barinas, la capital del llano - Contraloría del Municipio Barinas

Transcripción

barinas, la capital del llano - Contraloría del Municipio Barinas
ALBERTO PÈREZ LARRARTE
Cronista Oficial de la Ciudad de Barinas
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BARINAS, LA CAPITAL DEL LLANO
Oficina del Cronista
Barinas-Venezuela
2014
BARINAS, LA CAPITAL DEL LLANO
Avenida Briceño Méndez, en la Barinas de los años 30
“El legítimo barinés que dice ser su amigo, lo es en toda época y en todas las
circunstancias; y el que dice ser enemigo, lo es sin doblegar, pero con nobleza,
porque lo hace a cara descubierta. El legítimo barinés tampoco sabe pedir, pero si
sabe dar con generosidad…”
(Carta de Bolívar, dirigida a Santander, 1818).
BARINAS, LA CAPITAL DEL LLANO
La ciudad de Barinas, hermosa e histórica tierra que nos vio
nacer es considerada una de las principales ciudades de la región
Suroccidentales del país, por su gracia, grandes recursos naturales y
humanos y su vertiginoso crecimiento y desarrollo integral, es bien
llamada por propios y extraños, la ciudad capital del llano.
Su relevante participación desde época de la colonia en todos
los procesos económicos, sociales y políticos de Venezuela, le hizo
ser llamada la segunda ciudad de Venezuela, la sultana de los llanos,
tierra de paisajes y contrastes, tierra de historias y leyendas.
El 19 de abril de 1810 se inicia el movimiento revolucionario que
más tarde determinaría la separación de Venezuela del dominio
español; pocos días después, el 5 de mayo de ese mismo año, la
provincia de Barinas se incorpora al citado movimiento, patriotas
barineses y habitantes de la sultana de los llanos, se reúnen en esta
ciudad con la finalidad de planificar las acciones a seguir en la lucha
por la independencia, encendiendo así las antorchas de la libertad.
En los albores de la independencia, la provincia de Barinas era
una de las opulentas, ricas y florecientes provincias de la Capitanía
General de Venezuela; ya que esta ciudad, además de Caracas, era la
única donde había caballeros elevados a la categoría de condes y
marqueses. Era tanta la riqueza que existía en la floreciente ciudad
que, no hallando en que emplear su abundante fortuna, pensaban
condecorarse con títulos de nobleza.
Barinas recibe la Guerra de Independencia
con sus llanuras
colmadas de ganado vacuno y caballar, los hatos barineses tenían una
producción anual de cuatro mil novillos. Don Manuel Antonio Pulido,
dueño del antiguo hato La Calzada, prometió donar mil caballos para
incorporarlos a la lucha por la independencia, pero antes de
entregarlos
quería
saber
de
qué
color
los
querían.
Estas
aseveraciones pueden ser leyendas llenas de magia o impregnadas
de esa fantasía que desanda por la sabana barinesa, pero sin duda
que Barinas brindó todo el apoyo logístico a la guerra; sus llanuras
eran el mejor escenario para su preparación. Aquí aseguraron el
dinero, comida, ganado, los mejores hombres y todos los recursos
necesarios para emprender tal empresa.
Aquel 5 de mayo, Barinas con todo su esplendor y belleza,
pujante y rica; asume el compromiso de secundar resueltamente el
movimiento revolucionario de Caracas, para luego irradiar como la
quinta estrella en el azul la bandera nacional.
La actitud asumida por los nobles y leales barineses de 1810 es
sencilla de entender: el movimiento emancipador estaba encabezado
por los ricos y
mantuanos de Barinas, los cuales sólo pretendían
separarse de España en busca de la autonomía política y comercial
que les permitiera una directa y mayor participación en el mercado
mundial. A estos señores hay que reconocerles que no vacilaran al dar
todo por la libertad de la patria; eran tiempos donde existía el honor, la
dignidad, la palabra empeñada, la solidaridad entre las familias.
Don Nicolás Antonio Pulido, cuando se celebraba el cabildo
abierto, le manifestó a sus amigos: “¿Qué más quieren ustedes? todo
lo tienen y todo se proponen perderlo, van a perderse y arruinar estos
pueblos. Por mi parte, tendré que seguir la suerte común; y lo peor es
que voy a hacerlo con la íntima convicción de que vamos a un
suicidio.”
A don José Ignacio del Pumar, uno de los hombres más ricos de
la comarca, en 1814, cuando ya era un anciano, se le pidió que
rectificara en su propósito de luchar por la libertad de la patria, y no
dudó en mantener su palabra empeñada, entregando su vida; pues
muere emparedado en la cárcel de Guanare.
El Libertador refiriéndose a los barineses en carta dirigida a
Santander, en 1818, afirma: “El legítimo barinés que dice ser su
amigo, lo es en toda época y en todas las circunstancias; y el que dice
ser enemigo, lo es sin doblegar, pero con nobleza, porque lo hace a
cara descubierta. El legítimo barinés tampoco sabe pedir, pero si sabe
dar con generosidad”. Esto confirma la teoría de que los barineses lo
dieron todo por la felicidad de la patria, no vacilaron en entregar su
fortuna y hasta su vida para liberarse del dominio español.
Demostrando que la dignidad está por encima de todas las cosas.
En los actuales momentos Venezuela vive tiempos de nuevos
rumbos y creación de nuevos paradigmas sustentados en la
participación democrática; pero si no somos consecuentes con el
discurso, se originarán agites políticos, sociales y económicos de tal
trascendencia, que nos exigirán actuar con coraje y valentía, pero con
la convicción, dignidad y entereza que caracterizaron a esos hombres
y mujeres que lucharon por liberar nuestra patria de todo dominio
extranjero.
Barinas también fue el principal escenario de la Guerra de la
Federación. En Santa Inés, al sureste de la ciudad, se libró la célebre
batalla, una de las principales acciones de la Guerra Federal, que
resultó con el triunfo de las tropas federalista al mando del general
Ezequiel Zamora el 10 de diciembre de 1859.
Después del fallecimiento del general Juan Vicente Gómez
(1935) y como consecuencia de las campañas sanitarias, del
resurgimiento de la economía agropecuaria, el hecho de haberse
encontrado petróleo en el subsuelo del Estado, así como la
explotación de sus enormes recursos naturales como madera, ganado
y fértiles tierras; la ciudad capital comenzó a progresar con rapidez,
siendo actualmente una de las principales en los llanos venezolanos.
