2(1928)
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Organo de su Venerable Orden Tercera y Cofradías. erreb 24 DE FEBRERO DE 1928 Dirección y Administración: PP. MERCEDARIOS Silva, 39.--Madrid (12) -<> NÚM. 2 ST_TM_L9._FL IC0 LAS ARMAS DE LA MERCED. — BODAS DE ORO DE LA RESTAURACIÓN DE LA MERCED EN ESPAÑA. — EL INSTITUTO DE LAS HERMANAS MERCEDARIAS DE LA CARIDAD EN SUS BODAS DE ORO, por el P. Ricardo Delgado.—LA SAGRADA ESCRITURA, por el P. Fernando Vázquez.—EL P. ALONSO REMÓN, por el P. Guillermo Vázquez. — PÁGINA MISIONAL. — LA OBRA DEL R EFORMATORIO, por el P. Martín O. de Arriaga.—EL CAMBIO INTERNA- cioNaL, por Wilhem.—SOÑANDO, por la Srta. Julia G. Herreros.—ALLÄ por el P. Juan González.—ANDA Y CANTA, por POR TIERRA DE MOROS, el P. José Cereij0. — FAV0RES DE NUESTRA SANTÍSIMA MADRE.—NOTICIAS. NECROLOGÍAS. Las Armas de la Merced. La Gaceta del 8 de febrero publicó el siguiente Real Decreto: MINISTERIO DE ESTADO Exposieión: Señor: La Real y militar Orden de Nuestra Señora de la Merced, genuinamente española, pues fué fundada en 1218 por el glorioso monarca aragonés D. Jaime el Conquistador, que le concedió el uso de la insignia que ea'm hoy ostenta, ha brilla do constantemente en la historia de España, distinguiéndose, no sólo en la redención de cautivos, en la cual tan altos ejemplos dió de cristiana caridad, sino por sus hazañas militares. Estimandoconveniente que perdure el recuerdo de tan señalados servicios a la Patria y a la Religión Católica, el Ministro que suscribe tiene la honra de someter a la aprobación de V. M. el siguiente decreto. Madrid, 6 de febrero de 1928.—Señor: A. L. R. P. de V. M. Miguel Primo de Rivera y Orbaneja. REAL DECRETO Vengo en autorizar el uso en España de las insignias de la Real y Militar Orden de Nuestra Señora de la Merced, previo — 42 — ---- 43 — el cumplimiento de las disposiciones vigentes. Dado en Palacio a seis de Febrero de 1928. ALFONSO, El Ministro de Estado, Miguel Primo de Rivera y Orbaneja. ¿Qué:significación tienen los títulos de Hermano y Comendador honorario dados por la Merced? Esas cartas de Hermandad, de las que dió algunas el mismo San Pedro Nolasco, son una prueba íntima de cariño y agradecimiento de la Orden a sus mejores amigos y colaboradores. Nada más que a ellos. EI , Santo recibe por hermanos a algunos caballeros, obligándose a darles posada en nuestros conventos y cebada para sus caballos. A otros se obliga a sostenerlos a ellos y a sus esposas por todos los días de sa vida y en uno publicado recientemente por el P. Gazulla en su trabajo: Santa María del Puig, la Orden se encarga además de la educación de un hijo del agraciado. Esta nota de intimidad familiar esperamos que subsistirá en los ag regados a la Merced, sean hermanos, comendadores, a pesar del r econocimiento oficial otorgado por nuestro Gobierno a la gloriosa insignia mercedaria. La Orden de la Merced está de enhorabuena y desde hoy tiene un título más de adhesión fervorosa a S. M. el Rey, descendiente glorioso de aquellos Monarcas que protegieron la Orden como parte de su casa, por ser fundación del inmortal D. Jaime el Conquistador. Debemos también un voto de gracias al General Primo de Rivera, de familia muy mercedaria, que proclama tan alto que las glorias de la Merced son glorias de España. Por lo demás nuestros lectores saben ya cuál es el origen del hermoso escudo que casi todos llevan sobre su pecho. Seguramente fue otorgado por D. Jaime a nuestro Padre el día mismo de la fundación, pero no se conservan los registros de aquellos primeros arios. Existen, en cambio, los de 1251 y 1256 y en ellos aparece la confirmación del escudo en los términos siguientes: «...con la presente carta concedemos, alabamos y confirmamos perpetuamente a tí nuestro fiel Fray Guillermo de Bas (segundo Maestre General), Mayor de la Orden de redimir cautivos, y a todos los frailes de la misma Orden presentes y futuros, el hábito o serial que llevareis en adelante, o sea el escudo de nuestra enseña Real y una cruz blanca puesta encima; y esta señal o hábito sea lícito a tí y a todos y cada uno de los frailes de la misma Orden tenerlo y llevarlo perpetuamente, para distinción de tu Orden y honor de Dios y de nuestra Majestad Real...› El hábito militar o escudo incluía también importantes , privilegios que explica el diploma de 1251, transcrito por el P. Ribera en el Real Patronato, páginas 20 y 50. Jaime II defendió con vigor el carácter militar de la Orden equiparándola a las de Alcántara, Santiago y Calatrava en carta de 1302, pues como ellas, no sólo redimía cautivos sino luchaba con las armas contra las naciones bárbaras. Pedro IV se opuso también a la unión que el General francés Fray Ponce de Barelli intentaba en 1358, pues redundaría en menoscabo de su casa y corona, patrona y fundadora del Instituto Mercedario. El General reconoció su yerro y desistió del intento, según puede verse en la misma obra del P. Ribera. Bodas de oro de la Merced en España. (-; (1878-1928). 1 En el presente año 1928 cumple la Orden Mercedaria el medio siglc de su Restauración en España. Cuarenta y cuatro arios hacia que habían sido suprimidas las órdenes religiosas en nuestra patria por obra y gracia de los liberales que, inconsecuentes con sus propios principios, p ermitieron la conservación de los noviciados para las colonias de Ultramar. No sabernos por qué los Mercedarios fueron excluidos de este privilegio, pues tenían una provincia en Cuba y Puerto Rico, posesiones que hasta el 1898 fueron de nuestra propiedad. Privada la Orden de esta tabla de salvación que conservó la vida a D ominicos, Franciscanos y Agustinos, tenía necesariamente que sucumbir en el general naufragio que envolvió al resto de las órdenes religiosas, muchas de las cuales perecieron fatalmente (Bernardos, Jerónimos, Trinitarios calzados, Mínimos, etc.), y si algunas han vuelto a levantar cabeza, ha sido con i m p ortación de elementos extranjeros que para nada recuerdan el ilustre abolengo de sus extinguidos ascendientes. — 44 — La Merced tiene la alta honra de haber renacido en España de sus propias cenizas, por cuanto el primer núcleo de su restauración lo integraron catorce religiosos que habían profesado en España antes del malhadado año 1835. Parece que la Santísima Virgen, Madre y Protectora de esta Religión, en medio de aquel general naufragio dirigía el timón de esta frágil navecilla para sacarla de entre tantos peligros como la amenazaban alrededor. ¡Misericordiae Domini, quia non sumus consumptil Alma de este Providencial renacimiento fue el insigne mariófilo Padre José María Rodríguez, Vicario General de la Orden, que aprovechando la feliz circunstancia de la restauración de la Monarquía española en 1875, vino acá desde Roma en 1877 con la idea de restaurar también la Orden; para lo cual trató de abrir de nuevo los antiguos conventos de Conjo, Puig, Burrián y Olivar; no habiendo logrado la restauración de ninguno de los tres. primeros por haber pasado a poder de sus respectivos Ayuntamientos. De regreso en Roma, escribió al Padre Benito Rubio, Vicario Provincial de nuestros exclaustrados de Aragón, encareciéndole gestionara la adquisición de alguno de nuestros antiguos conventos; y el Padre Rubio consiguió de los Sres. Marqueses de Lazán la devolución del de Nuestra Señora del Olivar, término municipal de Estercuel, provincia de Teruel y diócesis de Zaragoza. Con fecha de 8 de mayo de 1878 consiguió del nuevo Monarca Don Alfonso XII una Real orden para instalar una comunidad en aquel convento; y tuvo la inmensa satisfacció n de que trece Padres y un hermano lego firmaran las listas de candidatos para la nueva fundación. El Reverendísimo Padre Rodríguez volvió a España para llevar a cabo aquel acto que había sido siempre su sueño dorado; y el día 10 de agosto, aniversario de la Fundación de la Orden, lo pudo ver cumplido con toda solemnidad, recibiendo la obediencia de los nuevos cenobitas, émulos de los anacoretas de la Tebaida, que después de cerca de cincuenta arios de' vida regalada en sus propias casas, renunciaban todas sus comodidades cuando los achaques de la ancianidad más se las hacía sentir y se venían a enterrar en aquel desierto cuya soledad y silencio sólo son interrumpidos por el balido de los corderos y el arrullo de las palomas. — 45 — Después de medio siglo de aquel hermoso acontecimiento las figuras de esos catorce héroes se agrandan y los hace acreedores a una página de oro en nuestra historia ya un perpetuo .a grade cimientó, acompañado de una fervorosa oración. EI Inmuto de las Hermanas mercedarias de id Caridad en sol BOdaS 110 oro. 1878-1928. Los individuos y las colectividades viven del recuerdo del la esperanza del porvenir. Por esto, los pueblos sin historia y los individuos sin familia, a quienes llamamos expósitos,lano tienen ascendientes a donde volver los ojos para ilustrar i nteligencia con las lecciones de sus experiencias, formar el corazón según las normas de sus antepasados y confortar el animo con la c onsideración de sus altos ejemplos. El timbre de gloria, el verdadero blasón de los hijos, lo constituyen las virtudes y los hechos gloriosos de sus progenitores, y en el natalicio de un nuevo vástago, p asadas y augúranse otras venideras. conmemóranse las glorias El por tantos títulos benemérito Instituto de las HH. Mercedarlas de la Caridad celebrará el próximo mes de Marzo las Bodas de Oro de su fundación, y es justo que LA MERCED comente esta fecha como una de las más gloriosas de la gloriosísima Orden de la Merced. D ignísima es, en efecto, de toda alabanza la fecha del nacimiento de este Instituto, que le bastaba ser un nuevo brote de la Merced para serlo de la Caridad, que en los cincuenta arios de vida sirvió en hospitales, asilos, orfelinatos, leproserías, casascunas, sanatorios, c olegios..., con tanta abnegación y con tanta loa de propios y extraños, que vino a ser una Institución benemeritísima de la Religión y de la Patria. pasado y de F undación del Instituto. se eEn la última mitad del pasado siglo, cuando nuestra Patria ncontraba turbada por grandes conmociones, suscitó el Señor a dos varones ilustres en santidad y letras para llevar a una de esas sus obras providenciales: la fundación del icabo nstituto de las HH. Mercedarias de la Caridad. Fueron éstos el Ilmo. Dr. Sr. D. Esteban José Pérez Martínez y Fernández, Obispo de Málaga, gloria del Episcopado, y el I. Dr. D. Juan Nep omuceno Zegrí, su Vicario general. — 47 — Finalidad del Instituto. Las HH. Mercedarias de la Caridad deben inspirarse en la perfectísima vida de la que tienen por Madre y Fundadora para llegar a la imitación de Jesucristo, mediante el ejercicio del Apostolado. Tiene, pues, este Instituto, como todos los de vida mixta, un doble fin: la santificación