase y clase.
Falta de control físico y de vigilancia. A
mayores dimensiones del predio
escolar más riesgo de que haya acoso
escolar
Ausencia de enseñanza de habilidades
sociales, asertividad y educación
emocional
Ausencia de educación en valores
Falta de atención a la diversidad
cultural
Escasa participación en actividades de
grupo
Escasa comunicación entre alumnado
y profesorado
Creencias y costumbres sociales:
estereotipos sexistas y xenófobos
instalados en la sociedad.
Medios de comunicación social:
presentación de modelos carentes
de valores en series televisivas y
reality-shows, baja calidad educativa
y cultural de la programación, alta
presencia de contenidos violentos
en los programas televisivos,
tratamiento sensacionalista de las
noticias con contenido violento.
Valores socialmente aceptables
Permisividad social hacia la
violencia: justificación social de la
violencia como medio para
conseguir un objetivo o resolver
dificultades o problemas
Situación económica precaria
Tabla 2: Condiciones de riego en casos de violencia
Algunos ejemplos de condiciones de protección ante la violencia son:
Modelos sociales positivos y solidarios
Colaboración entre la familia y la escuela
Contextos de ocio y grupos de pertenencia constructivos
Adultos disponibles y atentos para ayudar
2.2.9 Consecuencias del acoso escolar para las víctimas, los
agresores y los testigos
El acoso escolar tiene consecuencias perniciosas para todos los
implicados pero con distintos síntomas y niveles de sufrimiento. Aunque
los efectos más acusados se muestran en la víctima, los agresores y los
espectadores también son receptores de aprendizajes y hábitos negativos
que influirán en su comportamiento actual y futuro (Garaigordobil y
Oñederra, 2010).
Todos los alumnos implicados en situaciones de
maltrato, en cualquiera de los roles, están en mayor situación de riesgo de
sufrir desajustes psicosociales y trastornos psicopatológicos en la
adolescencia y en la vida adulta que los chicos y chicas no implicados. No
hay duda de que la consecuencia más extrema del bullying es el suicidio
o la muerte de la víctima y precisamente fue esto lo que impulsó la
primera investigación, realizada en Noruega por Olweus a principios de la
década de los setenta del pasado siglo. Este tipo de evento dramático ha
servido para impulsar la investigación y la intervención institucional en
muchas comunidades.
Obviamente, quienes sufren las consecuencias más negativas son las
víctimas: consecuencias como fracaso escolar, altos niveles de ansiedad,
riesgos físicos, que conllevan a una personalidad insegura.
Para el agresor, estas acciones también conllevan una serie de
consecuencias ya que aprende a conseguir sus objetivos de manera
violenta y se instala en una situación predelictiva. Entiende que obtiene
reconocimiento social y esto en un futuro les puede llevar a ejercer la
sumisión y la dominación en la convivencia doméstica.
Los espectadores, igualmente, tampoco quedan inmunes tras los hechos
pues refuerzan posturas egoístas e individualistas. Llegan a valorar como
importante tales conductas agresivas y les produce insensibilización ante
el sufrimiento del otro.
Víctimas
Bajo rendimiento
académico y fracaso
escolar
Rechazo a la escuela
(suelen cambiar de
colegio)
Sentimientos de
inseguridad, soledad,
infelicidad
Introversión, timidez,
aislamiento social
Baja popularidad y a
veces impopularidad
Baja autoestima
Carencia de
asertividad
Baja inteligencia
emocional
Sentimientos de
culpabilidad
Alteraciones de la
conducta y conductas
de evitación
Diversas
somatizaciones y
dolores físicos
Insomnio, enuresis
Síndrome de estrés
postraumático:
flashbacks
Ansiedad
Terror y pánico
Depresión:
alteraciones del estado
de ánimo, como la
tristeza e ideación de
suicidio
En casos más
extremos el suicidio
Persistencia de
síntomas a largo plazo
y en edad adulta
Agresores
Bajo rendimiento
académico y fracaso
escolar
Rechazo a la escuela
Muchas conductas
antisociales
Dificultades para el
cumplimiento de
normas
Relaciones sociales
negativas
Nula capacidad de
autocrítica
Falta de empatía
Falta de sentimiento
de culpabilidad
Crueldad e
insensibilidad
Ira e impulsividad
Baja responsabilidad
Consumo de alcohol y
drogas
En casos más
extremos el suicidio
Persistencia de
síntomas a largo plazo
y en edad adulta
Espectadores
Miedo
Sumisión
Pérdida de empatía
Desensibilización ante
el dolor del prójimo
Insolidaridad
Interiorización de
conductas antisociales
y delictivas para
conseguir objetivos
Sentimientos de
culpabilidad
Persistencia de
síntomas a largo plazo
y en edad adulta
Tabla 3: Consecuencias del acoso escolar para las víctimas, los agresores y los
espectadores (Garaigordobil y Oñederra, 2010)
2.2.10 Indicadores de observación para la identificación de víctimas
y agresores
A continuación, en las tablas 4 y 5 se citan algunos indicios que puedan
dar sospechas tanto a profesores como a padres de que su hijo/a o
alumno/a sea objeto de algún tipo de acoso escolar, o tenga tendencia a
la agresividad.
VICTIMAS
Señales para los educadores
La relación de los alumnos y alumnas
en áreas comunes: los peores
momentos se sufren cuando los
profesores no están presentes
Los “escritos” en las puertas de baños
y paredes
La no participación habitual en salidas
del grupo
Darle importancia a las risas o
abucheos repetidos en clase contra
determinados alumnos o alumnas
Estar atento a aquellos alumnos que
sean diferentes, por su forma de ser o
aspecto físico
Se queja de forma insistente de ser
insultado, agredido, burlado…
Comenta que le roban sus cosas en el
colegio cada día
Investigar los cambios inexplicables de
estados de ánimo sin motivo aparente
Escasas relaciones con los
compañeros/as
Evidencias físicas de violencia y de
difícil explicación
Quejas somáticas constantes
Variaciones del rendimiento escolar,
fracaso repentino
Quejas de los padres que dicen que no
quiere ir al colegio
Rechazo a la escuela (suelen cambiar
de colegio)
Señales para la familia
Sienten recelo o miedo de ir al
colegio (buscan cualquier excusa
para no ir)
Regresan a casa del colegio con la
ropa rota o desordenada, con los
libros y material escolar rotos
Tienen contusiones, heridas o
arañazos que no se explican de
forma habitual
No les acompañan compañeros de
clase o del colegio cuando vuelven
a casa
Es posible que no tenga un solo
amigo con quien compartir el
tiempo libre
Rechazo a fiestas, excursiones…
Se aísla en su habitación
Llanto fácil. Se muerde las uñas
Vómitos y náuseas antes de ir al
colegio
Nervioso e intranquilo, angustiado,
ansioso y no puede concentrarse
Relata situaciones de acoso
sucedidas a “otro niño”
Se preocupa en exceso por su
seguridad o por la de los miembros
de su familia
Ataque de rabia
desproporcionados
No puede contar lo que le pasa ni
nombrar a su agresor
Tabla 4: Indicadores para identificar posibles víctimas (Garaigordobil y Oñederra,
2010)
AGRESORES
Señales para educadores y padres
Querer dominar, tener poder y sentirse superior
Ostentación de fuerza física
Temperamento fuerte, se enoja fácilmente
Impulsivo/a
Baja tolerancia a la frustración
Desafiante y agresivo/a hacia los adultos
Comportamientos antisociales tempranos (problemas de disciplina, vandalismo
y daños materiales, violencia física)
Poco populares entre compañeros/as. Solo algunos le siguen
Actitud negativa hacia la escuela
Tabla 5: Indicadores para identificar posibles agresores (Garaigordobil y
Oñederra, 2010)
Para finalizar, la Psicóloga Clínica Isabel Menéndez, cita tres frases de
Mahatma Gandhi, activista hindú de la no violencia, que se pueden aplicar
a cada uno de los tres protagonistas de este importante problema:
Para el espectador:
“Lo más atroz de las cosas malas de la gente mala es el silencio de la
gente buena”.
Para el agresor:
“La humanidad no puede liberarse de la violencia más que por medio de
la no violencia”.
Para la víctima:
“No dejes que muera el sol sin que hayan muerto tus rencores”.
ESTRATEGIAS DE PREVENCION DEL ACOSO ESCOLAR
2. 3 Marco conceptual
Según el DRAE, el término estrategia proviene del latín strategĭa, que a su
vez procede de dos términos griegos: stratos (ejército) u agein (conductor,
guía). Por lo tanto, el significado primario de estrategia es el arte de
planear y dirigir las operaciones bélicas. El concepto también se utiliza
para referirse al plan ideado para dirigir un asunto y para designar al
conjunto de reglas que aseguran una decisión óptima en cada momento,
es decir, un proceso seleccionado a través del cual se prevé alcanzar las
metas planteadas.
Asimismo, el DRAE señala que el término prevención proviene del latín
praeventĭo, -ōnis, que significa acción y efecto de prevenir; preparación y
disposición que se hace anticipadamente para evitar un riesgo o ejecutar
algo. Significa “antes de venir”, es decir, actuar para que un problema no
aparezca o al menos para que disminuyan sus efectos; igualmente
connota preparación, organización, disponer con anticipación, prever.
Como ya se ha detallado, el acoso escolar es una conducta de
persecución física/o psicológica que realiza un alumno o un grupo de
alumnos contra otro, al que elige como víctima de repetidos ataques. Esta
acción, negativa e intencionada, sitúa a las víctimas en posiciones de las
que difícilmente pueden salir por sus propios medios. Para hablar de
acoso debe suceder:
Intencionalidad: el agresor quiere causar daño a otra persona
Desequilibrio de poder, por motivos físicos (menor fuerza, menor
edad…), psicológico (carácter débil) o sociales (varios agresores)
Reiteración del hecho
Indefensión de la víctima, que no es capaz de salir de la situación
por sí sola.
Según Ortega y Córdoba (2006) “La prevención del acoso escolar
significa anticipación a la aparición de situaciones que puedan
obstaculizar el desarrollo de una personalidad sana e integrada,
propiciando que pueda desarrollar al máximo sus potencialidades”.
Prevenir el acoso escolar implica:
Minimizar los factores de riesgo de ser agresor o víctima, de ser
espectador, de ser adulto “no enterado” o no implicado
Maximizar los factores protectores que posibilitan la competencia
personal y social, los valores morales…
Para prevenir hay que incidir sobre:
Todos los posibles participantes directa, indirecta o lejanamente
implicados
Los diversos contextos y escenarios: centro escolar y aula; familia.
El acoso escolar es un tema que afecta a toda la sociedad. El adjetivo
“escolar” alude al principal contexto donde se producen estas agresiones,
no a la institución social que tiene la exclusividad para combatir este
problema. La erradicación del acoso escolar, así como de todo tipo de
violencia escolar, requiere el esfuerzo de los tres grandes agentes de
socialización: familia, escuela y medios de comunicación.
La escuela, como agente de socialización y como espacio en el
que tienen lugar estas agresiones, ocupa un papel destacado en la
intervención ante el acoso escolar. Pero para no caer en la
frustración, es necesario no perder de vista que muchos de los
factores que generan una situación de violencia escolar no pueden
ser abordados desde el centro educativo y que el pilar educativo
básico en la transmisión de valores y conformación de actitudes
democráticas es, y seguirá siendo siempre, la familia.
La familia tiene una función educativa primordial, donde los niños
interiorizan los principios y las normas de conducta que les
permitirán insertarse de forma positiva y constructiva en la
sociedad. La familia no puede eludir su función educativa ni
delegar esta obligación en la escuela. La educación en valores
para una vida democrática no sólo debe formar parte del currículo
escolar, sino también y sobre todo de la dinámica familiar. La
actuación de la escuela en este aspecto se apoya siempre en la
base moral que la familia ha inculcado en el niño. Si un niño no ha
adquirido las normas de comportamiento cívico en el seno familiar,
muy probablemente su paso por la escuela estará ligado a
sucesiones de conflicto con profesores y alumnos, en detrimento
de su aprendizaje escolar.
Los medios de comunicación de masas deberían a su vez realizar
una reflexión sobre cuál es la influencia que ejercen en la
transmisión de conocimientos y valores, y derivar de ahí un código
ético que impida la presentación de personas agresivas como
modelos socialmente aceptados y de la violencia como medio para
resolver las situaciones conflictivas. Las investigaciones señalan
que el acoso escolar está asociado a la visión de imágenes
violentas a través de videojuegos, cine y televisión.
2.4 Importancia de la prevención
Los niños/as y adolescentes, considerados como personas especialmente
vulnerables y en proceso de desarrollo, tienen el derecho a que se
respete su integridad física y psicológica y tienen el derecho de estar
protegidos ante cualquier forma de explotación, maltrato o abuso físico,
psicológico o sexual. Por supuesto que tienen el derecho a aprender en
un clima social positivo. Estos derechos conllevan unos deberes en la
familia y el profesorado que han de desarrollar los aspectos necesarios
para su protección y garantizar un contexto escolar seguro y positivo.
La importancia de la prevención radica en que la calidad de la convivencia
escolar influye directamente en los logros académicos y en el desarrollo
integral de los estudiantes. Además porque la escuela es un ámbito de
intervención privilegiado para la socialización y formación de valores
prosociales, y para prevenir que los niños y jóvenes sean víctimas o
autores de un amplio rango de conductas negativas, ahora y en el futuro.
2.5 Propuesta de intervención educativa
El acoso escolar y el ciberacoso suponen por su extensión y sus efectos,
un problema que hay que afrontar.
