2(1928)

Transcripción

2(1928)
Organo de su Venerable
Orden Tercera y Cofradías.
erreb
24 DE FEBRERO DE 1928
Dirección y Administración:
PP. MERCEDARIOS
Silva, 39.--Madrid (12)
-<>
NÚM. 2
ST_TM_L9._FL IC0
LAS ARMAS DE LA MERCED. — BODAS DE ORO DE LA RESTAURACIÓN DE
LA MERCED EN ESPAÑA. — EL INSTITUTO DE LAS HERMANAS MERCEDARIAS
DE LA CARIDAD EN SUS BODAS DE ORO, por el P. Ricardo Delgado.—LA
SAGRADA ESCRITURA, por el P. Fernando Vázquez.—EL P. ALONSO
REMÓN, por el P. Guillermo Vázquez. — PÁGINA MISIONAL. — LA OBRA DEL
R EFORMATORIO, por el P. Martín O. de Arriaga.—EL CAMBIO INTERNA-
cioNaL, por Wilhem.—SOÑANDO, por la Srta. Julia G. Herreros.—ALLÄ
por el P. Juan González.—ANDA Y CANTA, por
POR TIERRA DE MOROS,
el P. José Cereij0. — FAV0RES DE NUESTRA SANTÍSIMA MADRE.—NOTICIAS.
NECROLOGÍAS.
Las Armas de la Merced.
La Gaceta del 8 de febrero publicó el siguiente Real Decreto:
MINISTERIO DE ESTADO
Exposieión:
Señor: La Real y militar Orden de Nuestra Señora de la
Merced, genuinamente española, pues fué fundada en 1218
por el glorioso monarca aragonés D. Jaime el Conquistador,
que le concedió el uso de la insignia que ea'm hoy ostenta, ha
brilla do constantemente en la historia de España, distinguiéndose, no sólo en la redención de cautivos, en la cual tan altos
ejemplos dió de cristiana caridad, sino por sus hazañas militares. Estimandoconveniente que perdure el recuerdo de tan
señalados servicios a la Patria y a la Religión Católica, el
Ministro que suscribe tiene la honra de someter a la aprobación de V. M. el siguiente decreto.
Madrid, 6 de febrero de 1928.—Señor: A. L. R. P. de
V. M. Miguel Primo de Rivera y Orbaneja.
REAL DECRETO
Vengo en autorizar el uso en España de las insignias de la
Real y Militar Orden de Nuestra Señora de la Merced, previo
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el cumplimiento de las disposiciones vigentes. Dado en Palacio a seis de Febrero de 1928. ALFONSO, El Ministro de Estado, Miguel Primo de Rivera y Orbaneja.
¿Qué:significación tienen los títulos de Hermano y Comendador honorario dados por la Merced? Esas cartas de Hermandad, de las que dió algunas el mismo San Pedro Nolasco, son
una prueba íntima de cariño y agradecimiento de la Orden a sus
mejores amigos y colaboradores. Nada más que a ellos. EI
, Santo recibe por hermanos a algunos caballeros, obligándose
a darles posada en nuestros conventos y cebada para sus
caballos. A otros se obliga a sostenerlos a ellos y a sus esposas por todos los días de sa vida y en uno publicado recientemente por el P. Gazulla en su trabajo: Santa María del Puig,
la Orden se encarga además de la educación de un hijo del
agraciado.
Esta nota de intimidad familiar esperamos que subsistirá en
los ag regados a la Merced, sean hermanos, comendadores,
a pesar del r econocimiento oficial otorgado por nuestro Gobierno a la gloriosa insignia mercedaria.
La Orden de la Merced está de enhorabuena y desde hoy
tiene un título más de adhesión fervorosa a S. M. el Rey, descendiente glorioso de aquellos Monarcas que protegieron la
Orden como parte de su casa, por ser fundación del inmortal
D. Jaime el Conquistador.
Debemos también un voto de gracias al General Primo de
Rivera, de familia muy mercedaria, que proclama tan alto que
las glorias de la Merced son glorias de España.
Por lo demás nuestros lectores saben ya cuál es el origen
del hermoso escudo que casi todos llevan sobre su pecho. Seguramente fue otorgado por D. Jaime a nuestro Padre el día
mismo de la fundación, pero no se conservan los registros de
aquellos primeros arios.
Existen, en cambio, los de 1251 y 1256 y en ellos aparece la
confirmación del escudo en los términos siguientes: «...con la
presente carta concedemos, alabamos y confirmamos perpetuamente a tí nuestro fiel Fray Guillermo de Bas (segundo Maestre General), Mayor de la Orden de redimir cautivos, y a todos
los frailes de la misma Orden presentes y futuros, el hábito o
serial que llevareis en adelante, o sea el escudo de nuestra
enseña Real y una cruz blanca puesta encima; y esta señal o
hábito sea lícito a tí y a todos y cada uno de los frailes de la
misma Orden tenerlo y llevarlo perpetuamente, para distinción
de tu Orden y honor de Dios y de nuestra Majestad Real...›
El hábito militar o escudo incluía también importantes , privilegios que explica el diploma de 1251, transcrito por el P. Ribera en el Real Patronato, páginas 20 y 50.
Jaime II defendió con vigor el carácter militar de la Orden
equiparándola a las de Alcántara, Santiago y Calatrava en
carta de 1302, pues como ellas, no sólo redimía cautivos sino
luchaba con las armas contra las naciones bárbaras. Pedro IV
se opuso también a la unión que el General francés Fray Ponce
de Barelli intentaba en 1358, pues redundaría en menoscabo de
su casa y corona, patrona y fundadora del Instituto Mercedario.
El General reconoció su yerro y desistió del intento, según
puede verse en la misma obra del P. Ribera.
Bodas de oro de la Merced en
España.
(-;
(1878-1928).
1
En el presente año 1928 cumple la Orden Mercedaria el medio siglc de su Restauración en España.
Cuarenta y cuatro arios hacia que habían sido suprimidas
las órdenes religiosas en nuestra patria por obra y gracia de
los liberales que, inconsecuentes con sus propios principios,
p ermitieron la conservación de los noviciados para las colonias de Ultramar. No sabernos por qué los Mercedarios fueron
excluidos de este privilegio, pues tenían una provincia en Cuba
y Puerto Rico, posesiones que hasta el 1898 fueron de nuestra
propiedad.
Privada la Orden de esta tabla de salvación que conservó la
vida a D ominicos, Franciscanos y Agustinos, tenía necesariamente que sucumbir en el general naufragio que envolvió al resto de las órdenes religiosas, muchas de las cuales perecieron
fatalmente (Bernardos, Jerónimos, Trinitarios calzados, Mínimos, etc.), y si algunas han vuelto a levantar cabeza, ha sido
con i m p ortación de elementos extranjeros que para nada recuerdan el ilustre abolengo de sus extinguidos ascendientes.
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La Merced tiene la alta honra de haber renacido en España
de sus propias cenizas, por cuanto el primer núcleo de su restauración lo integraron catorce religiosos que habían profesado
en España antes del malhadado año 1835.
Parece que la Santísima Virgen, Madre y Protectora de esta
Religión, en medio de aquel general naufragio dirigía el timón
de esta frágil navecilla para sacarla de entre tantos peligros
como la amenazaban alrededor. ¡Misericordiae Domini, quia
non sumus consumptil
Alma de este Providencial renacimiento fue el insigne mariófilo Padre José María Rodríguez, Vicario General de la Orden,
que aprovechando la feliz circunstancia de la restauración de la
Monarquía española en 1875, vino acá desde Roma en 1877 con
la idea de restaurar también la Orden; para lo cual trató de abrir
de nuevo los antiguos conventos de Conjo, Puig, Burrián y Olivar; no habiendo logrado la restauración de ninguno de los tres.
primeros por haber pasado a poder de sus respectivos Ayuntamientos.
De regreso en Roma, escribió al Padre Benito Rubio, Vicario Provincial de nuestros exclaustrados de Aragón, encareciéndole gestionara la adquisición de alguno de nuestros antiguos conventos; y el Padre Rubio consiguió de los Sres. Marqueses de Lazán la devolución del de Nuestra Señora del Olivar, término municipal de Estercuel, provincia de Teruel y
diócesis de Zaragoza. Con fecha de 8 de mayo de 1878 consiguió del nuevo Monarca Don Alfonso XII una Real orden para
instalar una comunidad en aquel convento; y tuvo la inmensa
satisfacció n de que trece Padres y un hermano lego firmaran
las listas de candidatos para la nueva fundación.
El Reverendísimo Padre Rodríguez volvió a España para
llevar a cabo aquel acto que había sido siempre su sueño dorado; y el día 10 de agosto, aniversario de la Fundación de la
Orden, lo pudo ver cumplido con toda solemnidad, recibiendo
la obediencia de los nuevos cenobitas, émulos de los anacoretas de la Tebaida, que después de cerca de cincuenta arios de'
vida regalada en sus propias casas, renunciaban todas sus comodidades cuando los achaques de la ancianidad más se las
hacía sentir y se venían a enterrar en aquel desierto cuya soledad y silencio sólo son interrumpidos por el balido de los corderos y el arrullo de las palomas.
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Después de medio siglo de aquel hermoso acontecimiento
las figuras de esos catorce héroes se agrandan y los hace acreedores a una página de oro en nuestra historia ya un perpetuo
.a grade cimientó,
acompañado de una fervorosa oración.
EI Inmuto de
las Hermanas mercedarias de id
Caridad en sol BOdaS 110 oro.
1878-1928.
Los individuos y las colectividades viven del recuerdo del
la esperanza del porvenir. Por esto, los pueblos sin
historia y los individuos sin familia, a quienes llamamos expósitos,lano tienen ascendientes a donde volver los ojos para ilustrar
i nteligencia con las lecciones de sus experiencias, formar
el corazón según las normas de sus antepasados y confortar el
animo con la c onsideración de sus altos ejemplos.
El timbre de gloria, el verdadero blasón de los hijos, lo constituyen las virtudes y los hechos gloriosos de sus progenitores,
y en el natalicio de un nuevo vástago,
p asadas y augúranse otras venideras. conmemóranse las glorias
El por tantos títulos benemérito Instituto de las HH. Mercedarlas de la Caridad celebrará el próximo mes de Marzo las
Bodas de Oro de su fundación, y es justo que LA MERCED comente esta fecha como una de las más gloriosas de la gloriosísima Orden de la Merced.
D ignísima
es, en efecto, de toda alabanza la fecha del nacimiento de este Instituto, que le bastaba ser un nuevo brote de la
Merced para serlo de la Caridad, que en los cincuenta arios de
vida sirvió en hospitales, asilos, orfelinatos, leproserías, casascunas, sanatorios, c olegios..., con tanta abnegación y con tanta
loa de propios y extraños, que vino a ser una Institución benemeritísima de la Religión y de la Patria.
pasado y de
F undación del Instituto.
se eEn la última mitad del pasado siglo, cuando nuestra Patria
ncontraba turbada por grandes conmociones, suscitó el Señor a dos varones ilustres en santidad y letras para llevar a
una de esas sus obras providenciales: la fundación del
icabo
nstituto de las HH. Mercedarias de la Caridad.
Fueron éstos
el Ilmo. Dr. Sr. D. Esteban José Pérez Martínez y Fernández,
Obispo de Málaga, gloria del Episcopado, y el I. Dr. D. Juan
Nep
omuceno Zegrí, su Vicario general.
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Finalidad del Instituto.