propia por la observancia de las Constituciones y la santificación de sus prójimos por la práctica de la caridad en todas sus manifestaciones: hospitales, asilos, casas-cunas, hospicios, leproserías, patronatos, sanatorios, colegios, escuelas profesionales, casas de ejercicios, misiones entre infieles, etc. Desde la cuna hasta el sepulcro extiende la Hermana Mercedaria sobre los míseros mortales su acción caritativa, cual ángel de paz para curar las llagas del cuerpo, cicatrizar las heridas del corazón y remediar las miserias todas de la vida. y recomendar con especial elogio el mencionado Instituto de Nuestra Señora de la Merced, como en gran manera lo alaba y recomienda,. Estas palabras de justa alabanza del Vicario de Jesucristo en la tierra han sonado en todas las hijas del Instituto como el eco de una bendición y un augurio de paz y de días más gloriosos y de mayor provecho. , Y al ario siguiente, 24 de Abril, las Religiosas recibían profundamente emocionadas y henchidas las alabanzas de gozo, el decreto de confirmación apostólica del Instituto, su verdadera 4 Tres fechas memorables de su historia. Después de pasar por mil vicisitudes y vencer obstáculos,, que parecían insuperables, que el averno suscita siempre a las obras de Dios, se mostró victorioso y triunfante el Instituto, que como salido de las profundidades del Corazón Sacratísimo de Jesús y de las entrañas misericordiosas de la Santísima Virgel3. de la Merced, y dirigido y protegido por especial providencia, no podía zozobrar en el mar tempestuoso de las persecuciones. La primera fecha memorable y que debe recordarse en las Bodas de Oro, es la de agregación del Instituto a la Celestial, Real y Militar Orden de Nuestra Señora de la Merced, la cual. agregación lo constituyó realmente Instituto Mercedario. El decreto de agregación lo expidió con fecha 9 de Junio de 1878 el Vicario general de la Merced, Rmo. P. José María Rodríguez. Después de hacer un merecido elogio de la labor del naciente Instituto, añade: «Os concedemos y donamos la participación de todas las Misas, Divinos Oficios, oraciones, predicaciones, meditaciones, ayunos, abstinencias, vigilias, peregrinaciones y especialmente de los trabajos que nuestros hermanos sufren en redimir los cautivos del poder de los paganos y de los trabajos apostólicos de los misioneros en países de infieles; asimismo, os hacemos participantes de las demás buenas obras que, por medio de nuestros hermanos y hermanas, produzca en el universo entero la Bondad divina. Finalmente, os recibimos y admitimos como Hermanas nuestras, tanto en la vida como en la muerte para todos y cada uno de los sufragios y beneficios de nuestra referida Orden». La otra fecha memorable es el 25 de Septiembre de 1900, en que el inmortal Pontífice León XIII, por medio del Emmo. Cardenal Gotti, Prefecto de la Congregación de,Obispos y Regulares, dió el decreto laudis: «Su Santidad, dice, se dignó alabar EJEA DE LOS CABALLEROS (Zaragoza).—Un grupo de niños de los 300 que educan las Herman as Mercedarias de la Caridad, cuyas bodas de oro oe la fundación de su Instituto se celebrará con universal júbilo el próximo mes de Marzo. canonización. «Nuestro Santísimo Padre, dice el decreto, atendiendo la abundancia de frutos espirituales que constantemente ha dado el Instituto de las Hermanas de la Virgen Santísima de la Merced, atendiendo especialmente a las letras comendaticias de los Prelados, se ha dignado aprobarlo y confirmarlo, juniamente con sus Constituciones, como por el presente decreto lo aprueba y confirma». La obra de Dios y de María estaba afianzada y sólidamente asentada sobre la piedra viva y los poderes del Infierno se estrellarán contra ella. Un jubiloso «Te Deum) brotó de todos los pechos de las beneméritas religiosas Mercedarias de la Caridad; y todo el Instituto saludó a María con la tradicional y hermosísima antífona suya, porque este honor no fue concedido a otra Orden: Beata es, María, Dei, Genitrix, Patrona et Auxiliatrix nostra; Feliz eres, oh María, Madre de Dios, Patrona y Auxiliadora nuestra, - — 48 — — 49 — por cuya inspiración se fundó este Instituto para la obra redentora, de Bossuet--tiendo los brazos a mis hermanos y les abro mi corazón, a fin de ser para ellos padre, madre, hermano, hermana, amigo, defensor y cuanto necesiten para su contento». Las Hermanas Mercedarias de la Caridad en la enseñanza. L'r Uno de los fines principales del Instituto—dicen sus Constituciones—«es la enseñanza religiosa de las niñas pobres. CúrriL plese este fin ilustrando la inteligencia y educando el corazón, aquélla con los conocimientos literarios y éste con los sentimientos religiosos». ¡Enseñanza y educación, y de niñas pobres con preferencia! es lo que hace tan simpático y benemérito al Instituto. Cuarenta Colegios en España y varios ya en América dirigidos por profesoras sólidamente formadas en normales y academias; muchedumbre de jóvenes educadas en estos colegios, hoy el orgullo de sus familias, por su piedad, su cultura, por sus delicados senmientos y modales.. , esta es la obra de las Mercedarias. Tienen, además, algunos internados, donde sus alumnas estudian Magisterio, Comercio, música, obteniendo señalados triunfos en normales y conservatorios. En casi todos estos centros de cultura están establecidas Escuelas Dominicales para obreras, sirvientas que estudian, se forman en la piedad y ocupan las tardes de los domingos alejadas de diversiones peligrosas en que naufragan la inocencia y a veces la honra de tantas jóvenes. Las Hermanas Mercedarias en los Asilos. ¡Qué hermoso y sublime espectáculo nos da la Hermana Mercedaria ejerciendo su abnegado y callado apostolado en medio de los ancianos, esos despojos de la vida, que a diario vemos por las calles y plazas de nuestras ciudades, y aun por los campos, andrajosos, sucios, harapientos, muertos de frío, encorvados por el peso de los años y del hambre, durmiendo como bestias sobre paja húmeda y podrida, sin una mano amiga que los cuide, sin el calor del cariño de un corazón que por ellos se interese, eco del corazón de Cristo, que, al verlos, repita aquellas palabras: «Misereor super turbas». «Rasgos sublimes de caridad y de abnegación hemos presenciado, dice un piadoso autor, en esas abnegadas mujeres, y ejemplos extraordinarios de privaciones y de heroicos sacrificios; ellas con maternal cariño los cuidan, los asisten, los limpian, se desviven por rodearlos de todas las comodidades. Con mucha razón puede la Hermana Mercedaria de la Caridad exclamar: Si las lágrimas de mis ojos pudieran convertirse en oro por tí, lloraría todas las mañanas». Diré con Luis Venillón: «Esto es amar a los pobres». «¡Dios mío!—puede la Hermana Mercedaria hacer suyas estas palabras Las Hermanas Mercedarias en los Hospitales. El Instituto sostiene un buen número de hospitales, sanatorios y leproserías. En estos talleres del dolor y del sufrimiento es donde las Hermanas se exceden a sí mismas derramando el suave bálsamo del consuelo en los corazones despedazados por cruel enfermedad, curando con sus delicadas manos las repugnantes y cancerosas llagas del cuerpo y con sus santas palabras otras invisibles, pero más repugnantes, del alma, prestando al mismo tiempo aquello de sus Constituciones: «La asistencia material para el cuerpo del enfermo y el consuelo espiritual para el alma». Alguien ha dicho: «La mujer tiene un instinto celestial para la desgracia», y la ilustre pensadora gallega Concepción Arenal escribió con más justeza: «Vivirás sobre la tierra para padecer y consolar». ¡Padecer y consolar, la sublime misión de la Hermana Mercedaria! El Instituto tiene en América algunas leproserías, donde estas abnegadas religiosas se sepultan por toda la vida en esas silenciosas islas para vivir la vida íntima de Dios y la del prójimo con esos infelices seres de la humanidad. *** ¿Quién podrá narrar la fecunda historia de estas incomparables religiosas...? ¡Pluma!, ¡no sigas!, ¡calla! El silencioes más elocuente que la palabra para narrar tanta heroicidad, tanto amor por los seres más desgraciados de la sociedad. Bástete saber, caro lector, que las Mercedarias de la Caridad sostienen varios de estos establecimientos. FR. RICARDO DELGADO CAPEÄNS O. de M. La Sagrada Escritura. A guisa de prólogo. Lo son las presentes lineas, querido lector, de muchas cosas que te dirán en páginas sucesivas, Dios mediante, algunos paladines de la Santa Biblia. La renovación en Cristo del pueblo fiel, de la heredad de Jesús, está llevándose a cabo con entusiasmo y tesón — 51 — dignos de la causa entre todas nobilísima. Pero, ¡no hay que ocultarlo!, los operarios son pocos. Lo cual, en tiempos de Cristo, y aun en todos los siguientes, si debe entenderse del deseo de que éstos se multipliquen, en los nuestros hay que aplicarlo a los pocos que hay buenos y activos. Porque no debemos cerrar los ojos a una realidad aplastante. Y es que todos estos trabajos de renovación según Cristo pesan sobre los hombros de unos pocos valientes que, debidamente secundados por todos los sacerdotes (a lo menos), harían desaparecer rápidamente esa plaga de neopaganismo, indeferentismo y nauseabunda tibieza. Una ojeada a la cruzada en pro del Reinado del Corazón de jesús en el individuo y en la sociedad; otra a la que se hace por excitar a las almas a escalar las alturas de la santidad, a todos asequibles y recomendadas por nuestro Divino Maestro; una más a la campaña por la difusión y lectura de los Libros Santos; y otra, en fin, a la orientación que se procura imprimir al estudio de la filosofía, del dogma, de la moral y de la historia; y en nuestra mente bullirán al momento media docena de nombres que, si no están totalmente aislados por la gracia de Dios, son muchos más los que se encuentran en la vida poltrona e inactiva: que es vida para alargar las orejas, corno me decía donosamente un hermano de hábito, entrado en arios y sabio. Una de estas cruzadas (el amor a los Libros Santos) tratamos de emprender entre los lectores de LA MERCED, firmísimamente persuadidos de que, si ellos se aficionan al Testamento que nos legó nuestro amado Padre celestial, habrán puesto los cimientos de su renovación sobre roca firme. Les invitamos a que prueben el leerlas, y verán la verdad de las palabras de Kempis: «La doctrina de Cristo supera a todas las enseñanzas de los Santos.» (Libro 1, capítulo 1). Y aquí os manifestaré, queridos lectores, mis impresiones estéticas acerca de la Biblia, pues la razón anterior podría valer únicamente para los aficionados a lecturas espirituales; y ¡son tantos, por desdicha, los que encuentran soso todo lo devoto y se apartan sistemáticamente de estas lecturas!... Recuerdo haber tenido de pequeño el buen deseo de leer la Biblia tan pronto como mis conocimientos