Según Ortega y cols (1988) es necesario un modelo de prevención del
acoso, cuya base teórica esté sustentada en dos planos inseparables en
un centro educativo: la actividad escolar (el proceso de enseñanzaaprendizaje) y el entramado de relaciones interpersonales subjetivas que
surgen (convivencia).
Se trata de un modelo ecológico, sistémico y
comunitario que requiere tiempo para su implementación ya que tiene en
cuenta el contexto en el que se inserta el centro educativo, que cada
proceso que se lleve a cabo puede ser causa o efecto de otro y que han
de hacerse partícipes a todos los miembros para incrementar las
probabilidades de éxito.
Aunque todos los casos de acoso escolar se caracterizan por tener
determinados elementos comunes, cada situación es única, por tanto, la
intervención debe adecuarse a cada realidad y tipos de personalidad. Al
ser un fenómeno relacional, no sólo hay que intervenir con la víctima y el
agresor, sino también con los miembros del entorno (otros alumnos,
profesores, padres, personal no docente…). Todas las actuaciones
encaminadas a la intervención concreta cuando se identifican situaciones
de acoso, y a la mejora de la convivencia en general, así como todos los
protocolos, deben ser recogidos y englobados dentro de un plan de
convivencia de centro. La actuación ante el acoso escolar no debe tener
como meta exclusiva evitar los conflictos, sino contribuir a mejorar la
convivencia en el centro y al desarrollo de capacidades prosociales en el
alumnado.
La intervención en situaciones de acoso debe implicar cuatro niveles de
intervención:
a) Institucional, es decir, todo el centro educativo debe estar
implicado;
b) Familiar, ya que es fundamental implicar a los padres en el
proceso, informando de los resultados de las evaluaciones que se
llevan a cabo en el centro, así como solicitando su colaboración y
seguimiento cuando se producen incidentes;
c) Grupal, es decir, con el grupo aula en su conjunto;
d) Individual, con el agresor, la víctima, y ambos conjuntamente.
Una propuesta de intervención en el acoso escolar y el ciberacoso debe
incluir:
a) Prevención primaria: Son las medidas para evitar la aparición de
situaciones de acoso escolar, es decir,
actuaciones genéricas
dirigidas a mejorar la convivencia, prevenir la conflictividad y evitar
la aparición del fenómeno.
b) Prevención secundaria: Se implementa cuando se detectan
situaciones de maltrato incipientes, para evitar su consolidación.
Son las medidas que se llevan a cabo ni bien se conoce la
existencia de una situación de acoso escolar en el centro y hacen
referencia a un protocolo de actuación propiamente dicho.
c) Prevención terciaria: Se implementa cuando se trata de
situaciones consolidadas, dirigida a minimizar el impacto sobre los
implicados, aportando apoyo terapéutico y protección a las
víctimas, así como control a los agresores. Se realiza mediante la
aplicación
de
programas
específicos
con
intervenciones
individuales y en el grupo de alumnos.
Figura 1 :Niveles de Prevención. Adaptación de Sprague, J., School-based
interventions for Preventing Juvenile Delinquency, IVDB. University of Oregon,
2004, citado por Jorge Varela, 2007 (Prevención Primaria: Sistemas para todos
los alumnos y profesores, en toda la clase o escuela; Prevención Secundaria:
Sistemas especiales para alumnos con conductas de riesgo; Prevención
Terciaria: Sistemas especializados e individualizados para alumnos de alto riego)
No se puede hacer una división tajante entre los tres niveles, ya que están
mutuamente interrelacionados. Ofrecer un tratamiento eficaz para los
estudiantes que manifiestan conductas antisociales es también hacer
prevención primaria al evitar que estos sujetos sirvan de modelos para
otros individuos (familiares, compañeros, etc.), del mismo modo que la
prevención secundaria evita que ciertos estudiantes, tras una respuesta
educativa precoz, sean objeto de la intervención terciaria. Al mismo
tiempo, se evitan así nuevas situaciones de acoso y actuaciones
antisociales.
Además, las consecuencias de un determinado esfuerzo no deben
considerarse desde una perspectiva temporal limitada. Los efectos de
cualquier intervención pueden tener impacto preventivo en generaciones
posteriores, sobre todo por su influencia en el medio social y jurídico.
2.5.1 PREVENCION PRIMARIA
En éste ámbito se encuentran aquellas estrategias diseñadas para
prevenir que ocurran comportamientos disruptivos y violentos en los
centros de enseñanza. Este tipo de intervención considera la participación
de toda la comunidad educativa y parece ser la mejor alternativa para
llevar a cabo una prevención realmente exitosa. El objetivo principal de
estas intervenciones es modificar el ambiente escolar mejorando las
relaciones entre iguales y promoviendo comportamientos prosociales.
Incluye también la formación para los profesores y procedimientos para
motivar la implicación de los padres.
a. Medidas de Centro
Estas intervenciones parten de la concepción de escuela como un sistema
general de convivencia
que es necesario dinamizar para facilitar las
relaciones positivas e impedir las negativas, implicando en este proceso a
todos los miembros de la comunidad educativa. Es importante que existan
canales de relación entre padres y profesores como la realización de
reuniones informales y foros de debate en el centro escolar que permitan
discutir y negociar criterios comunes de educación, y donde los padres
puedan participar activamente, expresar sus opiniones y debatir sobre los
problemas de comportamiento e integración social que surjan en el centro
educativo. Es preciso
entonces, sensibilizar a toda la comunidad
educativa sobre el fenómeno del acoso escolar y sus consecuencias.
Además, toda intervención que vaya encaminada tanto a prevenir las
conductas violentas en los centros de enseñanza como a facilitar la
convivencia y bienestar psicosocial de los alumnos, debe considerar como
elementos clave la tolerancia cero respecto del acoso entre estudiantes y
la necesidad de integrar socialmente a todos los alumnos en el aula. Por
ello, es necesario analizar el currículum oculto, es decir, las creencias
sobre la violencia en general y el acoso escolar específicamente (Jackson
(1968; citado por Díaz-Aguado, 2002). En este sentido, para prevenir y
minimizar las conductas violentas en la escuela sería preciso, en general,
adoptar un estilo no violento para expresar las tensiones y resolver los
conflictos escolares, desarrollar una cultura de la no violencia a través del
rechazo
explícito
de
cualquier
comportamiento
que
provoque
vicitimización, así como romper la “conspiración del silencio” que suele
establecerse en torno a este problema.
Algunas orientaciones generales recomendadas para prevenir la violencia
escolar desde el ámbito organizacional son:
Sensibilizar a la comunidad educativa sobre el fenómeno del acoso
escolar y fomentar en el alumnado el debate sobre el mismo
Evaluar el clima del centro y las concepciones previas del profesorado y
el alumnado sobre lo que significa convivencia y disciplina
Obtener datos sobre la situación concreta del centro: realizar
evaluaciones cualitativas y cuantitativas sobre el acoso escolar a través
de cuestionarios y entrevistas anónimas.
Crear un buen clima escolar en el centro, un lugar acogedor donde los
alumnos se sientan aceptados como personas y tengan modelos
positivos del papel de adulto
Incluir la educación en valores y actividades para el desarrollo de
habilidades sociales y personales desde un debate democrático y
participativo
Establecer estructuras para la mediación y resolución de conflictos, si no
existieran
Revisar el Reglamento de Centro y Proyecto Educativo Institucional, si
procede, con participación de todos los miembros de la comunidad
educativa.
Favorecer la identificación de los alumnos con el centro y aumentar su
grado de participación en la toma de decisiones
Concretar un sistema de normas referido a las conductas que tengan
sentido para los alumnos y que se negocie con ellos
Tomar decisiones sobre adecuación del currículo, la metodología, los
agrupamientos, el uso educativo de tiempos y espacios, incremento de
la supervisión, mejoras en la infraestructura, etc.
Establecer medidas para el seguimiento individualizado del alumnado
que lo precise.
Integrar a la familia y desarrollar una actitud colaboradora con los
padres, informando y capacitando sobre cómo abordar situaciones de
acoso, ya se trate tanto de chicos/as que han sido acosados como con
los agresores
La implicación del profesor para poner en práctica estas estrategias es
fundamental. Además, la formación del profesorado, ya sea a través de
cursos breves o mediante la educación continuada en los centros,
constituye un aspecto clave para la mejora de la convivencia. Esta
formación debería incluir la dotación de conocimientos sobre los factores
de riesgo y protección relacionados con el comportamiento violento en las
etapas de la niñez y la adolescencia, así como acerca del manejo
y
resolución de situaciones conflictivas que puedan surgir entre el
alumnado. El hecho de que todos los docentes pertenecientes a un
mismo centro puedan recibir la misma formación y contrastar puntos de
vista, favorece la toma de decisiones consensuadas, lo que redundará en
beneficio de la buena convivencia escolar.
b. Medidas de Aula
Conjuntamente con las propuestas mencionadas, existen otras medidas
concretas que pueden aplicarse en el contexto específico del aula para
prevenir el desarrollo de problemas de conducta entre alumnos. Una
forma eficaz de favorecer la convivencia y que se presenta, a su vez,
como un importante instrumento didáctico en el aula, es el denominado
aprendizaje cooperativo.
Los alumnos necesitan aprender a cooperar,
puesto que la cooperación constituye una destreza básica, un requisito
necesario y fundamental para conseguir una sociedad sin violencia. En
una situación cooperativa, las personas procuran obtener resultados que
sean beneficiosos tanto para ellos mismos como para todos los demás
miembros del grupo, lo que contrasta con el aprendizaje competitivo, en el
que cada persona trabaja en contra de los demás para alcanzar objetivos
individualistas. El trabajo cooperativo trata de realizar el aprendizaje en
grupos heterogéneos de alumnos/as interdependientes que tienen el
objetivo de alcanzar una meta común y para llegar a ella, el éxito de los
compañeros/as es tan importante como el propio.
Enseñar en grupo
cooperativo implica aceptar que ciertos contenidos se aprenden mejor si
se trabajan, no sólo en compañía de otros, sino en cooperación con ellos,
estimulando la comunicación y la negociación.
Sólo de esta forma
tendrán lugar experiencias que favorezcan la mejora del clima afectivo,
las actitudes y valores positivos de unos estudiantes hacia otros con
independencia de sus capacidades, intereses y motivaciones así como
de su cultura o lugar de procedencia. (Ortega y cols, 1998).
Además,
se propone la utilización del diálogo para mejorar las
habilidades sociales, el aprendizaje de estrategias constructivas para
resolución de los conflictos, el desarrollo de la autoconfianza y la
autorregulación, el establecimiento de normas y fronteras en un marco de
democracia participativa, el fomento de la empatía y la asertividad, la
comprensión del comportamiento violento, así como la promoción de
modos de confrontación no violentos.
Otras estrategias recomendadas para prevenir la violencia escolar desde
el contexto del aula son:
Acordar normas claras, concretas y con consecuencias inmediatas a la
trasgresión, consensuadas en el aula
Adjudicar más responsabilidades a los alumnos, por ejemplo en la
mediación entre compañeros para la resolución de conflictos
Introducir periódicamente elementos de reflexión social como debates
sobre conflictos y problemas en el aula y tratarlos abiertamente con el
grupo.
Cambiar de grupo a algunos alumnos y alumnas (nunca a la víctima,
para que no pierda las posibles redes de apoyo)
La puesta en marcha de todos estos esfuerzos conlleva una importante
dotación de recursos a los adolescentes, tanto personales como sociales,
lo que supone la mejor forma de prevenir conflictos sociales en los centros
de enseñanza.
Estas medidas de carácter positivo favorecen el desarrollo de un clima
saludable, mientras que por el contrario, la adopción de medidas
estrictamente sancionadoras como los castigos severos y la expulsión del
centro, han mostrado ser totalmente insuficientes e inadecuadas para
afrontar la violencia escolar tal y como comenta Smith (1999; citado por
Varela, 2008), puesto que estas medidas no resuelven el problema de
base ni suponen ninguna estrategia de prevención para futuros conflictos.
2.5.2 PREVENCION SECUNDARIA
Implica estrategias que se llevan a cabo ni bien se conoce la existencia de
una situación de acoso escolar en el centro, y tiene como objetivo la
reducción del número de casos cuando ya han aparecido los problemas, y
estaría dirigida a la población de riesgo.
Entre los programas que atienden a la población que se encuentra en
riesgo de desmejorar la convivencia en un centro educativo se destacan
la mediación, la ayuda entre iguales y los círculos de calidad. Dichos
programas tendrán sentido dentro de un modelo de actuación global por
parte del centro educativo que parta de la prevención primaria y en el que
la implementación de un programa de atención al alumnado en riesgo
pueda tener sentido y no ser rechazado. De la misma forma es necesaria
una preevaluación inicial de la situación antes de llevarlo a cabo, una
evaluación de su desarrollo, al final y un tiempo después de su
implementación. Entre los recursos para llevar a cabo estas evaluaciones
se encuentran los cuestionarios, las entrevistas, etc. (Ortega y cols, 1998;
citado por Ortega y Córdoba, 2006).
a. Mediación en conflictos
Dentro del entramado de las relaciones interpersonales que influyen en la
convivencia, el conflicto se puede presentar en cualquier tipo de relación,
es decir, puede aparecer un conflicto entre dos alumnos/as, entre dos
profesores/as, entre un profesor y un alumno/a, entre una familia y un
profesor, etc. El conflicto no es sinónimo de violencia ni la violencia es
una consecuencia directa del conflicto. El conflicto no deja de ser una
contraposición de intereses, deseos, creencias…, entre dos o más partes
implicadas, por lo que las relaciones interpersonales suelen estar llenas
de conflictos. Lo importante no es tanto el conflicto sino la manera de
resolverlo: son una oportunidad de desarrollo y cambio pero también el
origen de los reales problemas de convivencia en el centro. Si la
resolución del conflicto se lleva a cabo de una manera pacifica, éste dará
lugar al crecimiento en ambas partes, cada uno de los implicados
aprenderá del conflicto y de su resolución. Sin embargo, si la resolución
del conflicto se pretende llevar a cabo a través de la fuerza o de la
imposición, es muy probable que desemboque en violencia.
