¿POR OUÉ LOS NIÑOS DAN VOLTERETAS Y GIRAN?
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¿POR OUÉ LOS NIÑOS DAN VOLTERETAS Y GIRAN?
¿POR OUÉ LOS NIÑOS DAN VOLTERETAS Y GIRAN? Publicado en la revista “First Steps”, en Australia. El primer sentido que desarrollamos es el sentido del equilibrio. Es vital para la postura, el movimiento y el sentido de “centro” en el espacio, el tiempo, el movimiento, la profundidad y uno mismo. Todas las sensaciones pasan a través del mecanismo del equilibrio (sistema vestibular) en el nivel del tronco del encéfalo antes de pasar a la región especializada en el cerebro. Así pues, todos los sentidos de los que el niño dependerá para el aprendizaje están vinculados al equilibrio. Para el recién nacido, la percepción y la moción son lo mismo. No es consciente de que sonido y movimiento, visión y tacto son sensaciones distintas, ya que para él todas se fusionan en una sola experiencia o sentimiento. La moción es el primer lenguaje del niño y cuanto más elocuente sea en su lenguaje primario, más rápidamente desarrollará sus poderes de expresión, exploración y desarrollo. La estimulación de los mecanismos de equilibrio es una parte integral del crecimiento del embrión desde el momento de concepción. Siente cada movimiento que hace la madre, dentro del entorno protegido del útero. Después del nacimiento los sentimientos continúan percibiéndose a través de un vasto repertorio de patrones de movimiento, desde estar tumbados, dar patadas, dar vueltas, sentarse, a gatear y arrastrarse, a andar, correr, brincar, saltar, balancearse, rodar y dar volteretas. Se harán más conexiones entre el aparato vestibular y los centros superiores del cerebro a través del movimiento. A1 mecanismo de equilibrio, al cerebelo y al cuerpo calloso les lleva de 7 a 8 años mielanizarse, será durante estos años tempranos que la estimulación vestibular será el ingrediente natural en cada juego del niño normal. El niño empieza con la repetición constante de movimientos de brazos y piernas, practicando la extensión y la flexión de los músculos y entrenando 1a coordinación oculomanual. El bebé de ocho meses que rueda hacia delante y hacia atrás en el suelo sin un objetivo concreto, está preparando su equilibrio para sentarse, levantarse y finalmente andar. En lo que a él respecta, cuando se mueve, el mundo se mueve con él y cuando él para, el mundo permanece quieto una vez más. Gatear es por lo tanto un puente importante, capacitándole para combinar el sistema vestibular, el propioceptivo y el visual por primera vez. El andar no aumenta solamente 1a movilidad, sino que también permite mantener la independencia de las manos. Estos son los primeros niveles de aprendizaje que deberá practicar e integrar con los otros sistemas. Por lo tanto, durante los primeros años, el movimiento es el vocabulario primordial y el 1enguaje está basado en el cuerpo. El control voluntario del movimiento sólo se puede desarrollar a través de la ampliación de los horizontes del movimiento. El niño de 3 a 6 años que está constantemente brincando, dando vueltas y saltando, mientras anda por la calle, todavía está aprendiendo a controlar su equilibrio, ya que el nivel más avanzado de equilibrio es el de poderse mantener quieto. La acción de NO movimiento requiere funciones de todo el cuerpo y que los grupos de músculos operen en conjunto sin ajustes continuos, significa el logro del control postural maduro. El niño que no puede permanecer quieto, instintivamente sabe que su equilibrio todavía necesita práctica. El niño que no puede mantenerse en la acera cuando ve un muro bajo que va a lo largo de ésta, sino que debe subirlo y bajarlo una y otra vez, está entrenando su control muscular, la percepción de la profundidad y la integración visual motora. Hacer la rueda o saltos mortales facilitan todavía más la separación del movimiento de otras sensaciones, ya que sólo cuando el niño tenga control del movimiento podrá poner atención a otras experiencias. La hiperactividad y el déficit de atención pueden ser dos signos de inmadurez de la función del sistema vestibular. Como padres y profesores, tendemos a implorar a que nuestros niños hiperactivos se “estén quietos” y “se sienten bien”. Se ha comprobado que a los niños hiperactivos que se les permite dar vueltas durante 30 segundos en ambas direcciones, muestran un aumento de su límite de atención de 30 minutos después del ejercicio, lo que nos sugiere que necesitan estimulación vestibular para “poner su cerebro en marcha”. Nuestros ojos funcionan desde el circuito vestibular del cerebro. Nuestros oídos comparten el mismo nervio craneal y el sentido del tacto está íntegramente vinculado al sistema vestibular a través del movimiento de las células ciliares, cuyos receptores están localizados en la dermis de la piel. Si el movimiento es el primer lenguaje del niño, las sensaciones son el segundo. Só1o cuando la moción y las sensaciones estén integradas, podrán entonces desarrollarse plenamente las habilidades del habla, la escritura y la lectura. Nuestros niños y niñas cuando dan vueltas y giran están concentrados en su primera lección para convertirse en los Einsteins del futuro. Sally Goddard Blythe, N.D.T. es co-directora del “Institute for Neuro-Physiological Psychology”