Las HH. Mercedarias de la Caridad deben inspirarse en
la perfectísima vida de la que tienen por Madre y Fundadora
para llegar a la imitación de Jesucristo, mediante el ejercicio del
Apostolado. Tiene, pues, este Instituto, como todos los de vida
mixta, un doble fin: la santificación propia por la observancia de
las Constituciones y la santificación de sus prójimos por la
práctica de la caridad en todas sus manifestaciones: hospitales,
asilos, casas-cunas, hospicios, leproserías, patronatos, sanatorios, colegios, escuelas profesionales, casas de ejercicios, misiones entre infieles, etc.
Desde la cuna hasta el sepulcro extiende la Hermana Mercedaria sobre los míseros mortales su acción caritativa, cual ángel de paz para curar las llagas del cuerpo, cicatrizar las heridas del corazón y remediar las miserias todas de la vida.
y recomendar con especial elogio el mencionado Instituto de
Nuestra Señora de la Merced, como en gran manera lo alaba y
recomienda,.
Estas palabras de justa alabanza del Vicario de Jesucristo en
la tierra han sonado en todas las hijas del Instituto como el eco
de una bendición y un augurio de paz y de días más gloriosos
y de mayor provecho.
, Y al ario siguiente, 24 de Abril, las Religiosas recibían profundamente emocionadas y henchidas las alabanzas de gozo, el
decreto de confirmación apostólica del Instituto, su verdadera
4
Tres fechas memorables de su historia.
Después de pasar por mil vicisitudes y vencer obstáculos,,
que parecían insuperables, que el averno suscita siempre a las
obras de Dios, se mostró victorioso y triunfante el Instituto, que
como salido de las profundidades del Corazón Sacratísimo de
Jesús y de las entrañas misericordiosas de la Santísima Virgel3.
de la Merced, y dirigido y protegido por especial providencia,
no podía zozobrar en el mar tempestuoso de las persecuciones.
La primera fecha memorable y que debe recordarse en las
Bodas de Oro, es la de agregación del Instituto a la Celestial,
Real y Militar Orden de Nuestra Señora de la Merced, la cual.
agregación lo constituyó realmente Instituto Mercedario.
El decreto de agregación lo expidió con fecha 9 de Junio de
1878 el Vicario general de la Merced, Rmo. P. José María Rodríguez. Después de hacer un merecido elogio de la labor del
naciente Instituto, añade: «Os concedemos y donamos la participación de todas las Misas, Divinos Oficios, oraciones, predicaciones, meditaciones, ayunos, abstinencias, vigilias, peregrinaciones y especialmente de los trabajos que nuestros hermanos sufren en redimir los cautivos del poder de los paganos y
de los trabajos apostólicos de los misioneros en países de infieles; asimismo, os hacemos participantes de las demás buenas
obras que, por medio de nuestros hermanos y hermanas, produzca en el universo entero la Bondad divina. Finalmente, os
recibimos y admitimos como Hermanas nuestras, tanto en la
vida como en la muerte para todos y cada uno de los sufragios
y beneficios de nuestra referida Orden».
La otra fecha memorable es el 25 de Septiembre de 1900, en
que el inmortal Pontífice León XIII, por medio del Emmo. Cardenal Gotti, Prefecto de la Congregación de,Obispos y Regulares, dió el decreto laudis: «Su Santidad, dice, se dignó alabar
EJEA DE LOS CABALLEROS (Zaragoza).—Un grupo de niños de los 300 que educan las Herman as Mercedarias de la Caridad, cuyas bodas de oro oe la fundación de su Instituto se celebrará
con universal júbilo el próximo mes de Marzo.
canonización. «Nuestro Santísimo Padre, dice el decreto, atendiendo la abundancia de frutos espirituales que constantemente
ha dado el Instituto de las Hermanas de la Virgen Santísima de
la Merced, atendiendo especialmente a las letras comendaticias
de los Prelados, se ha dignado aprobarlo y confirmarlo, juniamente con sus Constituciones, como por el presente decreto lo
aprueba y confirma».
La obra de Dios y de María estaba afianzada y sólidamente
asentada sobre la piedra viva y los poderes del Infierno se estrellarán contra ella.
Un jubiloso «Te Deum) brotó de todos los pechos de las beneméritas religiosas Mercedarias de la Caridad; y todo el Instituto saludó a María con la tradicional y hermosísima antífona
suya, porque este honor no fue concedido a otra Orden: Beata
es, María, Dei, Genitrix, Patrona et Auxiliatrix nostra; Feliz
eres, oh María, Madre de Dios, Patrona y Auxiliadora nuestra,
-
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por cuya inspiración se fundó este Instituto para la obra redentora,
de Bossuet--tiendo los brazos a mis hermanos y les abro mi corazón, a fin de ser para ellos padre, madre, hermano, hermana,
amigo, defensor y cuanto necesiten para su contento».
Las Hermanas Mercedarias de la Caridad en la
enseñanza.
L'r
Uno de los fines principales del Instituto—dicen sus Constituciones—«es la enseñanza religiosa de las niñas pobres. CúrriL
plese este fin ilustrando la inteligencia y educando el corazón,
aquélla con los conocimientos literarios y éste con los sentimientos religiosos».
¡Enseñanza y educación, y de niñas pobres con preferencia!
es lo que hace tan simpático y benemérito al Instituto. Cuarenta
Colegios en España y varios ya en América dirigidos por profesoras sólidamente formadas en normales y academias; muchedumbre de jóvenes educadas en estos colegios, hoy el orgullo
de sus familias, por su piedad, su cultura, por sus delicados senmientos y modales.. , esta es la obra de las Mercedarias.
Tienen, además, algunos internados, donde sus alumnas estudian Magisterio, Comercio, música, obteniendo señalados
triunfos en normales y conservatorios.
En casi todos estos centros de cultura están establecidas
Escuelas Dominicales para obreras, sirvientas que estudian,
se forman en la piedad y ocupan las tardes de los domingos
alejadas de diversiones peligrosas en que naufragan la inocencia y a veces la honra de tantas jóvenes.
Las Hermanas Mercedarias en los Asilos.
¡Qué hermoso y sublime espectáculo nos da la Hermana Mercedaria ejerciendo su abnegado y callado apostolado en medio
de los ancianos, esos despojos de la vida, que a diario vemos
por las calles y plazas de nuestras ciudades, y aun por los campos, andrajosos, sucios, harapientos, muertos de frío, encorvados por el peso de los años y del hambre, durmiendo como bestias sobre paja húmeda y podrida, sin una mano amiga que los
cuide, sin el calor del cariño de un corazón que por ellos se interese, eco del corazón de Cristo, que, al verlos, repita aquellas
palabras: «Misereor super turbas».
«Rasgos sublimes de caridad y de abnegación hemos presenciado, dice un piadoso autor, en esas abnegadas mujeres, y
ejemplos extraordinarios de privaciones y de heroicos sacrificios; ellas con maternal cariño los cuidan, los asisten, los limpian, se desviven por rodearlos de todas las comodidades. Con
mucha razón puede la Hermana Mercedaria de la Caridad exclamar: Si las lágrimas de mis ojos pudieran convertirse en oro
por tí, lloraría todas las mañanas».
Diré con Luis Venillón: «Esto es amar a los pobres». «¡Dios
mío!—puede la Hermana Mercedaria hacer suyas estas palabras
Las Hermanas Mercedarias en los Hospitales.
El Instituto sostiene un buen número de hospitales, sanatorios y leproserías.
En estos talleres del dolor y del sufrimiento es donde las
Hermanas se exceden a sí mismas derramando el suave bálsamo del consuelo en los corazones despedazados por cruel enfermedad, curando con sus delicadas manos las repugnantes y
cancerosas llagas del cuerpo y con sus santas palabras otras
invisibles, pero más repugnantes, del alma, prestando al mismo
tiempo aquello de sus Constituciones: «La asistencia material
para el cuerpo del enfermo y el consuelo espiritual para el
alma».
Alguien ha dicho: «La mujer tiene un instinto celestial para
la desgracia», y la ilustre pensadora gallega Concepción Arenal escribió con más justeza: «Vivirás sobre la tierra para padecer y consolar».
¡Padecer y consolar, la sublime misión de la Hermana Mercedaria!
El Instituto tiene en América algunas leproserías, donde
estas abnegadas religiosas se sepultan por toda la vida en esas
silenciosas islas para vivir la vida íntima de Dios y la del prójimo con esos infelices seres de la humanidad.
***
¿Quién podrá narrar la fecunda historia de estas incomparables religiosas...? ¡Pluma!, ¡no sigas!, ¡calla! El silencioes
más elocuente que la palabra para narrar tanta heroicidad, tanto amor por los seres más desgraciados de la sociedad. Bástete saber, caro lector, que las Mercedarias de la Caridad sostienen varios de estos establecimientos.
FR. RICARDO DELGADO CAPEÄNS
O. de M.
La Sagrada Escritura.
A guisa de prólogo.
Lo son las presentes lineas, querido lector, de muchas
cosas que te dirán en páginas sucesivas, Dios mediante,
algunos paladines de la Santa Biblia.
La renovación en Cristo del pueblo fiel, de la heredad
de Jesús, está llevándose a cabo con entusiasmo y tesón
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dignos de la causa entre todas nobilísima. Pero, ¡no hay
que ocultarlo!, los operarios son pocos. Lo cual, en tiempos de Cristo, y aun en todos los siguientes, si debe entenderse del deseo de que éstos se multipliquen, en los nuestros hay que aplicarlo a los pocos que hay buenos y activos. Porque no debemos cerrar los ojos a una realidad
aplastante. Y es que todos estos trabajos de renovación
según Cristo pesan sobre los hombros de unos pocos valientes que, debidamente secundados por todos los sacerdotes (a lo menos), harían desaparecer rápidamente esa
plaga de neopaganismo, indeferentismo y nauseabunda tibieza. Una ojeada a la cruzada en pro del Reinado del Corazón de jesús en el individuo y en la sociedad; otra a la que
se hace por excitar a las almas a escalar las alturas de la
santidad, a todos asequibles y recomendadas por nuestro
Divino Maestro; una más a la campaña por la difusión y
lectura de los Libros Santos; y otra, en fin, a la orientación
que se procura imprimir al estudio de la filosofía, del dogma, de la moral y de la historia; y en nuestra mente bullirán al momento media docena de nombres que, si no están
totalmente aislados por la gracia de Dios, son muchos más
los que se encuentran en la vida poltrona e inactiva: que es
vida para alargar las orejas, corno me decía donosamente
un hermano de hábito, entrado en arios y sabio.
Una de estas cruzadas (el amor a los Libros Santos)
tratamos de emprender entre los lectores de LA MERCED,
firmísimamente persuadidos de que, si ellos se aficionan al
Testamento que nos legó nuestro amado Padre celestial,
habrán puesto los cimientos de su renovación sobre roca
firme. Les invitamos a que prueben el leerlas, y verán la
verdad de las palabras de Kempis: «La doctrina de Cristo
supera a todas las enseñanzas de los Santos.» (Libro 1,
capítulo 1).
Y aquí os manifestaré, queridos lectores, mis impresiones estéticas acerca de la Biblia, pues la razón anterior
podría valer únicamente para los aficionados a lecturas
espirituales; y ¡son tantos, por desdicha, los que encuentran
soso todo lo devoto y se apartan sistemáticamente de estas
lecturas!...
