la alegría en teresa de jesús - Movimiento de Cursillos de

Transcripción

la alegría en teresa de jesús - Movimiento de Cursillos de
Teresa de Jesús. Alegría, 2015
LA ALEGRÍA EN TERESA DE JESÚS
Diccionario RAE
Unas citas
9 Natural
9 Sentirse amada
9 Intensidad de vida
9 Libertad
9 Convocación con otras
9 Ser hija de la Iglesia
9 Confianza “Yo soy”
9 La alegría es difusiva
9 Otros (servicio, pobreza evangélica, oración, persecución)
ALEGRÍA: (RAE) sentimiento grato y vivo que suele manifestarse con signos exteriores.
Palabras, gestos o actos con que se expresa el júbilo.
FELICIDAD: (RAE) estado de ánimo que se complace en la posesión de un bien.
Satisfacción, gusto, contento.
UNAS CITAS
“El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo
encuentra lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y
compra el campo”. Mt 13,44
“Los setenta y dos volvieron muy contentos y le dijeron: -Señor, hasta los demonios se
nos someten por tu nombre. Él les contestó: - … no sea vuestra alegría que se os someten
los espíritus; sea vuestra alegría que vuestros nombres están escritos en el cielo”. Lc 10, 17
“A la felicidad se la confunde con muchas cosas: con la alegría, con el bienestar, con
el placer; realidades que sin duda tienen que ver con la felicidad” “La felicidad consiste
primariamente en la intensidad de la vida”. Julián Marías (JM)
“La mujer tiene una sorprendente resistencia a los quebrantos, los inconvenientes, las
adversidades, las desgracias; es decir, tiene fortaleza.” “La mujer ha solido tener, más o
menos callada, una impresión de injusticia, y eso atenta a su felicidad. Ahora bien ¿en
qué consiste? ¿de dónde viene? Se piensa que estriba en su situación legal, social,
laboral. Ciertamente, pero yo creo que la más fuerte conciencia de injusticia que tiene la
mujer consiste en que no se haga justicia a lo que es, a su realidad.” JM
”La voluntad es decisiva en la vida humana, pero el deseo lo es todavía más. En el
deseo radica la condición fontanal de la vida.” JM
Y vamos a tomar un pensamiento de Pablo VI sobre la alegría:
“La alegría cristiana supone un hombre capaz de alegrías naturales. Frecuentemente, ha
sido a partir de éstas como Cristo ha anunciado el reino de los cielos. Nuestra intención es
precisamente invitaros a las fuentes de la alegría cristiana.”
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Teresa de Jesús. Alegría, 2015
En los escritos de Teresa es abundante y variado lo concerniente a este aspecto de la
vida: alegría, gozo, contento, júbilo, deleite, gustos, risa, fiesta, recreación, regalo,
consuelos, cielo…
La fuerza que tiene el mensaje y los escritos de Teresa de Jesús es porque habla desde la
experiencia y como tal, desde lo vivido por cualquier persona. En ella nos vemos
reflejados en los sentimientos y vivencias.
Teresa apela a nuestra propia experiencia y, cuando no se la comprende, dice con harta
gracia que los “tales” no irán por este camino…” La alegría es ingrediente indispensable del humanismo teresiano. Es lo que Teresa llama
“alegría interior”, que tiene su raíz más allá de la psicología de la persona y de la
convivencia en hermandad y recreación.
“No era amiga de gente triste, ni lo era ella, ni quería que los que iban en su compañía lo
fuesen. Decía: ‘Dios me libre de santos encapotados’” (Ana de San Bartolomé).
“El gozo del Espíritu se disfruta al presente solo “a tiempos”, “a sorbos”.
Teresa dice con pena: “¡Oh, qué tarde se han encendido mis deseos…!” (E 4, 1).
NATURAL
La alegría es una de las notas psicológicas más destacadas de su persona. Su alegría es
capacidad de disfrute y onda expansiva hacia los demás.
Teresa tiene en el rostro o en los ojos una risa contagiosa, que conserva hasta los últimos
años. “Los ojos negros y redondos y un poco papujados, no grandes pero muy bien
puestos y vivos y graciosos que en riyéndose se reían todos y mostraban alegría” (Ribera).