de latín me ayudasen a comprenderla sin gran pérdida de tiempo. Con efecto, leí sin cansancio de ninguna clase todos sus libros, y con grandísimo placer todos los históricos, pues el lector -algo versado no ignora que es manjar algo fuerte para el paladar de un niño la lectura de libros como el Exodo, Levítico, Números, Deuteronomio y los Profetas en la mayor parte de sus capítulos. Los que habeis pasado horas agradables y habeis calentado la cabeza en el dulce Virgilio, oyendo al pío Eneas contar la destrucción de Troya ante la reina Dido; siguiendo sus pasos hacia el Lacio, mientras su amante abandonada se reducía a cenizas sobre las llamas de una pira; los que habeis sentido la impresión del más allá en su descenso a los infiernos, y habeis admirado sus proezas en el antiguo Lacio. Los que saboreáis la novela de episodio, la de lícitos amores (no digo la de impuros, pues creería ofenderos); leed, os ruego, los libros santos, y os preguntareis como yo, cuando niño, si no será cierto que ellos encierran un arte, por lo menos tan elevado como el de las obras que pasan por inmortales. A buen seguro, que no encontrareis en ellos la impresión de fuegos artificiales que os produzcan el vértigo de la novela moderna, a la que el vate Man7 tuano tanto se anticipó en su estilo. Pero, si consultais los doctos, os dirán que el arte puro, la belleza íntima y verdadera, no están en las obras de relumbrón, sino en las que con sencillez expresan la naturaleza, la cual, como veis, tiene, a veces, cosas muy duras. Pero, puesto que todo lo que existe es obra divina, salvo cuando los hombres lo deforman (pecado), aquel -artista merecerá mejor el nombre de divino, con tanta ridiculez prodigado, y también de humano, que con mayor 'verdad exprese lo que las cosas son, sin deformar la belleza de las unas, ni colorear la fetidez de las otras. Los versados en la Biblia ya adivinais que estoy esbozando su manera de expresarse, que es el de todas las obras maestras y que causa hastío al gusto artificial moderno Sed sinceros, y me direis la impresión sacada de vuestra primera lectura de Homero, del Dante, de Shakespeare y aun de nuestro «Quijote». No se hizo la miel... Y el entendido lo es después de mucho trabajo. Bendigamos a Dios que nos p ro p orciona en qué emplear el tiempo para llegar a saborear lo bueno. ¡Que no iba a estar al mismo nivel y alcance que lo frívolo, como sueñan muchos!... Conclusión. Gustad y ved, cree y serás sano, cree y verás. Son fórmulas de diferentes términos en los dos Tes-l amentos, pero idénticas en el fondo. Los hombres vemos y g ustamos, arrastrados por la suavidad y belleza que se — I '11 II, , I 52 — nos entra por los sentidos. Y alguien pasa entre nosotros por buen oculista, buen médico, si ha hecho algo que merezca tal estimación. Y será mejor, muy bueno, si hace curaciones más asombrosas, insuperables. Para con Dios nuestra estimación ha de seguir opuesto rumbo. Si queremos que Dios obre algo en nosotros, creamos. Si queremos que obre todo, creamos; porque lodo es posible al que cree. Con este ánimo, lector, has de llegarle a leer las Sagradas Escrituras, y conocerás los tesoros de arte y gl'acia (esto es lo principal) que encierran. Al que discurra un poco no le será difícil penetrar esta verdad, dado el origen que ellas tienen. No me maravilla, por lo tanto, el oir que algunos Santos Padres leyesen la Biblia de rodillas, ni que otros estampasen un beso en cada página. Lo digo, porque estas demostraciones de afecto las hacemos con reliquias, imágenes devotas, etc.; y la Sagrada Biblia es algo más que todo eso. Y Kempis hace este parangón, nada atrevido por cierto: El Cuerpo de Cristo y Ja Escritura Santa son absolutamente necesarios al alma fiel (1). Haga Dios que vuelvan aquellos tiempos en los que toda la Sagrada Escritura era patrimonio común de fieles y ministros; tan común como lo es hoy el Padrenuestro. La versión del Salterio, por San Jerónimo, no cuajó en la Iglesia, porque todos los fieles se sabían la corriente de memoria, y hubiera ocasionado gran trastorno y escándalo, según le escribía su amigo San Agustín. (Que, a veces, hay que evitar el escándalo de los pequeños, que hoy tanto abundan, aun en clases, por su oficio, magistrales). Prueba de ello es el conocido caso de la calabaza de Jonás (que así rezaba en la antigua versión). En cuyo lugar puso San Jerónimo hiedra. Y leyendo un Obispo africano tal interpretación en su iglesia, se armó tal alboroto por esta, sola palabra, que el Obispo no tuvo otro remedio que condenar lo leído para no ser arrojado de su Sede. Recordad también la impresión que nos produce el cuadro de nuestro siglo de oro, en el que los dogmas estaban tan popularizados. Haced, Sacerdotes míos :(nos dice el apenado jesús)„ (I) Es el título del cap. Xl (Lib. IV). Léase todo el capítulo. Es pensamiento ya con más decisión expresado por San Agustín: Audire Verbum Dei, est manducare ipsum Christum (serm. 179). «Oir la palabra de Dios, es comer al mismo Cristo. _que vuelvan los tiempos santos... Que el fuego que en mi Testamento, se halla, se propague a vuestros corazones... -que con él abraseis a todas las almas... Este era el que me devoraba en la Cruz, cuando os dije con grito supremo de angustia: ¡Estoy sediento!... Y éste ha consumido a mis más finos amantes, uno de los cuales, mi amantísima esposa Catalina de Sena, queriendo abrasar al mundo, exclamaba: ¡La mía natura e fuoco!... Propagad este fuego por -todo el mundo y haced una inmensa hoguera en que ardien-,do todos, pueda venir Yo a calentarme, que tengo frío... FR. FERNANDO VAZQUEZ MERCEDARIOS ILUSTRES El Padre Alonso Pernón. • (1560-1632) gl Padre Bernardo de Vargas, enumerando en su Crónica '.de la Merced las glorias de la Orden en -su tiempo (1620), dice, entre otras cosas: «Tiene además dos poetas famosísimos: Fray Gabriel Téllez y Fray Alonso Rerrión, de los cuales el último publicó varios opúsculos » (II, 440). Después, la fortuna favoreció más a Téllez, que hizo glorioso el seudónimo de Tirso de Molina, oscureciendo un poco el nombre de su compañero y maestro el Padre Remón, con el cual se le confundió alguna vez en nuestros días. Su celebridad en los primeros años del siglo XVII, compitió con la de Lope de Vega, su gran amigo. Cervantes dice en el prólogo de sus comedias (1615) que el monstruo de la naturaleza, el gran Lope, se había alzado con la monarquía cómica, arrojándole a él y a otros de las tablas, avasallando y poniendo bajo su jurisdicción a todos los farsantes y llenando el mundo de comedias propias, felices y bien sazonadas. ( Pero no por esto —añade—, pues no lo concede Dios todo a todos, dejen de 'tenerseen precio los trabajos del doctor Ramón, »que fueron los más después de los del gran Lope». El Padre Remón era natural de Vara de Rey, en la Provincia , y Obispado de Cuenca, según él mismo declara en muchos lugares, y debió nacer en 1560, pues las matrículas de Alcalá, donde estudiaba Teología, en 1580, dicen que tenía veinte arios. Grande hubo de ser su talento, pues los mayores ingenios le ,tributaban los más desmesurados elogios. Escribió mucho y recibió fervorosos aplausos del pueblo, entusiasmado con el „teatro _naciente, que había de ser una de las mayores glorias de _ — 55 — España. Algunas de sus piezas se representaron ante los Reyes,. y sus autos sacramentales eran los más buscados. Pero eso no le satisfacía, y cansado de los aplausos mundanos tomó el hábito de la Merced en Toledo y profesó el 24 de Agosto de 1605, siendo comendador el Presentado Fray José de Espinosa, y General, Monroy. Declara el acta que es hijo de Alonso y de Catalina López de Araque, natural de Vara de Rey, y añade: Es mi voluntad llamarme desde hoy Fray Alonso de Jesús y San Benito, enterrando así un apellido ya glorioso en las letras españolas. Pero todos sus esfuerzos fueron inútiles, y aunque no como dramaturgo, continuó brillando en la república literaria. Precisamente en el Corpus de 1605, o sea durante el noviciado, se representó en le Catedral de Toledo un acto suyo, por el que le gratificó el Cabildo, según nota de Pérez Pastor en la Bibliografía Madrileña. Tengo el extracto de su profesión sacado por el Padre Arqués en 1785. Una cosa quedó en pie, sin embargo, del propósito hecho, por el recién profeso: el despego hacia su producción dramática, de la que ni una sola pieza se imprimió con su nombre, dejando que los farsantes se la apropiaran y estropearan de mil, maneras. Quedan, sin embargo, algunas manuscritas y una (icaso maravilloso!) escrita a medias entre Lope y Remón. A este desdén suyo y de otros eclesiásticos por la poesía, alude Cervantes en su «Viaje al Parnaso» (cap. IV): añadir una necedad y quitar una cosa bien dicha, decfan que era suya». Los años inmediatos a su profesión debió pasarlos Remón en Toledo, ejercitándose en la predicación, que le granjeó mucha fama. Parece que debió coincidir allí con Tirso, que enton- ¡Aquí del Rey! ¿Qué es esto? ¿Qué recelo o celo les impide a mostrarse Sin miedo ante la turba vil del suelo? ¿Puede ninguna ciencia compararse Con esta universal de la poesía, Que límites no tiene do encerrarse? Y señalando a uno de los embozados, dice: Un licenciado de un ingenio inmenso Es aquél, y aunque en traje mercedario, Como a señor le dan las musas censo. Ramón se llama, auxilio necesario Con que Delio se esfuerza y ve rendidas Las obstinadas fuerzas del contrario. Con todo, Remón dice en el prólogo de los «Entretenimientos y Juegos Honestos . , impresos en 1623, «que había puesto en público doce diferencias de libros en su nombre y seis en el ajeno». ¿Serían parte de sus comedias? Que muchas de ellas se las apropiaron otros, lo dice Quevedo en la «Vida del Buscón» (II, cap. IX), donde admirándose D. Pablo de que todos los autores o empresarios escribieran -comedias, dice: «antes, si no eran comedias del buen Lope de :-Vega y Ramón, no había otra cosa... «pero los farsantes, con El P. Maestro Alonso Rernón. ces terminaba sus estudios, y aun es probable que influyera en la vocación dramática de éste. Dedicóse también a componer libros, algunos de los cuales estaban ya dispuestos para la imprenta en 1612, aunque tardaron en encontrar Mecenas que costeara la edición. El más antiguo impreso son sus «Discursos Predicables de la Concepción Purísima», que publicó Luis Sánchez, en 1616; pero «Las Etimologías Bíblicas» tienen las aprobaciones en 1612, y de esa — 56 fecha es también el retrato del autor, que va en ellas (y reproducimos aquí), pues dice tenía entonces Cincuenta y dos dí05. La Orden le honró con los títulos de Presentado, Predicador y Cronista general, encargándole escribir su historia para cele-brar el cuarto centenario de su fwaciacIón en 1618, trabajo- que absorbió gran parte de sus fueezas