El estado Barinas está considerado el segundo de mayor crecimiento
económico del país, con legítimo derecho a la ciudad se le llama la
capital del llano.
La Barinas de casas de palma y calles de tierra
FERIAS DE BARINAS EN HONOR A NUESTRA
SEÑORA DEL PILAR DE ZARAGOZA
Cuenta la tradición que esta costumbre la inició Juan Pedro
Gauna, fundador de la ciudad de Zaragoza, España, a raíz de una
promesa que hiciera después de concluir la batalla de la Cumbre del
Palacio. Según la tradición, unos soldados realistas le vendieron la
virgen a Gauna y tomaron a su hijo prisionero. En acto de fe, Gauna
se arrodilló y prometió a la virgen que fundaría un pueblo si su hijo
regresaba vivo. Como sus deseos se cumplieron fundó la ciudad de
Zaragoza y comenzó a venerar a la virgen y a celebrar las fiestas en
su honor.
En la ciudad marquesa, la celebración de esta festividad es
propicia para recibir a los turistas que nos visitan y compartir con los
coterráneos trayendo una ofrenda, una oración, una promesa para la
Virgen del Pilar. El 12 de octubre es el día de nuestra santa patrona,
cuando pueblo e iglesia elevan una oración al cielo y hacen de
nuestras ferias, con su fe, un refugio espiritual lleno de amor y
esperanzas. Aunado a la fe religiosa está el hermoso y vistoso desfile
de las carrozas, donde hacen gala las muchachas con su esplendor y
belleza.
Originalmente las personas aprovechaban las fiestas religiosas
para concurrir a aquellos lugares donde se celebraban las mismas; allí
se comercializaban e intercambiaban variados productos. Las fiestas
eran punto de encuentro, remembranzas de los lejanos días, donde
los muchachos de entonces se iban de romería alabando a la Virgen,
cantando a las muchachas, bebiendo vino, trayendo y llevando
animales y frutos hacia sus casas; fue así como de fiestas de pueblo,
pasaron a ferias.
La Feria de Nuestra Señora del Pilar ha contado con hombres y
mujeres quienes se ocuparon, en su momento, de la organización de
estas festividades, donde gobierno y pueblo, aunados en un mismo fin
y actuando con sacrificio, tenacidad y perseverancia, han puesto en
alto el nombre de Barinas y de sus ferias. Entre las personas que han
asumido el compromiso de dirigir nuestras ferias registramos a: don
Pedro Díaz Pantoja, Segundo Rojas Garrido, Omar Berens, el
ingeniero Eldis Araque, la doctora Aurora Díaz de Sánchez, el doctor
Pompilio Vásquez,
el profesor Ramón Higuera, J.J Peña Peña,
Manolo Aldana, Eliana Gherardi, Alexander Ramírez y Carmen Silva.
Las ferias que hoy celebramos están a cargo de una coordinación de
eventos adscrita a la alcaldía municipal que coordina el joven Douglas
Silva.
Catedral Nuestra Señora del Pilar, edificación religiosa colonial. Su
construcción data de 1770, ha sufrido varias modificaciones. Fue
reconstruida en 1865. En 1960 es declarada Monumento Histórico Nacional.
Allí se encuentra en una redoma de cristal, llena de alcohol, el corazón del
doctor Ramón Ignacio Méndez.
DOS FECHAS MEMORABLES PARA LA
UNIVERSIDAD DE LOS LLANOS
El 14 de junio de 1974 el ejecutivo Nacional por recomendación
del Consejo Nacional de universidades, crea la Comisión organizadora
de la Universidad de Los llanos Occidentales. Quedando conformada
la mencionada comisión por los doctores Manuel Vicente Benezra,
Humberto Jiménez González, Carlos Emilio Muñoz Oraá, Ricardo
Valderrama, Antonio J. Álvarez, Gilberto cárdenas, Alfredo Ducharme,
Juan Pedro del Moral, Antonio Aranguibel,
Félix morales Bueno y
Francisco Manzanilla.
No habiendo en estos llanos ningún Instituto de Educación
Superior, se pensó en construir un modelo diferente, transformador y
revolucionario. Con esa filosofía nació la Universidad Nacional
Experimental
de
Los
Llanos
Occidentales
Ezequiel
Zamora,
fundamentada en la Ley Nacional de Universidades, que da la
oportunidad de ensayar nuevas orientaciones, que nos alejen de los
modelos tradicionales y así edificar una universidad que investigue,
forme y ofrezca nuevas vías y elementos que contribuyan a mejorar la
calidad de la educación y por consiguiente afiancen el desarrollo
económico, social y cultural de nuestra región de los llanos.
Hasta el epónimo de nuestra universidad llanera marcó pauta de
innovación, el hecho de que se bautizara con el nombre de Ezequiel
Zamora, estaba rompiendo las barreras tradicionales en estos casos.
Ezequiel Zamora, controversial personaje, para unos el general
del pueblo soberano, el terror de la oligarquía o el valiente ciudadano;
titulo que con sobrada razón el Concejo Municipal de Barinas le
otorgara el 14 de junio de 1859, pero lamentablemente para otros
este personaje es el incendiario de Barinas, el pulpero de Cúa,
cuatrero, bandido y sanguinario.
Es razonable pensar que aquel que sólo ha escuchado el
nombre de Zamora, ya sea en el sencillo verbo de la exaltación de sus
hazañas o en el candente repudio de la godarria, sentirá de acuerdo a
ambas circunstancias la sensación de admiración o pánico. Tal
situación aún persiste a través del tiempo, a pesar de que han
transcurrido 192 años de su nacimiento.
La universidad, tiene la responsabilidad de investigar, estudiar y
analizar el pensamiento y vida del conductor de la Revolución Federal,
revolución centrada en el espíritu de su vivencia muy cercana a los
desposeídos y explotados de la sociedad venezolana. Una sociedad
que heredaba de la colonia profundas contradicciones políticas,
sociales y económicas, donde las promesas de tierras y hombres
libres se desvanecieron a cambio de privilegios para unos cuantos
terratenientes y donde el latifundio invadió la nación.
Ezequiel Zamora, es quien capitula todo ese descontento
producto de las promesas incumplidas. José Antonio Páez se convirtió
en un elemento servidor de la oligarquía naciente y uno de los
mayores terratenientes de la nueva república.
