El Arte en España, nº 10, Barcelona, Edición Thomas, 1916.

Transcripción

El Arte en España, nº 10, Barcelona, Edición Thomas, 1916.
11,EL GRECO ·m
•
EL ARTE EN ESPA1'lA
EDICIÓN THOMAS
'Bafo el-patronato de la Comisaria 'Rjgia del
Turismo y Cultura .ÁrtJstica
. N.O 10
-
SANCAEJ
EL ARTE EN ESPAÑA
BAJO EL PATRONATO DE LA COMISARÍA REGIA
DEL TURISMO Y CULTURA ARTÍSTICA
EL GRECO
Cuarenta y ocho ilustraciones con texto de
Manuel B. Cossio
Director del Museo Pedagógico de Madrid
H.
DEJ.
THOMAS, S.A.
C. MALLORCA, 291 -
BARCELONA
RESERVADOS
LOS
DERECHOS
DH
PROPIEDAD ARTisTICA V LITERARIA
EL GRECO
'LAS
raminas a que acompaña esta noticia, no están escogidas de
entre toda la obra del Greco. (1) En servicio del viajero por
España,
solo los principales cuadros del pintor, que
quedan todavía en los Museos del país (2) y en las iglesias y fundaciones públicas, a donde aún no ha llegado la codicia de mercaderes
y patronos, amparados en la indiferencia del pueblo hacia SU-llatrimonio artístico.
El nombre del Greco, Domenicos Theotocopou.os se transformó
en Italia y en España en Domenico y Dominico Tlzeotocopull. Así
firma los documentos. Y de ambos modos, los cuadros, pero en
griego:
A veces, en abrevia·
tura. Sus cQntemporáneos le llaman siempre 'Dominico Greco y el
Griego.
Era de Creta; Lo añade en algunos de st¡s cuadros:
cretense. Su contemporáneo Paravicino lo dijo varias veces: .Creta
le dió la vida y los pinceles Toledo ...»
En 1582 declara ante la Inquisición ser «natural de la ciudad de
Candia.» Nada se sabe de su estancia allí ni en Venecia.
En 1570 Clovio escribe que «ha llegado a Roma un joven candiota discípulo de Tiziano que ... paréceme extraordinario en la pintura.» Nacería, por tanto, hacia 1550. No se sabe come) vine) e España.
(1)
V. El Greco por M. B. Cossio. Con 193 láminas. Madrid.
V. Suárei!. 1908.
(2) E:xcepto el Museo y,Casa del Greco, por·tener ya volúmenes
especiales en esta Colección.
5
La primera noticia de él es la firma ,y fecha de 1577 en la Asunción
de Santo Domingo el Antiguo, de Toledo. Allí. trabajó desde entonces; y para Toledo y sus cercanías, Madrid, Escorial, lIIescas, pintó
sus grandes obras. La cita de Melo (1657) de que «persuadido por el
hambre y por los amigos se fué a Sevilla en tiempo de flota» no ee
halla COnfirmada por la tradición popular ni por los contemporáneos.
Habitó en las casas principales del Marqués de Villena, hoy paseo del Tránsito. El resto de aquella época, en tos solares llamado!>
tradicionalmente de VUlena, es la Casa del Greco. Murió de «avan·
zada edad», en Abril de 1614.
La partida en Santo Tomé dice:
«dominico greco En siete del falescio dominico greco no hieo
testamto• Recibio los sacramtos. enterrosse en
Sto domingo el antiguo dio betas.»
Gravemente enfermo, dió poder pata testar y dejándole por su
universal «a el dicl10 Jorge Manuel mi hijo y de la dicha
Doña.jerónima de las Cuevas .• De ésta nunca dice que fuese su
mujer. Jorge Manuel naci4,en 1578. Fué pintor, escultor y arquitecto, y trabajó con su padre, encargándose de las obras que éste dejó
empezalÍas.
El testamento declara más deudas que créditos y confirma so
entlerro en Santo Domingo. Pero, e!l 1618, Jorge Manuel se obliga
a sacar los hu'Csos cuando el convento se lo pidiese, y es probable
que lo hiciera,lIevándolos al enterramiento que le concedió, en 1619,
el Monasterio de San Torcuato. No se sabe, pues, donde se hallan
los restos del Greco. Tampoco cual es su retrato. Ofrecen gran pro'
babilidad de serlo el joven en el ángulo izquierdo de La Curación
del Ciego (Parma), y las dos representaciones de un mism'o perso·
naje de barba rubia, qwe en el Sal! 111.auricio y en el Entierro aparecen mirando al espe.c tador. Como retrato suyo circula el de Un Anciano, del Sr. Beruete. El Pintor (Museo, Sevilla), que antes se
creyó su retrato, se dice ahora, sin base, ser el de su hijo. La Fami·
lia (Widener, Filadelfia), por su excepcional intimidad, podria ser la
suya. La técnica corresponde con las edades de su nuera, Alfonsa, su
consuegra, Catalina y su nieto, Gabriel de los Morales.
Las breves noticias de sus contemporáneos dejan la impresión
dé J?er un hombre extraordinario y. o:iginal. Así, el P. Sígüenzaylos
laudatorios sonetos de G6ngora y Paravicino, los dos poetas que,
por analogia artística, más le comprendieron y admiraron. Fué el
primero en defender po, sí mismo la exención de tributo del arte de
la pintüra contra el alcabalero de lIlescas y obtuvo sentencia favo6
rabie. «En todo fué singular, como en la pintura». (Pacheco). rOe
extravagante condición». -Ganó muchos ducados, mas los gastaba
en demasiada ostentación de su casa, hasta tener músicos asalariados para cuando comia gozar de toda delicia». (jllsepe 'Martfnez)
El Inventario de sus bienes completa estos juicios: El aiuar contrasta con [os 24 mejores aposentos que ocupabaiY todo da la impresión
de caSa rica venida a menos •• La riqueza
el Greco dejaba al
morir no fué más que 200 cuadros' principiados de su mano •• (J. Ma.tinez). 143 enumera el inventario. «Dominico Greco. me mostró el
año 161\ una alacena de módelos de barro de sutaano para valerse
de ellos en sus obras, y 10 que excede de toda admiración, los originales de todo cuanto habia pintado en su vida, pintados óleo,
en lienzos más pequeños en una cuadra que por su, mandato me
mostró su hijo». (Pacheco). Inventariados aparecen,
La Biblioteca del Greco confirma la idea formada de su persan¡lÍldad por [I\S frases de sus contemporáneos. Zl obras griegas:
Homero, Eurípides, Xenofonte, Arist6teies, Demóstenes,lsócrates,
Esopo, Hipócrates, Luciano, Plutarco•.• el Viejo y el Nuevo Testamento, los Santos Padres. 67 italianas: Petmrca; Ario¡¡to, Patrizzl,
e[ neo platónico de su época. Las fuentes de su form,ación espiritna.1
son, por tanto, las más puras del Renacimiento. ,Un «Tratado de ¡a
pintura»; 19 libros de Arquitectura; y solo 17 obras en romance, Que
no se describen. No se sabe la que el Greco levó en castellah<rlCon
una vieja criada, María Gómez, y un más viejo c;riado, Juan Preboste, e[ Greco achacoso de ios últimos días hace la impresión de un
solitario. De espiritual 'humorista deja el sabor la visita de Pacheco
en 1611, oyéndole afirmar «contra Aristóteles V todos los antiguos.
que «la pintura no es arte» y que «el colorido es superior a[ dibujo»,
contra Miguel Angel, de quien decía «que era un buen hombre, peral
que no supo pintar». Compréndese el escándalo de Pacheco v su ingénua interpretación de las obsesiones cóloristas l1el Greco y consiguiente técnica. «Porque, ¿quién creerá - dice - que Dominico
Greco trajera sus pinturas muchas veces a la mano y las retocase
una y otra vez para dejal' los colores ,pistintos _y desunidos y dar
aquellos crueles borrofies para afectar valentía? A esto llamo yo
trabajar pa'ra ser pobre». El Greco . se refugiaría entonces nostálgit:amente a conversar ,en su lengua nativa con sus paisanos los Diógenes Parramonlio 'y los Constantino Focas, que fueron testigos de
su testamento.
'Las oBras del Greco en Italia S<Yn esca'sas y eran atribufdas s
otms pintores. Aunque discípula <le Tiziano Influyeron más en él
Tintoretto, por el dramatismo, el módulo y dibuio de las figura:; J
las tonalidades frías; y los
por las luces y sombras.