y que no vió terminado, pues sólo imprimió el tomo primero en dicho año. El segundo salió en 1633, por los cuidados del Maestro Fray Francisco Benavides, y los dos restantes quedaron en el Archivo general de la Orden. Lope de Vega, que había hecho un prólogo al «Gobierno Humano», excusándose de presentar al autor, tan conocido en toda Europa, alude a los trabajos de su ancianidad en el «Laurel de Apolo Fray Alonso Ramón, puesto que olvida Las musas por la historia, Cuenca le ofrezca duplicada gloria A sus letras debida, Pues le ha dado más frutos, más tesoro, Si los libros son más que plata y oro, Entrando más por tí, dichoso Júcar, Que a España por la Barra de San Lucar. En tan fructuosas ocupaciones le encontró la muerte el 23 de Junio de 1632 en el convento de Madrid, donde había residido continuamente los últimos veinte años. De sus obras impresas hasta 1625 nos da razón él mismo en «La Casa de la Razón y el Desengaño ' .., condenando la pesadez de muchos contemporáneos suyos: «Yo he puesto a vista y en el tribunal de los censores ordinarios todas estas diferencias de libros, sin otros muchos papeles sueltos a diferentes propósitos: «La Historia de mi Orden». «Los Discursos de la limpísima Concepción de Nuestra Señora». «La Práctica espiritual». «El Gobierno humano sacado del divino». «La Etimología Sacra in universam Bibliam». «La Espada Sagrada». «La Vida de Don Fernando de Córdova». «La Vida de Gregorio López». «La Vida del exemplar y santo varón Fr. Juan de Vallejo, hijo de mi religión». «La Vida del Caballero de Gracia». «La Vida de Nuestro Padre San Pedro Nolasco». «La Historia de la imagen de Nuestra Señora de los Remedios, que está en nuestro convento de Madrid». «Los Juegos y Recreaciones honestas,. — 57 — «La Quaresma del Buen Cristiano». «La Semana Santa bien empleada». «El Psalterio Virginal de San Buenaventura». «Los Proverbios de Salomón, con tres paraphrases». «Una Apología de la Concepción Limpíssima». Y un Elogio, desnudo de autores y vestido de conceptos propios, de la Purificación de la Reina del Cielo. Y a ora esta Casa de la Razón y el Desengaño». Y en tanta variedad de lección y abrazando materias tan diferentes como son las de espfritu, las de historia, las políticas y de razón de Estado, las predicables, las morales, las teólogas y aun algunas de las letras humanas, escasamente llegan a mil y quinientos pliegos de impresión». De casi todos estos libros hay papeleta detallada en la Bibliografía de Pérez Pastor. El Padre Harciä, en su «Bibloteca Mercedaria», manuscrita, enumera hasta dieciseis obras más del Padre Remón, impresas en su mayor parte, de varias de las cuales he visto ejemplares: Discursos Elógicos y Apologéticos de la vida de San Pedro Nolasco, Madrid, 1627. Las Fiestas solemnes y grandiosas que la Orden de la Merced hizo a la canonización de su Fundador, Madrid 1629. Relación del martirio de/Padre Alonso Gómez de Encinas a manos de los holandeses en la isla de la Puná. Ha sido reproducida en el Boletín Oficial de la Merced, Febrero de 1914. Imprimió por vez primera la Historia de la conquista de Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo, y dejó muy adelantada la impresión del primer Bufado de la Merced, en colaboración con el célebre canonista portugués Fr. Serafín de Freitas. Escuela del espíritu para los principiantes en este camino, Madrid 1626. No cabe en esta revista un estudio más detallado, pero el Padre Remón merece y espero que tendrá una biografía completa. Es nuestra figura más grande en la literatura, después de Tirso. FR. GUILLERMO VÁZQUEZ PAGINA MISIONAL De Puerto Rico. f2vdo. P. Director de LA MERCED. Sabido es cómo esta perla de las Antillas fue colonia española. A la vez que los yanquis, entraron aquí una verdadera horda de protestantes con sus diferentes sectas, evangelistas, presbiterianos, metodistas, etc.; vinieron también muchos masones, - 58 — — 59 — judíos y espiritistas y todos ellos abrieron centros y organizaron la propaganda. Por otra parte el Gobierno con su libertad de cultos, con la escandalosa ley del divorcio, con la escuela mixta, amén de adelantos y considerando por ciudadano más honrado al que tenga más dinero, sin preocuparse de si está bien o mal adquirido, contribuyó a la apostasía general y a la ignorancia más crasa en materias de religión. El setenta por cien de la población vive diseminada en los campos, en los grandes cafetales—verdaderos bosques - en las fincas de caña, tabaco, etc., y en un estado tal de pobreza, que todo el ajuar de una familia, incluyendo la casa, ganados, muebles, etc., no vale más de 50 pesetas españolas y en la mayor parte de los casos la casa es del propietario de la finca. El tipo general de todas estas casas es el de una jaula cuadrada, de madera y cáscaras, con una sola habitación que hace de cocina, comedor, dormitorio, etc. No se ven ni sillas, ni camas, ni ropas, y sin embargo en ellas vive una familia, generalmente muy numerosa. Las casas están en aire sobre cuatro puntales de madera clavados en el suelo, y cuando se traslada una familia se sustituyen los puntales por ruedas y se traslada la casa sin necesidad de deshacerla. Ahora se explica la noticia de los periódicos yanquis de que los norteamericanos trasladan las casas sin deshacerlas. Una cosa buena han hecho los americanos y es colocar una escuela donde haya varias familias y han conseguido que los analfabetos no excedan del tres al cuatro por cien, aunque difícilmente sube de ese número los que conocen quién es Dios. El otro día tuve ocasión de acompañar al Sr. Obispo en la Visita Pastoral a las parroquias de Maricao y Las Marías, y he visto confirmar a padres, hijos y nietos, y que hacían la primera comunión hombres de treinta, de cuarenta y de cincuenta años. Para mejor darse cuenta del estado de estos pueblos, baste saber que de diez a once mil habitantes que tiene cada una de estas parroquias, sólo quinientas viven en el pueblo y el resto en los campos, y que el número de matrimonios católicos no excede del cinco por cien. Tanto en éste como en otros pueblos de la Isla hay muchas familias españolas que por cierto saben honrar a su patria. Una cosa graciosa observé al tomar los nombres de los confirmados, y fué que casi todos los apellidos eran nobles: Ponce de León, Figueroa, Quiñones, etc., y también que en las partes altas de la Isla no hay negros y sí en la bajura, como dicen aquí, en las ciudades, sin duda efecto de la esclavitud. campesinos, gíbaros, llamados cheos, que se decían estar inspirados por San Juan Evangelista y en lenguaje gibar° (el castellano con muchos términos indios) predicaron en muchos pueblos de la Isla. Predicaban cuando la inspiración los asistía y cuando ésta se elevaba, como ellos dicen, callaban. La gente del campo los seguía ciegamente y no fue poco el fruto que cosecharon. A primera vista diríamos que eran nuestros iluminados españoles de antaño. La intervención de las autoridades eclesiásticas dió por resultado que aprobaron su doctrina, pues era sana, y fundaron Como después de la invasión quedaron muy pocos sacerdotes para contrarrestar tantos males, la religión católica, exteriormente, casi llegó a desaparecer. Para suplir algo esa falta de clero, aparecieron hace unos veinte años varios predicadores Jóvenes postulantes del hábito de la Merced, que se están iniciando en la vida religiosa a la sombra del Santuario de San Ramón, en Portell. una Asociación de San Juan Evangelista y en los altos de Jayuya, en un punto casi inaccesible, verdadero nido de águilas, construyeron una magnífica capilla a la que concurren todos los cheos dos veces al año a practicar los santos ejercicios y renovar el «Pacto Cheo», programa de catolicismo práctico. Pues bien, a esta Meca chea fuí a pasar los alegres días de Navidad. Expresar las variadas impresiones de esos días no es cosa fácil. La bendición, Padre, era el saludo de todos al verme, — 60 — — 61 — acompañado de una profunda inclinación y a veces genuflexión. Ellos se saludan con un abrazo fraternal y un beso. Cooperación Misional. Una casita de madera adosada a la capilla y cuatro o cinco chavolas próximas es todo lo que alcanza la vista. Pero, cosa Nuestras hermanas las Madres Mercedarias de Escoriaza nos mandan la siguiente nota de la cooperación misional que sus alumnitas han prestado espiritual y económicamente durante el pasado año de 1927 a la Misión del Piauhy. rara, se toca la campana al anochecer y aparecen como por encanto y por diferentes veredas uno a uno hasta que se llena la capilla. Empezamos el ejercicio con el «Perdona a tu pueblo» (a esta gente le gusta mucho el canto); sigue el rosario con el «Viva María», sermón de una hora, bendición y después confiese usted hasta las doce que la gente no tiene prisa y el que menos vino de uno o dos kilómetros y por camino de cabras. A las siete de la mañana están todos oyendo misa y comulgando. En la Nochebuena, y después de la Misa del Gallo, me acosté rendido, y cuál sería mi sorpresa cuando me doy cuenta que los ratones me llevaban toda la lana de la almohada_ No sé cómo no me comieron las orejas. El día de Navidad celebré tres matrimonios y cuatro bautismos. El 26 por la tarde, antes de empezar el ejercicio, me avisan que en la iglesia el demonio atormentaba a una joven. Fui, allí y, en efecto, una joven de veintiún arios que por lo que yo había observado y según opinión de todos, era buenísima, estaba convertida en una energúmena, que si la dejaran se comería los brazos a bocados. ¿Qué hacer? ¿No será esto algún ataque mujeril?... A varias preguntas que se le hacen, contesta: «Me llamo Barrabás». «Ya que no puedo nada en el alma me gozaré en el cuerpos. Para curar llevarme a un centro espiritista, etc.» Después de algunas oraciones, agua bendita, etc., quedó en su estado normal sin darse cuenta de lo que había pasado. Al despedirme de estas gentes tan buenas y sencillas, sólo sentí no poder proporcionarles un crucifijo, una estampa, un rosario para llevar a sus casas y al que sin duda le tendrían mucha devoción. Pena da ver gente que no ama a Dios, pero es mayor cuando se ve que quiere amarle y servirle y no tiene medios para ello. El 27 por la tarde, cuando bajaba a la carretera de Ponce para coger un carro, como aquí le dicen al automóvil, creí que la montaña se venía conmigo. Se descolgó un aguacero tal, que sin poderlo evitar me puse todo perdido. Realmente para ver llover hay que venir a Puerto Rico. Contra lo que era de esperar no tuvo consecuencias. Por hoy nada más. Salude a esos buenos Padres y mande a su afectísimo hermano, FR. E. Pe,REz Cooperación espiritual. Actos de amor. Exámenes de conciencia Comuniones sacramentales Idem espirituales Misas Mortificaciones 111.096 1.570 963 9.452 1.095 1.910 17.946 2.323 2.797 