Zamora se consolida como el caudillo político y militar que
aprovecha tales circunstancias, que lo transforman en la esperanza
redentora de un pueblo con sed de justicia social, ansioso de una
autentica libertad que les permitiera vivir en iguales condiciones.
La lucha fue tenaz, solidaria y emprendedora. La universidad
llanera, hizo eco de su gentilicio. El llanero es del tamaño del
compromiso que se le presente. No se amilana ante la adversidad.
El Comité de “Amigos de la Universidad Rural de Barinas”, se
constituyó el 11 de febrero de 1974, conformado por el ingeniero José
Padilla, quien lo presidía y los ciudadanos Segundo Rojas Garrido,
Avelino Rodríguez Marcano, José Eladio Valecillos, Vicente Peña
Pulido, José León Tapia y Arturo Francis Hernández.
Desde el 11 de febrero de 1974, hasta el 7 de octubre del año
siguiente se emprendieron una serie de acciones por asegurar la sede
rectoral para Barinas. Razón tiene Vicente Peña Pulido en afirmar, que
“Barinas vive un episodio único en su historia y que vale la pena
recordar; una lucha solidaria de todos sus estamentos sociales,
particularmente en la capital, tratando de conquistar la sede principal
de la Universidad de los Llanos”.
Este ejemplo, de tenacidad, constancia y perseverancia de todos
los barineses que en una sola voz exigían la sede principal para
Barinas, ahora más que nunca le debemos imitar, en momentos,
cuando el país nos ofrece múltiples oportunidades y el desarrollo del
Estado avanza a pasos seguros. Y así convertir nuestra primera Casa
de Estudios en el centro de discusión y debate de nuestra rica región
llanera.
Las autoridades universitarias, tienen la delicada responsabilidad
de dirigir nuestra máxima casa de estudios, con visión y misión
transformadora que asegure la formación de un ciudadano integrar,
humano, productivo y capaz de convivir en este mundo tecnológico y
globalizado que avasalla el alma nacional.
Nuestra universidad está obligada a formar un ciudadano con
conocimiento de historia y a convertirse en una universidad
humanística, propulsora del desarrollo sustentable y endógeno; pero
lamentablemente el país perdió por mucho tiempo el horizonte y por
ende nuestra universidad opaco su destino.
En esta nueva oportunidad de sueños y esperanzas, en el que,
el país nacional se debate, es propicia la ocasión de resurgir con
ímpetu y retomar la fe y el camino de nuestros libertadores y hacer
que nuestra universidad siga brillando como brilla el sol en el llano.
General Ezequiel Zamora Correa
Vista del Rectorado de la Unellez
DIVISIÓN POLÍTICO TERRITORIAL
DEL ESTADO BARINAS
El territorio del Estado Barinas, cuya capital es la ciudad de Barinas, está
conformado por 12 Municipios, Alberto Arvelo Torrealba, Andrés Eloy Blanco,
Antonio José de Sucre, Arismendi, Barinas, Bolívar, Cruz Paredes, Ezequiel
Zamora, Obispos, Pedraza, Rojas y Sosa.
Los Municipios se sub-dividen en Parroquias, Aldeas y Caseríos.
El territorio del Estado Barinas, es el mismo determinado por la Ley Sobre
División Territorial de la República, sancionada el veintiocho de abril de mil
ochocientos cincuenta y seis.
El Estado Barinas, limita con los Estados Táchira, Mérida, Trujillo,
Portuguesa, Cojedes, Guárico y Apure.
Son límites del Estado Barinas y el Estado Táchira, los siguientes: del punto
el Río Burgua cae al Uribante hacia el Nordeste, medias aguas del brazo vivas
hasta donde éste se encuentra el Río Dorado y siguiendo el curso de este río
hasta donde este cae al Caparo y desde aquí aguas arriba desde este río, hasta
el punto en donde cae el Tucupido.
Limita el Estado Barinas con el Estado Mérida, así: desde el punto de
afluencia del Caparo al Tucupido, sirve de lindero la línea que describe el curso
del propio Caparo hasta su nacimiento e desde este punto, línea recta hacia el
Nordeste, atravesando el Río Alquino y al llegar al nacimiento del Ticoporo
siguiendo la dirección Este, hasta encontrar el Canaguá y desde aquí
atravesándolo y siguiendo la dirección hacia el Norte, hasta una distancia como
de Veintiún kilómetros, aproximadamente, punto desde el cual pasando por las
alturas o puntos culminantes nombrados Granate y Volcán se sigue la misma
dirección hasta tocar los límites de Mérida con Trujillo.
Limita el estado Barinas con el Estado Trujillo, desde el punto fijado en el
artículo anterior, siguiendo la misma dirección Nordeste, se atraviesa el antiguo
camino de los callejones de Niquitao, desde cuyo punto se sigue la dirección
Nordeste hasta la altura o eminencia del Estado Trujillo, nombrada Calderas,
desde la cual se continúa como Cinco kilómetros aproximadamente y más al
Norte de aquí hacia el Este, hasta alcanzar una distancia también aproximada
de Diez kilómetros y desde aquí, siguiendo al este, hasta encontrar el río
Boconó en el punto donde le cae el Río Anós.
Son límites entre el Estado Barinas y el Estado Portuguesa, el punto de
confluencia del Rio Anós con el Río Boconó, origen de este límite por el mismo
Río Boconó, hasta llegar a un punto frente al pueblo de Palacio, antiguo
Mijagua, en dirección Nordeste y de aquí línea recta al Nordeste hasta encontrar
el Río Guanarito, desde cuyo punto se sigue el
curso de este río, en una
distancia que medida en línea recta al Sur-Suroeste hasta encontrar otra vez el
Río Boconó y de aquí siguiendo el curso de este río, hasta donde se divide en
los brazos Guanaparo y Guanare Viejo, punto desde el cual se sigue el punto
del mismo Guanare Viejo hasta donde se reúne de nuevo con el Guanaparo y
de este punto se continúa por el curso del río que conserva el nombre de
Boconó, hasta alcanzar una distancia que en línea recta sea aproximadamente
de Cinco kilómetros , hasta llegar al caño “Clinudas” y atravesándolo se sigue en
línea recta al Nordeste, hasta llegar al caño Guanarito Viejo.
Limita el Estado Barinas con el Estado Cojedes, desde el caño Guanarito
Viejo, siguiendo el cauce de dicho caño, hasta donde cae el Río Portuguesa, al
Norte de Guadarrama y desde aquí las aguas de este río, hasta el punto de
afluencia del Río Chirgua, a la margen izquierda.