En Roma experimentó el influjo de Miguel Angel. En la E.>.puJslón de [os Mercaderes (Yarborough, Londres), retrata a sus maestros: Tiziano, Miguel A¡1gel, Clovio. Porque también pirttó miniatl!ras, que empiezan a conocerse. Es difícil clasificar sus obras en
venecianas y romanas. Las principales son: Curación del Ciego (Museos de Dresde y Parma); Anunciaclól! (Museo de Viena); Expulsión
de los Mercaderes (F. Cook, Richmond; Lord Yarborough, Londres);
Adoración de Pastores (Winurusen, Copenhague); Retrato de Clcvio:
Muchacho soplando (Museo de Nápoles). La Escena de género, .
inspirada en el último, y el San !erónimo (Gale'ría Nacional, Londres) son también temas italÍlmos, muy repetidos luego. La Expulsión de [os Mercaderes (Frick, Nueva YOl"k) representa la primera
afirmación de la personalidad del artista en todas sus cualidades;
sirve de enlace entre sus épocas italiana y espr.iiola, y es lino de los
ejemplares más espléndidos de toda su obra.
Toledo, al llegar el Greco, era el foco del arte en España. Se
iniciaba su decadencia. La pintura era inferior a las otras manifestaciones. En El Escorial trabajaban los romanistas italianos, y 'a
ellos, como- a los insignificantes uintores locales, tuvo que mirar
con desdén El Greco.
Dió la traza para el Retablo y Esculturas de Santo Domingo el
antiguo, y pintó los cuadros. En el centro, la Asunción (Art Institut,
Chicago) fechada en 1577; a los
Juan Bautista y San luan
Evangelista (Iám. 1); sobre estos, San Benito y San Bernardo (desaparecidos); en el ático, la
(Iám. 2) y bajo ella, la Santa
Faz (Iám. 3'1). En el lateral de la epístola,.la Resurrección (Iám. 3); y
en el del evangelio la Adoración de Pastores (Iám. 4). Alternativa
en todos de italianismo y nuevo ambiente-local: Gran progreso técnico.
En 1579 entrega a la Catedral el EspOlio (Iám. 5), su composición más dramática, donde aparecen en perfecta armonia la herencia idealista italiana V los factores de su proceso español: concentración del asunto, intimismo, actualidad, acentuada gama fria,
anticipaciones de los problemas de luz y colorido. El Cabildo quiso
que borrase las Marias, porque el Evangelio dice que estaba¡1 «ad
longe», y las celadas, porque «desautorizaban a Cristo». Se avino a
hacerlo solo ante la amenaza de ir a la cárcel, pero, por fortuna.
allf quedaron. Hasta 1585 no construyó el retablo, desaparecido,
para este lienzo, y al que pertenece el grupo en madera de La Vi".
gen eChando la casulla a San Ilde/ollSo Oám. 6).
8
En 1580 ya le habla encargado Felipe 11 el San Mauriclo, (lámIna 7) del cual el P. SigUenza en 1605 dice: «no le contentó a Su Ml!.gestad (no es mucho) porque contenta a pocos, aunque dizen es
mucho arte, y Que su autor sabe mucho y se ven cosas excelentes
de su mano'. Claramente se ve la relación del Greco con el público,
idéntica a la de todos los artistas como él, disonantes. Admirado
solo de una minoria, Que lo va imponiendo por su mérito; desconocido éste por la mayoria, que solo vive de lo consagrado. Aplicó aJ
San Mauricio todo su arte, esperando que le abriera las puertas del
Escorial, pero el rey no Quiso ponerlo en el altar para que fué encargado. El fracaso procede del violento contraste entre el asunto
lleróico y el nuevo extraño modo de tratarlo; del pronunciado acento
de caracteres, actitudes, desnudo. y ropajes; de la frialdad de color
y de la plenitud de la luz al aire libre. Representa este cuadro, mejor que ningún otro, la crisis pictórica del Greco.
A este primer periodo corresponden la pequeña Anunciación y
-el San Benito (Jams. 8 y 9); el San Sebaslián (Iám. 10); y los retratos
del Caballero con la mano al pecho, y del Médico (láms."11 y 12), as.
como el pequeño San Francisco, (Paris, Zuloaga) Que abre la serie
de todos los que hizo.
El Entierro del Conde de Orgaz (láms. \3 y 14) es la obra más
significativa y de mayor alcance del Greco, as! como la página más
sustancial' y penetrante de la pintura española. Sorprende por la
conjunción de intimidad naturalista, exaltado idealismo, ambiente
'local, acento dinámico y sobriedad de frias entonaciones. El argu.
mento es una leyenda mistica, familiar, netamente toledana. Don
Gonzalo Ruiz de Toledo
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Señor de Orgaz fué un vaA
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rónpiadoso,devotodeSan
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Agustin y San Esteban, los
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cuales, cuando iba a ser
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enterrado en aquel mismo
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Santo Tomé, que él ree-·
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dificó, balan del cielo V
con asombro de la clerecfa
y de los caballeros asisVlnMA DEL GRECO EN EL'
tentes, lo llevan al sepul.
"ENTIERRO. DEL CONDE DE ORGAZ»
.cro. Pisa (Apuntamientos,
1612), dice que están «allJ
retratados muy al vivo muchos insignes varones de nuestros tiempos». No hay identificados más que los Covarrubias y Andrés Núñez,
el cura de Santo Tomé, que ganó pleito coñtra la villa de Orgaz,
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porque descuidaba cumplir el testamento de su Señor en beneficio
de la iglesia, mandó poner la inscripción latina recordándolo, y
pintar el f:"ntierro en 1586. No se sabe por qué pondría el Greco, debajo de su firma, 1578. Refleja este cuadro el espíritu de la raza, la
tristeza v el misticismo regionales, y representa, como el Quijote,
la protesta contra todo falso manerismo y la vuelta a la inagotable
poesía de la realidad y de la vida diaria. Por el precio hubo pleito y
tasaciones, la segunda, en 1.400 ducados. Diéronie 1.200, y acudh', en apelación al Papa, pero hubo avenencia.
Los altares del Colegio de Doña María de Aragón, en Madrid,
15f10; de la Capilla de San José, en Toledo, 1597; y del Hospital de la
Caridad, en I1Jescas, 1603, forman los jalones del periodo posterior
al Entierro. Conservan todavía, en cierto modo, su acento melancólico y su misma técnica los cuadros del primero: Bautismo (Iám. 15),
AnuncIacIón (Jám. 16) y sus congéneres: Crucifixión y Resurrección (Jáms. 17 y 18), así corno la cabeza de un Hidalgo (IAm. 19). En
los de la Capilla toledana, escandalosamente profanada en 1907 con
el arranque y venta de sus altares laterales, San Martin y la Virgen
con Santa Inés y Santa Martina (Widener, Filadelfia) aparece. lo
mismo que en los Que todavia permanecen allf. San losé, Coronación de la Virgen (Jám. 20). una concepción más tierna y se segada.
Se acentúa el idealismo familiar, y la tendencia a pocas y grandes
figuras; la técnica se hace más fácil y espontánea, el colorido más
argentino, medias tintas fundidas, grises finos, y entonación carminasa. Lo mismo ocurre en I1Jescas, donde el San l/defonso (Jám. 21)
cierra magníficamente esta fase. Dentro de todo este período caen
el San José y la Sagrada Familia (Jáms. 22 y 23); la Verónica (lámina 24); el Sueño de Felipe /l. el San Eugenio, el San Pedro y el San
Francisco (Jáms. 25, 26, 27 Y 28); la Virgen, la Sagrada Familla,jesús con la Cruz y San Antonio (IAms. 29, 30, 31 Y 32), Y los
de Rodrigo Vúzquez y de un Caballero (Jáms. 33 y 34). Su más es·
pléndido Retrato, el dellnquisldor Niño de Gueoara (Havemeyer,
Nueva York) es también de esta época.
La últíma del Greco se caracteriza por la exaltación de todas
sus cualidades. El puro dinamismo le obsesiona. Comienza eon el
San Bemardino. 1603 (Museo del Greco) y acaba con el Bautismo
de Tavera, Que dejó sin terminar. La Asunción, de San Vicel)te, (lámina 35) es su obra más perfecta de este tiempo. A él corresponden la Concepción (Iám. 36) la Adoración de Pastores. 1612 (lámina 3n los San/os luanes (Jám. 38), la Anunciación (Iám. 39),
Santo Domingo (Iám. 40), San Franciseos (Jáms. 41 y 42), la Pentet:os/és (Iám. 43), los tres Retratos de Caballero (láms. 44,45 Y 46).
10
el de
Pintor (Mm. 47), el del Carde.'!al r-avera (tám. 48), el origl·
nal!simo Laoconte (Munich. Museo), la V/sta de Toledo (Museo del
Greco) y el famoso retrato de Fray Hortensia Félix Parao/c/no,
1609, (Boston, Museo).
En la serie de San Franc/scos, su especialidad, y en la de retratos, como pintor de almas, puede seguirse la evolución de su arte.