Según Ortega y cols. (1998), un programa de mediación en conflictos
exige, en primer lugar, el establecimiento de un equipo de mediadores
aceptados por la comunidad escolar y que intervengan de manera
específica para hacer llegar a un acuerdo a las partes. Estos mediadores
(profesores, alumnado, etc.) nunca deben ser parte integrante del
conflicto, y requieren un entrenamiento previo, así como unas normas
muy claras de actuación a las que deben ajustarse. Además, es
imprescindible que las partes implicadas en el conflicto acepten
abiertamente a los mediadores como tales. Si todo esto se desarrolla de
forma favorable y se llega a la mediación, los pasos a seguir son los
siguientes:
Establecer los papeles sociales, las normas y las reglas de la
mediación;
Que cada una de las partes defina el conflicto;
Análisis del conflicto con la ayuda del mediador;
Búsqueda de soluciones;
Enunciar por escrito el acuerdo de resolución del conflicto;
Propuesta de revisión del acuerdo
Implantar un programa de mediación en el centro puede favorecer la
prevención de problemas de violencia escolar: con la mediación se
trabajan muchas habilidades que pueden frenar la puesta en marcha de
episodios de violencia escolar e incluso se pueden llega a detectar
problemas de violencia enmascarados. Pese a que últimamente la
mediación en conflictos se está presentando como una estrategia
bastante válida no se aconseja su uso cuando las partes implicadas están
envueltas en problemas de maltrato, abuso o intimidación ya que, en
primer lugar, la premisa básica para llevar a cabo la mediación es la
simetría de la relaciones que en este caso se encuentra deteriorada y no
existe; en segundo lugar, lógicamente la víctima del acoso se encuentra
en desventaja con respecto al agresor que puede estar ejerciendo incluso
cierto chantaje emocional en la misma y, por último, es difícil conseguir la
imparcialidad del mediador en estos casos.
b. Ayuda entre iguales
La finalidad de un programa de ayuda entre iguales es que chicos/as con
problemas encuentren, en la conversación y el apoyo con otros/as, un
ámbito de reflexión optimizado para afrontar por ellos mismos/as sus
problemas. (Ortega y cols., 1998). Se trata de crear en el centro una red
de apoyo explícita para el alumnado que sienta tener algún problema.
Los aplican los propios alumnos y alumnas, pero los responsables son los
adultos y se consideran adecuados a partir de los 10-11 años. Es un
programa bien estructurado que requiere del seguimiento de una serie de
fases previas a su implementación, como el entrenamiento de los propios
docentes que van a coordinar el programa, para que sean ellos mismos
quienes formen al alumnado participante como consejero de sus iguales.
Este entrenamiento, proporcionado por expertos, contemplaría una
preparación en las principales habilidades necesarias para escuchar,
resolver problemas, mediar en conflictos sin implicarse en ellos y liderar
grupos: técnicas de escucha activa, confidencialidad, expresión y
comprensión de los sentimientos, etc.
En segundo lugar, se tendrán que eligir los consejeros, según ciertos
requisitos como la voluntariedad, la aceptación del resto de los
compañeros de clase, el ser nominado/a por gran parte de sus
profesores/as y demostrar en una entrevista individual con el orientador/a
tener desarrolladas ciertas habilidades. Posteriormente, el entrenamiento
específico de los consejeros lo llevaría a cabo el profesorado implicado,
empleando una mayor simulación, la retirada progresiva del control y la
diversidad de tareas.
Una vez elegidos los y las consejeras se estaría en disposición de poner
en marcha el programa, para lo cual habrá que iniciar una buena
campaña de sensibilización y de difusión de los beneficios del programa a
nivel de centro, tomar decisiones acerca de las responsabilidades que
asumirá cada uno de los implicados/as, determinar quién será consejero
de quién, los espacios y tiempos que se utilizarán, así como las medidas
de recogida de información para evaluar el buen desarrollo del mismo y
sesiones de revisión grupales e individuales entre los responsables e
implicados.
Pese a que es un programa trabajoso de poner en marcha y requiere de
mucho tiempo e implicación por parte de los coordinadores hasta incluirlo
en la cultura del centro, una vez implementado, los resultados son muy
satisfactorios.
c. Círculos de calidad
El círculo de calidad es un grupo de personas, entre cinco y doce, que se
reúnen regularmente, porque están interesadas en identificar problemas
comunes, analizarlos objetivamente y resolverlos lo mejor posible. Una
reunión cada semana con duración mínina de una hora es lo que está
indicado (Ortega y cols., 1998).
La elección de los componentes del círculo (alumnos/as, sólo profesores
o mixto) debe ser voluntaria y estar fundamentada en la decisión de lograr
un objetivo concreto. La responsabilidad, compartida por todos los
miembros, no se diluye, ya que el círculo hace un permanente análisis de
objetivos, que permite que todos los miembros asuman su parte como un
deber hacia
los otros, con los cuales ha tomado la decisión. Una
estrategia de círculo de calidad puede durar entre 12 y 15 semanas y un
profesor o un adulto experimentado debe actuar como facilitador y
supervisor del proceso. Cuando se hayan logrado los objetivos, se debe
informar a la dirección del centro o al equipo docente, que deben estudiar
la puesta en funcionamiento de la propuesta que eleva el círculo. (Ortega
y cols., 1998).
La creación de un círculo tiene que tener como objetivo la resolución de
un problema muy concreto y consta de las siguientes fases: a) Identificar
el problema a través de diferentes estrategias como la tormenta de ideas;
b) Analizar el por qué de las causas del problema y sus respectivas
consecuencias; c) Sugerir y estudiar soluciones para cada una de las
causas producto del anterior análisis; d) Presentación de soluciones a los
responsables; e) Evaluación de resultados.
2.5.3 PREVENCION TERCIARIA
Son aquellas estrategias centradas en individuos con un problema
establecido y diseñadas para remediar ese problema, disminuir la
duración y minimizar los efectos negativos. Estas medidas de ayuda se
adoptan, por tanto, con aquellos escolares que ya se han identificado
como protagonistas de los casos de acoso escolar, como
agresores.
víctimas o
Ante la confirmación de un caso de acoso escolar es
necesario detener de inmediato las agresiones, crear un contexto de
colaboración por parte de todas las personas implicadas y garantizar la
confidencialidad de los datos.
Entre los programas de intervención directa, para atender al alumnado
implicado en episodios de acoso escolar, se destacan: los programas de
desarrollo de la empatía en agresores/as, desarrollo de la asertividad en
víctimas y el método
departamento
de
Pikas o de reparto de responsabilidades. El
Orientación
sería
el
más
adecuado
para
la
implementación de dichos programas, pero necesitan del entrenamiento
previo pertinente, así como de prácticas y simulaciones.
a. Desarrollo de la asertividad en víctimas
La asertividad es una habilidad social que consiste en la capacidad de
autoafirmarse en las propias convicciones, deseos o necesidades, previa
evaluación de que dichas convicciones son buenas y merecen ser
defendidas. Se trata de expresar las propias convicciones mediante un
comportamiento y una actitud intermedia entre la pasividad y la
agresividad. Dicha habilidad suele estar bastante deteriorada y deficitaria
en el alumnado que es víctima del acoso escolar.
La incorporación a un programa para el desarrollo de la asertividad en
alumnado detectado previamente como víctima de sus compañeros,
pretende enseñar a los alumnos/as a defender sus derechos sin violar los
derechos de otras personas, proporciona sentimientos de seguridad,
confianza en uno mismo/a, reduce el miedo y aumenta la resistencia a la
frustración que produce el ataque o aislamiento social.
El principal
objetivo es conseguir una distancia afectiva y emocional hacia la persona
acosadora; que conozcan y, a la vez, dominen los sentimientos y
emociones propios así como sus actitudes, gestos y lenguaje corporal; y,
en última instancia, que defiendan el derecho de todo ser humano a
“Decir NO”. El alumnado víctima responderá al agresor manifestando sus
intenciones, deseos, sentimientos de forma clara y directa.
b. Desarrollo de la empatía en agresores/as
Los/as alumnos que se detectan como agresores/as de sus pares
presentan una importante carencia de reciprocidad moral, una falta de
empatía cognitiva y emocional que les impide ponerse en el lugar de los
demás (Ortega y Córdoba, 2006).
La empatía es la capacidad para
apreciar sentimientos y emociones de nuestro interlocutor/a en una
situación de comunicación con él/ella, es decir, la capacidad para ponerse
en el lugar de la otra persona. El desarrollo de niños/as en contextos
sociales en los que predominan conductas de desapego, malas relaciones
interpersonales, sistemas de comunicación poco adecuados, etc., podría
favorecer el déficit de estas habilidades sociales básicas.
La incorporación de alumnos/as agresivos/as a programas de habilidades
sociales, pretende que aprendan a presentarse de forma positiva, pero no
prepotente, y reconocer a los compañeros como semejantes; que
reconozcan las emociones y sentimientos comunes a los compañeros;
que
piensen
que
todos
necesitamos
ser
queridos,
respetados,
reconocidos y ayudados en determinados momentos.
c. Método Pikas o de reparto de responsabilidades
Fue desarrollado por el sueco Anatole Pikas en 1989. Es un método de
intervención ante casos de acoso grupal, en los que se produce una
difuminación de la responsabilidad. Este programa, que suele durar un
mes, tiene como finalidad es reindividualizar a los miembros del grupo y
conseguir que cada persona implicada (víctima, agresor y espectador)
reflexione sobre la naturaleza de su actuación, las consecuencias de la
misma y cambie sus planteamientos, hasta hacerse personalmente
responsable de su conducta, una vez que comprende el efecto de la
misma. Se trata de un método muy directivo, perfectamente estructurado,
que se compone de tres fases: 1º fase: de entrevistas individuales con los
protagonistas; 2º fase: de entrevistas de seguimiento con agresores,
víctimas y espectadores; 3º fase: reunión del grupo.
Para finalizar, si las estrategias se centran exclusivamente en el alumno
“problemático”
se estarían soslayando otros factores contextuales de
suma relevancia en la explicación y mantenimiento de los problemas de
conductas antisociales. Una estrategia efectiva de intervención supone
un acercamiento más proactivo y preventivo al problema de la violencia
escolar que, en caso de niños/as y adolescentes, está estrechamente
vinculado al ámbito familiar y escolar, por lo que ambos contextos deben
estar igualmente implicados en el establecimiento de alternativas y
soluciones.
2.6 ASPECTOS LEGALES
El marco jurídico-legal ampara y protege a la sociedad ante la
problemática
del
acoso
escolar, posibilitando así preservar a niños,
niñas y adolescentes y promover la prevención del acoso escolar u otras
formas de violencia. El conocimiento de las normativas permite
actuar de acuerdo con las disposiciones legales vigentes y encuadrar el
accionar dentro de la institución escolar.
Las mismas se presentan según el orden de prelación jurídico a nivel
nacional.
La Constitución Nacional, sancionada en 1992, establece en su Artículo
54. De la Protección del Niño:
“La familia, la sociedad y el Estado tienen la obligación de garantizar al
niño su desarrollo armónico e integral, así como el ejercicio pleno de sus
derechos, protegiéndolo contra el abandono, la desnutrición, la violencia,
el abuso, el tráfico y la explotación. Cualquier persona puede exigir a la
autoridad competente el cumplimiento de tales garantías y la sanción de
los infractores. Los derechos del niño, en caso de conflicto, tienen
carácter prevaleciente”.
El Artículo 60. De la protección contra la violencia: “El Estado promoverá
políticas que tengan por objeto evitar la violencia en el ámbito familiar y
otras causas destructoras de su solidaridad”
Artículo 106. De la responsabilidad del funcionario y del empleado público
“Ningún funcionario o empleado público está exento de responsabilidad.
En los casos de transgresiones, delitos o faltas que cometiesen en el
desempeño de sus funciones, son personalmente responsables, sin
perjuicio de la responsabilidad subsidiaria del Estado, con derecho de
éste a repetir el pago de lo que llegase a abandonar en tal concepto.”
Por Ley Nº 57/1990, Paraguay aprueba y ratifica la “Convención de las
Naciones Unidas sobre los Derechos del Niño” y se compromete a
adecuar su legislación en concordancia con los principios y normativas de
ese Convenio, según los Artículos 3 (Del Principio del Interés Superior de
del Niño), Artículo 19 y Artículo 34.
En el año 2001 se aprueba la Ley Nº 1680/2001 “Código de la Niñez y la
Adolescencia” que está fundamentada en la Convención Internacional
sobre los Derechos del Niño y la Niña, que a su vez, se nutre de la
Declaración Universal de Derechos Humanos (1948).
Artículo 3. Del Principio del Interés Superior
“Toda medida que se adopte respecto al niño o adolescente, estará
fundada en su interés superior. Este principio estará dirigido a asegurar el
desarrollo integral del niño o adolescente, así como el ejercicio y disfrute
pleno de sus derechos y garantías. Para determinar el interés superior o
prevaleciente se respetarán sus vínculos familiares, su educación y su
origen étnico, religioso, cultural y lingüístico. Se atenderá además la
opinión del mismo, el equilibrio entre sus derechos y deberes, así como
su condición de persona en desarrollo”
.