Es lindero del Estado Barinas con el Estado Guárico, desde el punto de
afluencia de dicho Río Chirgua al Portuguesa, las aguas de este río hasta el
punto en que afluye el Río Apure.
Son límites entre el Estado Barinas y el Estado Apure, desde el punto de
afluencia del Río Portuguesa y el Apure, siguiendo las aguas de este río en todo
su curso, hasta el punto donde le cae el Río Uribante, y desde este punto, las
del mismo Río Uribante, hasta donde se junta con el Burgua, entendiéndose que
conforme al laudo arbitral del 30 de Agosto de 1.924, el caño de Guariapo, en
toda su extensión constituye el lindero entre los Estados Barinas y Apure, en la
región que fue discutida, es decir, la Isla denominada Ruende y que por
consiguiente el espacio de terreno comprendido entre dicho caño Guariapo, el
caño llamado antiguamente Ruende por donde corre el Río Apure y el caño de
las Mercedes o cauce viejo del Apure, forma parte íntegramente del estado
Barinas.
EL MAESTRO ELADIO TARIFE,
UNA LUZ PARA LAS NUEVAS GENERACIONES
Que grato, ameno y placentero es referirse a la vida de alguien,
quien por razones de afecto, solidaridad y lealtad; más que una
amistad se convierte en una hermandad, ese es el caso de don Eladio
Tarife.
“Alberto, no es mi amigo, es mi hermano”; así lo dijo para un
programa de televisión, que honor escuchar de la voz de don Eladio,
tan valiosa expresión humana; allí anida su inmensidad espiritual, su
sencillez, humildad y gratitud.
Este hombre está hecho en el molde de la justicia, solidaridad y
honor. La amistad para él, es un principio sagrado de la humanidad.
Hermano, amor con amor se paga.
Es un hermoso, noble y sencillo ser, su inmensidad humana, su
humildad y sencillez, le ha hecho ganar el respeto, afecto y admiración
de todo un público, que no sólo le admira por su talento, por la
interpretación y composición
de sus canciones, sino, por la
reciedumbre de hombre honesto, vertical
y cabal, quien con sus
ochenta años acuestas mantiene su dignidad intacta y pura, que le
abre senderos por el camino de la grandeza, de una fama ganada con
talento y sabiduría, elevándolo al pedestal de la inmortalidad de los
grandes hombres que no mueren nunca, porque sus obras los
eternalizan, viviendo por siempre en la memoria de un colectivo y
dejando su ejemplo para que sirva de luz a las nuevas generaciones.
El maestro
Eladio, como buen llanero, con su corazón
descubierto como lienzo de sabana abierta, siembra el pasaje de su
vida con entereza, empeño y
ardor, edificando
un mundo de
ensueños, ilusión, amistad y fe, en todo un colectivo, sin dejar que la
petulancia, vanidad y echonería se adueñen de la pureza de sus
sentimientos, llanos y francos.
Ese es don Eladio Tarife, la pluma de oro de Venezuela, quien el
martes 31 de junio de 2011, alcanzó sus ochenta años de productiva
vida, ha escrito más de un centenar de canciones que lo ubican entre
los grandes maestros de la canta criolla, orgullo de los barineses y un
icono del llano venezolano, un autentico patrimonio viviente.
Ese día, las fuerzas vivas del Estado y amigos de este gran
arismendeño, le organizaron un merecido homenaje, la cita fue a partir
de las diez de la mañana, hasta bien entrada la noche, en el instituto
museo de la cultura de los llanos.
La bandola, el arpa, el cuatro y las maracas se dejaron escuchar,
acompañando las voces de innumerables interpretes de la canta
criolla, ilustrando el acto el otro grande cantautor barinés Guillermo
Jiménez Leal, quien con culto verbo impregnó de matices halagadores
las virtudes del homenajeado, expresando: “Estimados paisanos,
estamos aquí para celebrar, no sólo los bien vividos 80 años de Eladio
Tarife, sino también la permanencia y la eternidad de la llanería
porque, en palabras del poeta León Felipe, los poetas no tienen
historia ni biografía, sino destino. Y el destino de Eladio, como el de
muchos de nosotros es el ser Llanero. Celebramos que uno de los
más preclaros talentos artísticos de nuestra Barinas ha dedicado su
trabajo creador a las formas vitales de su tierra y de su pueblo; de su
paisaje, de su fauna y de su flora…Eladio Tarife es cada uno de
nosotros cuando somos la tierra donde nacimos. Nos ha prestado un
gozo indescriptible cuando, después de arpegiar su vieja guitarra, sale
de su corazón un pasaje con sabor a brisa sabanera y a mastranto
llovido. Nos costará encontrar cómo agradecer al creador haberlo
conocido como persona y como obra de arte”.
Son muchas sus composiciones que han puesto en alto el
gentilicio barinés, Barinas, Linda Barinas, tierra llanera, caminos de
palma y sol, Española dame un abrazo de hermano, con sabor
venezolano, Recordando al poeta, porque las coplas de Alberto
Arvelo, van llorando su ausencia, y bien dice que: Un poeta nunca
muere, Alberto Arvelo Torrealba, con tu nombre se persigna, Luna
sobre el Apure, que le va mirando ahorita ,Estela de Andrés Eloy,
aquel que dijo en su canta, aunque la Virgen sea blanca píntame
angelitos negros, Guitarra mía, ven hacerle compañía, regálale una
canción, y también tiene su Sueño latino, tras la barca de sus sueños,
va la estela del ayer…
Eladio, traspasando fronteras va Soñando y creando, hace su
vida más grata y risueña, a sus ochenta años, transita por el sendero
cierto y seguro de la vida, con su frente en alto y su conciencia pulcra,
abriendo ante el mundo horizontes de esperanzas, y con su rebelde
pasión por la cultura del llano, va sembrando valores, ideales y
principios, en esta sociedad de nuevos derroteros. Se nos acaba el
llano…
Llevando a Dios por dentro, avanza con mayor fortaleza
enfrentando los retos de la vida, o como dice Jiménez Leal: “el injusto
olvido en el que se encuentran muchos de nuestros hermanos cultores
del llano;” y el maestro, va ofrendando su octogenaria vida al Dios que
le mira su corazón sonriendo; espera que la angustia de Guillermo se
cumpla y “la mano oportuna y amiga de nuestras instituciones
culturales acabe con esa ignominia”.