Avemarías Rosarios Visitas al Santísimo Cooperación económica. Pesetas. Las cuotas del Colegio Ex colegialas y otras personas bienhechoras Recogidas en la Visita Domiciliaria de Nuestra Santísima Madre En las huchas del recibidor y comedor TOTAL Cantidades recibidas en LA MERCED: Madres Mercedarias de Escoriaza Srta. Carmen García Palacios María Luisa Ramos 2' Carmen Pos Mercedes Quesada Pilar Díez ..................... Carmen Cuervo » Pilar Redondo Mercedarias de la Caridad de Cazorla D. Juan G. Rodrigo TOTAL 31,00 36,00 60,00 4,90 131,90 .... •• 131,90 1,65 1,30 1,65 1,55 1,85 1,40 1,05 1,00 15,00 158,35 — 62 -- La obra del Reformatorio. Necesidad del trabajo. El fin único de los reformatorios es suplir los defectos de la familia en la educación de sus hijos. La educación es un concepto orgánico que comprende la instrucción, aprendizaje de una profesión u oficio, y, sobre todo, una esmerada formación religiosa. La instrucción es casi siempre elemental. Son gente que no ha de vivir de una profesión liberal; algunas veces podrá consistir sú medio de vida en un escritorio, pero regularmente lo constituye un oficio manual. La influencia educadora del trabajo, de todo trabajo, es una tesis que no necesita demostración; con todo, es la doctrina que requiere predicadores muy celosos. Así, estos inmensos casinos, inmensos en cantidad y calidad, hablan de un culto sustancial, no pasajero, al ocio. Allí se juntan los hombres más tristes del mundo, los que no saben qué hacer de su vida. Son los eternos disponibles, los sobrantes del mundo. Pero el horror al vacío es una ley biológica, sea lo que quiera en Física, y se traduce en el corazón por una amargura incurable. Siguiendo la línea de lo fácil, de lo cómodo, la vida viene a ser la repetición incesante de las mismas cosas. El orden resulta aburrido, decía uno. No obstante, respeta usted mucho sus narices, repuso otro. Esa monotonía intolerable es la que enardece el anhelo nunca satisfecho de diversión, las expensas innecesarias sobre nuevas y nuevas formas de mimo sensual, la inversión de enormes cantidades en el juego. Pero la monotonía no se quebranta por esos medios; hay que buscar la curva del trabajo para encontrar amenidad, el encanto inefable de la producción de las ideas y los hechos. El trabajo crea una disposición tranquila y suave, muy a propósito para asimilar el lenguaje de la verdad. La exaltación pasional, la intoxicación criminal no se compadecen bien con ese placer íntimo y sereno que por disposición divina suele acompañar a una vida ocupada. Vale la pena de referir aquí un caso, por lo mismo que es típico y que ocurre con frecuencia. Hace bastante tiempo de esto, era un mozuelo que apuntaba ya para hombre, tan ignorante en religión como en las primeras letras. No sabía signarse, ni tenía idea de Dios, prueba evidente de que en su casa no había ningún interés ni cuidado de estas cosas. Por fuerza tenía que frecuentar medios sociales, donde la frase soez, la ignorancia de Dios y la blasfemia consiguiente suelen gozar de envidiable fortuna. Sin embargo, el joven se conservaba relativamente sano, esto es, sentía verdadera ansia por aprender Religión, las cuentas y primeras letras. Sentía hambre de saber cosas buenas, como él decía; con gusto — 65 — estaría oyendo horas seguidas las explicaciones de la Doctrina. El hecho tenía su interés y me puse a examinarlo. ¿Encontraría la clave en la herencia? No, porque la herencia cede siempre a la influencia del medio; además se ve cuál podía ser ella. En resumen, no encontré mejor explicación que la de que el joven, niño aún, había perdido a su padre y se vió forzado a trabajar bravamente para mantener a sus hermanitos menores y madre. A veces se puede intentar un ensayo o experimento bonito y eficaz en los reformatorios. Reúnase a un grupo de chicos que hayan venido de análogos medios, familiar y callejero, con la diferencia de que uno o varios hayan tenido que trabajar y los demás no. Y si esta comparación se puede hacer entre dos grupos numerosos, mucho mejor sería la experimentación. Bien discutidos los términos de comparación, es bien seguro que brotarían conclusiones felices a cuenta de esa diferencia, que es el factor trabajo. El trabajo manual, que puede convenir más o menos a todos, es de una higiene necesaria a muchísima gente. En los que carecen de facultad crítica bien formada, la fantasía goza de una fuerza sugestiva que conduce a todos los delirios, sin el contrapeso de una ocupación fija. Variedad de procesos neuróticos tuvieron sus primeros momentos en la dulce vagancia y divagación. Es cosa demostrada. El trabajo crea carácter en el joven y le sugiere el sentido de una independencia sana y digna, Le hace depender de sí mismo y no mendigar ajenas ayudas. Le enseña prácticamente que él tiene que andar con sus pies, ver con sus ojos, discurrir hasta cierto punto con su razón y trabajar con sus brazos. Esto es lo que aprovecha, lo que hace uno. Lo que hace el vecino, a él aprovecha en primer lugar. De todo lo cual se deduce que los reformatorios que no tienen bien establecido el trabajo con sus talleres y oficinas, cumplen su fin muy a medias. No tan sólo eso, sino que crea para el educador un problema de muy difícil solución. Es muy esencial que el menor esté constantemente ocupado en alguna cosa; hay además otra razón, muchos de ellos están atravesando la crisis de la pubertad. Son unas dieciséis horas las que quedan fuera del sueño; no hay trabajo; es contraproducente tenerlos constantemente en clase; total, que el educador tiene que hacer una gimnasia mental formidable para evitar el aburrimiento y no lo consigue. El que escribe esto tiene derecho a la indulgencia del lector, pues ha tenido que pasar por estas experiencias. Y el caso es más doloroso, cuando entra un joven que vivía ya del trabajo y descubre que también se puede vivir sin trabajar y hasta bien. Seamos muy amigos del trabajo, aunque solo sea porque — 64 — — 65 — se trata del adversario de nuestro enemigo. Nuestro enemigo es el hombre viejo, condenado en el Evangelio. Necesidad de amor paternal en los reformadores. Este amor paternal, a través del cual debe mirarse la obra de los reformatorios, es esencialmente picudo como todo amor verdadero. Tiene una arista de benignidad e indulgencia, y otra de severidad o justicia. Abundan los que piensan que el amor tiene que ser una cosa unilateral: sólo debe saber perdonar y compadecer. Pero no es así; pues atributo esencial del amor es el odio a la injusticia, y si el amor es substancial, como en Dios, requiere un odio infinito a la iniquidad. Para los que confunden el amor verdadero, que es espiritual, con el carnal, su sombra, ha de sonarles muy fuerte esta verdad: los dolores mismos de la vida denuncian una fuente amorosa, lo mismo que las bendiciones del Señor. Una vez supuesto el pecado o el desorden espiritual, esencial es que se traduzca a otros órdenes inferiores de nuestra unidad orgánica y su expresión sensible es el dolor. Todos los métodos pedagógicos han de reconocer esta verdad fundamental. Cuanto más amor, mejor; pero entendido a la manera completa que aquí se entiende. La bondad excesiva del profesor estimula la astucia del discípulo para aparentar lo que está muy lejos de ser. Por otra parte la severidad inflexible crea grandes hipócritas y abúlicos. En ambos casos el resultado es el mismo: no hay modificación, reforma de la voluntad y de eso se trata precisamente. Lleva esa silla al otro lado, se le dijo una vez a un chico para sondear su voluntad. El niño permanece impasible. Se le repite la orden una y otra vez. Continúa inmutable el chico. El profesor, un poco nervioso, le toca en el pescuezo, y entonces, como si fuera por resorte, ejecuta la orden. En resolución, abulia de un pobre chico tan familiarizado con el palo, que parecía haber hecho interiormente una asociación inevitable entre el palo y el movimiento, al estilo de los brutos. FR. MARTIN ORTUZAR El cambio internacional. Antes era un asunto que interesaba a contadas personas y que muy pocas entendían. Hoy interesa a casi todo el mundo y sus consecuencias se hacen sentir en todas partes. Las medidas que toma, o debe tomar el Gobierno para regularizar el cambio monetario, son objeto de acaloradas discusiones hasta en retiradas aldeas. Y, sin embargo, es.fácil observar que la mayor parte de los discutidores no tienen idea clara de las causas que alteran el cambio, ni, por tanto,' de los remedios que deben aplicársele. No pocos llegan a negar su importancia y acusan al Gobierno porque deja salir de España nuestros productos, so pretexto de 'que tal salida beneficia al cambio, aunque se produzca la carestía en el interior. ¿Qué nos importa el cambio (exclaman sulfurados), si nosotros no queremos nada del extranjero? Los que tal dicen no se dan cuenta de que el comercio exterior, con ser menos importante, es, sin embargo, el que marca -los precios al interior. Unos cinco mil millones de pesetas re'presenta el comercio exterior de España (entre exportación e importación), mientras que el comercio interior, o sea lo comprado y vendido dentro de España, es seguramente cinco veces más. Y sin embargo la experiencia demuestra que el comercio exterior es el que impone los precios dentro de cada nación. La razón es obvia. Supongamos que nuestra moneda baja en el cambio internacional: los extranjeros podrán adquirir ,-cuanto tenemos a bajo precio, y que se producirá en seguida la carestía y con ella el alza de los propios, o lo que es igual, la ruina de la moneda en el mercado interior. Inútil decir que nos;otros no podremos comprar nada en el extranjero. ¿Que el cambio mejora? Pues los extranjeros cesan de comprar nuestros productos, que para ellos resultan caros, y nosotros podremos adquirir los suyos, haciendo así que todo abunde en nuestro mercado y que los precios bajen. Algunos radicales piden que se cierre el comercio exterior, pero aunque eso fuera posible (que no lo es), y consiguiéramos ‚encerrarnos en una torre de marfil, no podríamos evitar que al despreciarse nuestra moneda se viniera aquí medio mundo a disfrutar de la vida barata y a encarecérnosla, como sucedió algunas temporadas en Francia y en Alemania. El problema del cambio es, por tanto, de vida o muerte para las naciones, y los Gobiernos tienen que dedicarle atención preferente. ¿Cómo se sostiene el valor de la moneda nacional? La causa fundamental de su valor es el equilibrio del comercio de exportación e importación, o sea que lo enviado por España al extranjero valga tanto o más que lo adquirido por nosotros fuera de España. Si ese equilibrio no existe, los extranjeros tendrán excesivos créditos contra España, poseerán demasiados valores en pesetas que nadie querrá comprar, y la peseta se