Aves migratorias y enfermedades emergentes: el caso del virus del
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Aves migratorias y enfermedades emergentes: el caso del virus del
BIODIVERSIDAD Aves migratorias y enfermedades emergentes: el caso del virus del Oeste del Nilo Javier Salgado Ortiz / Peter P. Marra Fotos: J. Salgado. El virus del Oeste del Nilo (VON) es un virus de origen africa- no. Se encuentra en regiones tropicales y templadas e infecta principalmente a las aves, aunque se ha detectado también en mamíferos (caballos, perros, gatos, ardillas, murciélagos) y en humanos. Es transmitido por medio de la picadura de mosquitos del género Culex spp., después de alimentarse de la sangre de aves infectadas con el virus. En el continente americano, el VON fue detectado por primera vez en 1999 en Nueva York a raíz del examen a personas de la tercera edad que presentaban síntomas de encefalitis. El virus fue clasificado como de alto riesgo para la salud humana debido a la alta tasa de mortalidad registrada en poblaciones de aves urbanas y suburbanas, principalmente de la familia de los cuervos (Caffrey y otros, 2005). En razón de que las aves son en mayor medida los portadores del VON, desde su llegada a Norteamérica surgió la preocupación sobre la probabilidad de que las aves migratorias dispersaran el virus a todo el continente y en poco tiempo provocaran una pandemia. La preocupación se basó en que cada año millones de aves de más de 300 especies migran desde sus áreas de crianza en Estados Unidos y Canadá a sus áreas de invernación en México, Centro y Sudamérica y el Caribe, por lo que las autoridades sanitarias y científicas argumentaron que las aves migratorias podrían ser los vectores principales. La Península de Yucatán es una de las regiones más importantes de invernación y de tránsito de aves migratorias. Gracias a su posición geográfica recibe cada año más del 50% de las especies provenientes de Norteamérica. En sus hábitat de invernación en Yucatán, donde pasan hasta siete meses del año, integran entre 30 y 40% de las especies y entre 30 y 50% de los individuos de las comunidades de aves. Por su importancia, la Península de Yucatán se consideró como una región focal de interés para tratar de responder a la pregunta del papel de las aves migratorias en la dispersión del VON hacia el sur del continente. Así, en 2001 y 2002, en colaboración con científicos del Departamento de Salud de Nueva York y del Centro de Investigaciones Ambientales del Instituto Smithsoniano, se llevó a cabo la captura intensiva y colecta de muestras de sangre de aves en la Reserva de la Biosfera de Celestún y otras regiones aledañas. El objetivo principal fue determinar si después de dos años de haber sido detectado el VON en Nueva York, éste podría ser detectado ya en México y el Caribe. Como resultado del esfuerzo de campo se colectaron 430 muestras de sangre, de las cuales, 43% correspondió a especies migratorias y 57% a residentes. Las muestras fueron analizadas y sometidas a la prueba bioquímica conocida como ELISA (Ensayo Inmunoabsorbente de Enlace Enzimático), usada para identificar anticuerpos de flavivirus específicos, dentro del cual se incluye el VON. Se encontró que del total de muestras, sólo dos (0.5%) dieron positivo por serología; una de ellas para el VON fue de una especie migratoria conocida como chipe amarillo (Dendroica petechia). La segunda fue de una ave residente conocida como paloma caribeña (Leptotila jamaicensis), pero el resultado no fue para el VON, sino para un virus local de la misma familia conocido como encefalitis de San Luis (Dupuis y otros, 2003). Resultados similares fueron reportados posteriormente por Farfán-Ale y otros, (2004b), quienes encontraron evidencia de flavivirus en 21 aves (0.24% de un total de 8611 individuos), de las cuales, 8 (0.09%) presentaron anticuerpos para VON. El virus fue confirmado en tres especies migratorias y dos residentes. Además de las aves, el VON fue reportado también en caballos al norte del estado (Loroño-Pino y otros, 2003a). 309 Aunque la incidencia del VON en las aves analizadas fue rara, los resultados demuestran que las aves migratorias sí son vectores de transmisión del VON en Yucatán y que éste ha llegado para quedarse. Actualmente el virus se encuentra también en otros países del Caribe, Centro y Sudamérica (Dupuis y otros, 2003; 2005; Komar y otros, 2003; Cruz y otros, 2005; Berrocal y otros, 2006). Afortunadamente, el riesgo que se temía para la salud humana ha sido mínimo, pero es importante mantener la alerta, puesto que este tipo de virus puede mutar y convertirse en un mayor peligro no sólo para los humanos sino para otros organismos. Enfermedades asociadas a la biodiversidad I Biodiversidad y Desarrollo Humano en Yucatán