Un manchego afincado en Nueva York elige el bombo como

Transcripción

Un manchego afincado en Nueva York elige el bombo como
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La voz del pueblo
An¡rEr-¡ov Hocnfto
1q
QUINCENA
I SEPTIEMBRE
1997
Dionisio Cañas se refuEia en la piedra_
lJn manchego afincado en Nueva York
elige el bombo como vivienda de verano
La
Voz,-
es'el iontraste perfec(o co¡r nti
modo de
Esa construcción que¡lcsde las
carreter¿s cercanas a Tomelloso
parecen nonto¡res de piedras son,
como en el caso de Dionisio Cañas, su residenci¡i de vcrano. Un
lujo de hoy en algo que apenas
lue relugio ayer.
Dionisio Cañas es un escritor
manchego que trabaja en la_Univc¡sidad dc Manhattan y que.iue-
gr al contraste de lr vivienda
aprovechando cl contraste del verano y el iuvierno, o el contraste
ent¡e La Mancha y Nueva York.
-En principio esto es como
mi residencia de yerano -nos
dice-. ¿Por qué escogí este tipo
de casa?.. quizá por eso, porque
vivir cn Nueva York,
¡ las conYeniencias e inconveniencias de Ia
vida en una gran ciudad. Y en:
contré que el bombo me daba
ese espacio que yo necesitaba,
un espacio en el cual no tenía
como contraste
comunicación directa con la
gente.
Así,.renunciando no sólo al
bullicio y el estrés de la gran ur-be, Dionisio C¡ñas renuncia también al agua corriente, a u¡r cuarto de baño. A todas las
conrodidades. Y pasa el verano
en su bonrbo de lu pequeiia locrlidad de Alanred¿r de Cerrera sin
nris conrpañía quc un conejo.
-No tengo televisión, no ten-
go radio, no tengo teléfono, no
tengo reloj. Es un c-ontraste es-
pacial no sólo en cuanto a las
diferencias físicas entre Nueva
York y La Mancha, sino
en
cua¡rto al transcurso del tiem:
po. Mientras que alli es necesnrio llevar un horario de reloj,
aqui nre vale el horario de Sol a
sol, Me da mucha tranquilidad
saber que no cstoy amenazado
por el, tiempo, Me parecen lundamentales esos dos aspectos,
dos espacios muy diferent€s.y
dos tiempos muy dif€rentes ;
uno de lentitud y otro de rgitación de la gran ciudad.
-,',Echas de nrenos esto cua0do
tc marchas?
-Hacr cinco años cuando
c0mpre est€ bombo, tenía nrás
esa sensación de ir y venir y eso
me creaba inquietud. Pero desde hace un tienrpo quizá no la
tenga tanto. Me he establecido
en una cierta tranquilidad que
me da el saber que yo vivo en
estos dos espacios, que los dos
son míos y que yo soy el mismo
en a¡nbos. Alrora acepto r¡ue mi
vida es así, sin nostalgia, ni ansiedad. Ya no lray ese ir y venin
Cgando estoy aquÍ nre dedico a
esfar aquí y cuando estoy allí,
lo mismo.
-¿Qué opirran en el circrlo de
amigos y conocidos de Manhattan sobre tus vacacioncs en €l
bonrbo?
-En principio cuando se lo
explico, tengo que recurrir a la
metáfora. de que el bonrbo es
como un iglú pero hecho de piedra; eso lo entienden enseguida
por lo f'amiliar que les resulta
el iglú. Luego les digo que son
¡riedras quc n0 están sujetas
por nada, que sólo sc aguantan
por la pro¡ria fuerza que hacerr
un¿ls con las oaras y les es difícil entender lo que es un bombo porquc pirrrsan rápidamentc c¡r una casa. Y el bonrbo no
cs una casa es un refugio.
Y Dionisio Cañas tanrbiin ticne su l iloso[íl prrticular sobre
crimo n¿ciír el bonrbo nranclrcgo.
-En el origerr del bo¡nbo creo
yo que estaba la idea de que
Ni
ry
t(lc!ísí(h, ni.li.iXu
iJico
ni si.trtictil onúrtios
luera rrn refugio.para Ia gente
cuando iba al canrpo, <¡uizá frecuentemente edificado ¡ror
quienes no podían construir casas económicament€ nrás cos-
L:l
.ttrit'¡
¿isftilt( ¿rl ttililtttstr (iltr( Nütttt ti,r\ , ,u ,,ru r"
tosas. De €sta fornra con la misrna piedra que era necesario sacar de cstas tierras se construía
el tefugio. P¿ra mí este sentido
de relugio sigue teniéndolo el
bombo. Y cuando lrablo con la
gente yo digo que éste es mi rcfugio de verano, de la misrna
forma que otros eligen la montaña, o eligen la playa.
Pero hay dificultades a la hora
dc hablar del tronrho fuera de esta tierra, sobre todo cuando se intenta h¿rcer u¡la releréncia a sus
c¿uacterísticas.
-Algo muy i¡nportante para
rníy que me cuesta bastante explicarles a mi amigos y compañeros es el aspecto de la tempe-
ratura. Me cuesta explicarles
que durante el día en el interior
del bombo se está fresco y que
dc noche se pone tibio. N{e cuesta explicarlcs que esos canrbios
de temperalura me hacen l¿ vidir mu¡, agradable, lro¡ las mairanas ¡ne lclanto sient¡rre con
el sol y cs culndo hago el trrba.jo frrera de Ia casa y cuilndrr
cl sol empieza a calentar l¡rucho
nre paso y sigo lcyendo o escribien do.
-Pcr0 cst0 es todu una I'ilosr¡l Ía dc vitlr.-.
-Si cstis dis¡ruesto a llevar
este
ritmo de vida y
de alguna
rnil¡lera yivir sólo con la soledad, y si das ese saltu a abandonar el fiigorífico y al resto de
aparatos que nos proporcionan
la comodidad compruebas que
se puede pasar muy bien,
-¿Es La Mancha la nadrc cle
los bo¡nbos?
-Yo creo que en España es
único; hay algo parecido en ltalia, una construccién que llanran tómbolos o to¡nbos, nombre que también se les dio a un
tipo de construccién anterior
pero bastante parccida al bombo en el siglo XVII. Sin embargo, los teóricos señalan que no
es hasta el siglo XIX cuando
aparece el bombo. Y, efectiva.
mente, esta casá-refugio sólo se
puede observar en La Mancha
y, dentro de La Mancha, en Tonrelloso y en las zonas c€rcanas
donde las tierras fuer.on traba.iadas por lps tonrelloseros.
-¿.Sirve este alr¡bicltte collo
ins¡riración para lr crcaci(rn litcrar¡ü
l
-Lir verdad
es
t¡ue es nruv di-
fÍcil introducir La Niaucira
o¡r
la poesín y n0 caer c[ ¡os t('rlricos- La l\Ia¡rclrl es un pnisa.ie
errca¡rtado. Unl ycz quc fr hlls
e¡r¿rnror¿rdo de él es rnuv tiifíci!
exprcsa¡: por qué te gus{{ esfc
tamp0 lan árido. Con cl bombo me pasa lo misnrol rquí tomo ¡üuchas notas, vivo ln ex¡re-
riencia tle estar solo, Aqrrí
tengo Ia posibilidad de pensar
a un r¡tmo distinto que en la
ciudad. La Mancha, por otrO
lado, no es un tema rentral c¡r
mi obra, aunque sutge repetidamente la tierra, el paisaje y
la piedra, clave en el bonrbo.

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