Se destacan asimismo, el Artículo 5. De la obligación de denunciar;
Artículo 25. Del derecho del niño y adolescente a ser protegidos
contra toda forma de explotación; Artículo 29. De la prohibición de la
publicación; Artículo 34. De las medidas de protección y apoyo; Artículo
191. Del procedimiento para la atención del maltrato
El Código Penal hace referencia en el Artículo 110 al Maltrato Físico;
Artículo 111, Lesión; Artículo 112, Lesión grave; Artículo 113, Lesión
culposa; Artículo 117, Omisión de auxilio; Artículo 119, Abandono; Artículo
134, Maltrato de menores; Artículo 240, Omisión de aviso de un hecho
punible.
En Paraguay, el 16 de junio de 2011, se llevó a cabo una audiencia
pública sobre el Proyecto de Ley
“Contra el Acoso Escolar en
Instituciones Educativas Públicas y Privadas” en la Sala de Sesiones del
Congreso Nacional. Estuvieron invitados todos los estamentos educativos
involucrados en el tema. El trabajo fue el resultado de las tareas conjuntas
de un boque multisectorial integrado por la Secretaría de la Niñez y
Adolescencia, el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), el Fondo de las
Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Global Infancia y otros
sectores con vasta experiencia en problemas sociales que incumben a la
niñez y juventud. Este proyecto de ley contra el acoso escolar, con el
tiempo mutó de ser un instrumento sancionador o punitivo a ser una
herramienta que busca prevenir los casos y atender integralmente los que
se registren. La idea del proyecto es que las instituciones cuenten con
normas de convivencia y que los docentes estén capacitados para
identificar y enfrentar los casos. El objetivo es la reconciliación a través de
la mediación. Además se busca el acompañamiento individual y grupal a
los involucrados y a las familias.
medidas aplicadas
La propuesta del MEC es que las
en el ámbito escolar deben tener contenido
pedagógico y orientador. Las instituciones educativas deben contar con
sicólogos y asistentes sociales para asegurar que los alumnos cuenten
con este apoyo, lo cual requiere de rubros para su implementación, pues
de no ser así, la ley no tendrá los efectos deseados.
El Proyecto de Ley contra Acoso Escolar, aprobado en forma general en
Cámara de Diputados el 26 de agosto del 2011, pasó a Cámara de
Senadores para su consideración, por las Comisiones de Educación,
Cultura y Culto y de Salud Pública. Finalmente, el 6 de julio de 2012 se
promulga la Ley Nº 4633/12 “Contra el Acoso Escolar en Instituciones
Educativas Públicas, Privadas y Privadas Subvencionadas”, la cual
entrará en vigencia el 6 de julio del 2013. La aprobación de una Ley de
Acoso Escolar coloca a Paraguay a la vanguardia frente a los países
vecinos.
El Ministerio de Educación y Cultura (MEC), por Resolución Nº 8353, de
de mayo de 2012, aprueba el “Protocolo de Atención para los casos de
violencia y acoso escolar en las instituciones educativas dependientes del
Ministerio de Educación y Cultura. Por su parte, la ONG Plan Paraguay,
en el marco de la Campaña Aprender Sin Miedo, elaboró 6 materiales, 1
Manual Didáctico de Contenido Teórico y 5 Guías de Actividades para
docentes, destinadas a Nivel Inicial; Primer, Segundo y Tercer Ciclo,
Segundo Ciclo, Tercer Ciclo de la Educación Escolar Básica y Nivel
Medio.
El reglamento interno institucional es un documento que rige la
organización y la tarea de las instituciones educativas, cuya finalidad es
explicitar las pautas, normas y disposiciones vigentes en el espacio
escolar, para favorecer la calidad académica y la convivencia armónica.
Todo reglamento interno se elabora, básicamente, fundamentado en la
Constitución Nacional (1992), el Código de la Niñez y la Adolescencia
(Ley Nº 1680/2001) y la Ley General de Educación (Ley Nº 1264/1998), y
debe contar con la aprobación y el reconocimiento del Ministerio de
Educación y Cultura (MEC).
Cabe mencionar que el Ministerio de Educación y Cultura (MEC), a través
de la Unidad de Resignificación Educacional, se encuentra en proceso de
elaboración de un Marco Orientador para la elaboración y/o actualización
de las Normas de Convivencia en las Instituciones Educativas basado
fundamentalmente en principios democráticos participativos y con
enfoques de derecho.
El Reglamento Interno del Colegio Nacional de E.M.D. “Dr. Fernando de la
Mora”, en su artículo 14 establece: “Los/as alumnos/as tienen derecho a
asistir a la institución dentro de un clima de seguridad académica y social,
libres de temores y violencias”; el artículo 15 sobre los deberes de los
alumnos/as: “conocer y respetar las normas de convivencia; respetar a las
autoridades, profesores y demás miembros de la comunidad educativa;
mantener un trato cordial y respetuoso entre compañeros/as”; en artículo
17 sobre responsabilidad y comportamiento:
“Evitar utilizar palabras, gestos o figuras indecorosas; evitar el daño
intencional a terceros; evitar injurias, ofensas, actitudes agresivas y/o
acciones violentas en su relacionamiento con sus compañeros/as; evitar
toda clase de violencia personal o colectiva en las relaciones con sus
compañeros/as o con alumnos/as de otras instituciones educativas” .
Los artículos 19, 20 y 21 establecen las sanciones según se consideren
faltas leves o graves.
2.7 OPERACIONALIZACIÓN DE VARIABLES
Variables
Conceptualización
Dimensiones
Tipo y
frecuencia
Acoso
escolar
Es la intimidación y el
maltrato entre
estudiantes de forma
repetida y mantenida
en el tiempo, casi
siempre lejos de la
mirada de personas
adultas, dentro de los
límites físicos del
establecimiento o en el
marco de alguna
actividad escolar, con
la intención de causar
daño, herir, humillar o
incomodar a una
persona indefensa por
parte de una persona
acosadora o de un
grupo mediante
agresiones físicas,
verbales, psicológicas
y sociales con la
consecuencia de temor
y rechazo grupal.
Indicadores
Exclusión social
● Ignorar
● No dejar participar
Agresión verbal
● Insultar
● Poner apodos ofensivos
● Hablar mal de alguien
Agresión Física
Indirecta
● Esconder cosas
● Romper cosas
● Robar cosas
Agresión Física
Directa
● Pegar
Amenazas/
chantajes
● Amenazar para dar miedo
● Obligar a hacer cosas con
amenazas
● Amenazar con armas
Acoso sexual
● Acoso sexual
Violencia a través de
TICs
● Agresiones a través de
teléfono móvil o Internet
● Curso del agresor
● Género y número de quien
agrede
● Unión a grupos para intimidar
● Opinión sobre el acoso entre
compañeros/as
● Lugares donde se lleva a cabo
la agresión
● Personas a quienes se
comunica sobre la agresión
● Personas que ayudan a la
víctima de agresión
● Reacción de las víctimas ante
las agresiones
● Reacción de los testigo ante
agresión entre compañeros/as
● Reacción de profesores ante
agresiones entre alumnos
Protagonistas del acoso
Escenario del maltrato
Reacciones de los implicados
Causas del acoso
Consecuencias del acoso
Valoración del profesorado
● Motivos de ser víctima de
agresiones
● Motivos por los que se
realizan las agresiones
● Consecuencias para la
víctima de las agresiones
● Valoración de la gravedad de
problemas en funcionamiento
del centro
● Conocimiento de los
profesores de abusos entre
estudiantes
● Evolución de la conflictividad
Primarias
(enfocadas a
mejorar la
convivencia en el
centro)
En el centro
Estrategias
de
Prevención
del acoso
escolar
Conjunto de
medidas para
evitar la
aparición de
situaciones de
acoso escolar
Secundarias
(actuaciones que
se llevan a cabo al
detectarse
situaciones de
acoso escolar)
Terciarias
(pretenden evitar el
agravamiento del
problema con la
aparición de
efectos
indeseados)
En el aula
Primarias
Sugerencias
● Sensibilizar sobre características
personales del alumnado
● Sensibilizar a la comunidad educativa
sobre acoso escolar
● Fomentar y mantener un ambiente de
apoyo y respeto mutuo
● Refuerzo de vigilancia en zonas y
horarios de riesgo
● Medidas habituales adoptadas por el
profesorado
● Identificación de la situación de acoso
de forma clara y concreta
● Capacitación docente para manejo y
solución de conflictos en aula
● Brindar oportunidades de
participación significativa al alumnado
en la gestión de determinados
conflictos
● Tratamiento individualizado con los
implicados: desarrollo de la empatía en
agresores/as, desarrollo de la
asertividad en víctimas, rechazo de
violencia en espectadores
● Seguimiento y evaluación constante
de las situaciones de acoso
● Debatir y acordar en clase las
Normas de Convivencia
● Uso metodologías cooperativas y
participativas en el proceso de
enseñanza- aprendizaje
● Programar actividades para mejorar
las habilidades sociales, solución de
problemas, manejo sano del estrés
● Cambio de grupo a algunos
alumnos/as
● Sugerencias para prevención
CAPÍTULO III – ASPECTOS METODOLÓGICOS
3.1 CARACTERÍSTICAS METODOLÓGICAS
3.1.1 TIPO DE INVESTIGACION
El trabajo de investigación es del tipo cuantitativo pues la información es
cuantificada a efectos de su tratamiento estadístico.
3.1.2 NIVEL DE CONOCIMIENTO
La investigación tiene un alcance descriptivo (Hernández Sampieri, 1997)
porque
selecciona
y describe
diversos aspectos,
dimensiones,
componentes o atributos del fenómeno del acoso escolar y las estrategias
de prevención utilizadas por el centro y los profesores.
3.1.3 DISEÑO DE LA INVESTIGACIÓN
El diseño de la investigación es no experimental porque no hay
manipulación deliberada de una variable para observar sus efectos y es
transversal porque se describe el estado del fenómeno estudiado en un
momento determinado.
3.2 DESCRIPCION DE LA POBLACION Y MUESTRA
3.2.1 Universo del Discurso
La investigación del trabajo de campo se realizó en el Colegio Nacional de
Enseñanza Media Diversificada “Dr. Fernando de la Mora”, de gestión
pública, ubicado en calle De Las Residentas esquina Cadete Parquet de
la ciudad de Fernando de la Mora, con teléfonos: 501 093 – 501.498.
Pertenece a la Región Educativa 1 de Central y se halla bajo la Dirección
General de la Lic. Georgitte Marendier de Paiva.
El Colegio de EMD “Dr. Fernando de la Mora” atiende el Tercer Ciclo de la
Educación Escolar Básica (7º, 8º y 9º grados) y Educación Media
Diversificada con las siguientes modalidades: Bachillerato Científico con
Énfasis en Ciencias Sociales, Bachillerato con Énfasis en Ciencias
Básicas, Bachillerato con Énfasis en
Técnicos
en
Contabilidad,
Diseño
Letras y Artes
Gráfico,
y Bachilleratos
Técnico
en
Salud,
Electromecánica y Administración de Negocios. Cuenta con 751 alumnos
en el turno mañana, 741 alumnos en el turno tarde y 181 alumnos en el
turno noche y un total de 210 docentes distribuidos en todos los turnos y
cursos.
La Institución posee un edificio moderno, en un amplio predio, dotado de
aproximadamente 50 aulas, sanitarios sexuados en cada pabellón,
Laboratorios de Ciencias, Física y Química, Electromecánica, Salud e
Informática (dotado de 40 computadores con internet),
Talleres,
Polideportivo con canchas de fútbol, atletismo, voleibol y pista olímpica,
Biblioteca, Sala Audiovisual (con in-focus y proyector), sala de Trabajo y
Tecnología, Salas de Profesores, Direcciones, Secretarías, Sala de
Consejo Directivo, Archivo,
cantina y librería tercerizadas y demás
dependencias para atender la demanda del estudiantado de los distintos
niveles y turnos. Los diversos pabellones, con adecuada iluminación y
ventilación, presentan un aceptable nivel de mantenimiento en pisos,
paredes, techos y aberturas, lo que permite una cómoda estadía dentro
de la institución.
Se evidencia un cierto déficit en la dotación y
mantenimiento del mobiliario.
El centro educativo es una institución
compleja por sus dimensiones, la matrícula de alumnos en los diversos
turnos y el cuerpo docente, sin embargo bien organizado.
3.2.2 Población
En estadística, población se usa para referirse no sólo a personas si no a
todos los elementos que han sido escogidos para su estudio.
La población está constituida por 229 alumnos de la Educación Escolar
Básica y Educación Media, con edades que oscilan entre los 12 y los 19
años de ambos sexos, distribuidos de la siguiente manera: 93 alumnos
del 3º Ciclo de la Educación Escolar Básica (7º 4ta, 8º 6ta y 9º 6ta) del
turno tarde y 136 alumnos del Bachillerato Científico (1º 10ma, 2º 7ma y
3º 5ta) del turno tarde del Colegio Nacional de EMD “Dr. Fernando de la
Mora”.
Se seleccionaron estos niveles porque según la bibliografía consultada, la
mayor frecuencia de casos de acoso escolar se registra durante el Tercer
Ciclo de la E.E.B. y que tiende a disminuir en la Educación Media.
Los alumnos y profesores provienen principalmente de misma localidad y
de otras aledañas, con un nivel socioeconómico medio.
Se considera también a 11 docentes de los cursos seleccionados, con
una formación profesional universitaria, que se desempeñan en las Áreas
de Ciencias Sociales, Guaraní, como Profesores Guía y Jefes de Estudio
con una variada experiencia docente, y a 1 Psicóloga del Departamento
de Orientación, con una antigüedad de 7 años en la Institución, posee el
título de Licenciada en Psicología y es Técnica Orientadora.
