Programa - Salamanca.com

Transcripción

Programa - Salamanca.com
JUANA DE ARCO
de Verdi
JUANA DE ARCO de Giuseppe Verdi
En directo desde el Teatro alla Scala de Milán / 7 diciembre 2015
Director musical: Riccardo Chailly
Director de escena: Moshe Leiser, Patrice Caurier
Decorados: Christian Fenouillat
Vestuario: Agostino Cavalca
Iluminación: Christophe Forey
Proyecciones: Etienne Guiol
Coreografía: Leah Hausman
Orquesta y coro del Teatro alla Scala de Milán
ARTISTAS, PERSONAJES Y VOCES
Anna Netrebko | Juana de Arco, heroína de
Francia | soprano
Carlos Álvarez | Jacobo, su padre, un pastor de
Domrémy | barítono
Francesco Meli | Carlos VII, rey de Francia | tenor
Michele Mauro | Deli, oficial del rey | tenor
Dmitry Beloselsky | Talbot, general del Ejército
Inglés | bajo
Oficiales del rey, pueblo de Reims, soldados
franceses e ingleses, espíritus angelicales,
espíritus malvados, nobles, heraldos, escuderos,
damas, caballeros, guardias…
• Dramma lirico en un prólogo y tres actos
• Estrenado en el Teatro alla Scala de Milán el 15
de febrero de 1845
• Música de Giuseppe Verdi, libreto de Temistocle
Solera basado en la tragedia Die Jungfrau von
Orléans de Friedrich von Schiller (1801)
• Duración: 2h 30 min, incluido un descanso
• En italiano con subtítulos en castellano
Nadie como Verdi para obtener óperas notables a
partir de libretos indefendibles. El de Giovanna
d’Arco se lleva la palma. Y eso que lo firma Temistocle Solera, autor de I lombardi y Nabucco,
basado en una pieza teatral de Schiller, el mismo
poeta que décadas después inspiraría al compositor la impresionante Don Carlo (y a Rossini
Guillaume Tell, y a Donizetti Maria Stuarda). Todos
los temas recurrentes del alemán -los peligros del
poder, la lucha por la democracia y la libertad, la
crítica al absolutismo- se encuentran en su versión
de Juana de Arco (1412-1431), salvadora de la
patria, militar, mística y mártir, admirada por el
mismo pueblo que la condenaría a muerte por brujería. Dado que la historia se fundía con la leyenda,
Schiller podía tomarse licencias y añadir esas fuerzas espirituales tan propias del Romanticismo.
Pero algo era indiscutible: la heroína murió en la
hoguera. Una poderosa imagen, muy repetida en
la historia del arte, a la que el escritor renunció
para, en su lugar, hacer que caiga en combate (¡y
después ascender al cielo!). En 1844, Solera salvó
el libreto como pudo; bastante hizo con sintetizar
acontecimientos y personajes (de 27 a apenas
cinco) y dotar al conjunto de musicalidad.
SINOPSIS
PRÓLOGO
romanza O fatidica foresta). La retiene Carlos, que
le confiesa su amor “santo y puro” (Ho risolto).
La amplia y espléndida obertura -poco habitual en Ella se resiste, pero por supuesto acaba cediendo…
su autor- construye una atmósfera tensa: estamos aunque voces de espíritus la advierten sobre el
en Francia en 1429, en la guerra de los Cien Años. peligro de las pasiones, y se aparta. El séquito
El implacable ejército inglés avanza hacia Domrémy. viene a buscar al rey para su coronación. En el
En el castillo reina la preocupación (Maledetti cui
intenso dueto Dunque, o cruda, Carlos le pide a
spinge, primero de muchos coros). El heredero al
Juana que lo acompañe. Cuando ella acepta,
trono, Carlos, comparece y, desmoralizado, anuncia vuelve a escuchar un coro de demonios (Vittoria!).
su abdicación: “Un martirio es la corona”. Al parecer,
ACTO II
en un sueño la Virgen lo ha instado a rendirse al
La Catedral de Reims se engalana para la ceremoinvasor y deponer sus armas a los pies de una
nia. La muchedumbre, en un coro triunfal, alaba a
encina misteriosa, como describe en la hermosa
Sotto una quercia. Los vasallos reconocen ese lugar la Virgen que rompió sus cadenas. Sin embargo,
allí se presenta Jacobo, “traicionado por los pecados
maldito, donde “se reúnen demonios, magos y
de su hija” (Speme al vecchio). Sale el cortejo real.
brujas”, y le disuaden.