Parafraseando a la Mamá grande del llano, nuestra venerada
amiga Aurora Díaz de Sánchez, pedimos que en colectivo hagamos
justa la palabra, Eladio, es Barinas. Bastan ya los homenajes de
condecoraciones, placas y pergaminos y démosle al artista una
retribución monetaria digna, que le permita el goce y disfrute de una
mejor y sana vida.
Don Eladio, en compañía de un pariente
SUCEDIÓ EN SANTA INÉS
El diez de diciembre de 1859, los campos de Santa Inés fueron
escenario de la recia batalla que confirmó la capacidad estratégica y
militar del General del pueblo soberano Ezequiel Zamora.
En el campo de batalla se escucharon los gritos de “Oligarcas
temblad viva la libertad” mientras el tronío de las balas colmaban la
llanura barinesa.
La pelea fue una larga jornada que comenzó como a las nueve
de la mañana, todo el pueblo de Santa Inés era zamorano, tanto era
su fervor por el ejército federal que tenían los altares llenos con
lámparas de aceite de corozo, alumbrando a la virgen para proteger
con su fe la vida de los federales.
Fue una pelea muy aguerrida las casas del pueblo se
estremecían con los disparos del famoso cañón “burro negro” que
tenía apuntalado el gobierno en el sitio donde llaman la encrucijada
muy cerca donde estaba la trinchera mayor.
En el fervor de la batalla los godos cortan la retirada por los
lados de San Lorenzo, para atacar por el río y salir por la retaguardia.
Zamora tenía todo el estado mayor en la plaza y al darse cuenta de lo
que se proponía la gente del gobierno, mando a custodiar la costa del
río y, a meterle candela a unos montarascales de gamelote y guinea.
Entonces el General Pedro Ramos le ordena al Coronel Antonio
Jelambi que tomara la calle y este le dice que eso era un crimen, que
sería un suicidio metérsele a la gente de Zamora por esa parte. El
General Pedro Ramos le contesta que se retire pero, el Coronel
Antonio Jelambi demostrando que no era cobarde y mostrando su
valentía se hizo matar. Este Coronel Jelambi, nos contó don Rubén
Tapia que llegó muriéndose a Barinas y su cuerpo fue velado en la
sala principal de la casa tapiera (ubicada en la calle Bolívar cruce con
avenida Sucre. Su construcción data de 1800).
Los caneyes de la hacienda “San José” que era propiedad del
General oligarca Juan Manuel Cevallos, sirvieron de hospitales a la
cantidad de heridos que quedaban de la sangrienta pelea.
A las tres de la mañana cesaron los fuegos, quedando apenas
unas escaramuzas regadas y Ramos dándose cuenta de la trágica
derrota, decide emprender viaje hacia Barinas, con lo poco que
quedaba de su ejército,
pero Zamora les da alcance llegando a
Maporal y les echó otra trilla de plomo junto a Matas Azules hasta
llegar a Banco e’ La Mesa. Esto sucedió en Santa Inés.
Todas estas cosas me las contó una tarde barinesa don Pedro
Vicente Lozada Provenzali, hijo de don Juan Vicente Lozada, testigo
presencial de la pelea y nieto del General Gil Rivera oficial de Zamora.
Las narro para que no se pierdan en estos tiempos de nuevos héroes
que avasallan el alma nacional.
Plaza Bolívar de Santa Inés, municipio Barinas
CREACIÒN DEL MUNICIPIO BARINAS
Con la creación de la provincia de Barinas se da origen
diferentes formas político territoriales
tales como
a las
provincia,
departamento cantón, municipio, vecindario, entre otros.
Esto se deriva por el interés de la corona española de controlar
de manera más efectiva la explotación de sus colonias en América.
Esto se fue derivando fundamentalmente en el transcurso del
proceso de conquista y colonización de las llamadas tierras
descubiertas con el nombre de “Estado Indiano”, de la misma forma
surgen las formas de gobierno que le dan carácter jurídico a tales
jurisdicciones
como juez, capitán general, consejo de regencia,
alcaldes, corregidores, alcaldes ordinarios, cabildos y otros.
Citando al colega Tirso Díaz Nieves, Cronista de Obispos, en su
libro Los orígenes de Obispos y sus antecedente primarios, donde
señala que la voz conocida como alcalde es de origen árabe (Al Cadi = Juez) y viene usándose desde el siglo XI. Así, a nivel local
propiamente
dicho,
la
administración
de
justicia
correspondió
primeramente al municipio, que ya para el siglo XII está plenamente
configurado como tal.
Con la creación de nuevas poblaciones da al traste o exterminio
de los pueblos aborígenes dando paso
conglomerados humanos, mestizos e
a la creación de nuevos
indios,
dando origen a un
nuevo ser social y cultural que fue el llanero.
Nuestro territorio barinés compuesto por montañas y llanos y lo
que se refiere al municipio Barinas en su gran mayoría formado por
extensas llanuras tiene su origen con la creación de la provincia de
Barinas el año de 1787.
La ciudad de Barinas comenzó a poblarse a partir de 1742.
Referirnos a su fundación, realmente es un tema bastante escabroso,
por cuanto ha traído como consecuencia una polémica suscitada entre
los historiadores y se ha mantenido a través del tiempo.
A mi criterio considero que el sitio donde esta actualmente la
ciudad de Barinas, tuvo vigencia a partir de 1762, año éste en que es
reconocida oficialmente como verdadera ciudad, según autorización
de don José Solís, Virrey de Santa Fé de Bogotá, y aprobación Real
de 4 de diciembre del mencionado año. Prueba evidente es que el 4
de diciembre de 1962, la municipalidad celebró en Barinas los
doscientos años de fundación de la ciudad, en el sitio donde esta
actualmente.
Tampoco debemos decir que el Capitán español Juan Andrés
Varela es el fundador de esta ciudad, por cuanto el referido
expedicionario tenía ciento cincuenta años de muerto cuando
comenzó a surgir esta urbe, la que hoy ostenta el acertado calificativo
de capital del llano.
Ahora, bien si Barinas, tiene más de cuatrocientos años,
dejemos esto para la polémica planteada. Lo que nos interesa es
como ha evolucionado la ciudad desde el momento en que empezó a
tener vigencia en este lugar, eso hace aproximadamente 247 años.