Se anticipó al paisaje sin figura (Havemeyer, Nueva York). Fué arquitecto y escultor en madera, «dió espíritu al leño» (Góngora),
aunque solo como ornato de sus lienzos. De sus dibujos, solo uno se
conoce, (Biblioteca Nacional). Astor grabó sus cuadros. Sus disc!pulosJorge Manuel, Maino, Tristan no supieron heredarle. Velázquez recogió de él calladamente cuanto pudo. Su extraño alte engendró la leyenda erudita del cambio de estilo por no confundirse
con Tiziano y la vulgar de su locura, que hoy renace con aire cientifico. Unos hablan de paranoia; otros, de astigmatismo.
Intentos inútiles y vanos para explicar su arte, que quedará
como el esfuerzo más genial y logrado para trasmitir al lienzo lo
puro dinámico, la fuerza en toda su vivacidad, el movimiento. En
este sentido es el Greco un barroco. Simboliza el triunfo de la individualidad. Profeta de todo renacimiento idealista, solo épocas inquietas y rebeldes son las propicias, no ya para comprenderle y
perdonarle, sino para
plenamente: al verdadero Greco, al
escandaloso, al/oca.,
M. B. Cosslo.
11
LE GRECO
Ttaduit par .M. Enúle Bérlaux,
Correspondant de f Académle Rogale de Saint. Ferdinana
el Prolessear
l'Unioersité de 'Paris
a
L
ES planches qui musrrent eette notlce ne représentent pas lIn
choix fait dans toute I'ceuvre du Greco. (1 )
Pour la eommodité de eeux qui font re voyage d'E"spagne, on reproduit id tmiquement les principaux d'entre les tableaux du peintre
qui se trouvent encore dans les Musées du pays (2) et dans les Eglises et les fondations publiques, la oa ne s'est point encore exercée la
cupidité des ma rchands d des propriétaires, qui trólivent un appui
dans I'indifférence de la nation a I'égard de son patrimoine artis:
tique . .
Le nom du Greco, Domenicos Theolocopoulos, s'est transformé
en ltalie et en Espagne en Domeníco et ,Dominico Theotocopuli.
C'est ains; qu'il signe les doeuments. Quant aux tableaux, lluse de
"une et de l'autre signature, mais en
Sa,'signature est parfois
IIbrégée. Ses eOl.1temporains I'appellent túujours Dominico'Greco et
Je Grec.
n était'ol'iginaire de Crete
et ,sur quelques-uns de ses tableaux
f!1ention:
«erétois.'!> Son coqtemporain Paravicino
le dit a plilsieurs reprises: cLa Crete lui .donna naissance et
lui mít en maín le pinceau... »
il ai?Ute
(1) Voir: El Greco, par M. B. Cosslo,' avee 193 planches. Ma-.
drid, V. Suárez. 1!)()8.
(2) Exceplé le Musée et la Maison du Greco, á lolede, parctt
que des volumes spéciaux leur sont consacrés dans la Colleetion.
*
13
En 1582 i1 declare devant I'lnquisition qu'íf est originaire de la
cité de Candie». On ne sait rien de son séjour dans eette ville, ni du
tem,ps qu'i1 passa 3 Venise.
En 1570 Clovio éerit: «11 vient d'al'river 3 Rome un )eune Candiote, disciple du Titien, qui me parait extraordinairement doué pour
la peinture.' Le Greco serait donc né vers 1550. Comment vint·i) en
!;:spagne? On n'en sait rien. Le premier renseignement que )'on
trouva 3 son sujet en 'Espagne est la signature du peintre, avec la
la date de 1577, sur l'Assomption de Santo Domingo el Antiguo, a
Tolede. 11 travailla depuis lors dans cette ville" et c'est pour Tolé·
de et ses environs, Madrid,I'Escorial, lIIescas, qu'il peignit ses grandes ceuvres. Le texte de Melo (1657) oil il est dit que, «pousse par la
faim et par
amis il alla.3 Séville au temps du retour de la flotte
d'argent» n'est confirmé ni par la tradition ni par les coptemporains.
11 habita dans la maison principale du marquis de Villena, auJourd'hui paseo de 1 Tránsito: Le biitiment qui reste de cette époque
sur I'emplacement qui conserve traditionnellement le nom de VilJena, a été appelé la Maison du Greco. Le peintre mourut .. a un áge
avancé»; en avril 1614.
L'acte de la paroisse de Santo Tomé dit: «Dominico greco. Le
sep! du mois mouru! Dominico greco. fl ne ti! pOint de testamento 11
repu! les sacrements; il fu! enterré ti Sto Dominique le Viellx: il donna les cierges .• Gravement malade, iI avait donne pOl1voir pour tes-
ter, en qua lité de légataire universel «au dit Jorge Man.uel mon fils
et celui de la dite dame Jerónima de las Cuevas.» De cette dame iI
ne dit jamais qu'elle fút sao femme. Jorge Manuel naquit en 1578. 11
fut peintre, sculpteur, et· architecte, et travailla avec son peTe; il
se ehargea des ceuvres que celui-ci laissa ébauchées.
Le testament déclare plus de dettes que de créances et confirme
I'ensevelissement a Santo Domingo. En 1618 Jorge Manuel
gea a retirer les restes de son pere quand le couvent le lui demandera, et iI est probable qu'illes retira en effet, pour les transporter a la sépulture qui lui fut concédée en 1619 par le .Monastere
de San Torquato. On ne sait donc pas oil se trouvent les restes du
.Greco. On' ne eonnait pas davantage son portrait. 11 y a grandes
'chances de le retrouver dans le ¡eune homme du coin gauche de La
guérison de l'a/Jeugle (Parme), et dans les deux
d'un
méme personnage a barbe blonde( qui dans le Saint Mallrice et L 'En·
!erremen! regarde le spectateur.l.,e portrait d'uTl Vieillard de la collection Beruete, qui eireule.,eomme portrait du Greco, n'a rien d'autbentique ••,LePeintre (Musee de Séville) que \'on croyai[ jadis etre
ron portrait. passe malntenant, sans fondement. pour etre celui de
14
son fils. La Famille (Widener, Philadelphie), a cause de son caractere exccptionllcl d'intimite, pourrait élre celJe de Jorge Manuel. L&
techniQue est d'accord lwec les dates Qui correspondent a la bru
du Greco, Alfollsa, a Catalina, la
de son fils, et a son
petit-lils, Gabriel de Jos Morales.
'
Les brefs renseignements donnés sur le Greco par ses contemI'impressiof! qu'i1 fut un homme singulier et original. e'est aillsl Que le peignent le P_ Sigüenza et les sonnets élogieux de Góngora et de Paravicino, les deux poi>tes Qui, par analogie deJempérament artistiQue, I'ent le mieux compris et admiré. II
fut.le premier a reclamer I'exempti.on d'impót pour I'art'de la peinture
eontre le percepteur d'Ulescas et il obtint une sentence favorable.
"En tout,' eomme en peinture, il lut slngulier.» (Pacbeeo). «De cara etere extravagant, ¡¡ gagna force ducats. mais il les ,dépensait pour
l 'apparat excessif de sa maison, jusqu'au point d'avoir des mllsiciens
salaries pour íouirel}Jrulngeant de
les .deliees.» Uusepe Martinez). L'/noonLairede ses bieos complete ces jugements. Le mobilier contraste avec les 24 pieees de fappartement Qu'i1 occupait;
(01)t donne l.'impression d'une maison riche en decadence. «La lortune QlJe' le Grero laissait en mOUTant ne consistait Qu'en 200 tableaúx comil1encés de...sa main .• (J. Martinez). L'inventaire en énumere 143. «Dominico Greco me montra I'an 16U UII placard rempli
de modéles en tene a utilrser pour ses ceuvres. et ce Qui dépasse
toute admiratioñ. les originatll1. de tout ée qu'il avalt peint dans sa
\Tie, eSQuissés a l'h'Uile sur des toiles plus petites, daJ1S une salle Que,
$ur son ordte, me fit voir so'n.fils." (Pacheco).
La.Bibliotheque du Greco confirme. I'idee Qu'on se forme de sa
personnalité d'apres les phrases de ses contemporains. 27 ouvrages grecs: Homere, Euripide, Xénophon, Aristote, Demostbéne, Isocrate, Esope, Hippocrate, Lucieu, PlutarQue. .• I'Ancien et le Nouveau 'Testament, les Saints Perés; fJl ouvrages italiens; PétrarQuei
I'Arioste"Patrizzi, le lIéo-platonicien de son temps. Les sources de
sa forma<ion spirituelle·sorit done les plus pures de Ja Renaissance.
Vn «Traité 'de la,peinture»;' 1!)' livres d'Architecture; et seulemem:
11 ceuvres en .«roman>.. dont 00 ne donne pas la description. Nous
19norons ce que Greco lut en castiIJalÍ. Avec úne vieille servan te,
Maria Gómez, et lIIJ'Valet plus vieux')!ncore. Juan Preboste,le Gre.' co valétudlnaire des derníers. iQurs fait l'impression d'un solitaire.