“Tenía muy linda gracia… en el rostro, que con ser ya de edad y muchas enfermedades,
daba gran contento mirarla y oírla, porque era muy apacible y graciosa en todas sus
palabras y acciones” (María de San José).
"Era muy discreta, y alegre con gran santidad, y enemiga de santidades tristes y
encapotadas, sino que fuesen los espíritus alegres en el Señor, y por esta causa corregía
a sus monjas si andaban tristes, y les decía que mientras les durase la alegría les duraría el
espíritu". (María de la Encarnación)
Es capaz de reírse de sí misma mientras escribe: “Riéndome estoy de estas
comparaciones, que no me cuadran…” (M 7, 2, 11). Gozaba de gran libertad para hablar de sí misma, de sus dolores y achaques. Bromeaba
con la Inquisición, ponía apodos con gracia. Al pintor Fray Juan de la Miseria, que la
retrató, le dijo: “Dios te perdone, Fray Juan, que ya que me pintaste podías haberme
sacado menos fea y legañosa”.
***El Padre Eusebio Gómez Navarro OCD. Cuenta una anécdota que yendo santa Teresa
a hacer las escrituras de una de las fundaciones, preguntó al escribano, después de
hechas, cuánto eran sus honorarios.
Éste le contestó con desparpajo:
— Solamente un beso.
Y la santa se lo dio, natural y sonriente, al tiempo que exclamaba:
— ¡Nunca una escritura me salió tan barata!
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SENTIRSE AMADA
Jesús nos participa de forma especial su gozo hasta colmar nuestra capacidad
asombrosa de ser felices. Teresa va haciendo con sus monjas pedagogía acoplada a la
necesidad humana; dice con fuerza:
“porque si no conocemos que recibimos, no despertamos a amar” (V 10,4).
Al entender que dice Dios que tiene sus deleites con los hijos de los hombres, y saberse
ella agraciada y amada, exclama:
“Mucho se alegra mi alma… ¡Y qué palabras estas para no desconfiar ningún pecador!
¿Faltaos, Señor, con quién os deleitéis, que buscáis un gusanillo tan de mal olor como
yo?” (E 7,1)
El gozo es un fruto del Espíritu Santo concedido al hombre nuevo que se deja conducir
por el mismo Espíritu.
“Conoce que goza de lo que ama y no sabe cómo goza: es don del Señor de ella, del
cielo y, en fin, da como Quien es.” (C 25, 2).
“Y así, orando una vez Jesucristo nuestro Señor por sus apóstoles dijo que fuesen una
cosa con el Padre y con Él, como Jesucristo nuestro Señor está en el Padre y el padre en
Él. ¡No sé qué mayor amor puede ser este! (7M 2,7).
Es harto bien casada. Mas digo a vuestra merced que ha salido (Era su hermana doña
Juana de Ahumada), doña Juana mujer tan honrada, y de tanto valor, que es para
alabar a Dios: y un alma de un ángel. Yo salí la más ruin de todas, y a quien vuestra
merced no había de conocer por hermana, según soy: no sé cómo me quieren tanto.
Esto digo con toda verdad. (Carta a Lorenzo de Cepeda 23-12-1561)
INTENSIDAD DE VIDA
El acertar en la elección de la vida es para Teresa una de las fuentes de su alegría. Nada
más tomar el hábito:
“me dio un contento de tener aquél estado, que nunca jamás me faltó hasta hoy” (V 4,2)
“Es una amistad la que Él comienza a tratar con el alma, que sólo las que lo
experimentéis, la entenderéis…” (Conc 4, 1).
“Es gran cosa haber experimentado la amistad y regalo con que Él trata a los que van
por este camino.” (C 23, 5).
“Hase de notar mucho, y dígolo porque lo sé por experiencia, que el alma que en este
camino de oración mental comienza a caminar con determinación… que tiene andado
gran parte del camino. Y no haya miedo de tornar atrás, aunque más tropiece.” (V 11,
13).
LIBERTAD
El primer consejo que Teresa da al principiante se cifra en la doble consigna de alegría y
libertad.