3.2.3 Muestra
Muestra, en estadística, es el conjunto de individuos extraídos de una
población con el fin de inferir, mediante su estudio, características de toda
la población.
El tipo de muestreo es no probabilístico,
pues no se conoce la
probabilidad de que un elemento de la población pase a formar parte de la
muestra, ya que la selección de los elementos muestrales depende del
criterio del investigador. El método de muestreo es por conveniencia
(Canal Díaz, 2009) porque el investigador decide qué individuos de la
población pasan a formar parte de la muestra en función de la
disponibilidad de los mismos. El cuestionario se aplicó sólo a los
estudiantes que se encontraban en ese momento en los salones de clase
de los grados y cursos seleccionados.
A instancias del Departamento de Orientación, se juzgó conveniente
incluir intencionalmente en la muestra a una joven de sexo femenino que
fue víctima en el mes de octubre de 2010 de un episodio de acoso escolar
a la salida del Colegio. Se trata de una muestra discrecional (Canal Díaz,
2009) en que, a criterio del investigador, los individuos son elegidos sobre
lo que se cree que pueden aportar o contribuir al estudio.
La muestra está compuesta por 180 alumnos del Tercer Ciclo de E.E.B. y
Nivel Medio de entre 12 y 19 años del Colegio EMD “Dr. Fernando de la
Mora”.
7° 4ta.
8° 6ta.
9° 6ta.
1° 10ma
2° 7ma
3° 5ta
Total
Total
Población Muestra Porcentaje
39
35
21,9
24
22
13,8
30
19
11,9
47
37
23,1
46
25
15,6
43
22
13,8
229
160
100,0
Tabla 6: Frecuencia de Estudiantes por Grado o Curso
3.3 TECNICAS E INSTRUMENTOS DE RECOLECCION DE DATOS
La técnica empleada es la encuesta y el instrumento aplicado es el
cuestionario a estudiantes y profesores. Además de una entrevista a una
psicóloga miembro del Departamento de Orientación.
Ambos cuestionarios contienen preguntas acerca de conductas de acoso
muy específicas que se agrupan en distintas categorías: verbal, físico, de
exclusión social, amenazas, acoso sexual y a través de las tecnologías de
la informática y comunicación, para evitar malas interpretaciones del
término global acoso. Es decir, cuando se pregunta a un alumno/a si es
maltratado/a o acosado, puede contestar que no, aunque realmente lo
sea, porque su idea de acoso o maltrato no coincide con el de la
investigación.
Para las preguntas sobre conductas de acoso escolar se empleó una
escala ordinal: “nunca” (si no han existido), “a veces” (2 o 3 veces al año)
y “muchas veces” (2 o 3 veces al mes o 1 vez por semana).
Tipo de agresión
Exclusión social
Agresión verbal
Agresión Física Indirecta
Ejemplo de conducta
● Ignorar
● No dejar participar
● Insultar
● Poner apodos ofensivos
● Hablar mal de alguien a sus espaldas
● Esconder cosas de la víctima
● Romper cosas de la víctima
● Robar cosas de la víctima
Agresión Física Directa
● Pegar
Amenazas/ chantajes
● Amenazar para dar miedo
● Obligar a hacer cosas con amenazas (chantaje)
● Amenazar con armas (cuchillo, palo)
Acoso sexual
● Acoso sexual con actos o comentarios
Violencia a través de TICs
● Agresiones a través de teléfono celular o
Internet
Tabla 7: Tipos de manifestaciones de acoso escolar
Para acceder a la institución, previamente se debió presentar una nota
solicitando
autorización para recabar los datos referentes a la
investigación. Una vez otorgado el permiso, se realizó la designación de
los cursos de aplicación de cuestionarios, según la disponibilidad horaria.
El instrumento, anónimo y auto-administrado, fue aplicado directamente
por la investigadora y un momento antes de entregar los instrumentos, se
efectuó una breve introducción sobre el tema del “acoso escolar”, se leyó
pausadamente las instrucciones a fin de comprobar que todos los
participantes hayan entendido. Se insistió en que debe referirse sólo a lo
que ocurre de forma continuada. Se enfatizó además sobre el carácter
anónimo del cuestionario y las razones que motivan la investigación.
El cuestionario para estudiantes cuenta con 17 preguntas: 16 cerradas
de opción múltiple y 1 abierta.
El encabezado recoge información sobre
el género, la edad y el grado que cursa actualmente el estudiante. Dicho
cuestionario está organizado en bloques, según el rol de testigo, víctima
o agresor/a. Por su parte, el instrumento para profesores cuenta con 11
preguntas: 10 cerradas de opción múltiple y 1 abierta.
La entrevista aplicada al Orientador explora sobre la existencia de casos
remitidos por profesores sobre acoso escolar, el abordaje y estrategias
de prevención implementadas por la institución, opinión sobre adecuada
capacitación docente sobre resolución de conflictos y conocimiento de
programas/políticas que atiendan la problemática del acoso escolar.
3.4 PROCESAMIENTO DE DATOS
Los datos se expresan en porcentajes. Para determinar la ocurrencia de
un tipo de conducta de acoso, se suman todos los casos (“a veces” y
“muchas veces”) frente a la no ocurrencia (“nunca”). Los mismos se
presentan en tablas y gráficos.
CAPÍTULO IV – ANALISIS DE LOS RESULTADOS
4.1 ENCUESTA APLICADA A LOS ALUMNOS
4.1.1 Diferentes tipos de acoso según víctimas, agresores y testigos
a. Según las víctimas
Gráfico 1: Porcentaje de víctimas que declaran haber sufrido diferentes tipos de
acoso escolar
Las conductas sufridas mayoritariamente por los alumnos son
agresiones de tipo “verbal”, “exclusión social” y
indirecta” (esconder cosas).
“agresión física
b. Según los agresores
Gráfico 2: Porcentaje de estudiantes que se reconocen como agresores de otros
compañeros, en los diferentes tipos de acoso escolar
Algunos estudiantes reconocen ser agresores. Desde su perspectiva
se obtiene una jerarquía de frecuencia de los distintos tipos de acoso,
muy similar a la ofrecida por los alumnos víctimas.
c. Según los testigos
Gráfico 3: Porcentaje de testigos de de los diferentes tipos de acoso escolar
Cuando se tiene en cuenta la perspectiva de los testigos u
observadores, los porcentajes de los distintos tipos de acoso
ascienden de forma importante, en comparación con las víctimas o
agresores. De estos datos se deduce que prácticamente todos los
alumnos de cada clase son conocedores de este tipo de hechos y
podrían identificar a aquel compañero que lo está “pasando mal” y a
aquel o aquello otros, que son los “responsables” de ello.
Gráfico 4: Comparación del porcentaje de víctimas, agresores y testigos en los
diferentes tipos de acoso escolar
Exclusión social
Agresión verbal
Agresión física
indirecta
Agresión física directa
Amenazas/chantajes
Acoso sexual
Acoso por Tics
Tipo de acoso
Ignorar
No dejar participar
Insultar
Poner “marcantes” ofensivos
Hablar mal de alguien
Esconder cosas
Romper cosas
Robar cosas
Pegar
Amenazar
Obligar con amenazas
Amenazar con armas
Acosar sexualmente
Acosar a través de TICs
Testigo
60,6
66,3
76,3
81,9
73,1
70,6
34,4
36,9
47,5
41,3
12,5
7,5
11,9
40,1
Víctima
18,8
24,4
37,5
40,0
42,5
40,6
10,6
12,5
8,1
10,6
2,5
1,9
5,0
11,9
Agresor
28,8
21,3
31,9
31,3
23,1
21,9
3,8
3,8
16,3
10,0
5,6
1,9
2,5
6,9
Tabla 8: Porcentaje de víctimas, agresores y testigos en los diferentes tipos
de acoso escolar
Todos los tipos de acoso escolar tienen lugar en el centro, si bien,
con una frecuencia muy distinta.
Asumiendo las dificultades que
implica hablar de “gravedad” en acoso escolar, existe una relación
inversa entre ésta y la frecuencia.
Así,
“acosar sexualmente”,
“amenazar con armas”, “obligar a hacer cosas con amenazas” son las
formas de acoso menos frecuentes, lo que sin embargo, no les resta
importancia.
A pesar de que existen variaciones dependiendo de que el alumnado
responda como víctima, agresor o testigo se aprecia una pauta general
según la cual los abusos más frecuentes tienen que ver con distintos
tipos de “agresiones verbales”, de “exclusión social” y “esconder
cosas”. En un segundo bloque de importancia se encuentran “la
intimidación por amenazas”, “la agresión física” (pegar),
agresiones físicas indirectas“
“las
relacionadas con robos y destrozos y
“el acoso a través de las tecnologías de la información y
comunicación” (teléfonos celulares o internet).
Por último, con
frecuencias muy inferiores, “obligar a otro a hacer cosas que no desea
con amenazas”, “acosar sexualmente” y “amenazar con armas”.
Los alumnos/as que dicen ser testigos de los distintos tipos de acoso
escolar, alcanzan un alto porcentaje, con un patrón de frecuencias que
coincide básicamente con el de las víctimas, teniendo en cuenta las
grandes categorías de maltrato. La “exclusión social”,
la “agresión
verbal” y la conducta “esconder cosas” son las formas más frecuentes
de acoso.
4.1.2 Opinión sobre el acoso entre compañeros
Gráfico 5: Opinión sobre el acoso
La mayoría de los participantes opinan que el acoso escolar les parece
mal, sobre todo a las chicas, mientras que los chicos optan por no
meterse.
Una minoría opina que es normal que suceda entre
compañeros o lo justifican porque habrá motivos.
4.1.3 Curso del agresor
Gráfico 6: Curso de quien maltrata
La tendencia mayoritaria es que el agresor/a esté en la misma clase
del agredido/a, seguido en frecuencia por agresor/a del mismo curso o
de un curso superior del agredido/a. Estas cifras coinciden con los
estudios de Roland & Galloway (2002; citado en www.educar.chile)
que establecieron que la mayoría de las acciones relacionadas con el
“bullying” son cometidas por compañeros del mismo curso. Más del
50% de los estudiantes afirma que nadie los maltrata, lo cual coincide
con las cifras de victimización (Tabla 8)
4.1.4 Género y número de quien agrede
Gráfico 7: Quien/quienes maltratan
La tendencia dominante es que el acosador sea varón. Las chicas
reconocen ser acosadas con mayor frecuencia por un chico o una
chica, a diferencia de los varones quienes admiten ser agredidos
mayormente por un grupo de chicos. El porcentaje de alumnos/as no
acosados se mantiene similar al gráfico precedente. Esta tendencia
coincide con lo citado por Dan Olweus (2007): los chicos son acosados
esencialmente por chicos; además, gran parte del acoso sufrido por
las chicas es ejercido por los chicos.
4.1.5 Unión a grupos para intimidar
Gráfico 8: Unión a grupos para agredir
La mayoría de los estudiantes afirma que nunca se unió a grupos para
acosar o agredir; sin embargo, alrededor de un tercio de los mismos, lo
ha hecho pocas o muchas veces. Como explica Dan Olweus (2007),
determinados
alumnos
normalmente
amables
y
no
agresivos
participan en ataques sin grandes prejuicios, ya que el actuar en
grupos o acompañados de otros, reduce el sentimiento de culpa o
inhibiciones que se produciría en solitario y se difumina la
responsabilidad individual.
4.1.6 Lugar donde se lleva a cabo la agresión
Gráfico 9: Lugar de la agresión
La clase es el lugar privilegiado para el acoso, fundamentalmente
cuando el profesorado no está delante, seguido por el patio como
segundo escenario de las agresiones.
Los varones reconocen
también sufrir agresiones en los baños, la cantina y a la salida del
Colegio.
El porcentaje de alumnos/as que se declaran no acosados
se mantiene similar al gráfico precedente. Estos datos coinciden con
lo citado por Informe Defensor del Pueblo (2006) en que los alumnos
declaran que la mayoría de las agresiones se realiza en la sala de
clase, siendo el escenario preferido para las agresiones verbales,
exclusión social, acciones contra los objetos de propiedad de los
estudiantes, golpes y amenazas.
4.1.7 Personas a quienes se comunica sobre la agresión
Grafico 10: Con quien habla
En general, las víctimas acuden a los amigos/as principalmente o no
lo comentan con nadie.
Se debe destacar
el bajo porcentaje de
víctimas que habla con los profesores o con el orientador. Esto es así
porque las víctimas suelen avergonzarse de lo que les está pasando,
se culpan a sí mismos, y temen sufrir represalias de los acosadores si
el colegio toma medidas. El porcentaje de estudiantes que declaran
no ser maltratados se mantiene superior al 50%.
4.1.8 Personas que ayudan a la víctima de agresión
Gráfico 11: Quien interviene
La ayuda a las víctimas proviene principalmente
de las amigas y
amigos. En concordancia con los gráficos anteriores, el porcentaje de
alumnos que declaran no ser maltratados supera el 50%. Según DíazAguado (2002), las víctimas de acoso escolar necesitan mucho apoyo
de los amigos y adultos importantes para comprender que no es culpa
suya y que se puede hacer algo para ayudarles. Con una pobre red
social de apoyo (compañeros y profesores) y sin un grupo que proteja
a la víctima, puede recluirse en sí mismo y crearse un estado de
miedo que predispondrá a los otros contra él/ella.