11 prend l'accent d'un ,h umoriste spirHuel dans la visite que lui lit en
1611 Pacheco, et oi! itaffirma «conti-e Aristote et tous les anciensl>
qlle «1a peinture n'est pas un art et Que le coloris est supérieur au
dessin., et s'éleva contre Michel Ange,.dont il disait ,cque c'était un
brave homme, milis qu"'n ne savait pas peindre.» On comprend t'aburíssemellt de Pacheco et son interprétation ingénue des obsessions
Greco et de la technique qui en résultait;«ea.r, dit-il.
c:ui eroirait que Dominico Greco prenait sou,Vent . en main ses pe intures et les retouchait pIusieures fois pour iaisser les couleUfS distinctes et désunies,et donner ces,cruelles ébauches ¡!lar affectation
de bravure? C'est ce que j'appelle, moí, travailler iI s'appauvrir.» Le
Greco devait alors chercher un 'refuge ii. sa nostalgie dans Bes conqu'il pouvait ten ir dans sa langue maternellé·avec ses
compatriotes,Jes Diogenes Parramonlio et:les Constantino F=.
<lui furent les témoins de son testamento
Les
Greeo en ftalie sont rares et ont été attrilJuées
{ongtemps a d'autres peintres. Quoique disciple
Tjtien, iI subit
surtoufl'infIJ,lenee du Tintoret pour I'effet dramatique, le modelé et
le dessin des figures, ainsi qüe pour les tonalités froides; el geUe
des Bassani pou,r les lumieres et les ombres.
ARome il cerrut l'empreinte de Miehel
Dans L'ExIJlt1sion
des Marchands (lord Yarborough, Londres), iJ fait le portrajt de ses
maltres: Tajen. Míchel Auge, Clovio. A l'exemple de ce dernler,
iI peignit aussi des'miniatt¡res, qu'on tommence a retrouver. 1I est
difficlle de c1asser ses reavre!> en vénitiennes et romaines. Les prinde Dresde et Parme);
cipales 50nt: La guérison de t'aveagle
l.'Annonoiation (M'bsée de Vienne); L'Éxpalsion des Marchands
(F. Cook, Richmond;, [ord' Yarborough; Londres); L'Adoration de$
Bergers (WilIumsen, Copenhague), le Parttaitde Glovio et l'Enrant
SOllrfl.tmt tille
de Naples). La Scene de genre inspirée de ce dernie'r tableau et le Saint.Jér6me (Galerie Nationale,
Londres) sont aussi des themes italiens, souventTépétés ensuite.
1..'4t;pals.ion des Marclu1I1ds (Frie\{. New York) repTésente la premiere 'affirrnat4on de la personnalité de i'artiste dans toutes ses
Qualités etelle
tien entre sOn époque italienne et son époque
eSpBgnole: ,c 'est un des plus spléndides' exernplaires
toute son
c:euvre.
Toleae, quánd le Greco yatriva, était le {oye: de I'Art en Espagne; mais la décadence commeucait; La peinture 'était inférieure
anx autl'es 't11'anifestations de {'Art. A)'Escorial travaillaieut lee
ita Iien s.¡ et, poúr eux, comme pom tes peiutres locame.
tons f6rt'insignifiants. fe Creco ne-dut avoir que tj!gllJ'ds de,dédain.
. jt donna les'modeles du
Santo Domingo el Antiguo,
architecture et sculptures. et en 'peignit les tablesUJ¡. Aa centre,
L'Assomption (Art Institut, Chicago) datée de 1577; SlIr loeS cótés.
16
Salnt lean Baptlste et Saín! lean I'Evangéllsfe (pI. 1); su dessus
de ceux-ci Saínt Benoít et Saín! Bemard .(disparus); dans I'attique,
La TrÍlllté (pI. 2)
au dessous, La Saínte Face (pI. 3'1'). Sur les autels
latéraux, du cóté .Íle l'Epltre, La Résurrection (pI. 3) et du c.óté de
t'Evangile, L'AdortÍlíon des Bergers (pI. 4). Combinaison, dans tous
.c es tableaux, de I'italianisme et du nouveau milieu,lócal. Grand
progres technique.
En 1579 illivre ala Cathédrale Le Chrís! dépoulllé de ses
ments (pI. 5), sa composition la plus dramatique, Oll apparaissent en
parfaite harmonie la tradition idéaliste .italienne et les facteurs de
l'évolution espagnole du Greco: concentration du suiet, intimité,
Bctualité, gamme froide accentuée, vue prophétique des problemes
modernes de la'lumiere et du coloris. Le Chapitre voulut qu'i1 efiaI;iit les Maries, parceque l'Evangile dit qu'elIes étaient «ad longe.,
et les casques, .parcequ'«i1s portaient atteinte a la di&,flité du
Christ.. Le peintre ne donna son consentement que devant la menace de
prison, mais, par bonheur, le tableau resta tel quel. 11 ne
construisit pas avant 1585 le retable qui encadra cette toile. C'est a
ce retable (détruit) qu'appartient le groupe en bois de La Vierge
remetlanl la chasuble ti Saín! Ildefonse (pI. 6).
Des 1580 P.hilippe " lui avait.commandé le Saín! Maurice (pi. 1),
dont le P. SigÜenza dit en '1605: i(1I ne plut pas a Sa Maiesté: 'rien
d'étonniint, car il plait a peu de gens, bien qu'on dise que c'est du
grand art; et que son auteur en sai! long et qu'i1 a peint des choses
excellentes.» On voit ici clairement les relations du Greco avec le
public, identiques a celles detous
artistes de son tempérament:
les .irréguHers. Admiré seulement par une minorité qui essaie de
I'imposer pour son mérite, i1 reste inconnu de la maiórité, qui ne vit
Que de ce qui est consacré. Le Greco mit dan s son Saínt Maurlce
tout son art, avec I'espoir qu'on lui ouvrirait les portes de I'Escorial, mais le roi'ne voulut point placer ce tableau sur I'autel ponr
lequel i1 avait été command'é. L'échec vient du contrasteI\Tiolent
entre'le suiet héroYque et la nouvelle et étrange fa!;on de le traiter;
de I'accent prononcé des caracteres, des attitudes. du nu et des.vétements; de la froideur de la couleur et de la plénitude de la lumiere
de plein.air_ Mieux que tout autre, ce tableau représente la crise
dans I'art de ·p eindre du Greco.
A ce"tte premiere période correspondent la peUte Annonc(atlon
etleSaint Benoit (pI. 8 et 9); le Saint.Sébastlen (pI. 10): les'portraits du Gentilhomme la maÍll sur la po/trine et du.Médecln (pI. 11
et 12). ainsi que le petit Saint Franpoís (Paris, Zuloaga) qui
Ta la série tres nombreuse de tableaux du méme sujeto
17
L'Enterremenf du cOl1ite d'Orgaz (pI. 13 et 14) est rreuvre la
plus significative: Elt la plus forte du Greco, comme elle est aussi
la page la plus substantielle et lli plus pénétrante de la peinture
cspagnole. Elle surtrrend par l'union de l'intimité naturaliste,-de
¡'idéallsme exalté, de raccent nerveux et de la sobriété des tons
froids.
L'argument est une légende du quatorzieme siécle, mystique
familiere , nettement tolédane. Don Gonzalo Ruiz de Toledo, sei·
g ueur d'Orgaz, fut un homme pieux, dévOt de saint Augustin et de
saint Etienne, qui, au moment oi.t i1 allait étre enterré dans ce
rneme Santo Thomé , qu'i1 avait rebati, descendirent du ciel, au mi:
lieu de I'étonnement du clergé et des gentilshommes présents, et
le déposerent au tombeau. Pisa dit en 1612 qu'on voit la «le vivímt
por/rait de beaucoup de contemporains éminents.' On n'a identifié
Que les Covarrubias et Andrés Nuñez, le curé de Santo Thomé, qui
g agna le pro ces intenté cont1le la ville d'Orgaz, parcequ'elle négligeait d'exécuter les c1auses du testament de son seigneur en faveur
de l'¿glise, et qui fit placer I'inscription latine rappelant cet événement et peindre l'E'nferremenf en 1586. On ne sait pas au juste pourquoi le Greco a tracé au dessous de sa signature la date de 1578. Ce
tableau 'refléte I'espri't de la race, la tristesse et le mysticisme de
Tolede. 1I représe nte, comme le Don Quichotte, la protestation
contre tout faux maniérisme et le retour a la poésie inépuisablc
de 'la réalité et de la vie de tous les jours. Pour le prix il y eut un
devis et deux taxations, la se conde s'élevant a 1400 ducats. On en
donoa 1200 au Greco; le peintre en appela au Pape, mais iI y cut un
arrangement.