Recuerdo haber tenido de pequeño el buen deseo de leer
la Biblia tan pronto como mis conocimientos de latín me
ayudasen a comprenderla sin gran pérdida de tiempo. Con
efecto, leí sin cansancio de ninguna clase todos sus libros,
y con grandísimo placer todos los históricos, pues el lector
-algo versado no ignora que es manjar algo fuerte para el
paladar de un niño la lectura de libros como el Exodo, Levítico, Números, Deuteronomio y los Profetas en la mayor
parte de sus capítulos.
Los que habeis pasado horas agradables y habeis calentado la cabeza en el dulce Virgilio, oyendo al pío Eneas
contar la destrucción de Troya ante la reina Dido; siguiendo sus pasos hacia el Lacio, mientras su amante abandonada se reducía a cenizas sobre las llamas de una pira; los
que habeis sentido la impresión del más allá en su descenso a los infiernos, y habeis admirado sus proezas en el
antiguo Lacio. Los que saboreáis la novela de episodio, la
de lícitos amores (no digo la de impuros, pues creería ofenderos); leed, os ruego, los libros santos, y os preguntareis
como yo, cuando niño, si no será cierto que ellos encierran
un arte, por lo menos tan elevado como el de las obras que
pasan por inmortales. A buen seguro, que no encontrareis
en ellos la impresión de fuegos artificiales que os produzcan el vértigo de la novela moderna, a la que el vate Man7
tuano tanto se anticipó en su estilo. Pero, si consultais
los doctos, os dirán que el arte puro, la belleza íntima y
verdadera, no están en las obras de relumbrón, sino en las
que con sencillez expresan la naturaleza, la cual, como
veis, tiene, a veces, cosas muy duras.
Pero, puesto que todo lo que existe es obra divina,
salvo cuando los hombres lo deforman (pecado), aquel
-artista merecerá mejor el nombre de divino, con tanta ridiculez prodigado, y también de humano, que con mayor
'verdad exprese lo que las cosas son, sin deformar la belleza de las unas, ni colorear la fetidez de las otras. Los versados en la Biblia ya adivinais que estoy esbozando su
manera de expresarse, que es el de todas las obras maestras y que causa hastío al gusto artificial moderno Sed sinceros, y me direis la impresión sacada de vuestra primera
lectura de Homero, del Dante, de Shakespeare y aun de
nuestro «Quijote». No se hizo la miel... Y el entendido lo
es después de mucho trabajo. Bendigamos a Dios que nos
p ro p orciona en qué emplear el tiempo para llegar a saborear lo bueno. ¡Que no iba a estar al mismo nivel y alcance
que lo frívolo, como sueñan muchos!...
Conclusión. Gustad y ved, cree y serás sano, cree y
verás. Son fórmulas de diferentes términos en los dos Tes-l amentos, pero idénticas en el fondo. Los hombres vemos
y g ustamos, arrastrados por la suavidad y belleza que se
—
I
'11
II,
,
I
52 —
nos entra por los sentidos. Y alguien pasa entre nosotros
por buen oculista, buen médico, si ha hecho algo que merezca tal estimación. Y será mejor, muy bueno, si hace curaciones más asombrosas, insuperables. Para con Dios nuestra
estimación ha de seguir opuesto rumbo. Si queremos que
Dios obre algo en nosotros, creamos. Si queremos que
obre todo, creamos; porque lodo es posible al que cree.
Con este ánimo, lector, has de llegarle a leer las Sagradas
Escrituras, y conocerás los tesoros de arte y gl'acia (esto
es lo principal) que encierran.
Al que discurra un poco no le será difícil penetrar esta
verdad, dado el origen que ellas tienen. No me maravilla,
por lo tanto, el oir que algunos Santos Padres leyesen la
Biblia de rodillas, ni que otros estampasen un beso en cada
página. Lo digo, porque estas demostraciones de afecto
las hacemos con reliquias, imágenes devotas, etc.; y la Sagrada Biblia es algo más que todo eso. Y Kempis hace este
parangón, nada atrevido por cierto: El Cuerpo de Cristo y
Ja Escritura Santa son absolutamente necesarios al alma
fiel (1).
Haga Dios que vuelvan aquellos tiempos en los que
toda la Sagrada Escritura era patrimonio común de fieles y
ministros; tan común como lo es hoy el Padrenuestro. La
versión del Salterio, por San Jerónimo, no cuajó en la
Iglesia, porque todos los fieles se sabían la corriente de memoria, y hubiera ocasionado gran trastorno y escándalo,
según le escribía su amigo San Agustín. (Que, a veces,
hay que evitar el escándalo de los pequeños, que hoy tanto
abundan, aun en clases, por su oficio, magistrales). Prueba de ello es el conocido caso de la calabaza de Jonás
(que así rezaba en la antigua versión). En cuyo lugar puso
San Jerónimo hiedra. Y leyendo un Obispo africano tal
interpretación en su iglesia, se armó tal alboroto por esta,
sola palabra, que el Obispo no tuvo otro remedio que condenar lo leído para no ser arrojado de su Sede. Recordad
también la impresión que nos produce el cuadro de nuestro
siglo de oro, en el que los dogmas estaban tan popularizados.
Haced, Sacerdotes míos :(nos dice el apenado jesús)„
(I) Es el título del cap. Xl (Lib. IV). Léase todo el capítulo. Es pensamiento ya con más decisión expresado por San Agustín: Audire
Verbum Dei, est manducare ipsum Christum (serm. 179). «Oir la palabra de Dios, es comer al mismo Cristo.
_que vuelvan los tiempos santos... Que el fuego que en mi
Testamento, se halla, se propague a vuestros corazones...
-que con él abraseis a todas las almas... Este era el que me
devoraba en la Cruz, cuando os dije con grito supremo de
angustia: ¡Estoy sediento!... Y éste ha consumido a mis
más finos amantes, uno de los cuales, mi amantísima esposa Catalina de Sena, queriendo abrasar al mundo, exclamaba: ¡La mía natura e fuoco!... Propagad este fuego por
-todo el mundo y haced una inmensa hoguera en que ardien-,do todos, pueda venir Yo a calentarme, que tengo frío...
FR. FERNANDO VAZQUEZ
MERCEDARIOS ILUSTRES
El Padre Alonso Pernón.
• (1560-1632)
gl Padre Bernardo de Vargas, enumerando en su Crónica
'.de la Merced las glorias de la Orden en -su tiempo (1620), dice,
entre otras cosas: «Tiene además dos poetas famosísimos:
Fray Gabriel Téllez y Fray Alonso Rerrión, de los cuales el último publicó varios opúsculos » (II, 440). Después, la fortuna favoreció más a Téllez, que hizo glorioso el seudónimo de Tirso de
Molina, oscureciendo un poco el nombre de su compañero y
maestro el Padre Remón, con el cual se le confundió alguna
vez en nuestros días.
Su celebridad en los primeros años del siglo XVII, compitió
con la de Lope de Vega, su gran amigo. Cervantes dice en el
prólogo de sus comedias (1615) que el monstruo de la naturaleza, el gran Lope, se había alzado con la monarquía cómica,
arrojándole a él y a otros de las tablas, avasallando y poniendo
bajo su jurisdicción a todos los farsantes y llenando el mundo
de comedias propias, felices y bien sazonadas.
( Pero no por esto —añade—, pues no lo concede Dios todo a
todos, dejen de 'tenerseen precio los trabajos del doctor Ramón,
»que fueron los más después de los del gran Lope».
El Padre Remón era natural de Vara de Rey, en la Provincia
, y Obispado de Cuenca, según él mismo declara en muchos lugares, y debió nacer en 1560, pues las matrículas de Alcalá,
donde estudiaba Teología, en 1580, dicen que tenía veinte arios.
Grande hubo de ser su talento, pues los mayores ingenios le
,tributaban los más desmesurados elogios. Escribió mucho y
recibió fervorosos aplausos del pueblo, entusiasmado con el
„teatro _naciente, que había de ser una
de las mayores glorias de
_
— 55 —
España. Algunas de sus piezas se representaron ante los Reyes,.
y sus autos sacramentales eran los más buscados.
Pero eso no le satisfacía, y cansado de los aplausos mundanos tomó el hábito de la Merced en Toledo y profesó el 24
de Agosto de 1605, siendo comendador el Presentado Fray José
de Espinosa, y General, Monroy. Declara el acta que es hijo de
Alonso y de Catalina López de Araque, natural de Vara de Rey,
y añade: Es mi voluntad llamarme desde hoy Fray Alonso de
Jesús y San Benito, enterrando así un apellido ya glorioso en
las letras españolas. Pero todos sus esfuerzos fueron inútiles,
y aunque no como dramaturgo, continuó brillando en la república literaria. Precisamente en el Corpus de 1605, o sea durante
el noviciado, se representó en le Catedral de Toledo un acto
suyo, por el que le gratificó el Cabildo, según nota de Pérez
Pastor en la Bibliografía Madrileña. Tengo el extracto de su
profesión sacado por el Padre Arqués en 1785.
Una cosa quedó en pie, sin embargo, del propósito hecho,
por el recién profeso: el despego hacia su producción dramática, de la que ni una sola pieza se imprimió con su nombre, dejando que los farsantes se la apropiaran y estropearan de mil,
maneras. Quedan, sin embargo, algunas manuscritas y una
(icaso maravilloso!) escrita a medias entre Lope y Remón.
A este desdén suyo y de otros eclesiásticos por la poesía,
alude Cervantes en su «Viaje al Parnaso» (cap. IV):
añadir una necedad y quitar una cosa bien dicha, decfan que
era suya».
Los años inmediatos a su profesión debió pasarlos Remón
en Toledo, ejercitándose en la predicación, que le granjeó mucha fama. Parece que debió coincidir allí con Tirso, que enton-
¡Aquí del Rey! ¿Qué es esto?
¿Qué recelo o celo les impide a mostrarse
Sin miedo ante la turba vil del suelo?
¿Puede ninguna ciencia compararse
Con esta universal de la poesía,
Que límites no tiene do encerrarse?
Y señalando a uno de los embozados, dice:
Un licenciado de un ingenio inmenso
Es aquél, y aunque en traje mercedario,
Como a señor le dan las musas censo.
Ramón se llama, auxilio necesario
Con que Delio se esfuerza y ve rendidas
Las obstinadas fuerzas del contrario.
Con todo, Remón dice en el prólogo de los «Entretenimientos y Juegos Honestos . , impresos en 1623, «que había puesto
en público doce diferencias de libros en su nombre y seis en el
ajeno». ¿Serían parte de sus comedias?
Que muchas de ellas se las apropiaron otros, lo dice Quevedo en la «Vida del Buscón» (II, cap. IX), donde admirándose
D. Pablo de que todos los autores o empresarios escribieran
-comedias, dice: «antes, si no eran comedias del buen Lope de
:-Vega y Ramón, no había otra cosa... «pero los farsantes, con
El P. Maestro Alonso Rernón.
ces terminaba sus estudios, y aun es probable que influyera en
la vocación dramática de éste.
Dedicóse también a componer libros, algunos de los cuales
estaban ya dispuestos para la imprenta en 1612, aunque tardaron en encontrar Mecenas que costeara la edición. El más antiguo impreso son sus «Discursos Predicables de la Concepción Purísima», que publicó Luis Sánchez, en 1616; pero «Las
Etimologías Bíblicas» tienen las aprobaciones en 1612, y de esa
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fecha es también el retrato del autor, que va en ellas (y reproducimos aquí), pues dice tenía entonces Cincuenta y dos dí05.
