¿Para qué tantos dolores?

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¿Para qué tantos dolores?
¿Para qué tantos dolores? Ignacio Fernández Director Magíster en Psicología de las Organizaciones Universidad Adolfo Ibáñez, Chile www.ignaciofernandez.cl La gran mayoría siente el impacto de la muerte de los 21 compatriotas en el accidente aéreo del 2 de septiembre, simbolizada en los íconos de Felipe Camiroaga y Felipe Cubillos. Chile ha sido azotado por fuertes dolores desde 1960 en adelante, tanto en los terremotos, los tsunamis, los desacuerdos políticos, el quiebre institucional de 1973 y el dolor que generó. En los últimos dos años y con tecnología que nos hace ver y participar on line en lo que pasa, hemos sufrido un concentrado de dolor: terremoto, tsunami, 33 mineros, erupción en el cordón Caulle, cerca del 15% de los chilenos estafados por La Polar y ahora este accidente aéreo. ¿Para qué tanto dolor en nuestro país?, ¿cuál es el sentido de todo esto?, ¿qué señales debemos interpretar para aprender y hacer cambios en nuestro actuar cotidiano? El dolor es uno de los principales disparadores del cambio, aunque no lo garantiza. Lo que asegura el cambio es la conciencia del sentido de ese dolor, por lo que es central responder para qué nos está pasando esto. Cada uno tendrá su opinión. Para mí, nos están golpeando fuerte a la puerta de la conciencia, para que abramos los ojos y vayamos hacia una sociedad más unida y más orientada al bien común. Poner los intereses de la comunidad por sobre los intereses individuales, un radical cambio de mirada. Poner el corazón por sobre el absolutismo de la racionalización, poner la gratitud por sobre la avaricia, poner la simplicidad por sobre los rollos y descalificaciones, anteponer el silencio al querer escucharse a sí mismo todo el tiempo, poner a los otros en balance con el yo. La tragedia nos hace volver los ojos a lo esencial. Somos seres energía en busca de su completación mediante la automaestría y el servicio. Darnos a otros, servir para mi país y la humanidad, eso que movía a Desafío Levantemos Chile. Nuestra tierra, el mar, el aire y el fuego están hablando, nos gritan la necesidad de un cambio de actuar. ¿Qué estamos esperando para reaccionar, que lleguen las profecías del 2012 y quede una escoba de marca mayor? ¿Qué podemos hacer las personas comunes y corrientes? Podemos tomar conciencia, buscarle un sentido trascendente y profundo a estas señales (leyendo los signos de los tiempos), y hacer cambios en mi vida cotidiana en dos direcciones: sacar la negatividad que hay en mi comportamiento (mala onda, pelambres, enganches con personas, mirada negativa del mundo, envidia, comparación social, no perdonar a otros ni a mí mismo) y conectarme con las fuentes simples de la felicidad. La Felicidad sólo viene de la Luz de nuestro propio corazón. Es simple y es un regalo que está en cada uno, a la mano de su voluntad. La invitación encriptada del dolor es a practicar las actividades que aumentan nuestra energía positiva y nos llenan de felicidad. 7/9/11
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¿Qué hacer? Da las gracias por lo simple, mira la intención positiva de los otros (aunque sus actos tengan apariencia negativa), evita pensar demasiado y la comparación social, practica la amabilidad, cuida las relaciones sociales, conversa activamente con tus seres queridos y dales tiempo y atención, desarrolla estrategias para afrontar estrés, dificultades y traumas, aprende a perdonar, déjate fluir en el presente, saborea las alegrías de la vida, practica la espiritualidad, y ocúpate de tu cuerpo mediante la meditación y la actividad física. ¿Para qué de estos dolores? Para que despierte nuestra conciencia, para ser mejores, más completos, más sociales, más serviciales, más espirituales y más felices. La psicología profunda enseña que los grandes transformaciones requieren héroes míticos con los cuales identificarnos y a quiénes ver como modelo. ¿Será esa la función póstuma de Felipe Camiroaga y Felipe Cubillos? 7/9/11
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