“Procúrese a los principios andar con alegría y libertad, que hay algunas personas que
parece se les ha de ir la devoción si se descuidan un poco” (V 13, 1).
Y hasta se atreve —con una impresionante libertad— a aconsejar al P. García de Toledo
(cuando le manda la Vida):
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“así que vuestra merced, hasta que halle quien tenga más experiencia que yo y lo sepa
mejor, estése en esto…” (V 22, 13).
En la Fundación de Toledo con el suplente del obispo:
“Yo no sabía qué me hacer, porque no había venido a otra cosa y veía que había de ser
mucha nota irme sin fundar. Con todo, tenía más pena de no me dar la licencia que de lo
demás; porque entendía que, tomada la posesión, nuestro Señor lo proveería, como
había hecho en otras partes. Y así me determiné de hablar al Gobernador, y fuíme a una
iglesia que está junto con su casa y enviéle a suplicar que tuviese por bien de hablarme.
Había ya más de dos meses que se andaba en procurarlo y cada día era peor. Como me
vi con él, díjele que era recia cosa que hubiese mujeres que querían vivir en tanto rigor y
perfección y encerramiento, y que los que no pasaban nada de esto, sino que se
estaban en regalos, quisiesen estorbar obras de tanto servicio de nuestro Señor. Estas y
otras hartas cosas le dije con una determinación grande que me daba el Señor. De
manera le movió el corazón, que antes que me quitase de con él, me dio la licencia. Yo
me fui muy contenta”. (F 15,5)
CONVOCACIÓN CON OTRAS
Teresa hizo del humor una postura ante la vida. Se entretiene cuando redacta sus cartas,
contando detalles muy humanos, muy graciosos; como cuando le comparte al Padre
Jerónimo Gracián en carta las aventuras de Isabelita (hermana pequeña del Padre) lo
que hizo por ella. Después de comunicarle algunos adelantos, dice textualmente:
Sólo tengo un trabajo, que no sé cómo ponerle la boca, porque la tiene muy rígida y se
ríe muy fríamente y siempre se anda riendo. Una vez le hago que la abra, otra que la
cierre, otra que no se ría. Ella dice que no tiene la culpa, sino la boca, y dice verdad... No
lo cuente a nadie pero gustaría que viese el trabajo que traigo en ponerle la boca, creo
que cuando sea mayor no será tan fría, al menos no lo es en los dichos. Aquí le he
pintado a su hermana, no piense que le miento y en fin, porque se ría se lo he dicho.
También la gratitud en Teresa, es una condición psicológica y ética. Un motivo especial
de continua gratitud y alegría es la propia vocación.
“Hermanas, entended, por amor de Dios, la gran merced que el Señor ha hecho a las que
trajo aquí…” (C 8, 2)
Está convencida de que la vida religiosa sin alegría es un contrasentido.
“A una monja descontenta yo la temo más que a muchos demonios” (carta a Gracián
1581).
En el horario de la vida cotidiana Teresa incluye intencionadamente dos horas de
recreación diaria, contraviniendo en cierto modo las prescripciones de la Regla.
Organiza la vida como:
“estilo de hermandad y recreación que llevamos juntas” (F 13, 5).
No es amiga de apretar ni constreñir a quien entra en el Carmelo. Para recibir a dos
hermanas, en Sevilla, le dice a Mª de San José:
“A la una ni la otra no apriete con perfecciones; basta que guarden lo esencial bien”
(Carta Mª S José, 1577).
“Monja descontenta es como quien tiene gran hastío, que por bueno que sea el manjar
la da en rostro, y de lo que los sanos toman gran gusto comer, le hace asco en el
estómago” (C 13, 7).
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SER HIJA DE LA IGLESIA
Teresa de Jesús, hija de su tiempo (siglo XVI), ve la situación dramática de la iglesia en
esa hora. Se entera de la declaración de Lutero (división de los cristianos en Europa y las
guerras religiosas), de los viajes a las Indias para abrirlas a la fe cristiana. También conoce
en cercanía a capellanes, religiosos, monasterios, misioneros, obispos, visitadores.