La Orden le honró con los títulos de Presentado, Predicador
y Cronista general, encargándole escribir su historia para cele-brar el cuarto centenario de su fwaciacIón en 1618, trabajo- que
absorbió gran parte de sus fueezas y que no vió terminado,
pues sólo imprimió el tomo primero en dicho año. El segundo
salió en 1633, por los cuidados del Maestro Fray Francisco
Benavides, y los dos restantes quedaron en el Archivo general
de la Orden.
Lope de Vega, que había hecho un prólogo al «Gobierno
Humano», excusándose de presentar al autor, tan conocido en
toda Europa, alude a los trabajos de su ancianidad en el «Laurel de Apolo
Fray Alonso Ramón, puesto que olvida
Las musas por la historia,
Cuenca le ofrezca duplicada gloria
A sus letras debida,
Pues le ha dado más frutos, más tesoro,
Si los libros son más que plata y oro,
Entrando más por tí, dichoso Júcar,
Que a España por la Barra de San Lucar.
En tan fructuosas ocupaciones le encontró la muerte el 23
de Junio de 1632 en el convento de Madrid, donde había residido
continuamente los últimos veinte años.
De sus obras impresas hasta 1625 nos da razón él mismo
en «La Casa de la Razón y el Desengaño ' .., condenando la pesadez de muchos contemporáneos suyos:
«Yo he puesto a vista y en el tribunal de los censores ordinarios todas estas diferencias de libros, sin otros muchos papeles sueltos a diferentes propósitos:
«La Historia de mi Orden».
«Los Discursos de la limpísima Concepción de Nuestra
Señora».
«La Práctica espiritual».
«El Gobierno humano sacado del divino».
«La Etimología Sacra in universam Bibliam».
«La Espada Sagrada».
«La Vida de Don Fernando de Córdova».
«La Vida de Gregorio López».
«La Vida del exemplar y santo varón Fr. Juan de Vallejo,
hijo de mi religión».
«La Vida del Caballero de Gracia».
«La Vida de Nuestro Padre San Pedro Nolasco».
«La Historia de la imagen de Nuestra Señora de los Remedios, que está en nuestro convento de Madrid».
«Los Juegos y Recreaciones honestas,.
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«La Quaresma del Buen Cristiano».
«La Semana Santa bien empleada».
«El Psalterio Virginal de San Buenaventura».
«Los Proverbios de Salomón, con tres paraphrases».
«Una Apología de la Concepción Limpíssima».
Y un Elogio, desnudo de autores y vestido de conceptos
propios, de la Purificación de la Reina del Cielo.
Y a ora esta Casa de la Razón y el Desengaño».
Y en tanta variedad de lección y abrazando materias tan diferentes como son las de espfritu, las de historia, las políticas
y de razón de Estado, las predicables, las morales, las teólogas
y aun algunas de las letras humanas, escasamente llegan a mil
y quinientos pliegos de impresión».
De casi todos estos libros hay papeleta detallada en la Bibliografía de Pérez Pastor. El Padre Harciä, en su «Bibloteca
Mercedaria», manuscrita, enumera hasta dieciseis obras más
del Padre Remón, impresas en su mayor parte, de varias de las
cuales he visto ejemplares:
Discursos Elógicos y Apologéticos de la vida de San Pedro
Nolasco, Madrid, 1627.
Las Fiestas solemnes y grandiosas que la Orden de la Merced hizo a la canonización de su Fundador, Madrid 1629.
Relación del martirio de/Padre Alonso Gómez de Encinas
a manos de los holandeses en la isla de la Puná. Ha sido reproducida en el Boletín Oficial de la Merced, Febrero de 1914.
Imprimió por vez primera la Historia de la conquista de Nueva España, de Bernal Díaz del Castillo, y dejó muy adelantada
la impresión del primer Bufado de la Merced, en colaboración
con el célebre canonista portugués Fr. Serafín de Freitas.
Escuela del espíritu para los principiantes en este camino,
Madrid 1626.
No cabe en esta revista un estudio más detallado, pero el
Padre Remón merece y espero que tendrá una biografía completa. Es nuestra figura más grande en la literatura, después de
Tirso.
FR. GUILLERMO VÁZQUEZ
PAGINA MISIONAL
De Puerto Rico.
f2vdo. P. Director de LA MERCED.
Sabido es cómo esta perla de las Antillas fue colonia
española.
A la vez que los yanquis, entraron aquí una verdadera horda
de protestantes con sus diferentes sectas, evangelistas, presbiterianos, metodistas, etc.; vinieron también muchos masones,
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judíos y espiritistas y todos ellos abrieron centros y organizaron la propaganda.
Por otra parte el Gobierno con su libertad de cultos, con la
escandalosa ley del divorcio, con la escuela mixta, amén de
adelantos y considerando por ciudadano más honrado al que
tenga más dinero, sin preocuparse de si está bien o mal adquirido, contribuyó a la apostasía general y a la ignorancia más
crasa en materias de religión.
El setenta por cien de la población vive diseminada en los
campos, en los grandes cafetales—verdaderos bosques - en las
fincas de caña, tabaco, etc., y en un estado tal de pobreza, que
todo el ajuar de una familia, incluyendo la casa, ganados, muebles, etc., no vale más de 50 pesetas españolas y en la mayor
parte de los casos la casa es del propietario de la finca.
El tipo general de todas estas casas es el de una jaula cuadrada, de madera y cáscaras, con una sola habitación que hace
de cocina, comedor, dormitorio, etc. No se ven ni sillas, ni
camas, ni ropas, y sin embargo en ellas vive una familia, generalmente muy numerosa. Las casas están en aire sobre cuatro
puntales de madera clavados en el suelo, y cuando se traslada
una familia se sustituyen los puntales por ruedas y se traslada
la casa sin necesidad de deshacerla. Ahora se explica la noticia
de los periódicos yanquis de que los norteamericanos trasladan
las casas sin deshacerlas. Una cosa buena han hecho los americanos y es colocar una escuela donde haya varias familias y
han conseguido que los analfabetos no excedan del tres al
cuatro por cien, aunque difícilmente sube de ese número los
que conocen quién es Dios.
El otro día tuve ocasión de acompañar al Sr. Obispo en la
Visita Pastoral a las parroquias de Maricao y Las Marías, y
he visto confirmar a padres, hijos y nietos, y que hacían la primera comunión hombres de treinta, de cuarenta y de cincuenta
años. Para mejor darse cuenta del estado de estos pueblos,
baste saber que de diez a once mil habitantes que tiene cada una
de estas parroquias, sólo quinientas viven en el pueblo y el
resto en los campos, y que el número de matrimonios católicos
no excede del cinco por cien.
Tanto en éste como en otros pueblos de la Isla hay muchas
familias españolas que por cierto saben honrar a su patria.
Una cosa graciosa observé al tomar los nombres de los
confirmados, y fué que casi todos los apellidos eran nobles:
Ponce de León, Figueroa, Quiñones, etc., y también que en las
partes altas de la Isla no hay negros y sí en la bajura, como
dicen aquí, en las ciudades, sin duda efecto de la esclavitud.
campesinos, gíbaros, llamados cheos, que se decían estar inspirados por San Juan Evangelista y en lenguaje gibar° (el castellano con muchos términos indios) predicaron en muchos
pueblos de la Isla. Predicaban cuando la inspiración los asistía
y cuando ésta se elevaba, como ellos dicen, callaban.
La gente del campo los seguía ciegamente y no fue poco el
fruto que cosecharon. A primera vista diríamos que eran nuestros iluminados españoles de antaño.
La intervención de las autoridades eclesiásticas dió por
resultado que aprobaron su doctrina, pues era sana, y fundaron
Como después de la invasión quedaron muy pocos sacerdotes para contrarrestar tantos males, la religión católica, exteriormente, casi llegó a desaparecer. Para suplir algo esa falta de
clero, aparecieron hace unos veinte años varios predicadores
Jóvenes postulantes del hábito de la Merced, que se
están iniciando en la vida religiosa a la sombra del
Santuario de San Ramón, en Portell.
una Asociación de San Juan Evangelista y en los altos de Jayuya, en un punto casi inaccesible, verdadero nido de águilas,
construyeron una magnífica capilla a la que concurren todos
los cheos dos veces al año a practicar los santos ejercicios y
renovar el «Pacto Cheo», programa de catolicismo práctico.
Pues bien, a esta Meca chea fuí a pasar los alegres días de
Navidad.
Expresar las variadas impresiones de esos días no es cosa
fácil. La bendición, Padre, era el saludo de todos al verme,
— 60 —
—
61 —
acompañado de una profunda inclinación y a veces genuflexión.
Ellos se saludan con un abrazo fraternal y un beso.
Cooperación Misional.
Una casita de madera adosada a la capilla y cuatro o cinco
chavolas próximas es todo lo que alcanza la vista. Pero, cosa
Nuestras hermanas las Madres Mercedarias de
Escoriaza
nos mandan la siguiente nota de la cooperación misional que
sus alumnitas han prestado espiritual y económicamente durante el pasado año de 1927 a la Misión del Piauhy.
rara, se toca la campana al anochecer y aparecen como por
encanto y por diferentes veredas uno a uno hasta que se llena
la capilla.
Empezamos el ejercicio con el «Perdona a tu pueblo» (a esta
gente le gusta mucho el canto); sigue el rosario con el «Viva
María», sermón de una hora, bendición y después confiese
usted hasta las doce que la gente no tiene prisa y el que menos
vino de uno o dos kilómetros y por camino de cabras. A las
siete de la mañana están todos oyendo misa y comulgando.
En la Nochebuena, y después de la Misa del Gallo, me acosté rendido, y cuál sería mi sorpresa cuando me doy cuenta que
los ratones me llevaban toda la lana de la almohada_ No sé
cómo no me comieron las orejas.
El día de Navidad celebré tres matrimonios y cuatro bautismos.
El 26 por la tarde, antes de empezar el ejercicio, me avisan
que en la iglesia el demonio atormentaba a una joven.
Fui, allí y, en efecto, una joven de veintiún arios que por lo
que yo había observado y según opinión de todos, era buenísima, estaba convertida en una energúmena, que si la dejaran
se comería los brazos a bocados.
¿Qué hacer? ¿No será esto algún ataque mujeril?...
A varias preguntas que se le hacen, contesta: «Me llamo
Barrabás». «Ya que no puedo nada en el alma me gozaré en el
cuerpos. Para curar llevarme a un centro espiritista, etc.»
Después de algunas oraciones, agua bendita, etc., quedó en
su estado normal sin darse cuenta de lo que había pasado.
Al despedirme de estas gentes tan buenas y sencillas, sólo
sentí no poder proporcionarles un crucifijo, una estampa, un
rosario para llevar a sus casas y al que sin duda le tendrían
mucha devoción. Pena da ver gente que no ama a Dios, pero es
mayor cuando se ve que quiere amarle y servirle y no tiene medios para ello.
El 27 por la tarde, cuando bajaba a la carretera de Ponce
para coger un carro, como aquí le dicen al automóvil, creí que
la montaña se venía conmigo. Se descolgó un aguacero tal, que
sin poderlo evitar me puse todo perdido. Realmente para ver
llover hay que venir a Puerto Rico. Contra lo que era de esperar no tuvo consecuencias.
Por hoy nada más. Salude a esos buenos Padres y mande
a su afectísimo hermano,
FR. E. Pe,REz
Cooperación espiritual.
Actos de amor. Exámenes de conciencia
Comuniones sacramentales Idem espirituales Misas Mortificaciones
111.096
1.570
963
9.452
1.095
1.910
17.946
2.323
2.797
Avemarías Rosarios Visitas al Santísimo Cooperación económica.
Pesetas.