Pese a que Juana se mantiene en segundo plano,
En el bosque, tras una tormenta, el pastor Jacobo
reza por su hija Juana: no entiende por qué acude el nuevo monarca pide que el pueblo vitoree a su
heroína, y anuncia que levantará un templo en su
a diario (Gelo, terrore), así que se esconde para
honor. En ese momento, el pastor da un paso al
espiarla. La joven aparece y, repleta de ardor
frente y la acusa de brujería (Comparire il ciel).
patriótico, pide a Dios un escudo y una espada
Carlos,
desconcertado, le pide que se defienda, pero
para su misión: defender “la Francia oprimida”.
ella
se
siente
culpable -por haberse enamorado- y
La cavatina Sempre all’alba es quizá la mejor
ni siquiera pronuncia palabra cuando su padre la
página de esta ópera. Después se duerme junto a
la encina y tiene una visión de demonios y ángeles: interroga (“¿no eres sacrílega?”). Jacobo, fuera de
sí, reclama “la ardiente hoguera” (Ti discolpa), y el
los primeros la tientan con placeres terrenales (el
vals Tu sei bella), los segundos la alientan para que pueblo exige su exilio: “Mujer infame, impura,
lidere las tropas. Al despertar, se topa con las armas llévate tu valor a Inglaterra!”.
que necesitaba: las ha dejado Carlos como ofrenda ACTO III
a la Virgen. Los dos se encuentran, y a él le impre- Prisionera de los ingleses, Juana de Arco aguarda
sionan la determinación y el misticismo de Juana.
su ejecución en una torre. A lo lejos oye el fragor
No solo se enamora de ella, sino que, guiado por
de la guerra (I Franchi!). Angustiada de no poder
su coraje, acepta volver a combatir al invasor
ayudar a su pueblo, invoca el perdón de Dios y
(Pronto sono). Pero a Jacobo, que lo ha presenciado renuncia a su amor por el rey, que apenas duró un
desde su escondrijo, le da por pensar que el futuro instante: “Virgen soy aún. No tengo pensamientos
rey ha seducido a su hija con ayuda del diablo (trío: que no se dirijan a ti” (Amai, ma un solo). Jacobo,
A te, pietosa).
que la ha oído desde fuera de la celda, se da cuenta
ACTO I
de su inocencia y la libera. Ya reconciliada con su
arrepentido padre (en el precioso dúo Tu che
Desde que entró en acción Juana de Arco, los
), ella se encamina al campo de batalla y
all’eletto
franceses vencen en todas las batallas. Cerca de
encabeza
un contraataque que el pastor narra
Reims, en el campamento inglés, el comandante
Talbot anima a sus soldados, heridos, asustados y desde la distancia.
con ánimo de retirada (coro: Ai lari!). Temen el aura Entra el rey, que perdona a Jacobo por sus errores.
Pero llegan malas noticias: Juana tiene heridas
sobrenatural de la joven: “Contra una furia que el
mortales. Consternado, Carlos la llora en la bellíaverno libera, ¿de qué sirve el valor humano?”.
sima Quale più fido, acompañada del corno inglés.
De pronto, llega Jacobo, muy alterado, y ofrece al
Traen su cuerpo inerte en una lenta marcha fúnebre,
enemigo la cabeza de su hija (¿no había otra
y ella revive. “¡Oh, milagro!”, se postran todos. Su
manera de vengarse de Carlos por deshonrarla?).
Un texto disparatado que Verdi ennoblece con una padre le pide misericordia, su amado se le declara,
pero ella solo tiene ojos para la bandera de su país.
gran melodía para el barítono, Franco son io.
En palacio, Juana se siente orgullosa de las victorias, Aferrada a ella y a su coraza, asciende al cielo
(Che mai fu?) entre coros angelicales. “Vivirás en
pero cansada. Cumplida la misión, ahora querría
el
corazón de cada francés”, se despide el rey.
regresar al hogar de su infancia, en el campo (la
Si los melómanos subrayan siempre el 7 de diciembre (día de Sant’Ambrogio, patrón de Milán, y
apertura de temporada de La Scala), en 2015 va a
ser histórico. Supone la vuelta a la ciudad de la reina
de las sopranos, Anna Netrebko, en la piel de Juana
de Arco, que le va como anillo al dedo no solo por su
perfil guerrero (la rusa, amiga de Putin, suele disparar
con Kalashnikov en su tiempo libre) sino por su
potencia, peso dramático y tono oscuro. Ya lo
demostró en su debut, en un concierto en Salzburgo
en 2013 junto a Plácido Domingo y Francesco Meli.
El tenor genovés la acompaña aquí; completa la
terna el barítono Carlos Álvarez. Por si fuera poco,
Riccardo Chailly comienza su primera temporada
completa como nuevo director musical de La Scala,
tras Barenboim. Pero lo más destacable es el regreso
de Juana de Arco a la ciudad donde se estrenó, y
donde no ha vuelto a oírse desde hace 150 años.