4.1.9 Reacción de las víctimas ante las agresiones
Gráfico 12:
Reacción de víctimas ante la agresión
Las víctimas de acoso reaccionan principalmente tolerando la agresión
o haciendo lo mismo que les hacen. Sin embargo, hay diferencias por
género: las chicas aguantan o responden con insultos; los varones, en
cambio, manifiestan reaccionar con golpes o haciendo lo mismo que
les hacen. Esto se explicaría, según lo expresado por Díaz- Aguado
(2002), porque los adolescentes aceptan la creencia de que “si no
devuelves los golpes que recibes, los demás pensarán que eres un
cobarde”, muy de acuerdo con las frases que con frecuencia los
adultos transmiten a los niños: “si te pegan, pegá”.
Por otra parte, aquí sí llama la atención la diferencia en los porcentajes
de quienes declaran que nadie los maltrata con los valores de los
gráficos anteriores. Es difícil que los alumnos admitan ser acosados o
maltratados, ya sea por vergüenza o porque en el fondo se sigue
considerando que las agresiones verbales o agresiones físicas
indirectas realmente son “normales”.
4.1.10 Reacción de los testigos ante agresión entre compañeros
Gráfico 13: Reacción ante maltrato entre compañeros
Los testigos del acoso opinan en su mayoría que tratan de detener la
situación, sea o no la víctima un amigo/a, seguidos por los que
informan a un adulto (Esto se corresponde con los datos obtenidos en
el gráfico 8 sobre quién interviene). Según Díaz- Aguado (2002), el
hecho de tener amigos contribuye a que no se produzca acoso o a que
éste se detenga en sus inicios, por lo que es necesario intervenir con
el conjunto de la clase, favoreciendo las relaciones entre compañeros
basadas en el respeto mutuo, que inhibe la aparición del acoso.
4.1.11 Reacción de los profesores ante agresiones entre alumnos
Gráfico 14: Reacción de los profesores
La mayoría de los estudiantes señalan que los profesores intervienen
de diversas formas: deteniendo las agresiones, citando a los padres y
castigando a los que agreden. Una minoría explica la pasividad de los
profesores al desconocimiento del problema. Según Garaigordobil y
Oñederra (2010), no es sencillo detectar el acoso escolar y es muy
posible que el profesor no lo haga por diversas razones: pasa muy
pocas horas con los alumnos, hay algunos que sólo los ven dos horas
a la semana y aunque el acoso se suela dar de forma continuada, los
alumnos tienen miedo y no lo cuentan.
4.1.12 Causas de la agresión
Gráfico 15: Causas de que te agredan
Las víctimas del acoso responden mayoritariamente que desconocen
los motivos de las agresiones, seguidos por aquellos que opinan que
el agresor
lo hace por el solo hecho de molestar, porque son
diferentes o porque son más débiles.
Ningún estudiante considera
que merece ser intimidado. Según Dan Olweus (2007) los agresores
experimentan una fuerte necesidad de poder y dominio, a la vez que
disfrutan ejercer el control y someter a otros, en especial si son
tímidos, retraídos o físicamente más débiles.
Suele existir un
componente instrumental o de beneficio en su comportamiento para
obtener algún objeto de valor o verse recompensado en forma de
prestigio.
4.1.13 Consecuencias de las agresiones
Gráfico 16: Consecuencias de las agresiones
Un tercio de los estudiantes señala que las situaciones de acoso no
han tenido consecuencias para ellos, seguido por los que admiten
sentirse nerviosos/as. Como señala Díaz-Aguado (2002), el acoso
entre escolares, como otras formas de violencia, produce miedo y
rechazo al contexto en el que se sufre la violencia, pérdida de
confianza en sí mismo y en los demás, así como problemas de
rendimiento, baja autoestima y conductas autodestructivas.
4.1.14 Sugerencias para solucionar problemas de agresiones
Gráfico 17: Posibles soluciones
La mayoría de los participantes opina que se pueden solucionar los
problemas de acoso dialogando y llegando a acuerdos
para la
resolución de conflictos, con la participación de toda la comunidad
educativa. Sin embargo, se sigue reclamando la aplicación de
sanciones para aquellos que no cumplen con las normas de
convivencia.
4.2
ENCUESTA APLICADA A LOS PROFESORES
4.2.1 Valoración de gravedad de problemas en el funcionamiento
del centro
Gráfico 18: Importancia de los siguientes problemas en el funcionamiento
del centro
Las agresiones entre el alumnado son consideradas como uno de los
principales problemas en los centros educativos en opinión de los
profesores.
4.2.2 Diferentes tipos de acoso según profesores
Tipos de acoso
Exclusión social
Agresión verbal
Agresión física indirecta
Agresión física directa
Amenazas/chantajes
Acoso sexual
Acoso por Tics
Le ignoro
No le dejo participar
Le insulto o digo groserias
Le pongo apodos que ofenden
Hablo mal de el o ella
Le escondo cosas
Le rompo cosas
Le robo cosas
Le pego
Le amenazo para dar miedo
Le obligo con amenazas
Le amenazo con armas
Le acoso sexualmente
Le acoso a través de TICs
Pocas
veces
45,5
54,5
63,6
54,5
27,3
27,3
54,5
36,4
63,6
45,5
54,5
45,5
18,2
54,5
Muchas
veces
0,0
18,2
18,2
27,3
45,5
45,5
27,3
45,5
0,0
36,4
0,0
9,1
0,0
27,3
Total
45,5
72,7
81,8
81,8
72,7
72,7
81,8
81,8
63,6
81,8
54,5
54,5
18,2
86,0
Tabla 9: Porcentaje de profesores que señala que se han producido en su
centro diferentes tipos de acoso
Gráfico 19: Porcentaje de profesores que señala que se han producido en su
centro diferentes tipos de acoso
Los profesores consignan que los tipos de acoso más frecuentes son
las agresiones verbales, agresiones físicas indirectas, amenazar para
dar miedo y el acoso a través de las TICs.
Gráfico 20: Porcentaje de participantes que señalan haber
observado/participado en diferentes tipos de acoso
La ocurrencia de casos que informan los profesores se asemeja al que
declaran los estudiantes cuando hablan como testigos, para las
conductas de exclusión social, agresión verbal, “esconder cosas” y
“acoso sexual”. El resto de los comportamientos de maltrato,
presentan una ocurrencia muy superior a la manifestada por los
estudiantes como testigos, especialmente las conductas de agresión
física indirecta, amenazar para dar miedo y acoso a través de las
nuevas tecnologías.
4.2.3 Lugar de la agresión
Gráfico 21: Lugar de la agresión
En opinión de los profesores, los escenarios más frecuentes de
conductas de acoso son “a la salida del Colegio” y “fuera del centro”,
seguidos por el “patio”, la “clase” y “las canchas deportivas”.
Estas
respuestas discrepan de las suministradas por el alumnado, que
colocan al “aula” y al “patio” como los principales lugares de agresión
entre compañeros.
4.2.4 Actuación de los profesores ante agresión entre alumnos
Gráfico 22: Medidas más habituales adoptadas por el profesorado
Para la exclusión y la agresión verbal los docentes recurren
fundamentalmente al diálogo en sus distintas formas (a solas, en
clase, con la familia). Las “actas” y derivación al Dpto. de Orientación
se
utilizan en caso de agresiones físicas, indirectas y directas,
amenazas, chantajes y acoso sexual. En resumen, cuando el tipo de
acoso
es
considerado
menos
“grave”,
las
respuestas
son
fundamentalmente el “diálogo” con los estudiantes, tanto a solas como
en grupos y sus familias. A medida que aumenta la “gravedad” crece
también el uso de actas, suspensiones y derivación al Dpto. de
Orientación. Por lo que se toman medidas más bien preventivas que
correctivas o sancionadoras y los conflictos tratan de resolverse
mediante medidas internas.
4.2.5 Conocimiento de los profesores de agresiones entre
estudiantes
Gráfico 23: Conocimiento de conflicto entre alumnos
La mayoría de los profesores cree que cuando suceden conflictos entre
alumnos en su centro, ellos suelen enterarse. Estos valores discrepan con
los proporcionados por los alumnos (Gráfico 14), que señalan que los
profesores suelen no enterarse. Según Moreno Olmedilla (1998)
fenómenos como el bullying, el acoso sexual o cierto tipo de agresiones y
extorsiones, resultan invisibles para padres y profesores; por otro lado, la
disrupción, las faltas de disciplina y la mayor parte de las agresiones o el
vandalismo, son ciertamente bien visibles, lo que puede llevar a suponer
que éstas ultimas son las manifestaciones más importantes y urgentes
que hay que abordar, olvidando aquellos fenómenos caracterizados por
su invisibilidad.
“Estaríamos localizándonos en la punta del iceberg,
olvidando aquello que lo sostiene y esta por debajo de las aguas”.
4.2.6 Evolución de la conflctividad en el centro
Gráfico 24: Evolución de la conflictividad
Una gran mayoría de los profesores considera que los conflictos “han
aumentado” en su centro en los últimos tres años.
4.2.7 Causas de ser víctima de agresiones
Gráfico 25: Causas a las que atribuyen los profesores el hecho de que un
alumno/a se convierta en víctima
Los profesores consideran que son los aspectos relacionados con la
personalidad y las características familiares los que los que influirían
en la probabilidad de convertirse en víctima de acoso.
4.2.8 Causas en conducta del alumno agresor
Grafico 26: Causas en conducta del alumno agresor
Cuando se pregunta a los profesores qué es lo que creen que lleva a
sus alumnos/as a convertirse en agresores, las respuestas apuntan a
problemas familiares, seguidos de falta de disciplina escolar y el
contexto social. Es decir, los profesores reconocen como más
relevantes los “motivos relacionados con lo familiar”, aunque atribuyen
importancia a algunas razones concernientes a su práctica, y por lo
tanto dentro de su control, el hecho de que determinados estudiantes
acosen a otros.
Como señala Avilés (2001), dentro de los factores causales en el
ámbito familiar figuran: falta de cariño, de atención y de comunicación;
educación inestable y agresiva, excesivamente estricta (uso de castigo
físico y maltrato emocional) o, por el contrario, permisiva (carente de
límites a su conducta y las consecuencias por su incumplimiento); falta
de control del adolescente. Y dentro del ámbito escolar, posiblemente
un
sistema
disciplinario
inconsistente
o
ambiguo,
ausentismo
recurrente de maestros, dimensiones del centro y dificultades de
control entre profesores-alumnos.
4.2.9 Estrategias de prevención en el centro
Gráfico 27: Estrategias de prevención en centro
Una mayoría de los profesores reconoce que se atienden las
características personales del alumnado de forma de respetar su
dignidad, individualidad y sus diferencias, seguido por la vigilancia en
horarios y zonas de mayor vulnerabilidad. Asimismo, los docentes se
esfuerzan
Sólo una minoría de los profesores admite una mejor comprensión de
lo que realmente es el acoso escolar y las medidas de prevención que
promueven ambientes sanos . Esto podría explicarse debido a que
desde 2009 el Ministerio de Educación y Cultura (MEC) viene
realizando capacitaciones a directores, docentes y supervisores sobre
dicho tema.
De estos valores se deduce que se está en los inicios hacia un
enfoque preventivo tendiente a mejorar la convivencia escolar, sin
embargo se requiere de un plan de intervención para las situaciones
de acoso escolar, tendiente a realizar una detección temprana, para
que no siga avanzando, y si se ha producido el acoso, mitigar el
impacto negativo del mismo y de evitar su repetición.
4.2.10 Estrategias de prevención en el aula
Gráfico 28: Estrategias de prevención en aula
Según María José Díaz Aguado (2002), el aprendizaje cooperativo en
equipos heterogéneos (en género, origen cultural,
rendimiento,
actitudes…),
a
través
de
la
nivel de
interrelación
e
interdependencia de los participantes, ayuda a que aprendan, desde
su individualidad, a colaborar, respetarse, tener en cuenta la opinión
de los demás, dialogar para superar las diferencias, consensuar
opiniones, etc.
Asimismo, los datos señalan que se desaprovechan las ventajas de
debatir y acordar las normas de convivencia del colegio como marco
contenedor, referencial o protector que permiten a los chicos
reconocer lo que se puede o se debe hacer y aquello en lo que se
excede. Los límites permiten elegir y actuar. La ausencia de esa línea
demarcatoria, entendida como aquello que reglamenta y normativiza el
encuentro con el otro, lleva a un estilo vincular violento. Las partes
están perdidas: uno, porque supera a otro anulándolo y el otro, porque
no consigue dar respuestas que lo ubiquen de una manera más
agradable y favorecida en el entorno escolar, del hogar o de cualquier
otro espacio social.
Tampoco los docentes incorporan suficientemente actividades para el
desarrollo psicosocial, que se constituyan en una herramienta de gran
utilidad
para
el
trabajo
interno
(autoconocimiento,
atención,
comunicación directa, vencimiento de resistencias) y para facilitar el
contacto con los otros. Tanto el juego como el trabajo en equipo,
serían altamente beneficiosos para abordar el tema del acoso escolar.
4.2.11 Sugerencias para la prevención
Gráfico 29: Sugerencias para prevención
En este gráfico se recogen aquellas medidas que los profesores han
sugerido en la pregunta abierta. La primera de ellas agrupa las
sugerencias, formuladas en distintos términos, de la “necesidad de un
mayor compromiso y colaboración de las familias” y “favorecer una
mayor participación de todos: padres, profesores y alumnos”, seguidas
por la necesidad de “potencias la figura de autoridad del profesor”, “dar
seguimiento personalizado a los casos detectados” y “enseñar formas
pacíficas de resolución de conflictos”. Se puede concluir que las
actividades sugeridas por los profesores anticipan la necesidad de
responden a un enfoque preventivo integral, y no sólo sancionador o
correctivo.