Las cuotas del Colegio Ex colegialas y otras personas bienhechoras Recogidas en la Visita Domiciliaria de Nuestra Santísima Madre En las huchas del recibidor y comedor TOTAL Cantidades recibidas en LA MERCED:
Madres Mercedarias de Escoriaza Srta. Carmen García Palacios María Luisa Ramos
2'
Carmen Pos
Mercedes Quesada Pilar Díez ..................... Carmen Cuervo » Pilar Redondo Mercedarias de la Caridad de Cazorla D. Juan G. Rodrigo TOTAL 31,00
36,00
60,00
4,90
131,90
....
••
131,90
1,65
1,30
1,65
1,55
1,85
1,40
1,05
1,00
15,00
158,35
— 62 --
La obra del Reformatorio.
Necesidad del trabajo.
El fin único de los reformatorios es suplir los defectos de la
familia en la educación de sus hijos. La educación es un concepto orgánico que comprende la instrucción, aprendizaje de
una profesión u oficio, y, sobre todo, una esmerada formación
religiosa. La instrucción es casi siempre elemental. Son gente
que no ha de vivir de una profesión liberal; algunas veces podrá
consistir sú medio de vida en un escritorio, pero regularmente
lo constituye un oficio manual.
La influencia educadora del trabajo, de todo trabajo, es una
tesis que no necesita demostración; con todo, es la doctrina que
requiere predicadores muy celosos. Así, estos inmensos casinos, inmensos en cantidad y calidad, hablan de un culto sustancial, no pasajero, al ocio. Allí se juntan los hombres más
tristes del mundo, los que no saben qué hacer de su vida. Son los
eternos disponibles, los sobrantes del mundo. Pero el horror al
vacío es una ley biológica, sea lo que quiera en Física, y se
traduce en el corazón por una amargura incurable. Siguiendo la
línea de lo fácil, de lo cómodo, la vida viene a ser la repetición
incesante de las mismas cosas.
El orden resulta aburrido, decía uno. No obstante, respeta
usted mucho sus narices, repuso otro. Esa monotonía intolerable es la que enardece el anhelo nunca satisfecho de diversión,
las expensas innecesarias sobre nuevas y nuevas formas de
mimo sensual, la inversión de enormes cantidades en el juego.
Pero la monotonía no se quebranta por esos medios; hay que
buscar la curva del trabajo para encontrar amenidad, el encanto
inefable de la producción de las ideas y los hechos.
El trabajo crea una disposición tranquila y suave, muy a
propósito para asimilar el lenguaje de la verdad. La exaltación
pasional, la intoxicación criminal no se compadecen bien con
ese placer íntimo y sereno que por disposición divina suele
acompañar a una vida ocupada. Vale la pena de referir aquí un
caso, por lo mismo que es típico y que ocurre con frecuencia.
Hace bastante tiempo de esto, era un mozuelo que apuntaba ya
para hombre, tan ignorante en religión como en las primeras
letras. No sabía signarse, ni tenía idea de Dios, prueba evidente de que en su casa no había ningún interés ni cuidado de
estas cosas. Por fuerza tenía que frecuentar medios sociales,
donde la frase soez, la ignorancia de Dios y la blasfemia consiguiente suelen gozar de envidiable fortuna. Sin embargo, el
joven se conservaba relativamente sano, esto es, sentía verdadera ansia por aprender Religión, las cuentas y primeras letras.
Sentía hambre de saber cosas buenas, como él decía; con gusto
— 65 —
estaría oyendo horas seguidas las explicaciones de la Doctrina.
El hecho tenía su interés y me puse a examinarlo. ¿Encontraría la clave en la herencia? No, porque la herencia cede
siempre a la influencia del medio; además se ve cuál podía ser
ella. En resumen, no encontré mejor explicación que la de que
el joven, niño aún, había perdido a su padre y se vió forzado a
trabajar bravamente para mantener a sus hermanitos menores y
madre. A veces se puede intentar un ensayo o experimento
bonito y eficaz en los reformatorios. Reúnase a un grupo de
chicos que hayan venido de análogos medios, familiar y callejero, con la diferencia de que uno o varios hayan tenido que
trabajar y los demás no. Y si esta comparación se puede hacer
entre dos grupos numerosos, mucho mejor sería la experimentación. Bien discutidos los términos de comparación, es
bien seguro que brotarían conclusiones felices a cuenta de esa
diferencia, que es el factor trabajo.
El trabajo manual, que puede convenir más o menos a todos,
es de una higiene necesaria a muchísima gente. En los que
carecen de facultad crítica bien formada, la fantasía goza de
una fuerza sugestiva que conduce a todos los delirios, sin el
contrapeso de una ocupación fija.
Variedad de procesos neuróticos tuvieron sus primeros
momentos en la dulce vagancia y divagación. Es cosa demostrada.
El trabajo crea carácter en el joven y le sugiere el sentido
de una independencia sana y digna, Le hace depender de sí
mismo y no mendigar ajenas ayudas. Le enseña prácticamente
que él tiene que andar con sus pies, ver con sus ojos, discurrir
hasta cierto punto con su razón y trabajar con sus brazos. Esto
es lo que aprovecha, lo que hace uno. Lo que hace el vecino, a
él aprovecha en primer lugar.
De todo lo cual se deduce que los reformatorios que no tienen bien establecido el trabajo con sus talleres y oficinas, cumplen su fin muy a medias. No tan sólo eso, sino que crea para
el educador un problema de muy difícil solución. Es muy esencial que el menor esté constantemente ocupado en alguna cosa;
hay además otra razón, muchos de ellos están atravesando la
crisis de la pubertad. Son unas dieciséis horas las que quedan
fuera del sueño; no hay trabajo; es contraproducente tenerlos
constantemente en clase; total, que el educador tiene que hacer
una gimnasia mental formidable para evitar el aburrimiento y no
lo consigue. El que escribe esto tiene derecho a la indulgencia
del lector, pues ha tenido que pasar por estas experiencias. Y
el caso es más doloroso, cuando entra un joven que vivía ya
del trabajo y descubre que también se puede vivir sin trabajar y
hasta bien.
Seamos muy amigos del trabajo, aunque solo sea porque
— 64 —
— 65 —
se trata del adversario de nuestro enemigo. Nuestro enemigo
es el hombre viejo, condenado en el Evangelio.
Necesidad de amor paternal en los reformadores.
Este amor paternal, a través del cual debe mirarse la obra
de los reformatorios, es esencialmente picudo como todo amor
verdadero.
Tiene una arista de benignidad e indulgencia, y otra de severidad o justicia. Abundan los que piensan que el amor tiene que
ser una cosa unilateral: sólo debe saber perdonar y compadecer. Pero no es así; pues atributo esencial del amor es el
odio a la injusticia, y si el amor es substancial, como en Dios,
requiere un odio infinito a la iniquidad. Para los que confunden
el amor verdadero, que es espiritual, con el carnal, su sombra,
ha de sonarles muy fuerte esta verdad: los dolores mismos de
la vida denuncian una fuente amorosa, lo mismo que las bendiciones del Señor. Una vez supuesto el pecado o el desorden
espiritual, esencial es que se traduzca a otros órdenes inferiores de nuestra unidad orgánica y su expresión sensible es el
dolor.
Todos los métodos pedagógicos han de reconocer esta verdad fundamental. Cuanto más amor, mejor; pero entendido a la
manera completa que aquí se entiende. La bondad excesiva del
profesor estimula la astucia del discípulo para aparentar lo que
está muy lejos de ser. Por otra parte la severidad inflexible crea
grandes hipócritas y abúlicos. En ambos casos el resultado es
el mismo: no hay modificación, reforma de la voluntad y de eso
se trata precisamente. Lleva esa silla al otro lado, se le dijo una
vez a un chico para sondear su voluntad. El niño permanece
impasible. Se le repite la orden una y otra vez. Continúa inmutable el chico. El profesor, un poco nervioso, le toca en el pescuezo, y entonces, como si fuera por resorte, ejecuta la orden.
En resolución, abulia de un pobre chico tan familiarizado
con el palo, que parecía haber hecho interiormente una asociación inevitable entre el palo y el movimiento, al estilo de los
brutos.
FR. MARTIN ORTUZAR
El cambio internacional.
Antes era un asunto que interesaba a contadas personas y
que muy pocas entendían. Hoy interesa a casi todo el mundo y
sus consecuencias se hacen sentir en todas partes. Las medidas que toma, o debe tomar el Gobierno para regularizar el
cambio monetario, son objeto de acaloradas discusiones hasta
en retiradas aldeas.
Y, sin embargo, es.fácil observar que la mayor parte de los
discutidores no tienen idea clara de las causas que alteran el
cambio, ni, por tanto,' de los remedios que deben aplicársele.
No pocos llegan a negar su importancia y acusan al Gobierno
porque deja salir de España nuestros productos, so pretexto de
'que tal salida beneficia al cambio, aunque se produzca la carestía en el interior. ¿Qué nos importa el cambio (exclaman sulfurados), si nosotros no queremos nada del extranjero?
Los que tal dicen no se dan cuenta de que el comercio exterior, con ser menos importante, es, sin embargo, el que marca
-los precios al interior. Unos cinco mil millones de pesetas re'presenta el comercio exterior de España (entre exportación e
importación), mientras que el comercio interior, o sea lo comprado y vendido dentro de España, es seguramente cinco veces
más. Y sin embargo la experiencia demuestra que el comercio
exterior es el que impone los precios dentro de cada nación.
La razón es obvia. Supongamos que nuestra moneda baja
en el cambio internacional: los extranjeros podrán adquirir
,-cuanto tenemos a bajo precio, y que se producirá en seguida la
carestía y con ella el alza de los propios, o lo que es igual, la
ruina de la moneda en el mercado interior. Inútil decir que nos;otros no podremos comprar nada en el extranjero.
¿Que el cambio mejora? Pues los extranjeros cesan de comprar nuestros productos, que para ellos resultan caros, y nosotros podremos adquirir los suyos, haciendo así que todo
abunde en nuestro mercado y que los precios bajen.
Algunos radicales piden que se cierre el comercio exterior,
pero aunque eso fuera posible (que no lo es), y consiguiéramos
‚encerrarnos en una torre de marfil, no podríamos evitar que al
despreciarse nuestra moneda se viniera aquí medio mundo a
disfrutar de la vida barata y a encarecérnosla, como sucedió
algunas temporadas en Francia y en Alemania.
El problema del cambio es, por tanto, de vida o muerte para
las naciones, y los Gobiernos tienen que dedicarle atención
preferente.
¿Cómo se sostiene el valor de la moneda nacional? La causa fundamental de su valor es el equilibrio del comercio de exportación e importación, o sea que lo enviado por España al
extranjero valga tanto o más que lo adquirido por nosotros
fuera de España.
Si ese equilibrio no existe, los extranjeros tendrán excesivos
créditos contra España, poseerán demasiados valores en pesetas que nadie querrá comprar, y la peseta se depreciará necesariamente. ¿No les bastará con poseer nuestra moneda? No,
Porque la moneda (sobre todo si es papel), no tiene valor sino
como medio de adquirir otras mercancías. Si nuestras deudas
al extranjero superan a nuestro haber, o sea cuando emitamos
excesivo papel, darán nuestro signo monetario a bajo precio,
con tal de adquirir otro que lo tenga seguro.