Esta ciudad comenzó a formarse con construcciones que aún se
mantienen en el tiempo. Su estructura gubernamental
estuvo
conformada de la siguiente manera: capitán Fernando Mijares
González, quien ejerció la gobernación de la provincia hasta 1798;
Pedro Briceño Pumar , alcalde ordinario; José Ignacio del pumar,
regidor alférez real;
José del Pumar, alcalde provisional; José
Lagonell, síndico procurador general y Bernardo de la Roca, escribano
público y de cabildo.
En cuanto a los vecinos: Antonio Pulido y León, Juan Ignacio
Briceño Pumar, Andrés Antonio del Callejo, Agustín Bragado, Florencio
Fernández, Juan Gallardo, Francisco Dávila García y Juan Antonio
Traspuesto, entre otros.
MAPA DEL MUNICIPIO BARINAS
EL MUNICIPIO BARINAS
El municipio Barinas, por su condición de capital del Estado,
constituye la unidad geográfica más importante del territorio barinés, la
dinámica propia de su actividad, lo perfila como eje principal en el
desarrollo integrar del Estado; en él se concentran la mayoría de los
poderes públicos.
Su producción económica se caracteriza en agropecuaria,
maderera,
petrolera y de subsistencia con la comercialización de
cultivos como: maíz, algodón, plátano, yuca y frutales; además de la
cría de ganados bovinos, ovinos y cerdos. Posee aserraderos,
innumerables Entidades bancarias, y cuenta con fábricas, artesanal,
galletera, refrescos, plásticos, vinos, condimentos, muebles, café entre
otras.
Actualmente esta incorporando industrias y empresas con el fin
de llevar adelante el desarrollo científico y tecnológico que exige la
comunidad mundial. Barinas es un municipio en vía de desarrollo,
pujante y activo, que avanza a pasos firmes hacia un futuro inmenso.
Desde época de La Colonia hasta la de Federación la ciudad de
Barinas contó con personajes prominentes, unos nacidos bajo su cielo,
otros en territorio de la provincia o en otras latitudes; pero que
prestaron sus mejores servicios para que Barinas fuera considerada la
segunda ciudad de Venezuela y en los procesos de guerra de
independencia y federación surgieran los mejores hombres dispuestos
a entregar todo por el ideal que profesaban, entre esos nombres
figuran don Fernando Miyares González, don José Ignacio del Pumar,
Los Pulido, Los Briceño Pumar, Los Briceño Méndez, Juan Antonio
Rodríguez Domínguez, Los Palacio Fajardo, Miguel Guerrero García,
José Antonio Páez, don Cristóbal Mendoza, Ramón Ignacio Méndez,
Ramón Escobar, Ezequiel Zamora, Agustín Codazzi, Pedro Manuel
Rojas, José Vicente Peña, Napoleón Sebastián Arteaga, entre otros.
La ciudad de Barinas, con orgullo barinés, es bautizada como la
capital del llano, esta hermosa y pujante ciudad está ubicada a la
margen derecha del río Santo Domingo, nervio central de la cordillera
y majestuoso río de corriente impetuosa y aguas cristalinas.
Barinas, está situada sobre una terraza formada por materiales
de la edad cuaternaria (formación Guanapa) de Topografía plana, a
152 m.s.n.m, con una temperatura media de 27º C (según Codazzi)
una Latitud Norte de 8º,37` y Longitud Este de 70º 13.
Barinas es una zona de transición entre el llano y la montaña,
que es como decir entre el viento de la sabana y el verdor de la
montaña.
La muy noble y muy leal ciudad se encuentra ubicada en las
orillas del Río Santo Domingo a 185 m.s.n.m; posee una temperatura
media de 26,6 y máxima de 38,9º; mínima 15º.. Precipitación anual
media de 1.863mm; máxima 2.719 mm; mínima de 1.218mm. Su
población actual es de 7.825 habitantes.
Le separa de Caracas un hilo pavimentar de
aproximadamente 532 Km, abriéndose espacio en la llanura, tierra
vital y altiva, con legítimo orgullo barinés, decimos: Barinas, la capital
del llano.
BARINAS, TIERRA LLANERA…
Al describir nuestro estado Barinas, podríamos decir que posee
características muy particulares. Está situado en la parte alta de los
Llanos Sur-Occidentales de Venezuela. Es uno de nuestros principales
Estados llaneros; pero al Oeste del mismo lo conforman una gran
madeja de montañas, lo que hace que algunos le describan como
andillano.
Nos refiere el historiador J.E Ruiz-Guevara que “estas llanuras
de Barinas, aunque bastante tiempo después, fueron pobladas por
multitud de conglomerados humanos, que, por cuestión social habrían
de establecer contactos con las masas humanas de la Montafía y de
los llanos vecinos. Para la fecha de la Invasión hispana ocupaba estas
tierras barinesas algunas naciones aborígenes, tales como las
Amaibas,
Aitures,
Baraures,
Barrancas,
Cúcaros,
Curaguas,
Cherechiremas, Dásaros, Duriguas, Güeros, Tobores, Tucuriguas,
Torunos, Puyures, Guaruríes, Suripaes y otras que, en una forma u
otra dieron que hacer al extranjero usurpador.”
En el histórico e interesante libro: “El Llanero” de Daniel
Mendoza (aunque algunos escritores aseguran que este es otro
seudónimo de Rafael Bolívar Coronado) leemos que el primer hato
llanero lo fundó el colonizador español Cristóbal Rodríguez, a unas
veinticinco leguas del sitió en que está hoy Calabozo. Con razón
señala que el abolengo andaluz es en parte el elemento étnico
llamado hoy con toda propiedad el llanero.
El conquistador del llano “era un elemento vigoroso, con mucha
sangre y fuerzas orgánicas, palpitantes, recias en la espesa red de sus
nervios, y al chocar con aquel otro elemento pálido y entenebrecido
por una naturaleza calurosa y monótona, venció y se impuso sin
mayores resistencias hasta el extremo de hacerle desaparecer.” El
llanero es el resultado de la mezcla del conquistador, el aborigen y el
africano. De allí le viene su controversial conducta. Los andaluces
introdujeron en tierras llaneras las costumbres, los sistemas de
organizar vacadas, someterlas y domarlas. Así se dio el proceso de
fundación de las primeras poblaciones organizadas del llano.
La primera población fundada en territorio barinés fue Altamira
de Cáceres el 30 de junio de 1577 por el capitán español Juan Andrés
Varela, sobre una meseta situada aproximadamente a unos 80
kilómetros de Mérida. A principios del siglo XVII el tabaco que se
producía en la zona era mundialmente conocido por su calidad.