4.3 ENTREVISTA APLICADA AL ORIENTADOR
Sexo: Femenino
Edad: 42 años
Título que posee: Lic. en Psicologia. Técnica Orientadora
Años de experiencia docente: 7 años
1. ¿Se han registrado casos de acoso escolar que fueran
remitidos por los profesores en el presente ciclo lectivo?
Esa es una información que no se suele suministrar a personas ajenas a
la Institución. Hay obviamente episodios de agresiones y violencia de
distinto tipo entre estudiantes, y dependiendo de la gravedad y si se han
reiterado, se derivan al Dpto. Orientación, pero no se han detectado casos
específicos de acoso escolar.
2. ¿Cuál es el tratamiento o abordaje que se da de estos casos?
Se trata de investigar qué pasó y de buscar una solución. Se habla aparte
con cada implicado para calmarle, tranquilizarle, casi como si fuese más
una madre o un padre que como profesor. Si no se soluciona el problema
con el alumno y vuelve a repetirse, se habla con los padres. Según el
tema de violencia de que se trate, se habla separadamente con cada uno
de los implicados. Se suele sugerir, si se estima necesario y si todavía no
se ha hecho,
la derivación a servicio psicológico externo.
El equipo
técnico evalúa si las conductas corresponden a una falta leve, grave o
gravísima según las Normas de Convivencia del Colegio, y se actúa en
consecuencia. Las medidas de expulsión o denuncias a la policía o la
fiscalía son muy infrecuentes, y se aplican a los casos de agresiones con
armas o peleas entre alumnos en que se puedan provocan lesiones
físicas severas; las denuncias generalmente realizan los padres.
3. ¿Cuáles son las estrategias para la prevención de las
manifestaciones de violencia en el ámbito escolar
implementadas por la institución?
Se trata de mantener la supervisión de espacios comunes y entre clase y
clase, a la entrada, salida. También, hablando con mucho respeto con los
alumnos y sus familias cuando surgen confrontaciones. Se pone en
conocimiento al resto de los profesores y se pide su colaboración de estar
atentos al trato entre ellos. Esto no es sólo un problema de los chicos, es
muy complejo y remite a una cuestión sociocultural: “el no te metás”,
“sálvese quien pueda” y por otra parte, a los chicos
se les pide
solidaridad, aceptación de los semejantes, la no discriminación, respeto y
valoración del otro, equidad de género y esto está potenciado por los
medios de comunicación, que muestran contenidos muy violentos.
Además se nota que hace falta adultos con autoridad que contengan a los
chicos, porque actualmente se crían solos, sin padres responsables que
los controlen y sepan qué hacen y qué sienten, no pueden “manejar” a
sus hijos.
4. ¿Considera que los docentes reciben adecuada capacitación
para introducir en el aula estrategias de resolución de
conflictos?
Si bien hay avances y cada vez más interés por estos temas, es aún
insuficiente. Los cursos de actualización o capacitaciones los realizan los
docentes por autogestión.
5. ¿Conoce programas y/o políticas que atiendan esta
problemática de acoso escolar de manera oportuna y eficaz?
Dentro del diseño curricular para la EEB se incluye el tema del acoso
escolar o “bullying” en las clases de Orientación, Ética, o las materias de
Ciencias Sociales (Proyecto o Desarrollo Personal y Social, o sea, todo lo
relacionado con la educación en valores, como trasversal a través de las
áreas académicas y que apunta a través de distintas estrategias a que los
chicos desarrollen capacidades como autodominio, actitud dialógica,
autoconocimiento, la afectividad, empatía, la asertividad, etc. Pero todavía
no se cuenta con manuales o un protocolo específico para los casos de
violencia entre estudiantes desde el Ministerio de Educación.
Por lo expresado, se manifiesta escasa apertura para responder a una
situación institucional.
Por manifestar desconocimiento de situaciones
concretas de acoso escolar, la entrevistada respondió acerca del abordaje
de manifestaciones de violencia estudiantil en general.
Al momento de realizarse la entrevista, si bien los casos de violencia
estudiantil no son ignorados, por el contrario, el equipo técnico
(orientador, profesor guía) procede según el reglamento del colegio, se
precisa de protocolos estándares para identificar la situación de acoso de
forma clara y concreta que permitan establecer, con absoluta claridad y
precisión, quién o quienes cometen la agresión, cuál es el tipo de
agresión cometida, en qué momento ocurrió, en presencia de quién o
quiénes y cuál es la actitud de los observadores. Y a continuación
implementar medidas de emergencia con cada uno de los implicados: con
el acosado (medidas para proteger y educar), con el acosador (medidas
para reeducar-sancionar), con los observadores (claro rechazo a la
agresión y violencia). Se debe poner en conocimiento, por un lado,
a la
familia de los implicados sobre la situación planteada, de forma de lograr
un compromiso sobre un plan de acciones conjuntas; y por otro lado, al
conjunto de profesores, directa o indirectamente involucrados en la
situación de acoso. Asimismo, requiere desarrollar un plan
de
intervención a corto y largo plazo para mejorar las relaciones
interpersonales e instaurar un clima moral de apoyo y respeto en el
centro, con un adecuado seguimiento y evaluación de los hechos que
hayan ocurrido o están ocurriendo. La derivación a profesionales externos
se recomienda cuando se constata que no se puede resolver la
problemática dentro del centro.
CAPÍTULO V – CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
5.1 CONCLUSIONES
El objetivo general de la investigación consistió en describir la situación
actual del acoso escolar y las medidas de prevención abordadas por la
institución y los profesores en el 3º ciclo de la Educación Escolar Básica y
la Educación Media de un Colegio de Fernando de la Mora.
Considerando los datos recabados, puede decirse que en la institución
tienen lugar todos los tipos de acoso, existiendo una relación inversa
entre la “gravedad”
de la conducta de acoso y la frecuencia.
La
tendencia mayoritaria es que el agresor/a está en la misma clase del
agredido/a,
y que el acosador sea varón; las chicas reconocen ser
acosadas con mayor frecuencia por un chico o una chica, a diferencia de
los varones quienes admiten ser agredidos mayormente por un grupo de
chicos. La clase y el patio son los escenarios elegidos para las conductas
de acoso.
Si bien es difícil que los alumnos admitan ser acosados o maltratados, las
víctimas suelen comunicárselo a sus amigos/as, quienes suelen intervenir
para detener las agresiones,
las cuales frecuentemente pasan
inadvertidas para los profesores.
De acuerdo al instrumento aplicado a los profesores, se puede concluir
que las agresiones y abusos entre alumnos son considerados uno de los
principales problemas del centro, reconociendo a la falta de disciplina
escolar como una causa importante de la conducta del alumno agresor,
mientras que atribuyen a las características de la personalidad del alumno
y las características familiares, las causas de que un alumno/a se
convierta en víctima.
Las estrategias de prevención de acoso escolar del centro y del aula
combinan
las
actuaciones
dirigidas
a
mejorar
las
relaciones
interpersonales a través del diálogo en todas sus formas (a solas, en
clase, con la familia), del aprendizaje cooperativo, de la atención a la
singularidad del alumno, con otras de control de espacios y horarios de
mayor riesgo, desaprovechando las ventajas de acordar las normas de
convivencia del colegio de modo de fijar límites claros y firmes, así como
tampoco se implementan suficientes actividades para el desarrollo
psicosocial. Asimismo, los docentes enfatizan la necesidad de un mayor
compromiso de las familias, potenciar la figura del profesor reforzando su
autoridad y dar un seguimiento personalizado a los casos detectados.
La entrevista aplicada al Orientador puso de manifiesto la escasa apertura
a responder a una situación institucional, al tiempo de manifestar el
desconocimiento de episodios de acoso escolar en el centro. Si bien al
momento de aplicar los instrumentos de investigación,
no se han
implementado aún protocolos o programas específicos “anti bullying” que
unifiquen criterios de actuación en las instituciones del país, cabe afirmar
que se está en los inicios de un enfoque preventivo, que no sólo queda en
la aplicación de sanciones o la separación del grupo del agresor de
quienes protagonicen acciones violentas, sino tendiente a
convivencia armónica y segura en el centro.
lograr una
5.2 RECOMENDACIONES
Es evidente que aún queda mucho por profundizar sobre el fenómeno del
acoso escolar que atenta contra los derechos de niños, niñas y
adolescentes y que torna urgente las medidas para su prevención, que es
el tema que concierne a este estudio, y a partir del mismo se pueden
establecer algunas sugerencias para futuras investigaciones sobre el
tema:
Ampliar la selección muestral a fin de hacerla más significativa y
que realmente represente a la población de estudio
Extender el estudio a instituciones de gestión pública y privada, a
otras localidades de diverso tamaño y de áreas rurales o urbanas
Realizar estudios longitudinales para determinar si las agresiones
constantes entre compañeros son un factor causal significativo de
problemas de salud y bienestar emocional, de efectos duraderos. Y
también para conocer la evolución de las manifestaciones de acoso
después de la aplicación de políticas “antibullying”.
Considerar las variables el clima sociofamiliar y las escolares,
incluyendo no sólo a los alumnos sino también a profesores y
padres.
Considerar al profesorado como víctima y también las agresiones
de alumnos a profesores, como parte de los conflictos de
convivencia
Examinar los datos por medio del Paquete Estadístico para las
Ciencias Sociales (SPSS) a fin de poder establecer correlaciones
entre variables como género, edad, curso, nivel socioeconómico,
así como entre ser agresor/a y ser víctima.
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http://www.educarchile.cl/Portal.Base/Web/verContenido.aspx?ID=
205358
ANEXOS
Anexo 1: CUESTIONARIO PARA ESTUDIANTES
Apreciado/a Estudiante:
En algunas ocasiones hay chicos y chicas que sienten que son
acosados o maltratados por algunos compañeros. Estos chicos/as
pueden recibir burlas, amenazas o agresiones físicas de forma
repetida por otra persona o por un grupo. A menudo se sienten mal
por esto y no lo dicen, pero lo sufren. Otras veces hay chicos/as
que molestan a sus compañeros y abusan de los débiles. Otros
simplemente lo presencian. Esto provoca un mal ambiente en el
colegio, ya sea en clase, durante el receso o en otros espacios.
El presente cuestionario tiene como objetivo recoger datos
referentes a “Acoso Escolar y Estrategias de prevención en la
Educación Escolar Básica y Educación Media”. Su finalidad es
exclusivamente pedagógica para optar al título de “Licenciada en
Ciencias de la Educación”.
El cuestionario es anónimo y los resultados serán tratados con
total confidencialidad
y sólo a los fines de la presente
investigación.
Es muy importante que contestes con sinceridad. Recuerda que
no es un examen. Todas las respuestas son válidas porque
representan lo que piensas sobre el acoso escolar.
MUCHAS GRACIAS POR TU COLABORACION
Instrucciones:
1. Lee las preguntas detenidamente. Revisa todas las opciones y marca
con una x la respuesta que más se acerca a lo que tú piensas o sientes.
Hay algunas preguntas donde puedes elegir todas las respuestas que
quieras.
2. Si tienes alguna pregunta, levanta la mano y te respondemos
Fecha: . . . . . . . . . . . . . . .
Nombre de la Institución Educativa: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
. . . . . . Localidad: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
.............
Curso: . . . . . . . . . . . . . . . Turno: . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Sexo:
Masculino ( )
Femenino ( )
Edad: . . . . . . . . . . . . . . .
AHORA VAS A CONTESTAR A UNAS PREGUNTAS RELATIVAS A LO
QUE OCURRE EN TU COLEGIO
1. Algunas de estas situaciones pueden estar sucediéndole a algún compañero/a de
tu Colegio, en forma continua desde que empezó el año, de las que has sido
testigo. Marca con una x una respuesta por línea.
Nunca
A veces
(2 o 3 veces
al año)
Muchas veces
(más de 2 o 3
veces al mes)
Le ignoran
No le dejan participar
Le insultan o dicen groserías
Le ponen “marcantes” o apodos que
ofenden y ridiculizan
Hablan mal de el o ella (esparcir rumores o
chismes)
Le esconden cosas
Le rompen o dañan cosas
Le roban cosas
Le pegan (patadas, empujones, puñetazos)
Le amenazan
Le obligan a hacer cosas que no quiere con
amenazas
Le amenazan con armas (palos,cuchillo,
pistola,etc.)
Le acosan sexualmente
Le envían por celular o por internet de forma
reiterada mensajes de texto ofensivos o
amenazantes, o comentarios negativos o
insultantes a través de redes sociales
(Facebook,…), le toman fotos para burlarse,
o graban videos de juegos bruscos o
peleas para subir a Internet, etc
LAS PROXIMAS PREGUNTAS ESTAN RELACIONADAS CON LO QUE
TU SIENTES O PIENSAS
2. ¿Qué opinas de la existencia del acoso escolar o maltrato e intimidación entre
compañeros? Marca con una x lo que tu piensas
Nada, no me meto
Me parece mal
Es normal que pase entre compañeros
Hacen bien, tendrán sus motivos
ESTAS PREGUNTAS SE REFIEREN A CÓMO TE SIENTES TRATADO
POR TUS COMPAÑEROS
3. ¿Cómo eres tratado por tus compañeros/as desde que empezó el año? Marca
con una x una respuesta por línea
Nunca
A veces
(2 o 3 veces
al año)
Me ignoran
No me dejan participar
Me insultan o dicen groserías
Me ponen “marcantes” o apodos que
ofenden y ridiculizan
Hablan mal de mí (esparcen rumores o
chismes)
Me esconden cosas
Me rompen cosas
Me roban cosas
Me pegan (patadas, empujones, puñetazos)
Me amenazan
Me obligan a hacer cosas que no quiero con
amenazas
Me amenazan con armas (palo,cuchillo,
pistola, etc.)