— 66 —
Unica excepción de esa ley monetaria es el oro, que tiene
siempre un valor fijo, y, por tanto, no se deprecia. La plata en
barras vale poco más de la mitad de lo que reza su cuño, y en
cuanto al papel... es papel mojado y sucio. Al equilibrio del comercio exterior deben aspirar, por consiguiente, todas las naciones, y, si es posible, a que la exportación supere a la importación.
Hay, sin embargo, algunas naciones (como Inglaterra), cuyo
comercio exterior está en perpetuo desequilibrio, y a pesar de
todo, tienen el cambio favorable; ¿cómo se explica eso? Porque tienen otras fuentes de ingreso, que llevan cada ario a Inglaterra grandes sumas de dinero; por ejemplo, las compañías
inglesas de ferrocarriles, minas, navegación, bancos, etcétera,
que trabajan en el exterior y cuyas ganancias representan miles
de millones. Todo eso va al bolsillo de los ingleses y contribuye a mantener alta su moneda.
Algo parecido, bien que en menor escala, poseen también las
demás naciones. Para España uno de los mejores ingresos es
el ahorro de los emigrantes, que envían cada año a sus familias
cerca de seiscientos millones de pesetas. Pero ¡cuánto más vale
su trabajo! Las dos terceras partes de su valor quedan en el
extranjero.
Las oscilaciones del cambio originan crisis y trastornos sin
cuento. Un alza pronunciada de nuestra moneda tiene por consecuencia próxima la invasión de nuestro mercado por los productos extranjeros, quedando sin trabajo nuestras fábricas y
sus operarios. Actualmente nuestras minas de carbón no pueden competir con las inglesas; de ahí el hambre y lágrimas de
los mineros.
Por el contrario, la baja de nuestra moneda representa por
el instante un aumento de bienestar para muchos ciudadanos,
para todos aquellos que viven de la industria y del comercio,
y aun del campo, los cuales ven aumentados sus pedidos y
ventas. Pero luego se encuentran con que el dinero ganado vale
poco y no les proporciona lo necesario. ¡Cuántos fabricantes
creyeron enriquecerse trabajando furiosamente estos años!
Pero como la moneda seguía bajando, se encontraron al fin de
cuentas arruinados. Yo vi un órgano alemán que, después de
colocado, valió al fabricante 1.800 pesetas.
Pero el estado de la balanza comercial no se modifica todos los días, y, sin embargo, la cotización de la moneda está
sujeta a continuas oscilaciones; ¿por qué? La ley de la oferta y
de la demanda rige en el mercado del dinero como en los demás, y puede muy bien suceder que en un momento dado sea
mayor la demanda de pesetas que la oferta, y por tanto que
suban de precio, atrayendo de ese modo a los que puedan
venderlas.
Pero muchas veces tales oscilaciones proceden del agio, o
- 67 -7-de los manejos bursátiles. Se puede jugar al alza y a la baja
sacando de ambas gran provecho, si hay habilidad y suerte.
Las operaciones de Bolsa no se conciertan siempre al contado, sino que se venden y compran valores para entregarlos a
fin del mes corriente o del próximo. Si, concertado el precio,
se produce un alza, podrá el comprador vender inmediatamente
el título adquirido (que aun no le entregaron), quedándose con
la ganancia. Es el negocio de los alcistas.
Se comprende también que, concertada la venta de un título
a Un precio dado, si entretanto se produce la baja, el que la
vendió sin tenerlo puede adquirirlo a precio inferior, embolsándose la diferencia. Eso es el negocio de los bajistas, y ambos
pueden ejercerse con la moneda, o combinar la especulación
de títulos con la de ésta.
Pero ¿cómo se produce artificialmente el alza o baja? Antes
para hacer que bajara la moneda de una nación, bastaba lanzar
contra ella una noticia alarmante: la pérdida de las cosechas,
una crisis ministerial, el temor de una revolución o de una
guerra, etc., y los agiotistas aprovechaban con mucha frecuencia el telégrafo y la prensa para sus manejos.
Hoy esos recursos están desacreditados y la gente curada
de espantos. ¿Qué hacer? Otro medio más seguro, aunque costoso: Un consorcio de banqueros pide en un día dado y en muchas Bolsas gran número de millones de pesetas; como nolos
hay, suben. Entonces los especuladores venden todos los valores españoles que tenían en su poder (acciones de ferrocarriles
y minas, títulos de la deuda, etc,) ,y como la peseta está alta
realizan con eso un pingüe negocio.
Ya está aprovechada el alza y es tiempo de provocar la baja
impulsando el péndulo en sentido opuesto. Otro buen día los
banqueros lanzan al mercado las pesetas que antes habían adquirido, y como no hay quien las quiera, bajan, pero al mismo
tiempo los especuladores compran toda clase de valores españoles, preparando así el terreno para otra alza. Y así indefinidamente, mientras el Gobierno no se decida a influir eficazmente, poniendo coto a los manejos de los especuladores. El cómo
necesita estudio aparte.
WILHELM
¡Soñando!
El artista dejó a un lado la paleta metiendo el manojo de
pinceles en su hueco y dando algunos pasos atrás para mejor
gozar del golpe de vista contempló su obra con visible satisfacción.
En verdad que el cuadro era de lo mejor que Alberto Manuel
pintara en su gloriosa carrera artística; la armonía del colorido,
— 69 —
2-7- 68 —
la composición de las figuras, la corrección del dibujo, la verdad de la perspectiva, hacía que aquel cuadro pareciera un
trozo arrancado a la realidad...; satisfecho el artista sintió ese
goce íntimo'del que tiene conciencia de su valer, y después de
contemplarle largo rato en pie, se dejó caer en un sillón paseando su mirada orgullosa por todos los ámbitos de su
estudio.
Y su mirada fue fijándose en aquellos bocetos de sus más
famosas obras que colocaran su nombre a la mayor altura en
el mundo del arte; allí eStaba el de su primera medalla, «La
_Visión de Velázquez», hermoso lienzo en que se veía al gran
genio de la pintura española arrobado ante la aparición de su
hermosísimo Cristo que parecía surgir de un fondo de gloria;
este cuadro adquirido por un Museo Extranjero, había alcanzar
do universal fama al joven pintor,
Y con la satisfacción del padre que se ve rodeado de sus
hijos muy amados, Alberto Manuel permaneció largo rato en
esta grata contemplación, hasta que su criado apareció en la
puerta preguntando si el señor no deseaba le sirviesen la
comida.
La voz del fámulo sacó al pintor de su arrobamiento.
—Sí----dijo volviendo en sí—; súbeme aquí el almuerzo.
Y poco después, con el mejor apetito hacía los honores al
suculento almuerzo, rociándolo con sendos vasos de vino
Rioja.
Cuando terminó, encendió un hermoso habano, y reclinándose en un diván cubierto de almohadones, dijo al criado que
retirara los platos.
—Corre los transparentes; así, que no me dé a mí la luz,
pero que vea yo los cuadros.
Y envuelto en las azuladas espirales que se escapaban de su
cigarro, siguió contemplando a través de sus párpados entreabiertos su última obra que a cada momento parecía adquirir
mayor vida y animación.
Una dulce somnolencia iba invadiéndole poco a poco, los
vapores de la digestión, el humo del habano, la semioscuridad
que le rodeaba, todo contribuía a aquel estado de beatitud en
que su imaginación divagaba recopilando sus triunfos artísticos,
que eran la envidia de sus rivales en arte..., rivales a los que
despreciaba considerándoles por debajo de él.
Pero de pronto una cosa singular vino a turbar el dulce
sueño del artista; un objeto insignificante acababa de surgir
ante él, o más bien varios objetos que, irguiéndose con atrevimiento parecían desafiarle; era el manojo de pinceles que dejara en la paleta y que se dirigían a su dueño, levantando sus
cerdas teñidas de varios colores, como cabelleras de viejas
coquetas.
Y unas vocecillas finas como el soplo de la brisa llegaron
hasta sus oídos:
— ¡Necio!—decían aquellas vocecillas burlonas.—¿Has pintado tú acaso esos cuadros de que tanto te engríes? Si no fuera
por nosotros...; ¿cómo hubieras podido trazar ni una pincelada? .
El asombro paralizó la indignación de Alberto Manuel, quiso tender la mano para castigar la osadía de aquellos pinceles
parlantes, arrojándolos por la ventana; pero una especie de
terror supersticioso le detuvo.
Sin embargo, exclamó con voz ahogada por la ira y e
estupor:
—¿Y si no fuera por que mi mano os mueve y dirige, pintaríais vosotros, viles instrumentos del hombre?
Una risita burlona salió del grupo de pinceles, exasperando
al artista.
—¿Y tú, no eres acaso un vil instrumento también? Es verdad que tu mano nos dirige, pero ¿quién mueve tu mano, quién
concede a tu inteligencia esa luz que no es más que un reflejo
muy tenue y prestado de otra luz superior? ¡El genio del hombre! ¿Qué es el genio del hombre si no un chispazo de la luz
divina? Y Dios todos los días, a todas horas te esta regalando
esos rayitos de luz de que tanto te enorgulleces, atribuyéndote
el mérito a tí propio. ¡Pobre y miserable instrumento que eres
en las manos omnipotentes del Creador lo que nosotros somos
en las tuyas...
Alberto Manuel se agitó en su diván; su vista fue a tropezar
con su gran cuadro «La Visión de Velázquez», y de su fondo
surgió severo, hermosísimo el Santo Cristo con los brazos
abiertos.
Entonces se operó una revolución extraña y desconocida en
el espíritu del artista; se enderezó y abrió los ojos; la vocecilla
había callado, los pinceles permanecían inertes en el hueco de
la paleta.
---. ¡Qué sueño más tonto!—se dijo encogiéndose de hombros.
Y descorriendo la cortina, graduó la luz para ver si faltaba
algún toque a su obra. Y tomando la paleta y los pinceles fue
a reforzar un golpe de luz.
Pero hijo tal vez de la excitación que lo dominaba, su mano
tembló, no obedeciendo el pincel al mandato de su voluntad y
la pincelada insegura vacilante en vez de dar más realce y belleza a aquel trozo, borró la pureza de su contorno.
Alberto Manuel, tiró con rabia paleta y pinceles; le parecía
oir la risita burlona de poco antes, se dejó caer en el diván
ocultando la frente entre sus manos y allí permaneció largo
ralo hundido en sus pensamientos, humillado, sin voz, sin,
movimiento.
Cuando levantó su cabeza, su mirada se fijó con indescriptible expresión en el Cristo de Velázquez, y lentamente sus
labios formular-Cm estas palabras:
70 —
—
—11.1n instrumento en las manos de Dios...! ¡Pero no me
arrojeis de vuestra mano! Dejadme trabajar, guiado por Vos,
Dios mío, sí, guiado por Vos para daros gloria.
J. GARCÍA HERREROS
Allá por tierra de moros.
(CONCLUSIÓN)
Al día siguiente subieron Amar y Nechma con sus cabras
algo más temprano que de costumbre; traían, además, un asno
enjaezado, y venía con ellos otro morillo.
Corriendo, bajó Moyúa a su encuentro. Antes de que llegara
junto a ellos, se pararon; el morillo torció de vereda y marchó
.con las cabras, y Amar y Nechma aguardaron al cabo.
—Buenos días, Amar.
—Buenos, cabo.
—¿Qué hay, Nechma? Qué ¿querer o no querer venir para
España?
— Sí, hombre; querer, querer—respondió la pequeña con interés.
—Y aquél ¿ser vuestro hermano?
—No—contestó Amar—; ser amigo, y yo dar a él una peseta
y hoy guardar cabras.
—Y el borrico, ¿para qué traerlo?
-- Para tú montar.