Llama la atención su escasa popularidad. En número
de representaciones mundiales, es la ópera 22 de
Verdi (de 28). ¿A qué se debe? El experto Julian
Budden no cree que se deba a la música: “Sus
mejores momentos superan todo lo que había
escrito hasta entonces”. Parte del problema reside
en el libreto. Al compositor no le sedujo la obra de
Schiller por la ausencia de acción y las frecuentes
incoherencias (Jacobo, tan pronto padre amoroso
como violento rival). En cambio, contenía sus claves
favoritas: el conflicto entre amor, religión y patria,
como en Aída; la relación padre-hija, epicentro de
Luisa Miller, Rigoletto y tantas otras. El texto lanza
una crítica al pueblo (que aclama a Juana y poco
después la condena), pero no se traduce en la
música, lejos aún de la complejidad de Don Carlo.
Se estrenó en 1845 con un éxito moderado -17 representaciones-. Quitando la censura (ciudades como
Nápoles cambiaron el título a Orienta di Lesbo y
trasladaron la acción a Grecia), lo tenía todo a su
favor, desde el estilo netamente romántico (trama
medieval, paisajes salvajes, personajes atormentados)
a la identificación del público con su nacionalismo:
como los franceses, Italia odiaba a su invasor
(Austria) y ansiaba un símbolo nacional propio
(Garibaldi).
Quizá dos condicionantes frenaron su difusión: el rol
titular es un gran papel (y el único femenino, sin rival
o madre), pero no soporta la función sobre sus
hombros. “Para las divas de la época, que exigían
solos de coloratura, le falta pirotecnia”, explica
Vincent Godefroy en The dramatic genious of Verdi.
Por otro lado, los efectismos sobrenaturales y la
innecesaria subtrama amorosa han envejecido mal.
Pese a todo, se trata de un retrato emocionante que
aporta un lado humano al mito y reflexiona sobre el
fanatismo religioso.
LA MÚSICA DE VERDI
La séptima ópera de Giuseppe Verdi arroja luz sobre
su “período de galeras”, cuando aceptaba encargos
sin parar y escribía con oficio y talento pero también
con prisa. Empezó Juana de Arco el 26 de diciembre
y tuvo que entregarla el 15 de febrero, de ahí que se
conformase con un libreto disparatado que imposibilita un desarrollo psicológico de los personajes, como
sí lograría más adelante en Otello o Falstaff. Aun así,
contiene música de altura. El especialista David
Kimball cree que “ilustra el abismo entre el mejor y
el peor Verdi”.
Centrémonos en lo primero: como siempre, abundan
las melodías bellas del maestro de Busseto, tanto en
las arias (la emotiva Sempre all’alba y O fatidica
foresta, de Juana, o Quale piu de Carlos) como en
los conjuntos (el lento dúo de la reconciliación, A lui
pensa). Incluso un personaje desdibujado como
Jacobo canta más de una intervención brillante. Su
genio musical le permite sacarse de la manga efectos
originales: al final del prólogo, el trío intercala tres
melodías a capella y en contrapunto, y entendemos
su choque de intereses. En la escena de la acusación
de brujería, cualquier heroína del bel canto se habría
defendido del coro con una cabaletta furiosa, pero
Juana guarda un silencio que tiene algo de poético.
Pese al conservadurismo (números cerrados, formas
heredadas), algunas innovaciones anuncian lo que
vendría. Se aprecia en la armonía y, principalmente,
en la orquesta. Desde el inicio, nos sorprende con
una insólita obertura (Sinfonia) en tres movimientos
que no igualaría hasta Las vísperas sicilianas, y
donde el crescendo atormentado hace pensar en la
batalla. La instrumentación describe a la protagonista: el andante pastoral (con instrumentos de
viento madera, que usará con asiduidad después)
alude a su origen campesino, mientras que los
metales indican su transformación en soldado.
También nos transmite su concepto culpable del
amor: siempre que piensa en Carlos, en su cabeza
se oyen los ecos de los demonios. Cuando el rey se
declara y ella se entrega a él (“Ti amo”), las notas
agudas oprimen a la soprano.
Volviendo a ese "abismo entre el mejor y el peor
Verdi" que mencionaba Kimball, quizá se refiriese
a momentos algo vulgares como el “Vals de los
demonios”, de un tono festivo impropio de las
huestes infernales (si bien se hizo famoso a fuerza
de repetirlo los organilleros). Asimismo, reutiliza
mecánicamente las fórmulas que le habían dado la
gloria en I lombardi o Ernani: colores brillantes,
ritmos marciales o abundantes coros patrióticos,
como Maledetti cui spinge.
Salamanca, 7 de diciembre de 2015
NOTAS A LA PRODUCCIÓN
Textos: Javier Heras
Torres Villarroel, 40. 37005 Salamanca
Tfno.: 923 243 538
www.cinesvandyck.com

Documentos relacionados