El libro de la Vida es denunciado a la Inquisición y detenido por ella hasta la muerte de
Teresa, pero lo habían aprobado García de Toledo y Juan de Ávila.
Si alguna cosa dijere que no vaya conforme a lo que tiene la santa Iglesia Católica
Romana, será por ignorancia y no por malicia. Esto se puede tener por cierto, y que
siempre estoy y estaré sujeta por la bondad de Dios, y lo he estado a ella. (M prólogo 4)
Esta relación, que no es de mi letra, que va al principio, es que la di yo a mi confesor, y él
sin quitar ni poner cosa, la sacó de la suya. Era muy espiritual y teólogo -con quien
trataba todas las cosas de mi alma-, y él las trató con otros letrados. Ninguna han hallado
que no sea muy conforme a la Sagrada Escritura. Esto me hace estar ya muy sosegada,
aunque entiendo he menester, mientras Dios me llevare por este camino, no fiar de mí en
nada, y así lo he hecho siempre. Mire vuestra merced que todo esto va debajo de
confesión, como lo supliqué a vuestra merced. (CC 4ª)
Y con este amor a la fe, que infunde luego Dios, que es una fe viva, fuerte, siempre
procura ir conforme a lo que tiene la Iglesia, preguntando a unos y a otros, como quien
tiene ya hecho asiento fuerte en estas verdades, que no la moverían un punto de lo que
tiene la Iglesia. (V 25,12)
CONFIANZA: “YO SOY”
“Cuando considero en cómo decís que son vuestros deleites con los hijos de los hombres,
mucho se alegra mi alma” (E 7, 1-2).
“No hay saber ni manera de regalo que yo estime en nada, en comparación del que es
oír sola una palabra dicha de aquella divina boca…” (V 37,4).
El gozo del Espíritu se centra en la contemplación pascual del Señor:
“el amor que el Señor nos tuvo y su Resurrección que es la que nos mueve a gozo” (V 12,
1).
Las palabras que dice Jesús son el más fuerte y determinante sustento de su alegría. Él es
el que le quita los miedos:
“Yo soy, no hayas miedo”,
“Yo soy y no te desampararé, no temas”,
“¿No sabes que soy poderoso, de qué temes?”,
“No hayas miedo, hija, que nadie sea parte para apartarte de mí”
(V 25, 18; 36, 16 y 30, 14; R 35).
“Heme aquí, con solas estas palabras sosegada, con fortaleza, con ánimo, con
seguridad, con una quietud y luz, que en un punto vi mi alma hecha otra, y me parece
que con todo el mundo disputara que era Dios”. (V 25, 18).
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LA ALEGRÍA ES DIFUSIVA
A pesar de ser el gozo espiritual una experiencia inefable e íntima, Teresa insiste mucho
en la condición participativa y contagiosa del mismo. La persona es incapaz de disimular
su alegría:
“que este gozo la tiene olvidada de sí y de todas las cosas, que no advierte ni acierta a
hablar de lo que procede de su gozo, que son alabanzas de Dios” (M 6, 6, 12).
“Aquí querría el alma que todos la viesen y entendiesen su gloria para alabanzas de Dios
y que la ayudasen a ella, y darles parte de su gozo porque no puede tanto gozar”. (V16,
3).
“Es un gozo tan excesivo del alma, que no quería gozarle a solas sino decirlo a todos
para que le ayudasen a alabar a nuestro Señor… ¡Oh, qué de fiestas haría y qué de
muestras, si pudiese, para que todos entendiesen su gozo!” (M 6, 6, 10.13).
OTROS
SERVICIO
No es partidaria del ensimismamiento ni del encapotamiento, sino vivir con alegría y
servicio:
“Cuando yo veo almas muy diligentes a entender la oración que tienen y muy
encapotadas cuando están en ella, que parece no se osan bullir ni menear el
pensamiento, porque no se les vaya un poquito de gusto y devoción que han tenido,
háceme ver cuán poco entienden del camino por donde se alcanza la unión y piensan
que allí está todo el negocio. Que no, hermanas, no; obras quiere el Señor; y que si ves
una enferma a quien puedes dar algún alivio no se te dé nada de perder esa devoción y
te compadezcas de ella…” (M5, 3,11).