—Yo ir andando; montar Nechma.
—Nechma, no saber; y aunque saber, hoy montar tú.
—Sí, cabo, sí, montar tú—dijo también ella.
—Yo no querer. Si tú no montar, montar Amar.
--Pues yo tampoco querer—dijo Amar.
Echaron el borrico delante; y a pie, emprendieron los tres el
camino del aduar.
Ya cerca, en un pequeño embalse que forma un arroyo que
por allí pasa, estaban cinco mocitas lavando. Ver a Moyúa, y
•levantarse las cinco para querer escapar, fué todo uno. Habló
con ellas Nechma algunas palabras, que el cabo entendió, por
lo que hicieron las lavanderas, y esperaron a que pasara; pero
muy sobresaltadas. Sin embargo, una de ellas marchó, si no
corriendo, a paso más que regular.
71 —
Por lo que vió después Moyúa, era Farha, hermana de Nechma y Amar; la cual, viendo que el cabo venia, fui a avisar a su
madre.
Llegaron al aduar, y sucedió lo que Moyúa había barruntado.
' En el huerto de su casa, debajo de un algarrobo, estaba
Farha colocando una estera. Entre alguna ropa tendida, a lo
largo de una pared, reconoció el cabo su bufanda. Ya no le
cupo duda de que la madre de sus dos amiguitos era aquella
misma mujer a quien pocos días antes había socorrido.
Efectivamente; era ella misma la que le esperaba en la puerta del patio.
Cuando la mora vió a Mayúa, comenzó a levantar las manos
al cielo y a hacer mil inclinaciones, y dijo muchas cosas, que el
cabo no entendió; pero que debieron de ser muy tiernas y de
mucho agradecimiento. Al llegar junto a ella, puso la mora su
mano sobre el corazón y después la besó, indicando con esto
que deseaba besar la del cabo.
Lo primero que hizo Moyúa fué preguntar por el pequeñín.
Corriendo entró Nechma en casa y lo trajo en sus brazos. Lo
cogió Moyúa en los suyos, y no se contentó con hacerle una
caricia, le dió dos besos muy apretados.
El cabo sólo notaba en torno suyo, admiración y alegría,
mezcladas con agradecimiento y respeto.
Después de haber hablado y enseñado la casa, faltaba lo
principal. Le tenían preparado un verdadero banquete. Sólo esperaron a que llegara Ben-Meri, hermano de la buena mora y
tío de Amar y sus hermanas.
Cuando Meri hubo llegado, pasaron a colocarse debajo del
algarrobo, en donde Farha tenía todo preparado.
El cabo ocupó en la mesa, mejor dicho, en la estera, el lugar
de preferencia. A la derecha del cabo se sentó Nechma, a la izquierda Amar, a continuación de Nechma Ben-Meri y después
de Amar la mora. Farha sirvió la comida.
Fueron todas las distinciones para el cabo; pero éste se las
cedió a Nechma.
Hablaron de muchas cosas; pero lo que más cautivaba la
atención de Mayúa eran la solicitud y cariño con que le servía
Farha. Conoció el cabo que la joven deseaba que le hablase, y
Je dijo algunas palabras halagüeñas. Y por cierto que las me-
— 72
recia; pues Farha aventajaba en hermosura a la sevillana más
guapa.
De sobre estera, versó la conversación acerca de la venida
de Nechrna a España. Ella estaba más animada que nunca, y si
su madre la dejara, aquel mismo día saldría con el cabo. Imposible el explicar cómo llegó a quererle tanto.
—Y tú, Farha, ¿querer venir conmigo? Mira que yo ser mucho bueno.
—Ya saber que tú ser mucho bueno, pero yo si ir a España
morir de pena.
—¿Por qué morir de pena? España ser más bonita que esta
tierra, y yo tener una casa mucho grande. Tú allí estar mucho bien.
—Y saber que estar mucho bien; pero no tener con quien
hablar.
—Pues hablar conmigo.
—Pero aunque hablar contigo, no tener amigas.
—Sí, Farha, tú allí tener amigas. En España, sobre todo en
mi pueblo, ser las muleras mucho buenas, y cuando ver a tí, ser
todas amigas tuyas. Además, yo tener dos hermanas.
—¿Tú tener hermanas?
—Sí—dijo Nechma —y llamarse Inés y Leocadia, ¿verdad
cabo?
—Sí, ser verdad.
—Pues mis dos hermanas ser amigas tuyas, Farha.
—Si tú querer quedar aquí, yo querer a tí siempre mucho,
pero yo a España no ir.
Moyúa se despidió por aquel día de aquella buena familia. De
parte de la mora tuvo mil agasajos y bendiciones; puso ésta otra
vez la mano sobre el corazón y la besó, y ofreció al cabo su
casa para siempre.
Farha, comenzó a sollozar.
Les prometió a las dos que volvería a su casa tan pronto
como pudiese, les hizo una reverencia a la usanza de ellas y
echó a andar.
Ben-Meri, Amar y Nechma acompañaron al cabo hasta cerca del campamento.
***
— 73 —
lumbre, fué muerto alevosamente por dos moros, de quienes se
había fiado demasiado.,
,
La tarde de aquel día pasaron-Amar y Nechma por el lugar
del crimen, y quedaron horrorizados al ver el cadáver de su
querido cabo, bañado en su propia sangre.
Llenos de pánico y arrasados en 'Lágrimas los ojos, fueron a
contar a su madre lo qué habían vis- to,.,
La mora no perdió la serenidad, si bien no pudo contener las
lágrimas; y pensó qué determinación tomar, para que el cadáver
del cabo no quedase allí a ser pasto de los cuervos y de los
chacales.
Cogió tres relazós de tela del color de la bandera española,
los cosió entre sí e hizo con ellos un guión.
Cuando hubo anochecido, acompañada de Amar, fué a colocar el guión junto al cadáver del cabo.
La buena mora, decía para sí: Luego que amanezca y observen esto desde el campamento, sin duda que vendrán a mirar
qué hay aquí; y viendo el cadáver del cabo, lo recogerán para
darle sepultura.
FR. JUAN GONZÁLEZ
Favores de Nuestra Santísima Madre de la Merced.
El matrimonio José María e Isabel Pérez tenían un hijito llamado Salvador en un estado lamentable de endeblez y raquitismo.
Agotados los medios humanos, acudieron a Nuestra Señora
de la Merced ofreciendo vestir al niño el hábito de la Merced y
dar una limosna para su culto si mejoraba. Mejoró, y tan notablemente, que hoy está hermosísimo, .y cumplieron agradecidos
lo ofrecido.
El padre del niño,
Moyúa, fue víctima de su temeridad.
Una mañana que salió del campamento, como tenía de cos-
JOSE MARÍA NAVAS
Rute (Córdoba).
— 74
—
75 —
Anda y canta.
NOTICIAS
Corriendo por entre breñas,
cantando a todo cantar,
va el arroyo hacia la vega
caminito de la mar.
Es muy larga la llanura,
el cauce muy seco está,
¡y el arroyo es tan pequeño!...
pero él corre, corre siempre,
cantando a todo cantar,
que aunque el mar está muy lejos
tiene que llegar al mar.
El 2 de febrero recibió el presbiterado el joven corista de
Poyo fray Gumersindo Placer, de manos del ilustrísimo padre
Mutiloa, recién consagrado Obispo de Barbastro. ¡Mil enhorabuenas!
Tuvimos el gusto de saludar aquí al reverendo padre Comendador de Poyo fray Luis Barros.
También pasó entre nosotros unos días el reverendo padre
Fernando Díez, Comendador de Herencia, y el padre Pío Uribe,
Comendador de Lequeitio.
Regresó del Norte, después de una laboriosa excursión, et
reverendísimo padre Inocencio López.
De paso para Barcelona, donde predicará una Novena, estuvo aquí algunas horas el padre Enrique García.
También estuvo a despedirse de sus hermanos el padre
Carlos Carnevali, destinado a la provincia de Valencia.
¡Ay!, que es muy largo el camino?,
mortal, que tienes que andar;
por eso es mejor que vayas
canta que te cantarás,
como el arroyo que corre
caminito de la mar.
No mires si es cuesta arriba
la senda por donde vas:
cuesta arriba o cuesta abajo,
al fin la tienes que andar.
Si a la vera del camino
te salen a preguntar
¡,por qué vas canta que canta
sin pararte a descansar?,
no te detengas, que aún queda
mucho camino que andar,
y aunque es larga la jornada
a la meta hay que llegar.
Sigue, sigue por la senda
canta que te cantarás,
como el arroyo que corre
caminito de la mar.
FR. JOSÉ CEREIN>
MADRID
HERENCIA
La Novena, y particularmente el Triduo, en honor de Nuestro Santo Padre, ha sido este año muy solemne, con sermón
diario por el padre Enrique García, que supo despertar vivo
interés en el auditorio.
El mismo padre dirigió el día de retiro espiritual a las Marías
de los Sagrarios.
También se están celebrando con magnífico esplendor los
siete domingos en honor del Patriarca San José. Las Comuniones son innumerables, y hay sermón por la tarde, que predica
el padre Comendador, excepto el primer domingo, que lo hizo
el padre García. Como lodos los años, se hacen los siete sábados en honor de Nuestra Santísima Madre.
DE MARQUINA
En aquel convento de nuestras religiosas tuvo lugar la Visita Canónica en los días 15 al 21
del pasado enero, y en las elecciones presididas por el reverendísimo padre Inocencio López;
fueron elegidas: Comendadora, la reverenda Madre Trinidad,
Consejeras, las Madres Justina de Santa Teresa, Sor Mercedes
y Sor Pilar, y Maestra de Novicias, la misma Madre Justina. Directora de Colegio fué reelegida la Madre Mercedes.
El Colegio está cada vez más próspero, y el entusiasmo por
ras Misiones es muy grande en aquellas niñas y profesoras.
BILBAO.
Nueva Archicofradía.—Se celebró con mucha solemnidad la
Novena de nuestro Patriarca San Pedro Nolasco, y los tres
últimos días predicó el reverendísimo padre Inocencio López,
quedando erigida canónicamente la Archicofradía de Nuestra
Santísima Madre de la Merced, con cerca de 400 personas. Feli-
— 76 —
— 77 —
citamos de corazón a las reverendas Madres Mercedarias y al
señor Capellán don José María Gutiérrez, por el celo que desplegaron en esta obra, que era tan necesaria en Bilbao, y a la
Junta directiva, que la componen doña María Bartida, doña Vi
sitación Fernández de Lama, como presidenta y vicepresidenta,
respectivamente; señorita Paz Frías, como tesorera, y señorita
Ortiz, como secretaria, y varias señoras y señoritas más, como
consiliarias y celadoras de Coro.
, He aquí lo_que dice la «Gaceta del Norte», de Bilbao, en su
húmero del 16 de febrero:
Los cultos de la Archicofradía de la Merced.—Después de los
solemnes cultos del Triduo con motivo de la fundación de la
Archicofradía de la Merced en Bilbao, tuvo lugar en la iglesia
,de las Mercedarias el pasado domingo una solemnísima función
religiosa, primera de las que en adelante se celebrarán los segundos domingos de cada mes.
Dichos cultos resultaron solemnísimos, asistiendo a ellos
numerosos fieles archicofrades, que lucían en sus pechos el
santo escapulario de la Virgen de la Merced. Por la mañana
hubo nutridísima comunión general, cantando durante ella las
religiosas preciosos motetes al Santísimo. Al final pronunció
unas palabras el padre Inocencio López Santa María, para dar
las gracias a los concurrentes y alentándoles a seguir prestando
su asistencia a estos actos religiosos.