Les autels du Collége de Doña Maria de Aragón, a Madrid (1590),
de la Chapelle de San José, a Tolede (1597), et de I'Hópital de la
Caridad, a lIlescas (1603), forment les jalons de la période postérieure a l'Enterrement. On retrouve encore, jusqu'a un certain point,
¡'accent mélancolique-et la technique de I'Entierro dans les tablellux
du premier de ces autels: Bapfeme {pI. 15>!" Annonciation (pI. 16) et
dans leurs congéneres: Crucifixion et Résurrection (pI. 17 et 18) ainsi que dans la tete d'un Hidalgo (pI. 19), Dans .les tab1eaux de la
Chapelle tolédane de San José, scandaleusement profanée en 1907,
qnand on arracha, pOllr les vendre, les autels Jatéraux, Saint Marfin
et la Vierge avec Sainte Agnes et Sainte Martine (Widener, Philadelphie) apparait, de meme que dans les tabJilaux qui y demeurent
encore, Saint loseph, Couronnement de la Vierge (pI. 20), :me conception plus tendre et plus apaisée, On voit s'accentuer l'idéalisme
familier et 111 tendance a des figures grandes et peu nombre uses; 111
18
teehnlque devient plus faeile et plus spontanée, le colorls plus argentin; les demi-teintes sont fondues, les gris fins, les chairs carminées. A ilIescas, le Saínt llde{onse (pI. 21) termine magnifiquement
cette.période, oil se placent le §aínt loseph et la Saínte Famllle
(pI. 22 et 23); La Véronique (pI. 24); le Songe de Phllípt;e ll, le Saint
Eugene. le Saínt Píerre et le Saínt Franc:ois (pI. 25, 26, Z7 et 28); la
Vierge. la Saínte Famille; Jesús avee la Croix et Saint Antoíne (plaques 29, 30, 31 et 32) et les portraits de Rodrigo Vázquez et d'Un
/{entilhomme (pI. 33 et 34). Le plus splendide portrait du Greco, celui de.l'lnquísiteur Niño de Guevara (Havemeyer, New York) est
2ussi de cette'époque.
La derniere phase.de la vie du peíntre se caractérise parl'exallation de toutes ses qualitéS. Le pur «dynamisme» devient pour lui
une obsession. 11 cOlilmence ave e le Saínt Bemardln de 1603 (Musée
du Greco) et aboútit au Baptéme de I'Hópital dit de Tavera, qu'i!
laissa inachevé. L'jJssomptlon. de San Vicetite, (pI. 35), est I'reuvre
la plus parfaite du Greco a cette
on en peut rapprocher la
Coneeption (pI. 36), L'Adoration des bergers. 1612 (pI. 37), Les deux
!Saint lean (pI. 38), L'Annonetatíon (pI. 39), Salnt Domlnique (pI. 40),
Saint Franc:ois (pI: 41 et 42), La Pentee6te (pI. 43),-les trois Portmits de gentilshommes (pI. 44,41' et 46), celui d' Un peintre (pI. 47)
le du Cardinal Tavera (pI, 48), le tres original Laoeoon (Munich.
Musée). la Vue de 7o[¡}de (Musée du Greco) et le fameux portrait de
Fray Hortensio Felix Paravieino, 1609, (Boston, Musée).
Dans la série des Salnt Franc:oís, qui devinrent sa spécialité. et
dans ses portraits, oil iI se montre peintre d'ames, on peut .suivre
l'évolution de son arto 11 fut Ull précurseur des peintres du paysage
'sans figures (Havemeyer, New York); iI fut architecte et sculpteul'
sur bo!s:,"i1 donna I'esprit au bois», (Góngora), bien qu'i1 ne I'employat que comme ornemeñt de ses toiles. De ses dessins on ne connait QU'un seul (Bibliotbéque
de Madrid). Ses 'disciples
Jorge Manuel, Maino, Tristán ne surent pas hériter de lui. Velázquez recueillit de lui, sans le dire, tout ce qu'i1 puto L'étrangeté de
son art engendra deux légendes: I'érudite, qui explique
ment de son style par le désir de ne pas etre confondu avec Titien,
et la vulgaire, qui parle de sa folie. Cette demiere renait aujourel'hui avec une apparence scientifique. Les uns prononcent le mot
de maniei d'autres celui d'astigmatisme.
Efforts inutiles et vains 1l0ur expliquer son art qui demeurera
comme la tentative la plus géniale et la· plus complete pour tran&mettre a la toile le pur dynamisme, ia force dans toute sa vivacité.
le mouvement. C',j!st dilns ce seils que le Greco est un cbaroque». 11
19
symbolise le triomphe de I'individualité. Prophéte de toute tenaissanee idéaliste, il n'y a que les époques inquietes et rebelles qui
soient propices non plus pour le comprendre et I'excuser, mais pour
admirer pleinement le véritable Greco, I'obiet de scandale, le fou..
'. M. B. Cosslo.
20
EL GRECO
Translated by Royall Ty!.er.
E.ditor o{ the Spanish Calendars o{ State Papers.
'Public Record Office, London
T
HE iIIustrations that accompany this text are not
from
the whole of El Greco's work. (1)
.
For the greater convenience of travellers in Spain tbe paintera
chief works here reproduced are sti1l to be found in the various
Museums of the country. in the churches and public institutions (2),
where the greed of dealers·and owners, seconded by the people's
Indifference conceming its artistic patrimony, has not yet attacked
them.
El Greco's na me, Dom.enlcos Theotocopoulos was tral1sformed
in Italy and Spain into Domenico and Dominico Theotocopllli. He
signed thus on legal documents, and in both forms on his pictures,
e€O'tOX61tOUAO\,';. Occasionally he
but in Greek .
used abbreviations. His contemporarles called him invariably Do·
minico Greco, and el Griego.
Hewas a Cretan. He added the adjective on sO/lle of bis pictures:
XPYJ\,';, the Cretan. His contemporarv, Paravicino, affirms on several
occasions: Crete gave him the Iight of day, and Toledo his skill with
the brush. (Creta le dió la vida 1/ los plne-eles 70Iedo).
(1) See El Greco, by M. B. Cosslo. U!lth 193 1l/ustratlons. Ma·
drid. ". Slláree. 1908.
(2) Exceptlon Is made o{ the Museum and easa del Greco, 10
1D1Iich speclal Dolum.es in this col/ection have c1ready beim deooted.
21
In 1582, summoned before !he Inqulsltion, he declared himself tO
be «a native of the town of Candia". Nothing is known about the
years he spent there, and in Venice.
,In 1570, Clovio wrote: .• A Creta n youth, Titian's pupil, has arrived in Rome ... his painting,seems remarkable to me •. The date of his
birth may be placed, therefore, somewhere about 1550. Nothing is
known of the,reasons or the mar;mer of his coming to Spaln, The first
indication of him is the signature and date on tlle Assumption in
Santo Domingo el Antiguo in Toledo, 1577. He worked in Toledo
from that time onward and p'a inted for Toledo and tbe neighbouring
places, Madrid; The Escorial, lIIescas, his, greatest works. Melo's
assertion (1657) tbat the master «went to Seville driven bywant and
the persuasions of his friends, at the time of the arrival of the
fleel», finds no confirmation in aony of el Greco's contempo,raries,
or in pOJlUlar tradition.
He Iived in one of the Marqués de Villena's larger houses where
in our day the Paseo del TráJl8ito lies. The remains of that date,
which may still be seen in the buildings tbat bear traditionalIy the
namé'ofVilIena, are the Casa del Greco. He died «at an advanced\
age' rn April16l4.
'
The entr}iin the registry at Santo Tomé is as follows:
Dominico greco. On ¡he 7th. died Dominico greco he lert no will.
He received fhe sacraments was interred ia:Santopomingo el antiguo gave tapers.
«dominico greco En siete del {alesr;:io dominico greco no hizo
testamto. Reciblo los sacr.amtos. enterrose en
Sto. do:/Zingo el antiguo' dio "b.e las.•
When dangerously ilI, he gave power to draw up RJwiU to «the
saidjorge' Manuel my son, and the said Doña jeronima de las Cuevas» and made his son his universal heir. He nowhere ásserted that
the lady was bis wife. Jófge Manuel was born
1578. He was
a paiÍlter, sculptor and architect, and worked witfi. bis father,
carrying out those of his paintings which.he left undone.
There are more debts than dues ' set forth in the will, which
confirms that the burial is to take place in-Santo Domingo. However
iií 1618, jorge Manuelpdertook fo , remove the remains if the
community desired him to do so, and ít is probable ,that the
was made and the bones were transferred in 1619, to a. place of r,j'!st
granted by the' Mons'stery of ,San Torquato. 'rheir finaLresting'Place is not knl)wn: Nor is there any certainty a,s to bis authentic
llortraif, There are.great probabilities in fa.$our of the youth in the
!efN:ordl of fhe Healing 01 the Blüzd (Parma) and the two repre-
sentatlons of tbe same red-bearded personage wbo ¡ooke fortll
towards tlIe spectator In tbe San Mauricio and 1n tne Entierro. Señor Beruete's plcture of ao old man (Un anciano) is often cl'edited
wltb belng el Greco's portrait. Tbe Painter (El Pintor) in tbe Museu m at Seville, once believed to be bis own likeness, is. nOl
witbout foundation. descrihed as tbat of bis son. La familia ('Videner
Collection, Pbiladelphia) mlght well be a plcture of his own family,
iudging by the exceptionally intimate atmospbere of the same.