depreciará necesariamente. ¿No les bastará con poseer nuestra moneda? No, Porque la moneda (sobre todo si es papel), no tiene valor sino como medio de adquirir otras mercancías. Si nuestras deudas al extranjero superan a nuestro haber, o sea cuando emitamos excesivo papel, darán nuestro signo monetario a bajo precio, con tal de adquirir otro que lo tenga seguro. — 66 — Unica excepción de esa ley monetaria es el oro, que tiene siempre un valor fijo, y, por tanto, no se deprecia. La plata en barras vale poco más de la mitad de lo que reza su cuño, y en cuanto al papel... es papel mojado y sucio. Al equilibrio del comercio exterior deben aspirar, por consiguiente, todas las naciones, y, si es posible, a que la exportación supere a la importación. Hay, sin embargo, algunas naciones (como Inglaterra), cuyo comercio exterior está en perpetuo desequilibrio, y a pesar de todo, tienen el cambio favorable; ¿cómo se explica eso? Porque tienen otras fuentes de ingreso, que llevan cada ario a Inglaterra grandes sumas de dinero; por ejemplo, las compañías inglesas de ferrocarriles, minas, navegación, bancos, etcétera, que trabajan en el exterior y cuyas ganancias representan miles de millones. Todo eso va al bolsillo de los ingleses y contribuye a mantener alta su moneda. Algo parecido, bien que en menor escala, poseen también las demás naciones. Para España uno de los mejores ingresos es el ahorro de los emigrantes, que envían cada año a sus familias cerca de seiscientos millones de pesetas. Pero ¡cuánto más vale su trabajo! Las dos terceras partes de su valor quedan en el extranjero. Las oscilaciones del cambio originan crisis y trastornos sin cuento. Un alza pronunciada de nuestra moneda tiene por consecuencia próxima la invasión de nuestro mercado por los productos extranjeros, quedando sin trabajo nuestras fábricas y sus operarios. Actualmente nuestras minas de carbón no pueden competir con las inglesas; de ahí el hambre y lágrimas de los mineros. Por el contrario, la baja de nuestra moneda representa por el instante un aumento de bienestar para muchos ciudadanos, para todos aquellos que viven de la industria y del comercio, y aun del campo, los cuales ven aumentados sus pedidos y ventas. Pero luego se encuentran con que el dinero ganado vale poco y no les proporciona lo necesario. ¡Cuántos fabricantes creyeron enriquecerse trabajando furiosamente estos años! Pero como la moneda seguía bajando, se encontraron al fin de cuentas arruinados. Yo vi un órgano alemán que, después de colocado, valió al fabricante 1.800 pesetas. Pero el estado de la balanza comercial no se modifica todos los días, y, sin embargo, la cotización de la moneda está sujeta a continuas oscilaciones; ¿por qué? La ley de la oferta y de la demanda rige en el mercado del dinero como en los demás, y puede muy bien suceder que en un momento dado sea mayor la demanda de pesetas que la oferta, y por tanto que suban de precio, atrayendo de ese modo a los que puedan venderlas. Pero muchas veces tales oscilaciones proceden del agio, o - 67 -7-de los manejos bursátiles. Se puede jugar al alza y a la baja sacando de ambas gran provecho, si hay habilidad y suerte. Las operaciones de Bolsa no se conciertan siempre al contado, sino que se venden y compran valores para entregarlos a fin del mes corriente o del próximo. Si, concertado el precio, se produce un alza, podrá el comprador vender inmediatamente el título adquirido (que aun no le entregaron), quedándose con la ganancia. Es el negocio de los alcistas. Se comprende también que, concertada la venta de un título a Un precio dado, si entretanto se produce la baja, el que la vendió sin tenerlo puede adquirirlo a precio inferior, embolsándose la diferencia. Eso es el negocio de los bajistas, y ambos pueden ejercerse con la moneda, o combinar la especulación de títulos con la de ésta. Pero ¿cómo se produce artificialmente el alza o baja? Antes para hacer que bajara la moneda de una nación, bastaba lanzar contra ella una noticia alarmante: la pérdida de las cosechas, una crisis ministerial, el temor de una revolución o de una guerra, etc., y los agiotistas aprovechaban con mucha frecuencia el telégrafo y la prensa para sus manejos. Hoy esos recursos están desacreditados y la gente curada de espantos. ¿Qué hacer? Otro medio más seguro, aunque costoso: Un consorcio de banqueros pide en un día dado y en muchas Bolsas gran número de millones de pesetas; como nolos hay, suben. Entonces los especuladores venden todos los valores españoles que tenían en su poder (acciones de ferrocarriles y minas, títulos de la deuda, etc,) ,y como la peseta está alta realizan con eso un pingüe negocio. Ya está aprovechada el alza y es tiempo de provocar la baja impulsando el péndulo en sentido opuesto. Otro buen día los banqueros lanzan al mercado las pesetas que antes habían adquirido, y como no hay quien las quiera, bajan, pero al mismo tiempo los especuladores compran toda clase de valores españoles, preparando así el terreno para otra alza. Y así indefinidamente, mientras el Gobierno no se decida a influir eficazmente, poniendo coto a los manejos de los especuladores. El cómo necesita estudio aparte. WILHELM ¡Soñando! El artista dejó a un lado la paleta metiendo el manojo de pinceles en su hueco y dando algunos pasos atrás para mejor gozar del golpe de vista contempló su obra con visible satisfacción. En verdad que el cuadro era de lo mejor que Alberto Manuel pintara en su gloriosa carrera artística; la armonía del colorido, — 69 — 2-7- 68 — la composición de las figuras, la corrección del dibujo, la verdad de la perspectiva, hacía que aquel cuadro pareciera un trozo arrancado a la realidad...; satisfecho el artista sintió ese goce íntimo'del que tiene conciencia de su valer, y después de contemplarle largo rato en pie, se dejó caer en un sillón paseando su mirada orgullosa por todos los ámbitos de su estudio. Y su mirada fue fijándose en aquellos bocetos de sus más famosas obras que colocaran su nombre a la mayor altura en el mundo del arte; allí eStaba el de su primera medalla, «La _Visión de Velázquez», hermoso lienzo en que se veía al gran genio de la pintura española arrobado ante la aparición de su hermosísimo Cristo que parecía surgir de un fondo de gloria; este cuadro adquirido por un Museo Extranjero, había alcanzar do universal fama al joven pintor, Y con la satisfacción del padre que se ve rodeado de sus hijos muy amados, Alberto Manuel permaneció largo rato en esta grata contemplación, hasta que su criado apareció en la puerta preguntando si el señor no deseaba le sirviesen la comida. La voz del fámulo sacó al pintor de su arrobamiento. —Sí----dijo volviendo en sí—; súbeme aquí el almuerzo. Y poco después, con el mejor apetito hacía los honores al suculento almuerzo, rociándolo con sendos vasos de vino Rioja. Cuando terminó, encendió un hermoso habano, y reclinándose en un diván cubierto de almohadones, dijo al criado que retirara los platos. —Corre los transparentes; así, que no me dé a mí la luz, pero que vea yo los cuadros. Y envuelto en las azuladas espirales que se escapaban de su cigarro, siguió contemplando a través de sus párpados entreabiertos su última obra que a cada momento parecía adquirir mayor vida y animación. Una dulce somnolencia iba invadiéndole poco a poco, los vapores de la digestión, el humo del habano, la semioscuridad que le rodeaba, todo contribuía a aquel estado de beatitud en que su imaginación divagaba recopilando sus triunfos artísticos, que eran la envidia de sus rivales en arte..., rivales a los que despreciaba considerándoles por debajo de él. Pero de pronto una cosa singular vino a turbar el dulce sueño del artista; un objeto insignificante acababa de surgir ante él, o más bien varios objetos que, irguiéndose con atrevimiento parecían desafiarle; era el manojo de pinceles que dejara en la paleta y que se dirigían a su dueño, levantando sus cerdas teñidas de varios colores, como cabelleras de viejas coquetas. Y unas vocecillas finas como el soplo de la brisa llegaron hasta sus oídos: — ¡Necio!—decían aquellas vocecillas burlonas.—¿Has pintado tú acaso esos cuadros de que tanto te engríes? Si no fuera por nosotros...; ¿cómo hubieras podido trazar ni una pincelada? . El asombro paralizó la indignación de Alberto Manuel, quiso tender la mano para castigar la osadía de aquellos pinceles parlantes, arrojándolos por la ventana; pero una especie de terror supersticioso le detuvo. Sin embargo, exclamó con voz ahogada por la ira y e estupor: —¿Y si no fuera por que mi mano os mueve y dirige, pintaríais vosotros, viles instrumentos del hombre? Una risita burlona salió del grupo de pinceles, exasperando al artista. —¿Y tú, no eres acaso un vil instrumento también? Es verdad que tu mano nos dirige, pero ¿quién mueve tu mano, quién concede a tu inteligencia esa luz que no es más que un reflejo muy tenue y prestado de otra luz superior? ¡El genio del hombre! ¿Qué es el genio del hombre si no un chispazo de la luz divina? Y Dios todos los días, a todas horas te esta regalando esos rayitos de luz de que tanto te enorgulleces, atribuyéndote el mérito a tí propio. ¡Pobre y miserable instrumento que eres en las manos omnipotentes del Creador lo que nosotros somos en las tuyas... Alberto Manuel se agitó en su diván; su vista fue a tropezar con su gran cuadro «La Visión de Velázquez», y de su fondo surgió severo, hermosísimo el Santo Cristo con los brazos abiertos. Entonces se operó una revolución extraña y desconocida en el espíritu del artista; se enderezó y abrió los ojos; la vocecilla había callado, los pinceles permanecían inertes en el hueco de la paleta. ---. ¡Qué sueño más tonto!