Por la tarde, a las cinco, después de la Exposición del Santísimo, estación, rosario y salutación a la Santísima Virgen,
pronunció un elocuente sermón el reverendísimo padre Inocencio López Santa María, ex General de ja Orden, alma y vida de
esta naciente Archicofradía, y en la que puso, desde el principio, todo su fervor y cariño hasta ver coronada una obra que
hace tantos años viene acariciando.
Este religioso mercedario demostró ser un gran orador sagrado, de conocimientos profundísimos y de dicción esmerada,
y su sermón estuvo lleno de sabias enseñanzas.
- Terminaron los cultos con la bendición y canto del Himno
de la Merced por las religiosas y alumnas del Colegio.
No queremos terminar estas líneas sin felicitar al dignísimo
Capellán del convento don José María Gutiérrez, por su labor
constante y activa al frente de esta nueva Archicofradía.—P. P.
RAMALES (Santander):
En este Colegio de Madres Mercedarias dirigió unos ejercicios a las religiosas, a las alumnas y a las señoras y señoritas
del pueblo, el reverendísimo padre Inocencio López Santa María.
Fue mucha la asistencia, y al parecer, abundante el fruto. Felicitamos a las Reverendas Madres por esta hermosa obra de
redención, que puede sumarse a la que allí hace ya tiempo rea&
zan en la enseñanza.
LAS LABORES (Ciudad Real)
El Sacratisimo Corazón de
Jesús entronizado en la Escuela Nacional
de Niños.—Con indescriptible entusiasmo que embargaba los infantiles corazones de los niños, alumnos de la Escuela Nació-:
nal, Ilevóse a efecto, en la mañana del día
del actual mes, el
proclamar p úblicamente por Rey y Señor al6 Corazón
Sagrado
de Jesús, acto que fué secundado en júbilo y p
resencia
por las ,
autoridades locales y pueblo en general.
El acto de la entronización Ilevölo a cabo el sabio y virtuoso sacerdote, cura ecónomo de esta parroquia, don Emilio Gallego Fernández, quien con su elocuente y clara oratoria exaltó
a todos los allí congregados, a la repetición de actos como este,
haciendo saber el gran amor que debemos hacia Nuestro Señor,
Rey de todas las Naciones.
También estuvieron r epresentadas las «Marías de los
Sagranos Calvarios» de Herencia, asistiendo asimismo las «Hijas de;
María» de esta villa.
Por las niñas y niños de ambas Escuelas, cantáronse himnos propios del acto, y postrados largo rato ante el artístico,
altar levantado, el cual estaba adornado e iluminado profusamente, dieron gracias al Divino Redentor por haberles dejado.
llegar a este tan ansiado día de feliz e inolvidable recuerdo
para sus tiernos corazones.
Digna de elogiar es la cooperación y ardiente celo prestado
en la confección y adorno del altar y local, respectivamente, .
por las señoritas Miralles (maestra nacional), Palmero, Moreno, Díaz-Pavón y Durán, todas ellas Hijas de María, a todas
las cuales damos las gracias y felicitamos por el éxito obtenido.
FLORENCIO F ERNÁNDEZ DELGADO
Las Labores y febrero de 1928.
Apostolado de las
ENCUERA
HH. Mercedarias de la Caridad
.—HospitalAsilo. Casi desde la fundación del Instituto
las HH. Mercedarias de la Caridad vienen dirigiendo el Hospital-Asilo
de San
Rafael con gran acierto y aplauso del pueblo.
Escuela de p árvulos.—Como si esto fuese poco, el ardoroso
celo de las abnegadas religiosas sostiene una Escuela de párvulos gratuita, con una asistencia de 300 niños de ambos sexos.
La mayor parte de estos niños son hijos de obreros. A las,
primeras horas de la mañana los entregan a las religiosas, con
las que pasan todo el día, hasta que a la noche los van a buscar;.
allí les dan la comida y merienda; y aquellas horas se deslizan
para ellos veloces, al calor de tanto cariño.
Estas beneméritas religiosas asisten también a los enfermos,
á domicilio.
¡Cuántas almas deben el haber co nquistado el cielo
al celo desplegado, en sus últimos días de su vida, por la Hermana Mercedaria de la Caridad! -
78
---
Colegio de Nuestra Seriora de la Merced. —Hace pocos años
que fundaron un Colegio de primera y segunda enseñanza para
señoritas en uno de los puntos más céntricos de la población,
adonde concurren más de 200 alumnas. Los salones de las clases son amplios y ventilados. Las Profesoras son todas religiosas muy bien preparadas y algunas con grados académicos.
Escuela Dominical.—En los locales del Colegio sostienen
estas religiosas una Escuela Dominical con una asistencia de
más de 90 obreras, quienes, después de respirar por espacio de
seis días la atmósfera viciada del taller, de la fábrica, concurren
a este centro de enseñanza, donde completan su instrucción y
educación con el trato y roce con las profesoras y con señoritas
que ayudan a las religiosas en esta simpática obra.
Biblioteca «La Merced» . —Como fruto de las hermosas conferencias que nos dió el R. P. Ricardo Delgado Capeáns, Provincial de la Merced de Valencia, se estableció en el Colegio
una Biblioteca de lecturas amenas, donde las alumnas, las ex
alumnas y aun todos los que las pidan, encontrarán lectura
amena, instructiva, moral y cuyas obras pueden llevar a sus
casas para servir de lectura en las veladas del hogar.
—Han celebrado las fiestas de Pascua y Ario Nuevo con gran
solemnidad y esplendor. Para tan simpáticas fiestas se prepararon haciendo todo el Colegio Ejercicios espirituales bajo la
dirección de don Bautista Belda.
Los días de Navidad, Año Nuevo y Reyes, han representado
en el Salón de Actos preciosas zarzuelas y dramas, en donde
se revelaron como consumadas artistas las señoritas que actuaron y que fueron premiadas, por el numeroso público, con entusiastas aplausos.
La actual Superiora, Sor M. Rufina C. de San José, no
perdona medio para colocar el Colegio a gran altura, y lo consigue.
CAZORLA
Hermandad de San Pedro Nolasco, de Cazorla.—Con gran solemnidad y muy numeroso concurso de fieles se han celebrado en
este pueblo los cultos que anualmente dedica a su titular la
Hermandad de San Pedro Nolasco.
Elogios sinceros merecen estos jóvenes directores de la
Congregación, que no omiten sacrificio alguno en su entusiasta
labor religioso-social, y cada ario consiguen mayores éxitos y
mayor número de adeptos. Es una labor meritísima la suya al
inculcar en las almas juveniles de los hijos de Cazorla ideas de
acendrada religiosidad.
La santa institución de la Merced es ya entre nosotros como
un árbol frondoso de raíces muy profundas. Los últimos brotes,
los retoños más tiernos están formados por los niños cazorlenses, que, radiantes de dicha, temblando de emoción, se acercaron a la Sagrada Mesa a recibir el Pan de los Angeles.
79 --
La iglesia del Hospital—tacita de pl ata—presentaba un aspecto deslumbrador, y el altar—ascua de oro—era un verdadero
alarde de buen gusto.
La oración sagrada estuvo a cargo del nuevo Coadjutor de
esta Parroquia, D. Félix Aranda, quien con palabra fácil y emocionada, con galanuras de concepto y de forma, cantó en primer
lugar las bellezas con que Dios adornó estos lugares de ensueño, saludando a la ciudad andaluza a la manera clásica de las
nobles gentes de Castilla, y dedicando después su fervoroso
panegírico a ensalzar la vida y las obras de San Pedro Nolasco.
Fue un día inolvidable, de emociones dulcísimas.
Nuestra cordial felicitación a los organizadores de estos
solemnes cultos.
RAIMUNDO
PALMA DE MALLORCA
El jueves primero del año se inauguraron con gran solemnidad en la iglesia de los PP. Mercedarios la bellísima institución de los «Jueves Eucarísticos».
Palma de Mallorca, que va a la vanguardia en el amor
y devoción a la Sagrada Eucaristía, hace tiempo anhelaba
esos « Iueves», llamados a renovar las costumbres de las
sociedades modernas, atrayéndolas más y más a Cristo Rey;
y la Comunidad Mercedaria, recogiendo esos anhelos, encontrando en todas las clases sociales entusiasmos, llevó a
feliz realización tan simpática institución a la que los Sumos
Pontífices y los Prelados concedieron los más preciados tesoros
de la Iglesia.
Los «Jueves Eucarísticos» se inauguraron con doce coros y
con una gran concurrencia de fieles que llenaban la amplia nave
de la iglesia de la Merced; después de la c onmovedora ceremonia fueron muchos los que solicitaron el ingreso en la Asociación.
Después del canto a la bandera y de la exposición de Su
Divina Majestad, empezó la Misa que celebró el muy ilustre señor Dr. Enrique Ibáñez Rizo, Canónigo Chantre de la Santa
Iglesia Catedral y predicador de S. M. En el ofertorio pronunció una muy sentida plática sobre el amor de Jesucristo a los
hombres, en la que tuvo párrafos elocuentes que conmovieron
al numeroso auditorio.
Por la tarde, con un lleno completo, se celebró la Hora
Santa. Ocupó la sagrada cátedra el R. P. Superior de la Residencia Fr. Elías Buj, quien, con la elocuencia en él acostumbrada, demostró cómo los «Jueves Encarísticos» están
llamados
a reformar las costumbres de la sociedad y de la familia.
Plácemes mil merece el P. Elías Buj y la Comunidad Mercedaria por la institución de tan bella devoción.
_
—
80 —
PLACENCIA DE LAS ARMAS (Guipúzcoa)
Hermanas Mercedarias de la Caridad.—Solemnisima resultó la
festividad de Nuestro Santo Padre. La novena concluyó con un
solemnísimo triduo en que se pidió de un modo especial por
nuestros hermanos los católicos de Méjico.
El día de Nuestro Santo Padre hubo Misa de Comunión General, y más tarde Misa solemne cantada por las alumnas del
Colegio y bendición de una preciosa imagen de Nuestra Santísima Madre que entre el aplauso del pueblo, repique general de
campanas y disparo de cohetes, fue colocada en un nicho en la
parte exterior del convento, siendo saludada por el Colegio de
alumnas, que le cantaron la Salve Mercedaria.
Con esto esperamos fomentar la devoción a Nuestra Madre,
especialmente entre los vecinos del barrio de Recalde, donde está
enclavada nuestra Residencia. Hay ya muchas familias que
tienen que agradecer a la Santísima Virgen de la Merced favores recibidos.
111111111111n111n11.111MB
NECROLOGIAS
La niña Teresa María de la Merced Serra Brujas subió al
cielo en Barcelona. Estaba consagrada a la Santísima Virgen,
de la Merced y vestía su santo Escapulario.
A sus padres, distinguidos amigos de la Merced y suscriptores de esta revista, damos sentido pésame.
—En Herencia falleció el 12 de enero, después de recibir los
Santos Sacramentos, la terciaria doña Ciriaca González Navas.
—En Madrid, el general don Angel Fernández-Caro Nouvilas, recibidos todos los Santos Sacramentos.
—En Madrid también muy piadosamente, don Juan Cabanillas, nuestro suscriptor.
A sus familias, muy allegadas a la Orden, nuestro más sentido pésame.
R. I. P.
CON LAS DEBIDAS LICENCIAS
Editorial Católica Toledana, Juan ilabrador, 6, teléfono 211.

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