Me acosan sexualmente
Recibo de forma reiterada mensajes de texto
ofensivos o amenazantes, o comentarios
negativos o insultantes a través de redes
sociales (Facebook,…), me toman fotos para
burlarse, o graban videos de juegos bruscos o
peleas para subir a Internet, etc
4. ¿De qué curso es quien te acosa o maltrata? Posible Multirrespuesta
Nadie me maltrata
De mi clase
Del mismo curso, pero de otra clase
De un curso superior
De un curso inferior
Personas ajenas al colegio
Muchas veces
(más de 2 o 3
veces al mes)
5. ¿De qué sexo es quién o quienes te acosan o maltratan? Posible Multirrespuesta
Nadie me maltrata
Un chico
Un grupo de chicos
Una chica
Un grupo de chicas
Un grupo de chicos y chicas
6. ¿En qué lugares del Colegio te agraden o intimidan? Posible Multirrespuesta
Nadie me maltrata
En el patio
En el baño
En la clase sin profesor/a
En la clase con profesor/a
En los pasillos
En las canchas deportivas
En la cantina
A la salida del Colegio
7. ¿Con quién hablas de estos problemas y le cuentas lo que te pasa? Posible
multrirrespuesta
Nadie me maltrata
Con mis amigos y amigas
Con algún compañero/a
Con los profesores
Con el orientador/a
Con otros
Con nadie
8. ¿Interviene alguien para ayudarte cuando ocurre esto? Posible multirrespuesta
Nadie me maltrata
Algún amigo o amiga
Algunos chicos y chicas
Algún profesor o profesora
Los directivos del Colegio
Un familiar
Algún otro adulto
No interviene nadie
9. ¿Cómo reaccionas cuando te agraden? Posible multirrespuesta
Le pego
Le insulto
No hago nada, me aguanto
Le hago lo mismo que me hacen
Nadie me agrede
10. Si te han agredido alguna vez, ¿Por qué crees que lo hicieron? Posible
multirrespuesta
No lo sé
Porque los provoqué
Porque soy diferente a ellos
Porque soy más débil
Por molestarme
Por hacerme una broma pesada
Porque me lo merezco
11. ¿Qué consecuencias han
multrirrespuesta
Han bajado tus calificaciones
No duermes bien
Te sientes nervioso/a
Te sientes triste
Te sientes solo/a
Te sientes con miedo
Ninguna
tenido
para
ti
estas
agresiones?
Posible
AHORA NOS GUSTARÍA SABER SI TU HAS ACOSADO O MALTRATADO A
ALGÚN COMPAÑERO
12 ¿Has maltratado o agredido a algún compañero/a durante el año de forma
reiterada? Marca con una x una respuesta por línea
Nunca
A veces
(2 o 3 veces
al año)
Muchas veces
(más de 2 o 3
veces al mes)
Le ignoro
No le dejo participar
Le insulto o digo groserías
Le pongo “marcantes” o apodos que
ofenden y ridiculizan
Hablo mal de él o ella (rumores o chismes)
Le escondo cosas
Le rompo cosas
Le robo cosas
Le pego (patadas, empujones, puñetazos)
Le amenazo
Le obligo a hacer cosas que no quiere con
amenazas
Le amenazo con armas (palo, cuchillo,
pistola, etc)
Le acoso sexualmente
Le envío mensajes de texto ofensivos o
amenazantes, o comentarios negativos o
insultantes a través de redes sociales
(Facebook,…),quito fotos para burlarme, o
grabo videos de juegos bruscos o peleas
para subir a Internet, etc
13. ¿Te has unido a un grupo o a otro compañero/a para acosar, intimidar o maltratar
a alguien desde que comenzó el año? Marca con una x lo que tu piensas
Nunca
Pocas veces
Muchas veces
14 ¿Qué haces tú cuando un compañero/a maltrata o intimida a otro? Marca con
una x lo que tu piensas
Trato de detener la situación, si es mi amigo
Trato de detener la situación, aunque no sea mi amigo
Informo a un adulto (profesor, familiar, otros)
No hago nada, aunque creo que debería hacerlo
No hago nada, no es mi problema
Me la agarro con el /ella, igual que el grupo
15. ¿Qué hacen los profesores ante situaciones de este tipo? Marca con una x lo que
tu piensas
No se lo que hacen
No hacen nada porque no se enteran
Algunos intervienen para detenerlo
Castigan a los que agreden
Citan a los padres
Aunque lo saben, no hacen nada
16. ¿Cuáles serían las posibles soluciones a los problemas de acoso en el ámbito
escolar? Posible multirrespuesta
Aplicando castigos o sanciones estrictas al estudiante
Dialogando y llegando a acuerdos
Que alguien intervenga
Favorecer una mayor participación de todos: padres, profesores y alumnos
en la resolución de problemas
No dándole importancia y dejándolo pasar
Tener normas de convivencia claras y compartidas en el colegio
Que se enseñen formas pacíficas de resolución de conflictos
Pedir disculpas
No hay solución posible para los conflictos
17. Si tienes algo que agregar sobre el tema que no te hayamos preguntado,
puedes escribirlo a continuación
................................................................
................................................................
................................................................
................................................................
................................................................
................................................................
Anexo 2: CUESTIONARIO PARA PROFESORES
Apreciado/a Profesor/a:
En algunas ocasiones hay chicos y chicas que sienten que son
acosados o maltratados por algunos compañeros. Estos chicos/as
pueden recibir burlas, amenazas o agresiones físicas de forma repetida
por otra persona o por un grupo. A menudo se sienten mal por esto y no
lo dicen, pero lo sufren. Otras veces hay chicos/as que molestan a sus
compañeros y abusan de los débiles. Otros simplemente lo presencian.
Esto provoca un mal ambiente en el colegio, ya sea en clase, durante el
receso o en otros espacios.
El presente cuestionario tiene como objetivo recoger datos referentes a
“Acoso Escolar y Estrategias de prevención en la Educación Escolar
Básica y Educación Media”. Su finalidad es exclusivamente pedagógica
para optar al título de “Licenciada en Ciencias de la Educación” y los
resultados serán tratados con total confidencialidad y sólo a los fines
de la presente investigación.
Es muy importante que contestes con sinceridad ya que interesa
conocer tu opinión sobre el acoso escolar, las medidas que utilizas ante
los conflictos entre alumnos, las medidas preventivas, etc.
MUCHAS GRACIAS POR TU COLABORACION
Instrucciones:
Para responder el cuestionario basta con responder a cada una de las
preguntas, marcando con una x la respuesta que más se acerca a lo que
sucede en tu centro. Si en alguna pregunta no encuentras la respuesta que se
ajuste exactamente a lo que sucede en tu centro, marca aquello que más se
aproxima.
Nombre de la Institución Educativa: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Localidad: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Gestión:
Pública ( )
Privada ( )
Subvencionada ( )
Sexo:
Masculino ( )
Femenino ( )
Edad: . . . . . . . . . . . . . . .
Curso en que te desempeñas: : . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Área: : . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Años de experiencia docente: : . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Fecha: . . . . . . . . . . . . . .
1. Valora la importancia que consideras que tienen los siguientes problemas en el
funcionamiento de tu centro: Marca con una x una respuesta por línea
Poco
Muy
Importante
importante
Importante
Falta de recursos humanos y materiales
Los problemas de aprendizaje del alumnado
Inestabilidad de la plantilla docente
Conflictos y agresiones entre alumnos
Falta de participación de las familias
La comunicación entre los miembros de la
comunidad educativa
Alumnos que no permiten que se impartan las
clases
Vandalismo y destrozo de objetos y material
Ausentismo
2. Como Profesor, desde que comenzó el curso, ¿con qué frecuencia consideras que
se ha dado en alguno de tus alumnos continuamente los siguientes conflictos en tus
clases? Marca con una x una respuesta por línea.
Nunca
Es habitualmente ignorado/a
Le impiden frecuentemente participar
Es insultado/a
Le ponen “marcantes” o apodos que le
ofenden o ridiculizan
Hablan mal de el o ella (esparcir rumores o
chismes)
Le esconden sus cosas
Le rompen o dañan sus cosas
Le roban cosas
Le pegan
Le amenazan para darle miedo
Le obligan a hacer cosas que no quiere con
amenazas
Le amenazan con armas
Le acosan sexualmente
Le envían mensajes de texto ofensivos o
amenazantes, o comentarios negativos o
insultantes a través de redes sociales
(Facebook,…), le toman fotos para burlarse, o
graban videos de juegos bruscos para subir a
Internet, etc
A veces
(2 o 3 veces
al año)
Muchas veces
(más de 2 o 3
veces al mes)
3. ¿En qué lugares del Colegio ocurren las agresiones entre alumnos? Posible
Multirrespuesta
En el patio
En el baño
En la clase
En los pasillos
En las canchas deportivas
En la cantina
A la salida del Colegio
Fuera del centro, aunque son alumnos del centro
Fuera del centro por personas ajenas al centro
4. Como profesor en los grupos en los que impartes clases ¿cómo actúas cada vez que
se producen agresiones o intimidaciones a algún alumno de forma continuada?
Exclusión
social
Ignoro el
hecho
sucedido
Echo de la
clase a los
implicados
Hablo a
solas con
el
alumno/a
Cambio de
sitio al
alumno/a
Hablamos
sobre el
tema en
clase
Hablo con
la familia
Se labra un
acta
Lo derivo
al Dpto. de
Orientación
Le
comunico
al Director
para
sanción
Agresión
verbal
Agresión
física
indirecta
Agresión
física
Amenazas
Acosar
Acoso por
directa
/chantajes sexualmente
TICs
5. ¿Hasta qué punto consideras que los profesores y adultos se enteran de los
conflictos y abusos entre alumnos? Marca con una x lo que tu consideras
Nunca se enteran
A veces se enteran
A menudo se enteran
Siempre que sucede se enteran
6. En tu opinión, los conflictos en el centro escolar en los últimos tres años…Marca
con una x tu opinión
Se han mantenido igual
Han aumentado ligeramente
Han aumentado drásticamente
Han disminuido ligeramente
Han disminuido drásticamente
7. Valora la importancia que consideras que tienen las siguientes causas en las
conductas del alumno agresor.
Poco
Muy
Importante
importante
Importante
Aumento de la intolerancia en la sociedad
Falta de disciplina escolar
Características de la personalidad del alumno
Problemas familiares
Contexto social
Tipo de organización y clima del centro
8. Valora la importancia que consideras que tienen las siguientes causas como
factores que explican el porqué un alumno es agredido de forma continuada
Poco
Muy
Importante
importante
Importante
Características de la personalidad del alumno
(falta de autoestima, inseguridad, etc.)
Características físicas
Falta de amigos
Características familiares
Ser diferente por razones culturales, sociales o
religiosas
Búsqueda de popularidad en el grupo
9. ¿Qué actividad o actividades de prevención se desarrollan en tu centro? Marca
con una x aquellas que se llevan a cabo en tu centro
Sensibilizar a los profesores acerca de las características personales del
alumnado Crear un clima escolar positivo en el centro, que promueva la
participación y la asunción de responsabilidades
Reforzar la vigilancia en zonas y horarios de mayor riesgo (pasillos, recreos,
salida)
Sensibilizar a la comunidad educativa sobre el fenómeno del acoso escolar
Fomentar y mantener un ambiente de apoyo y respeto mutuo
Identificación de la situación de acoso de forma clara y concreta
Capacitar a los profesores para introducir en el aula estrategias de manejo y
solución de conflictos
Brindar oportunidades de participación significativa al alumnado en la
gestión de conflictos (comentar y examinar posibles soluciones)
Seguimiento y evaluación constante de las situaciones de acoso
Tratamiento individualizado con los implicados: desarrollo de la empatía en
agresores, de asertividad en víctimas y rechazo de violencia en
espectadores
10. Como profesor, ¿qué estrategias de prevención utilizas en el aula? Márcalas con
una x .
Debatir y acordar en clase las Normas de Convivencia del colegio
asegurando claridad, aceptación y consecuencias inmediatas a la
trasgresión
Fomentar el uso de metodologías cooperativas y participativas en el proceso
de enseñanza-aprendizaje
Programar actividades para mejorar las habilidades sociales, solución de
problemas, manejo sano del estrés, etc.
Cambiar de grupo a algunos alumnos/as
11. ¿Qué sugerencias darías para prevenir y resolver este tipo de situaciones
entre alumnos?
................................................................
................................................................
................................................................
................................................................
................................................................
................................................................
131
Anexo 3: ENTREVISTA APLICADA AL ORIENTADOR
Nombre de la Institución Educativa: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Localidad: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Gestión:
Pública ( )
Privada ( )
Subvencionada ( )
Sexo:
Masculino ( )
Femenino ( )
Edad: . . . . . . . . . . . . . . .
Título que posee: . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
Años de experiencia docente: : . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Fecha: . . . . . . . . .
1. ¿Se han registrado casos de acoso escolar que fueron remitidos
por los profesores en el presente ciclo lectivo?
2. ¿Cuál es el tratamiento o abordaje que se da de estos casos?
3. ¿Cuáles
son
las
estrategias
para
la
prevención
de
las
manifestaciones de violencia en el ámbito escolar implementadas
por la institución?
4. ¿Considera que los docentes reciben adecuada capacitación para
introducir en el aula estrategias de resolución de conflictos?
5. ¿Conoce programas y/o políticas que atiendan esta problemática
de acoso escolar de manera oportuna y eficaz?

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