—se dijo encogiéndose de hombros. Y descorriendo la cortina, graduó la luz para ver si faltaba algún toque a su obra. Y tomando la paleta y los pinceles fue a reforzar un golpe de luz. Pero hijo tal vez de la excitación que lo dominaba, su mano tembló, no obedeciendo el pincel al mandato de su voluntad y la pincelada insegura vacilante en vez de dar más realce y belleza a aquel trozo, borró la pureza de su contorno. Alberto Manuel, tiró con rabia paleta y pinceles; le parecía oir la risita burlona de poco antes, se dejó caer en el diván ocultando la frente entre sus manos y allí permaneció largo ralo hundido en sus pensamientos, humillado, sin voz, sin, movimiento. Cuando levantó su cabeza, su mirada se fijó con indescriptible expresión en el Cristo de Velázquez, y lentamente sus labios formular-Cm estas palabras: 70 — — —11.1n instrumento en las manos de Dios...! ¡Pero no me arrojeis de vuestra mano! Dejadme trabajar, guiado por Vos, Dios mío, sí, guiado por Vos para daros gloria. J. GARCÍA HERREROS Allá por tierra de moros. (CONCLUSIÓN) Al día siguiente subieron Amar y Nechma con sus cabras algo más temprano que de costumbre; traían, además, un asno enjaezado, y venía con ellos otro morillo. Corriendo, bajó Moyúa a su encuentro. Antes de que llegara junto a ellos, se pararon; el morillo torció de vereda y marchó .con las cabras, y Amar y Nechma aguardaron al cabo. —Buenos días, Amar. —Buenos, cabo. —¿Qué hay, Nechma? Qué ¿querer o no querer venir para España? — Sí, hombre; querer, querer—respondió la pequeña con interés. —Y aquél ¿ser vuestro hermano? —No—contestó Amar—; ser amigo, y yo dar a él una peseta y hoy guardar cabras. —Y el borrico, ¿para qué traerlo? -- Para tú montar. —Yo ir andando; montar Nechma. —Nechma, no saber; y aunque saber, hoy montar tú. —Sí, cabo, sí, montar tú—dijo también ella. —Yo no querer. Si tú no montar, montar Amar. --Pues yo tampoco querer—dijo Amar. Echaron el borrico delante; y a pie, emprendieron los tres el camino del aduar. Ya cerca, en un pequeño embalse que forma un arroyo que por allí pasa, estaban cinco mocitas lavando. Ver a Moyúa, y •levantarse las cinco para querer escapar, fué todo uno. Habló con ellas Nechma algunas palabras, que el cabo entendió, por lo que hicieron las lavanderas, y esperaron a que pasara; pero muy sobresaltadas. Sin embargo, una de ellas marchó, si no corriendo, a paso más que regular. 71 — Por lo que vió después Moyúa, era Farha, hermana de Nechma y Amar; la cual, viendo que el cabo venia, fui a avisar a su madre. Llegaron al aduar, y sucedió lo que Moyúa había barruntado. ' En el huerto de su casa, debajo de un algarrobo, estaba Farha colocando una estera. Entre alguna ropa tendida, a lo largo de una pared, reconoció el cabo su bufanda. Ya no le cupo duda de que la madre de sus dos amiguitos era aquella misma mujer a quien pocos días antes había socorrido. Efectivamente; era ella misma la que le esperaba en la puerta del patio. Cuando la mora vió a Mayúa, comenzó a levantar las manos al cielo y a hacer mil inclinaciones, y dijo muchas cosas, que el cabo no entendió; pero que debieron de ser muy tiernas y de mucho agradecimiento. Al llegar junto a ella, puso la mora su mano sobre el corazón y después la besó, indicando con esto que deseaba besar la del cabo. Lo primero que hizo Moyúa fué preguntar por el pequeñín. Corriendo entró Nechma en casa y lo trajo en sus brazos. Lo cogió Moyúa en los suyos, y no se contentó con hacerle una caricia, le dió dos besos muy apretados. El cabo sólo notaba en torno suyo, admiración y alegría, mezcladas con agradecimiento y respeto. Después de haber hablado y enseñado la casa, faltaba lo principal. Le tenían preparado un verdadero banquete. Sólo esperaron a que llegara Ben-Meri, hermano de la buena mora y tío de Amar y sus hermanas. Cuando Meri hubo llegado, pasaron a colocarse debajo del algarrobo, en donde Farha tenía todo preparado. El cabo ocupó en la mesa, mejor dicho, en la estera, el lugar de preferencia. A la derecha del cabo se sentó Nechma, a la izquierda Amar, a continuación de Nechma Ben-Meri y después de Amar la mora. Farha sirvió la comida. Fueron todas las distinciones para el cabo; pero éste se las cedió a Nechma. Hablaron de muchas cosas; pero lo que más cautivaba la atención de Mayúa eran la solicitud y cariño con que le servía Farha. Conoció el cabo que la joven deseaba que le hablase, y Je dijo algunas palabras halagüeñas. Y por cierto que las me- — 72 recia; pues Farha aventajaba en hermosura a la sevillana más guapa. De sobre estera, versó la conversación acerca de la venida de Nechrna a España. Ella estaba más animada que nunca, y si su madre la dejara, aquel mismo día saldría con el cabo. Imposible el explicar cómo llegó a quererle tanto. —Y tú, Farha, ¿querer venir conmigo? Mira que yo ser mucho bueno. —Ya saber que tú ser mucho bueno, pero yo si ir a España morir de pena. —¿Por qué morir de pena? España ser más bonita que esta tierra, y yo tener una casa mucho grande. Tú allí estar mucho bien. —Y saber que estar mucho bien; pero no tener con quien hablar. —Pues hablar conmigo. —Pero aunque hablar contigo, no tener amigas. —Sí, Farha, tú allí tener amigas. En España, sobre todo en mi pueblo, ser las muleras mucho buenas, y cuando ver a tí, ser todas amigas tuyas. Además, yo tener dos hermanas. —¿Tú tener hermanas? —Sí—dijo Nechma —y llamarse Inés y Leocadia, ¿verdad cabo? —Sí, ser verdad. —Pues mis dos hermanas ser amigas tuyas, Farha. —Si tú querer quedar aquí, yo querer a tí siempre mucho, pero yo a España no ir. Moyúa se despidió por aquel día de aquella buena familia. De parte de la mora tuvo mil agasajos y bendiciones; puso ésta otra vez la mano sobre el corazón y la besó, y ofreció al cabo su casa para siempre. Farha, comenzó a sollozar. Les prometió a las dos que volvería a su casa tan pronto como pudiese, les hizo una reverencia a la usanza de ellas y echó a andar. Ben-Meri, Amar y Nechma acompañaron al cabo hasta cerca del campamento. *** — 73 — lumbre, fué muerto alevosamente por dos moros, de quienes se había fiado demasiado., , La tarde de aquel día pasaron-Amar y Nechma por el lugar del crimen, y quedaron horrorizados al ver el cadáver de su querido cabo, bañado en su propia sangre. Llenos de pánico y arrasados en 'Lágrimas los ojos, fueron a contar a su madre lo qué habían vis- to,., La mora no perdió la serenidad, si bien no pudo contener las lágrimas; y pensó qué determinación tomar, para que el cadáver del cabo no quedase allí a ser pasto de los cuervos y de los chacales. Cogió tres relazós de tela del color de la bandera española, los cosió entre sí e hizo con ellos un guión. Cuando hubo anochecido, acompañada de Amar, fué a colocar el guión junto al cadáver del cabo. La buena mora, decía para sí: Luego que amanezca y observen esto desde el campamento, sin duda que vendrán a mirar qué hay aquí; y viendo el cadáver del cabo, lo recogerán para darle sepultura. FR. JUAN GONZÁLEZ Favores de Nuestra Santísima Madre de la Merced. El matrimonio José María e Isabel Pérez tenían un hijito llamado Salvador en un estado lamentable de endeblez y raquitismo. Agotados los medios humanos, acudieron a Nuestra Señora de la Merced ofreciendo vestir al niño el hábito de la Merced y dar una limosna para su culto si mejoraba. Mejoró, y tan notablemente, que hoy está hermosísimo, .y cumplieron agradecidos lo ofrecido. El padre del niño, Moyúa, fue víctima de su temeridad. Una mañana que salió del campamento, como tenía de cos- JOSE MARÍA NAVAS Rute (Córdoba). — 74 — 75 — Anda y canta. NOTICIAS Corriendo por entre breñas, cantando a todo cantar, va el arroyo hacia la vega caminito de la mar. Es muy larga la llanura, el cauce muy seco está, ¡y el arroyo es tan pequeño!... pero él corre, corre siempre, cantando a todo cantar, que aunque el mar está muy lejos tiene que llegar al mar. El 2 de febrero recibió el presbiterado el joven corista de Poyo fray Gumersindo Placer, de manos del ilustrísimo padre Mutiloa, recién consagrado Obispo de Barbastro. ¡Mil enhorabuenas! Tuvimos el gusto de saludar aquí al reverendo padre Comendador de Poyo fray Luis Barros. También pasó entre nosotros unos días el reverendo padre Fernando Díez, Comendador de Herencia, y el padre Pío Uribe, Comendador de Lequeitio. Regresó del Norte, después de una laboriosa excursión, et reverendísimo padre Inocencio López. De paso para Barcelona, donde predicará una Novena, estuvo aquí algunas horas el padre Enrique García. También estuvo a despedirse de sus hermanos el padre Carlos Carnevali, destinado a la provincia de Valencia. ¡Ay!, que es muy largo el camino?, mortal, que tienes que andar; por eso es mejor que vayas canta que te cantarás, como el arroyo que corre caminito de la mar. No mires si es cuesta arriba la senda por donde vas: cuesta arriba o cuesta abajo, al fin la tienes que andar. Si a la vera del camino te salen a preguntar ¡,por qué vas canta que canta sin pararte a descansar?, no te detengas, que aún queda mucho camino que andar, y aunque es larga la jornada a la meta hay que llegar. Sigue, sigue por la senda canta que te cantarás, como el arroyo que corre caminito de la mar. FR. JOSÉ CEREIN> MADRID HERENCIA La Novena, y particularmente el Triduo, en honor de Nuestro Santo Padre, ha sido este año muy solemne, con sermón diario por el padre Enrique García, que supo despertar vivo interés en el auditorio. El mismo padre dirigió el día de retiro espiritual a las Marías de los Sagrarios. También se están celebrando con magnífico esplendor los siete domingos en honor del Patriarca San José. Las Comuniones son innumerables, y hay sermón por la tarde, que predica el padre Comendador, excepto el primer domingo, que lo hizo el padre García. Como lodos los años, se hacen los siete sábados en honor de Nuestra Santísima Madre. DE MARQUINA En aquel convento de nuestras religiosas tuvo lugar la Visita Canónica en los días 15 al 21 del pasado enero, y en las elecciones presididas por el reverendísimo padre Inocencio López; fueron elegidas: Comendadora, la reverenda Madre Trinidad, Consejeras, las Madres Justina de Santa Teresa, Sor Mercedes y Sor Pilar, y Maestra de Novicias, la misma Madre Justina. Directora de Colegio fué reelegida la Madre Mercedes. El Colegio está cada vez más próspero, y el entusiasmo por ras Misiones es muy grande en aquellas niñas y profesoras. BILBAO. Nueva Archicofradía.—Se celebró con mucha solemnidad la Novena de nuestro Patriarca San Pedro Nolasco, y los tres últimos días predicó el reverendísimo padre Inocencio López, quedando erigida canónicamente la Archicofradía de Nuestra Santísima Madre de la Merced, con cerca de 400 personas. Feli- — 76 — — 77 — citamos de corazón a las reverendas Madres Mercedarias y al señor Capellán don José María Gutiérrez, por el celo que desplegaron en esta obra, que era tan necesaria en Bilbao, y a la Junta directiva, que la componen doña María Bartida, doña Vi sitación Fernández de Lama, como presidenta y vicepresidenta, respectivamente; señorita Paz Frías, como tesorera, y señorita Ortiz, como secretaria, y varias señoras y señoritas más, como consiliarias y celadoras de Coro. , He aquí lo_que dice la «Gaceta del Norte», de Bilbao, en su húmero del 16 de febrero: Los cultos de la Archicofradía de la Merced.