The manner and technlque correspond in date with the age of nls
daughter-In-Iaw Alfonsa. her mother Catalina. and her grandson
Gabriel de los Morales.
The short references of his contemporarles to El Greco glve tbe
impression of a peculiar and extraordinary mano Father SigUenza
wrote of him thus, and In their laudatory sonnets Gongora snd Paraviclno also, two poets who through an artistle affinlty with him,
understood hlm best and admired him mosto He claimed the privilegc
01 exemption from the payment of taxes for the art of painting, and
successfully supported the clalm aganl$t the taxgatherer of lI1escaso «He was extraordinary In all thlngs, as In hls paintlng» (Pacheco'. «Extravagant in hls ways •. «He earned many ducats, but spent
them allln pompous living, and even kept pald musldans to play to
him, that he might enJoy every pleasure whlle he ate. Uusepe Mart1nez). The Inventory of hls worldly goods conflrms these Judgments.
The furniture presents a contrast with the 24 fi'le rooms he occupied;
and everything seems to speal: of a rich establishment reduced and
decayed .• EI Greco left at hls death no other rlches except 200 unflnished pictures by Ms own hand. U. Martinez). The Inventory enumerates 143 .• EI Greco showed me in 1611 a cupboard full of clay
models made by him to serve him In his work, and, a marvel beyond
compare, the originals of every picture he had ever paint-ed in his
Jife, a1l In oils, on smaller canvasses, collected together in a hall
whleh his son showed me by his orders." (Pacheco). Theyare set
down in the Inventory.
El Greco's Llbrary confirms the impresslon of him rendered by
tbe sayings of his contemporaries. There are 'Z7 Greek volumes.
Homer, Eurlpides, Xenophon, Aristotle, Demosthenes, lsocrates,
iEsop, Hippocrates, Lucian, Plutarch ... The New and
Old Testament, The Fathers of the Church. 67 Italian: Petrarch, Arlosto,
Patrlzzi, the neo-platonist of his day; he drew bis spirituaJ being
from·the purest tounts of the Renaissance. A .Treatise on painting»;
19 books on Architecture; and only 17 works 111 the vernacular,
whiéb are not described. We canoot Itnow what books el Greco
read in Castllian. An old seMíant. Maria Gomez, and a still older
man-servant, Juan Preboste. surrounded El Greco In 'bis last days:
and he appears to us an infirm and solitary old man.
Pacheco's account of bis visito on the other hand. presents 'him
as a caustic wit: he affirmed «against Aristotle and all the anelents»
tl)at «painting was no art, and colour was superior to drawing»; fn
opposition to Michelangelo 'of whom he said that «he was a good
man, but he could not paint.» Paeheeo's seanClalised attitude is
easy to understand. as well as his ingenuous interpretation of El
Greeo's obsession about colour. and the teehnique that was its
logieal r.esu!t. «Who will believe me if 1 say that Dominico Greco
set his hand tc:fhis eanvases many and many times over, that he
worked upon them again and again». writes he, «but to leave ,the
colours erude and nnblent in great blots, as a boatsful display of his
dexterity. 1 call this working in arder to aecomplish Httle.' Perhaps
El Greco .took refuge from judgments so alien to him, in conversations in his native tongue with his
Diogenes
Parramonlio and Constantino Focas,who witnessed his will.
There are few paintlngs .by El Greco in Italy, and they have
been attributed to other hands_ Though a pupil of Titian, Tintoretto
snd the Bassanos had a greater influence over him; the first in the
drawing and modelling of the figures, in his sen se of the dramatie,
In the eoldness of his cOlouring; the seeond in the use of Iight and
ahade.
In Rome he fell under the influenee of Miclielangelo. His
ters, Titian, Miehelangelo and Clovio are represented in the Clearingofthe lemple, (Yarborough Colleetion. London). He painted a
certain number of miniatures that are beginning to come to Iight, It
is difficult .to classify his work ,as of the Venitian or the Roman
periodo The most important, are the fOllowing: The ffealing of lhe
blind (Dresden and Parma Museums); The Annuncialion ('lienna
Museum); The Clearing of the' lemple (F. Cook. Riehmond, Lord
Yarborough, London); The Adorgtion of the shepherds. (WilIumsen. Copenhagen); Portraíl of Giulio Clovio; A boyo blowing
out a líghted can die (Naples Museum). A 'genre paintiog, inspired
by the last named picture, and the Saínt Jerome (National Úallery,
London), are also Italian subjects, frequently repeated afterwards.
The Clearlngofthe lemple(Friek, New York), shows the personality
of the artist in the first affirmation of all his qualities; it constitutes the link between the Italian and the Spanish .p eriods. and
18 alÍe of tbe most slllendíd examplell of his work.
24
At the time when El Greco reachad Tóledo, the town was the
centre of artistic life in S¡iain. Its deca<lenée Ilad aIread}' begun;
'and painting was inferior to its otner manifestations.- Italiao
painters of tlle Roman >;cllool wcre at work on the Escorial; and El
(Jreco must have eyed tllem anel tIleir 'inferior Jocal brethren witb
disdain.
He dcsigned tbe !'etalrlo and its scUlpture for Santo Domingo
el Antiguo, and painted the pictures. In the centre tIJe Assamption
(Art lnstitute;Chicago) dated i577; on eithe{,side St,/ohn the Bap",
list and SI./ohtz the Bvangelisl (see pI. J)j above these, Sto Benedict
and Sto Bernarcl'{1hese ha ve disappeared); at tlle summit. the Tritu·
ly (pI, 2), and just below it The Sacr!Jd Pace (pJ. 37). To the right and
left, The Res¡¡rrecfioTJ (pf. 3¡; and the Adoratior. of !he Shep}¡erds
(pI. Ii). Tltere is a blendin aIl of Italian ¡nfluence and
local
atmospllere. Technically, they mark a'great advallce.
[n 157!). he bestowed on tlle Cathedral the painting lWOWIl as'the
Espolio (Christ on Oalvary) (pI. 5), the most dramatic of his compo·
sitions, where lhe idealist inheritance of ltaJy and fhe -elements of
'his Spanish manner are perfectly harinonÍ8ed: centtalised action,
atmosphere, realism; a markedly cold scale of colour, tire- {oresshadowing of problems of light and coloul. The
birn to elirninate the holy 'Women, because the Gospel\ says tbey
stood «ad longe» and the soldiers in armour beca use they «deprlved
the Sa'v iour of respect». El Greco gave way only when he was
threaten.ecfwith irnprisonment, however they were left there after
'a1l, as luck wou1d have it. The 'pictu1"e Vlas in tended for a retablo,
since disapp.eared, which was not begun until.1.§85. and to whicn tbe
group on wood, of The Virgin investing Sto lldefonso U?iththe
ble (pI. 6) also belonged.
In 1580 Philip 11 commissioned him to paint the Sto Maurlc,"
(pI. 7) ,Father Sigüenza speak1'nglof this picture in 1605 expressed
himseU thus: «lt did not satisfy his Majesty and this is saying ¡¡tue.
because it pleased hardly any one, although they say it is painted
with great art ane! 'its' author is a very competent mao, , and
that fine things llave been painted by his hand». The 'place
occupied by el Greco in the mind of the public may be clearly seen;
alike to the position of every artist out of tune with his owntimes.
He "(as admired by a smaH minority, who succeded in getting hittt
.ecognition in virtue ofhis merits; ignored by the great
who receives only consecrated reputations. He lavished a1l his art
Oll the painti.lg of the Sto Maurice, in the Ilope that the doors of tlle
Escoriar rnight be qpened to bim¡ but the King did not care to llave
jt plaeed over the altar for which it was ordered. The causes of this
misfortune must be sought in the violent contras! between 'the
heroie subjeet of the picture and El Greco's strange lIew treatment
of jt; the 'forceful presentment of lhe 'Characters, the
.use of the' nude and the treatment (jf drapery; (he cold toilalilY of
the picture, and the fu!ness of its apen-air ef/ets. Thís' paintin!;
mustrates bettcr than any other the time of crisis in el Greco's arto
. The smaJl Annuncialion and the Sto Benei1ict (pl.8 and 9); the
Sto Sebastian (pI. 10); and the two portraits óf aMan wilh lzis. hand
to his breast, and the Doctor {pI. U and 12),
the sml\lI" Sainl
Francis (Zuloaga COllection, Paris) ajl belong to this first period
snd give the key to the rest of bis work.