La ciudad de Barinas, como la mayoría de las ciudades
coloniales
de
Venezuela,
eran
pueblos
ribereños
que
iban
desarrollando su actividad comercial a través del transporte fluvial, que
eran los medios que unían a estos conglomerados.
Barinas, comenzó a formarse con construcciones que aún se
mantienen en el tiempo y detallan ese pasado glorioso de la segunda
ciudad de Venezuela, donde algunos de sus hijos contaban con títulos
de nobleza.
Las calamidades de la guerra hicieron estragos en la rica ciudad
de las mansiones blancas, no escapo tampoco de las epidemias y
enfermedades que mermaron la población, reduciéndola al pánico, la
pobreza y el dolor.
Barinas a través del tiempo ha mantenido ese sentimiento de
barinidad que distingue a sus hijos, haciendo frente a toda clase de
vicisitudes, manteniendo su dignidad colectiva intacta, que contagia a
propios y extraños y a pesar que nuestra ciudad ha sido victima de la
mala política empleada por algunos gobernantes, generando un alto
grado de inconsciencia y perdida de identidad. A Dios gracias, existe
en el barinés también, un sentido de pertenencia, que nos hace
entender que aún contamos con edificaciones que nos señalan la
huella de aquel pasado glorioso, de opulencia y nobleza que vivió la
sultana de los llanos.
Entre las mansiones coloniales que muestran la hidalguía de la
noble y leal ciudad, están: La antigua cárcel pública, hoy Casa de la
Cultura “Napoleón Sebastián Arteaga”, El Palacio del Marqués, La
Casa de Los Pulido, La Catedral “Nuestra Señora del Pilar” y La vieja
casa Tapiera,
El deterioro en que se encuentran muchas de estas coloniales
casas barinesas, es evidente, sus estructuras están resentidas como
consecuencia del mal uso que por muchos años, han sido sometidas y
el indebido mantenimiento que se les ha dado.
El primer grito de independencia se da el 19 de abril de 1810, a
consecuencia de los precursores movimientos que buscaban la
separación de Venezuela del dominio Español. Barinas, se adhiere al
citado movimiento independentista el 5 de mayo de ese mismo año,
los barineses de entonces, con la esperanza de lograr la libertad de la
patria, ponen todo su empeño y esfuerzos en organizar a la población,
se reúnen con la finalidad de planificar las acciones a seguir en la
lucha por la independencia y luego viene a ser Barinas, eje
fundamental de la libertad.
Don José Ignacio del Pumar, uno de los hombres más ricos de la
comarca, cuando en 1814, ya anciano se le pidió que rectificara en su
propósito de luchar por la libertad de la patria, no dudo en mantener su
palabra empeñada y entregar su vida. Muriendo emparedado en la
cárcel de Guanare; siendo este un ejemplo digno del sentir barinés.
La capital del llano, esta noble y leal tierra llanera, sirvió de
escenario a tantas guerras que asolaron la paz nacional, resistiendo a
los avatares de tanta guerra, sus grandes recursos naturales y la
entereza de sus hijos, no la hacen doblegar ante el infortunio.
Después del fallecimiento del general Juan Vicente Gómez
(1935) y como consecuencia de las campañas sanitarias, del
resurgimiento de la economía agropecuaria y del hecho de haberse
encontrado petróleo en el subsuelo del Estado, así como de sus
enormes recursos naturales, tales como madera, ganado y fértiles
tierras, la ciudad capital, comenzó a progresar con rapidez, siendo
actualmente una de las principales ciudades de los llanos venezolanos
y el estado Barinas, está considerado el segundo de mayor
crecimiento económico del país. Con legítimo derecho a la ciudad de
Barinas, se le llama la capital del llano.
La Barinas de los años 40, avenida Briceño Mendez
ENCUENTRO DE POETAS NATIVISTAS
Luis Fadul de un sólo lazo
amadrinó esta verdad,
de Nutrias a Libertad,
la distancia es un abrazo.
Víctor León Guevara
Cuando le dije a mi dilecta amiga Rosita Gómez Abreu, que iría a
su lar nativo a disfrutar del Encuentro de Poetas Nativistas, no vacilo
en responderme con nostalgia y orgullo liberteño: “Espero disfrutes de
cuando regreses de tarde por la salida del hermoso garcero. Sería
buena en esta ocasión una crónica escrita en periódico local
dominical sobre la vida cultural de Libertad de Barinas que fue muy
bella…. “
Tiene razón esta hija de Libertad de Barinas, son muchas las
maravillas que se pueden expresar de esta noble tierra enclavada en
el llano barinés, son muchos sus hijos sobresalientes en las diferentes
facetas de la vida que la enaltecen, son muchos los apellidos que se
registran en los libros de nacimientos: Fadul, Nacar, Villafañe,
Gutiérrez, Gómez, Galeno, Aldana, Ramos, Mazzei, Jiménez, Abreu,
Terán, Filardo, Avril, Bermúdez, Adames,
Bitriago, Unda, Fandiño,
Díaz, Calles y tantos otros que ponen en alto el gentilicio liberteño.
Se dice que Libertad de Barinas tiene sus orígenes entre 1820 y
1825; es una población relativamente nueva; pero lo que si es
evidente es que en ella se desarrollo desde su fundación un
movimiento cultural de primer orden, convirtiéndose en centro de
referencia de los llanos.
Razón tienen los liberteños de sentirse orgullosos de su lar
nativo, su pasión y amor por lo telúrico y esa herencia noble de ser
centro cultural de los llanos, les llevo a crear el Encuentro de Poetas
Nativistas, que por más de dos décadas ha venido congregando a
poetas de muchas partes del país y de Colombia, que le escriben y
cantan al llano.
En Libertad de Barinas, cuna de poetas y soñadores, tierra
mágica de ensueño y color, Atenas de los llanos, donde la versificación
anda a flor de labios de sus pobladores; allí bajo los frondosos
samanes a orillas del caño Masparrito, en la plaza de los poetas, fue la
cita el pasado sábado 15 de enero, llevándose a efecto una edición
más del transcendental Encuentro de Poetas Nativistas. Actividad esta
que se le debe a sus creadores, los poetas Juan de La Cruz Díaz,
Manuel Escobar y el recordado con afecto y admiración el poeta
Guillermo Gómez, quienes fueron los gestores de tan transcendental
obra que a través del tiempo viene reuniendo desde hace más de una
veintena de años, a un sin números de poetas de muchas partes del
país y del hermano país vecino Colombia.