—Después de los solemnes cultos del Triduo con motivo de la fundación de la Archicofradía de la Merced en Bilbao, tuvo lugar en la iglesia ,de las Mercedarias el pasado domingo una solemnísima función religiosa, primera de las que en adelante se celebrarán los segundos domingos de cada mes. Dichos cultos resultaron solemnísimos, asistiendo a ellos numerosos fieles archicofrades, que lucían en sus pechos el santo escapulario de la Virgen de la Merced. Por la mañana hubo nutridísima comunión general, cantando durante ella las religiosas preciosos motetes al Santísimo. Al final pronunció unas palabras el padre Inocencio López Santa María, para dar las gracias a los concurrentes y alentándoles a seguir prestando su asistencia a estos actos religiosos. Por la tarde, a las cinco, después de la Exposición del Santísimo, estación, rosario y salutación a la Santísima Virgen, pronunció un elocuente sermón el reverendísimo padre Inocencio López Santa María, ex General de ja Orden, alma y vida de esta naciente Archicofradía, y en la que puso, desde el principio, todo su fervor y cariño hasta ver coronada una obra que hace tantos años viene acariciando. Este religioso mercedario demostró ser un gran orador sagrado, de conocimientos profundísimos y de dicción esmerada, y su sermón estuvo lleno de sabias enseñanzas. - Terminaron los cultos con la bendición y canto del Himno de la Merced por las religiosas y alumnas del Colegio. No queremos terminar estas líneas sin felicitar al dignísimo Capellán del convento don José María Gutiérrez, por su labor constante y activa al frente de esta nueva Archicofradía.—P. P. RAMALES (Santander): En este Colegio de Madres Mercedarias dirigió unos ejercicios a las religiosas, a las alumnas y a las señoras y señoritas del pueblo, el reverendísimo padre Inocencio López Santa María. Fue mucha la asistencia, y al parecer, abundante el fruto. Felicitamos a las Reverendas Madres por esta hermosa obra de redención, que puede sumarse a la que allí hace ya tiempo rea& zan en la enseñanza. LAS LABORES (Ciudad Real) El Sacratisimo Corazón de Jesús entronizado en la Escuela Nacional de Niños.—Con indescriptible entusiasmo que embargaba los infantiles corazones de los niños, alumnos de la Escuela Nació-: nal, Ilevóse a efecto, en la mañana del día del actual mes, el proclamar p úblicamente por Rey y Señor al6 Corazón Sagrado de Jesús, acto que fué secundado en júbilo y p resencia por las , autoridades locales y pueblo en general. El acto de la entronización Ilevölo a cabo el sabio y virtuoso sacerdote, cura ecónomo de esta parroquia, don Emilio Gallego Fernández, quien con su elocuente y clara oratoria exaltó a todos los allí congregados, a la repetición de actos como este, haciendo saber el gran amor que debemos hacia Nuestro Señor, Rey de todas las Naciones. También estuvieron r epresentadas las «Marías de los Sagranos Calvarios» de Herencia, asistiendo asimismo las «Hijas de; María» de esta villa. Por las niñas y niños de ambas Escuelas, cantáronse himnos propios del acto, y postrados largo rato ante el artístico, altar levantado, el cual estaba adornado e iluminado profusamente, dieron gracias al Divino Redentor por haberles dejado. llegar a este tan ansiado día de feliz e inolvidable recuerdo para sus tiernos corazones. Digna de elogiar es la cooperación y ardiente celo prestado en la confección y adorno del altar y local, respectivamente, . por las señoritas Miralles (maestra nacional), Palmero, Moreno, Díaz-Pavón y Durán, todas ellas Hijas de María, a todas las cuales damos las gracias y felicitamos por el éxito obtenido. FLORENCIO F ERNÁNDEZ DELGADO Las Labores y febrero de 1928. Apostolado de las ENCUERA HH. Mercedarias de la Caridad .—HospitalAsilo. Casi desde la fundación del Instituto las HH. Mercedarias de la Caridad vienen dirigiendo el Hospital-Asilo de San Rafael con gran acierto y aplauso del pueblo. Escuela de p árvulos.—Como si esto fuese poco, el ardoroso celo de las abnegadas religiosas sostiene una Escuela de párvulos gratuita, con una asistencia de 300 niños de ambos sexos. La mayor parte de estos niños son hijos de obreros. A las, primeras horas de la mañana los entregan a las religiosas, con las que pasan todo el día, hasta que a la noche los van a buscar;. allí les dan la comida y merienda; y aquellas horas se deslizan para ellos veloces, al calor de tanto cariño. Estas beneméritas religiosas asisten también a los enfermos, á domicilio. ¡Cuántas almas deben el haber co nquistado el cielo al celo desplegado, en sus últimos días de su vida, por la Hermana Mercedaria de la Caridad! - 78 --- Colegio de Nuestra Seriora de la Merced. —Hace pocos años que fundaron un Colegio de primera y segunda enseñanza para señoritas en uno de los puntos más céntricos de la población, adonde concurren más de 200 alumnas. Los salones de las clases son amplios y ventilados. Las Profesoras son todas religiosas muy bien preparadas y algunas con grados académicos. Escuela Dominical.—En los locales del Colegio sostienen estas religiosas una Escuela Dominical con una asistencia de más de 90 obreras, quienes, después de respirar por espacio de seis días la atmósfera viciada del taller, de la fábrica, concurren a este centro de enseñanza, donde completan su instrucción y educación con el trato y roce con las profesoras y con señoritas que ayudan a las religiosas en esta simpática obra. Biblioteca «La Merced» . —Como fruto de las hermosas conferencias que nos dió el R. P. Ricardo Delgado Capeáns, Provincial de la Merced de Valencia, se estableció en el Colegio una Biblioteca de lecturas amenas, donde las alumnas, las ex alumnas y aun todos los que las pidan, encontrarán lectura amena, instructiva, moral y cuyas obras pueden llevar a sus casas para servir de lectura en las veladas del hogar. —Han celebrado las fiestas de Pascua y Ario Nuevo con gran solemnidad y esplendor. Para tan simpáticas fiestas se prepararon haciendo todo el Colegio Ejercicios espirituales bajo la dirección de don Bautista Belda. Los días de Navidad, Año Nuevo y Reyes, han representado en el Salón de Actos preciosas zarzuelas y dramas, en donde se revelaron como consumadas artistas las señoritas que actuaron y que fueron premiadas, por el numeroso público, con entusiastas aplausos. La actual Superiora, Sor M. Rufina C. de San José, no perdona medio para colocar el Colegio a gran altura, y lo consigue. CAZORLA Hermandad de San Pedro Nolasco, de Cazorla.—Con gran solemnidad y muy numeroso concurso de fieles se han celebrado en este pueblo los cultos que anualmente dedica a su titular la Hermandad de San Pedro Nolasco. Elogios sinceros merecen estos jóvenes directores de la Congregación, que no omiten sacrificio alguno en su entusiasta labor religioso-social, y cada ario consiguen mayores éxitos y mayor número de adeptos. Es una labor meritísima la suya al inculcar en las almas juveniles de los hijos de Cazorla ideas de acendrada religiosidad. La santa institución de la Merced es ya entre nosotros como un árbol frondoso de raíces muy profundas. Los últimos brotes, los retoños más tiernos están formados por los niños cazorlenses, que, radiantes de dicha, temblando de emoción, se acercaron a la Sagrada Mesa a recibir el Pan de los Angeles. 79 -- La iglesia del Hospital—tacita de pl ata—presentaba un aspecto deslumbrador, y el altar—ascua de oro—era un verdadero alarde de buen gusto. La oración sagrada estuvo a cargo del nuevo Coadjutor de esta Parroquia, D. Félix Aranda, quien con palabra fácil y emocionada, con galanuras de concepto y de forma, cantó en primer lugar las bellezas con que Dios adornó estos lugares de ensueño, saludando a la ciudad andaluza a la manera clásica de las nobles gentes de Castilla, y dedicando después su fervoroso panegírico a ensalzar la vida y las obras de San Pedro Nolasco. Fue un día inolvidable, de emociones dulcísimas. Nuestra cordial felicitación a los organizadores de estos solemnes cultos. RAIMUNDO PALMA DE MALLORCA El jueves primero del año se inauguraron con gran solemnidad en la iglesia de los PP. Mercedarios la bellísima institución de los «Jueves Eucarísticos». Palma de Mallorca, que va a la vanguardia en el amor y devoción a la Sagrada Eucaristía, hace tiempo anhelaba esos « Iueves», llamados a renovar las costumbres de las sociedades modernas, atrayéndolas más y más a Cristo Rey; y la Comunidad Mercedaria, recogiendo esos anhelos, encontrando en todas las clases sociales entusiasmos, llevó a feliz realización tan simpática institución a la que los Sumos Pontífices y los Prelados concedieron los más preciados tesoros de la Iglesia. Los «Jueves Eucarísticos» se inauguraron con doce coros y con una gran concurrencia de fieles que llenaban la amplia nave de la iglesia de la Merced; después de la c onmovedora ceremonia fueron muchos los que solicitaron el ingreso en la Asociación. Después del canto a la bandera y de la exposición de Su Divina Majestad, empezó la Misa que celebró el muy ilustre señor Dr. Enrique Ibáñez Rizo, Canónigo Chantre de la Santa Iglesia Catedral y predicador de S. M. En el ofertorio pronunció una muy sentida plática sobre el amor de Jesucristo a los hombres, en la que tuvo párrafos elocuentes que conmovieron al numeroso auditorio. Por la tarde, con un lleno completo, se celebró la Hora Santa. Ocupó la sagrada cátedra el R. P. Superior de la Residencia Fr. Elías Buj, quien, con la elocuencia en él acostumbrada, demostró cómo los «Jueves Encarísticos» están llamados a reformar las costumbres de la sociedad y de la familia. Plácemes mil merece el P. Elías Buj y la Comunidad Mercedaria por la institución de tan bella devoción. _ — 80 — PLACENCIA DE LAS ARMAS (Guipúzcoa) Hermanas Mercedarias de la Caridad.—Solemnisima resultó la festividad de Nuestro Santo Padre. La novena concluyó con un solemnísimo triduo en que se pidió de un modo especial por nuestros hermanos los católicos de Méjico. El día de Nuestro Santo Padre hubo Misa de Comunión General, y más tarde Misa solemne cantada por las alumnas del Colegio y bendición de una preciosa imagen de Nuestra Santísima Madre que entre el aplauso del pueblo, repique general de campanas y disparo de cohetes, fue colocada en un nicho en la parte exterior del convento, siendo saludada por el Colegio de alumnas, que le cantaron la Salve Mercedaria. Con esto esperamos fomentar la devoción a Nuestra Madre, especialmente entre los vecinos del barrio de Recalde, donde está enclavada nuestra Residencia. Hay ya muchas familias que tienen que agradecer a la Santísima Virgen de la Merced favores recibidos. 111111111111n111n11.111MB NECROLOGIAS La niña Teresa María de la Merced Serra Brujas subió al cielo en Barcelona. Estaba consagrada a la Santísima Virgen, de la Merced y vestía su santo Escapulario. A sus padres, distinguidos amigos de la Merced y suscriptores de esta revista, damos sentido pésame. —En Herencia falleció el 12 de enero, después de recibir los Santos Sacramentos, la terciaria doña Ciriaca González Navas. —En Madrid, el general don Angel Fernández-Caro Nouvilas, recibidos todos los Santos Sacramentos. —En Madrid también muy piadosamente, don Juan Cabanillas, nuestro suscriptor. A sus familias, muy allegadas a la Orden, nuestro más sentido pésame. R. I. P. CON LAS DEBIDAS LICENCIAS Editorial Católica Toledana, Juan ilabrador, 6, teléfono 211.