The Buria{ 01 the eount ofOrgaz (pI. 5, Il ané! 14) is the most
importanfand signiTicant (jf El Greco's "\'1orks; and il is also the
most significant and
,page in tbe history ef Spanish
painting. One may analise the bewilderment i! arouses';lly its
speaking atmosphe.r eof natuTalness nnd íntimaey; ils 10ftYideaJis!Ü,
its spirit 01 place, its
.aeeent, and the sobi"iety ol Hs
tO!lalities. The subject it treats is a rnystic tale, familiar, essentially
(j'f the place whefe it was pajnterl, - Totedo. Don Gonzalo Ruiz
Toledo, lord (Jf Orgaz,. was A pious genileman.-professiDg a parti.catar devotion to St. Augustin aod·St. Stepben. wb9 descended fr<>fu
heaven'when bis body was about .10 be buried' ItI tbat very 'c'hurc}i
of Santo Tomé which he rebuilt, and to lhe astolJishmcnt' of the
whole conectuse of eler¡n' and gent!emen, lald hilO ro hls,re.st:, Pisa,
(Apu/ltamielltos, 1612), says: cmally exalted men of our own diys are
drawn here to the life». None but the 'C ovarrubias aOO
Núñez, the priest of Santo'Tomé who won his case against
of Orgaz, beca use it had ' neglel!ted to carry out
sitions of its Lord for the bellefit of the church, and who!:fiad a
graven record in Latin of this faet set up here, and ordered Pte Buria/ to be painted in 1586, llave as yet been identifjed. It is not
known why El Greco placed the date 1578 beneathhis signature,
This picture reflects the true spirit of the race, the sadness and the
mysticism of that province 10 which it belongs; Iike the Quixote, it
utters a protest ·a gainst false manllerisms, and voices a'1 aspiratíon
to "the inexhaustible poctry hidden in the events of evcry·day life,
The price of the picture \Vas the cause 01 an aelion at J¡i\v, and il
\Vas valued twice, the se.:ond tin,c at !4(J() ducats. El" Greco was
· given twelve hundred. and he appealed·to the Pope; a C:(}ll)promise.
however was arrived ato
The altar pieces of lbe Colegio de Daña Maria de AragóD In
26
Madrid, 1500; of the Chapel of San José in Toledo, 1597; of the Hospital of. the Caridad in 1I1escas, 1603, are three successive stages in
the period that folJowed the Burial. Something of the melancholy
that characterises it is retained by other pictures, painted in
the same technique, sltch as'the first Baptism (pJ. 15), an Anl/uncia·
fion (pi. 16) and other kindred pictures, the Crucifixion :md Re·
snrrection (pI. 17 and 18), a head of a Hidalgo (pJ. 19). A chastened,
te!1derer couception is ilIustraled by the paintings that yet remain
in the Chapel of San José, scandalously profaned in 1907 when the
side altars were torn from it to be sold; in the St.joseph, the Coro·
nation of tlle Virgill (pI. 20), as in those that were taken away, the
Sto Martin, the Virgin with Sto Aglles andSt. Martina (Widener Collectíon, (Philadelphia). The i<lealisation of humble, familiar scenes and
altitudes is yet more complete aud thorough, tbere is a stronger tendency to use few figures, vigourously ret¡aered; tbey are painte51 in a
smootber, finer technique; their colouring is almo's t silvery, the halftones are blended in fiue soft greys, the whole tona lit y turns to caro
mine. The same cbaracteristics may be observeú in tbe St, Ildefonso
atllJescas, (pI.21) which isthe splendid close of the phase. Within tbis
period may be placed the Sto joseph and tbe Holy Family (pI. 22 and
23); The Veronica (pI. 24); Philip Il's drearn, Sto Eugene, SI. Peter
and Sto Francis (pI. 25, 26, 27 and 28); tbe Virgin, the Ha!y Farnily,
Jesus with the Cross and Sto Anthony (pI. 29, 30, 31 aud 32), and tbe
portraits of Rodrigo Vazquez, aud a Gent/emall (33 and 34). His most
splendid portrait, tbat of the lnquisitor· Niño dé'.Guevara (Havemeyer ColJection, New York), llelongs to this periodo
The closing period is characterised by the inM./si[ication of all
Ilts qualities. The pursuit of a dynamic quaHty of express ion seems
to obsess him. The fwst work belonging to this pliase is the Saint
Bernardine, 1603 (Museo del Greco), the last is the Baptism, at the
Hospital of Tavera, whicb was left unfinished. The most perfect
example is the Assumption in San Vicente, (pi. 35), during tbis
period, to which the Conception (pI. 36), the Adoration of the
Shepherds, 1612 (pI. 37) al so belong. The following must also be
included: The two Sto lohns (pI. 38), the Annunciation (pi. 39), Saint
lJominic (pI. 40), Sto Francis (pi. 41 and 42), the Pentecost (pi. 43),
the three Portraits of Gentlemen (pi. 44.45 and 46), the Porlrail o{
a Painter (pI. 47), one of Cardenal 7 avera (pI. 48), the most original
Laocoon (Munich Museum), the View o( Toledo (Museo del Greco),
and the famous porttáit of Fray Hortensio relix ParqoicJ¡¡o, l609.
(8oston Museum).
Tbe el101ution of his art may be studied in the serieS of paintings
1'epresentlng Sto Francls, whom he mede, as tt were, hls special
llropez:ty,and in the series of portraits. He anticipated the painting
of landscapes without figures (Havemeyer Col\ection, New York).
He was an an;hitect,-and a "Sculptor in wood, «he gave a soul to
woód» (Góngora), though he subordinated ibis art and use<l it as
mete ornament for his canvases.
Only one oI- his drawings has come down· to ns (Biblioteca Na
cional, Madrid). Astot engraved his paiutings. His pupils, Jorge
Manjlel, Maino, Tristan, were not his worthy successors. VeJazquez
quietly took as much as he could trom him. ·The singular quality of
bis art gave birtb toiwo legends concerning hilO; one, mofe erudite.
that be adopted his-.own peculiar style to avoid being confused with
Titian, the otber, tlie m·o re vulgAr, wbich looks as U it were about
to take freshlife in a scientific disguise, tliat he was mad. Some
people are now· talking of chronie mental derangement; others of
tlstygmatism.
Empty and useless are tbe .aUempfs to explain his art; ji wm
l'emain tbe most purely genial and complete effort ever made to
transfuse life, witb its dynamic force, Its power to move, ·into a
painted canvas. His work has in a seDse a leavening qua lity: He
s ymbolises the ttiumph of individuality. He was the prophet of every
rebirth of individualism, aud &'(estless rebeJlious age will ever be
the readiest not merely ro untIerstand tnd to excuse him but to
grant tbe full meed of admiratioD to the real Greco, to tbe Greco
who was a source of scandal, to the Gre\,:o whorn ·men cafled lI)al!:.
M. ,i}. Cossio.
SAN JUAN BAUTISTA
SAN JUAN EVANGELISTA
Toledo: S. Domingo el Antiguo. _
2.25
X 0,78
l.'
época. 1577 a 1579.
LA TRI:\:JDAD
.\ladrid: Musco del Prado. - 1." época. l577 a 1579 ,
3 X [.79
LA RESURRECCiÓN
Toledo : Santo Domingo el Antiguo. l577 a l579. -
l ,90
X
1 122
l."
época.
4
LA ADORACiÓN DI--<:: LOS PASTORES
Toledo: Santo Domingo el Antiguo. 11
L
i7 a 1579. -
1,90
X 1,22
f.'
época.
EL
Toledo: Catedral.
2,85
X
l.' época.
1.73
1579.
LA V//{(;EN
Toledo: Seminario. - 151;5 a
LA CASULLA A SAN I LDEFONSO
,\ Iadera estofada. -
/
],2,;;;;
SAN l\. I AURI C JO
Es corial: So las Capitu la res. 4 ,44
X
j
3,02
' época. 1580 a 1584 .
LA ANUN C IAClÓN
1\1.adrid: I"tusco del Prado
Tabla.
0,26
r. a época [577 a 1.180.
X
0,
'9
SAN BENITO
Madrid: Museo del Prado. 1,J6
X
1.'
0,76
época. JSi? a 1584.
10
SAN SEBASTI..i.N
Palencia: Catedral. - La época. 1577 a 1.:;;)-)4.
1,9 2 X 1,48
11
EL CAB ALLERO DE I#A MANO AL PECHO
Madrid: :Ilusco del Prado.·
I.
O.SI> 0.66
a época. l5i? a 1584.
J
2
Madrid: Museo del Prado. - r,' época. '577 a J584.
0,93
X
0 .79
13
EL J<:NT1ERRQ DEL COI\'DE DE ORGAZ
Toledo; Santo Tomé. - I"S6.
