1. - Club del Árbitro
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1. - Club del Árbitro
3.1 CAPÍTULO 3 Introducción Si nos remontamos a los inicios del baloncesto, este se había creado como un juego sin contactos con un número muy reducido de reglas, por lo que un solo árbitro se bastaba para controlar un partido. Poco a poco, el juego fue evolucionando, aparecieron las tácticas de equipo, y el juego se volvió más rápido, por lo que la figura de un segundo árbitro se volvió necesaria, aunque seguían manteniendo posiciones estáticas en el medio del campo, con el fin de no entorpecer el desarrollo del juego. Con todo, el baloncesto de mitad del siglo XX estaba centrado casi exclusivamente alrededor del balón, por lo que ambos árbitros se encargaban de controlar eso, el juego alrededor del balón. Cuando el juego se volvió más técnico, más físico y se perfeccionaron las tácticas de equipo, se ‘amplió’ la cancha en el sentido de que en cualquier parte de la misma podían producirse acciones decisivas, y ahí comenzó a hablarse de juego con balón y juego sin balón. Los árbitros debían controlar toda la pista para evitar acciones ilegales y debían buscar posiciones favorables para poder observar mejor lo que ocurría. Ese fue el origen de la mecánica de arbitraje en los años 80. “La evolución del juego necesitaba de un trabajo conjunto de ambos árbitros” La mecánica de arbitraje es un método práctico de trabajo ideado con el fin de facilitar el trabajo de los árbitros sobre la pista. Gracias a la experiencia de muchos años, se plasmó un método de trabajo en equipo de manera que cada árbitro sepa dónde situarse y qué zonas del terreno de juego debe controlar principalmente, así como la mejor manera de interactuar con su compañero, de modo que se pueda controlar el terreno de juego en su totalidad, desde buenas posiciones, lo que conduce a una mejor observación e interpretación de las acciones que se vayan produciendo. El árbitro debe trabajar la mecánica en todos los partidos para ir asimilando su filosofía y volviéndola un hábito. Al mismo tiempo, al ir mejorándola, nos dará más confianza y seguridad en nuestra labor al permitirnos estar en el lugar adecuado en el momento adecuado para decidir. Antes de seguir avanzando, conviene recordar que la mecánica de arbitraje no es una ley ni un dogma, que puede romperse en momentos concretos porque así lo aconsejen las necesidades de una acción determinada. Lo importante es el juego y nuestros movimientos deben estar siempre encaminados a ese fin, su buen control. La mecánica, no lo olvides, no es un fin, sino un medio de alcanzar un fin. Además, ahondando en esta afirmación, la mecánica no puede ser nunca una excusa para justificar los errores. Lo fundamental es acertar y para acertar hay que estar bien situado. Como somos conscientes de las necesidades concretas de muchas competiciones y, siendo conscientes también de que no es el método ideal, reseñamos algunas pautas para aquellos partidos en los que solo haya un árbitro. ÍNDICE Manual Interactivo de Iniciación al Arbitraje Indice Principal Federación Española de Baloncesto 77