Cuando haya que dejar el rato de oración, por obedecer, dice a sus monjas:
“Pues ¡ea, hijas mías! No haya desconsuelo cuando la obediencia os trajere empleadas
en cosas exteriores; entended que si es en la cocina, entre los pucheros anda el Señor
ayudándoos en lo interior y exterior.” (F 5,8)
POBREZA EVANGÉLICA
Entre las fuentes de alegría, Teresa destaca de modo especial la pobreza evangélica.
“era tanto el consuelo interior que traíamos y la alegría, que muchas veces se me
acuerda lo que el Señor tiene encerrado en las virtudes” (F 15, 14).
“Verdaderamente he visto haber más espíritu y aún alegría interior, cuando parece que
no tienen los cuerpos cómo estar acomodados”. (F 14,5)
ORACIÓN
Otra base de su alegría es la oración. La oración ayuda al desarrollo de ese gozo de la
vida cristiana:
“si estáis alegre, miradle resucitado, que solo imaginar cómo salió del sepulcro os
alegrará” (C 26, 4).
“Puede representarse delante de Cristo y acostumbrarse a enamorarse mucho de su
sagrada Humanidad… y alegrarse con Él en sus contentos” (V 12, 2).
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Teresa de Jesús. Alegría, 2015
Para ella la aventura de la oración como amistad con Dios es el descubrimiento y el gozo
de una clave de felicidad.
Hablando del Padrenuestro, termina el libro diciendo:
Sea bendito por siempre, que es cierto que jamás vino a mi pensamiento que había tan
grandes secretos en ella, que ya habéis visto encierra en sí todo el camino espiritual,
desde el principio hasta engolfar Dios el alma y darla abundosamente a beber de la
fuente de agua viva que dije estaba al fin del camino. Parece nos ha querido el Señor dar
a entender, hermanas, la gran consolación que está aquí encerrada, y es gran provecho
para las personas que no saben leer. (CP 42,5)
“Como cuando una esponja se incorpora y embebe el agua; así me parecía mi alma se
enchía de aquella divinidad y, por cierta manera, gozaba en sí y tenía las tres Personas”
(R 18).
No puedo decir lo que se siente cuando el Señor me hace experimentar sus secretos. Es
el gozo mayor que podemos vivir, todo lo demás se hace pequeño, basura... Y todos los
gozos juntos, no son más que una gotita del que nos está reservado en el Cielo. (V. 27,12).
Tenemos un paralelo respecto a la oración:
“Por eso, aconsejaría yo a los que tienen oración… procuren amistad y trato con otras
personas que traten de lo mismo. Es cosa importantísima, aunque no sea sino para
ayudarse unos a otros con sus oraciones, cuánto más que hay muchas ganancias…” (V
20, 22).
También lo refrenda Julián Marías: “La alegría de la calle, de la ciudad, destiñe sobre el
individuo. Quiero decir que una persona que está triste, si la calle es alegre acaba por
alegrarse un poco, y si una persona alegre va por calles tétricas, sórdidas, mortecinas, o
simplemente aburridas, siente que su alegría se va apagando poco a poco.”
PERSECUCIÓN
Bienaventuranza evangélica que Teresa apunta con el gozo interior en la persecución:
“Tienen esta almas un gozo interior grande cuando son perseguidas, con mucha más paz
que lo que queda dicho, y sin ninguna enemistad con los que les hacen mal…” (M 7, 3,
5).
™™™™™™™™™™™™™™™™™
“Forma una generación de teresianas alegres, que conserven el verdadero espíritu de la
Obra y del teresianismo, el espíritu de nuestra santa Madre”. P Poveda 1925
™™™™™™™™™™™™™™™™™
Tomado fundamentalmente del
• DICCIONARIO DE SANTA TERESA. Director Tomás Álvarez, 2006
• LA FELICIDAD HUMANA. Julián Marías, 1988
• OBRAS COMPLETAS DE SANTA TERESA DE JESÚS. A cargo de Maximiliano Herráiz, 1997
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