4 .80
X
3.1\0
ENTIERRO DEL CONUE DI!: ORGAZ ( FRAG:\IENTO )
15
EL BAUTISl\IO DI".: CRISTO
Madrid: Museo del Prado. - 2." época
1586 a 1594· - 3,50 X 1,44
16
LA ANUNCIACiÓN
Villanueva y Geltrú: .Vluseo Bal<lguer. 1586 a 1594. -
3.20 )< 1,&6
2.' época.
17
CRISTO EN LA CRUZ
Musco del Prado. · 2 a época. 1586 a ]594 .
3,]2 X 1,69
LA RESURRECCIÓN
Madrid: .\,\ useo del Prado - 2.' époc,l.
1586 a J594. - 2,7,) X 1 . 27
19
DE SCONO CID O
Madrid: :\ I useo del Prado . - 2." é poca. 1586 a [594.
0, 46 X 0 ·43
"o
LA
COUONAC¡Ó:-J DI'; LA
Toledo: San José.
2. a
V IHGE.N
época. I,=)97 a 1599. -
J
,40
X
1,,50
."
SAN I LDEI'ONSO
III escas: Hospi ta l de la Caridad. - 2 a época.
1600 a 1604 . 1.85 X J , 02
22
I
SAN
J OS(.:
Toled o: La Magdalena. -
2
a época . 1597 a ,604.
IIT3XO ,S8
23
LA SAGRADA FAMILIA
Tol edo : Hospita lillo de San ta Ana . - 2.' época.
1586 a 1604. - I ,60 X I,OO
24
LA VERÓNICA
Toledo: Santa Leocad ia. 0.80
2.
1I
X 0,7 0
época.
a 1597.
EL
1r
DE
Escorial: Salas Capi t ulares. -
2'
I.4 0 XI, TO
época. '586 a 1604.
26
SA N E U G EN I O
Escorial: Sacri s tía. 2,2 2
2 .a
X
é poca. 1.59 7 a r 604.
1, 05
SAN PEDRO
Escorial: Sacristía. - 2. J época. 1597 a 1604.
2,07 X 1,05
SAN FRANCISCO
Escorial: Salas Capitulares. - 2. J época. 1:')86 a 1:)97.
1.07
X
0,87
LA Y"{GEN
.\\adrid: Museo del Prado. - 2." época. J597 a 1604.
0,53
X
0,40
LA SAGRADA F Ai\III.JA
Madrid: Museo del Prado, I ,Di
X
2 ,'
0.69
época . 159i a
,60,\.
3
'
CRISTO CON LA CRUZ
Madrid: Musco del Prado. - 1" época. 1.)97 a 1604.
1.08
X
0 .88
32
SAN .\:-JTO:-JIO DE PADL oA
.V1adrid: Musco del Prado. - 2.' época. IS'%" 1604.
1,04
0 .79
33
RODRIGO \'AZQUEZ
Madrid: Musco del Prado. -
2
0.62 XO.42
a época. 1597 a 1604.
DeSCONocrDO
Madrid: Museo del Prado. - 2.' época. 1586 a ' ;;9i .
0 ,66
:< 0,S5
35
LA
AS UNC IÓN
Tolcdo: Sa n "icentc. - lJltima época, 1608 a , 6'3 ,
3,23
X
1. 6 7
LA CONCI';:PCI{)N
Toledo: San Romün. - Última époco.
1604 a 1614. 2 .;16 X LIS
37
LA ADORACIÓN DE LOS P ASTORES
Toledo: Santo Domingo el Antiguo.
Última época. 1612. 3.00 X 1.80
4
r
L os SAN T OS J UANES
T oledo: So n .luan Bautista. - L; ltima épo ca . 1604 a I6I4.
I ,09
X
0.85
39
L A ANcNcIAcr6r-:
Toled o : San Nicol ás .. Últim a é poca. 1604 a 16 ' 4.
1,Ir
X 0,64
SA.;.JTO DOM INGO
Toledo : Sa n :--¡icolás - Última época. 1604 a 1614.
1,10
X 0.65
SAN FRANCISCO
Toledo: Colegio ue Doncellas. - Última época. 1604 a 1614.
',93
X
1,26
42
SAN FRAi\'CISCO
Toledo: Ilospital de Ta,'cra, - ,"Itin,,, epoca, ,609 a ,611,
1,00
X
4."\
LA PENTECOSTÉS
.\ladrid: Museo del Prado .. Última época.
J604 a r6[4. _ . 2,75
X I,27
44
DE SCONOCI DO
Maurid: Musco del Prado. - Última época. 1604 a 1614.
0,64
Y
0,5 1
45
DESCOXOCIDO
Madrid: M usco del Prado. - Última época. I604 a I6'4.
0,65
X
0,49
DESCONO C lDO
Madrid : :V¡useo del Prado. - Última época. 160 4 a 161 '1.
0 .70
X
0,62
47
UN PINTOR
Sevilla: Museo de Pintura. - Últim a época. 1604 a 1614.
o .S r X 0,56
EL CARDENAL TAVERA
Toledo: Hospital de Tavera. - (¡ Itima época. 1609 a 1614.
1,10
X
0,88
r: -
• • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • Ii:; • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •
EL ARTE EN ESPANA
EDICIONES DE VULGARIZACIÓN
Propagar el conocimiento de los tesDros artísticos de nuestra
patria, es lo que nos mueve a publicar esta Biblioteca de vulgarización del Arte nacional, que tiende, por lo económico de su
precio, a que llegue a todasllas manos. Es tanto lo que aún poseemos, y tan importante, que es de conveniencia que se sepa,
por los que no lo tengan averiguado, que nuestro país es todo
él un museo, rico. variado, generoso para cuantos a su estudio
se dediquen, Para demostrarlo, y para que esta demostración
llegue fácilmente a todas partes, emprendemos la publicación
de una serie de tomitos en los cuales se recojerá, con abundancia de reproducciones V breve texto. lo más saliente de antiguas
de los pintores y escultores que gozan de nombrad!a universal y de CU¡lDto en los museos espallolr.s dice el
abolengo de industrias artísticas nacionales.
Obras publicadas:
1. LA CATEDRAL DE BURGOS.-2. GUADALAJARA-ALCALÁ DE HENAFES.-3. LA CASA DEL GRECO.-4. REAL
PALACIO DE MADRID. - 5. ALHAMBRA 1. - 6. VELÁZ·
QUEZ EN EL MUSEO DEL PRADO. - 7. SEVILLA. 8. ESCORIAL l. - 9. MONASTERIO DE GUADALUPE.
-10. EL GRECO. - 11. ARANJUEZ. - 12. MONASTERIO
DE POBLET.-13. CIUDAD RODRIGO.-14. GOYA EN EL
MUSEO DEL PRADO.-15. LA CATEDRAL DE LEÓN.16. PALENCIA. - 17. ALHAMBRA JI. -18. VALLADOLID.
- 19. MUSEO DE PINTURAS DE SEVILLA. - 20. LA
CATEDRAL DE SIGOENZA. -21. RIBERA. - 2>2. ESCORIAL n. - 23. ZARAGOZA I. --24. ZARAGOZA 11.-25. LA
CATEDRAL DE TOLEDO.-26. CATEDRAL DE TOLEDO.
MUSEO. -27 MUSEO DE BELLAS ARTES DE CÁDIZ .28. LA CATEDRAL DE BARCELONA. -- 29. ALCAZAR
DE SEVILLA. - 30. LA CATEDRAL DE SEVILLA.
Sl. LA CATEDRAL DE SEVILLA. MUSEO.
32. MONASTERIO DE SANTES CREUS.
33. CÁMARA SANTA DE LA CATEDRAL DE OVIEDO.
34. LA CATEDRAL DE SEGOVIA.
Establecimiento editorial Thomas. Mal/orca, 291. Barcelona .
• • • • • • • • • • • • • • • • I!II!I • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • • •
MVSEVM
REVISTA DE ARTE ESPAÑOL
ANTIGUO Y MODERNO Y DE
LA VIDA ARTlsTICA CONTEMPORÁNEA
MVSEV 1\1 es una de las revistas puramente artísticas en lengua española, que se publica en Europa y
América; es la mejor publicación de arte que ve la
luz en los paises de origen latino, según lo ates-tigua
la prensa competente de Europa; publica informaciones e investigaciones sobre pintura, escultura,
arquitectura, arqueología, cerámica, vidriería, numismática, orfebrería, xilografía, tapices, bordados,
de· interiores, etc., etc. A q-uienquiera lo
solicite manda números de muestra.
DE SUSCRIPCIÓN
El'spafia, Uft afio.
Extranje:ro
.
.
Número suelto.
N'ómero'
.
.
• .
el extranjero.
30 pe.etas
3S peBetas
3 pesetas
3'50 ptas.
c. Mallorca, 291 - Barcelofta - (Espafia).
Reproducido,
g rabado y estampado en los talleres
Thomas, de Barcelona
-
SANCHSZ
IZABA'

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