Al entrar la tarde ya nos encontrábamos en la plaza de los
poetas, a orillas del caño Masparrito, entre conversas y versos los
recuerdos por Mélida Aldana y Guillermo Gómez, se escapaban en las
voces de los concurrentes, entre ellos: José Vicente Rojas, Reinaldo
Arias, Rafael Martínez, (El Cazador Novato), Miguel Ángel Nieves
Tapia, Giorman Tovar, Armin Castellanos, Arnulfo Quintero López,
Doris Huiza, Luis Martínez, Carmen Pérez
Montero, el popular
Periquera, Juan de La Cruz Díaz, Héctor (Negro Piña), Manolo Aldana,
José del Real Montilla, Manuel Escobar, el legendario de la canta
llanera Juanito Navarro, Omar Viana, cronista del municipio Muñoz.
(Bruzual) del estado Apure y los anfitriones y organizadores del
evento, los hermanos Gómez Mendoza, Carlos y Edgar; a quienes
debemos reconocer su destacada capacidad de organización, que
eleva la calidad del evento y por consiguiente, enaltecen la memoria
de su afamado y recordado hermano Guillermo Gómez.
Además de la participación artística de los niños y jóvenes
escolares; quienes dieron brillo al encuentro y que unido con la
participación cívica del pueblo liberteño, hacen de esta actividad un
patrimonio de la cultura llanera, ubicándola ya en un sitial de honor
con reconocimiento nacional e internacional.
El legendario y célebre caño Masparrito
LA CULTURA LLANERA EN LO MÍTICO
RELIGIOSO
Los que nacimos y nos criamos en el llano, nos sentimos dueños
de los inmensos sabanales que galopan como potro salvaje en el
corazón abierto y franco del llanero por la sabana infinita, adornada
con el amarillo de la flor sabanera. Llanura de mis querencias, paisajes
de mis cariños, con olor a mastranto y bosta fresca del ganado que
colman las inmensidades del llano.
Nos refugiamos en la mitología, costumbres, leyendas y
tradiciones que como huella indomable marca el sendero de una
cultura recia y bravía, producto de ese mestizaje heredado del
coloniaje español.
Nuestra cultura llanera está gravemente avasallada por la
transculturización que estamos viviendo, que carcome el alma
nacional. ¿Cuándo en otros tiempos habíamos visto llaneros de
melena, vistiendo prendas casi femeninas, con gestos amanerados y
voces afeminadas? Hasta la virilidad se ha venido perdiendo en el
hombre del llano.
A pesar de todo ese sometimiento transculturizador generado por
la globalización, lo que ha permitido la penetración de elementos
extraños en la cultura llanera, aún existen medios de resistencia que
hacen detener la desaparición absoluta de lo que somos y hemos sido,
porque el llano y el llanero representan un sitial de honor en la vida del
venezolano, su cultura, costumbres y tradiciones están vivas en esta
sociedad esperanzadora y son la caja de resonancia de nuestro
origen.
Entre las costumbres, mitos, leyendas y tradiciones del llano, se
tienen: la sayona, la llorona, la bola de fuego, el velorio de la cruz de
mayo, el velorio de los santos, el silbón, Florentino y el Diablo, los
toros coleados, las peleas de gallo, las bolas criollas, el hachador de
Ospino, los diablos de San Hipólito, las locainas de Torunos, el joropo
llanero, el ánima sola, entre otros símbolos altamente representativos
de nuestra cultura e idiosincrasia.
El llanero y sus creencias mítico-religiosas conforman su
estructura y personalidad. Este es uno de los medios de mayor y mejor
defensa de la autenticidad del hombre originario de nuestras llanuras.
El llano y el llanero se conjugan en la multiplicidad de la ancha
sabana, por ello encontramos en su comportamiento social y en su
cultura misma un desprendimiento, viveza, superstición, naturalidad,
fuerza, jocosidad, creatividad, ocurrencias; todo ello enmarcado en un
riguroso respeto por lo mítico-religioso y por la herencia dejada de sus
antepasados.
Estos cambios en su conducta se reflejan cuando va sobre la
montura de su bestia, en ese momento se siente dueño y señor de la
llanura, es altanero, arisco y brioso como un potro cimarrón; pero
cuando anda a pie por la inmensidad de la llanura, manifiesta una
conducta distinta, es pasivo, quieto, silencioso y humilde, con sobrada
razón cantamos:
El llanero sin caballo
es como hato sin cabestrero,
silencioso y solitario,
como noche sin luceros,
como escuela sin muchachos,
como velorio sin rezandero.
El llanero a caballo
es guapo, macho y altanero
como perro sin bozal,
como esclavo sin dueño,
como pescador en ribazón,
así es el llanero nuestro.
Le falta su corcel
para ser faramallero.
Esta conducta se manifiesta en la vida del llanero en casi toda su
interrelación socio-cultural, el respeto hacia lo místico, creencias y
tradiciones lo proyectan como un individuo con un alto sentido de
identidad a pesar de su lucha constante contra todo ese caudal de
cosas foráneas al que ha sido sometido el llano colombo-venezolano y
por consiguiente el llanero mismo.
Santuario Anima de Mata e Silva, Mantecal, via San Fernando de Apure
OBRAS CONSULTADAS
Aguado Fray Pedro de, Historia de Venezuela, t.ll, pp. 133, 34 y 35.
1950, Edit. Madrid.
Blonval López Adolfo, Evolución Histórico-Territorial de Barinas, La Esfera, del 30-
Diccionario
Biográfico
de
Ilustres
Próceres
de
la
Independencia
Suramericana. Tomo 1. Autor: Dr. Vicente Dávila. Páginas 124 y 125.
Galería de Ilustres Barineses del doctor Virgilio Tosta.
Landaeta Rosales Manuel, Gran Recopilación Geográfica, Estadística e Histórica de
Venezuela,
Mendoza Daniel, El Llanero. Editorial América. Madrid-España.
Obras Completas del Libertador.
Ruiz-Guevara J. E, Evolución Histórica del Estado Barinas (1535-1937)
Tirso Díaz Nieves. Los orígenes de Obispos y sus antecedentes primarios.
Vila Marco - Aurelio, Aspectos Geográficos del Estado Barinas, Caracas
1963, p.30.

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